Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.

Summary: Porque ella tenía una palabra de la A a la Z para describirlo.


Capítulo dedicado a: roxelanali, DianaMounr, Alice2512, CarGian y julietamarilyn.

F de frialdad

-Y cuéntanos, cuñadita –dijo Fuutie-. ¿Cómo se te declaró nuestro hermanito?

-¡Sí! Dinos –apoyó Shiefa-, casi nunca hemos podido hablar de esas cosas sin que Shaoran se metiera y te llevara a otro lado, lejos de nosotras.

-Pues –empecé a hablar-, en realidad Shaoran nunca se me declaró.

-¡¿Qué?! –preguntaron las cuatro al unísono.

-Pero si son novios ustedes, de alguna forma tuvo que decirte lo que sentía –dijo Fanren, que hasta entonces no había hablado en los cuarenta minutos que hacía que estaba con ellas.

-En realidad, tampoco somos novios.

-¡¿Qué?! –volvieron a exclamar cada vez más sorprendidas.

-A ver si entendí, tú y Shaoran están juntos, pero él no te ha dicho lo que siente por ti, ni tampoco te ha preguntado formalmente si querías ser su novia –asentí-. ¡Diablos! Shaoran es más tonto de lo que creía.

-¿Ni un mísero "te quiero"? –negué.

Me encontraba sumamente nerviosa.

Había ido a visitar a Shaoran, quien me había dicho que esa tarde estaría en su casa con total seguridad. Mi sorpresa fue que, no solo no estaba, sino que como rara vez sucedía, sus cuatro hermanas se encontraban en la casa. Pese a que me excusase con irme y regresar más tarde, habían rogado que me quedara a esperar a Shaoran, y como cuatro contra uno es difícil de vencer, simplemente opté por aceptar.

No eran tan malas como el castaño solía describirlas. Eran divertidas y muy charlatanas, pero no pesadas y malhumoradas como él decía siempre. Al principio me sentía cómoda, hablábamos de cualquier cosa que se nos viniera en mente, pero el momento que tanto había temido había llegado. Y era hablar acerca de mí y su hermano, algo que me ponía los pelos de punta y en una situación sumamente incómoda.

-Yo creo que no es algo raro, algo para sorprendernos, después de todo Shaoran nunca fue muy abierto con sus sentimientos –dijo con pose pensativa Feimei.

-Lo sé, pero se suponía que era su primera novia oficial. Debería de haberle dicho algo.

-En eso tienes razón, es extraño que no se lo haya pedido formalmente.

Para ese entonces eran ellas cuatro hablando y opinando de la situación. Sobre por qué Shaoran nunca había sido amoroso conmigo como todos los novios solían hacerlo, diciendo palabras tiernas al oído, un "te quiero" cuando nos abrazábamos o cualquier frase cursi de esas que aparecían en los libros o películas.

-¿¡Y sí realmente está jugando con ella!? –el alarido de Fanren atrajo mi atención nuevamente. Mis ojos se abrieron como platos.

-¿Qué? –alcancé a preguntar para nuevamente tener los cuatro pares de ojos posados en mí.

-Sakurita te has puesto pálida. Eso ocurre porque abres tú gran bocota para decir tonterías, Fanren –retó Shiefa.

-¿Shaoran juega conmigo? –pregunté sintiendo un vacío enorme. Ellas eran sus hermanas, se suponía que lo conocían más que yo, por lo que si creían que él no sentía nada por mí, debía ser cierto.

-Claro que no –negó Feimei-. De estar jugando contigo no te traería a casa para que conozcas a su familia.

-Eso no es muy alentador –susurró Fuutie.

-Lo que queremos decir, es que nos resulta extraño que, siendo la primera chica con la que parece ir en serio, no te haya dicho ni una sola palabra cariñosa –dijo Shiefa-. Por más callado o frío que seas, cualquier novio le dice a su novia palabras tiernas, al menos una.

Ellas tenían razón en cuanto a eso, y aunque querían hacerme creer de que él realmente me quería, yo ahora empezaba a tener mis dudas… después de todo, en ningún momento me dijo algo que me demostrara que quería algo serio conmigo. Tal vez la que se hacía ilusiones era yo, tan tonta, despistada e inocente como siempre.

La puerta de entrada se abrió y el anuncio de Shaoran se hizo escuchar en toda la casa. En ese momento, deseaba con todas mis fuerzas poder desaparecer del lugar, o simplemente no haber tenido la idea de venir.

-¡Hey! Tranquila Sakurita –tranquilizó Shiefa poniéndose en cuclillas al frente mío-. Sabes, antes de hacer tus conjeturas, lo mejor será que le preguntes a él, ¿no crees? Estoy segura de que Shaoran te dirá la verdad.

Asentí torpemente y mi vista se desvió al umbral de la sala, donde Shaoran miraba atento toda la escena, deteniéndose especialmente en mis ojos. No sonrió, ni siquiera se inmutó y nuevamente sentí la sangre abandonar mi rostro.

-No sabía que vendrías.

-Quería que fuera una sorpresa.

-Vamos a mi habitación –anunció.

Saludé a las cuatro chicas, las cuales me desearon suerte con sutiles y silenciosas miradas de apoyo. Respiré profundamente y me encaminé escaleras arriba, hasta internarme en la habitación del castaño, tan pulcra y ordenada como siempre, al contrario de la mía.

