Invocando Al Imperio Argentino

Capítulo 6: The Battle of the Sea of Rodenius (Parte 2)

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11 de julio de 1639

Mar de Rodenius

Fue una pesadilla nacida de las eras más oscuras de la humanidad, que recuerda los horrores que vendrán si el Antiguo Imperio Hechicero alguna vez regresa. La gran disparidad entre la flota enemiga y la suya quedo clara hace unos momentos. Con sus propios ojos, Sharkun fue testigo de la destrucción de sus naves, una por una, mientras la flota enemiga disparaba sus cañones mágicos.

Cada estruendoso estruendo significaba la aniquilación completa de uno de sus barcos, algo inconcebible teniendo en cuenta el nivel de tecnología del Reino de Louria.

Ciertamente, las balistas pueden dañar los barcos, las flechas en llamas a veces pueden incendiar los barcos, y los cañones de los que ha oído hablar pueden crear agujeros a lo largo de los cascos de los barcos. Estos ataques, sin embargo, destruyeron por completo sus barcos, pulverizando sus cascos y enviando a sus marineros por los aires junto con escombros.

Lo que era aún más increíble era su precisión y alcance: cada vez que los barcos enemigos 'abrían fuego', como el enemigo había advertido, un barco sería alcanzado. Todo lo que podía oír eran crujidos ensordecedores cuando la madera se partía y los marinos morían, y todo lo que podía ver era una ventisca torrencial de madera y sangre.

Los barcos enemigos se detuvieron después de 10 disparos; por esto 50 de sus barcos fueron destruidos en breve sucesión. Ahora, después de la matanza, observaba a la flota enemiga reflexionando, preguntándose si debería haber hecho caso a su advertencia. Incluso si lo hubiera hecho, habría perdido la lealtad de su tripulación y su trabajo, tal vez incluso su vida.

Este resultado fue algo que nadie podría haber esperado; la diferencia de poder parecía ser mayor que la armada parpaldiana, si esta hubiera luchado.

Analizando los resultados del enfrentamiento, hablo con el capitán de su buque insignia. "Parece que han cesado su ataque ... ¿Podrían haberse quedado sin poder mágico?"

"Nunca he visto ataques mágicos realizados a esta escala, pero estoy de acuerdo con su suposición, almirante Sharkun", respondió el capitán.

"Entonces, mientras están ocupados regenerando sus reservas de maná, ¡Podemos realizar un ataque combinado! Capitán, haga que sus magos de comunicación transmitan mi solicitud al Comando Wyvern. El enemigo tiene cañones, pero no wyvern. ¡Se derrumbarán bajo un ataque aéreo!"

"Así se hará, almirante".


Jin Hark, Comando Central

"... ¡Perdimos 50 de nuestros barcos por sus ataques mágicos!"

El general Patagene escucho el breve informe de la escaramuza y la posterior solicitud de apoyo aéreo. "Hmm", reflexionó, mirando a los wyvern debajo de la torre de control mientras contemplaba la estrategia.

"¿Cómo vamos a cumplir con su petición, General?" pregunto el mago de las comunicaciones.

Después de un momento de silencio, el general Patagene dio a conocer su decisión. "Envía 250".

Los ojos del mago de las comunicaciones se abrieron como platos. "¿D-Doscientos cincuenta? ¿Está seguro?"

"¡Por supuesto! Según las descripciones proporcionadas por nuestra flota, este enfrentamiento probablemente se convertirá en una batalla naval decisiva. SI aplastamos a la flota enemiga ahora, con todas nuestras fuerzas, entonces no tendremos miedo de que haya más obstáculos que impidan nuestra conquista de Rodenius. Envía 250".

El mago se inclinó de forma respetuosa frente al oficial de alto rango. "Si, señor". Transmitió las órdenes a los caballeros wyvern de abajo e informo a la Armada de Subyugación del Este del Louria de sus refuerzos entrantes, para su deleite.

Con la orden de lanzamiento dada, parejas de Wyverns comenzaron a despegar de las pistas de aterrizaje de la base, holgazaneando en el aire hasta que todo el grupo estuvo listo para partir.

El general Patagene observo el rebaño por encima de el: una fuerza poderosa que le puso la piel de gallina. "¡Tal concentración de poder!"

Ciudadanos y soldados por igual vieron el espectáculo de arriba, vitoreando mientras la fuerza se aventuraba hacia el este para apoyar a sus hermanos en alta mar.


