Disclaimmer: Los personajes de la siguiente historia pertenecen a Clamp, si no fuese así, Sak y Shao serían novios desde el primer capítulo. La historia es de mi propiedad.
Summary: Porque él tenía una palabra de la Z a la A para describirla.
I de inocencia
Cuando noté que claramente aquel tipo estaba mirando con demasiadas ganas el trasero de Sakura, puse mi mejor cara de odio, con el ceño gravemente fruncido y una mirada asesina que, con un simple gesto, hizo que el aludido dejara de babear por la chica a mi lado, carraspeando y volteando su vista lejos de nosotros.
Y así era cada vez que tenía que salir con Sakura; la muy maldita estaba como quería y atraía la atención de todos, lo cual me enojaba bastante. Si no fuera tan terriblemente despistada e inocente, eso no tendría siquiera que suceder.
—¿Ya andas otra vez con el ceño fruncido? —preguntó Sakura parándose frente a mí y pasando su índice por la línea de mi frente, gesto que solía hacer bastante seguido—. Te avejentarás muy rápido, Shaoran.
—Díselo a los malditos pervertidos que se la pasan acosándote con la mirada —dije tomando un cigarrillo y llevándomelo a los labios, para luego señalar al tipo de antes sin importarme que me viera—. ¿Ves a ese de ahí? Prácticamente violó tu trasero por la forma en que lo miraba.
—¡Shaoran! —chilló—. ¡Deja de usar ese vocabulario!
Sin embargo, y a pesar de sus reclamos, volteó la vista hasta donde el acosador se encontraba, dando la justa casualidad de que éste volvía a mirarla; aprecié el momento en que Sakura enrojeció de vergüenza mientras él empalidecía, siendo que había descubierto que yo lo había delatado.
Segundos después mi camisa era jalada por una muy avergonzada chica que quería huir del lugar a paso más que rápido.
—No sé que tanto miraba aquel idiota —murmuró cuando estuvo lo suficientemente lejos, habiéndonos arrastrado a un parque—. Ni que fuera tan linda como para que me observe como si…
—¿Cómo si fueras un pedazo de carne? —completé por ella al notar que no hallaba las palabras adecuadas para describir la situación.
—Sí… supongo —respondió no muy segura.
—Además —agregué—, si que eres linda; atraes más de una mirada, solo que aún eres demasiado inocente como para darte cuenta lo que provocas en los hombres.
Para cuando terminé aquella confesión, mis mejillas denotaban mi incomodidad, al igual como lo hacía la manía que tenía por rascarme la nuca. Sakura estaba igual que yo, con una tímida sonrisa. Agradeció mi extraño cumplido y yo me encogí de hombros.
—Sabes que me molesta que fumes —dijo cuando notó que mi cigarrillo seguía en mi boca.
—Sabes que seguiré haciéndolo —con una calada aseguré aquella afirmación y ella fue esta vez la que se encogió de hombros, aunque sabía que seguiría insistiendo acerca del tema de mi vicio con el tabaco.
Permanecimos en aquel parque disfrutando de aquel día primaveral. El aroma estaba impregnado con aroma a diversas flores y el viento traía consigo el sonido de los pájaros y de las personas conversando. Sakura permanecía en silencio, ajena a todo como siempre solía, mientras que yo observaba todo con ojo atento.
Era claro que Sakura atraía las miradas de todos y eso lo podía comprobar fácilmente, lo que me molestaba era que los tipos ni siquiera tuvieran el descaro de notarme a mí e intentar controlarse, y lo que aún más me molestaba era justamente eso, que a mí me molestara tanto. Que la chica llamara tanto la atención hacía que unos infernales celos me atacaran, y yo aún no estaba familiarizado con esos sentimientos, por lo que me era sumamente complicado controlarlos.
Por lo que nuevamente agradecía la despistes de Sakura, quien parecía no notar todo lo que pasaba por mi mente y se veía reflejado en mi rostro en momentos como el que habíamos vivido hacía pocos minutos.
—Iré por un helado —su frase inundada de felicidad me tomó con la guardia baja y no pude evitar sobresaltarme—. ¿Quieres uno?
Negué y ella asintió, para luego salir corriendo cual niña emocionada en busca de su helado.
A pesar de que ese día Sakura estaba muy callada, su ausencia durante aquellos minutos se hizo notar, y ahí es cuando caía en la cuenta de lo muy importante que se estaba volviendo en mi vida: eso en parte me asustaba por ser algo nuevo para mí, pero a la vez brindaba cierta extraña calidez que nunca antes había sentido, y eso me gustaba.
Volvió con un cono de helado que, además de ser exageradamente enorme, venía cubierto con un apetecible chocolate. Su cara de placer era algo digno de retratar, por lo que siendo yo un mal artista e incluso un pésimo fotógrafo, me hice con mi buena memoria visual para memorizar y guardar en mi mente aquellos rasgos de la forma más detallada posible.
Tomó asiento saboreando aquel cremoso postre que parecía ser sabor fresa, algo que no me extrañaría viniendo de Sakura. Cuando noté su mirada perdida y su ceño graciosamente fruncido, supe que algo perturbaba la tranquilidad de su mente.
—¿Qué ocurre? —me aventuré a preguntar, sorprendiéndola en el acto.
—Nada.
—Sakura…
Suspiró—. Sucede que hay un chico en mi salón que me ha invitado a una cita con él.
Y esa no era la primera vez que eso sucedía, pero el resultado siempre era el mismo: mi cara de notable fastidio podía llegar a notarse a kilómetros de distancia.
