Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.
Summary: Porque él tenía una palabra de la Z a la A para describirla.
N de nuera
La miré atentamente y aunque parecía más que nerviosa, trataba de no aparentarlo; miraba toda la sala como si nunca antes hubiese estado allí mientras jugaba con los dedos de sus manos, anudándolos una y otra vez sin fin; un tierno rubor invadía sus mejillas y permanecía seria. Su pie se movía casi imperceptiblemente pero yo lograba notarlo.
Sakura aparentaba verse tranquila, como un día cualquiera, y no nerviosa como sabía que estaba por dentro. Después de todo, no todos los días te presentabas oficialmente como la nueva nuera de la familia.
Tomé su mano, en un gesto de confianza y apoyo, y ella sonrió sincera, apretándola suavemente.
Días atrás Sakura había llegado a la conclusión de que ya venía siendo hora de que les comunicáramos a nuestras familias acerca de nuestra relación, de que habíamos dejado de ser buenos amigos para convertirnos en novios. Y aunque la idea en parte me daba una especie de pánico, sabía que era lo mejor.
El primero en dar la noticia fui yo. Para nuestra suerte Fujitaka, su padre y ahora mi oficial suegro, no había tenido ningún problema, dándonos su bendición y felicitándonos con una gran sonrisa; por otra parte, Touya, el hermano mayor de Sakura, había sido un caso completamente distinto: aún seguía sin comprender como es que había salido vivo de aquella casa esa noche. Kinomoto había puesto el grito en el cielo y automáticamente se había lanzado a mi cuello con total intención de estrangularme hasta dejarme sin rastro de vida en el suelo. De cierta forma mi novia y su padre se habían interpuesto, y claramente ese fue el final de la velada tranquila.
Para suerte de Sakura, la presentación ante mi familia iba a ser mucho más sencilla, sin gente al borde de la muerte. Aunque tal vez moriría, pero a causa de la asfixia producida por la emoción y alegría de mis hermanas.
Estaba más que seguro que las cuatro: Fuutie, Feimei, Fanren y Shiefa se alocarían cuando supieran que su hermanito menor había conseguido una novia, y para opinión personal mía, la mejor y única indicada para poseer ese título.
Solo esperaba que Sakura, quien sin que ella misma se diera cuenta apretaba cada vez con mayor fuerza mi mano, no muriera en ese mismo momento de los nervios.
—Tranquila —susurré, intentando que mi voz demostrara mi seguridad—. Nada malo va a suceder, no tienes de que preocuparte. Como tú sueles decirme: todo estará bien.
Una sonrisa amplia asomó por sus labios y con eso supe que parte de toda su incomodidad y nerviosismo parecía haberse esfumado.
Segundos después los pasos de mi madre se hicieron sonar por la sala. Y aunque no lo quería, la tensión apareció en el ambiente; el aire daba la sensación de poder cortarse con un cuchillo.
—Shaoran, Sakura —saludó como siempre solía hacer, con total formalidad y cortesía a pesar de que yo era su hijo y de que la chica a mi lado era conocida por ser mi "mejor amiga" hasta ese momento—. Tengo entendido que desean hablar conmigo.
Sakura tragó grueso y yo solté un poco del aire retenido. Ya era hora de soltar aquella verdad que había sido oculta sin razón aparente.
—Queríamos hablarte sobre nosotros —dije apretando con fuerza la mano de Sakura que aún seguía entrelazada a la mía, gesto que mi madre no pasó desapercibido—. Madre, verás, Sakura y yo…
—¡No es verdad! —chilló Feimei apareciendo de pronto y sorprendiendo a todos—. ¡Por Dios! ¡Sakura y nuestro hermanito al fin son novios! —gritó de modo que todos en la casa, y hasta en el vecindario, se enteraran de la noticia.
De más está decir que nuestros rostros competían por cual estaba más rojo, mientras que el resto de mis hermanas aparecían también, con ruidos estruendosos, empujándose entre sí, y chillando cosas sin sentido. Eso estaba siendo peor de lo que había imaginado.
—¡Hasta que se dieron cuenta!
—¡Son tan adorables!
—¡Ya quiero ser tía!
—Te tardaste mucho, hermanito, en proponerte a Sakura.
Montones de frases similares eran pronunciadas por las cuatro. Sakura a mi lado miraba a todas y a ninguna a la vez, con pánico, tratando de asimilar la locura que ocurría en esos momentos. Ieran frente nuestro y quien había sido dejada en segundo plano durante unos segundos, miraba todo con ojos atentos, sobre todo a la chica a mi lado y a mí. Su inescrutable gesto no dejaba mostrar que era lo que pasaba por su mente en aquellos momentos.
—Niñas —habló finalmente, y aunque su tono de voz fue normal, automáticamente todos quedaron en silencio—. Shaoran —pronunció esta vez dirigiéndose a mi—, ¿es cierto lo que tus hermanas están especulando?
Aquella no había sido la mejor forma para que se enterase, lo sabía, y todo se lo debía a la entrometidas de mis hermanas que en ningún momento parecieron denotar culpabilidad en sus rostros, más bien todo lo contrario. Pero ya no había marcha atrás, no era algo que se podía desmentir para luego salir huyendo cual criminales; ya estábamos ahí y ya era hora de decirle lo que tanto queríamos decir.
