Hola nuevamente en este nuevo capitulo, estos dias me he encontrado enferma por lo cual no pude actualizar antes como deseaba. Por lo tanto me atrase en actualizar no solo Nuevo Amanecer sino otras de mis historias. Este capitulo es un complemente del otro, no deseaba hacerlo mas largo de lo normal. Para los que estan impacientes para la llegada del Mayor Gilbert esperen un poco mas, que tan esperado encuentro de él y los esposos Bougainvillea esta proximo, ¿Como esperan que reaccionara? Ademas esta aun el tema de la enfermedad de señora Amelia y uno que otro secreto por descubrir, pero eso se ira dando a medida que avance la historia.

Perdonen la falta de ortografia.

No olviden dejar su review.

"…." Flashback y/o pensamientos

Hablan- Presente

Muchas gracias, cuidense mucho.

Los quiere. TheOtherDestiny.


Capítulo 22: Descubrimientos Parte II


"Erica miraba en el reflejo de su tocador como Víctor se quedaba viendo fijamente el techo de su recamara como si fuera la cosa más interesante del mundo y es que desde haber aceptado su propuesta de…ser amigos íntimos eran constantes las visitas del hombre a su casa.

- ¿Te ocurre algo? – decía acercándose a la cama y recostarse levemente.

Su voz provoco que la mirada zafiro del hombre se fijara en ella y le regalara una de esas sonrisas hipócritas.

- Sabes que conmigo no tienes que fingir. – tocando delicadamente su cabello, y dicha acción provoco que el hombre cerrara los ojos disfrutando del tacto.

- No sabía que despertar tu libio desearas cada vez más, mi pequeña ninfa. – la joven detuvo su mano y se sonrojo, logrando que el medico riera a carcajadas. – Relájate solo estoy bromeando, no te preocupes, solo estaba pensando en muchas cosas que están pasando en mi vida.

Al decir esto recordó su plática con el Almirante Bougainvillea concentrándose solamente en la falta moral de los padres de ambos y de que él sabía quién era verdaderamente Violet o más bien Elizabeth, aunque dudaba que la joven fuera nuevamente su tierna y linda prima llena de emociones, pero solo quedaría…

- Oe Erica, tengo una duda respecto a tu amigo Benedict. – arrugo su entrecejo al percibir como ante la mención del rubio la castaña se ruborizo y comenzó a boquear. – "Aun tiene sentimientos hacia él". – pensó el joven.

- Sobre Benedict. – enarco una ceja la joven.

- Si. – respondió serio y de un rápido movimiento se levantó llevándose a su paso a la doll para poder abrazarla por la espalda. - ¿Cómo es que pudo sobrevivir a la guerra? Tengo entendido que este fue uno de los lugares más susceptibles junto con algunas áreas cercanas. Me imagino que debió ser difícil para él perder a su familia.

La castaña dudaba si decirle o no al joven respecto a la vida privada de su amigo, pero ¿Qué podría salir mal? Total, tanto Benedict como Víctor son casi completos desconocidos.

- Benedict fue encontrado por una mujer según nos comentó Hodgins, pero cuando este despertó, ella desapareció y solo diciendo que se llamaba Benedict Blue. – hizo una pausa. – Cuando los médicos se lo cuestionaron el afirmo eso, porque tenía un ligero ataque de amnesia que hasta el día de hoy tiene.

- Entonces no recuerda nada. – suspiro. – Eso debe ser realmente triste no recordar a tus padres o probablemente tener un familiar cercano que…

- El solamente recuerda algunas melodías de piano, la forma de una mujer y también a su hermana pequeña que por años trata de buscar, pero ha sido inútil. – la castaña realmente le dolía la situación que pasaba el rubio, independientemente de las circunstancias él era su amigo.

- ¿Y cómo se llamaban? – indago el ojiazul.

- No recuerda el nombre de la mujer, pero si repetía una y otra vez que encontraría a su pequeña hermana…Elizabeth."

Víctor Shield abrió los ojos cuando termino de recordar esa conversación con Erica, siendo honesto sabía que Violet era su prima desaparecida más que nada por las fracciones muy parecidas a su madrina, aunque probablemente el brillo y la alegría desbordante que tenia de niña desaparecieron haciendo que incluso su propio padre no la reconociera. Pero en Benedict tenía que atar los cabos faltantes y cuando descubrió esa información del rubio inmediatamente se la notifico a su padrino, sabía que al enterarse que al menos uno de sus hijos estaba vivo lo alegraría, aunque ¿Por qué no le decía también que su hija estaba viva? Inmediatamente vino una imagen a su cabeza y era la de su querida prima Elizabeth completamente feliz al lado de su "amable medio hermano".

- Que ironías de la vida, de una u otra forma siempre estaremos unidos a los Bougainvillea.

- Dijiste algo, Víctor. – la tierna voz de Lux que se encontraba vistiéndose un hermoso vestido blanco con detalles purpuras miraba consternada al ojiazul. – Desde que llego ese tarado de Blue has actuado muy extraño.

