CAPÍTULO 11 (Arco II): Dificultades
-No, gracias.
-Vamos, Lori, tienes que comer.
-No tengo hambre...-Dijo deprimida y decaída.
-Lori...
-Yo tampoco.-Dijo su hermana menor en el mismo tono, cabizbaja.
-por favor, chicas.-Pidió Elías.-Necesitan energía, al menos hagan el esfuerzo, se los ruego. Piensen en sus hermanas.
-...-Ninguna dijo nada.
-Lori, Leni, sé que no es nada fácil, créanme.-Dijo intentando ser compresivo y amable.-Pero si sirve de algo, mañana serán llevadas todas a una misma habitación, así podrán no sentirse tan solas. Pero necesitan alimentarse, al menos ... al menos háganlo por sus hermanas.
Lori miró un poco al doctor y luego vio a su comida tristemente, finalmente, tomó su tenedor y dio un bocado.
Leni solo rodó los ojos e hizo lo mismo, sin ánimos.
Al menos ambas ya estaban comiendo, pero sin ganas, sacaban pequeños pedazos de comida en sus platos y se los llevaban a sus bocas, se podían notar sus ojeras, pues dormían muy poco, estaban cansadas y tristes, las heridas del reformatorio aún persistían.
-¿Necesitan algo más?
-No.-Respondieron ambas.
-¿Van a estar bien?
-Si.-Dijo Lori, Leni asintió.
-La mentira del día, Lori.-Esa voz que se parecía tanto a la suya le habló en su cabeza... otra vez.-Pinocho estaría orgulloso.
-Cállate.-Pensó apretando sus puños.-Ninguna de nosotras está bien, y lo sabes.
-Dios, eres muy afortunada, sentir un pene en tu vagina, Verga, que envidia, lo peor es que estoy en tu cabeza y no en tu vagina, como desearía estar allí.
-Cierra la boca.-Dijo en voz baja.-Cállate.
-Que mierda de suerte para mi de estar en tu cabeza.-Siguió.- Así tendría mi boca en tu vagina, así podría chupármelo todo esa vez cuando te ...
-¡YA CÁLLATE!-Gritó tapándose los oídos.
-Lori.-Dijo Leni, exaltada por el grito de su hermana.-¿Que estas hablando?
Entonces vio su hermana, preocupada.
-Le dijiste a alguien que se callara.
-Ah.-Se percató de su hermana.-Ah ... lo ... lo siento, no fue nada.-Mintió.
-¿Ya la viste, Leni?-Dijo la voz dentro de la cabeza de Leni, no era la misma que la de Lori, pero con las mismas intenciones.-Está volviéndose loca, solo es cuestión de tiempo para que tu también enloquezcas.
-No es cierto.-Dijo con repudio en voz baja.-Está sufriendo, como todas nosotras y tu no ayudas.
-Chúpame las bolas, retrasada mental.-Dijo apareciendo por un instante detrás de Lori y hacerle con el dedo del medio a Leni, la cual se confundió por no saber que decía con aquel gesto, para luego volver a su cabeza.
-¿Ya ves? ni si quiera entiendes la higa.
-Cállate.-Susurró a su adentro.-Cállate, ¡cállate!
-Que valiente, putita, ahora haces eso, pero no lo hiciste con esos animales cuando te...
-¡CÁLLATE, NO TE ATREVAS A DECIRLO!
-¡Obligame, Retrasada mental! ¡TE METIERON UN MIEMBRO EN TU PUTO HOYO NEGRO SUPERMASIVO, TE DIBUJARON LINDOS TRAZOS DE TIZA EN EL CUERPO! ¡Oh, Oh! Espera, no era una tiza ¡Eran cuchillos calentados con fuego! ¡Ahora tus futuros novios te dejarán en cuanto te vean llena de esas cicatrices! ¡Mejor vete a un prostíbulo! JA JA JA JA JA JA, Me sacas la lágrima! ¡PUTA!
