Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.

Summary: Porque ella tenía una palabra de la A a la Z para describirlo.


Capítulo dedicado a: navesa77; Maria Angel SH; Vico gomez; Sakuxsyao; Sofitkm; DianaMounr; Aien Li; RoseWhitPotter17; Evyleen Ianlev; Ishy-24; Eri Eri-chan; Cloudy Nights; mango morrison; Kyary-Chan13; chococat825; Ale; Naty-chankawaii.

P de posesivo

Ese día había amanecido exquisitamente soleado, lo cual era una razón para mi alegría. Otra, era el hecho de saber que ya había rendido varios exámenes finales de la universidad, por lo que no tendría que ir por unos días, pudiendo aprovechar para dormir más horas y permanecer en la suavidad de mi cama aun estando despierta.

Shaoran no estaba en el departamento, se había ido por su trabajo como siempre lo hacía; ni siquiera en los días en los que yo debía levantarme temprano lograba poder compartir un desayuno con él. Pero estaba lejos de molestarme ese hecho, ya estaba más que acostumbrada, aparte durante parte de la tarde y la noche de la mayoría de los días él sería completamente mío.

Miré la hora en el reloj que tenía en la pequeña mesita situada de mi lado de la cama. Eran apenas las diez de la mañana, por lo que aún tenía tiempo de bañarme y arreglarme para ir con Tomoyo a almorzar tal y como habíamos arreglado hacía unas pocas semanas. Hoy iba a ser un día muy especial.

Hoy iba a hacer mi primera prueba del vestido de novia.

¿Y a qué mujer que quisiera casarse no le emocionaba eso? Por mi parte, yo andaba increíblemente ansiosa, y es que aun no podía creer que me iría a casar con Shaoran; resultaba tan extraña toda la situación, tan alocada, que me costaba ver que eso era la realidad y no algún alocado sueño de esos que tenía bastante a menudo.

Recuerdo como Tomoyo había lanzado el grito al cielo al enterarse de que me casaría; parecía aun más contenta de lo que yo me encontraba. Cuando logró calmarse, lo primero que anunció es que ella sería la encargada de diseñar y hacer mi vestido de novia; ese sería su regalo de bodas y no pude negarme en lo absoluto a tener el placer de casarme con uno de sus diseños que tan perfectos y delicados eran. No por nada era una diseñadora bastante conocida, pese a ser demasiado joven aún.

Con los horarios que la universidad me exigía, no contaba con mucho tiempo libre para todos los preparativos, por eso, siempre que encontraba algún hueco en mis días y el cual no acaparaba Shaoran, aprovechaba para salir con mi amiga, para así juntas organizar todo. Así fue como semanas antes me había tomado las medidas, había preguntado mis preferencias respecto al diseño y había hecho una pequeña prueba con las telas para luego escogerlas.

Y hoy, hoy era la primera vez que podría ver el trabajo realizado, para así probármelo y ultimar los detalles restantes.

—¡Sakurita! —su dulce voz se hizo escuchar—, ¡por aquí!

La ubiqué sentada en aquel coqueto restaurant que ella misma había elegido, a un lado del gran ventanal que daba una excelente vista a las calles de Tokio. Sabía que había llegado retrasada algunos minutos, siempre sucedía, pero Tomoyo no pareció molesta, y si lo estaba, no lo demostró en lo absoluto en lo que duró el almuerzo; tal vez el factor de que hoy sería su modelo -como tantas veces lo había sido cuando éramos niñas- influyó en ella.

El lugar donde trabajaba estaba a unas pocas calles de allí, y lo conocía a la perfección.

Era bastante amplio, con dos pisos y decorado principalmente en colores blancos, crema y lavanda. Con ella trabajaban dos gemelas, rubias, que también se habían sumergido a la vida de la moda para novias, madrinas y damas de honor; eran sumamente agradables, de modales finos y elegantes y, al igual que Tomoyo, de un excelente gusto.

Cuando entrabas, lo primero que se apreciaba era la excéntrica cantidad de vestidos que había; los encontrabas en su mayoría blancos, pero en realidad si husmeabas bien, los había de todos los colores. ¿Lo mejor de todo? El exquisito aroma a jazmín que inundaba cada rincón del lugar, sin excepción.

—Buenas tardes, Lily, Mía —saludé a las gemelas cuando las vi en el mostrador enseñando diseños a dos chicas.

—Buenas tardes, señorita Sakura —saludó la primera—, justamente estábamos hablando con Mía de usted esta mañana.

—Sí —intervino ésta—, su vestido ha quedado de ensueño. Es una novia muy afortunada.