El medico vio a su prima y sonrió nostálgico aún recuerda como esa joven llego por azares del destino para que pudiera ser un alivio para su padrino e incluso para ellos, y más aún los ojos bicolor que tenía, así como su exótico cabello purpura. Despeino un poco su larga cabellera, logrando que ella comenzara a reprocharle.

- No deberías ser tan grosera con ese joven Luxie, no te ha hecho nada malo para que lo trates así.

- No precisamente. – murmuro la joven, levanto la mirada al ver el desconcierto en Víctor. – Olvida lo que dije, dime Víctor, ¿Quién era esa joven que estaba contigo ayer en tu estudio?

- ¿Hablas de Erica? – cuestiono, ya que relativamente ambos nunca estipularon el nombre de la relación que mantenían. – Solo es una amiga cercana.

- Entonces, ¿no es nada tuyo? – la mirada inquisidora de Lux lo estaba poniendo nervioso.

- Por supuesto que no, ya te lo dije solo es una amiga. La conocí una vez que fui a CH para escribirle a mi padrino acerca de su regreso. Además, aun no me has respondido, ¿Por qué fuiste tan grosera con Benedict?

- Porque se lo merecía. – se encogió de hombros. – Espero no volverlo a ver hasta mi estadía aquí.

Ambos iban saliendo de la habitación de la joven, pero se detuvieron al comenzar a escuchar gritos en la parte de abajo desconcertando a la joven sin embargo Víctor sabía perfectamente a que se debían, vio como su padre estaba viendo con tristeza el estudio de su padrino.

- Creo que ahora irrefutablemente la caja de pandora ha sido abierta. – la voz melancólica del mayor hizo que ambos jóvenes lo vieran fijamente. – Realmente veo difícil que ese joven logre perdonar a Austin aun cuando se ha enterado que es su padre.

El ojiazul suspiro y tomando la mano de su prima simplemente le dijo con una sonrisa.

- Creo que tu deseo no será concebido pequeña Lux, ya que ese joven tiene un lazo irrefutable con mi padrino…Benedict Blue en realidad es un Windsor.

La joven abrió ampliamente los ojos y sin poder creerlo, pero lo más impórtate era saber ¿Cómo se encontraba el hombre tan amable que llamaba padre?

- Benedict…hijo. – el castaño deseaba abrazar al joven, pero este al ver como se acercaba rápidamente se levantó. – Por favor trata de entenderme yo…

- No me toque. – la mirada llena de reproche del rubio calo hasta lo más profundo en Austin. – Usted piensa que después de decirme todo esto cambiara mi manera de pensar. – soltó una carcajada amarga. – ¿Que todo esto traerá de vuelta el daño que provoco o que nos regresará a mi madre y a Elizabeth?

- De ella te quería hablar… ¿Qué paso ese día? Existe la posibilidad de…

- No lo sé. – la mirada celeste se tornó vacía. – No lo sé, porque cuando trate de defenderme de uno de esos bastardos caímos al barranco y …no recuerdo más de Elizabeth, solamente sus lágrimas y reproches en regresar a buscar a nuestra madre, pero…ya era demasiado tarde, ¿no señor Windsor? Siempre fuimos un segundo plano en su vida.

- Tu no comprendes.

- ¡ÉL QUE NO COMPRENDE NADA ES USTED! – grito furioso. – USTED NO ESTUVO AHÍ CUANDO LE DISPARARON A SU MADRE EN EL CORAZÓN, NO CORRIO POR SU VIDA JUNTO A SU HERMANA SIENDO CAZADOS COMO SIMPLES ANIMALES, NO SUPO DEL DOLOR DE MI HERMANA NI LA DESESPERACIÓN DE AMBOS, ASI COMO NO HA SABIDO NADA DE MI VIDA EN ESTOS ULTIMOS SIETE AÑOS EN LOS QUE HE BUSCADO DESESPERADAMENTE A ELIZABETH.

- Benedict…

- Y ahora quiere que le extienda los brazos, diciendo simplemente: "Hola padre, por regresar después de abandonarnos este tiempo, por cierto, probablemente Elizabeth este muerta y por desgracia yo no morí ese día". – acercándose a la puerta. – Corrección el Benedict Windsor que conoció su murió ahora queda este que se encuentra frente a usted y que el poco respeto que le tenia se fue al carajo.

En el momento en que salió del despacho el rubio levanto la mirada encontrándose con Víctor Shield hijo que lo miraba avergonzado junto con su padre que le dedicaba una mirada llena de lastima y por último esa mocosa que el día de ayer por equivocación del destino a partir de hoy serian "hermanastros". Sin esperar más se fue del recinto sintiendo como la lluvia comenzaba a caer sobre Leiden y cuando iba a avanzar más vio la silueta de Erica que al verlo no dudo en auxiliarlo.

- Benedict, ¿te encuentras bien?

El simplemente negaba con la cabeza mientras lagrimas comenzaban a caer en sus mejillas y sin previo aviso abrazo a la castaña, que sin dudarlo le brindo su ayuda, porque Benedict aún era el hombre que amaba, ¿verdad?


