Realmente me encuentro muy inspirada en esta historia tanto que ahorita me encuentro escribiendo los próximos capitulos ademas de haber creado un temario sobre cada uno de ellos y el titulo que tendran (creo que si estoy exagerando un poco) Referente al capítulo anterior me sorprendió que algunos no se vieran venir que Gilbert estuviera vivo, pero si en mi historia no fui capaz de matarlo, es un personaje que adoro mucho en lo personal y que también lo visualizó con Violet. Pero en esta historia tendrá un papel fundamental para nuestros protagonistas, además de que el tendrá su propia historia aqui.

Nota; La historia seguira siendo Dietfried y Violet, perdon la aclaración solamente que recibi uno que otro comentario realmente hiriente y los que me conocen saben que los suelo pasar, pero a veces si son incomodos. Como dije una vez gustos son gustos y asi como amo esta pareja amo la de GilbertxViolet solo que por otros poryectos, ademas de mi vida personal no he tenido oportunidad de desarrollar una historia para ellos.

Muchas gracias por las muestras de apoyo de: DannielleAneshkaLazarov, yubima-chan, megumisakura, Persephone RedBlack, Lightly18, nenuserandtransmuter entre otros que siempre se toman su tiempo en escribirme sus reviews e igualmente a las personas que se toman su tiempo en leerla y espero que sea de su agrado. Perdonen la falta de ortografia.

No olviden dejar su review.

"…." Flashback y/o pensamientos

Hablan- Presente

Muchas gracias, cuidense mucho.

Los quiere. TheOtherDestiny.


Capítulo 15: Libertad


"Austin Windsor leía cómodamente en el sillón de su despacho, extrañamente se encontraba en su casa, pero era consciente que sus diligencias en la Marina eran por demás exigente si deseaba llegar lejos como lo había soñado desde niño. Aunque ese mismo exceso de trabajo fue causante de un sinfín de discusiones con Nina, reconocía que estaba mal interponer su trabajo sobre su familia, pero que más podía hacer si deseaba darles la vida que siempre soñó para ellos. Contemplo orgulloso aquel retrato familiar donde su amada esposa cargaba a su recién nacida hija: Elizabeth, mientras el sostenía a un travieso Benedict el cual hacia un puchero al ver que la atención de su progenitora era exclusivamente de la pequeña rubia, pero sus ojos enfocaron a un tierno Víctor Shield de nueve años que miraba orgulloso e imponente en el cuadro junto a sus padre. Cada vez que veía a su sobrino era como sentir nuevamente el dolor y vergüenza que genero el desliz de su hermana al haberse enamorado del hombre equivocado un ser mezquino, cruel y ruin eran las palabras correctas que describían a Albert Bougainvillea, detuvo sus pensamientos cuando las puertas se abrieron de par en par mostrando a uno de sus soles más hermosos y es que su pequeña Elizabeth de diez años corría hacia él como Adoración junto con su cabello corto dorado y ese vestido color crema que hacían resaltar la intensidad de sus ojos zafiro.

- ¡PAPI! – grito fuerte la infante mientras corrió hacia su progenitor el cual no dudo en agacharse y poder cargarla más fácil. – Papi te extrañe mucho. – besando su mejilla. – ¿Te quedaras una temporada con nosotros?

Los ojos zafiro miraron con anhelo que su padre estuviera más tiempo con ella y su hermano, además últimamente su madre se encontraba muy triste, Nina Windsor se le hizo un nudo en la garganta al ver como su hija cuestionaba a Austin conociendo perfectamente la respuesta, lo mismo pensaba Benedict que se encontraba aburrido al marco de la puerta.

- Lo siento mi alma, no puedo solamente estaré hoy, ya que ayer no pude compartir contigo tu cumpleaños. – la infante trato de mostrar ser fuerte, pero no podía. – No te preocupes papi, mama y Benedict me dicen que debo de comprender que eres un hombre muy ocupado. Además, ya deseo que sea mi próximo cumpleaños. -eso sorprendió a los presentes.

- ¿A si, y eso porque pequeña? – dando un golpecito en su fina nariz y vio como las mejillas de ella se sonrojaban.

- Eso es porque ya se cual será mi próximo deseo. – sonrió. – Mi deseo es volver a alguien y que pase rápido el tiempo para estar con él.

Esa respuesta sorprendió a ambos hombres en cambio Nina rápidamente comprendido perfectamente el deseo de su hija y a quien iba dirigido ese deseo, asustándose en el proceso, aunque era el deseo de una niña de diez años uno nunca debe de jugar con el destino, porque…

- ¿Debería preocuparme de no ser el hombre más importante para mi hija? – cuestiono aun divertido en que su niña inocentemente le agrade más de la cuenta un… - ¿Acaso ese niño es demasiado especial para que mi alma se haya fijado en él?

