Bueno aqui esta otro capitulo, lo pensaba subir desde ayer, pero mi trabajo me lo impidió. Muchas gracias por estar al pendiente de las actualizaciones, leidas y review. Ademas de darle una bienvenida a: F. Swolo, en esta bella historia, asi como las personas que siempre se dan un espacio para dejarme un review como yubima-chan,megumisakura, Perphone RedBlack, Sailordancer7, DannielleAneshkaLazarov,Guest,nenuserandtransmuter, etc.
Perdonen tuve que volver a subir el capitulo por motivos que aun no me explico no se guardaron cambios. :)
Perdonen la falta de ortografia.
No olviden dejar su review.
"…." Flashback y/o pensamientos
Hablan- Presente
Muchas gracias, cuidense mucho.
Los quiere. TheOtherDestiny.
Capítulo 23: Enamorada
"Lux Sibyl, perdón ahora Windsor caminaba a los alrededores de Leiden maravillada por lo fantástica de la ciudad, sonrió complacida al ver a las familias, niños corriendo llenos de alegría, sin ninguna preocupación de por medio. Las parejas enamoradas también era un concepto muy encantador ahí, ahora que lo pensaba, ¿ella nunca se había enamorado?. Claro a fin de cuentas vivía resguardada siempre en Utopía, según ellos porque era la reencarnación de una diosa Roses.
- "Siempre fui un pájaro enjaulado, hasta que llego papá Austin a protegerme". – pensó alegre la joven al recordar como conoció al hambre que hoy en día era su padre.
Sus ojos se entristecieron al recordar la triste historia referente a la familia de su padre e incluso Víctor le conto sobre su verdadero origen, sus mejillas se sonrojaron pensando en el ojiazul. Percibiendo que probablemente él joven sea lo más cercano a la atracción por el sexo opuesto.
- "Y si algún día me enamoro de alguien, espero que sea alguien como Víctor: amable, atento, dedicado y…"
El sonido cercano a ella la alerto de algo, pero justo cuando volteo era demasiado tarde. Rápidamente vio como un joven saltaba sobre ella, arrojando en el proceso una motocicleta y haciendo que cayeran directamente a un local lleno de lo que fueron exquisitas frutas.
- ¡Rayos malditos mocosos! Salieron sorpresivamente. – rugió furioso el misterioso culpable.
La joven de cabello purpura abrió lentamente sus ojos encontrándose con un joven un poco mayor que ella, de perfil varonil, aunque en una de sus cejas tuviera una cicatriz oculta por un mechón de su cabello rubio claro, sus ojos eran de un azul hermoso como el cielo, su piel era blanca y su complexión robusta.
Benedict al sentir como era analizado volteo abajo encontrándose con la persona que amortiguo su golpe, sonrojándose al ver muy de cerca de una adolescente, era bonita lo reconocía, pero lo que llamó la atención fueron…
- Que extraños ojos tienes. – susurro Benedict, pero al parecer su comentario provoco una mirada llena de dolor y reproche en esa joven que…- ¡AUCH! ¿Qué demonios te pasa?
Argumento Blue tocándose su nariz, ya que esa chiquilla lo tomo desprevenido y le dio un certero golpe en la nariz, provocando que sangrara. Dirigió su mirada azul a ella que rápidamente se levantó.
- Eso mismo tendría que decir yo. – alzando la barbilla. – Tu fuiste el loco que te arrojaste a mí, provocando todo este alboroto. – viendo como varias personas veían el espectáculo. – Además, ¿Quién te crees que eres para decir algo de mis ojos, idiota?
Incorporándose Benedict se percató que la joven era incluso más baja que Erica, reconocía que fue su error en pensar últimamente en los problemas de Violet y sumándole además las extrañas preguntas que ha tenido que soportar de él medicucho ese y su amiga Erica. Pero tampoco permitiría que una niña mimada lo humillara.
- Mira si es por eso perdóname. – levantando las cartas. – Pero debes de reconocer que tú tienes la culpa por estar divagando también.
Aquello provoco que Lux se sonrojara de la vergüenza.
- ¿Ahora me estas recriminando? – señalándolo acusadoramente, el joven solo se encogió de hombros. – Ensuciaste mi vestido favorito.
- Ya te dije que lo siento, pero cada uno tuvo responsabilidad. Además, no comiences un circo por un estúpido vestido, solamente lávalo y quedara como nuevo.
Realmente la situación estaba hartando a Benedict que simplemente vio como esos mismos mocosos que lo desviaron de su camino le regresaban la moto, y sin esperar más argumentos tontos de esa niña mimada se disponía a seguir con su trabajo, hasta que vio como ella sin ningún tapujo le daba una bofetada.
- ¡Y eso porque fue!
- Por imbécil. – decía con unas pequeñas lágrimas en los ojos provocando estragos en el rubio, que simplemente vio como ella corría desesperada, dejándolo aun tocando la zona afectada.
- "Genial, Benedict. No sales de un problema, para involucrarte en otro". – pensó. – Bueno si la encuentro la próxima vez, le pediré una disculpa correctamente, aunque dudo mucho que me deje explicarme sin que desee golpearme nuevamente".