—Sí, señora Ieran —afirmó Sakura, adelantándoseme.
Estaba seguro que mi mandíbula se había desencajado al igual que mis ojos se habían salido de sus órbitas; mis hermanas reflejaban la misma sorpresa que yo en sus rostros. Sakura, la chica que antes parecía que moriría de una crisis nerviosa, había confesado abiertamente y con total seguridad que éramos novios.
Claramente la chica jamás dejaría de sorprenderme hasta el punto de dejarme sin habla.
Automáticamente miré a mi madre, quien mantenía su gesto serio sin quitar los ojos de Sakura. Y aunque nunca creí que viviría para ello, juraba por mi propia vida que la mismísima Ieran Li había elevado casi imperceptiblemente las comisuras de sus labios en una igualmente imperceptible sonrisa. Mi madre había sonreído, haciendo que ese día resultara a mi parecer un excéntrico sueño de esos que se me daban luego de una noche de borrachera.
—Que bueno saber que finalmente tomaron el coraje para decírmelo personalmente —dijo con su tono siempre neutral.
—¿A qué te refieres? —pregunté enarcando una ceja, aunque me imaginaba qué era lo que realmente quería decir entre líneas—. ¿Tú siempre…?
—Sospechaba, y sin dejar lugar a dudas, que ustedes eran más que amigos —las mejillas de Sakura se colorearon fuertemente y hasta yo mismo sentí como el calor las inundaba—. Te jactas de ser perceptivo, pero sabes que soy aún más perceptiva que tú, querido Shaoran —dijo orgullosa—. Al principio, cuando recién me habías presentado a la pequeña Sakura como tu nueva amiga, no le encontré a aquello nada de extraño —empezó explicar, siendo más elocuente de lo que mi madre siempre solía ser—. Pero a medida que el tiempo pasaba y que ambos seguían compartiendo tiempo juntos, la leve sospecha de que algo pasaba o pasaría entre ustedes ya me era palpable.
—Te basas únicamente en eso.
—Me baso en el hecho de que Sakura fue la primera jovencita con la cual te has relacionado tan abiertamente, incluso presentándonosla.
Touché.
Por varios segundos permanecimos todos en completo silencio; incluso mis hermanas, quienes siempre tenían algo para decir e incomodarme, no se animaban a dar el primer paso para hacerlo. Pero a pesar de que mi madre ya supiera de nosotros, las dudas aún me carcomían, puesto que en ningún momento había dado su opinión con respecto a eso.
—¿Y bien? —me aventuré a preguntar.
—Sakura —llamó la atención de la chica aún ruborizada, ignorándome en el proceso—. Me pone muy feliz saber que eres la novia de mi preciado y único hijo, estoy segura que él no encontrará a otra chica más que adecuada como sé que tú lo eres.
Y dichas esas palabras, se disculpó y se retiro de la sala, alegando que tenía cosas que importantes que terminar.
El aire que mis pulmones habían retenido fue expulsado en un único y sonoro suspiro, dando así luz verde para que todos en la sala respiraran tranquilamente, en caso de Sakura, y chillaran emocionadas, en el caso de las cuatro demenciales hermanas que tenía.
—¡Madre ha aceptado a Sakurita!
—¡Tenemos oficialmente cuñada nueva!
—¡No veía la hora de que este día llegara!
—¡Felicitaciones, pequeño lobito!
Y nuevamente, la escena que anteriormente había ocurrido, se repitió, como una especie de déjà vu que amenazaba con perseguirme por el resto de mis poco sanos días al lado de mi familia. Cuatro pares de brazos asfixiantes se situaron a mí alrededor, mientras que sonoros y asquerosos besos asaltaron mis mejillas. Luego el turno de Sakura llegó, siendo ella aún más acosada. Pero debía admitir que verla tan tímida y sonrojada por la molestia que mis hermanas le ocasionaban, era algo sumamente encantador.
Minutos después se la llevaron escaleras arriba, a alguna de sus habitaciones, dispuestas a atacarlas con montones de preguntas. Las conocía lo suficientemente bien como para saber que así sería.
Estaba feliz, y mi sonrisa y tranquilidad lo demostraban.
Después de todo Sakura ya era parte de la familia.
N/A: Buenos días, tardes, noches.
Me tardé un montón, lo sé. No tengo excusa alguna porque no me arrepiento en lo absoluto de la razón de que los hechos se hayan presentado de esta forma: luego de meses, incluso años, retomé el anime de Naruto Shippuden (ya había terminado de leer el manga), y debo decir que mi lado vicioso me ha quitado horas de sueño y de muchas otras actividades como escribir. No me arrepiento de nada :v
Lo bueno es que aquí estoy, después de todo, y dispuesta a recibir sus tomates (?
Espero que hayan disfrutado del corto capítulo, siendo éste la contraparte de la letra Y de la contraparte de ésta historia, valga la redundancia.
Sin mucho más que decir, y esperando sus críticas en un bello review, me despido, no sin antes agradecer su siempre eterno apoyo que tanto bien me hace.
Besos sabor a melón,
LadySuzume-Chan.
