Mil perdones por no haber cumplido mi promesa de actualizar, pero la verdad es que me he sentido un poco oxidada en mis primeras historias y realmente deseo aun transmitir la esencia de mis personajes atraves de la historia, ademas de que necesitaba ver la pelicula de Violet Evergarden, pero como me encuentro enferma mejor me spoleo un amigo jajajaja. Las actualizaciones las estare realizando cada domingo, ya que mi trabajo entrara en temporada baja lo cual me permitira adelantar varias de mis historias.
Prometo actualizar con al menos uno o dos capitulos si me desaparezco como lo he estado haciendo. Sin mas dejo que disfruten del capitulo, prometo subir el otro entre mañana o domingo al final ire subiendo la sinopsis de las continuaciones. Perdon al final hice modificaciones en el titulo del capitulo, ya que hubiera sido muuuy largo.
Muchas gracias, cuidense mucho.
Los quiere. TheOtherDestiny.
Capitulo 11: PASADO
Escenas del capitulo anterior.
El corazón de Violet comenzó a latir fuertemente, ella desde hace un tiempo notaba que sus pocas expresiones, sentimientos y afectos hacia Dietfried iban cambiando de una forma que ni siquiera el Mayor Gilbert pudo despertar mientras que uno era tranquilidad, el otro era un fuego latente e hipnotizante que deseabas seguir. No importaba cual fuera el costo ella descubriría si lo que converso una vez con Cattleya era verdad y si tanto el Capitán como ella podían descubrir ese extraño sentir.
- Acepto. – fue determinada su respuesta desconcertando a Amelia. – Acepto a partir de hoy que protegeré y descubriré este sentimiento. – tocando fuertemente el broche esmeralda. – Este sentimiento que arde tanto en el Capitán Dietfried como en mí.
Los ojos ámbar de Tiffany Evergarden no cabían de la emoción al ver bajar de las escaleras a Violet vestida de novia, aunque al principio se negó al regalo de Dietfried hacia la doll reconocía que el gesto viviendo de alguien como él era una clara muestra de afecto. Recordó como Albert trataba siempre de manipular la vida de sus hijos y como ese brillo y alegría que caracterizaba al mayor de los hermanos Bougainvillea iba marchitándose, por eso mismo se asustó por este matrimonio, ¿Cómo alguien como Dietfried Bougainvillea que fue criado en el yugo de su familia haría feliz a una joven carente de emociones? Pero Patrick le aseguro que siempre para un roto hay un descocido, vio con melancolía los brazos metálicos de Violet y en algo estaba de acuerdo con el hombre, ella debía de amarse a pesar de todo y mostrar con orgullo sus brazos, porque fue gracias al sacrificio de Violet Evergarden, una joven de diecisiete años que disfrutan la paz que se podía respirar en el aire.
- Violet, pareces un ángel. – todas la veían con ensoñación. – No entiendo porque Patrick no está aquí.
- Es porque se ofreció en acompañar al Capitán Dietfried. – suspiraron resignadas las mayores al conocer la forma tan particular de ambos. – Creo que es momento de irnos. – cuando salieron de la casa todos se sorprendieron ya que frente a ellas se encontraban Claudia, Benedict y León.
El pelirrojo al verla ahí vestida de novia sentía un golpe en la parte baja de su estómago, pero le había prometido a Cattleya acompañarla a esa boda haciendo de forma oficial el compromiso que tenía con la azabache y la responsabilidad hacia su hijo. Benedict se encontraba extrañado en medio de su jefe y aquel extraño joven que se ofreció acompañar a Erica a la boda de Violet, siendo el por automático el acompañante de Iris. Viendo como Claudia no hacía ningún movimiento solamente en ver embobado a Violet se fue acercando hacia ella y con claro signo de nerviosismo puso una mano detrás de la nuca.
- Estemmm…Violet sé que esto le corresponde al señor Evergarden, pero ¿me permitirías entregarte al altar? – aquello hizo que la doll abriera ampliamente sus ojos y Benedict al darse cuenta de su error. – Pero si no lo desean, no es necesario. – agitando ambas manos al frente logrando desesperar a Iris y a las demás presentes una risa.
- Acepto Benedict, acepto que tú me entregues al altar porque tú y Claudia son… - "Por favor que no lo diga", pensaba el pelirrojo. – Son como mis hermanos.
