—¿Taichi y tú?— Preguntó Mimi sorprendida luego de haber escuchado los cambios que habían ocurrido en su ausencia en el Internado, una de esa era que su mejor amiga, Sora, y el capitán de fútbol tenían una ¿relación?
—¿E?...n-no.—Balbuceo la chica— Solo somos amigos.— Se sonrojó levemente.
—¿Cómo no?— Zoe rodó los ojos— Solo amigos.
Sora hizo una mueca— Bueno, no nos gustan formalidades es todo.— La chica respondió aún sonrojada.

Mimi sonrió, su amiga desde que eran pequeñas venía sintiendo algo por el Yagami y que se animaran a tener algo era increíble aunque no tuviera nombre.

—La banda de los chicos ha crecido de una manera increíble.—Comentó esta vez Zoe.

—¿La banda?— Cuestionó Mimi.

—Si, la banda de mi hermano y sus amigos.— Finalizó la rubia y literalmente miles de imágenes de cierto rubio de ojos azules golpearon su mente.

Yamato Ishida.

El hermano de su mejor amiga, un chico al cual había amado con locura desde pequeña, el chico con el cual había vivido...algo. El chico que...

Suspiró.

Había una gran probabilidad de que se volvieran a ver y eso era algo que hace mucho quería...


Los dos gemelos Minamoto-Kimura y el hermano de Mimi bajaron por las escaleras del edificio en dirección al comedor, ya era la hora de almorzar y la verdad es que todos tenían bastante hambre.

—Espero que la comida esté mejor que la última vez que estuve aquí.— Comentó Takuya.

—Créenos está mucho mejor.— Musitó Koichi— La nueva cocinera hace comida de calidad.— Abrió la boca— Se me hace agua en la boca tan solo pensar en su comida.

Kouji rodó los ojos, pasarían los años y ambos seguirían igual.

—Y cuéntanos...—Hablo Koichi— ¿Cómo te fue en Nueva York?

—¡Excelente!— Contestó Takuya— Logré tener muchos avances en el futbol, tuve un buen entrenador y pues en mis estudios...—Hizo una pausa y llevó una mano a su nuca— Bueno, lo importante es que tengo salud ¿no?

Kouji movió levemente la cabeza, pasarían los años y su amigo seguiría siendo idiota.

—¡Vaya! ¡Vaya! No puedo creer lo que están viendo mis ojos.— Escucharon una voz a un costado de ellos.

Los tres chicos voltearon y al hacer esto se encontraron con cierto chico de cabello castaño y ojos azules.

—No lo puedo creer...— Habló Ryo Akiyama— Si es nadie más y nadie menos que Takuya Tachikawa.

Takuya hizo una mueca al reconocer al chico, sin poder evitar cruzarse de brazos, aunque no se veían hace tres años el chico seguía igual. Suspiró, sin duda él era una de las personas que no quería ver, ya que, luego de esa noche del 3 de Abril, ya no lo consideraba una persona en cual quisiera confiar, a pesar de que se conocíand esde toda la vida había algo que ya no lo hacía confiar en él— Ryo.

—¿Qué? Ya no me saludas.— El chico se acercó y le extendió el puño.

Takuya suspiró, la verdad no quería saludarlo.

¡Pero!

Ya habían transcurrido tres años ¿no?

Debía olvidar el pasado.

¿O no?

Correspondió a su saludo.

—¿Cómo has estado?— Preguntó el Akiyama.

—Bien ¿y tú?— Respondió y la vez pregunto.

—¡Excelente! Ya sabes, viviendo la vida.— Contestó el Akiyama— Como siempre.

Takuya rodó los ojos ya que sabía que esto significaba venta de drogas, alcohol y chicas más chicas. Sinceramente haría todo por olvidar el pasado y no odiarlo, pero, sería algo difícil, ya que, él era el culpable de muchas cosas que habían ocurrido ese 3 de Abril.


—¿Dónde está Ryo?— Preguntó Yamato observando que su amigo no estaba.

—No lo sé.— Contestó Taichi— De seguro bajó como los demás a almorzar.

—Bueno ¿lo mejor será ir? ¿no?— Preguntó nuevamente el rubio— Ya es hora de comer.