- ¿Niño? – Elizabeth abrió ampliamente sus ojos. – Él no es un niño papá es un hombre como tú incluso portaba el mismo uniforme que tu cuando eras joven.

- ¿Qué? – ahora era el quien tenía sus orbitas resaltadas, ante tal…comentario de mal gusto. - ¿De que estas hablando Elizabeth?

- Es que no es obvio es un joven mayor que yo, y pertenece a la marina. – diciendo un poco exasperada ante lo obvio, pero los mismos ojos zafiro que su hija, Austin dirigió una mirada rápida a Nina.

Benedict comprendido que probablemente el inocente comentario de su hermana comenzaría una discusión con sus padres, aunque eso ya era costumbre para él, aunque deseaba que su tierna hermana no se diera cuenta de eso.

- Elizabeth andando, vamos a jugar ayer nuestro primo trajo un nuevo juego muy divertido. – y como le hubieran dicho la cosa más fascinante del mundo la rubia se soltó rápidamente de su padre, para tomar la mano de su hermano y correr a la salida exclamando felizmente emocionada por ese nuevo juego. Dejando solos a los dos adultos.

- Podrías explicarme las palabras de Elizabeth, Nina. – la mujer no se inmuto debía de controlarse. - ¿A qué se refiere Elizabeth que desea crecer para estar con un hombre mayor?

- Solo estaba bromeando, ya conoces lo traviesa y esporádica que es nuestra hija, solamente quedo fascinada por un joven que la salvo en el pueblo. – decía omitiendo claramente la identidad del joven.

- ¿La salvo? Sucedió algo malo con Elizabeth en su paseo. – se preocupó al imaginarse la sola idea de que algo malo sucediera a su hija. – Por eso mismo te dije que no me gusta que me acompañen a Leiden puede ser un lugar tranquilo, pero también demasiado peligroso.

- Entonces que quieres que hagamos, esperarte siempre cuando por fin te dignes a dedicarnos tiempo. – se sulfito la pianista. – Por dios Austin llevas así desde la muerte de Sara, evadiendo la realidad de las cosas.

- Yo no evado nada, simplemente que las cosas no andan bien en las naciones. – y eso no era del todo mentira. – Si no nos preparamos lo suficientemente bien no tardara en estallar una guerra que…

- Por favor, Austin, no trates de justificarte. Lo único que deseas es buscar una forma de vengarte de los Bougainvillea y Evergarden por lo que sucedió hace tiempo. – la rubia se encontraba cansada de todo ese embrollo que su cuñada había causado. – Acaso no comprendes que esos jóvenes son tan inocentes como Víctor, Amelia. Eres tan ciego que no te das cuenta que los verdaderos culpables no pueden pagar por sus acciones porque seguramente ya lo están haciendo.

El hombre vio horrorizado a su esposa, por las crueles palabras que estaba diciendo. Él sabía que esos jóvenes junto con sus sobrino eran víctimas de las circunstancias, pero no podía evitar sentir un deseo de desquitarse con esas familias por el dolor de su hermana.

- Me estas tratando de decir que olvide todo, Nina. – acercándose amenazadoramente a su esposa la cual no se inmuto. – Mi hermana era…

- Sara sabia perfectamente lo que hacia cuando se involucro con Albert. – fue cruel. -Ella nunca fue la blanca paloma que aparento frente tuyo y de Víctor. Probablemente las únicas personas que conocieron verdaderamente a Sara fue Albert y Patrick.

- ¿Cómo te atreves a calumniar a si a mi hermana?

- Del mismo modo en que no deseo mas odio, dolor y destrucción en mi familia, porque te juro Austin Windsor que, si algo les sucede a mis hijos por los estúpidos actos de calentura de tu hermana, no te lo perdonare. – dándose la vuelta sin dejar que su esposo refutara. – Por cierto, para tu información, no es necesaria tu presencia ayer Elizabeth necesitaba de su padre, pero al parecer es mas importante tu rol como Capitán que como Padre.

- Nina, por favor…

- Y otra cosa. – viéndolo de reojo. – Si algo malo le sucede a Amelia y a sus hijos tenlo por seguro que el mismo destino te lo cobrara caro. Buenas tarde cariño".

Al abrir sus ojos la tristeza se veía reflejada en Austin al comprender que las palabras de su esposa resultaron ciertas después de todo, porque la misma vida le cobro todo esos desplantes, ausencias y sobre todo el rencor hace ellos que pedio lo que mas amaba: a su familia.