Eso fue como una estocada en el corazón de Hodgins, Cattleya al ver la reacción del hombre corrió hasta tomar su mano y apretarla levemente en clara señal de darle ánimos. Iris junto con los demás se fueron acomodando en el carruaje ya era momento de la verdad y para Violet era el momento de escribir otro episodio de su vida muy diferente al que hubiera imaginado estando vivo el Mayor Gilbert, pero él estaba muerto y es como sus seres queridos han tratado de decirle todo este tiempo: "Si quieres que la herida deje de arder, tienes que dejarlo ir a él también".
Luculia se encontraba preparando todo para su viaje el día de mañana tenía que quedar todo listo, sentía un poco de pena llegar tarde a la ceremonia de Violet, pero era necesario, este encargo era de suma confidencialidad según lo acordado con su jefe. Ni siquiera conocía el nombre de la persona que solicitaba su servicio como doll, sonrió con nostalgia ante el recuerdo de sus clases para prepararse y como conoció a su mejor amiga Violet, realmente al principio pensó que era como una muñeca sin vida o decisiones propias siempre actuando como una mera arma, después fue descubriendo poco a poco sobre la vida llena de dolor que tuvo que vivir y sintió pena por ella. Aunque también envidia ya que sin importar las circunstancias Violet experimento algo aún desconocido hacia ella y era amor, la rubia sin darse cuenta provoco un sentimiento tan puro para el menor de los hermanos Bougainvillea aceptándola tal y como era. Ahora era ironía del destino hacer que de una u otra forma ella estuviera encadenada al último recuerdo de su único amor, aunque en los últimos días se podía distinguir un brillo especial en los oceánicos ojos al nombrar al Capitán Dietfried.
- Por lo que veo ya estas lista hermanita. – Spencer vio como su hermana realmente se encontraba hermosa con ese vestido verde menta acorde a su peinado medio suelto. – Aun no puedo creer como han pasado los años con nosotros. Aunque yo no he tomado el camino correcto, tu ya eres una mujer hecha y derecha dueña de sus acciones no me sorprendería que algún día llegaras con la noticia que estas comprometida.
Ante las palabras de su hermano la joven sonrío risueña como si hubiera dicho un chiste.
- Creo que eso sería imposible hermano, por el momento mi trabajo es mi único enfoque, además en el tema del amor no soy muy buena o simplemente me quedo como espectadora. Es más probable que tu seas el primero en casarte en mi ausencia. – sonrío picara.
- Es cierto estarás una larga temporada lejos de Leiden, pero Luculia. – tomando las manos de la pelirroja. – No cierres las puertas del amor, recordaras mis palabras hay que dejar de buscar, para mejor ser encontrado. – la joven sonrío levemente.
- Anda es mejor apurarnos necesitamos llegar a tiempo a la boda de Violet. No vez que soy una dama de honor.
- ¿No se supone que las damas de honor deben de tener el vestido igual?
- No en esta ocasión hermano, sospecho que esta boda será completamente diferente a lo que Leiden esta acostumbrado.
- Realmente me sorprende lo cambiado que se encuentra Leiden en estos años que no he regresado. – asombrado Austin veía como la paz reinaba pacíficamente en el lugar donde se detono todo. – Dime ahijado, porque nos encontramos tan elegantes
- Ya te dije que tengo un evento social el día de hoy, el cual iré en representación de mi padre. Me sorprende que no hayas sido invitado, tomando en cuenta quien es el novio. – diciendo esto detuvo el carruaje frente a la catedral de Leiden que se encontraba exquisitamente adorada con claveles blancos y algunas flores violetas dando un toque a la futura esposa.
- Seguramente recibí la invitación, pero como estos últimos años no tomo importancia a correspondencia que no es de la Marina. – la risa jovial del ojiazul hizo que riera con alegría junto a él. – Pero ¿Por qué tu padre no vino?
Impresionado por la cantidad de gente importante de Leiden como de otros Reinos, se comenzaba a cuestionar el hombre mayor quienes serian los afortunados en unir sus vidas en tal sagrado y hermoso sacramento.
- Ya sabes como es de antisocial mi padre. – se encogió de hombros Víctor. – Pero anda dime, ¿Cómo te has encontrado de salud? Has recibido alguna de noticias de ellos.
