Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.
Summary: Porque ella tenía una palabra de la A a la Z para describirlo.
Capítulo dedicado a: Maria Angel SH; THEanimeGIRLS; martu-de-li; Yuki90; SAKU-PRINCESS; Evyleen Ianlev; DianaMounr; TommyZombie-chan; Kyary-Chan13; parrazal30; Naty-chankawaii; RoseWhitPotter17.
S de sonrisas
Sí había algo que claramente podía caracterizar a Shaoran entre tantas cosas, eso era que poseía muchas clases de sonrisas. Cada una podía significar miles de cosas o corresponder a un determinado estado de ánimo, a alguna faceta suya o a algún plan macabro que pasaba por su mente. No importaba la razón, pero verdaderamente Shaoran Li poseía más de una sonrisa y a mí me divertía ir descubriéndolas y catalogándolas.
Entre ellas, y siendo quizás la más destacada, estaba su sonrisa burlona. Era la que prevalecía principalmente en su rostro, su forma de ser y personalidad hacían que fuera así. Visualmente se veía como una sonrisa de costado, con cierto aire a sorna, que podía parecer bastante normal pero que si mirabas bien, lograbas notar que, acompañado a ésta, sus ojos se iluminaban de tal forma que sabías que Shaoran maquinaba algo en su oscura mente.
Generalmente se daba cuando hacía bromas pesadas para los profesores con sus amigos. Cuando pensaba y decía comentarios burlescos en una conversación con quien fuese o simplemente cuando el tema del cual le hablabas le causaba cierta maligna gracia.
Había sido destinataria de esa sonrisa muchas veces. Primero como su mejor amiga y luego como su novia, no hubo momento o situación en que pudiera salir libre de ella, ya sea cuando hacía ejercicios de matemáticas que luego él corregía para encontrarle miles de errores, o cuando hacía alguna pesada broma conmigo en noche de brujas para lograr asustarme.
Efectivamente, cada vez que veía asomar esa sonrisa en sus labios y sus ojos brillar, sabía que nada bueno estaba por venir para mi salud física y mental.
Contrario a esto, estaba su sonrisa tierna, que, si bien podía parecer en demasía a la burlesca, se diferenciaba en que en su mejilla aparecía un pequeño hoyuelo que me había encantado desde el primer momento.
Ésta era quizás la que menos personas podían haber llegado a lograr conocer, y las pocas que lo habíamos visto sonreír de esa manera también sabíamos que se daba en escasos y contados momentos. Eso tal vez hacía que fuera tan encantadora y deslumbrante a pesar de ser simple y sencilla en sus labios.
Aparecía cuando Shaoran miraba fijamente a niños en el parque, o cuando se encontraba con pequeños y tiernos cachorros de perros o gatos en la calle o veterinarias, aunque él jamás admitiera verdadera y abiertamente que esas cosas causarán que sonriera de esa forma. Prefería negarlo a muerte. Después de todo, y según él, "no podía enternecerse con esas pequeñeces".
También asomaba cuando me veía feliz por algún logro que había cumplido. Una nota alta en exámenes difíciles o haber logrado hacer un pastel de frutillas sin que se me quemara, eran el tipo de situaciones en las que Shaoran sonreía de esa forma. Y era entendible porque, cuando sucedían esas cosas, generalmente actuaba como una niñita y eso a él parecía darle ternura. Después de todo, las cosas aparentemente tiernas lograban sacar su lado tierno a relucir.
La sonrisa genuina era la segunda que más abundaba en sus labios. No era de costado, sino amplia, a veces dejando mostrar sus perfectos dientes, a veces pareciendo ser más discreta y disimulada.
Los momentos en los que se daba eran variados, por sobre todas las cosas cuando hacía cosas que le gustaban o cuando obtenía los resultados esperados de lo que sea que haya hecho o estuviera haciendo.
Su primer campeonato ganado en el equipo de futbol; alguna carrera de atletismo en la cual había salido en primer puesto con clara ventaja. Cuando obtenía las mejores calificaciones las cuales no dudaba en mostrarme. Cuando me contaba del nuevo libro o disco que había adquirido; de las nuevas entradas para el próximo recital de su banda favorita. Con algún chocolate que encontraba de casualidad en los bolsillos de su pantalón o mochila, o simplemente cuando yo se los regalaba por la mañana en el instituto o por la tarde cuando lo visitaba en su casa. Las razones que hacían que Shaoran sonriera de esa forma eran tantas y tan variadas que tal vez nunca terminaría con la lista del montón de veces que había visto sus labios adornado con tal espectáculo.
Bastante parecida a esa, pero acompañada por alguna sutil carcajada, era su sonrisa de diversión. Al contrario de la de sorna, esta la hacía cuando se divertía con algo, lejos de ser con malas u oscuras intenciones.