- No sabes cómo desearía que estuvieras aquí Nina y pedirte perdón por todas las estupideces que hice. – comenzando a llorar, recordando como se conocieron, su primer beso, el día que se casaron, el nacimiento de Benedict y después el de Elizabeth, ¿en que momento de su vida todo cambió radicalmente?

Entonces vino a su mente que tal vez no solo era culpa de ellos la desgracia de su familia, sino que Nina tenía razón y su querida hermana fue la causante de cavar su propia tumba llevándose consigo al antiguo Austin. Los golpes a su puerta hicieron que limpiara rápidamente los rastros de lagrimas y diciendo un simple adelante vio lo que menos deseaba el día de hoy.

- ¿Qué se te ofrece Patrick? – decía viendo como el ojiverde solamente lo miraba.

- Dietfried se encuentra rumbo a Teylingen. – fueron sencillas las palabras.

- Si, ya estoy enterado de eso partieron aproximadamente cuatro horas. Me entere que se llevo a su doll personal. – decía con burla refiriéndose a la esposa de este.

- Te recuerdo que esa doll se llama Violet y es su esposa, deberías de tenerle un poco más de respeto al fin y al cabo gracias a ella la guerra termino. Porque déjame recordarte que tus tropas no fueron nada a comparación de ella contra el enemigo. – Patrick se encontraba cansado de esta situación con Austin, aunque de cierta forma lo entendía.

- Para mi esa niña representa lo mismo que para Dietfried una arma o instrumento con el único objetivo de matar, ¿Cómo podría una mujer como ella transmitir los deseos de las personas a través de sus manos manchadas de sangre?

- La odias por lo sucedido en la boda o solamente por ser esposa de Dietfried. – Windsor sonrió ante la perspicacia de Patrick. – Dietfried no permitirá que le hagas daño a Violet, ella representa mucho para él incluso mas que su propia vida.

- Eso es demasiado obvio Patrick, incluso me temo a decir que ese joven cayo en su misma trampa.

- ¿A que te refieres? – cuestionaba nervioso, suponiendo que el Almirante sabría la verdad respecto…

- Cualquier persona que viera la forma en que Dietfried mira a esa joven se daría cuenta. Él no solamente la ve como un objeto de mero placer, el la mira de una forma que nunca imagine que un Bougainvillea podría hacerlo. Porque sin darse cuenta Dietfried Bougainvillea le entrego el alma a su propia arma asesina, además me impresiona que un ser sin sentimientos le corresponda.

- "Si tan solo supieras que esa arma que tanto hablas despectivamente es tu hija Elizabeth, Austin. Créeme que te morirías." Insisto deberías de medir tus palabras Austin, podrían salirte muy caras.

- Mas que de lo que la vida me ha arrebatado no creo Patrick. Eso se encargaron de destruirlo hace muchos años todos ustedes. – sin mas que decir el hombre se retiraría el día de hoy, realmente cada vez que recordaba algo referente a su familia sentía un dolor latente. – Por cierto, aunque paso tiempo verdaderamente siento la muerte de Gilbert Bougainvillea y de tu hijo. Creo que de forma indirecta la vida nos cobro nuestros pecados con nuestros hijos.

Gilbert Bougainvillea se sentía realmente incomodo por la situación o mas bien por su invitada sorpresa, cuando cargo a la joven hasta depositarla en su cama esperando que recobrara el conocimiento a su mente venia, ¿Por qué se encontraba alguien buscándolo, ofreciendo su servicio como doll? Hace mucho tiempo escucho que Violet se estaba dedicando a la misma profesión que esa chica pelirroja que al despertar aún seguía viéndolo impactada y muy pálida. No habían intercambiado muchas palabras desde el desmayo de ella.

- Tu nombre es Luculia, ¿verdad? – decidido romper el hielo, pero al escuchar su voz la joven respingo asustada mientras despegaba su mirada de la ventana. – En un momento estará lista la cena, como vez no tengo mucho espacio, puedes quedarte el día de hoy en mi habitación mientras acomodo la que se encuentra disponible.

- Mu-muchas gracias. – escucho como respondía ella. -Disculpe las molestias que estoy provocando señor…

- Por tus reacciones y la apariencia que tienes al verme, sospecho que sabes perfectamente quien soy. – se sentó frente a ella, quien simplemente asintió. - ¿Eres de Leiden?