Lux abrió los ojos viendo fijamente el techo de su habitación pareciera que su casa se había convertido en un infierno y es que desde el cumpleaños de Víctor, todo se ha vuelto patas para arriba: en primera: El descubrimiento que el hijo mayor de su padre estaba vivo y lo peor de todo es que era él mismo sujeto intransigente de Benedict Blue; en segundo ver en vivo y a todo color el medio hermano de Víctor, Dietfried Bougainvillea junto a su esposa Violet. Debía de reconocer que el matrimonio era encantador e incluso le encantaría entablar una relación de amistad con ellos y en ultimo la actitud extraña de su primo cuando regreso al día siguiente de su cumpleaños junto con esos golpes en su rostro, clara muestra de una pelea.
- Seguramente fue a buscarla a ella. – recordando a la joven castaña. – Es mejor que vaya a distraerme porque si no me volveré loca.
Bajando rápidamente de las escaleras del lugar se dispuso a dar una vuelta hasta que abrió la puerta y se encontró con quien menos se imaginó.
- ¿Tú que haces aquí? - ganándose una mirada de pocos amigos del invitado.
- ¿Se encuentra el señor Austin Windsor? – cuestiono ignorando el análisis de la joven. – Vengo en son de paz, niña.
Y justo cuando iba a decirle unas cuantas verdades a ese sujeto insoportable, la voz de su adorado padre hizo acto de presencia.
- Benedict.
Dietfried veía hipnotizado como Violet en compañía de Taylor jugaban con las olas del mar, bueno más bien como la pelirroja orillaba a la doll a descubrir nuevas facetas, quiso reír cuando noto las extrañas muecas que hacía, era como volver al pasado donde simplemente no existían ataduras.
- Es muy hermosa, parece un ángel igual que su madre. – una voz detrás de él lo alerto dirigiendo lentamente su mirada a su progenitora. – Conmigo no tienes que fingir Dietfried se perfectamente quien fue Violet antes de llegar a tus brazos.
- Y, ¿Qué piensas? – cuestiono triste no valía nada negar algo que al parecer pronto se descubriría. – Soy peor que mi padre o somos los mismos monstruos, madre.
- Ninguno hijo. – rio suavemente. – Creo que a pesar de todo crie hombres buenos y completamente diferentes a la mala entraña de Albert. Solo te aconsejo que es mejor tomar el toro por los cuernos y decirle la verdad antes que sea demasiado tarde.
El hombre sintió como su madre tomaba sus manos y le daba un beso en la mejilla, notando que por más edad que un hijo tuviera ante los ojos de una madre nunca crecían.
- Creo que es mejor que Taylor y yo regresemos inmediatamente, Tiffany está preocupada aun no recibe noticias de Patrick desde el evento del joven Shield, además ustedes deben de disfrutar un poco de privacidad de su matrimonio, después de ese espectáculo en la prisión con el joven Jones.
- Ni me menciones a ese bastardo. – la mujer lo vio reprobatoriamente por su vocabulario, así que prefirió ignorarlo. - Cierto su desaparición fue desconcertante, ni siquiera lo notifico en la Marina, así como algunos movimientos que Austin ha estado realizando sin mi consentimiento. – arrugo el entrecejo. – Me preocupa una misión de alto rango que encargo a varios marinos y cadetes hace tiempo, tengo entendido que aún no hay noticias de ellos.
Amelia abrió los ojos preocupada de que probablemente eso significaría…
- Según en la carta de Clara Smith, la mayoría de las naciones estuvieron de acuerdo con su tratado de paz junto con Leiden, excepto dos de ellas que conocemos demasiado bien. Si no se encontraran demasiado débiles…
- No puede ser. – exclamo la ojiverde. – Dietfried tú crees…- el hombre negó. - ¿y esos hombres aún no han realizado un equipo de búsqueda?
- No lo ha autorizado Austin, al parecer argumento que mi decisión fue por asuntos personales en lugar de laborales. – Amelia enarco una ceja sin comprender. – Entre esos cadetes y marinos venia el hermano mayor de la mejor amiga de Violet: Spencer Marlborough.
Gilbert Bougainvillea vio como la pequeña Marie corría su dirección alegre, aunque lo que desconcertó verdaderamente al hombre fue el sobre que tenía en una de sus manos.
- Hola, maestro Gilbert, ¿Cómo esta? – saludo la pequeña y al notar como este correspondía un poco más alegre extendió su sonrisa. – Me alegro, sabe llegaron unas cartas para usted y la señorita Luculia, fui a su casa a dejárselas.
- Si se ha sentido mal últimamente. – eso agobio al hombre y es que hace poco la joven se desmayó por falta de alimento provocando una anemia diagnosticada. – Bueno entonces pequeña traviesa, ¿esa carta es para mí?
- Sip. - respondió feliz al momento en que se la entrego y viendo lo hermosa de su sonrisa. – Usted tiene una sonrisa preciosa últimamente maestro Gilbert.
El hombre enarco una ceja sin comprender.
- Antes su sonrisa era vacía sin vida como mi mama al momento de morir, pero es notorio que usted está bien, pero cuando llego la señorita Luculia su sonrisa y su mirada cambiaron ahora es más…feliz.
Esa declaración no se la esperaba, más viniendo de alguien tan pequeña como Marie, aunque ella siempre ha sido muy madura aun tomando en cuenta la vida tan dura.