"Las manos de Violet temblaban ligeramente por los espasmos antes vividos en la bañera, se sostuvo fuertemente del cuerpo de Dietfried, el cual se sentó en la cama con ella sentada se sonrojo al sentir la anatomía de su esposo aun endurecida y haciendo que este riera ante su expresión.

- Mejor vayamos a descansar. – tomando sus mejillas. – Aun no estas acostumbrada a este tipo de "entretenimiento", aun eres demasiado joven Violet.

Diciendo esto los reconozco en la amplia cama, logrando que la joven sin ser consciente realizara un puchero y juntara su entrecejo, logrando desconcertar al ojiverde, ya que esa expresión la había visto en ella hace tiempo.

- Te recuerdo que pronto cumpliré los veintidós. – posicionándose arriba de él, logrando que el Almirante detallara cada curva de ella y embelesado al comparar a la joven en una hermosa muñeca. – Además ya hemos hecho esto antes no solo hace poco.

Esto hizo que la culpa de haberla tocado siendo apenas una adolescente volviera a él, pero los labios de ella, así como los constantes movimientos de sus partes lo desconcertaron. Dietfried se sentó aun con ella en sus caderas y tomo la nuca de Violet para poder accesar a su boca comenzando a besarla con las ímpetu adentrando su lengua en el proceso.

Cuando se separaron un pequeño hilo de saliva los unía y sin perder más tiempo el hombre comenzó a besar los senos de la joven ganándose gemidos por parte de ella y detuviera los movimientos de sus sexos.

- No deberías dejar de hacer eso. – la voz de Dietfried era más ronca de lo acostumbrado, mordiendo levemente el lóbulo de su oreja. – Paso 2: Si logro estimular a su pareja, debe lograr que siga estimulado para esto necesito ir descubriendo nuevas facetas de usted.

Las manos del Almirante acariciaron buscando un camino a través de su cadera, cintura y espalda, mientras que los labios de él besaban desde la clavícula de la rubia hasta su mentón el cual mordió ligeramente al sentir como Violet volvió a mover sus caderas sintiendo como ambos aun seguían húmedos, la joven aun inexperta rememoro las imágenes de ese libro, entonces tomo el miembro de su esposo, colocándolo cerca de su entrada y sin más se sentó con fuerza arriba de él sintiendo como en esa nueva posición sentía más grande la hombría de Dietfried.

- Violet. – gimió al sentirla aún más, pero era consciente que debía de esperar. – Cuando creas necesario comienza a moverte, ¿de acuer…?

La ojiazul movió sus caderas sin esperar más tiempo, los movimientos de la doll aun eran torpes y entonces comprendido Dietfried que debía de asesorarla, tomo las caderas de ella comenzando a moverla de una forma más sutil, pero tortuosa para él. Porque en el tiempo en que compartía con Violet aprendió que no solo era sexo como solía tenerlo con sus antiguas amantes, sino que con ella era algo más fuerte era lo que su madre decía: Hacer el amor. Entrelazo sus dedos con los de ella causándole ternura sus manos metálicas, sus ojos verdes detallaron la forma en que los senos rebotaban por la sincronía de sus movimientos, al bonito y sonrojado rostro que emitía gemidos cada vez más sonoros, Violet aún se encontraba cohibida por seguir montada en él.

Se recostó por completo en la cama viendo como abría ligeramente los ojos por los espasmos.

- Muévete, mi ángel. – suplico con voz ronca y ella acepto al solo asentir.

Apoyada en sus rodillas, la ojiazul se dispuso a complacerlo en lo poco que comprendido en las ilustraciones de esa libro donde buscaba la forma de complacerlo y complacerse al mismo tiempo, sintiendo como sus senos comenzaron a endurecerse por la fricción cada vez más profunda sintió como nuevamente esas sensaciones se acumulaban en su vientre y Dietfried al ver esto la tuvo que ayudar en seguir guiándola en los movimientos cada vez más rápidos sujetándola de la cadera, para después de varias embestidas, sentirla temblar, contraerse en su interior y mojarlo todavía más.

Sintieron como ambos corazones bombeaban incesantes y el calor comenzaba a sofocarlos, sintiendo que pronto ambos llegarían a su límite, Dietfried invirtió los papeles colocándose arriba de ella y tomándola de las piernas para posicionarlas en sus hombros sintiendo como llegaba hasta el límite, la humedad caliente y estrechez dentro de ella junto con los continuos embistes, hicieron gemir roncamente al moreno cada vez más fuerte en sincronía con los gemidos de Violet.

- ¡DIETFRIED! – gimió la doll cuando su esposo comenzó nuevamente a vaciarse en su interior.

Cuando reacciono el hombre vio como los ojos zafiros de su esposa comenzaban a cerrarse lentamente por el cansancio y sin más contratiempos tomo el delicado cuerpo, abrazándola.

Vio la tranquila respiración de Violet, así como las marcas que había dejado parte de su cuello, sus senos incluso se podían ver algunas marcas en las caderas, suspiro derrotado.