Me sentí un tanto avergonzada, aunque no sabía si era por el halago o por el hecho de tener cinco pares de ojos posados en mí en ese momento. Tomoyo previno eso y rápidamente se despidió de las cuatro para llevarme escaleras arriba, donde las cosas, sabía, se pondrían más interesantes.

—Aún quedan varios detalles por refinar —me explicó mientras me guiaba—. Todavía hay encaje que no puse, y me falta coser algunas cosas, pero primero quería que te lo pruebes para así ver cómo está quedando el vestido, y sobre todo ver cómo te queda a ti.

—Estoy tan emocionada —anuncié con una amplia sonrisa—. Pero puedes tomarte tu tiempo, Tommy. No hace falta que esté listo esta semana; no me caso sino en varias semanas más.

—Eres mi mejor amiga, Sakura. Lo tendré listo mucho antes de la fecha.

Sonreí ante lo feliz que se veía Tomoyo mientras sacaba lo que sería el vestido, de una gran caja color crema. Me lo extendió rápido, sin dejarme apreciar mucho los detalles, empujándome a un enorme vestidor, con la notoria intención de no perder más tiempo en conversaciones.

Me tomé mí debido tiempo para quitarme los pantalones, el suéter beige y la camisa blanca que llevaba. Y aunque sonara idiota decirlo, estaba un tanto nerviosa. No todos los días te probabas un vestido de novia, y aquello en parte, al menos para mí, significaba demasiado. Porque eso demostraba que pronto sería la señora Li.

—¿Sakura? ¿Necesitas ayuda? —preguntó Tomoyo detrás de las grandes y gruesas cortinas al notar que tardaba más de la cuenta.

—No —negué segura—, en unos segundos salgo; y así lo hice luego de que, con un poco de dificultad, subiera el cierre en mi espalda.

Tomoyo, al verme, abrió la boca sorprendida, formando una perfecta O con sus delicados labios. En el vestidor no había espejos, una curiosa regla que había impuesto mi amiga, por lo que realmente no sabía si su sorpresa era porque me veía muy bien, o más bien, en su defecto, me encontraba totalmente ridícula.

Sin decir nada, pidió que cerrara los ojos. Por más rara que su orden fuese así lo hice. Tomó mi mano y me guió con delicadeza varios metros más lejos, para después con su ayuda, subirme a lo que parecía ser un pequeñísimo taburete.

—Abre los ojos, Sakurita —dije suavemente—, y admírate.

Y así lo hice, encontrándome rodeada de enormes espejos, en los cuales me reflejaba de pies a cabeza. Y comprobé que mi expresión fue igual que la de mi mejor amiga.

—Es… un sueño, Tommy.

Porque en verdad lo era.

No era un corte demasiado despampanante, más bien clásico. Era strapless por consejo de Tomoyo, quien en su momento dijo que yo era dueña de unos bellos y delicados hombros que debían ser mostrados, con un hermoso corte corazón que hacía resaltar notoriamente mi busto, pero sin parecer exagerado. El corsé tenía encaje y fina y delicada pedrería que según como era iluminada, emitía unos brillantes reflejos encantadores. La falda que llegaba por debajo de mis pies, era de varias capas de suave tela, lejos de ser pomposa, pero tampoco nada insulsa. En pocas palabras, era un vestido sencillo, pero que mostraba la elegancia y delicadeza que solo las manos de Tommy eran capaz de crear.

—¡Te ves increíble! —chilló saltando como una niña—. ¡Iré por los zapatos que elegí especialmente para ti!

Salió corriendo quien sabe en qué dirección, dejándome completamente sola, admirando su trabajo; solo el ruido de varios pasos y unos cuantos gritos logró distraerme.

—¡No pueden pasar, señores! —exclamaba la voz de Lily con un dejo de desesperación.

—La demente mujer de este tipo raptó a mi mujer y yo vine a buscarla —reconocí la voz al instante—. No me iré sin S-Sakura —tartamudeó mi nombre al verme.

—Sha-Shaoran, ¿qué haces aquí?

Otros pasos se escucharon en el enorme salón y a los pocos segundos apareció Tomoyo, quien cambió su cara de alegría por una que le daría miedo al mismísimo diablo.

—¿Qué hacen ustedes dos aquí? —preguntó mirando a su marido y al que sería mi futuro si es que salía ileso del lugar— ¡Hiragizawa y Li! ¡Es de mala suerte ver a la novia con su vestido! —chilló—, ¡Lárguense! —y con la histeria que contenía, lo primero que atinó a hacer fue lanzarles lo único que tuvo entre sus manos. Para mala suerte de los hombres, eran un par de tacones—. ¡Fuera, fuera!