Mar de Rodenius, Octava Flota del Imperio Argentino

El Almirante Fritz se enfrentó a una pantalla mientras se comunicaba con el hombre a cargo de la nación y varios otros oficiales de alto rango. Fuera del puente, los . 56 Super Cóndor se estaban preparando para su despliegue.

"Entiendo. ¿Está seguro de que quiere hacer esto, señor?"

El General Wagner asintió con la cabeza.

"Simplemente sería demasiado arriesgado permitir que su flota permanezca sin control. ¿General Marino?"

Dicho oficial de alto rango que estaba a cargo del Ministerio de Defensa apareció en la pantalla.

"La información reciente sugiere que la Marina del Reino de Louria esta realmente especializada en el combate cuerpo a cuerpo; sus tácticas navales implican principalmente el abordaje y la captura de embarcaciones enemigas. Si bien esto no representa una amenaza para nuestras embarcaciones, su mano de obra y efectividad en espacios reducidos pueden resultar un problema si se reincorporan a las filas lourianas y llevan a cabo una guerra de guerrillas contra nosotros".

"Gracias, General Marino. También creo que es mejor afirmar nuestra superioridad tecnológica sobre los nativos; debemos demostrarle a esta gente que no deben meterse con nuestra gran nación forzándolos a rendirse con amenazas, pero si las cosas salen bien, es posible que el Reino de Louria responda a nosotros mediante un gobierno títere y como la población es completamente humana tal vez un futuro cercano podamos anexarlo pacíficamente a nuestro Imperio. Además, por nuestra intervención en esta guerra los acuerdos comerciales y diplomáticos con el Principado de Qua-Toyne avanzaran más rápido".

El Almirante Fritz asintió con la cabeza ante la explicación del hombre a cargo. "Tal cual, señor".

Antes de que Fritz pudiera pronunciar mas palabras, el General Wagner intervino: "Asegúrate de que el enemigo sepa que rendirse es una opción. Pondrá a prueba nuestra logística para albergarlos y alimentarlos al momento de tener tantos prisioneros de guerra, pero probablemente pueda resolver algo con los Qua-Toynianos. Ahora, parece que lo estamos cortando de algo importante, Almirante Fritz. Disculpe por eso. Vaya y haga que el General José de San Martin se sienta orgulloso".

El Almirante Fritz saludo con el típico saludo militar. "¡Si, señor!"

La transmisión de la pantalla se cortó y Fritz volvió a centrar su atención en los wyverns que se acercaban. "Entonces", dijo, mirando el radar del barco. "¿250 de esos lagartos voladores?"

El Capitán Rubén asintió con la cabeza con una expresión divertida. "Correcto, señor. ¿Sabemos algo de estas criaturas?"

Fritz negó con la cabeza. "Me temo que sabemos el mínimo. Su ataque principal es una bola de fuego, que es bastante similar a una pequeña bomba Sekhmet. No creo que suponga una amenaza para nuestros barcos, pero me gustaría ser cauteloso".

El Capitán Ricardo Rubén nuevamente asintió con la cabeza. "Entendido, señor".

"Y ... haz que la flota se acerque mas al Escuadrón Destructor Imperial 10. ¿El horizonte en este mundo es cuanto, 80 kilómetros?"

"Alrededor de 50 kilómetros, señor".

"Ah", dijo Fritz con una expresión pensativa. "Me gustaría cronometrar nuestra aparición en el horizonte y alinearla con la destrucción de su Fuerza Aérea. ¿Es eso posible?"

El Capitán Rubén realizo algunos cálculos en su cabeza. "Comparando nuestra velocidad máxima y el rumbo actual de la flota con el de la fuerza wyvern, suponiendo que su velocidad sea de unos 185 kilómetros, no. Llegaran demasiado rápido".

"Lamentable", suspiro Fritz. Se paseaba mientras hablaba. "Una vez que hagamos nuestra entrada, reagrúpese con el Escuadro Destructor Imperial 10. Por ahora, me gustaría que mantengamos el fuego hasta que evaluemos la reacción de los nativos. Espero que no sean imposiblemente tercos".

"Diablos, incluso los ingleses sabían cuando retirarse. Veamos cuanta potencia de fuego necesitaran estas personas para rendirse", respondió el Capitán Ricardo Rubén.


El Mayor Frank Richthofen se apresuro por los atestados pasillos y se dirigió al hangar. La mayor parte de la tripulación. La mayor parte de la tripulación de la aviación naval se apresuró de manera similar para llegar a sus posiciones, ya que el Almirante quería un despliegue masivo de los Super Cóndor de la flota, junto con un pequeño destacamento de Pulqui V. El propio Richthofen fue asignado a un Pulqui V, que se usaría para ayudar a coordinar los datos de objetivos y probar las capacidades del enemigo.