- S-sí. – la mirada de el cambio a una nostálgica. – Re-realmente ¿es usted Gilbert Bougainvillea? Disculpe si mi pregunta suena absurda, pero… usted para todos esta…

- Muerto. – concluyo. – levantándose y comenzar a servir la cena. – Y espero que siga estando así Señorita Luculia. Espero discreción por su parte.

La pelirroja se encontraba entre la espada y la pared, no podía creer que el hombre del cual su mejor amiga se esforzaba día con día en convertirse en doll y comprender los sentimientos humanos, en especial aquellas ultimas palabras que le había dedicado el hombre frente a ella, se encontrara vivo. Ella era testigo de los esfuerzos de Violet, de cómo sufrió cuando se entero de la "muerte" del Mayor Gilbert, como se esforzaba en seguir su ultima orden de él seguir viviendo sin ninguna orden, como el hermano de este despotricaba en contra de ella cuando se encontraban y que por ruletas del destino ahora ambos se encontraban casados, y muy segura que estaban comenzando en desarrollar sentimientos uno del otro.

- Entonces, ¿Por qué...? – su voz comenzaba a temblar como su pequeño cuerpo. – Entonces, ¿Por qué dejo de Violet y su familia pensaran que esta muerto? ¿Por qué no ahorrarles todo ese dolor diciéndoles que esta vivo? ¿Por qué busco la manera de contactarse con alguien de Leiden y encomendarme esta misión? – gruesas lagrimas estaban siendo derramadas en sus ojos verdes. – ¿Acaso no sabe cuánto sufrió Violet su muerte?

Ese mismo contraste de color detuvo sus acciones al escuchar el nombre de la mujer que amaba y comprendiendo que esa joven conocía a Violet, sonrió triste al comprender que los reclamos de la chica eran porque seguramente la rubia era alguien especial para ella, pero también comprendió que la doll había sufrido. Clara muestra que ella estaba cumpliendo al pie de la letra su última petición que era continuar con su vida sin importar que pasara. Pero extrañamente él nunca había solicitado a nadie… ¿acaso alguien sabrá que se encontraba vivo? Tal parece que la estadía de esa chica probablemente le ayudaría a descubrirlo.

- Veo que Violet es una persona muy importante para ti.

- ¡CLARO QUE SI ES LA PRIMERA AMIGA QUE HICE SINCERAMENTE DESPUES DE LA GUERRA Y LA MUERTE DE MIS PADRES! Además, ella me ayudo de sacar del precipito en el que se encontraba mi hermano. – los puños de ella se encontraban cerrados de la impotencia.

- Ya veo. – decía serio. – Mira hagamos un trato: si logras convencerme que eres digna de mi confianza en el lapso que estarás aquí, te diré todas tus incógnitas e incluso puedes contar la verdad a quien desees. – quedando frente a ella mientras le ofrecía un pañuelo para que limpiara sus lágrimas. – Pero si no logras convencerme de ser alguien digna de mi confianza y si descubro que esto es una trampa de cualquier nación tenlo por seguro que no solamente no tendrás respuestas de mis acciones, sino que tú nunca regresaras más a Leiden. – vio como esos ojos verde oliva lo miraban incrédula con ese aire inocencia muy similar a los de Violet. - Por el momento solamente abstente al presente y acatar mis órdenes.

Los pacíficos ojos del hombre tan amable y tierno que describía su amiga no quedaban casi nada, es como si la guerra no solo hubiera matado físicamente a muchas personas, sino que a otras les arrebato el alma e incluso la fe de confianza en otras personas. Eso mismo paso con Gilbert Bougainvillea el cual era como un gato asustado que no dudaría ningún instante en sacar sus uñas ante cualquier movimiento en falso, haciéndolo tan parecido al Almirante Dietfried, pero la joven debía de reconocer que la mirada de su amiga era diferente cuando hablaba o solamente mencionaba a cada uno de los hermanos Bougainvillea.

Mientras que Violet hablaba del Mayor era como describir a alguien ajeno a cualquier pecado siendo descrito como un ángel casi como un santo, o más bien…

- Como su tabla de salvación. – Gilbert enarco una ceja mientras se sentaba y con su única mano le señalaba a la joven que realizara lo mismo, esta acato la orden del hombre desconcertada ante su descubrimiento.

Entonces Luculia comprendió que Violet al ser una niña con el mero objetivo de matar se enfoco tanto en la única persona que le ofreció aprecio, cobijo, cariño y respeto; haciendo a Gilbert Bougainvillea una forma de salvación de ella. Porque había presenciado en la boda de Violet como miraba al Almirante como buscando o anhelando provocar algo en él, como sonreía inconscientemente al verlo como memorizando cada una de sus reacciones, porque con el tiempo Violet Evergarden comenzó a descubrir el verdadero significado de la palabra amor, pero con el destinatario diferente. En cambio, en el ojiverde las cosas eran demasiado confusas no deseaba ser así con esa joven, pero con el tiempo no siempre es bueno confiar en las personas e inconscientemente se alegro de tener la compañía de alguien.