- De una u otra manera siempre termino siendo un salvaje. – tomo el pequeño rostro de ella en su pecho y arropándola. – Sonora extraño, pero realmente me gustan tus brazos. – rio ante la ironía mientras ella se cohibía él amaba cada parte de ella."

- ¿Qué tanto piensas? – la voz de Dietfried detrás de ella la sacaron de sus pensamientos sonrojándose. – Estas demasiado roja, ¿no deseas mejor que descansemos?

Violet negó repetidas veces y es que a su mente venían las imágenes de ellos de hace unas horas atrás muy vividas, pero se detuvo al recordar la charla con la señora Amelia, además de la solicitud de esta al permanecer callada sobre su enfermedad hasta que sea el momento adecuado.

- Por cierto, mi madre y tu charlaron demasiado, ¿sucede algo? – decía mientras acomodaba las mangas de su saco, la joven agacho la mirada.

- No, nada relevante. – sus ojos zafiro se encontraron con aquel broche de color esmeralda que siempre permanecía con ella.

Sonrió nostálgica ese siempre seria un recuerdo muy especial por parte del Mayor Gilbert, pero siendo honesta consigo misma desde hace un tiempo él dejo de inundar sus pensamientos y emociones, el espejo de su tocador le proporciono la vista de su ahora esposo acomodando algunos detalles antes de partir y sonrió al comprender lo que aquella vez le pregunto a Cattleya, ¿se puede amar a dos personas a la vez? La respuesta era fácil, no. Porque lo que con el tiempo sentía por el Mayor Gilbert era un cariño y afecto demasiado grande, porque fue la primera persona en hacerla comprender lo más básico para un ser humano, ella quería al Mayor Gilbert, pero nunca al grado de amarlo como Dietfried que a pesar de su actitud arisca fue quien la rescato en esa isla, le dio alimento, cuidándola e incluso en aquellos entrenamientos el fue quien la curo, además en este tiempo descubrió una faceta completamente diferente de él, logrando que incluso ella aprendiera a entenderse mejor.

- "Muchas gracias, Mayor Gilbert, por fin seré libre". – pensó a la vez que se levantaba de su asiento y tomo el rostro de su esposo para besarlo levemente.

- Y eso, ¿Por qué fue? – pregunto divertido Dietfried.

- Porque por fin soy libre y por estar conmigo. – sonrió alegre la joven soltando una pequeña carcajada, pero en eso algo vino a su memoria.

- "Oe, pequeña, ¿te encuentras bien? – cómo pudo trato de acomodarlos en una manera menos incomoda y tomo con sus manos el rostro bañado de lágrimas de ella. - ¿No te hicieron nada verdad?

- N-no, pero ellos son malos. – murmuraba muerta de miedo. – Ellos querían hacerme…querían hacerme daño.

- Shhh. – recargando la cabeza rubia en su pecho. – Tranquila, todo estará bien. Te encuentras a salvo te prometo que mientras este a tu lado nada te pasara. ¿De acuerdo?"

Sintiéndose un poco mareada tomo su cabeza y sintió como su esposo la sostuvo de la cintura, pero las palabras que salieron de su boca congelaron al Almirante.

- ¿Algún día nos volveremos a ver? – susurro Violet, y consternada vio el rostro sorprendido de Dietfried. – Perdona, pero vinieron a mi mente unas escenas muy confusas.

- Deberíamos quedarnos. – haciendo que se sentara en la cama. – Iré con mi madre y le informare que te encuentras enferma. – antes de que llegara a la puerta sintió como Violet tomo su mano y simplemente negaba repetidas veces.

- N-No te preocupes, solo es un pequeño dolor de cabeza, he leído que ocurre cuando una no ingiriere alimento cierto tiempo. – tomo su bolso, para disponerse a salir con su esposo. – Es momento de bajar sino su madre se preocupará.

El Almirante asintió, pero vio como aquel broche esmeralda que su hermano le obsequio a la doll permanecía en el tocador, lo tomo para colocárselo, pero las manos de ella lo detuvieron.

- Creo que es mejor que no lo use tan seguido. – eso desconcertó a Dietfried. – Probablemente es hora de dejar libre no solo yo, sino al Mayor Gilbert.


Tanto Luculia como Gilbert miraron sorprendidos la correspondencia, después de haber hecho las pases ambos dispusieron en comer a las orillas del mar, para luego divertirse con el mismo, pero sus planes fueron interrumpidos por la fuerte lluvia. El anterior Mayor tomo la mano de la pelirroja para correr mas rápido, ya que a diferencia de Violet, Luculia era muy lenta en las actividades físicas.

- Esperabas correspondencia de tu jefe. – cuestiono a la joven que simplemente negó. – Seguramente es de esa persona que sabe que me encuentro vivo.

- Pro-Probablemente. – la joven Marlborough soltó la mano del hombre para tomarla, pero se sorprendió al ver que no solo venían dos cartas sino un paquete de grosor considerable y cuando leyó a quien venia dirigido volteo a ver al hombre inmediatamente. – E-Esto es para ti.

