Invocando Al Imperio Argentino
Capítulo 4: Legatio
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2 de junio de 1639
En Ruta a Buenos Aires
Yagou estiro las piernas. "¡Dioses, que cómodo!" Exclamo cuando el avión acelero tomando velocidad por la pista y seguidamente termino elevándose en el aire.
La sensación era bastante diferente a la sensación de ser arrastrado hacia el cielo sobre la espalda de un wyvern. El vuelo en avión tenia mucho mas ruido que el vuelo en wyvern, pero los asientos eran mucho más elegante y cómodos. Además, el avión tenia una cabina presurizada, por lo que, Yagou se sentía mas como si estuviera en un bote que como algo que pudiera volar.
Después del despegue inicial, el estruendo disminuyo y el avión permaneció relativamente estable, encontrando solo algunos movimientos molestos aquí y allá; llamados 'turbulencia'. Permitiéndose los lujos de poder beber y relejarse sobre un objeto volador, Yagou se sintió como un rey. Reflexiono sobre la riqueza que tenían este nuevo Imperio; ¿Cuánto dinero podrían tener para construir maquinas voladoras tan elegantes? Incluso el Saco Imperio Milishial no podría igual a estos aviones, pensó. Atrapado en el tema de los aviones, recordó lo que había visto antes.
"Dime, Embajador Hernández, esos dragones de hierro que vimos ... ¿Sería posible que compramos uno?". Pregunto.
El embajador Hernández dejo escapar una risa suave. "Lo siento, pero ya no están a la venta".
"¿Ya no están? ¿Perdimos la oportunidad?" Yagou estaba horrorizado, un millón de simulaciones pasaban por su cabeza.
Hernández dejo su copa de vino. "Ah, no es así. Solíamos vender armas a nuestros aliados en la Tierra, pero decidimos cancelar tales oportunidades en este mundo. Ley de prevención de flujo tecnológico. Además, es extremadamente difícil pilotar uno y necesitarías un muy extenso regimiento de educación y entrenamiento. Esto simplemente no está disponible en este planeta, excepto en nuestra nación".
"Ya veo ... ¿Qué hay de otros tipos de acuerdos? ¿Comercial? ¿Defensa mutua?"
Hernández miro hacia arriba. "Hmm, el comercio es algo que realmente necesitamos. ¿En qué recursos se especializa su nación?"
Yagou sonrió. Esta era su oportunidad de brillar. "¡Señor embajador, Qua-Toyne es una nación especial bendecida por la diosa de la tierra! Nuestra tierra siempre es fértil y puede producir cualquier cosa. Somos tan abundantes en la producción de alimentos que es el núcleo de nuestra economía: intercambiamos alimentos para otras naciones para todo lo que necesitamos".
"Hmm ... Realmente no necesitamos tu comida", dijo Hernández, lo que provoco que Yagou bajara la cabeza. "¡Pero! Podríamos necesitar esa tierra fértil. ¿Dices que tu tierra puede sostener la producción de cultivos de cualquier tipo?"
Yagou asintió con la cabeza.
"Luego, podemos llegar a un acuerdo en el que importemos cultivos que dependan del clima, como granos de café y piñas, y los cultivemos en Qua-Toyne. A cambio, podemos establecer la infraestructura necesaria para enviar estos artículos de regreso a nuestra nación, también pueden abrir su región para la inversión de nuestras empresas ... de esta manera podríamos eludir un poco la Ley de salida".
Yagou se ilumino, al igual que Matara, que estaba sentado cerca. La imaginación de Yagou se volvió loca con la perspectiva de los carruajes sin caballos y exquisitas naves voladoras por todo Qua-Toyne. "¿Y ... defensa?" El empujo.
"No tengo autorización sobre ese tema. Voy a tener que preguntarle al General Wagner".
Una vez más, Yagou agacho la cabeza derrotado ante las palabras del Embajador.