Dietfried se dirigía al camarote donde dormiría con su esposa hasta que llegaran a su destino por la mañana aun recuerda su platica con Cattleya y como esta comento todas las inseguridades que Violet se comenzaba a generar en esa cabeza suya acerca del porque aún no habían consumado el matrimonio.

- "Deberías de hablar con ella. – decía mientras se sentaba para organizar unas cartas. – Esta mañana tuvo un incidente con una clienta. – enarco una ceja confuso. – Esa mujer le recalco a Violet su situación o mas bien que ella no era lo sufrientemente buena para portar el apellido Bougainvillea, en pocas palabras "una mujer a medias". – Cattleya vio como los puños del hombre se apretaban y sus músculos se tensionaron. – Y lo peor de todo esto es que Violet piensa eso.

- No comprendo, ¿Por qué piensa eso, ella es una mujer? No debería de importarle las habladurías de la gente, debería de aprender a ser un poco mas como ant…- se detuvo abruptamente.

- ¿Cómo antes? – la azabache enarco una ceja. – Realmente desea que ella regrese a ser esa niña sin la comprensión de lo que son los sentimientos y el verdadero significado de estos. Me temo que a ella no le importa ser el tema de conversación de Leiden, sino que usted se vea involucrado.

- Se defenderme perfectamente bien de esas habladurías, simplemente son eso.

- Eso créame que lo tengo demasiado claro, pero ella no. Piensa que usted aun la odia por lo ocurrido con el Mayor Gilbert, además de que se siente poco atractiva ante sus ojos por sus brazos.

- A mi no me importa sus brazos, ella siempre ha sido…especial en todos los aspectos.

- Entonces le doy otro consejo, haga que se sienta amada y protegida. No solamente ser un adorno para el Gran Almirante Dietfried Bougainvillea, porque como se habrá dado cuenta Violet tiene varios pretendientes alrededor que no dudarían ni un segundo en dejarlo todo por ella.

Quedando cara a cara, Cattleya podía ver que ese hombre frio y déspota que al principio pensó que era el Almirante no era mas que una fachada, para negar sus verdaderos sentimientos hacia su amiga y el peor de los casos es que Violet al no comprender aun todo las emociones se dejaba guiar por lo primero que leía o "comprendía".

- Es mejor que este viaje los ayude a entender que camino desean para su matrimonio y de todo corazón espero que sea el mas indicado para que sean felices. Buenas tardes Almirante Dietfried".

Suspiro derrotado, cuando pensaba haber avanzado un poco con Violet realmente había retrocedido dos. Además, los constantes sueños con ella y sus pesadillas referente a su padre no ayudaban mucho, entro en la habitación notando que todo se encontraba oscuro, sin esperar mas tiempo tomo su pantalón ligero para dormir para disponerse a darse una ducha. Cuando termino su tarea se sorprendió verla despierta viéndolo somnolienta y tallándose un ojo tiernamente.

- Perdón si te desperté. – decía mientras acomodaba su lugar para dormir, pero se percato que la joven tenia abrazada en su otra mano su almohada.

- No, perdone me quede dormida esperándolo baje la defensa y…

- Es normal que tengas sueño, eres humana, además la guerra termino hace tiempo.

- Pero el señor Patrick dijo…

- Se perfectamente lo que dijo Patrick, pero eso hace tiempo dejo de involucrarte – acostándose y viendo como ella dudaba en acercarse o no a él, la tomo de las manos para abrazarla y recargar su cabeza en el pecho de él. – Anda duerme mañana será un día muy ajetreado es mejor que descanses.

La rubia al ver sus acciones quería apartar su manos para no incomodarlo, pero el las sostenía con fuerza no deseando separarse de ella y sin ser consciente solo se enfoco en los latidos rítmicos del corazón del Almirante cuestionándose y sus propios latidos se encontraban latiendo con la misma intensidad que él.

A la mañana siguiente Iris Cannary se encontraba desconcertada por el viaje especifico del cliente que tenia frente a ella, el cual simplemente se dedicaba a contemplar el paisaje que mostraba en el exterior del tren.

- Realmente son hermosos los paisajes de su hogar señorita Cannary. – argumento extasiado el hombre apartando su mirada y ver como la castaña enarcaba una ceja. - ¿Pasa algo malo? Mi comentario hizo que se sintiera incomoda o …

- ¿Porque me solicito específicamente a mi para este encargo señor Webster? – el hombre sonrió nervioso.