Aquello descoloco a Gilbert que simplemente le indico a Luculia que seria mejor entrar antes que enfermarse al permanecer mojados. Una vez adentro los ojos verdes de él instintivamente recorrieron la figura de ella, notando por primera vez en su vida porque los tarados de sus compañeros estaban locos por ella, y es que no solo era bella su forma de ser o rostro, sino que la joven pecosa tenia unas largas piernas, su piel nacarada hacia un hermoso contraste con el sol, su cintura era pequeña y sin darse cuenta fijo su mirada en los senos de ella que por la humedad de su ropa comenzaban a erguirse. Carraspeo logrando llamar su atención.

- Creo que es mejor que te seques y cambies. Mientras preparo la cena. – dirigiéndose a la chimenea y comenzar a prender el fuego, pero que sus instintos mas bajos no comenzaran a despertar.

- Esta bien. – soltó con alegría la ojiverde que rápidamente se agacho y le dio un beso en la mejilla al hombre. – Pero aun queda comida de la mañana seria mejor solo calentarla.

Decía esto mientras subía las escaleras dejando aun mas consternado al hombre y demasiado sonrojado.

- ¿Qué demonios me pasa? Yo amo a Violet, simplemente es porque no he tenido ningún acercamiento con una mujer, si seguro es eso. – comenzado a hablar consigo mismo. – Mejor comienzo a calentar la cena.

Pero sus ojos esmeralda se detuvieron en ese paquete que iba dirigido hacia él, sin esperar mas tiempo lo tomo junto con la carta y comenzó a abrirlas, sorprendiéndose del contenido de estas.

"Querido Gilbert

Se que desconoces muchas cosas de tu vida entre ellas, el ¿porque te impuse una doll para tu cuidado? O simplemente tu curiosidad de saber, ¿Quién soy yo realmente? Por el momento no puedo revelarte mi identidad, pero puedes estar seguro que nunca pondría tu vida y la de tu familia en peligro. Además de que estoy seguro que la joven Marlborough es una excelente compañía para ti y te ayudara a sanar algunas heridas que probablemente nosotros no comprendamos. Pero es necesario que cuando llegue el momento regreses al lado de tu familia, te necesitaran, porque lamentablemente los fantasmas del pasado nunca se terminan. – a medida que iba leyendo Gilbert se sorprendía cada vez más. – Hace tiempo tu padre junto en compañía de tu padrino y su amante jugaron con la lealtad que juraban tenerle a Leiden, una muestra de ello fue las estrategias, ubicaciones tanto de las propiedades de los altos mandos como de las organizaciones especializadas.

- ¿De que demonios habla? Es una broma de mal gusto. – alejando un poco la carta, pero ¿sino era del todo mentira? Esa persona sabia que estaba vivo y la vida de Luculia, escéptico volvió a leerla.

Se que no creerás mis palabras por la alta estima que tienes a tu padre y Tío Evergarden, tanto así que dejaste a su custodia a Violet, pero temo decirte que las palabras antes dichas son verdad. Tu padre sostuvo mucho tiempo una relación con una mujer llamada Sara Windsor que al casarse fue cambiado a Shield. Se caso con un medico bueno que la adoraba, pero eso no era suficiente para ella y tu padre al estar aburrido de la rutina de su matrimonio se involucró íntimamente con ella, teniendo como resultado un joven llamado Víctor Shield, el medio hermano de Dietfried y tuyo. Todo esto es del conocimiento de tu hermano mayor, pero probablemente la gota que derramo el vaso fue descubrir la traición de tu padre a la nación y ser uno de los responsables en que la guerra explotara, se que no creerás mis palabras por eso mismo te envió cartas donde tu padre y Sara planeaban todo esto que te estoy comentando.

Se que todo esto es difícil para ti, perdóname la forma en tuviste que haberte enterado, pero era necesario que conocieras quien era realmente: Albert Bougainvillea."

Las manos de Gilbert comenzaron a temblar no podía creer todo esto y sin dudarlo comenzó a abrir cada una de las cartas que venia en ese paquete sorprendiéndose de la desfachatez de su padre al serle infiel a su madre, sino que su padre era un traidor o como decía su hermano el tirano no solo de su hogar sino de la nación, eso significaba que su padre era el causante de tantas muertes inocentes, de que Violet y él estuvieran a punto de morir; y de la muerte de los padres de Luculia.

La joven iba bajando de las escaleras con una bata de dormir que la cubría hasta los chamorros de color verde, corrió rápidamente a la estufa al ver como se estaba quemando la cena y cuando se disponía a reclamarle a Gilbert se sorprendió de verlo con un estado de shock, sus manos temblaban y sus ojos estaban al borde de las lágrimas.

Sus ojos verdes vieron como él había abierto la correspondencia antes, sospechando que seguramente…

- Gilbert, ¿te encuentras bien? – sentándose en la mesa frente al sillón y tomando su rostro. - ¿Qué paso? Dice algo malo tu correspondencia.