"Aunque, si tuviera que adivinar, probablemente tendríamos algún tipo de interés en proteger nuestros activos futuros en Qua-Toyne. Además, sería perjudicial para nuestra economía nacional si perdiéramos a nuestro único socio comercial en este nuevo mundo". Hernández vio que Yagou parecía exhalar un profundo suspiro de alivio. "Por supuesto, podríamos estar más inclinados a ayudar si hubiera un mayor incentivo, como el conocimiento mágico, ¿Quizás?"
Yagou sonrió. "¡Si, por supuesto! Estaríamos encantados de compartir nuestro conocimiento mágico y brindar acceso a nuestras bibliotecas".
"¡Fantástico! Bueno, eso arregla bastante las cosas, entonces. Elaboremos estos temas principales una vez que lleguemos a la Casa Rosada. Oh, por cierto, en un par de horas vamos a hacer un pequeño desvió: estamos volando por la ciudad de Montevideo antes de aterrizar en la Capital Imperial".
Montevideo (Antiguo Uruguay), Imperio Argentino
Yagou y el resto de la delegación de Qua-Toyne miraron por las ventanas, maravillándose de los enormes edificios brillantes que se elevaban hacia el cielo. Varios barcos navegaban por debajo, algunos eran embarcaciones civiles que finalmente recibieron autorización para reanudar sus actividades, mientras que otros eran enormes buques de guerra que patrullaban las costas.
"Embajador, ¿Qué altura tienen estos edificios?" pregunto Matara.
"El más alto", dijo, señalando hacia el Complejo Torre de las Telecomunicaciones. "Tiene alrededor de 300 metros".
Los ojos de la delegación de Qua-Toyne casi se salen de sus orbitas, casi pegándose al cristal de la ventana. "¡¿Que?!" Ellos jadearon colectivamente.
El Embajador Hernández se rio entre dientes ante la reacción de la delegación del Principado de Qua-Toyne, por lo que decidió agregar algo más para ver si alguno de los extranjeros se desmayaba.
"Deberían haber visto el Volkshalle (Pabellón del pueblo) en nuestro viejo mundo. 590 metros de alto y 550 metros de diámetro desde su base ... Sin duda una monstruosidad de la arquitectura".
Los números del último edificio proporcionado por el Embajador Hernández fue tan alucinante que la delegación de Qua-Toyne tuvo dificultades para imaginarlo. Para brindar un contexto visual, Hernández busco una foto de dicho edificio que justo tenia a mano.
"¡Por los cielos! ¿Qué tan poderosa es esa nación?"
"Bueno, en simples palabras son la primera potencia en nuestro viejo mundo", Hernández admitió con un encogimiento de hombros, ya que esto era de conocimiento de común entre la población del Imperio Argentino. "De todos modos, nuestra nación no se queda atrás en poderío militar y tecnológico".
El Embajador Hernández concluyo su explicación, permitiendo que la delegación siguiera mirando boquiabiertos los enormes edificios. Ver su sorpresa y asombro cultivo un orgulloso sentimiento de patriotismo en su corazón. Entonces, mirando los barcos de guerra debajo, pensó en algo que preguntar. "Sr. Yagou, me preguntaba: ¿Sabe algo sobre monstruos marinos?"
Yagou negó con la cabeza. "Solo de leyendas. Hemos escuchado que tales bestias existieron en los océanos del Lejano Oriente, pero ninguno de nosotros se atrevió a aventurarse allí. Los últimos relatos de exploración datan de hace varias décadas, por parte de alguien del Imperio Parpaldiano. Exploro los mares en los que ahora se encuentra su país, y desaparecieron después de enviar una última comunicación de mana. '¿Por qué hay tantos Krakens?' Grito ... Me disculpo por no tener más información, pero es posible que pueda aprender más de nuestras bibliotecas".
Hernández asintió con la cabeza ante la explicación del elfo, mirando hacia el mar con una expresión pensativa.
Buenos Aires
El General Wagner sostuvo la cabeza entre sus manos con los ojos cerrados, maldijo ruidosamente. "Carajo ...", gruño; ahora podía entender porque el Emperador se tomó una licencia de la política y de cierta forma lo envidiaba. "... Suertudo". Murmuro al momento en que abrió los ojos.