- Muchas gracias, Marie. – se agacho para sacudir un poco del cabello rubio.
- No tiene que agradecérmelo a mi profesor.
- ¡Ah no! Y entonces ¿a quién? – cuestiono divertido y riendo como solía hacerlo en Leiden.
- A la señorita Luculia. – hizo un ademan para que se acercara más como si le confesara un secreto. – Porque sé que a veces la mira y sonríe aun cuando nadie se da cuenta. Como solían verse mis papás.
Sin decir más Marie beso rápidamente la mejilla de Gilbert dejándolo desconcertado ante lo dicho y dándose cuenta que la niña tenía razón, sin ser consciente la buscaba en su hogar o en cualquier otro sitio a la pelirroja incluso una ocasión llego a soñar que ellos… negó repetidas veces alejando ese pensamiento.
- Debo de estar delirando, además me he acostumbrado demasiado a su agradable compañía.
En eso vinieron a su mente la vez que fueron arrojados a las olas de mar y como la fina tela blanca se adhería a su cuerpo o incluso cuando se enteró de clase de hombre que fue su padre, se sorprendió en la forma que reacciono con ella, no pensando en la situación simplemente la arrojo al sillón para estar arriba de ella y que lo abrazara, cerro sus ojos al recordar el olor a gardenias que desprendía su cuerpo, la forma que abrazaba su cintura y como recargo su cabeza en sus senos sintiendo los suaves que eran…
- Tsk. Maldita sea deja de comportarte como un crio. – nuevamente se reprendió y prefirió abrir esa misteriosa carta, ya que desde esa ocasión tanto la ojiverde como él no habían vuelto a recibir alguna.
"Hola nuevamente mi estimado,
Se que no he tenido oportunidad de comunicarme con usted, últimamente surgieron problemas personales que indirectamente los afectaran en el futuro. Sin embargo, por el momento seré breve y solo le notificare lo mismo que a la señorita Marlborough, lo cual me temo que será un trago amargo. El equipo del soldado Spencer Marlborough lleva desaparecido más de tres meses aproximadamente, por cuestiones de estrategia de Leiden no han otorgado la búsqueda de este, declarándolos inmediatamente como muertos.
- Spencer Marlborough está muerto. – susurro el ojiverde al comprender la magnitud de la situación y como por debajo del agua seguían en guerra, además que esta noticia destrozaría a…" fui a su casa a dejárselas" Marie comento que... – Maldita sea Luculia. – grito mientras corría desesperado hacia su hogar apretando fuertemente la carta.
- "Sabe mi hermano es lo único que tengo". – venía a su mente la primera conversación con ella. – "Porque déjeme decirle Mayor Gilbert que usted no fue el único que perdió algo importante en esta guerra." – eso lo sabía perfectamente bien ella perdió a sus padres por un infortunio provocado por las acciones egoístas de su padre.
Entonces visualizo la puerta de su casa y sin importar nada siguió corriendo, porque ahora ella lo necesitaba, porque en todo este tiempo ella se negaba a que se sumergiera en la triste soledad…
- "Cuando uno pierde lo que más ama siente un dolor desgarrador, usted se niega a ir a Leiden para liberarlos, pero sabe que están ahí, vivos, sanos y salvos. En cambio, cuando uno pierde físicamente a sus seres queridos simplemente vive de los recuerdos o de lo que hubiera sido el mañana."- escucho esas ultimas frases que ella dijo cuando recibió por la última carta de su hermano.
- ¡LUCULIAAAA! – grito en cuanto ingreso vio rápidamente todo el lugar. - ¡LUCULIAAAA!
Los cojines estaban tirados junto con algunas cosas de la cocina donde se podía visualizar una comida a medio preparar, se acercó sin dudarlo buscando el único objeto "peligroso" para la joven y sin verlo a la vista se asustó.
- ¡MIERDA NO LUCULIA! – grito mientras corría rápidamente a las escaleras entro a la habitación de ella, después a la de él y por último… trato de abrir la puerta del baño y al no obtener éxito la derrumbo asustándose lo que sus ojos veían.
En aquella tina estaba la pelirroja abrazándose a sí misma, portando solo una toalla de baño que apenas cubría su cuerpo y sosteniendo en su mano derecha el cuchillo, en el suelo noto un papel deduciendo que era la misma carta que había recibido, pero lo que asusto al Mayor Gilbert fue como el agua en lugar de encontrarse con ese color cristalino estaba manchado de…
- POR DIOS LUCULIA. – se acercó a ella viendo como solo tenía una gran cortada en su brazo izquierdo, aunque no era profunda, tomo un trapo para amarrar la herida. – Luculia, reacciona por favor. – juntando su frente con la de ella.
Y es que los ojos verde olivo de la joven se encontraban muertos, sin vida y si no percibiera que estaba respirando no hubiera dudado que estuviera…
- Gilbert…- su voz era tranquila y sin ánimos. – Gilbert…mi hermano…mi hermano esta…
No pudo terminar sin que su garganta se quebrara del dolor, el hombre se adentró a la tina tomándola entre sus brazos.
- Shhh… tranquila, lo sé. – recargo la cabeza de ella en su pecho sin saber si eran las lágrimas de ella o el cabello mojado de Luculia.