Sin previo aviso vio como el hombre la sujeto para recostarla en el amplio sillón, posicionándose el arriba de ella sorprendiéndola y justo cuando iba a reclamarle sintió como este la abrazaba fuertemente enterrando su rostro en el pecho de ella comenzando a llorar.

- Gi-Gilbert…- sonrojada comenzó a tartamudear. – Esta bien si te encuentras triste.

- No Luculia no solo estoy triste, estoy decepcionado. – las lagrimas que comenzaron a salir eran de una mezcla de sentimientos que nunca había sentido. – siento rabia, odio, desilusión e impotencia, además de un asco inminente por ser quien soy…Mi padre era un traidor, Luculia…Mi padre junto con el General Merkulov iniciaron la guerra. No comprendes mi familia fue la causante de tantas muertes y…

Al escuchar eso la joven también comenzó a llorar, porque seguramente el hombre se responsabilizaba por asuntos completamente ajenos a él.

- Shhh… es mejor descansar…mañana será otro día y por favor, Gilbert no te responsabilices por el pasado, porque él hubiera no existe solo el presente.

Y como si las palabras de la Luculia lo reconfortaran la abrazo mas fuerte, sin importarle a ambos que las lagrimas de el la comenzaran a mojar y que probablemente una nueva grieta comenzara a abrirse en el corazón de Gilbert Bougainvillea.


La fiesta iba transcurriendo tal y como su padrino desearía su rumbo, pero el medico sentía que se asfixiaba en esa clase de eventos, era obvio que muchas de las mujeres de ahí solamente venían para poder cazarlo y tener un futuro seguro, sin embargo eso no era todo su mal humor sino que Erica aun no llegaba y era tarde conociendo la puntualidad que caracterizaba a la castaña, se sentía como león enjaulado, pero ¿si algo malo le habrá pasado? ¿si la lluvia hizo que no pudiera llegar a tiempo? Esas preguntas comenzaban a angustiarlo sin comprender el porque si solo la doll y él compartían momentos en la cama.

- Parece como si estuvieras buscando a alguien. – una voz detrás de él hizo que volteara encontrándose con unos ojos esmeralda burlones. – ¿Acaso es la amiga de Violet? – el ojiazul enarco una ceja. – Si la de pelo corto castaño, creo que se llama Erica.

- Deja de joder Dietfried. – bebiendo rápidamente su copa de vino. – Además si sigues hablándome con tanta familiaridad mi padre se dará cuenta.

- Deberías de tenerme un poco de respeto no crees, a fin de cuentas, soy tu hermano mayor. – Víctor volteo los ojos. – Pensé que te preocupabas más por la opinión de Austin, que por cierto no se ha presentado en toda la fiesta.

- Es porque le dijo a Benedict que era su hijo y como veras las cosas no salieron como él planeaba. -ironizo. – Realmente lo tomo demasiado mal, ahora imagínate a…

- Esta comenzando a recordar mas cosas. – puntualizo el mayor. – Trata de no preocuparme, pero se que esta comenzando a recordar incluso…

- Incluso…- Víctor enarco una ceja esperando que su medio hermano terminara, pero una persona uniéndose a ellos intervino.

- Dietfried, Querido siempre es un gusto volver a verte. – la voz seductora de Catherine hicieron que el ojiazul se burlara provocando que la mujer torciera la boca. – Joven Víctor por lo que veo el champagne ha sido la mejor compañía en esta velada.

El medico entendió el sarcasmo y como no estaba de humor de fingir.

- Por su puesto, tomando en cuenta que la mayoría de la compañía es como usted señorita Snow, prefiero mil veces este sabor embriagante y excitante, que la poca dignidad de algunas personas. – burlándose y alzando su copa como un brindis. – Bueno me retiro por un momento Dietfried, te diría que estas en buena compañía, pero por la situación lo dudo mucho, con permiso.

El almirante sabia que el joven se encontraba mal, pero siendo honestos seria incomodo que ambos reaccionaran por lo que realmente son.

- Que sujeto tan antipático no me sorprendería el porque sigue soltero. – respondió ofendida la mujer. – Incluso deduciría que se llevaría de maravilla con tu mujercita.

El hombre apretó los puños al ver la forma tan despectiva en que Catherine se refería a Violet.

- Sabes muchas de las mujeres de nuestra sociedad no desean incluirla en nuestro circulo, ya sabes por los antecedentes que tiene. – tomando la mano de Dietfried. – Realmente debe ser sofocante para ti tener que compartir el lecho con una mujer a medias con una simple arma que no podría despertarte el deseo y la pasión que desbordábamos juntos. – esto decía susurrándole en el oído.

Pensando que había despertado la lujuria en el hombre dirigió sus ojos a los de él encontrándose una indiferencia y furia que le calo hasta los huesos.

