CAPÍTULO 20 (Arco II): Abogaré por ti
-Muy bien... entonces aquí es ¿cierto?
-Si.
-Muy bien, entonces entraré... solo espero que papá esté bien.
Una vez dentro, habló con uno de los guardias de la prisión en la entrada que estaba viendo unos documentos y acomodándolos.
-Disculpe.-Dijo.-vengo a visitar a Lynn Loud.
-Su, tenemos a un preso con ese nombre.-Dijo el guardia.-¿Es usted un familiar o conocido?
-Soy su hijo, Lincoln Loud.-Respondió.-y también me acompaña mi abuelo materno, Albert Loud, y mi hermana, Lily Loud.
-Muy bien.-Contestó.-Notificaré al alcaide, pueden ir a la sala de visitas y esperarlo allí si lo desean.
-Esta bien.-Respondió Lincoln.
-Si quieres podemos esperarte en la entrada, Lincoln.-Contestó Layton.
-¿Que? pero... Tios...
-Esta bien, querido.-Dijo Madeline.-Es tu padre, mereces verlo, y tu hermanita también.
Lincoln no estaba muy seguro si ir con su hermana solo, además de que no sabía si su padre lo reconocería, pues 4 años podían ser bastante tiempo para algunas personas, y tomando en cuenta lo mal que pudo haberlo pasado, quizás eso hubiese contribuido a que, tal vez, no reconociese a sus hijos, además de haber crecido. Sin embargo, sintió como su abuelo ponía su mano en su hombro.
-Esta bien, Lincoln.-Le dijo Albert.-Yo iré con ustedes.
Lincoln sonrió a su abuelo, y Lily también lo hizo, se podía ver que lo cercana que era su relación abuelo-nietos, fue entonces que los 3 fueron escoltados por los guardias a la sala de visitas, cabe destacar que, a diferencia a la de la prisión femenina en Detroit, esta no era dividida por un cristal, sino que tenía mesas donde los reos podían sentarse junto a sus familiares, eso si, habían varios guardias vigilando con cámaras de seguridad como apoyo.
Entonces fue que vieron a su padre, quien al ver a Lincoln y a Lily, se puso de pie, aunque como tenía a un par de guardias detrás suyo, estos le hicieron señal de que no hiciera nada sospechoso. Lynn padre dio un par de pasos lentamente, sin desviar la vista de su único hijo varón, por como lo veía, al parecer si lo reconocía aún después de todos esos años.
-Papa...-Dijo Lincoln estando a unos pasos frente a el.
Con solo llamarlo así, el castaño sentía como sus ojos se cristalizaban, pues pensaba que su hijo podría ya no sentir nada de afecto por el, incluso quizás lo odiase, hasta podría dejarlo allí encerrado, pero dio gracias al menos que lo primero no fuera cierto.
Lincoln tomó la iniciativa y dio un par de pasos hacia su padre, quien parecía tener algo de temor, pero entonces el albino lo tomó por los hombros y lo abrazó con una sonrisa en su rostro, eso fue suficiente para quebrar por dentro al Sr Lynn. El hombre derramó lágrimas al recibir el abrazo de su hijo, correspondiéndole.
-Lincoln... hijo.-Decía el castaño.-Hijo mío... yo... ¿como...?
-Esta bien, papá.-Le calmó Lincoln.-sentémonos, te lo explicaré todo con calma.
El señor Loud acató la petición de su hijo y ambos tomaron asiento en una de las mesas mientras que Albert veía conmovido aquel encuentro, sin embargo, Lynn padre vio a una pequeña niña rubia de 4 años que se sentó junto a Lincoln.
Se quedó perplejo, llevándose la mano lentamente a la boca, ¿era quien creía que era?
-Papá.-Dijo Lincoln.-No sabes lo mucho que te extrañé... y lo mucho que Lily quería verte.
-Hijo ... ¿le hablaste ... de mi?
-Por supuesto.-Dijo con una sonrisa tranquila.-Le conté lo grande que eras, y lo bueno que eras en la cocina. ¿no es así, hermanita?