-¿Hace cuánto que has llegado?

-Una hora, más o menos –contesté mirando mi reloj.

Se recostó en su cama, y a diferencia de cómo solía hacer los días normales en los que estaba en su casa, no imité su gesto recostándome a su lado, sino que permanecí parada, quieta cual estatua viviente, pero con la cabeza trabajando como quizás nunca lo había hecho. Shaoran pareció notar inmediatamente el cambio.

-¿Qué ocurre? –preguntó con su constante y seria mirada.

-¿Tú me quieres? –me atreví a cuestionar rápidamente, sin dejar pasar la oportunidad y antes de acobardarme.

-¿Qué clase de pregunta es esa?

-Solo una pregunta –me encogí de hombros-, pero me gustaría que la respondieras.

-Realmente no entiendo porque me haces esa pregunta.

-Shaoran, ¿me quieres o no? –corté en un intento de que dejara de evadir la cuestión en sí.

-Pues claro que te quiero, Sakura –respondió un tanto irritado, tal vez por la insistencia.

-¿Y por qué nunca me lo dices? –necesitaba sacarme la duda y siendo directa era la única manera de lograrlo.

-Antes de seguir con el cuestionamiento –se sentó y estiró su mano hasta tomar la mía, acercándome sutilmente hacia él-. ¿A qué vienen estas dudas tuyas? Es extraña en ti esa clase de preguntas.

-Tus hermanas dijeron que…

-Lo sospechaba.

-¿Qué cosa?

-Que esto tendría raíz en ellas –suspiró-. Pero bien, volviendo a lo anterior… Nunca lo digo porque no lo creo necesario. Sabes que no se me dan muy bien las palabras, todo lo contrario, soy más bien el tipo de chico que demuestra las cosas con actos, y creí que te había quedado claro de cierta forma que yo te quería.

-Pero tus hermanas dijeron que era raro que nunca me dijeras algo tierno… hasta creyeron que tú estabas jugando conmigo –expliqué cabizbaja.

-Asesinaré a esas idiotas por meterse donde no deben –masculló y respiró profundamente antes de continuar-. Ellas te dijeron eso porque son las clásicas mujeres que adoran los halagos y que se los digan constantemente. Cualquier cosa diferente a eso las descoloca, así que no hagas caso a sus huecas palabras.

-No hables así de ellas.

-Yo hablo de ellas como quiero. Y tú –señaló-, ¿cómo se te ocurre creer que jugaría contigo? No soy una bestia tan desalmada –se defendió teatralmente.

-Claro que lo eres –seguí su juego con un asomo de sonrisa.

-Claro que lo soy –se contradijo sonriendo con sorna, y antes de poder reaccionar, me encontraba bajo su cuerpo, contorsionándome en el vano intento de que me soltara y dejara de hacerme cosquillas.

-¡Shaoran, detente! –chillé.

-Solo si prometes no volver a dudar de mis sentimientos por ti, enana.

-¡Lo juro, lo juro! –dije sin parar de reír, aun y cuando ya no sentía sus manos en mi piel.

-Eres una tonta –susurró sobre mis labios.

-Y tú un desalmado sin sentimientos. Lamento haber desconfiado de ti, es solo que en ese sentido eres tan frío.

-Sabes que me cuesta ser de forma diferente a la que siempre fui. Y por supuesto que no tengo sentimientos, tú te has robado todo mi amor –besó suavemente mi boca, pero pronto se detuvo, quizás por la misma razón que creí oír detrás de la puerta-. ¿Has escuchado eso? –asentí-. Permíteme un segundo.

Con cuidado de no aplastarme, se levantó y encaminó silenciosamente hasta la puerta, donde, al abrirla, vislumbramos cuatro personas con enormes sonrisas. Shiefa, Fanren, Feimei y Fuutie, las cuatro hermanas de Shaoran, claramente estaban escuchando nuestra conversación.

-¡Eres la criatura más tierna del planeta –gritó Fanren-. Derrochas azúcar por los poros.

-Salgan de aquí en este instante si no quieren que las asesine.

Y ellas salieron huyendo escaleras abajo, pero aun así, sus risas siguieron resonando en toda la casa.


N/A: Buenos días, tardes, noches.

Y pese a que el título anunciaba un capítulo más "frío", uno no puede evitar que haya azúcar, mucha azúcar para endulzarnos. Y pese a que realmente la palabra era frialdad, consideré que todas las que dijeron frío se merecían el capítulo.

Han aparecido las dementes de las hermanas de Shaoran, que de seguro aparecerán en otros capítulos, se los aseguro. Porque ellas son las especialistas en hacer enojar a nuestro castaño, y es encantador ver a Shaoran enojado.

Y aunque siempre lo repito, nunca me cansaré de hacerlo… ¡Gracias por su apoyo y comentarios! Las adoro plenamente :* Y lamento si a alguien no le llegó la respuesta a su review, no sé si a ustedes les ha pasado, pero Fanfiction ha estado andando pésimo y no me llegaban los avisos de absolutamente nada.

Espero que hayan disfrutado leer, tanto como yo disfruto escribir para ustedes.

Próxima actualización… la G :B ¡Como siempre, espero sus apuestas!

Besos sabor a miel,

Suzu.