-¡CIERRA LA MALDITA BOCA!-Gritó llevándose las manos a la cabeza, agarrándose del cabello.-¡TU NO SABES LO HORRIBLE QUE FUE ESO! ¡SER VIOLADA NO ES UN PRIVILEGIO! ¡ES UNA ATROCIDAD!
Pero entonces, la botarga apareció sintió que la tomó por el cuello.
-No es nada comparado con lo que yo te haré...
Y entonces comenzó a cargársela.
-¡NO! ¡NO! ¡NOOO!
-Leni!
-¡NO!-Lloraba mientras forcejeaba.-¡QUÍTATE! ¡NO!
-LENI!
Volvió a desaparecer, esa experiencia solo fue una alucinación, tenía frente suyo a Lori y a Elías.
-Leni, tranquila.-Dijo Elías.-Nadie les hará daño aquí.
-Yo ... perdón.-Dijo apenada.-No fue mi intención.
-Leni, estuvieron tomando los calmantes que les recetaron los doctores, ¿verdad?-Preguntó, pero la rubia solo lo miró con confusión, así que volteo a ver a Lori.-Lori.
La rubia mayor solo rodó los ojos, avergonzada.
-Perdón.-Se disculpó, entristecida.-Es que con lo que nos ha estado pasando, apenas nos dimos cuenta que teníamos los calmantes, por favor, perdóneme.
-(Suspiro) esta bien, no te preocupes.-Respondió.-Pero deberán tomarlos ahora, ¿de acuerdo?
Ellas asintieron, Cuando los tomaron luego de que Elías se los diera, las chicas siguieron comiendo, poco, pero al menos lo hacían, el doctor dejó que terminaran su almuerzo mientras atendía también a las demás. Pero no dejó de lado su preocupación, si las mayores ya estaban así luego de unas semanas en el centro psiquiátrico, no quería imaginarse a las menores en el mismo estado, podría ser peor.
Fue a la habitación de Luna y Luan, ambas estaban en una mesa con la luz del día entrando por la ventana en esa sala pintada de blanco.
Cada una estaba sentada al otro extremo de la mesa frente a la otra, pero ambas compartían el hecho de que ambas tenían caras de desánimo, no tenían brillo en sus ojos, era como si les hubieran arrebatado la vida.
-Luna, Luan.-Dijo Elías.-¿Todo en orden?
Ninguna respondió, solamente ignoraron la pregunta, permaneciendo sentadas, sin hacer nada.
-Chicas ... es hora del almuerzo.-Dijo El doctor.-se los vamos a dejar en su mesa ¿ok?
-Como sea.-Susurró Luna, en un tono apagado.
Luan solo jugueteó con sus dedos.
El castaño hizo indicación a la enfermera para que pusiera sus platos frente a ellas, al principio no hicieron nada ninguna, pero luego de un rato, ambas finalmente tocaron sus platos, sin ganas.
-Chicas ...
Elías se acercó un par de pasos, viendo si realmente estuvieran bien las dos, claramente no lo estaba, ninguna lo estaba desde que llegaron hace 2 meses.
El doctor vio que ellas permanecían mirando a la mesa mientras comían su almuerzo, y no miraban a otro lado, con esa mirada perdida y ojos sin el brillo que una vez las caracterizó.
-Esta todo bien, Sr Harman.-Dijo Luna.
-Luan?
-Estoy bien.-Respondió la ex comediante en el ya mencionado tono apagado y desanimado.
-¿Segura? si quieren, yo puedo...
-Estoy bien.-Respondió.-No se preocupe.
-Ok.-Dudó.-Ojalá ... bueno, espero que se recuperen.
-Esos reformatorios más parecen cámaras de tortura.-Comentó la enfermera.
Grave error, al oír eso las 2 hermanas, un escalofrío recorrió sus cuerpos, y lo peor, eso "invocó" a las otras 2, cada una en la respectiva hermana en su respectiva mente.
