En este capítulo habrá un momento donde tendremos una escena Mimato y otra escena de Takeru donde haré un paralelismo tipo pin-pon ¡Atentos!

También les advierto que trae escenas fuertes.


~Capítulo 23: La noche del tres de Abril~


Los adolescentes tienen obligaciones, deberes, responsabilidades que deben cumplir para el bien de ellos y el bien de la sociedad. Pero, muchas veces sus cambios hormonales, pasiones juveniles y rebeldía no los dejan ser fieles a sus responsabilidades y tampoco les dejan ser fieles a lo que muchas veces ellos encuentran correcto, la presión de los amigos influye mucho en ellos, un momento de pasión hace que se dejen llevar y algunas penas hacen que quieran olvidar todo sin importar lo que acontece al rededor.

Por eso he decidido escribir este capítulo donde demostraré que muchas veces hasta los adolescentes más responsables e inocentes en un minuto de euforia, emoción, presión social entre otros pueden cometer errores. Con ustedes:

"Pasiones y emociones de momentos"


—¿Hablar conmigo?— Preguntó Kouji sorprendido.

Damar asintió.

—¿E?— Observó a todos lados— Lo siento, pero, estaba a punto de dormir.

Damar rodó los ojos y sin esperar más entró al departamento del chico sin siquiera pedir permiso ¡Hablaría con él si o si!

—¡Hey! ¿Qué haces?

Damar se cruzó de brazos— No me iré de aquí hasta que hablemos.— Habló decidida.


Yamato y Mimi intercambiaron miradas, Ryo los había escogido como la primera pareja.

—¿E? No creo que sea buena idea que nosotros comencemos.— Contestó el rubio, ya que, no sabía por qué, pero, tenía un mal presentimiento.

—¿Por qué no?— Preguntó Ryo—Son solo quince minutos.

—Y ustedes ya han jugado a esto.— Comentó Henry.

Yamato hizo una mueca, ya que, era verdad, pero, no tenía un buen presentimiento, sinceramente se sentía...extraño.

—Pero ¿por qué debemos ser los primos?— Preguntó el Ishida.

—Porque, se me dio la gana.— Contestó Ryo— Además, la última pareja de la semana pasada fueron ustedes, podrían inaugurar el juego ¿no?

Yamato hizo una mueca, no tenía un buen presentimiento. Pero, estar a solas con la Tachikawa tampoco era una idea que le desagradase.

—¡Vamos!— Exclamó Sora— ¡Háganlo!

Yamato observó a la castaña— ¿Tú quieres?

Mimi hizo una mueca— Bueno, no sería tan incómodo como la primera vez.— Comentó mientras de sus labios salía una leve carcajada— Si tu quieres vamos.

Bueno, eran quince minutos...

¿Qué podía salir mal?

Además, cualquier cosa Taichi se encontraba ahí, él sabría controlar una situación de ese tipo. Sin esperar más, Yamato y Mimi se levantaron de su lugar y se dirigieron al armario, ingresaron en el y el Akiyama cerró la puerta a sus espaldas.

Ambos quedaron frente a frente y la castaña no dudo ni dos segundos acercarse al chico para besar sus labios, beso que fue correspondido al instante.


Al cerrar la puerta Ryo introdujo sigilosamente la llave en la cerradura para cerrarla y dejar a ambos encerrados. Mientras que Rika se dirigió a la entrada y cerró las puertas, Henry abrió su mochila y dejó en la mesa algunas cosas que le Yagami no pudo distinguir.

—¿Qué hacen?— Preguntó Taichi sorprendido.

Sora hizo una mueca, ella sabía lo que iban a hacer, Ryo le había ofrecido algo que ella quería, pero, debía mantenerse en silencio, no interferir y cumplir su parte del trato, distraer a Taichi. Así que, sin esperar más agarró al chico de la camisa y lo jaló al interior de la cocina que estaba vacía cerrando la puerta a sus espaldas.

—¿Qué ocurre Sora?— Preguntó.

—Nada, los chicos simplemente están emocionados con el juego de los quince minutos.— Respondió la chica.

—¿Y por qué me traes hasta aquí?— Preguntó Taichi.

—Porque, quiero mostrarte algo.— Respondió la pelirroja y de su bolsillo sacó una bolsita en donde había cierto polvo blanco que Taichi observó un tanto sorprendido y alarmado— Quiero volver a consumir esto.

Taichi alzó las cejas— Sora ¿estás loca?

La nombrada negó con la cabeza— No.— Respondió— Es solo que creo que llegó el momento de saciar mis ansias.

—Sora, no creo que sea buena idea.— Comentó el castaño— Habíamos prometido dejar eso.

—¡Pésima promesa!— Interrumpió la chica del golpe al Yagami— Nunca debimos haber prometido eso, no está mal consumir esto de vez en cuando.

—Pero, Sora.— Habló Taichi.

—Por favor, Taichi.— Rogó la chica— Han sido varias semanas de abstinencia, solo probemos esta cosa esta vez.

—Pero, Sora habíamos acordado en nunca más consumir esas cosas.— Respondió el castaño.