Ante la mención de sus hijos su mirada se torno melancólica y triste, dando entender al mas joven que no había recibido buenas noticias hacer de Elizabeth y Benedict.
- Bueno creo que esta boda te caerá como anillo al dedo, y no solamente a los novios. – el comentario sarcástico de su ahijado hizo que ambos se rieran ante ese clásico humor negro que ambos tenían y que por desgracia su cuñado no tenia desde la muerte de su hermana.
Justo cuando iba a argumentar algo vio como un coche se detenía cerca de la entrada de la catedra mostrando nada mas ni nada menos que a Patrick Evergarden, al verlo nuevamente después de tantos años sentía la misma furia latente por lo ocurrido hace años con su hermana y el maldito bastardo de…
- No puede ser…- impactado por lo que veían sus ojos y es que frente a el se encontraba Albert Bougainvillea con ese maldito porte arrogante vestido con un traje de novio completamente elegante, su cabello azul azabache hacia atrás dejando algunos mechones de su cabello hacia adelante, su piel blanca y esos ojos esmeralda que en cualquier lugar reconocería, pero hace mas de diecisiete años había muerto ese mal nacido.
Dietfried sintió unos ojos analizando su aspecto y el de Patrick desde el momento de su llegada, grande fue su sorpresa ver frente a él al imbécil de Víctor Shield con una sonrisa de oreja a oreja que deseaba borrar rompiéndole el rostro, pero eso no fue lo que desconcertó al joven sino el hombre que se encontraba al lado de él, sentía que lo conocía de un lugar, pero se encontraba con todas las emociones a flor de piel que no lo recordaba.
- Por lo que veo si acepto mi invitación. – la voz divertida de Patrick lo saco de sus pensamientos y enarco una ceja desconcertado. - ¿A caso no reconoces quien es el hombre al lado de Víctor Shield, ahijado?
- No, ni me interesa.
- Vaya que estas susceptible, deberías de relajarte hoy es el día de tu boda. Por fin estas haciendo lo que tu padre hubiera deseado para ti, aunque un poco tarde si me lo preguntas.
Pero el joven estaba ignorando completamente al hombre para concentrarse en esos sujetos, si de por si no toleraba la presencia de ese doctor la mirada que le regalaba ese hombre de ojos oceánicos lo irritaba, pero entonces como un detonante se percato que ese color era el mismo que ha visto reflejado en cierta joven sorprendiéndose en el proceso.
- Víctor. -tajante Windsor vio de reojo a al ojiazul. – Podrías decirme ¿Quiénes son los novios? Porque mi paciencia esta llegando a su límite.
- Eso es fácil padrino, nos encontramos ante el evento más esperado de todo Leiden la boda de: Dietfried Bougainvillea y Violet Evergarden.
- No estaba informado que Tiffany y Patrick tuvieron una hija.
- Digamos que tentaron su corazón al adoptar a una joven que participo en la guerra. – sin esperar mas Austin Windsor se adentro a la catedral en espera de ese espectáculo que ya empezaba a ser incomodo para él, no sin antes saludar tanto el cómo Víctor al futuro esposo de ese joven.
- "Tal parece que las cartas del juego están empezando a repartirse por los secretos como los sentimientos, espero que conozcas a que terreno te adentras Dietfried". – pensaba Patrick al ver el semblante de ambos hombres.
Había pasado una semana desde que su hermano tenia bajo su cuidado a esa persona y desde ese momento no habido podido sacar de su mente a esa chiquilla de piel de porcelana, ojos grandes zafiros, grandes pestañas rizadas y maldita sea solo de pensar en ella su parte intima se sentía latente. Logrando en empeorar aun mas su consciencia, pero tenia que asegurarse que no haya comentado nada de esa noche con Gilbert, así que aprovecho cuando este solio para ingresar a la antigua casa que existía a las afueras de Leiden buscando desesperadamente a la causante de sus constantes sueños húmedos a pesadillas donde el era el peor de los monstruos. Abriendo de puerta en puerta encontró la que era exclusivamente para ella, notando que aun permanecía dormida en esa especiosa cama, se acerco mas de cerca viendo su rostro sereno y tranquilo, justo cuando iba a tocar una de sus mejillas ella tomo una navaja debajo de la almohada y lo posiciono muy cerca de su cuello, el no detuvo el ataque total con eso seguramente ella terminaría con vida y así con mas fantasmas del pasado. La adolescente abrió ampliamente sus ojos al ver de quien se trataba y su mano tembló ligeramente haciendo caer el objeto de su mano, sintiendo algo muy feo en el pecho.