Luna levantó levemente la mirada para ver con detalle al Doctor, pero luego adquirió una expresión de terror, detrás de Elías, habían 3 sombras muy grandes, de 3 tipos que tenían palos y cuchillos, junto a ellos en el centro, una botarga de lagarto sucia, rota y cubierta de sangre, por dentro parecía vacía, como si nadie la estuviera usando.
-Rockera de segunda.-Dijo la botarga con la misma voz que la de Luna.-Bueno, no hubiera aparecido de no ser por lo que la enfermera dijo, ¿te acordaste de como te golpeaban? tu cara dice que si.
-Ya déjame en paz.-Dijo entre dientes Luna en voz baja.-Déjame tranquila.
-Duro con ella, muchachos.-Chasqueó los dedos.
Entonces hizo que Luna levantara la mirada y viera como esas sombras se le arrojaban encima, para luego comenzar a apalearla, la sujetaron y el tercero tomó una botarga similar a la que dio la orden, pero esta era inerte, e iban a meter a Luna dentro mientras seguían golpeándola.
-¡No, por favor! ¡Suéltenme! ¡Suéltenme, NO !-Gritó por ayuda.-¡No me lo pongan de nuevo! ¡ya no me peguen más! ¡DÉJENME IR! ¡DÉJENME IR!
Luna estaba aterrada, Luan también al ver el estado de su hermana, la veía helada del miedo, su respiración estaba muy agitada mientras movía sus brazos a todos lados como si intentara defenderse de algo.
El Doctor Harman y la enfermera la sujetaron con el fin de calmarla, no era la primera vez que pasaba, menos mal que para estos casos, al personal siempre se le daba una jeringa que tranquilizaba a las chicas cuando entraban en ese estado para poder darle los calmantes y medicamentos.
-¡Luna, Tranquila! ¡Tranquila!-Dijo Elías con las manos en su mejilla mientras la enfermera la sujetaba por atrás.-Luna, cálmate, por favor.
-¡No, por favor! ¡Prometo no decirles a los guardias sobre las peleas!-Lloró.-¡No se lo diré a nadie, pero no me golpeen de nuevo, por favor!
Entonces dio un grito corto al sentir un pinchazo, sin embargo luego su cuerpo comenzó a relajarse, entonces Elías buscó un poco de agua, la enfermera le puso la medicina y se la dieron a Luna.
-Mierda.-Dijo la botarga para mirar a Luna con furia luego de haber sido medicada.-¡Ganas este round, estúpida! Pero recuerda mis palabras.-Luna vio como la señalaba mientras su silueta se desvanecía.-No será la última vez que nos veamos, en algún momento se te va olvidar tomar esa pastilla de mierda o se les olvidará dártelas, y cuando eso pase, volveré.
Y se desvaneció con las sombras.
-No ... no me lastimen ... n-no, no se lo...-Decía medio consciente, pues comenzó a ver todo borroso.-No me peguen más... no me peguen, por favor ... snif, por favor ... por favor no... no...
-No ... no ... no...-Dijo Luan, llamando la atención de los 2 matriculados.
Luan se llevó las manos a la cabeza, agarrándose del cabello, repitiendo eso siempre, pues ella también estaba teniendo su propia alucinación.
-¡No, Suéltenme! ¡Déjenme! ¡Déjenme!
Luan veía como la sujetaban, inmovilizándola para poder hacer algo, veía su boca sangrar, mientras un tercer sujeto se acercaba frente a ella.
-Que recuerdos en el reformatorio, ¿no crees, Luan?
Volteó a ver a un lado, y allí estaba una botarga de Mono que también estaba desgastada, sucia y con sangre, además de que hablaba con la misma voz de la comediante hacia la misma quien intentaba zafarse de sus captores.
-Suéltenme, ¿que van a hacer?-Preguntó asustada mientras su respiración se agitaba.