—Lo sé.— Suspiró la pelirroja— Pero, dime ¿no tienes deseos de volver a sentirte extasiado por esta heroína?

Taichi rosó sus labios con los de la chica— Así me siento cuando nos divertimos de otra forma.

Sora se mordió el labio inferior— Lo sé, pero ¿que tal si hoy hacemos algo diferente?— Preguntó la chica señalando el polvo— ¡Vamos! Juntos probamos por primera vez esto, juntos la hemos probado otras veces, hagámoslo juntos otra vez. Yo sé que a ti te encantó la última vez que consumimos esta cosa ¿no?

Taichi hizo una mueca, verdaderamente estaba ansiosa y quería esa cosa, llevaba muchas semanas diciéndoselo y él intentaba convencerlo de que no lo hiciera, aunque, en el fondo de su interior una parte de él igual anhelaba volver a sentir lo que se sentía al ingerir ese polvo blanco, había estado mucho tiempo absteniéndose, el deporte lo ayudaba, pero, si era sincero recordar la última vez que había probado eso le hacia querer volver a ingerir aquella cosa.

Suspiró.

—Está bien.— Contestó luego de unos minutos de silencio— Pero, solo un poco ¿entendido?

Sora sonrió y besó levemente sus labios.


Hikari miró a todos lados ¿Dónde estaba su hermano? ¿Dónde estaba Sora? ¿Dónde estaba Damar? ¿Dónde estaba...cualquier persona que pudiese detener eso? ¡Quería irse de aquel lugar! De un momento a otro la mesa en la cual se encontraban Henry y Ryo se había llenado de botellas con vino, latas con cerveza, unos chicos a su costado habían sacado cigarros y habían comenzado a fumar en el lugar. Rika había abierto la ventana para que él humo saliera y de repente esta comenzó a fumar algo que olía peor que los otros cigarros, y también otros chicos habían sacado unos polvos blancos que habían comenzado a aspirar por la nariz.

Se levantó de su asiento y se dirigió a la salida, pero, antes de llegar a la puerta chocó con alguien interrumpiendo su trayectoria.

—¡Ups! Disculpa.— Se adelantó a decir y al levantar la mirada se encontró con el co-capitán de Fútbol, Takuya, quién a simple vista no tenía buena cara, tenía los ojos rojos, inflamados, parecía haber estado llorando, tenía el ceño triste.

—No te preocupes.— Respondió el moreno sin interés— Hikari ¿has visto a mi hermana?

Hikari negó con la cabeza— No ¿y tú has visto a mi hermano?

—No.— Respondió Takuya.

Hikari llevó una mano a su boca y se mordió una uña— ¡Oh no! Alguien debe detener esto.— Dijo preocupada.

Takuya alzó una ceja—¿Qué cosa?— Preguntó.

—Esto.— Señaló a Ryo y sus amigos— Están sacando alcohol, drogas y cigarros.— Hikari estaba verdaderamente de los nervios— ¡Y nadie les dice algo!— Exclamó preocupada.

Takuya recorrió el lugar con su vista, habían botellas de vino y latas de cerveza en una mesa, cigarros en otra y el Ryo junto a otras personas se amontonaban al rededor de otra mesa.

—Esto no se va a poner bonito.— Hikari volteo hacia el hermano de Mimi—Takuya ¿tú podrías decirles que se detengan?

Takuya hizo una mueca ante la petición de la chica, la verdad en cualquier otro momento no hubiera dudado en detener algo así, ya que, estaban en el Internado, cualquiera podía verlos, además, habían niños de trece años en aquel lugar que no merecían presenciar eso ¡Pero! Luego de lo que había ocurrido no tenía ganas de hacer algo, mucho menos de discutir con alguien, ya mucho había tenido con Izumi y Ryo. Suspiró...solamente quería olvidar sus problemas.

Sus ojos se posaron en la mesa donde habían algunas botellas con vino y latas con cerveza—Discúlpame Hikari, pero, no puedo hacer nada.— Y fue lo único que dijo antes de acercarse al lugar que estaba observando.

Necesitaba olvidar todo.

Y el alcohol sería una buena solución.

En cambio Hikari al ver esto entró en más pánico ¿Qué iba a hacer? ¡Debía detener eso!


—Llevas todo el día ignorándome.— Damar le habló al Minamoto.

Kouji simplemente hizo una mueca y se cruzó de brazos.

—¿No vas a decir nada?— Cuestionó la castaña un tanto enfadada, ella quería arreglar las cosas, saber porque había ocurrido, ambos eran amigos, pero, ella tenía novio. Necesitaba arreglar las cosas, necesitaba saber si ella era importante para él y si eso era así entonces ¿por qué no se había declarado antes que Koichi? Quizás, no estaba enamorada de Koichi, pero, tampoco podía hacerle eso, lo estimaba mucho como para serle infiel.

—¿Qué quieres que te diga?— Preguntó el Minamoto un tanto enfadado por la actitud de la chica.