Llevaba su casco mientras subía a la cubierta y se topo con alguien que analizaba unos papeles cuando doblaba una esquina.

"Cuidado, hijo". Dijo el hombre.

Richthofen miro hacia arriba, con los ojos muy abiertos por la sorpresa al reconocer el rostro del hombre. "¡Coronel, señor! Lo siento por eso ..."

"Bueno, veo que el Barón de Plata tiene prisa, ¿Eh? Adelante, diviértete mientras nos sentamos y no hacemos nada en el barco ..."

Los infantes de marina a bordo del 25 de mayo estaban bastante consternados por no poder participar en la batalla que se avecinaba; estaban ansiosos por el combate. Se les informo sobre la táctica enemiga de abordar barcos enemigos, pero siendo realistas, nadie esperaba que el enemigo pudiera abordar los barcos del Imperio Argentino.

"Estoy seguro de que pronto podrá encontrar algo a lo que disparar, señor", respondió Richthofen.

"Je, tal vez si alguno de los hostiles intenta algo estúpido cuando los están rescatando, pero no creo que sean tan tontos como para contraatacar después de ver como sus barcos vuelan en pedazos", dijo mirando hacia el personal apresurado a su lado, continuo: "Creo que te he quitado bastante tiempo, Frank. Probablemente deberías llegar a tu avión, piloto".

"Lo hare. Nos vemos después de la batalla", Richthofen se despidió del Coronel.

Mientras abordaba su Pulqui V y comenzaba las comprobaciones previas al vuelo, murmuro para sí mismo: "¿Por qué Barón de Plata'? No es algo familiar ..."

Una voz interrumpió sus pensamientos, surgiendo de la nada como si fuera su conciencia. "Claro que sí, hermano. Tu tatarabuelo era un excelente piloto, y ciertamente estas a la altura de ese legado".

"¿Gabriel? ¿Cómo demonios ...?"

"Estabas en la red, amigo. Debería contarte sobre ese Teniente que estaba hablando con unas de las mujeres oficiales, hombre. El tipo pensó que estaba en un canal privado, pero resulto que estaba en toda la red".

Richthofen tarareo en respuesta, aunque apenas audible debido al sonido del motor en marcha. "Anotado. Muy bien, comprobaciones previas al vuelo completas", dijo mientras seguía las instrucciones de las luces del hombre con los palos brillantes. Coloco su avión a lo largo de la pista y, una vez que el señalero dio la señal, Richthofen despego.

Se elevo en el aire, seguido de cerca por su compañero de ala, el Mayor Gabriel 'Relámpago' Debreczeni. Sobre el portaaviones, decenas de Super Cóndor merodeaban, dando vueltas alrededor de la flota como una bandada de buitres. Estaban esperando que se desplegara el resto de los Super Cóndor para lanzar un ataque conjunto contra los wyverns entrantes.

El Barón de Plata y su compañero de ala volaron por delante, subiendo a medida que se acercaban a los wyverns. Para aliviar una de las preocupaciones del Almirante, se les ordeno probar las capacidades de los wyverns y recopilar datos de objetivos, para retrasmitirlos a la flota. A una altitud de casi 3000 metros, era prácticamente indetectables para los wyverns de abajo. Los Pulqui V seguían a sus enemigos, moviéndose como fantasma.

Los wyverns no mostraron ningún cambio de rumbo; no notaron a los árbitros de la muerte justo encima de ellos. Si bien se suponía que los lourianos no tenían ningún tipo de radar, los oficiales militares del Imperio Argentino aun querían confirmarlo. Después de recopilar los datos necesarios, Richthofen y Debreczeni regresaron a la formación principal de Super Cóndor.


El almirante Sharkun sintió que una sensación de inquietud lo invadía repentinamente. Miro a uno de los magos de comunicaciones del barco. "¿Actualización?"

El mago respondió: "Señor, 250 wyverns han aparecido en el horizonte y nos alcanzaran en menos de media hora".

Sharkun suspiró aliviado. "250 wyverns, esa es una fuerza a tener en cuenta". Sus labios se curvaron en una sonrisa. "¡Una vez que lleguen, iniciaremos un ataque coordinado contra los barcos enemigos! ¡Un asalto combinado tan masivo: naval y aéreo; esos 5 barcos no tendrán ninguna posibilidad!" Sharkun casi se rio de la abrumadora diferencia.