—¿Quién? —pregunté tratando de que mi molestia y las ganas de asesinar al atrevido no se notaran.
—No lo conoces —se limitó a responder—. De mi salón solo nos ubicas a Tomoyo y a mí; el resto dudo que sepas quienes son.
El hecho de que me ocultara su nombre me desesperaba, aunque estaba seguro que no lo hacía con malicia o por defender o tratar de proteger al tipo; simplemente no lo conocía, tal y como ella había dicho, ya que en realidad ignoraba la presencia del noventa por ciento de las personas del instituto.
—¿Y qué le has dicho?
—No le he dado una respuesta aún —hizo un mohín que en otras circunstancias podría llegar a parecerme gracioso, para luego agregar—: Es sólo que no estoy interesada en él. Pero no sé como rechazarlo sin romper su corazón.
Suspiré notablemente aliviado y luego reí casi imperceptiblemente.
—Pues dile que no te interesa y ya. No es tan problemático.
Asintió no muy segura y luego siguió perdida en sus pensamientos, retomando el disfrute de su cono de helado que había dejado de lado.
Y yo continué con el disfrute y tortura que me daba observarla; porque Sakura tenía una forma de saborear aquel postre que haría volar la cabeza a cualquiera hombre, particularmente a uno atento y cercano como lo era yo en esos momentos.
Realmente su forma de pasar la lengua era como si…
—Sakura —llamé—, ¿tienes que hacer eso?
—¿El qué? —preguntó extrañada.
—Tomar el helado de esa forma.
—¿Qué tiene? —cuestionó inocentemente, observando el cono como si éste tuviera la respuesta.
—Es muy provocativo.
Y nuevamente la inocencia hizo acto de presencia. Suspiré frustrado al no encontrar una forma delicada de hacerle entender, optando simplemente por el modo directo. Si Sakura no llegaba a morir de la vergüenza, moriría yo por su mano a causa de mi "obsceno" vocabulario.
—Sakura, es como si estuvieras haciendo una…
—¡No lo digas! ¡No lo digas! —chilló interrumpiendo mi frase.
Su rostro completamente rojo y sus ojos increíblemente abiertos indicaron que había llegado a mi misma conclusión. Reí ante su inocente reacción ante la no mención de cosas que, a la edad que teníamos, ya eran bastante normales entre adolescentes.
Sakura siempre tan virginal e inocente, lo cual la hacía ver adorable.
Golpeó fuertemente mi hombro para que acabara con mi burla, y aun con las mejillas encendidas acabó rápidamente con su helado, esta vez haciendo un mayor esfuerzo por comerlo de una manera decente, evitando que personas con la mente podrida como la mía vieran la escena con otro sentido.
Siguió chillando y murmurando insultos por lo bajo, insinuando que era un completo pervertido, y continuó así durante varios minutos más, dejando claro que aquello la había perturbado sobremanera. Yo solamente podía seguir riendo, y es que para cualquiera, la escena era por más divertida.
Cuando el sol comenzó a bajar, la indirecta señal de que debíamos irnos apareció.
Como una costumbre que ya había tomado semanas atrás, la acompañé hasta su casa a pesar de sus constantes negativas alegando que me desviaría demasiado de mi camino; y aunque era verdad, no me molestaba en lo absoluto.
—Oye, Shaoran —pronunció cuando estábamos a solo dos calles de su hogar—, aunque sé que parezco inocente, no lo soy.
Me detuve y la miré enarcando una ceja—. ¿A qué te refieres?
—Todo el mundo piensa que soy inocente y despistada; que no noto las cosas que suceden a mí alrededor. Pero no es así, y hoy noté cierta molestia en ti.
—¿Molestia en mí?
—Cuando descubriste a aquel tipo morándome el trasero o cuando te conté lo del chico que me invitó a una cita; estabas molesto y hasta me atrevería a decir que celoso.
—¿Celoso? ¿Yo? —quise reír pero Sakura ni siquiera me dio el tiempo para hacerlo.
—No tienes que preocuparte —sonrió ampliamente—. Sé que tienes miedo de que algún día tenga un novio y me olvide de ti; pero tú siempre seguirás siendo mi mejor amigo, Shaoran.
Sonreí—. Claro, enana —y con mi mano desordené sus cabellos, un gesto que ella detestaba.
—Te quiero mucho, Shaoran.
Mi ceño se frunció ante el diminutivo, pero antes de poder replicar, me abrazó fugazmente y salió corriendo hacia su casa.
Reí por lo bajo sin poder, ni querer evitarlo. Sakura era y seguiría siendo la niña inocente y despistada de siempre.
Sí, estaba celoso de aquellos tipejos que se atrevían a mirarla o a hablarle, pero no era por la razón que ella creía. Estaba celoso, más bien furioso, de que se atrevieran a acercarse a lo que era mío. Porque Sakura no solo era mi amiga, sino que también era mi chica.
Porque estaba perdida e irremediablemente enamorado de ella, y no dejaría que ningún idiota me quitara a mi tierna e inocente chica de mi lado.
N/A: Buenos días, tardes, noches.
He aquí el nuevo capítulo, y debo decir que, contrario al anterior, este me ha encantado como me ha quedado *-* El Shaoran posesivo me puede en lo más profundo de mi corazón.
Espero que lo hayan disfrutado… ya tan solo quedan ocho capítulos, la historia va de a poco llegando a su fin, pero aún nos queda otro rato para leer.
Gracias por todo su apoyo, por sus fav, por sus follow, y sobre todo por sus reviews *-*
Nos leemos en la próxima mis queridos.
Besos sabor a durazno,
LadySuzume-Chan.