Mirando un informe, analizo el estado de la economía. Sin las importaciones del Gran Reich Alemán o el Imperio del Japón (Sus dos grandes aliados), los productos manufacturados se volvieron cada vez más caros. Los jefes de las compañías ya lo han llamado numerosas veces clamando por la falta de recursos para trabajar y la perdida de activos en el extranjero. Algunas islas nuevas surgieron cerca de las costas del Imperio Argentino, materializadas junto a bases y flotas en el extranjero.
¿Por qué se transfería cada uno de sus activos militares, pero nada más? Seguramente, cualquier poder que tuviera esto también tenia la capacidad de convocar fábricas en el extranjero y cualquier ciudadano de la nación atrapados en otro lugar, ¿Verdad?
El General Wagner una vez más maldijo con una grosería ante estos pensamientos molestos. Al menos, la dinámica de salud de este planeta fue generosa: a diferencia del primer encuentro entre Europa y las Américas en la Tierra, el primer encuentro entre los terrenos transferidos y los habitantes de este planeta no tuvo malas circunstancias. Fue una sorpresa peculiar que no ocurriera tal transferencia de enfermedades entre los nativos y las personas enviadas a saludarlos. Los escaneos preliminares a bordo de un barco hospital tampoco dieron como resultado diferencias en la composición genética, siendo las nuevas especies la excepción. Incluso entonces, los elfos tenían una sorprendente similitud genética con los humanos.
Las contemplaciones del General Wagner fueron interrumpidas Alguien llamo a la puerta abierta. "¿General, señor?"
El General Wagner levanto la vista de los papeles en su escritorio. "Teniente Giménez. Por favor, dime que se aprobó la ley de estímulo".
"Si, señor, fue aprobada. Sus índices de aprobación aumentaron 4%, pero aun es más bajo que su pico antes de la transferencia".
"Ya veo ... Bueno, eso nos dará un poco de tiempo para pensar en algo mejor".
"Pero, señor ... Incluso con las fábricas que reactivo y los trabajos de fabricación que trajo de vuelta, aun no será suficiente para satisfacer la escasez de bienes, principalmente componentes electrónicos que importábamos del Gran Reich Alemán y el Imperio del Japón".
"Mierda ... Eso traerá problemas en el corto y mediano plazo ... Bueno, no nos quedará de otra que fabricar nuestros propios componentes electrónicos junto a otras cosas que importábamos si queremos sobrevivir en este nuevo mundo sin nuestros aliados". El General Wagner dijo con una mueca ante el papeleo que debía hacer respecto a ese tema.
El Teniente Giménez asintió con la cabeza ante las palabras del General.
"En efecto, señor".
El hombre a cargo de forma temporal del Imperio Argentino estaba tranquilo hasta el momento, pero lo siguiente que preguntaría es posible que hiciera lo contrario o ... tal vez no.
"¿Como están las encuestas, Teniente?"
"Positivas, señor".
El General Wagner inmediatamente se levantó del asiento interesado ante la buena noticia. "Continúe, Teniente", dijo, inclinándose hacia adelante.
"El Principado de Qua-Toyne tiene una tierra notablemente fértil algo así como nuestra pampa húmeda, al parecer capaz de producir prácticamente cualquier tipo de alimento como el cacao o el café. Además, por esta razón anticipamos un crecimiento en nuestro sector culinario debido a la aparición de nuevos tipos de alimentos que desconocemos, aunque primero deberán ser aprobados por el MCAM (Ministerio de Control de Alimentos y Medicamentos)".
El General Wagner asintió con la cabeza. "Bien, son noticias interesantes. ¿Qué más?".
"Si, señor. El Reino de Quila, al sur del Principado de Qua-Toyne, tiene muchos campos llenos de lo que los lugareños han considerado como 'agua ardiente' o 'agua negra'. También hemos identificado varias construcciones que se asemejan a pozos de petróleo".