- Por lo que veo sigues siendo igual de precavida que siempre, eso es bueno ayudara a Gilbert para que lo protejas. – se sentó en la cama mientras veía como ella se tocaba el pecho como si le doliera. - ¿Te encuentras bien? Te duele algo. – no comprendía sus acciones, pero verla así de asustada le afecto, pero de un momento a otro se encontraba presa de un repentino abrazo por parte de ella.
La rubia al verlo volvió a sentir la misma paz de siempre, irónicamente la señora que estaba a su cuidado le dijo que Dietfried era alguien de cuidado y que no volviera a permitirle tocarla, pero extrañamente su cuerpo siempre buscaba el del hombre buscando protección que, si bien sus palabras son crueles, el nunca la golpeo excepto cuando la regalo al hombre llamado Gilbert. Sintió como el hombre la separaba un poco para quedar muy cerca el rostro de ambos notando el como el rostro de ella se encontraba mas limpio, ya no tenia ningún rastro de ninguna herida, aunque su vestimenta seguía siendo holgada como la de un hombre.
- Por lo que veo te encuentras perfectamente. – juntando sus frentes y mostrando una ligera sonrisa mientras cerraba sus ojos y exhalaba un poco del perfume a violetas natural de ella. – Debemos hablar sobre lo que ocurrió. – abrió sus ojos esmeralda. – Sobre eso nadie, entiéndeme bien nadie debe de saber que paso esa noche Violet seria muy peligroso tanto para ti como para mí. ¿Comprendes?
Los ojos llenos de dolor de el hicieron que asintiera repetidas veces, pero debía de advertirle que esa señora sabia sobre lo ocurrido por ellos, ya que cuando la obligaron a tomarse un baño la mujer la examino de pies a cabeza, notando las marcas en su cuerpo, así como examinando cierta parte de su cuerpo, asustándose la mayor al no percibir algo que según ella debía tener. Pero en la mente de Dietfried solamente venia en mente volver a besarla y sentir el calor de su piel contra la suya y cuando se disponía a besarla nuevamente las voces en el corredor le alertaron que Gilbert había llegado antes de lo previsto.
- Tsk. Maldita sea. – vio furioso la puerta. – No olvides tu misión y esto que te acabo de pedir. – acercándose a la puerta ante la mirada triste de una mascota que volvería a ser abandonada por su dueño. – Una ultima cosa. – viéndola de reojo. – No se te ocurra morir. – desconcertada la pequeña simplemente asintió mostrándole por primera vez una sonrisa sincera a él, la cual fue correspondida.
- Dietfried que sorpresa verte aquí. – alegre Gilbert se acercó a su hermano abrazándolo con clara muestra de alegría."
Violet se sentía sumamente nerviosa cuando el carruaje se detuvo frente a la iglesia mostrando la belleza con la adornación y como varios de los invitados al verla se adentraron al recinto sagrado, clara señal de que ella después tendría que abordarlo para convertirse en la señora de Dietfried Bougainvillea.
- Violet, ¿estas bien? – Benedict que se encontraba sentado al lado de ella, tomo su temblorosa mano. – Estas todavía a tiempo en arrepentirte, se del daño que Dietfried te ha provocado todos estos años y es una locura que desees casarte con una persona como él, por favor recapacítalo.
- Estoy bien Benedict, solamente vinieron a mi mente recuerdos que estaban guardados en el fondo de mi corazón. – toco su pecho reconfortada de darse cuenta que a pesar de toda esa coraza el Capitán siempre estaba con ella. – Creo que es el momento de iniciar, sino las personas y el Capitán se preocuparan.
Las primeras en bajarse fueron las damas de honor con sus respectivas parejas y Luculia junto a su hermano Spencer hicieron acto de presencia llegando justo a tiempo, Cattleya veía como Claudia deseaba huir de ahí, el dolor reflejado en los ojos azul cielo por ver como Violet se casaría con el Capitán estaban logrando que los pocos ánimos de salvar esta relación se fueran al demonio.