La pequeña, sonrió y se acercó entonces a su papá, Lynn padre no sabía que decir, de cierto modo, tenía cierto temor, pues lamentaba que su hija más pequeña lo viera así, preso, y en prisión, hubiera deseado que las cosas hubieran sido distintas, de ser un mejor padre, quizás hubiera sido así, no era un mal padre, pero no fue lo suficientemente fuerte como para mostrar quien mandaba en la casa en antaño.
Pero a pesar de eso, sentía como un deseo de llorar se formaba en su corazón, pues allí estaban, su único hijo varón, ahora convertido en un gran muchacho hecho y derecho, y su hija menor, que pasó de una bebé tierna e inocente, a una hermosa niña dulce y tierna, saber que al menos 2 de sus hijos les fue bien le era de consuelo luego de 4 largos años en prisión sufriendo palizas, pero más le dolía pensar en su esposa y el resto de sus hijas, no podía imaginarle lo mal que podrían haberlo pasado.
O estar pasando, pensar en eso, aterraba a Lynn padre.
-Hola... papi.-Dijo Lily, tímidamente.
La pequeña se acercó a su padre, cargando a Bun bun, el peluche que antes era de Lincoln, que luego se lo regaló a su hermanita, con la promesa de cuidarlo mucho por lo mucho que significó para el en su momento, Lily había prometido cuidarlo muy bien, en especial por lo mucho que la ayudó a dormir cuando tenía pesadillas por las noches.
Extendió su mano y la puso sobre la de su padre, mirándolo inocentemente, parecía como si quisiera destrozar completamente al hombre, ver aquella carita tan dulce, recordando cuando era bebé, en especial cuando sonreía; y eso fue todo, Lynn padre rodeó a la pequeña en sus brazos y ella se dejó querer mientras el castaño ya empezaba a derramar lágrimas.
-Oh, Lily... mi pequeña bebé...-Decía con la voz quebrada.-De... de verdad eres tu, no puedo creerlo, mírate... cuanto has crecido, mi pequeña.
-A mi también me alegra verte, papi.-Dijo la rubia.-estoy feliz de conocerte finalmente.
-¿Me... reconoces?
-Yo le conté mucho de ti desde que tenía 2 años.-Dijo Lincoln, acercándose a su padre y poniendo su mano en su hombro.-No dejaría que se olvidara de ti, como yo jamás me olvidé de ti, ni de mamá... ni de las demás.
Lynn entonces puso su otra mano en la espalda de Lincoln luego de poner a Lily en su regaso, y abrazó a sus 2 hijos con todo el amor que podía darles, pues cualquier padre en su lugar, no podría estar más orgulloso de sus hijos como el lo estaba de su único hijo varón.
-Hijo...-Decía con un nudo en la garganta.-Eres... yo... snif... hijo, no sabes lo mucho que estoy de orgulloso de ti... quizás más de lo que merezco.
-Gracias, papá.-Dijo Lincoln.-No sabes lo mucho que me alegra verte, te extrañé mucho.
-Snif... y yo a ti, hijo.-Respondió acariciando su cabello.-Por un momento pensé... que no querías verme y... ojalá hubiera estado más presentable, y no tener que verme... así.-Añadió algo avergonzado.
-Tranquilo, papá.-Le dijo el albino.-Muy pronto ya podré intentar sacarte de este aprieto.
-¿A... que te refieres?
-Pues... gracias a mis tíos, y el abuelo.-Dijo mirando con una sonrisa a pop pop, que estaba un poco más atrás, este le correspondió devolviéndole la misma mirada.-Hemos podido mostrar puntos que me permitirán hablar a tu favor.
-¿Vas... a sacarme... de aquí?
Lincoln entonces puso nuevamente su mano en su hombro, sonriéndole y brindándole confianza, asintió con la cabeza a su padre.
-Así es, papá.-Respondió.-Abogaré por ti, saldrás de aquí y luego haré lo mismo con mamá.
-Y van a estar conmigo y jugaremos mucho.-Añadió Lily, los demás rieron a lo que respondió la pequeña.
-Si... hija.-Dijo Lynn padre, acariciándo su cabello y mirando a Lincoln.-Hijo, gracias... en verdad... no se como podré agradecértelo.
-Tranquilo, papá, ya sabremos que hacer.