Este comentario llamo la atención del hombre a cargo del Imperio Argentino debido a que si tenían control en esos pozos petroleros sería una victoria estratégica en este nuevo mundo, ya que, además, de esta manera se aseguraban el futuro energético de su nación ... Aunque hubo cosas que pasaban por su mente: ¿Hubo dinosaurios en este mundo?
"¿Pozos petroleros? ¿Pensé que las civilizaciones aquí todavía estaban en la era medieval?"
"Algunos de ellos lo son, señor, pero ya hemos detectado rastros de contaminantes químicos de algunas de las masas de tierra del lejano oeste. En particular, hay dos masas de tierra al oeste que producen mucha contaminación química y lumínica, según lo identificado por nuestros satélites. Investigadores posteriores descubrieron la presencia de buques de guerra similares a los de la Segunda Guerra Mundial".
"Eso sin duda es muy ... interesante. Que nuestros satélites miren más de cerca la próxima vez que pasen por esa zona. Y sobre esos pozos petroleros ... ¿Ya hemos establecido relaciones diplomáticas con este país?"
"No, señor. El Embajador Rinaldi esta programado para regresar poco después de la reunión con el Embajador Hernández y la delegación de Qua-Toyne. A juzgar por sus notas e informes hasta el momento, parece que estarán dispuestos a otorgar derechos mineros completos a sus campos petroleros a cambio de alimentos, desarrollo de infraestructura y protección".
El General Wagner se quedo pensativo durante unos segundos hasta que al final asintió con la cabeza. "Eso es bueno. Muy bien. Al parecer los peces gordos de YPF estarán muy contentos con esta noticia, y de esta manera tenemos un suministro de petróleo adicional para el futuro. Y ... ¿Qué pasa con la cadena montañosa que esta entre el Principado de Qua-Toyne y el Reino de Quila?"
"Todavía no estamos seguros de su composición, señor; necesitaremos enviar equipos de inspección para determinar eso. Sin embargo, parece que podrían contener algunos minerales valiosos: metales raros para ser exactos".
Los ojos del General Wagner se agrandaron con sorpresa. "Esto ... si eso es cierto, ¡Eso podría resolver nuestros problemas con los materiales que importábamos! ¡Necesitamos establecer relaciones con el Principado de Qua-Toyne y el Reino de Quila de inmediato!"
"Tiene suerte, señor. El Embajador Hernández llegara a la puerta principal en poco menos de diez minutos".
"Excelente. ¿Algo más?"
"Solo algunos detalles menores, señor. La Dra. Romano le enviara algunos mapas del planeta, la Embajadora Meyer pronto llegara al Reino de Louria y hemos matado con éxito a varios Krakens cerca de San Pablo".
El General Wagner frunció el ceño confundido ante esa ultima palabra del Teniente Giménez.
"¿... Krakens?"
"Ah, disculpe, señor. La Prefectura Naval descubrió estas entidades hace unas horas. La Marina fue alertada y los Krakens fueron fácilmente eliminados por misiles antibuque de barcos pertenecientes a la Tercera Flota".
"Carajo ... Cosecha los restos y envíaselos a los científicos para que lo estudien. Me han dicho que este mundo tiene océanos mucho más profundos", El General Wagner se estremeció ante este pensamiento. "No puedo imaginar que horrores podrían estar acechando en esa extensión azul. Maldita sea ... Creo que deberíamos reactivar algunos de nuestros acorazados mientras trabajamos en las flotas suspendidas".
"Sera un esfuerzo muy costoso, señor. Nuestros misiles antibuque ya fueron suficientes para encargarse de los monstruos marinos".
"Los Krakens pueden haber sido objetivos fáciles, pero no sabemos que más podría haber ahí. También parece que tendremos que expandir un poco más nuestra flota, en función de lo que grande que es este mundo".
"Entendido, señor. Le informare al Almirante de Flota. Sin embargo, no espero que las cosas vayan bien, señor".
El hombre a cargo del Imperio Argentino se encogió de hombros ante.
"Es una precaución para la seguridad de nuestra nación, Teniente. Por cierto, ¿Cómo fue mi anuncio en televisión? ¿Qué dice la gente?"
El Teniente Giménez hojeo los papeles.
