Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.

Summary: Porque ella tenía una palabra de la A a la Z para describirlo.


Capítulo dedicado a: Maria Angel SH; Sofitkm; RoseWhitPotter17; Vico gomez; Cloudy Nights; DianaMounr; TommyZombie-chan; MoritaAzul.

Mención especial para Naty-chankawaii… ¡Feliz cumpleaños!

Q de querer

—Es muy linda tu casa, Shaoran.

Y es que estaba en lo cierto. Era la primera vez que entraba en su casa y me había dejado totalmente encantada. Era bastante más grande que la mía, y aunque no había rastro alguno de los miembros de su familia, daba ese aire hogareño y familiar del cual muchas veces las casas grandes y sin personas carecía.

—¿Dónde está tu familia? —pregunté curiosa mientras lo seguía por las escaleras.

—Agradece que no están —respondió—, hubieras sufrido un interrogatorio del cual no habrías podido escapar.

—Lo dices como si tu madre y tus hermanas fueran del FBI o la Interpol, o algo similar. Es normal que las personas se hagan preguntas cuando se conocen.

—Créeme que mis hermanas, sobre todo, son peor que el FBI y la Interpol juntos.

No refuté en lo absoluto ya que después de todo él conocía mejor a su familia, sin embargo no me deshice de la idea de que estaba exagerando bastante. No podía hacerme con la imagen de que el resto de la familia Li fuese todo lo contrario a Shaoran; más adelante descubriría si aquello podía ser cierto o no.

Abrió una puerta a un costado del largo pasillo y caballerosamente me dejó pasar primero, como pocas veces hacía, y así entré a lo que supuse era su habitación.

"Shaoran Li" se podía leer en cada detalle del lugar. Pintado y decorado con colores sobrios, donde predominaba el verde, su favorito de entre todos. Tenía una enorme biblioteca ya que le gustaba mucho leer, al contrario que a mí; los títulos eran tan variados que solo pude reconocer dos o tres de entre ellos. Y todo inundado del exquisito perfume que Shaoran usaba y con el cual había podido extasiarme las pocas veces que el chico se había dejado abrazar.

—Tienes una habitación muy bonita —dije sentándome en el bordo de su mullida cama; de pronto me dieron ganas de recostarme en ella y dormir.

—No es la gran cosa —dijo restándole importancia mientras se recostaba, robándome la idea, pero con una pequeña pelota de tenis en su mano la cual empezó a lanzar hacia arriba, atajándola en el aire. Y así una y otra y otra vez.

Simplemente me limité a observarle, tan despreocupado y tan tranquilo como estaba en ese momento, pero lo suficientemente concentrado como para que el objeto amarillo no saliera disparado en cualquier dirección o le diera de lleno en su rostro.

Se sentía bien saber que ahora me encontraba en su entorno, que ahora podía respirar su mismo aire sin que él saliera corriendo o yo llorando. Sí, había sido difícil que Shaoran diera el brazo a torcer con mis continuas insistencias para que fuese mi amigo, pero al fin lo había logrado. Y sí, estaba valiendo la pena.

Las cosas no habían sido color de rosa obviamente, ni tampoco lo serían. Aun no estábamos del todo acostumbrados al otro y más de una vez terminábamos peleando o insultándonos a los gritos en medio de los pasillos del instituto; pero también estaban esos buenos y relajados momentos como el de ahora, en donde por más que permaneciéramos en silencio constante, sabíamos que no necesitábamos nada más.

Se sentía bien estar así.

—¿Qué te ocurre, Sakura? —preguntó Shaoran sacándome de mis pensamientos—. Hace diez minutos que estás mirándome fijamente.

—Nada —negué rápidamente volteando la vista al techo tratando de evitar que notara mi creciente sonrojo—, tan solo pensaba.

—¿En qué? —siguió lanzando y agarrando la pelota en el aire.

—Nosotros.