- Bueno es que…la verdad me agrado mucho su forma de ser, además usted misma me dijo que Violet se encontraría fuera de la ciudad, debo de comprender que, aunque está trabajando sigue siendo una mujer casada con responsabilidades.

- En eso tiene razón. – pensativa creyendo los argumentos del hombre. – Pero ¿no se sentirá incomodo acompañándome primero con mi madre en lugar de dedicarme a su obra?

- En lo absoluto. – dijo feliz mientras llamaba a uno de los carritos de servicio. - ¿Desea algún postre?

- Un pudin estaría bien. – los ojos dorados de Iris veían la reacciones amables del hombre y como esa mujer se sonrojaba por la amabilidad de este. – Vaya usted aun tiene el toque galante con las mujeres. - argumento divertida.

- ¿Eh? ¿Galante yo? – dándole su pudin. – No lo creo simplemente fui amable con ella, además como le dije mi nueva obra tratara sobre el amor, pero creo que en ese ámbito no soy muy bueno.

- ¿Y porque escribir sobre algo que no es experto? – realmente la joven no entendía la forma tan rara de Oscar. – No seria mejor dedicarse toda la vida en el genero que uno domina.

- Eso mismo pensaba yo señorita Cannary, pero desde que escribir mi última obra dedicándosela a mi difunta hija comprendí que uno debe de salir en esa zona de confort y arriesgarse a experimentar cosas diferentes. Buscar ese vacío que a veces embarga nuestros corazones o que llenen al menos nuestras expectativas, ¿usted lo ha vivido?

- Créame que mas de lo que cree. – sumergiéndose en sus memorias Iris recordó la ultima vez que visitaba a sus padres fue hace casi tres años, donde sus progenitores le recalcaban que debía de desposarse inmediatamente antes de que se hiciera vieja, que su deber era permanecer en su pueblo al lado de ellos y renunciar a su sueño de ser una doll. – Pero a veces por mas que deseemos liberarnos de nuestra zona de confort siempre existirán ataduras imaginarias, señor Webster.

- Puedes decirme Oscar. – si entiendo empatiza por la chica comprendía que no todo es color de rosa y se encontraba tan enfrascado en su dolor lejos de la sociedad que no veía que existían problemas o como dice la joven ataduras que nos encadenan a ellos, por mas que busquemos esa libertad. – y si no te incomoda ¿podría llamarte por tu nombre de pila?

- Claro no me molesta. – decía sonriente mientras se encogía de hombros. – Creo que ya llegamos. – levantándose de su asiento.

La joven castaña debía de reconocer que la compañía del novelista era muy agradable como Violet les comento en una ocasión, no imaginaba como un hombre tan bueno como él, comprendiendo que el dolor de haber perdido a su familia fue el detonante para sus malas decisiones referente a la bebida, porque puede que su amiga no haya dicho esos detalles, pero desgraciadamente los periódicos eran un arma de dos filos y mas si eres tan reconocido como él. Tanto ella como Oscar se bajaron del tren para esperar la llegada de su familia, pero lo único que vio fue sacada en una pesadilla.

- Emonn. – susurro asustada la joven al ver a su amor de la juventud recibiéndola con un gran ramo de flores, pero la sonrisa del hombre decayó al ver a Oscar Webster al lado de ella.

Violet como el Almirante Dietfried se dirigían al rumbo de la cita acordada con el cliente de ella, según tenia entendido la carta iba dirigida a una mujer de edad avanzada que deseaba despedirse de alguien. Viendo como ella mantenía silencio mientras veía el paisaje de los frondosos arboles y fauna, decidido hablar:

- Ayer que te esperaba, converse un poco con tu amiga Cattleya. – los ojos zafiros lo vieron impresionados. – Me comento que tuviste un incidente con una cliente por la solicitud de la carta.

- Yo solamente escribí lo que me transmitían sus palabras, aunque siendo honesta su carta era demasiado egoísta y petulante. – el hombre sonrió ante la sinceridad de ella. – Además las palabras que me dijo después solamente son verdad. – y otra vez esa maldita mirada llena de melancolía que siempre adornaba a doll últimamente regresaba logrando enfurecerlo aún más.

- No lo son. – decía serio. – Todo lo que te dijo esa mujer solamente son patrañas de la gente morbosa de Leiden, tu ya no eres un arma. – esas palabras hicieron que ella lo viera sorprendida. – Además hace tiempo me di cuenta que tu no fuiste la causante de la muerte de Gilbert, sino yo.