—Si.— Taichi se levantó con un saltó del sofá de la sala central donde se encontraban las puertas para sus respectivas habitación— ¡Ups! Pero, se me había olvidado comentarte algo.

Yamato rodó los ojos, sinceramente no quería escuchar otros de los chismes aburridos de su amigo, siempre hablaba miles de cosas y pocas veces le interesaban.

—¿Adivina que familia multimillonaria volvió a la ciudad?— Preguntó Taichi.

Yamato hizo una mueca, habían muchas familias millonarios en esa familia que iban y venían, no podría adivinar.

—Veo que no respondes, seguramente no adivinas.— Musitó el Yagami— Bueno, yo te daré la noticia de que salió el rumor de que la familia Tachikawa había vuelto a la ciudad.

Yamato abrió los ojos como platos ante esta declaración.

¿La familia Tachikawa?/p
La familia de cierta chica castaña y ojos color miel que pertenecía a esa familia.

¿Era una broma?

Luego de tres años ella había vuelto, su hermosa chica.

¿Mimi?


~Tres años atrás~

Me miras, te miro, mi corazón hace bum bum...— La chica escribió en su cuaderno mientras tarareaba una melodía, de vez en cuando se sentaba en su escritorio con su cuaderno a escribir letras de canciones que se le venían a la cabeza. Le encantaba cantar y de vez en cuando le gustaba componer. Era uno de sus pasatiempos favoritos.
Estaba tan concentrada en eso que no sintió como cierto chico de piel morena y ojos chocolates ingresaba a su habitación. Solo vio como una mano pasaba frente a ella y tiraba de su cuaderno—¿Qué haces?— Mimi reconoció a su hermano mellizo.

—¡Devuélveme mi cuaderno Takuya!— Reclamó la chica intentando alcanzar su cuaderno.

Takuya guiñó un ojo en señal de broma y volteo en dirección al cuaderno— A ver...—Leyó— ¿Una más de tus canciones?

Mimi asintió un tanto apenada— Por favor, devuélveme mi cuaderno.

—Pero ¿por qué? ¿No quieres presentarles tus canciones a tu hermano?— Preguntó el chico— ¿O no quieres que sepa que estás enamorada?

Mimi se ruborizó levemente— ¡No! Takuya.— Gritó "ofendida"— Devuélveme eso ¡Me pertenece!— Volvió a gritar ofendida.

—Ya te lo devuelvo, pero, no me grites.— Takuya le extendió el cuaderno— Solo quería saber en que andaba mi hermana.

—Si vas a molestar a tus hermanas mejor ve a molestar a nuestra hermana menor.— Habló Mimi molesta— Yo no necesito que me vigilen.

—Aún así, debo vigilarte, puede que seas mayor que yo por cinco minutos, pero yo soy el hombre y te debo cuidar.—Contestó Takuya.

Mimi gruñó levemente, amaba a su hermano, pero, muchas veces era fastidioso.

—¿Qué haces aquí en mi departamento?— Preguntó la chica, ya que, en realidad era extraño que su hermano estuviera allí, en realidad siempre que iba hasta ahí era porque necesitaba algo o quería discutir con la rubia, ya que, era su pasatiempo favorito.

—Vengo a advertirte de algo.— Habló Takuya sin rodeos.

—¿Advertirme?— Cuestionó Mimi sorprendida— ¿Advertirme de qué?

Takuya miró a todos lados y cerró la puerta para acercarse a su hermana— Promete que no lo comentarás con nadie ¿si?—La castaña asintió—Salió un pequeño rumor de que alguien, no te diré quién, pero, anda traficando algunas...Hizo una pausa buscando el nombre— Sustancias.

— ¿Drogas?

—Shh...—Takuya chispeo los labios haciendo callar a su hermana— Los chicos están últimamente muy locos, tu sabes y no quiero que tu te expongas a recibir una de esas cosas.

Mimi hizo una mueca ¿su hermano la creía capaz de eso?

—Es un tema muy delicado y complejo, pero, necesitaba que estuviéramos al tanto y tuvieras cuidado ¿si?— Preguntó Takuya preocupado— Eres mi hermana y debo cuidarte ¿no?

Mimi sonrió, sin duda, Takuya era un tierno, lo amaba— Está bien, tendré cuidado.

Takuya sonrió.