Predominaba cuando él o sus amigos bromeaban sanamente entre ellos, contándose chistes o incomodándose entre sí. Cualquier cosa que le divirtiera lo demostraba sonriendo de esa forma, mostrando que estaba cómodo, sin sentirse forzado ni nada. Era natural y espontánea.
La evolución de ésta última era la risa propiamente dicha, aquella que se daba cuando la broma era muy buena, o cuando ocurría algún accidente vergonzoso que hiciera que no solo él sino que todos estalláramos a carcajadas.
Pero también se daba cuando estábamos solos y podía aprovecharme de una de las pocas debilidades que había logrado descubrir en el castaño: las cosquillas. Shaoran Li podía parecer un chico de lo más serio, de lo más callado y muchas veces malhumorado, pero yo había encontrado un punto débil del cual me gustaba aprovecharme. Mi pasatiempo favorito se había vuelto apresarlo entre el colchón y mi cuerpo para así torturarlo, pinchándole las costillas y el estómago, donde sus puntos más sensibles relucían; donde reía sin parar hasta el cansancio o hasta que él tomara riendas sobre el asunto, vengándose de la misma manera.
De una forma u otra, ambos terminábamos hechos un desastre, sin aliento y con lágrimas en los ojos.
La peor de todas sus sonrisas era la que yo misma clasificaba como "sonrisa seductora". Y cierta y justificadamente era la peor.
Eran de esas que te dejaban totalmente embobada, que te robaban el aliento y que lograba hacer que olvidaras hasta tu nombre. Para suerte mía, Shaoran la utilizaba únicamente conmigo, de no ser así creo que ya hubiera corrido sangre hace tiempo.
Cada vez que necesitaba convencerme de algo, obligarme a hacer algo, o cualquier cosa similar, utilizaba esa sonrisa que sabía, me desarmaba por completo, logrado que no pudiera negarle nada y que todo lo que me pidiera lo hiciera sin resistirme. Y sabía que era así y que sería así siempre; las pocas veces que había intentado resistir, Shaoran tan solo necesitó escasos segundos para convencerme. Desde entonces prefería no oponerme. Aunque en el fondo sabía que jamás podría haberlo hecho, con o sin su sonrisa.
Por último estaba la que más me gustaba, la que también utilizaba solo conmigo. Aquella a la cual no le encontraba una palabra para describirla porque era imposible encontrar solo una cuando, en realidad, eran millones la que lo hacían; al igual que eran millones las sensaciones que causaba en mí.
Era una sonrisa que abarcaba a todas y ninguna a la vez.
La usaba siempre en todas nuestras conversaciones, cuando discutíamos o cuando nos decíamos cosas cursis. Aparecía en las mañanas, cada vez que amanecíamos uno al lado del otro y en la noche luego de cada beso de buenas noches.
Era ese gesto que solo se hacía notar desde que habíamos empezado nuestra relación. Tan simple y a la vez tan rebuscado, que provocaba mariposas en mi estómago, temblor en mis rodillas y sudor en mis manos. Hacía que me enamorara día a día, cada vez más y más de Shaoran Li.
Una sonrisa única, pero que a la vez parecía abarcar a todas.
Y si tuviera que elegir solo una con la cual quedarme para toda la vida, simplemente no podría escoger. Todas y cada una de ellas eran especiales a su manera y eran tan de él que si faltara una sola ya no sería el mismo.
Y sabía que con el pasar del tiempo irían apareciendo más, las cuales seguiría catalogando una a una, como si de un muestrario de telas o colores fuesen.
Y estaría muy feliz de hacerlo. Porque no había nada más hermoso que ver a Shaoran sonreír.
N/A: Buenos días, tardes, noches.
¿Qué tal les va? Espero que muy bien, yo un tanto agotada, mis vacaciones terminaron y el estudio me atacó de pronto D:
¿Qué tal el capítulo? ¡Yo lo amé! Aunque Shaoran no apareció directamente, lo hizo de una forma implícita que fue increíblemente explota-ovarios. De solo imaginar todas y cada una de sus facetas con sus respectivas sonrisas, logro perder el aliento y tener una hemorragia nasal que promete acabar con mi vida. ¡Alabado sea Shaoran el sensual Li!
Como siempre espero ansiosa sus opiniones, saben que son muy bienvenidas y que siempre obtendrán una respuesta a ellas. ¡Son muy importantes para mí, recuérdenlo!
Y… ¡Pasamos los 300 reviews! Lo cual para mí y mis historias ha sido todo un record, ¡aplausos para todos! ¿Llegaremos a los 400 antes de acaba la historia? Ya pronto lo sabremos, ¡solo faltan siete letras!
Próximo capítulo T: Es un vicio :B
Me iré a seguir escuchando Scorpions mientras escribo.
Besos sabor a arándanos,
LadySuzume-Chan.