-Pobre e inocente Luan.-Dijo.-¿No recuerdas lo que te dije hace unas semanas? Vendría por ti muy pronto, y lo que te va a pasar ahora es solo un poco de lo que te haré pasar cuando realmente venga por ti, ¡Cuando vayas al infierno!
Y entonces le abrieron la boca a Luan, y la tercera sombra entonces la agarró de sus dientes, para poder volver a arrancárselos de raíz. Y Luan gritó de dolor.
-¡Luan! No puede ser ¿ella también, ¡Y ahora!?-Se cuestionó Elías mientras trataba a Luna al momento que la comediante también comenzaba a sufrir de pesadillas diurnas.
-¡AAAAHHH!-Gritó Luan al sentir como un par de dientes suyos eran arrancados por aquella sombra bajo las órdenes de la botarga en forma de mono.
-Aunque mis compañeras y yo les hemos dado un mes para ti y tus hermanas, no significa que podamos divertirnos con sus mentes un poco.-Comentó.
Las sombras siguieron golpeándola y la que tenía enfrente le volvió a arrancar otro diente (aunque no perdió ningún diente, pues era una alucinación),
Luan agitaba sus brazos, intentando zafarse de algo que no estaba ahí, mientras que la enfermera y el doctor Harman intentaban contenerla.
-Luan! Por favor, cálmate.
-¡Déjenme! ¡no me toquen! ¡suéltenme, por favor!-Gritaba entre lágrimas.
-¡Luan!
-¡NO! ¡NO! ¡NO MÁS! ¡SUÉLTENME, POR FAVOR! ¡DÉJENME! ¡NO ...! ¡AAAAAAHHHH!
Ese último grito de la antigua comediante fue al sentir un pinchazo en su brazo, la enfermera le había inyectado un sedante, una vez que su efecto progresara, Elías procedería a darle su píldora para que sus alucinaciones desaparecieran.
-Te vuelvo a repetir, Luan.-Señaló la botarga con su dedo.-Esto solo es poco de lo que les espera, recuerda mis palabras. Ya nos veremos tu, yo, y los chicos del reformatorio, tu castigo no ha terminado, dientona.
Luan seguía rogando, aunque cada vez de forma más débil conforme perdía la consciencia, las sombras se estaban desvaneciendo, y pudo ver a Elías y a la enfermera recostándola en su cama.
-Doctor...
-Tranquila, Luan.-Le dijo poniendo su mano en su frente.-Fue un día duro para ustedes, descansa.
-Lu... Luna ...
-Descuida, ella...
-Quiero acostarme con ella.
-Luan, es mejor que...
-No, por favor.-Le Rogó.-No quiero dormir sola, quiero a mi hermana.
Sus ojos comenzaron a derramar lágrimas que corrían por sus mejillas cubiertas de cicatrices de cortes, y repitió en un tono entre cortado.
-Por favor ...
Luan extendió su brazo hacia la cama de Luna, quien yacía dormida profundamente tras estar sedada también, Tuvieron que sostenerla para que no cayera de su cama.
-Quizás sea mejor dejarla con ella.
Elías miró a Luan algo inconsciente, la ex comediante estaba con sus ojos sobre la cama de Luna, estaba asustada, sus latidos se sentían tumbar, pues aquel recuerdo de como le arrancaron los dientes fue doloroso para ella, no solo en lo físico, como si los golpes, los cortes en el rostro y cuerpo, y el abuso sexual que todas sufrieron no fuera suficiente para ella, ni para ninguna de ellas. Ahora, en un lugar que no conocían, sin algún familiar cerca más que ellas mismas, ¿a quien podían acudir? ¿quien se preocuparía por ellas luego de que sus errores salieran a la vista de todo el mundo? ¿como podrían hacerle frente a la sociedad tras todo esto?
-Si.-Dijo dando un suspiro.-Quizás sea lo mejor, vamos, pongámosla junto a su hermana.
Continuará...