No pude más que reír ante su reacción y ver como ambos salían corriendo del lugar tratando de no perder un ojo gracias a los objetos contundentes. Tomoyo pronto se contagió, al igual que Lily, quien había quedado perpleja ante la escena.

No paso mucho tiempo hasta que mi mejor amiga hizo las respectivas anotaciones, tomando tela de aquí, sacando tela de allá, y hablando sola, como lo hacía siempre que estaba concentrada. Minutos después pude cambiarme y bajar las escaleras, donde me esperaba un futuro esposo con cara de pocos amigos sentado en un pequeño sofá alejado y siendo muy bien vigilado por las gemelas. Eriol simplemente sonreía con sorna mientras salía en busca de su mujer.

—¿Por qué la mala cara? —pregunté cuando me situé frente suyo.

—No te encontré en casa y me preocupé. No avisaste que vendrías.

—Se suponía que tú salías más tarde del trabajo. Además, soy libre de hacer lo que quiera —expliqué sentándome a su lado y tomando una de sus manos entre las mías para empezar a hacer suaves caricias en ella.

—No digo que no puedas, pero me hubiese gustado que me avisaras para que no me preocupara por ti —suspiró—. Es idiota lo que diré, pero pensé que estabas con otro hombre.

—¿Con otro? —pregunté incrédula—, ¿por qué habría de engañarte?

—He estado muy ocupado este tiempo y te he descuidado. Cuando llegué y no te vi me puse demente; en un arranque de cordura llamé a Eriol para saber si Tomoyo sabía dónde estabas y así fue como di contigo. Sabes que soy muy celoso.

—Lo sé —respondí no pudiendo aguantar la risa por lo absurdo que sonaban las locas hipótesis de Shaoran—. Pero sabes que seré tuya siempre. Lo he sido desde que te conocí, y lo seré el resto de la vida.

—Por supuesto que eres mía —dijo tomándome entre sus brazos posesivamente—. No dejaré que escapes jamás.

—Tampoco pensaba hacerlo.

Un "click" se oyó, seguido de un flash que logró atraer nuestra atención, dejando de lado nuestra muestra de cariño. Tomoyo y Eriol estaban parados frente a nosotros, y la primera cargaba con una cámara fotográfica que claramente había utilizado segundos antes.

—Son tan cursis —dijo con sorna el inglés—, y tú eres un maldito posesivo celoso —refiriéndose a Shaoran.

—¿Acaso no lo eres tú con Tomoyo?

—Son demasiado tiernos cuando lo desean —habló Tomoyo esta vez refiriéndose a nosotros dos—, pero aun así no estás perdonado, Shaoran. Has arruinado la sorpresa del vestido.

—El vestido es lo de menos —respondió—. Lo importante es que falta cada vez menos para que esta bella mujer sea mía frente a los ojos de todo el mundo.

Y aunque sonara completamente posesivo, fue una declaración que logró mover todo mi mundo. Me ruboricé instantáneamente y todos parecieron divertidos ante ello.


N/A: Buenos días, tardes, noches.

¡Cada vez estamos más cerca del casamiento de estos dos! Qué emoción, eso demuestra también, que cada vez falta menos para el final de la historia.

Sí, el capítulo quizás estuvo bastante más basado en Sakura y Tomoyo que en Sakura y Shaoran (quien apareció hasta el final junto a Eriol, y sus tan adorables celosos y su posesividad que puede volvernos locas), ¡pero no desesperen! El capítulo en sí me gustó plantearlo de esta forma, y habrá mucho más Shaoran para ustedes, no solo en las entregas próximas, sino también en la versión desde el punto de vista del castaño, donde nos saciaremos bastante de él.

Como siempre gracias por sus bellos reviews, las adoro enormemente :* Y a todas las lectoras fantasma que leen pero por alguna razón no comentan: ¡anímense! No saben lo importante que es para un escritor leer las opiniones y sugerencias de sus lectores, que, como muchas sabrán, siempre son tomadas en cuenta y la mayoría de las veces (si está en mis manos) puestas en la historia.

La próxima entrega la Q: Seré malvada y no daré pista porque:

A- No se me ocurre realmente que poner sin ser demasiada obvia D:

y B- Muero por ver y leer a su loca imaginación puesta a prueba jajaja.

¡Suerte a todas las postoras!

Besos sabor a moras,

LadySuzume-Chan.