- Estoy sola…ahora si…estoy completamente sola. – cada vez más perdía el tono de su voz hasta que reacciono y levantando su rostro Gilbert sintió que su corazón se quebraba, porque la imagen destrozada de Luculia era la misma que vio hace tiempo en el mismo. - ¡ESTOY SOLA COMPLETAMENTE SOLA, MIS PADRES MURIERON, ¡SPENCER TAMBIEN! ES UN MENTIROSO NO CUMPLIO SU PROMESA, NO VOLVERA COMO LO HICIERON NUESTROS PADRES ¿POR QUÉ? ¿Por qué SIGO VIVIENDO SI QUIERO MORIRME CON ELLOS? ¡QUIERO ESTAR CON MI FAMILIA, NADA NI NADIE ME QUEDA AQUÍ!
Los gritos desgarradores de Luculia le partían el alma a Gilbert e imagino que si no hubiera llegado a tiempo probablemente ella…sintió un escalofrió junto a un miedo inminente ante ese escenario. Era un miedo distinto que ha experimentado en toda su vida como hijo, hermano y soldado incluso con Violet; la sola idea de perder a Luculia eran más fuertes.
- ¡ME TIENES A MI! – respondió tomando con ambas manos las mejillas que no dejaban las lágrimas. – Me tienes a mí, Luculia con eso te tiene que bastar. Yo no te dejare sola nunca. – las palabras del Mayor desconcertaron a la pelirroja, haciendo comprender sus verdaderos sentimientos hacia él. - ¿Sabes porque nunca te dejare sola?
Ella simplemente negó con la cabeza como una muñeca y acercándose más a ella percibiendo su aroma, no pensó en sus acciones simplemente dijo.
- Porque nunca dejare que te separes de mi lado. Porque tú eres importante para mí.
Y sin previo aviso la beso, no con ternura o dulzura, sino que por una vez en su vida Gilbert Bougainvillea se dejó llevar por los sentimientos reprimidos hacia ella: el deseo y lujuria.
Iris iba caminando de la mano de Oscar sintiendo las miradas suspicaces de varias personas, sintiéndose cada vez más incómoda, se detuvieron en un puesto de frutas para preparar el postre, pero en eso unas mujeres pasaron al lado de ellos.
- Escuchaste al parecer el gran dramaturgo Oscar Webster volverá a sentar cabeza. – la joven arrugo el entrecejo ante ese comentario fuera de lugar. – Espero que no la golpee, ya vez que quedo muy mal por lo sucedido con su familia incluso alcohólico fue.
- Pobre hombre. – exclamo sorprendida la otra. – Es una lástima quedo viudo tan joven, ahora que ya está más grande la soledad lo alcanzo al grado de comprometerse con una jovencita.
- De seguro es una oportunista, que en cualquier oportunidad lo engañara. Ya vez que es amiga de esa mujer. – Iris apretaba cada vez más sus puños. – Esa doll que está embarazada del joven Hodgins. Lástima de apellido y reputación, tanto que se tardó en formar una familia para conformarse con eso.
¿De qué te sorprendes? Si tanto el cómo Dietfried se casaron o están formando una familia con la peor calaña de Leiden, ya que, aunque algunos quieren tapar el sol con un dedo sabemos que Violet Bougainvillea es culpable de…
- ¡SE PUEDEN CALLAR DE UNA MALDITA VEZ, MUJERES CHISMOSAS! – encaran la castaña acercándose a ellas. – Si tanto les importa la vida de los demás, probablemente sea porque las suyas sean demasiado aburridas y monótonas no me sorprende ante tales víboras.
Las mujeres la vieron furiosas a punto de responderles, hasta que la joven Cannary sintió unos brazos rodear su cintura.
- ¿Existe algún problema Iris? – inquirió Oscar al ver el rostro rojo de coraje de su…prometida. – Damas, ¿está sucediendo algo?
- En lo absoluto simplemente conversábamos y su…prometida, nos interrumpió con su falta de modales.
La joven nuevamente iba a responderles hasta que Oscar intervino.
- Ofrezco una disculpa "damas". – con claro sarcasmo en esas últimas palabras. – Solamente que mi prometida es una persona transparente y si algo no le agrada simplemente lo dice, es un encanto innato de ella, pero si sus comentarios fueron inapropiados al parecer se lo merecen. – solo se encogió de hombros ante la mirada ofendida de las mujeres que ante la falta de respeto se fueron. – No deberías de tomarle importancia a ese tipo de comentarios.
Iris volteo para verlo encontrándose con un escenario completamente distinto, los ojos del dramaturgo se encontraban vacíos y carentes de emoción, percibiendo que no era la primera vez que era tan duramente criticado.
- Ese es el mayor defecto del ser humano: la crítica. En ocasiones es tanto constructiva como destructiva más tomando en cuenta que ellos no son los que viven con nuestro dolor. Según evolucionamos para ser mejores, pero en lugar de avanzar cada día retrocedemos más dejando al lado lo más importante la empatía.
- Esas mujeres eran insoportables. – mascullo la joven ganándose una triste sonrisa del pelirrojo. – ¿Dije algo gracioso?