"La mayoría de la gente está confundida y con miedo, señor. Pero muchos de ellos están agradecidos de que la tormenta haya desaparecido mágicamente. Tenemos algunos grupos nuevos que se destacan: teóricos de la conspiración que no creen que hemos sido transferidos a un nuevo planeta y oradores religiosos que han comenzado a predicar creencias".
"Ya veo. Bueno, yo mismo al principio no podía creer las circunstancias ... Si esa gente de la conspiración no me cree, simplemente envíelos a una visita divertida a Qua-Toyne o algo así una vez que averigüemos nuestros acuerdos comerciales. En cuento a los grupos religiosos, podrían presentar un problema, especialmente aquellos que advierten sobre el fin de los tiempos. Supervise la situación de cerca e infórmeme de cualquier cosa inusual. Ah, y hablando de información, haga que el Secretario Wolfenstein me vea urgente después de mi reunión". El General Wagner se ajusto la corbata de su uniforme de gala y reunió varios documentos.
"Entendido, señor". El Teniente Giménez salió de la oficina del hombre a cargo del Imperio Argentino. Mientras salía por las puertas, el Teniente saludo a alguien a la derecha antes de irse para continuar sus tareas.
Pocos después, el Embajador Hernández y un grupo de hombres vestidos anacrónicamente entraron a la oficina del General Wagner. El hombre a cargo del Imperio Argentino identifico a los hombres como los delegados del Principado de Qua-Toyne, levantando una ceja con un toque de curiosidad por sus orejas puntiagudas.
"General Wagner, señor", lo saludo el Embajador Hernández.
El hombre a cargo del Imperio Argentino se puso de pie. "Bienvenido nuevamente, Embajador Hernández. Y ustedes deber ser los delegados del Principado de Qua-Toyne. Soy el General Francisco Wagner y estoy a cargo por el momento de mi nación. Bienvenidos al Imperio Argentino".
Los delegados se inclinaron, uno dio un paso adelante para dirigirse a él. "Gracias por su infinita hospitalidad, General Wagner".
Después de intercambiar cortesías, el General Wagner condujo a la delegación a una sala de conferencias, donde ya estaba presente un grupo de personas que lo ayudarían con esta reunión con la primera civilización de este mundo. Tomando asientos, los delegados del Principado de Qua-Toyne sintieron que sus corazones latían con nerviosismo y anticipación.
"El primer tema que discutiremos es el comercio", comenzó el Embajador Hernández.
El General Wagner hablo. "En la Tierra, a pesar de que podíamos producir toneladas de comida como granos, frutas, y otras cosas, también solíamos importar ciertos alimentos exóticos de todo el planeta, que solo podían cultivarse en ciertos entornos". Le entrego una lista a Yagou. "Para empezar, estamos interesados en importar alrededor de 20 millones de toneladas de estos productos alimenticios".
Yagou leyó la lista. Algunos artículos le eran familiares, como la piña y granos de café, ya que el Embajador Hernández los menciono durante el vuelo. Otros artículos le resultaban mucho mas extraños, como los durianes, el lichi, la fruta del dragón y otras frutas y verduras desconocida. "Uh, no sé cuáles son la mayoría de los artículos en esta lista, pero puedo garantizar que las tierras bendecidas de Qua-Toyne pueden producir y proporcionar 20 millones de toneladas de estos artículos". Yagou levanto la mano izquierda. "¡Sin embargo! No tenemos la capacidad de transportar cantidades tan grandes de alimentos".
El General Wagner miro al Ministro de Comercio. "No se preocupe por eso. Podemos proporcionar las modificaciones de infraestructura necesarias, desde el desarrollo de un sistema ferroviario hasta la expansión de sus puertos. También puede ver nuestras maquinas agrícolas y podemos discutir la inversión corporativa más adelante".
Yagou sonrió agradecido. "Tu generosidad no tiene límites", inclino la cabeza levemente.
"El segundo tema de hoy es el intercambio cultural", anuncio el Embajador Hernández.