- Querida es momento de comenzar. – Tiffany se sentía orgullosa de Violet, ella y Taylor eran sus hijas sin importar nada. – Toma. – le entrego unos hermosos pendientes color esmeralda al mismo tono que su broche. – Estos los use el día de mi boda son costumbres entregar algo viejo, así que te entrego estos pendientes. – la rubia tenia una mezcla de emociones que nunca pensaría en haberlos experimentado.
La señora Amelia le entrego su ramo de flores blancas adornadas de violetas, y entonces lo tenia decidido ella seria feliz, comenzaría una nueva vida al lado de Dietfried y el fantasma del Mayor Gilbert representaría una parte importante en su vida. La música comenzó a tocar cuando todos estaban en sus lugares, vio como entraba Taylor arrojando los pétalos de flores violetas, de la cabeza de parejas: Claudia junto a Cattleya, León junto Erica, Spencer junto a Iris y para finalizar Luculia al lado de Víctor Shield que de ultimo momento quiso participar en tan extasiaste evento.
- Le agradezco mucho acompañarme joven Víctor. – murmuraba la pelirroja al posarse todas las miradas en ellos. – Aunque al parecer Leiden no es un lugar muy discreto que digamos. – el comentario hizo reír al hombre.
- Creo que eso lo note en cuanto pise tan abolengo lugar, señorita Luculia, además estoy feliz de acompañar a tan hermosa señorita. – decía esto al ver como la mirada café de Erica estaba posada sobre ellos
Cuando todos iban entrando a la ceremonia se percataron de que muchas personas de gran abolengo estaban en espera de la novia, muchos de ellos por aprecio a la doll y la forma en que ella le había ayudado en su vida: Charlotte y Damián Flugel en aquellas cartas dedicadas a su amor para inducirlos al matrimonio; Oscar Webster en escribir su novela y de mostrarle que su hija descansaba en paz y debía de continuar con su vida; la pequeña Ann Magnolia que hace mas de un año había perdido a su madre pero que día a día vivía del recuerdo junto a las cartas dedicadas a ella por parte de su progenitora, entre muchos otros que la veían con alegría y sonrisa en su rostro. Pero la doll se percato que Claudia se había detenido de golpe a mitad del camino con clara impresión en su rostro y no era el único de los presentes.
- N-no puede ser…Gilbert. – murmuro el pelirrojo por ver ante el la viva imagen de su mejor amigo, pero al ver que esa mirada que reflejaría amabilidad era adornada por un simple ceño fruncido. – Vaya así que siempre si cumplido esa promesa.
Cattleya que se encontraba a su lado se estaba igual de atónita al ver al Capitán Dietfried frente a ellos con un atuendo y cambio de cabello totalmente diferente, nunca negaría que el hombre fuera feo, pero es que tanto el como Gilbert eran como dos gotas de agua excepto por su esencia y ese lunar cerca a su nariz. Pero ellos no eran los únicos impresionados entre el público Austin Windsor estaba pálido como el papel al ver frente a el a la joven mujer que seria esposa del hijo mayor de Albert y es que ella era el vivo retrato de su difunta esposa, ni que decir del joven que la acompañaba. Era como transportarlo a una pesadilla donde veía a sus niños crecidos ante la manada de lobos que eran los Evergarden y los Bougainvillea.
- Así que después de tanto tiempo has regresado Austin. – la voz tranquila de Amelia, lo saco de sus pensamientos. – Es impresionante ver como el tiempo no ha pasado en ti, amigo.
- Te recuerdo que desde hace muchos años dejamos de ser amigos, Amelia y eso es por culpa de tu difunto esposo. – la mujer vio melancólica todo la escena y sonrío.
- Tienes razón, Albert junto con Patrick fueron los principales causantes de la muerte de tu hermana, pero eso no quita los pecados de ella misma.
Vio como la mujer se alejaba lentamente para después posicionarse cerca de su primogénito. Dietfried se sentía realmente incomodo con este atuendo, pero era una promesa que le había hecho a su padre y Gilbert, que a su parecer era demasiado estúpida. Violet cuando lo vio no pudo evitar sorprenderse y temblar levemente ante la apariencia del ojiverde, era como si el deseara vengarse de ella aun por el pasado.