La chica rubia de ojos verdes caminó lo más rápido a través de los pasillos del Internado, tenía bastante hambre y la hora de almuerzo estaba acabando, si no llegaba al comedor terminaría sin almorzar, ya que, las cocineras no servían almuerzo después de las tres de la tarde.

Sonrió victoriosa al ver como aún quedaban personas almorzando en el comedor.

—¡Vaya! Nuevamente tarde hermanita.— Escuchó como una voz la llamada.

Zoe reconoció al instante a su hermano mayor, Yamato Ishida, volteo a la derecha y efectivamente ahí se encontraba su hermano acompañado de su mejor amigo, Taichi Yagami, y su compañero de banda, Ryo Akiyama.

—Deberías ser un poco más organizada con tus cosas ¿no crees?— Preguntó el rubio.

—Lo sé.— Contestó la chica un tanto fastidiada y rodó los ojos— Pero, tengo muchas responsabilidades, tu sabes.

—Con el comité del Internado ¿no?— Preguntó esta vez el Akiyama.

Zoe asintió.

—No deberías preocuparte por esas cosas hermana.— Matt le habló a la rubia.

—¡Claro que sí!— Exclamó la chica—Esta fiesta debe salir perfecta ¿no? Muchos tienen muchas expectativas de ella.

—Cosas vanas...

—Como tu banda hermano ¿no?— Contestó la rubia de ojos verdes.

Yamato rodó los ojos— ¡Jaque mate!— Suspiró— Bueno, solo me preocupo por ti, no quiero andes corriendo a última hora por las cosas, ya que no quiero que arriesgues tu salud.

Zoe sonrió de lado, su hermano aunque era frío siempre mostraba su preocupación por ella, era la única mujer, así que, demostraba de vez en cuando que le importaba— No te preocupes estaré bien.

Matt suspiró nuevamente—Bueno, nos vemos luego.— Dijo el chico antes de salir.

—Que tengas buena tarde Zoe.— Taichi se despidió de la chica antes de salir del lugar.

Pero, el Akiyama a diferencia del Yagami hizo otra cosa antes de salir.

La rubia hizo una mueca al sentir como la mirada del Akiyama se centraba en ella, apretó sus dientes nerviosa cuando este se acercó y con su brazo derecha la tomó de la cintura abrazándola contra él— ¡Vaya! El día de hoy no nos habíamos visto ni siquiera una vez.

Zoe miró a todos lados nerviosa y se intentó alejar del chico— Ryo ¿qué haces?— Preguntó— Aquí no, te dije que debíamos ser cultos.

—¿Y por qué no?— El chico se acercó y besó su cuello— ¿Qué tiene de malo que alguien sepa que de vez en cuando la pasamos bien?

La rubia hizo una mueca al sentir como el Akiyama apretaba su cintura. Suspiró. Sin duda lamentaba la vez que había decidido en el verano asistir a un concierto que la banda de su hermano dio en la playa, había asistido inocentemente a aquel concierto, la verdad es que era bastante lejos de la ciudad, pero, su padre les había prestado la cabaña de playa, así que, se había hospedado ahí junto a los chicos de la banda...¡Claro! También había invitado a Mimi y Sora, así que, no era la única entre tantos hombres. Todo había ido bien, todo había estado tranquilo para sus amigas y ella, ya que, escucharon a los chicos tocar y habían disfrutado de una fiesta. Pero, todo había dado un vuelto cuando en la noche había decidido bajar a tomar un vaso de agua a la cocina, todos ya dormían, o bueno eso creía ella. Cuando recibió una notificación en su celular, un mensaje le había llegado, así que, decidió ver de que trataba.

Mala idea.

Ya que, al verlo se encontró con algo horrible para ella.

Literalmente se había quedado congelada al ver ese mensaje tanto así que el vaso que sostenía en su mano cayó al suelo.

—¡Wow! Princesa ¿Qué te ocurre?— Una voz familiar se hizo presente en el lugar.

La chica tragó duró mientras intentaba aguantar las lágrimas que amenazaban a brotar de sus ojos.

—¿Princesa?— La persona dio unos pasos hacia ella y pudo distinguir que se trataba de nadie más y nadie menos que el amigo de su hermano, Ryo Akiyama, el baterista de la banda— ¿Qué haces aquí a estas horas?