- Pero yo no pude defenderlo del enemigo y….

- Y yo no pude defenderlo de nuestro padre, tampoco pude defenderte a ti en su momento. – recordando a la pequeña niña que conoció. – y por desgracia aun no puede defenderme ni a mi mismo. – tomando sus manos para levantarlas en el aire. – Esto es mi culpa y si no te toco no es porque no te desee sino porque al verlas es como ver mi propio karma.

Acercándose a ella y tomando su rostro viendo como ella volvía a mirarlo como aquellas veces donde, le entregaba su plena confianza, sin dudar que él podría hacerle daño.

- Porque créeme que desde que te volví a ver he deseado estar contigo, sin importarme tu aspecto. – y justo cuando se disponía a juntar sus labios con los de ella, se comenzaron a escuchar disparos y rápidamente Dietfried hizo una seña al conductor que se encontraba armado en detener el vehículo.

- Señor Bougainvillea nos emboscaron necesitamos mantenerlos a salvo a usted y a su esposa. – argumentaba uno de sus hombres. – Smith los llevara cerca del lugar mientras nosotros nos encargaremos del resto.

- Esta bien. -no deseaba huir, pero era necesario tener primero a salvo a Violet.

En esos momentos mas disparos se escucharon cerca y la doll corrió rápidamente donde se escuchaban, ella prometió no volver a matar, pero no impedía su deber como ciudadana y exintegrante en el ejército de proteger a sus aliados del enemigo. El ojiverde corrió atrás de ella supervisando ningún ataque, pero en eso vio como varios hombres se encontraban escondidos en varios árboles y rápidamente comenzó a dispárales antes de que atacaran a Violet, ella por su parte vio como dos de los hombres que los acompañaban se encontraban muertos y frente a ella tres desconocidos.

- Vaya pero que tenemos aquí. – dijo uno que extrañamente se le hacia familiar. – Al arma mortal de Leiden la cual por su culpa nuestra nación quedo hecha trizas. – exclamo furioso el azabache.

- Ustedes fueron los causantes de eso. – viendo los cadáveres en el suelo. - ¿Por qué?

- Fácil niñita. – hablo uno de mirada dorada. – Mientras ustedes se regocijaban en sus logros y reconocimientos nosotros los saldados de GardeRick fuimos marginados y exiliados. ¡TODO POR SU MALDITA CULPA!

- Ya tranquilízate, Humberto, Thomas. – el que parecía el líder de la misión se acerco lentamente a ella. – Que asustaran a la señorita. – quedando frente a ella. – Es curioso pero tu rostro me es demasiado familiar, mira si te unes a nosotros podemos ayudarte.

- No lo creo, he aprendido que las personas desconocidas nunca te ayudan, además ustedes me asustan. – decía tajantemente posicionándose en defensa para cualquier ataque.

Pero lo que no se percato fue que la mirada del hombre frente a él cambio drásticamente y es que pequeños flashes vinieron a la mente de Marco Loan donde estaban como protagonistas una niña no más de diez años y un hombre entrados los veinte.

- Claro, eres tú. – con una sonrisa sádica. – Como diablos no pude darme cuenta que todo este tiempo nuestra enemiga fuiste tú, maldita mocosa del demonio.

Violet no comprendió sus palabras, ¿acaso conocía a ese hombre? Pero repentinamente a la mente de ella venían recuerdos vagos de un pequeño llanto, después unos golpes y por último…CRASH el hombre frente a ella la golpeo en la boca del estomago haciendo que retrocediera un poco y otro sujeto llamado Thomas le dio un disparo en el hombro. ¿Porque su cuerpo no se podía mover?,¿porque se sentía tan inútil?, ¿porque tenia unas ganas inmensas de llorar y buscar a su…madre? Iba a recibir otro disparo, pero ahora por parte del sujeto conocido como Humberto, pero una daga fue directo a la yugular del hombre además de una bala lanzada directamente al corazón de Thomas haciendo que en automático murieran, al ver la sangre vinieron a ella los momentos de la guerra y como sus mismas manos habían matado a muchas personas, en ese momento Marco aprovecho para tomar a Violet y girar su brazos a la vez que sostenía un arma cerca de su cabeza.

Dietfried había llegado antes, pero vio como ese hombre comenzaba a hablarle con familiaridad a Violet y es que cuando escucho el nombre de esos bastardos sintió que el mundo se le venia encima, esos mismos mal nacidos eran aquellos que hace tiempo deseaban hacerle daño cuando solo era una niña, cuando solo era Elizabeth… tan sumergido estaba en sus pensamientos que el estruendo de un disparo lo alerto. Lleno de rabia lanzo una daga directo al cuello de uno mientras que en el descuido del otro le disparaba, pero lo que no se esperaba que la mente de Violet se encontrara perdida, donde ese maldito bastardo aprovecho para tomarla de rehén, no tuvo más opción que salir.