Su risa se interrumpió cuando alguien en el puente exclamo de repente: "¡Decenas de aviones enemigos avistados! ¡Distancia, 50 kilómetros! ¡Sobre el horizonte, justo detrás de la flota enemiga!"

Sharkun uso su telescopio para analizar los voladores enemigos. Curiosamente, no eran wyverns; eran claramente artificiales. Sharkun frunció el ceño ante la vista, su anterior sensación de inquietud regreso. "¿Qué demonios son esas cosas?"

La velocidad del avión enemigo era alucinante. Apenas paso un minuto y los aviones ya estaban por encima de la flota enemiga, la aeronave enemiga debe haber viajado a miles de kilómetros por hora. Antes de que Sharkun pudiera siquiera reaccionar ante esta comprensión, vio numerosos objetos que se alejaban volando de las alas del avión enemigo.

Las flechas de luz se dirigieron hacia los wyverns lourianos, dejando un rastro de humo a su paso. El avión enemigo se inclino hacia arriba, ascendiendo casi verticalmente, a velocidades increíbles hasta que desaparecieron de la vista. Sharkun observó atentamente las flechas de luz, el sudor le corría por la espalda mientras consideraba sus opciones.

"¡Haz que los wyverns realicen maniobras evasivas!" Soltó instintivamente.

Con gran aprensión, observo como los wyverns lourianos rompían la formación y volaban de forma errática mientras intentaban evadir los proyectiles que se aproximaban. Sumándose a su pavor, vio como los proyectiles corregían su trayectoria para seguir a los wyverns que se evadían. "No ... no ..." murmuro en estado de shock.

Las comunicaciones de maná de su barco se encendieron, las ondas de maná se llenaron con los temerosos gritos de sus refuerzos.

"¡Mierda, nos están siguiendo! ¡Izquierda! ¡Izquierda!"

"¡Ve al agua!"

"¡No! ¡Sigue ascendiendo!"

Grito una ráfaga de voces, con la esperanza de coordinar una evasión exitosa. Con numerosos destellos cegadores de luz, el enjambre de voces ceso de repente. Los proyectiles enemigos hicieron contacto con los wyverns lourianos, envolviéndolos en explosiones de fuego.

Las explosiones continuaron apareciendo cuando la gran Fuerza Aérea de su nación encontró su amargo final.

Observo a un caballero wyvern intentar ejecutar una maniobra de inclinación increíblemente hábil, solo para que el proyectil enemigo lo siguiera. Años de entrenamiento y experiencia se perdieron en un abrir y cerrar de ojos.

Otro caballero wyvern intento llevar a sus hombres hacia arriba, cruzando caminos para confundir los proyectiles, pero su intento fue en vano. Posteriormente fueron aniquilados, liberando una lluvia sangrienta de tripas de wyvern y piezas de metal.

Uno de los caballeros wyvern intento sumergirse en el agua, pero el depredador inquebrantable lo persiguió implacablemente, detonando y enviando una columna de agua teñida de ojo al aire.

El silencio lleno el aire, perturbando solo por los sonidos de explosiones y gritos. La escena ante el era inimaginable. Incluso contra una de las grandes potencias de las Tres Regiones Civilizadas, su fuerza de wyvern no podía reducirse tan fácilmente. De la fuerza inicial de 250, quedaron poco menos de cien. Cada proyectil enemigo encontró su marca, matando instantemente a sus objetivos.

Sharkun camino por la cubierta de su buque insignia mientras la sangre llovía sobre la flota, pintando de rojo las cubiertas marrones y las velas blancas. Sintió algo húmedo golpear su mano y miro hacia abajo.

"¿Es esta la sangre de un wyvern, o la sangre de un hombre?" Se pregunto a si mismo, apretando el puño. La rabia nublo su visión. "No ... esta es la sangre de Louria, ¡Y debemos extraer su sangre, para vengar a los caídos! Todos los barcos: ¡Comiencen el ataque! ¡Carguen contra los enemigos! ... No ... ¡EXTERMINEMOS A ESTOS DEMONIOS DE MIERDA!"


BIA Almirante Brown

El Capitán Adrián de San Martin silbó mientras a los wyverns lourianos caer del cielo. "Bueno, maldita sea, ahí mismo se pone a trabajar nuestro gasto militar". Miro hacia los prototipos vehículos aéreos no tripulados que rodean el campo de batalla. "Me pregunto si lo están grabando ..."

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un oficial de comunicaciones. "Señor, los escuadrones han completado su carrera de ataque y no tienen aire-aire. Van a dar la vuelta para el combate antibuque una vez que nos hayamos ocupado de los rezagados".