Suspiró pesadamente, la verdad no quería hablar.

No luego de lo que había visto.

—Y-yo...—Balbuceo— Venía a tomar un vaso de agua.

—Pero, se te cayó.— Habló nuevamente el Akiyama.

Hizo una mueca, necesitaba una excusa— P-pues...—Balbuceo nuevamente— Me distraje y se cayó.

Ryo hizo una mueca— ¿Estás segura?

Zoe asintió levemente, sinceramente no se encontraba de ánimos luego de lo que había visto había quedado en shock, ya que, nunca se hubiera imaginado que vería algo así, bueno, debía admitir que se veía venir, pero, nunca pensó que le afectaría tanto recibir aquella noticia...¿no?

—¿Qué haces aquí Ryo?— Preguntó la rubia— ¿No que estaban en la fiesta?

Ryo rodó los ojos—¿Dónde está tu cabeza Zoe?— Preguntó divertido— La fiesta terminó hace horas, son las cuatro de la mañana.

—Si, pero, es extraño que ¡tú!— Lo señaló— Llegues antes de las cinco de la mañana a tu casa luego de una fiesta.

—Bueno, siempre hay una primera vez para todo.— Contestó el chico— Y que bueno que lo hice.— La chica sintió un leve escalofríos al sentir como el chico observaba descaradamente sus piernas— Nunca te había visto en esta faceta.

Zoe hizo una mueca, estaba con una camisola de dormir con tirantes que exponía gran parte de su cuerpo, supuso que todos estarían durmiendo así que no se había puesto su bata.

—Si no fueras la hermana de Yamato no sabría que haría contigo.— Comentó Ryo y en ese minuto la rubia sintió como hervía de ira, ya que, sinceramente odiaba los comentarios del mujeriego amigo de hermano, Yamato— Lastima que estes enamorada del hermano de Mimi.

La chica sintió como su cuerpo se tensaba al escuchar ese nombre— ¿D-e Takuya?— Se cruzó de brazos— Cl-claro que no.

Ryo rodó los ojos— Claro que sí.

¿Acaso era tan obvia?

¿Todos sabían de su interés?

Apretó su puño.

No le agradaba esa idea.

Claro que no, porque, era evidente que el hermano de Mimi no pensaba en ella, estaba enamorada de él desde que eran pequeños, pero, el chico siempre la había visto como la amiga de su hermana y debido a eso el chico no la veía como algo más...Suspiró.

—Claro que no.—Insistió la rubia.

—¡Ja! No te creo.

Zoe apretó su otro puño molesta. No quería volver a escuchar eso, nunca más...Takuya no estaba pensando en ella en ese momento ¿no?

¿Por qué ella no podría estar con otro también?

Ser como él.

—¿Quieres que te lo demuestre?— Preguntó la chica desafiantemente.

—¿Y como harías eso?— Preguntó el Akiyama.

Sabía exactamente como.

Llevó una mano a uno de los tirantes de su camisola de dormir. Suspiró, no estaba segura de lo que iba a hacer, pero, debía de alguna forma olvidar al hermano de su amiga ¿no?...Se había puesto novio con esa chica, con esa chica que tanto odiaba.

Nuevamente suspiró y sin pensarlo más de dos veces bajó los dos tirantes de su camisola dejando que esta cayera— ¿Aún quieres divertirte? ¿no?

Ryo abrió la boca totalmente sorprendido y la observó de pies a cabeza, era evidente que no podía creer lo que estaba viendo, ahí frente suyo la chica se le estaba...¿ofreciendo?...La hermana de su amigo.

—Dime ¿acaso no quieres tener algo conmigo?— La chica pasó una mano por su brasier. El chico movió levemente la cabeza aún sin creer lo que estaba ocurriendo, pero, no dudo ni un minuto en tomar a la chica de la cintura y empezarla a besar con mucha pasión.

Zoe hizo una mueca, sin duda, esa había sido la peor decisión de su vida. Aunque debía admitir que no la había pasado mal, al contrario, ahora entendía porque tantas chicas sucumbían a sus encantos.

Sintió como una mano del chico recorría su cuerpo.