- Vaya, pero nuevamente Romeo se encuentra salvando a Julieta. – las irónicas palabras del hombre hicieron. – Dime que se sintió tener entre tus brazos a esta niña, por lo menos disfrutaste de lo lindo. – los puños del ojiverde se apretaron viendo como este miraba descaradamente el cuerpo de ella. – Ya veo porque la defendiste de nosotros Almirante Bougainvillea.

- ¿Qué demonios buscan aquí?

- Ya le dije a tu…bueno ya le dije que simplemente buscamos venganza porque por su culpa nosotros estamos marginados y…

- No es culpa de la nación de Leiden, que ustedes revoltosos deseen una nueva Guerra por motivos estúpidos, ustedes fueron los que cavaron su propia tumba.

- Que filosofo. – riendo cínicamente. – Aunque nos mates, mas gente desea esta rebelión, desean recuperar un poco de lo que ustedes nos arrebataron.

- Por favor todos perdimos algo en esta guerra sin fundamento imbécil. – recordando a Gilbert. – Entrégame a mi esposa, ella es inocente de todo este asunto.

- JAJAJAJA ¿Acaso piensas que soy idiota Bougainvillea? Se perfectamente quien es ella. – acercando su rostro al de esta. – Y no solamente hablo del arma mortal, si no de Eli-

Las palabras del hombre fueron abruptamente calladas cuando la joven lo golpeo en el estomago haciendo que este la soltara y ella corriera con el Almirante asustada, mientras que Marco rápidamente saco su arma y en un instante todo sucedió un disparo directo fue lo que ataco a…

Luculia trataba de despertar desesperadamente al Mayor Gilbert y es que este entre sueños comenzaba a murmurar dolorido, como si estuviera viviendo una pesadilla ´latente.

- N-no…por favor De-detente… no lo hagas… por favor no. – comenzaba a gritar mas fuerte asustando a la pelirroja, entonces paso… -

El hombre de mirada verde interpuso su cuerpo entre el impacto y Violet ante los asustados ojos de ella, no podía soportar perder a alguien mas , su mano toco suavemente su mejilla manchada de lo que seguramente era su sangre, viendo como a pesar de todo era afortunado de tenerla y reconociendo que realmente le dolería perderla. La muerte de Gilbert era un duro golpe para él, pero era momento en dejarlo en libertad, de liberarse de los fantasmas del pasado y reconociendo que en el fondo de su corazón el amaba a Violet Evergarden y Elizabeth Windsor, además de reconocer que si hace años hubiera llegado la noticia de que ella murió.

- Si al perder a mi hermano me volvió loco, al no volverte a ver hubiera muerto mi alma, Violet. – diciendo esto ultimo sus ojos se cerraron con una sonrisa dejando que las lagrimas no solo se derramaran en sus ojos verdes sino en los zafiro de ella.

- ¡NOOOOO DIETFRIED! – el grito abrazador de Violet se escucho por todo el bosque, así como Gilbert Bougainvillea despertaba hecho un mar de lágrimas, gritando el nombre de su hermano, sintiendo tan real ese sueño, Luculia al verlo temblar todo su cuerpo se acercó y el por insitinto la abrazo. Mientras que lo mismo pasaba en la oficina de Austin al mirar como su sobrino Víctor comenzaba a llorar sin ninguna razón.

Porque al buscar la verdadera libertad siempre sera a base del sacrificio.


¿Que les pareció el final de este capitulo? Debo de reconocer que soy malisima describiendo peleas y todo eso, asi que al parecer la escena de la batalla fue decente, respecto a los escenarios desee que los tres hermanos tuvieran una "conexión" por asi decirlo, aunque mi idea principal era solo que Gilbert se presintiera que algo malo le sucederia a su amado hermano.

En el siguiente capitulo 16 Deseo:

Los recuerdos de Violet vendrán mas seguidos cuasando un desconcierto en ella, además de buscar la forma de ayudar a Dietfried, Amelia Bougainvillea recibira la visita inesperada de Austin, Benedict conversa con Víctor Shield sobre su pasado haciendo que el hombre descubriera la verdad de su origen. Luculia se va acostumbrando a su nueva vida mientras que Gilbert se siente mas intrigado por la vida actual de su madre, Dietfried y Violet.