- No en lo absoluto. – sonrió. – Solo que me alegro haberme encontrado contigo ese día Iris y más que me defendieras.
Ante lo dicho ella solo se volteo cruzada de brazos sonrojada, pero se sorprendió al sentir como era abrazada detrás de la espalda y como el hombre recargaba su mejilla en el hombro de ella.
- Muchas gracias, Iris. – la sonrisa afable de ella no la hicieron dudar más y sin previo aviso beso al hombre sorprendiéndolo, pero correspondiendo de inmediato cerrando los ojos y dejarse llevar por las emociones de felicidad que esa joven estaba volviéndolo a sentir.
Aunque en la mente de ella venia una conversación no muy grata con Emonn y sabía que si la revelaba seguramente su madre la obligaría casarla con él y Oscar la odiaría. Aunque como dicen a veces la vida nos da unas gratas sorpresas y hablando de sorpresas noto como frente a ellos se encontraba el hombre que menos deseaba ver en compañía de sus padres, los cuales estaba segura sabían la verdad, pero en lugar sentir como el agarre de Oscar aflojaba ahora era más fuerte y dedicándole una tranquilizadora sonrisa dijo.
- Anda vamos Iris al mal tiempo darle buena cara. – besando su frente provocando que la familia de ella lo viera con malos ojos.
Y es que ahí comprendió Iris Cannary que estaba el sentimiento que tenía por el pelirrojo era mayor a sus miedos.
Víctor Shield veía aburrido como las parejas de Leiden paseaban frente a sus narices como si ese estúpido sentimiento de amor existiera. Desde joven noto como sus padres no llevaban una relación sincera, siempre fingiendo para que todo estuviera en el orden que debería de ser, hasta aquella ocasión que descubrió que su madre tenía una amante, confirmo lo que siempre dedujo: "El amor es un sentimiento que provoca dolor, desgracia y traición, simplemente no existe, porque es más fuerte el deseo y la pasión"
- ¿Por qué carajo tuve que ayudarte aquella ocasión? – murmuró mientras inhalaba el humo de su cigarro, ya que hoy no deseaba tomar como lo ha estado haciendo constantemente. – Simplemente hubiera mejor ignorado y así no estaría como un estúpido.
Recordó cuando conoció a la pequeña chica Brown mirándolo con miedo, salvación incluso gratitud, pero lo que desconcertó al ojiazul fue como esa simple chica que anteriormente nunca voltearía a ver.
- "Ella vio como realmente soy". – sonrió cínico. – "Ella no vio al perfecto Víctor Shield, sino al desperfecto de ser humano que soy". – su mirada se oscureció cuando recordó aquel día donde el sueño de ella por fin se había cumplido. – Para que me hago el estúpido siempre supe que ella deseaba estar con él.
"Cuando escucho por la propia Cattleya que Benedict y Erica se fueron juntos sintió una rabia inminente y sin importarle la mentada fiesta que su padrino organizo, total si el organizador no estaba, ¿Por qué él tendría que estarlo? Pero al ver como toda la alta de sociedad trataba a Lux fue la gota que derramo el vaso, muchos se sorprendieron de que el distinguido e importante Almirante Austin Windsor tuviera una hija adoptada, por eso mismo se quedó hasta que se terminara la dichosa fiesta incluso agradeció internamente a Dietfried y Violet que permanecerían a su lado, sonriendo al ver como la doll se llevó de maravilla con su querida prima. Sin esperar más tiempo se fue corriendo a la casa de la doll, apretó sus puños al ver como todos los focos del lugar estaban apagados.
- "Seguramente se encuentran en otro lugar". – arrugo el entrecejo. – Esperare aquí si llegan o…si están dentro de la casa de doll.
Así estuvo sin darse cuenta que el cansancio gano y sin ser consciente se quedó dormido en la banca de la plaza frente al hogar de la castaña, bufo molesto ante su poco aguante.
- "Es porque últimamente has dormido excelentemente bien, después de estar con ella". – pensó reprochándose.
Sin perder el tiempo camino con los bolsillos en su pantalón y justo cuando toco la puerta, fue recibido por una imagen que nunca se hubiera imaginado. Sus ojos azules se endurecieron, así como los color cielo de aquel joven que apenas descubrió el lazo sanguíneo que los unía.
- ¿Tú que haces aquí? – pensó en voz alta. - ¿Aquí pasaste la noche?
Benedict unió cabos y las ideas que desde hace tiempo rondaban en su cabeza conectaron, miro rápidamente el aspecto de su…primo y se dio cuenta que había dormido con la ropa de ayer, seguramente esperando a su amiga.
- Eso mismo debería decir yo joven Shield. – enarco una ceja. - ¿Por qué estás buscando a Erica?
La forma tan intima en que hablaba el rubio de su juguete provoco que deseara vomitar, pero simplemente sonrió lleno de sarcasmo.
- Por el mismo motivo que un hombre aburrido busca a una mujer. – ingresando al recibidor y cuando vio a la joven durmiendo en el sofá y una sábana cubriéndola, además de tomar en cuenta que Benedict le abrió la puerta medio desnudo cerro los ojos al comprender que…- Por lo que veo no es un buen momento, llegare en cuanto se sienta menos cansada para continuar ahora yo.