—Ryo, por favor, ahora no...— La chica rogó— Tengo cosas que hacer, además...— Se acercó a su oído— No creo que a Yamato le agrade saber que has tenido relaciones con su hermana pequeña ¿no?
Ryo hizo una mueca, ya que, la rubia tenía razón, si Yamato llegaba a saberlo no sería muy agradable— Bueno, pero, prometes pasar por mi cuarto esta noche.

Zoe mordió su labio inferior, la verdad es que odiaba bastante al Akiyama, pero, de vez en cuando sentir sus caricias le agradaba— B-bueno.— Respondió un tanto nerviosa.

—Te espero entonces.— Depositó un beso en su cuello antes de dirigirse a la puerta— Entonces, nos vemos después Ishida.

Zoe suspiró y volteo en dirección a las cocinera que servían la comida, tenía hambre.


—Espero que la fiesta esté buena.— Comentó Taichi.

Yamato hizo una mueca, la verdad esa cursilería de "Fiesta del amor" no le llamaba la atención, en lo absoluto, sonaba algo que organizaría su hermana Izumi cada vez que veía esas telenovelas románticas.

—Solo es una forma de obtener dinero.— Comentó Kouji sin interés, ya que, al igual que el rubio sentía que verdaderamente esa fiesta era una forma de ganar dinero debido a las entradas que costaban casi una fortuna.

—Yo no creo eso.— Habló Koichi— Yo creo que será una buena forma de...—Buscó las palabras adecuada— Conectarnos con nuestros sentimientos.

Conectarse con sus sentimientos.

Yamato rio para sus adentros, eso era algo prácticamente que odiaba hacer, ya que, siempre que lo hacía terminaba pensando en la castaña mejor amiga de su hermana, quién siempre se escapaba de él sin ninguna razón y a la cual deseaba más que a nadie en el mundo desde que las hormonas de adolescente habían comenzado a aflorar en él.

—Eso lo dices porque tienes novia.— Habló Kouji un tanto molesto al decir aquello— Pero, nosotros tenemos una vida desastrosa y sin sentido como para asistir a esa fiesta.

—Bueno, aunque no tenga novia espero que ocurra algo diferente.— Nuevamente habló Taichi.

Yamato más que nadie sabía que cuando Taichi decía algo diferente se refería a que ocurriera algo con la pelirroja Takenouchi.


La joven Rika Nonaka de catorce años se encontraba tranquilamente caminando en el pasillo del Internado en dirección a la salida, estaba bastante estresada, necesitaba relajarse y sabía perfectamente que hacer. Sonrió. Hace unos días venía recibiendo el pequeño rumor de que el Akiyama había traído un nuevo encargo de ciertas...especias. Y tenía mucha curiosidad./p
Sintió como una mano jalaba su muñeca y la introducía a la sala donde el conserje guardaba sus útiles de aseo, provocando que se asustara levemente—¿Qué te pasa idiota?— Preguntó un tanto molesta y volteo a ver quién era.

—¡Vaya! Si no me insultaras cada vez que me ves no serías tu.— Habló cierto chico de cabello castaño, piel morena y ojos azules.

Rika rodó los ojos al reconocer al Akiyama y se cruzó de brazos— Dijiste que nos juntaríamos afuera.

—No.— Contestó Ryo— Yo dije que caminarás por pasillo hasta la salida no hasta el jardín.

—¡Ya no importa!— Interrumpió Rika— Ya dime ¿Dónde está?

Ryo sonrió y de su bolsillo sacó una bolsa blanca, y al abrirla pudo mostrar que dentro había un polvo blanco— Aquí está.—Rika observó totalmente admirada y feliz aquello que el Akiyama tenía en las manos, era totalmente sorprendente.

—¡Genial!— Exclamó y tuvo la intención de tomar la bolsa, pero, el Akiyama retrocedió— ¡Hey! ¿Qué te pasa?

—¿Crees que la tomarás así como si nada?— Preguntó el chico.

Rika rodó los ojos— Tu sabes que te voy a pagar.— Respondió molesta— Si quieres te doy ahora el dinero.

—Dinero no es lo que quiero.— Sonrió Ryo guardando la bolsa en su pantalón.

—¿A no?— Preguntó Rika sorprendida— Entonces ¿que quieres? ¿Beneficios de mi madre? ¿Mi celular? ¿O qué?