- Así que fuiste tu. – dictamino Bougainvillea. – Tu fuiste quien abrió la bocotá a esa mujer de pacotilla, para que fui a humillar a Violet a su trabajo llamándola de esa manera. – tomo fuertemente la mano de Catherine, para ir al jardín más cercano no sin antes dirigirle una mirada rápida a Violet para que los siguiera, cuando llego con Catherine al jardín no dudo en aventarla.

- Dietfried mi amor. – se levantó rápidamente para tomar su rostro, pero él la detuvo. – No sé de qué te ofendes, no se lo motivos por los que tuviste que comprometerte con ella, pero estoy segura que…

- Por los motivos que hayan sido solo nos concierne a Violet y a mí. Además, ella es mi esposa y se merece todo el respeto de tu parte y de "ese circulo exclusivo" que tanto presumes.

- Ella mato a Gilbert, a tus amigos y a mucha gente que…

- ¡ELLA NO MATO A GILBERT FUE MI COBARDIA! – grito. – Ella solamente acataba mis ordenes incluso casi muere en esa maldita guerra que ni tu o uno de los presentes ha visto o por lo menos estar cerca de un cadáver. Violet es inocente.

- Tratas de convencerme a mi o a ti Querido.

- A nadie. – refuto. – Porque ella vale mas que todos ustedes incluso que yo mismo, ella no es ninguna mujer a medias como dicen, es una mujer completa y que me llena en todos los sentidos.

Catherine comenzó a boquear sorprendida.

- ¡Ja! Que te crea quien no te conozca, debes de reconocer que tú y yo desbordábamos pasión, deseo y lujuria, esa mujer solo provocaría asco y lastima.

Las palabras de la mujer hirieron a Violet que estaba escondida en unos de los arbustos del lugar.

- Pues es una lastima que no me conozcas a pesar de conocernos casi quince años, Cathy. – la voz de Dietfried era ronca y profunda como una víbora a punto de atacar. – Violet me complace en ser quien es, en aceptarme y perdóname por todo el dolor que mi egoísmo provoco en su vida, además en la cama nunca me da decepcionado, al contrario, gracias a ella descubrí algo que ni tu o otra mujer pudo despertar en mí, ¿quieres saber qué es?

- Para, Dietfried o te juro que lo pagaras caro.

Las amenazas de ella hicieron que el ampliara su sonrisa.

- Con Violet descubrí el verdadero significado de hacer el amor, mezclado con el deseo. – Dietfried no pudo continuar ya que la joven Snow lo abofeteo y sus ojos esmeralda vieron con odio a la figura que salía detrás de los arbustos.

- ¡TU! – grito. – Maldita abominación de la naturaleza. – camino rápidamente hacia Violet. – No creas que te ama, solamente esta contigo por Gilbert, pero tú eres y seguirás siendo para muchos una mera herramienta. – y justo cuando iba a golpear a Violet, Dietfried detuvo el golpe.

- No te atrevas, Catherine. Si le pones una mano encima juro que te arrepentirás de haberlo hecho.

Mas lagrimas salieron de la mujer y sin esperar más salió hecha furia por la humillación del hombre que amaba, pero esto no se quería así si Dietfried quería guerra, la tendría y descubriría que la clase de mujercita que era Violet.

- No debiste de tratarla de esa manera. – la doll rompió el silencio y es que su esposo simplemente suspiro, para disponerse a fumar un cigarrillo. – Ella realmente…

- Solamente está obsesionada, ignórala. – pisando el fuego ya que incluso no sentía la satisfacción de fumar en estos momentos. – Además solamente defendí el lugar que te corresponde en mi vida, eres mi esposa y la mujer con la que decidí compartir mi vida, por lo tanto, cualquier persona que te falte al respeto lo esta haciendo conmigo. – besando la frente de ella. – Mejor vayamos a dentro esta comenzando a hacer frio.

- Al parecer solo será unos momentos. – el hombre enarco una ceja sin comprender. – Claudia me dijo que mañana tengo un pedido especial y por las visitas tendré que ir solamente los sábados.

- Tsk. Maldito Hodgins ni descansar los fines de semana te deja. – suspiro derrotado, ya que pensaba divertirse con su esposa después de esta aburrida cena. – Esta bien, probablemente pase tiempo con mi madre y Taylor, para después pasar a recogerte, ¿te parece bien?

Violet asintió feliz no solo por el detalle hacia ella, sino que probablemente esto ayudaría para que la señora Amelia decida decirle la verdad a su hijo.

- Por cierto, ¿Dónde se encuentra tu cliente esta vez? – la joven dudo, pero tarde o temprano se enteraría su esposo.

- La correccional de Leiden. – al decir esto la piel del hombre se erizo junto con un malestar en su estómago.

- "Definitivamente tendré que hablar con el imbécil de Claudia"


Claudia estornudo varias veces asustando a Cattleya que se encontraba al lado de él junto con la extraña pareja que era para ellos de Iris y Oscar Webster.

- ¿Estas bien Claudia? – pregunto preocupada la azabache. – Llevas varios estornudos.

- Si, no te preocupes. – sonrió nervioso. – Seguramente alguien debe de estar pensando cosas no muy agradables de mí.