"Después de un breve examen de salud para protegernos contra cualquier patógeno desconocido de ambos lados, y después de establecer los organismos regulares apropiados, abriremos el turismo; pero será algo restringido por el momento ... Ya que todavía no estamos seguros de como reaccionara nuestra población ante especies exóticas como los elfos o los enanos, sin ofender". El General Wagner dijo con su mirada fija en la delegación del Principado de Qua-Toyne, pero sus ojos también observaron con atención a cierto elfo.
Yagou negó con la cabeza ante las palabras del hombre a cargo del Imperio Argentino.
"Ninguna tomada. Eso es comprensible, General Wagner".
El hombre a cargo del Imperio Argentino y las personas que estaban ayudando al General asintieron con la cabeza al ver que no habían ofendidos a la delegación de Qua-Toyne, en especial al elfo; Yagou.
"Bien. Con respecto al comercio, la mayoría de los artículos vendidos en el Imperio Argentino estarán disponibles para cualquier ciudadano del Principado de Qua-Toyne que desee comprar, aunque ciertas tecnologías centrales, por supuesto, serán retenidas".
Yagou asintió con la cabeza ante las condiciones que les estaba poniendo el hombre a cargo del Imperio Argentino.
"Si, eso es razonable".
"Además, estamos interesados en un intercambio de conocimientos; la magia es algo que nos gustaría aprender".
"Hmm ... estamos dispuestos a divulgar cualquier conocimiento adquirido sobre el tema de la magia, a cambio de un tratado de defensa".
El General Wagner se cruzo de brazos. "Señor Marino, ¿Alguna idea?"
El Ministro de Defensa se levantó de su asiento. "Creo que el análisis de la magia es una prioridad para la seguridad de nuestra gran nación, y el establecimiento de un tratado de defensa para asegurar este conocimiento y proteger nuestro comercio es beneficioso".
El General Wagner asintió con la cabeza. "Está bien", se volvió hacia Yagou. "Estamos dispuestos a negociar un tratado de defensa, pero necesitaremos acceso a algunas de sus tierras y puertos para establecer bases. ¿Está bien?"
Yagou contemplo esto. Si el Imperio Argentino decidiera traicionarlos, tener bases ya dentro de Qua-Toyne podría ser devastador. Sin embargo, esto realmente no importa en el gran esquema de las cosas, razonó. La flota argentina que vio en Maihark podría desplegarse rápidamente, independientemente de que el Imperio Argentino tuviera una base naval en Qua-Toyne. Con sus dragones de hierro, Qua-Toyne no podría luchar de ninguna manera. Por lo tanto, concluyo, no había nada que perder al permitir que el Imperio Argentino estableciera bases en Qua-Toyne. "Si. Tienes permiso para establecer bases en Qua-Toyne, pero primero debo discutir las especificaciones con los lideres de mi nación".
Interiormente, Yagou estaba rebosando de alegría. La presencia de bases argentinas garantizaría esencialmente su seguridad frente a la conquista del Reino de Louria. Suspiro aliviado cuando la reunión llego a su fin.
Fin Del Cuarto Capitulo
Espero que les haya gustado el cuarto capítulo de esta historia, y que obviamente lo hayan disfrutado tanto como yo disfrute en escribirlo.
Acá les dejo las preguntas restantes y ustedes dejaran (Si quieren xD) sus respuestas/opiniones:
¿Qué tipo de frutas y verduras exóticas creen que tienen en este nuevo mundo donde fue transportado el Imperio Argentino?
¿Cuál será ese tema importante que el General Wagner tiene que hablar con el Secretario de Inteligencia Wolfenstein?
¿Al final el Principado de Qua-Toyne junto al Reino de Quila serán absorbidos en el Imperio Argentino?
Esas serían las preguntas por este capítulo.
Como siempre les digo en cada historia que escribo, si tienen alguna opinión o critica déjenla en la caja de comentarios, siempre estoy interesado en leer que piensan sobre las historias que subo.
Bueno eso sería todo hasta el próximo capítulo.
¡Ja ne!
El Capitulo Tiene 3700 Palabras.