El rubio no lo dudo y tomo del cuello al ojiazul para sacarlo del hogar de su amiga, para después caminar rápidamente al callejón que estaba al lado de la casa de Erica.
- ¿Quién demonios te crees que eres para hablar así de Erica? – apretó más su agarre y al escuchar la risa sádica de él, lo golpeo.
- Preguntas, ¿Quién demonios soy? – pregunto divertido. - ¿Acaso no tuvo tiempo de decírtelo mientras estabas arriba de ella o intercambiaron rol…
No pudo terminar porque nuevamente el joven lo golpeo, provocando que ahora Víctor no se dejara y correspondiera acertándole dos golpes en la boca del estómago a Benedict.
- ¿Qué te molesta saber la verdad sobre tu "amiga"?
- No. – viéndolo desde el suelo, mientras se tocaba la parte de su abdomen herida. – Lo que me molesta es toda la estirpe de tu familia y de cómo Erica se pudo fijar en alguien tan…cobarde como tú.
- Lo dices como si no pertenecieras a nuestra extirpe. – respondió burlón. – O nuevamente te dio amnesia y no recuerdas que ayer hablo contigo tu padre. Primito Benedict.
- ¡EL NO ES MI PADRE Y NO SOY TU MALDITO PRIMO! – grito mientras se levantaba y antes de que volviera a golpear a Víctor una tercera voz los sorprendió.
- Benedict, detente. – llena de tristeza Erica se acercó a la escena presenciada, porque lastimosamente había escuchado todo. – Detente, no vale la pena…- murmuraba, no deseaba llorar no frente al hombre que hablaba de su intimidad a la ligera tachándola de la peor forma.
- Erica…yo…- Víctor trato de acercarse, pero solamente sintió como Dietfried lo tomaba para sacarlo de ahí.
- Ya estarás contento, maldita sea sacaste la peor parte de los Bougainvillea.
La voz del Almirante era lejana, solo veía como su ninfa caía de rodillas ocultando su rostro con ambas manos, probablemente llorando y como era consolada tanto por Benedict como Violet, donde esta última lo vio con mucha lastima como solía hacerlo…Elizabeth".
Austin veía emocionado a su hijo no podía creer que estuviera ahí con él y Lux comiendo. Sonrió orgulloso probablemente había perdido parte de la vida importante de su hijo, pero se encargaría de recuperar el tiempo perdido junto a él.
- Así que Benedict, ¿Cómo has estado desde ese día? – intervino al ver la tensión de sus dos hijos.
- Bien he estado ocupado con el trabajo y la escuela. – se encogió de hombros sorprendiendo al hombre de que estuviera estudiando, mas, aunque tuviera economía para hacerlo. – Me falta camino por recorrer, pero estoy seguro que pronto abriere una tienda dedicada a autos y motos.
- Vaya eso me sorprende, pensé que estudiarías algo con mi…
- Aspiración. – intervino Lux haciendo un puchero y recibiendo una mirada reprobatoria de su padre. – Perdón. – se sumergió más en su asiento.
Benedict se sentía fuera de lugar en esa habitación, pero le había prometido a Violet intentar al menos convivir con su familia, según lo descrito por la doll esa joven llamada Lux tampoco tuvo una vida fácil y cuando encontró a Austin Windsor fue como volviera a nacer.
- "Esta celosa, que la desplace". – pensó. – Esta bien fuiste franca y sincera eso es bueno en las personas. – sus palabras provocaron que la bicolor se sonrojara. – Además tienes razón pude haber escogido algo referente administración, medicina, etc. Pero ninguna de esas me apasiona, por eso estoy agradecido de que la señora Amelia me ayudara sin cuestionamientos.
El ruido de unos cubiertos cayéndose hicieron que ambos jóvenes voltearan a ver al cabecilla de la familia Windsor.
- ¿Amelia es quien está costeando tus estudios? – cuestiono molesto y al ver que el joven asentía, fue peor. – No deberías aceptar ayuda de esas personas, en cuanto tenga oportunidad le enviare un cheque con el monto de su ayuda y…
- Ni siquiera lo piense. – intervino Benedict. – Ella junto con Violet me han estado ayudando, además también he cubierto parte de los gastos.
- Benedict debes de saber que nuestra familia no tiene buenos términos con los Bougainvillea…así que te pido que…
- ¿Acaso sabe por quién estoy precisamente aquí con usted?
- ¿Disculpa? – se sorprendió el castaño.
- Si, es muy fácil señalar a las personas sin saber quiénes son realmente. – arrugo su entrecejo y conto hasta diez. – No sé qué problemas haya tenido en el pasado con ellos, pero a mí no me involucre. No dejare de ser amigo de la señora Amelia y Violet, por ellas fueron quienes me aconsejaran en darle una oportunidad.
- Claro, Amelia solo quiere quitarse un cargo de consciencia. – refuto el hombre. – No deberías ser tan dócil.
- Y usted en creerse el centro del Universo como su estúpido ahijado. Mire estoy aquí para tratar de comprenderlo y si es posible solicitarle un favor.
- Ya salió el peine. – Lux murmuró viendo la escena tan caótica para su padre.
- Está bien. Tratare de no meterme en tus amistades. – mintió internamente. – En lo otro tu no necesitas pedirme ningún favor si deseas algo solo pídemelo, eres mi hijo Benedict.