Ryo sonrió y se acercó a la chica— Tu sabes lo que quiero.— El chico pasó una mano por su cintura.

Rika rodó los ojos— ¿Enserio quieres eso?— Ryo asintió— Estás loco.

—¡Vamos Nonaka!— Exclamó el chico— Solo es una vez, una noche, un momento, solo una vez./p
p style="max-height: 999999px; font-family: Verdana, Verdana, Arial; font-size: 11.2px;"—Claro que no haré eso.— Rika respondió molesta— No iré tan lejos para obtener...—Hizo una pausa no quería decir el nombre— Eso.

Ryo hizo una mueca de fastidio— Pensé que eras más valiente.

—Soy valiente, pero, no tonta.— Contestó la Nonaka— Nunca me acostaría con idiota como tú, Ryo.

Ryo chasqueo la lengua bastante molesto— ¡Lastima! Yo pensé que enserio quería la especia.

—Buscaré otra forma de obtenerla.— Respondió la oji-lila y sin más abrió la puerta para irse.

Enserio estaba loco ese chico.

Si traía esa droga simplemente para tener algo con ella, entonces, solo perdía el tiempo, a ella le gustaba verlo sufrir de vez en cuando, así que, por el momento rechazaría todas sus insinuaciones.


Takuya bajó el último escalón de la escalera y suspiró, se sentía tranquilo y aliviado luego de haber hablado con sus dos hermanas, estaba un tanto preocupado, ya que, últimamente las cosas en el Internado estaban un tanto turbias. Él más que nadie lo sabía, ya que, su amigo Ryo hace poco había comenzado su "nuevo negocio" de especias o sustancias como les decía y no quería que una de sus hermanas se involucraran en eso. No era que no confiara en ellas, no era que las creyera capaz de aquello, pero, debía advertirles.
Iba tan sumido en sus pensamientos que no se percató que cierta figura femenina se atravesó en su camino y terminó chocando con ella—¡Ups! Lo siento.— Se disculpó el chico— No quería...—Pero, antes de terminar la frase se dio cuenta de quién se trataba la otra persona y se arrepintió de lo que iba a decir.

—¡Cómo siempre eres tan torpe que chocas conmigo!— Reclamó cierta chica de cabello rubio y ojos verdes.

Takuya hizo una mueca— ¿Sabes? No me arrepiento.— Contestó. Zoe hizo una mueca y rodó los ojos molesta antes de levantarse del suelo.

—Eres tan idiota.— Masculló la oji-verde mientras limpiaba su falda.

—Mira quién lo dice rubia teñida.— Contestó Takuya.

Zoe apretó su puño— ¿A quién le dices rubia teñida?— Se acercó al chico amenazantemente— Niño con olor a sudor.

Takuya hizo una mueca y también se acercó a la chica provocando que sus respiraciones se mezclaran observando detenidamente sus ojos— Prefiero oler a sudor antes de ser una muñeca de plástico como tú.

—¿Muñeca de plástico?— Repitió la rubia— ¡Ja! Dices eso solo porque soy mejor que tú.— Dijo desafiantemente— Dime ¿estás preparado para repetir este año de secundaria? Idiota.

—¡Ya te gustaría!— Takuya respondió igual de desafiante— Pero ¡qué lastima! Me tendrás por mucho tiempo más en nuestra clase hasta la graduación.
—Si es que no repites por tu idiotez claro.— Contestó la rubia.

Estaban juntos...¡Demasiado juntos!...Podía sentir el aroma a frutilla de los labios de la chica.
—Te odio...—Dijo la chica rubia mientras entrecerraba los ojos molesta.

—Yo más a ti.— Contestó Takuya.


Un poco del presente y un poco del pasado, así se irá armando esta historia, así que, muy atentos ¿qué ocurrirá cuando Mimi y Matt se reencuentren?

Adrit126: Gracias por comentar, espero que te guste esta historia y la sigas leyendo...Abrazos a la distancia.

mariacredenza02: Me alegra saber que estás intrigada eso quiero producir en los lectores para que sigan leyendo, de a poco irán sabiendo y ojalá te agrade esta historia. Espero que sigas leyendo, saludos.

Hagan sus apuestas ¿qué creen que haya pasado esa noche?