- Pero que broma de mal gusto. – escucho por parte de Benedict. – Violet, por favor prométeme que te cuidaras de ese sujeto y si necesitas de mi ayuda no dudaras en…
- De acuerdo. – llegando con su futuro esposo vio como el mantenía la misma actitud altiva y Benedict al no tener más opción soltó la mano de Violet no sin antes de dedicarle una mirada de advertencia al Capitán.
- Por lo que veo te sorprende mi nuevo estilo. – murmuro cuando miraron frente al altar.
- ¿Por qué lo hizo?
- Es una promesa, y como veras yo siempre cumplo mis promesas. Lista.
- Lista y usted.
- Creo que nunca he estado mas listo en toda mi vida. – sin mas ambos se miraron a los ojos dedicándose los dos una leve sonrisa mientras el sacerdote comenzaba con los votos.
- Creo que lo mas conveniente es que hubieras sido tu quien entregara a Violet, Querido. – la mirada reprobatoria de Tiffany hizo divertir a su esposo.
- Deberías de tranquilizarte Tiffany, dime ¿ya te percataste de la presencia de Austin?
- Por supuesto fue lo primero que vi después del gran cambio de imagen de Dietfried, es mas no se cual de los dos me provoco más escalofrío ver a Gilbert en Dietfried o que el hermano de la mujer que procreo un hijo con Albert también se encuentre aquí. – dijo solemne viendo la sonrisa reflejada de su amiga sin importar ese detalle.
- Tal parece que la apariencia no fue solamente lo que heredo ese joven de Albert, sino su curiosidad por conocer su origen.
- Cállate, poco sabemos de esto y así debe de mantenerse sino la única lastimada seria Amelia y ese joven.
- Pues déjame decirte querida que como van las cosas, la verdad estará próxima en descubrirse y ni Víctor ni ustedes serán capaces de detener a ese joven.
Todos los presentes comenzaron a escuchar las palabras tan significativas del sacerdote respecto a la unión y el amor:
- El amor solo se encuentra una vez en la vida, porque en nuestro camino encontraremos es ese ser especial que nos hará cambiar nuestra perspectiva de la vida, sentimientos y comprenderemos que el amor no solo es de recibir sino de dar. De forjar un camino de la mano de esa persona amada, sin importar los obstáculos o los problemas que se presenten. El amor existe de muchas representaciones y una de ellas es la que estamos presenciando aquí queridos hermanos, donde seremos testigos de la unión de Dietfried Bougainvillea junto a Violet Evergarden. – los nombrados tomaron sus manos y entonces el hombre percibió a través de esas herramientas que tenia por brazos que estaba temblando y sintiéndose el peor de los bastardos porque como pedía que se aceptara así misma si él no era capaz de verla sin esos malditos guantes sin que el remordimiento lo carcome. – Ellos entre muchos caminos, muchas personas y muchas adversidades de una u otra forma su destino es permanecer juntos para recrear un Nuevo amanecer.
Violet vio algo desconocido en los ojos de su prometido, algo que solamente lo había percibido cuando el Mayor Gilbert enterró a sus amigos ese día y le hizo comprender que nadie es eterno en esta vida.
- Violet Evergarden aceptas como esposo a Dietfried Bougainvillea para amarlo y respetarl0 todos los días de tu vida. – tras terminar la pregunta un silencio sepulcral se hizo en la Iglesia donde el Capitán Bougainvillea deseaba por todos los medios que ella se negara a esta locura, que lo dejara plantado dejándolo con una humillación demasiado grande, aunque eso no repararía nada del pasado.
Mientras que en el publico no solamente Dietfried deseaba que la doll se arrepintiera, sino que Claudia Hodgins tenia la esperanza de que Violet dijera que no y que estaba equivocada de esta decisión tan descabellada, pero la mirada determinante y la dulce sonrisa que le regalo al ojiverde fue clara muestra de…
- Yo Violet Evergarden. – tomando la mano del impresionado hombre. – Acepto por esposo a Dietfried Bougainvillea para amarlo y respectarlo todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe. Además de cuidarlo y protegerlo como se que tu me cuidaras como lo has estado haciendo desde que nos conocimos. – colocando el anillo al dedo correspondiente, pero eso para el primogénito de los Bougainvillea fue una liberación y condenación hacia sus sentimientos hacia Violet.