Aquello provoco un gran vacío en Lux y enorme tristeza al comprender que ella solo era una joven adoptada y que el joven frente a ella…
- "Debo de saber mi lugar, tarde que temprano esto tenía que suceder. Al menos fue bueno mientras duro". – unas lágrimas deseaban salir, pero debía de ser fuerte.
Benedict suspiro la verdad es que tanto el carácter difícil de los Windsor y los Bougainvillea se daban de topes, ninguno daba su brazo a torcer.
- Y bien Benedict, ¿Qué favor necesitas? – juntando sus manos y recargando su barbilla en ellas.
- Quiero que abra una búsqueda para encontrar a Elizabeth
- "Vaya, pero que honor de ser visitado por el distinguido Almirante Bougainvillea. – una burlesca voz se podía notar en esa habitación, donde Dietfried arrugaba el entrecejo y veía con odio latente al hombre frente a él. – Si sabe perfectamente quien soy sabrá que esa mirada no funciona conmigo, Almirante.
Esto último lo decía riéndose y es que sus ojos avellana veían con latente satisfacción la furia que deseaba descargar el hombre.
- Edward Jones. – recargándose en la pared para analizarlo. – Joven de estatus media-alta, hijo único, elemento importante en el desarrollo de la guerra después de tu deserción repetidamente asaltaste, violaste y asesinaste a sangre fría. Tu última obra maestra fue aquel incendio en donde murieron personas de aquel culto que estableciste envenenados por el humo. ¿Trescientas?
- Mas bien cuatrocientos creyentes. – respondió orgulloso. – No me sorprende que haya investigado mi vida, solo que ahí me deja en desventaja. – se encogió de hombros.
- ¿No sientes remordimiento de tus acciones?
La risa sádica del peligris erizo la piel de Dietfried advirtiéndole que ese hombre era muy peligroso.
- Perdone mis modales, suelo ser demasiado expresivo. – detuvo su risa. – No es curioso que sea usted el que me cuestiona sobre el remordimiento. Usted que tomo como posesión a una niña de trece años, la uso como arma entrenándola y preparándola para la guerra, aunque hay algo que no cuadraba, ¿Qué tenía que ver meterse entre sus piernas a la guerra?
Dietfried se sentía desnudo ante la mirada afilada como una serpiente de ese hombre, más aún que descubriera por sus propios méritos su mayor pecado, aquel que seguía realizando noche tras noche, disfrutando del cuerpo de Violet.
- Porque usted y Violet estuvieron juntos, ¿no? Por eso ella era un perro en búsqueda de su amo y al ver como la abandonaba se refugió en el Mayor. Dígame, ¿lo disfruto? ¿Cómo le gusta suave o rudo? Digo porque algún día el lugar que está ocupando usted lo terminare obteniendo yo.
Sin previo aviso Dietfried se fue sobre ese maldito, una cosa era meterse con él, otra muy distinta es que ese individuo declarara descaradamente la vida íntima de su esposa y él además de asegurar que deseaba a la doll. Golpeo el rostro de Jones que al verlo le dio un cabezazo, desconcertando al ojiverde, pero eso no impidió que siguiera golpeándolo hasta que los guardias tuvieron que intervenir.
- No te atrevas a repetir esa estupidez. – apunto hacia Edward quien estaba disfrutando de la pelea. – Ella es mía, mi esposa y si te acercas nuevamente a ella juro que..
- Me matara. – respondió sarcástico. - ¿me está amenazando Almirante Bougainvillea?
- No, no mancharía mis manos por una escoria como tú, pero créeme que te haría ver el infierno en vida. Además, yo no amenazo Jones yo advierto.
Cuando iba a cruzar esa puerta las últimas palabras de ese sujeto, pusieron sus nervios nuevamente de punta ante la desfachatez.
- Es una lástima tiene los labios tan suaves y delicados. – vio como el Almirante se detuvo. - ¿Qué no te dijo que la bese?"
Violet sentía su respiración agitada junto con la de Dietfried, se sorprendió que el Almirante deseara pasar unos días con ella, como "una rápida luna de miel", pero la doll deseaba que su esposo se mantuviera el mayor tiempo posible con su madre, después de la última platica que tuvieron por eso mismo la invito junto con Taylor a pasar unos días, pero al parecer algo sucedió con el señor Patrick que provoco el pronto regreso de ambas. Además, estaba ese extraño cliente de la cárcel, él provocaba sentimientos que Violet investigo: miedo, angustia y un poco de empatía. ¿Ella fue igual de cruel que Edward Jones al momento de matar? La rubia dudo un poco en decírselo.
- Sabes nunca he comprendido, ¿Por qué conmigo nunca muestras esa actitud directa con lo que te diriges a los demás? – abrazándola más fuerte debajo de sus senos, la joven sintió la calidez aun a través de esa delgada sabana. – Tampoco comprendí, ¿Por qué me dejaste vivo ese día?
- Es porque inconscientemente mi cuerpo siempre es guiado a donde te encuentras. – las palabras de Violet hicieron que abriera sus ojos. – Cuando lo vi por primera vez sentía como algo en mi cuerpo como si me pidiera ir con usted y nunca volverme a sentir sola. Creo que me hipnotizo su calidez.