Adrián se rio entre dientes. "Muy bien, entonces, hagamos un espectáculo".

La mirada de Adrián de San Martin volvió a los cielos, sus manos entrelazadas detrás de su espalda mientras sus subordinados corrían alrededor.

"Datos de objetivos recibidos del Barón Uno, retrasmitidos a la red del escuadrón. Designando a los enemigos del uno al dieciséis para el BIA Almirante Brown. Estamos listos para disparar a su orden, señor ...", dijo uno de los operadores.

El Capitán Adrián respondió: "Bien. Sincronice la secuencia de disparo con nuestros amigos", dijo.

El operador levanto la vista y asintió. "Los canales están abiertos, señor".

"¡Tres, dos, uno, FUEGO!"


La ira del almirante Sharkun disminuyo temporalmente, reemplazada por confusión mientras observaba como los barcos de metal se envolvían repentinamente en humo. El humo no se origino de los cañones, por lo que razono que debía provenir de algún tipo de mal funcionamiento o accidente. Se detuvo al ver el error en esta suposición: ¿Por qué los cinco experimentarían simultáneamente un accidente catastrófico? Luego recordó el rastro de humo emitido por las flechas de luz de antes, las que habían aniquilado fácilmente a más de la mitad de los wyverns lourianos.

"¡No, no de nuevo!"

Flechas de luz aullaron en el aire, a toda velocidad hacia los wyverns, que se lanzaban hacia los barcos de metal en formación de ataque. A pesar de haber lanzado solo diez de estos proyectiles, su efectividad fue mucho mas pronunciada, gracias a la formación de ataque cercano de los wyverns. Agrupados para lanzar una andanada de bolas de fuego, los wyverns y sus caballeros casi no tuvieron tiempo a reaccionar.

Debido a que estaban tan juntos, cada proyectil destruyo varios wyverns por dúos. Sus explosiones fueron mucho mas masivas que los proyectiles de antes, pensó Sharkun. ¿O tal vez es porque los wyverns están más juntos? La diferencia no importaba, porque el resultado era esencialmente el mismo. Pedazos de extremidades ensangrentadas volaron en todas direcciones, salpicando hacia el océano y dando a la superficie un tinte rojo.

Algunos de los caballeros reaccionaron rápidamente o simplemente tuvieron suerte. La fuerza de cien caballeros wyvern se redujo a solo cinco. En silenciosa anticipación, Sharkun y sus hombres observaron la valentía de estos sobrevivientes mientras intentaba penetrar a través de las defensas enemigas. Uno de los caballeros sobrevivientes era un amigo cercano suyo, un capitán de caballeros wyvern llamado Amalgeus.

La voz del valiente hombre resonó a través de las comunicaciones de maná: "¡Somos los pocos elegidos! ¡Sobrevivimos al ataque demoniaco y seremos los que devastaremos al enemigo!"

Los vítores brotaron de los otros cuatro caballeros wyvern, pero terminaron de inmediato cuando ocurrieron cinco explosiones simultaneas. Los cinco barcos dispararon sus cañones al mismo tiempo, eliminando a los wyverns que descendían con facilidad.

"¿Q-Que demonios?" Sharkun pregunto en un tono aturdido y algo temeroso. Su cabeza palpitaba por la incrédula ocurrencia; no sabía si estaba soñando.

"Señor, ¿Qué debemos hacer ahora?"

Busco la fuente de esta pregunta: el capitán de su buque insignia. "Mantengan el rumbo. ¡Continuaremos cargando contra la flota enemiga y los rodearemos! ¡Los abrumaremos con nuestros números!"

El capitán frunció el ceño ligeramente. "Si, almirante ..."

Sharkun asintió solemnemente y luego analizo los barcos enemigos. Sus cañones habían ajustado su puntería y ahora se enfrentaban a su flota. Sharkun cerro los ojos y respiro hondo. Volvieron los horribles sonidos de madera rompiéndose y hombres gritando.


Fin De La Segunda Y Ultima Parte Del Sexto Capitulo


Espero que les haya gustado la segunda y última parte del sexto capítulo de esta historia, y que obviamente lo hayan disfrutado tanto como yo disfrute en escribirlo.

Las preguntas las dejo para el siguiente capitulo xD

Como siempre les digo en cada historia que escribo, si tienen alguna opinión o critica déjenla en la caja de comentarios, siempre estoy interesado en leer que piensan sobre las historias que subo.

Bueno eso sería todo hasta el próximo capítulo.

¡Ja ne!


El Capitulo Tiene 3400 Palabras.