Las palabras de la rubia desconcertaron a mas de un presente excepto a Benedict, Cattleya y Amelia los cuales conocían perfectamente el lazo que unía a ambos, no soportándolo mas el pelirrojo tuvo que retirarse antes de que empeoraran las cosas dejando triste a Cattleya la cual fue apoyada por la sonrisa de sus amigas. Mientras que Dietfried cerro levemente sus ojos con clara señal de cansancio de ocultar sus sentimientos hacia Violet, sentirse un maldito bastardo en sentir que traicionaba la memoria de su hermano, el hecho de lo ocurrido hace años, su participación en la guerra donde perdió sus brazos, la muerte de Gilbert y que su estúpido orgullo siempre se haya interpuesto entre ellos todo este tiempo.
- Dietfried Bougainvillea aceptas como esposa a Violet Evergarden para amarlo y respetarl0 todos los días de tu vida. – vio el anhelo en ella, pero no porque compartiera el mismo sentimiento que él, sino porque deseaba ser libre.
- Yo Dietfried Bougainvillea te acepto a ti Violet Evergarden como mi compañera, esposa y futura madre de mis hijos. – los ojos zafiros se abrieron impresionados y tomando su mano metálica posiciono el anillo que la declaraba su esposa. - Acepto respetarte y amarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe, porque: "El amor no es una emoción, sino un impulso, una necesidad, nuestra necesidad de estar juntos"
- Bueno dicho esto hijos míos lo que en su momento une Dios, no lo separe el hombre. Dietfried puedes besar a la novia. – prosiguió el padre ante lo último de esa ceremonia mas que estrafalaria para todos.
El ojiverde se acerco a la joven que cerro sus ojos fuertemente para no verlo, seguramente incomoda por su nuevo aspecto entonces fue acercándose poco a poco para quedar cerca de su rostro y susurrar unas palabras que nunca espero recibir por parte del hombre que más la odiaba:
- Perdóname por todo Violet. – besando delicadamente su frente ante el asombro de todos.
Sus amigas al ver el ambiente demasiado intimo de ellos decidieron ponerse de pie y comenzar a aplaudir ante la nueva unión de los esposos Bougainvillea, pero Austin no dejaba de observar el rostro angelical de esa chica y como una mujer tan buena a simple vista podría casarse con alguien tan calculador como ese hombre que fácilmente le llevaba unos trece años. Además, podía percibir el afecto latente de ambos, pero también un enorme dolor que los une.
- Veo que te afecto de mas esta ceremonia padrino, creo que es mejor retirarnos y…
- No. – evitando que el joven lo tocara. – No te preocupes, me encuentro perfectamente bien solo que esa chica me recuerda a mi Elizabeth y que seguramente ya tuviera su edad. Igual que ese joven. – mirando fijamente a Benedict, el cual al percibir una incesante mirada hacia su persona hizo contacto con Austin extraño de la presencia de ese extranjero. -Aunque yo nunca hubiera permitido que mi sangre se mezclara con los Bougainvillea nuevamente.
- Vaya que odias a esa familia, padrino. – prefería no presionar a su familiar ante lo último que escucho.
- No tienes idea. Hay cosas del pasado que nunca olvidaremos, aunque lo perdonemos
Pero justo en el Reino enemigo de Leiden un apuesto hombre de cabellera azulada azabache contemplaba el hermoso color zafiro que le regalaba el mar, recordándole una y otra vez aquel maravilloso ser que deseaba olvidar junto a su pasado. Pero como hacerlo si tenia tatuada en su piel a: Violet Evergarden.
En el siguiente capitulo 12 BODA:
La recepción del nuevo matrimonio Bougainvillea traera consigo nuevos personajes que pondran de nervios a Dietfried, Benedict se encuentra con un hombre muy parecido a él, Erica recuerda su encuentro con Víctor Shield haciendo que su convivencia con el mismo sea mas incomoda de lo normal, ironicamente alguien le ofrecera a Taylor una sorpresa en la boda de Violet, mientras que Claudia se siente aun peor por haber perdido "al amor de su vida" y Luclia pronto emprendera en su viaje misterioso.