—¿Nosotros? —preguntó extrañado, esta vez dejando de jugar y enderezándose para así poder mirarme mejor—, ¿qué es lo que piensas sobre nosotros?

—No sé —respondí sin saber realmente que decir—. En cómo nos conocimos, en cómo te hablaba y tú me ignorabas. En cómo terminamos siendo amigos. Pienso en todo y en nada a la vez.

Permaneció en silencio, esta vez con la mirada perdida en algún lugar lejos de mí. Tal vez pensando en lo que había dicho. Tal vez con la mente en blanco. Los pensamientos de Shaoran eran algo que jamás podría lograr descifrar, ni siquiera por las expresiones de su rostro. En ese sentido, mi amigo era todo un misterio, uno que me parecía de lo más interesante, y que sabía que tarde o temprano lograría resolver. Y entonces volvió a la realidad. Y habló.

—Nunca antes ninguna chica se había acercado a mí como tú… o al menos no con las mismas intenciones que tú —empezó a decir—. Apareciste de pronto y quisiste ser mi amiga, y eso me descolocó completamente. No soy sociable, mucho menos con las mujeres, y realmente me perturbaba que te acercaras a mí todos los días y me hablaras de trivialidades. No sabía qué hacer, qué decir o cómo reaccionar, nunca había tenido que pasar por algo así.

—Reaccionaste bastante hosco la mayoría de las veces —le recordé con una sonrisa que pronto se contagió en sus labios ante el recuerdo de aquellas primeras semanas.

—Era extraño. Cuando al fin supe que no te rendirías lo empecé a hacer yo. Ahí fue cuando reparé en ti verdaderamente, y admiré tu tenacidad y terquedad de todos los días al acercárteme. Nadie nunca se había esforzado tanto en querer ser mi amigo.

—Pero yo lo hice —dije orgullosa de mi misma—. Y me llevé el premio mayor: que terminaras siendo mi amigo.

—Me siento feliz de que así sea —confesó—, nunca me juzgaste por cómo te traté o por cómo lo hago ahora. Siempre fuiste sincera y no te daba miedo decir las cosas de frente. Creo que el premio mayor me lo llevé yo.

—¿Y ese cual sería?

—Encontrar una amiga que me quiera por como soy.

—Siempre te querré —sonreí tontamente mientras jugaba con mi cabello—. Te has vuelto muy importante para mí en este poco tiempo que ha pasado, Shaoran.

—Te quiero, Sakura.

Esa fue la primera vez que él me lo había dicho, y aunque no lo hice, en el fondo moría por saltar de la felicidad en su propia cama a la vez que chillaba como una desquiciada. Era todo un logro para mí el hecho de que Shaoran me confesara que me quería, y estaba orgullosa de haber podido lograr sacar a relucir esos sentimientos que el castaño parecía no tener.

Porque aunque después de ese momento lo dijera pocas veces, Shaoran me supo querer, así como yo lo supe querer a él.


N/A: Buenos días, tardes, noches.

Para empezar: Podría dar una excusa rebuscada para justificar mi falta de atención a la historia, pero como sabrán soy bastante sincera, y mi verdad es esta: me la pasé mirando series en mi habitación como una friki. Tan simple como eso, miraba un capítulo tras otro y para cuando me daba cuenta eran las tres de la madrugada y debía dormir. No pude contra el vicio… hasta ahora.

¡Y tarde pero seguro, aquí está el capítulo! Espero sepan disculparme :B

¡Shaoran le dijo "Te quiero"! Ansauhbsoauds, yo también quiero que me lo diga, aunque con un "hola" me conformaría. ¡Azúcar ven a mí!

Espero que lo hayan disfrutado, y no duden en dejarme sus insultos :D

Y por las dudas aclaro: no abandonaré la historia, eso jamás.

Próximo capítulo… R: Es una característica que al menos yo, particularmente, la encuentro muy propia del castaño. Sí, la pista no dice nada, soy la maldad en persona jajaja.

Besos sabor a pomelo,

LadySuzume-Chan.