- Si ese fuera el caso te la pasarías estornudando todo el tiempo Hodgins. – dijo divertida Iris y es que en ocasiones le gustaba molestar a su jefe.

- Bueno tampoco era precisamente una pera en dulce Iris. – se defendió el pelirrojo despreocupado. – Incluso me sorprende que una persona tan tranquila como Oscar logre controlarte.

- ¡Que dices! – ofendida la castaña alzo un poco su puño para dárselo a su jefe, pero cuando Oscar tomo su otra mano y le dedico una sonrisa se sonrojo ante su comportamiento infantil.

Todo esto visto por la pareja frente a ellos, pensando que probablemente ese compromiso no sería del todo mentira.

- Por cierto, ¿no vendría también a la fiesta la señorita Brown? Siempre es bueno hablar con ella respecto a las nuevas obras de literatura. – intervino el escritor.

- Es cierto no he visto a Erica, en toda la velada. ¿Se habrá enfermado? – la risa risueña de Cattleya llamo la atención de los "recién comprometidos".

- Nada de eso, seguramente nuestra querida amiga por fin cumplirá su mayor sueño. – Claudia suspiro ante la indiscreción de la amatista. – Antes que Claudia y yo llegáramos vimos como Benedict y Erica estaba abrazados fuertemente, además iban a la casa de ella, probablemente no seas solo tú la próxima en comprometerse Iris.

Los presentes se sonrojaron ante las "sugerentes acciones que probablemente Erica y Benedict" estuvieran haciendo, pero lo que no se percato Cattleya fue que no solo ellos escucharon, sino que la presencia de Víctor Shield que se encontraba detrás de ellos apretó con fuerza la copa de vino y sin dudarlo fue a casa de la castaña buscando una explicación.


A la mañana siguiente el sol resplandecía después de la lluvia que duro toda la noche impresionando a todos por la belleza plasmada en el aire y donde seguramente la mayoría de las familias buscarían la forma de disfrutarlo al máximo, en cambio Violet iba rumbo a la correccional. Cuando bajo del carruaje vio como Dietfried no estaba nada contento por esta solicitud, pero era necesario, ya que la persona pago una gran suma de dinero que ayudaría a CH Postal.

- Te vendré a recoger dentro de cuatro horas, ¿de acuerdo? – Violet simplemente asintió y como venia siendo costumbre beso a su esposo.

- Mándele saludos a su madre de mi parte, dígale que después iré a visitarla. – Dietfried simplemente asintió y cuando se disponía a irse el carruaje vio como su esposa comenzaba a adentrarse en esa prisión de máxima seguridad, algo dentro de él le decía que esa persona podría cambiarles la vida.

- Solamente son ideas mías, no he dormido lo suficiente. – se sonrojo al pensar el porque de sus desvelos.

Violet caminaba custodiada de varios sargentos del lugar previniéndola de lo peligroso que podría ser el prisionero, ella les dijo que estaba bien, podía defenderse sola si la situación lo ameritaba. Sin más preámbulos abrieron la puerta del lugar donde al entrar pudo ver una mesa junto con dos sillas, una de estas ya estaba ocupada por un joven que mantenía su mirada gacha, pero podía distinguir su cabellos gris y como la piel de este hombre era demasiado pálida.

- Así que por fin mi solicitud para que vinieras ha sido aceptada, Querida Violet. – una voz juguetona se escuchaba, pero erizo la piel de ella. – Es impresionante el cambio de cada uno de nosotros, mientras yo soy juzgado como un monstruo aquí, tu eres reconocida por todos los lugares. – se carcajeo ante la irónica situación.

La rubia simplemente se sentó frente a él sacando su equipo de trabajo, aun sin ver el rostro de ese joven.

- Perdone la intromisión, ¿pero usted me conoce?

- Mas de lo que desearía, Querida Violet. – ahora su tono de voz era muy tranquilo. – Puede que haya pasado tiempo, pero nunca olvido un rostro carente de emociones al momento de matar como el mío. – levantando su rostro y poder inspeccionar a su antojo lo hermosa que se había convertido la joven. – Además tu siempre fuiste mi obsesión creo que eso los hermanos Bougainvillea y yo nos parecemos.

- Tú eres…

- Pero que modales los míos. – extendiendo su mano mientras sus ojos avellana brillaban. – Mucho gusto Querida Violet, Soy Edward Jones.


En el siguiente capítulo 23 Enamorada: Los celos de Dietfried se iran desatando cada vez mas por Edward al grado de enfrentarse a este, pero no sera el unico inundado por este sentimiento sino Víctor Shield por fin comprendera que uno puede caer en sus propios juegos, Benedict habla con Violet acerca del señor Austin sorprendiendose del cosejo de esta. Dietfried le revelara a Violet uno de los secretos mas oscuros de su familia, "el compromiso" de Oscar y Iris es una noticia no muy bien recibida por algunos y Catherine por fin pone en marcha su plan en destruir el matrimonio de Dietfried y Violet; ademas Luculia descubrira lo que ha estado provocando su cercania con el Mayor.