La risa amarga de él se escuchó haciendo que ella lo viera directamente, notando algo que percibió hace tiempo con el Mayor: dolor.
- Créeme que muchas palabras me definirían, pero ser alguien cálido. Queda muy lejos de mi diccionario. – sentía seca la garganta. – He hecho más cosas malas que buenas una prueba firme fue la muerte de Gilbert y…la forma tan hiriente en que te trate antes y después de que estuvieras al cuidado de mi hermano. Violet, perdóname por aquella ocasión. – la joven sintió como el cuerpo de Dietfried comenzaba a temblar. - …no debí haberte tocado de esa forma…solamente eras…eras una niña en camino a convertirte en mujer y…
- Estoy feliz que hubiera sido tú. - volteo para verlo mientras con sus manos tomaba ambas mejillas de él. – Me rescataste de esa isla, de cierta forma me perdonaste el haber matado a tus hombres, me diste un techo, comida e incluso curabas mis heridas cuando quedaba inconsciente en las pruebas del ejercito o cuando me tomabas en tus brazos para que durmiera en tu cama y tú en el sofá.
- Tu…tu recuerdas todo eso, pero si los entrenamientos te dejaban agotada al punto del colapso que…- los labios de ella lo besaron con suavidad.
- Se que no comprendía mucho de lo sucedía. – pequeñas lagrimas comenzaron a brotar. – Pero creo que fue lo más humano que alguien había hecho por mi sean las circunstancias que sean. Además, siempre tendré confianza en ti Dietfried.
- ¿Por qué dejaste que Jones te besara? – debía decirlo sentía que su cuerpo se llenaba de celos y al ver como ella agachaba la mirada comprendió que ese sujeto no mentía. - ¿Te gusta?
Violet abrió ampliamente los ojos y comenzó a negar repetidas veces.
- No, no estoy enamorada de Edward. – Dietfried apretó más el abrazo al ver la familiaridad en que se trataban. – Solo que, al verlo ahí por sus acciones, me hizo ver que somos similares. En el campo de batalla nunca dudábamos de mata incluso disfrutábamos hacerlo…y el día que sucedió lo del beso. Lo golpee en la mejilla, pero yo te juro que no lo…
Sus palabras se quedaron atoradas al sentir como Dietfried la besaba con ternura tocando delicadamente su mejilla, sintiendo esas mariposas en el estómago cada vez que la miraba, la besaba, la tocaba y más aún cuando hacían el amor. Al separarse vio como la mirada esmeralda de su esposo se tornaba más clara sin ese tinte de angustia y dolor que tenía antes.
- Te juro que yo no amo a Edward Jones, porque comprendí por fin el significado de esas palabras y a quien deseo dedicárselas. – rio suavemente al ver el desconcierto en el Almirante, pero deseaba decirle, ya depende de él la última decisión. – Dietfried te amo, y me alegra que hayamos vuelto a ver, para descubrir que siempre te he amado
Una sonrisa se fue formando en el rostro de Dietfried Bougainvillea y sin esperar más tumbo a Violet a la cama juntando sus manos y frente para ver sus ojos zafiro tan parecidos al mar.
- Entonces tenemos mucho tiempo aun, para que me demuestres cuanto me amas Violet. – bajando sus besos al cuello de ella, escuchándola suspirar. – Porque yo también te amo.
La pareja sonrió y continúo demostrándose su amor, sin ser conscientes que en Leiden Catherine esperaba impaciente en un lugar nada favorecedor en una mujer de su estatus, pero todo Valia la pena si en el futuro estaría con su amado Almirante, entonces cuando vio una sombra frente suyo sonrió.
- Pensé que te esperaría hasta la eternidad y dicen que nosotras somos las reinas de la tardanza. – la risa de ese persona hizo que ensanchara su sonrisa. – Me alegro que el poder y testimonios falsos ayuden, ya cumplí parte de mi trato ahora falta que cumplas la tuya sino me temo que tu libertad nuevamente será arrebatada…Querido Edward.
El peligris se encogió de hombros como si fuera una travesura las palabras de su amiga, y sacando un cigarrillo de su pantalón vio la luna llena de esa noche, disfrutando estar por fin fuera de esas malditas rejas y sobre todo…
- No tienes de que preocuparte, Querida Catherine. Yo siempre cumplo mi palabra: Violet será mía como el Almirante tuyo.
¿Que les pareció el capitulo? La verdad pensaba hacerlo mas largo, por eso en el proximo vendran escenas que deseaba incluir una de esas es la conversación de Violet con Benedict y la señora Amelia.¿Quien creen que es la persona que sabe el paradero de Gilbert y contrato a Luculia? El siguiente capitulo estare lleno de emociones y mas aun para nuestros hermanos Bougainvillea.
En el siguiente capítulo 24 Regreso: Dietfried y Violet disfrutan de su escapada luna de miel, Benedict va descubriendo cosas sobre su nueva familia, Emoon le confieza a Oscar el mayor secreto de Iris, Erica pone distancia con Víctor, quien descubre que algo no esta bien en la salud de la señora Bougainvillea,ademas de la llegada de un personaje que cambiara el rumbo de Gilbert y Luculia.