—Necesito que me expliques.— Respondió— ¿Por qué me has ignorado todo el día? ¿Por qué de repente no me das ni la hora?— Hizo una mueca—Y necesito que me expliques.— Suspiró nerviosa—¿Qué ocurrió ayer?

Kouji hizo una mueca, no quería responder, habían pasado unos minutos encerrados en ese lugar ese lugar y por poco habían tenido algo más que un simple beso— No creo que sea buena idea hablar de eso.

—¿No?—Preguntó la chica, Koichi tan solo se había ido antes de ayer por una semana ¿Qué ocurriría mañana o pasado? ¿Qué le diría al Kimura cuando volviera?— Dime ¿qué significó eso? ¿Cómo ocurrió?

¡No había sido solo un simple beso! ¡Necesitaba una explicación!

—Mejor vete a tu habitación, no quiero hablar contigo.— Respondió Kouji— Además, me duele la cabeza necesito dormir.

—No me iré de aquí sin antes que me respondas.— Damar se cruzó de brazos.

Kouji rodó los ojos, no quería hablar de eso, habían sido los mejores minutos de su vida, pero, había engañado a su hermano gemelo tan solo con eso y no estaba bien, se sentía culpable— No sucedió nada.

—¿Cómo que no?— Preguntó Damar un tanto...¿dolida?...Le estaba haciendo la desconocida, según él no había sucedido algo, pero, si había pasado.

—¡O digo! Si paso.— Corrigió Kouji— Pero, no quiero hablar de eso.

—¿Por qué no?— Cuestionó Damar.

—Porque no tiene sentido hablar de eso.— Respondió molesto— Lo que sucedió ya pasó, algo corto que deberíamos ignorar por Koichi.

Damar rodó los ojos— Por Koichi, si claro.— Pensó irónicamente— Si fuera por el tendrías el valor para hablar conmigo, no ignorar el tema.

—Bueno, es lo que te recomiendo hacer.— Respondió Kouji, sinceramente hablar de eso haría que los deseos locos de besar los labios y la piel de la chica volvieran a él, y no quería que eso sucediera, la quería, la deseaba. Pero, tristemente era la chica de su hermano gemelo.

Damar hizo una mueca— Yo pensé que verdaderamente sería importante hablar de eso.

—Pues, pensaste mal.— Respondió Kouji.

Damar bajó la mirada, estaba enfadada, enfurecida con el Minamoto por haberla ignorado todo ese día, por no ser capaz de darle la cara y decirle que había sido en verdad ese momento, gran parte de ella estaba enojada con él sin duda, pero igual se sentía...dolida. Suspiró, verdaderamente había pensado en que había significado algo para él.

—¿Enserio no quieres hablar de eso?— Preguntó la chica.

—No, así que, por favor, vete.— Le exigió el chico.

Damar apretó su puño, estaba un poco triste, levantó la mirada y Kouji pudo notar el ceño triste de la chica, evidentemente estaba decepcionada después de todas las palabras que le había dicho, eso simplemente le partía el corazón, ya que, no soportaba verla de esa forma, mucho menos sabiendo que él era el culpable. Pero, debían impedir que algo así volviera a suceder ¿no? Y si eso significaba ignorar el tema entonces lo haría.

—Bueno, entonces, me iré.— La chica volteo hacia la puerta.

—Será lo mejor.

Damar suspiró—Pero, antes de irme quiero que me respondas algo.

—¿Qué cosa?— Preguntó el Minamoto con los brazos cruzados.

—¿Lo de ayer significó algo para ti?— Preguntó la chica intentando que no se le quebrara la voz.

Kouji se mordió el labio inferior ante esta pregunta, ya que, su respuesta un rotundo sí, siempre sería un sí, porque, verdaderamente había significado algo para él, por primera vez en su vida besaba a una chica que en verdad quería, cosa que antes nunca había hecho, ya que, en toda su vida solo había estado enamorado de ella. Pero, claro, eso nunca se lo diría a ella, ya que, debía respetar que ella fuese la novia de su hermano...aunque le doliese.

—¿Sabes qué?— Damar movió la cabeza y observó al chico seriamente— No me respondas.— Suspiró— Ya me quedó claro que solo fue una diversión para ti, así como lo son las otras.— Y sin más la chica se dispuso a salir.

Kouji apretó su puño, estaba enfadado consigo mismo ¡Claro que si había sido importante! Pero, no podía admitirlo ¿Por qué? Por Koichi. Suspiró, siempre se arrepentiría no haberse arriesgado antes y ver si tenía una posibilidad con ella ¿Por qué para estas cosas no era valiente? ¿Por qué se le hacia tan difícil admitir en voz alta que estaba loco por la chica que se encontraba frente a él? ¿Cómo había permitido que Koichi se le adelantara cuando había sido él que se había interesado por la chica desde antes? Levantó la mirada, Damar estaba a unos escasos centímetros de la puerta ¿Verdaderamente la dejaría ir esta vez dejando que creyese que no era importante algo que había esperado desde que sus hormonas de adolescentes se habían comenzado a expresar?

¡No, no lo permitiría!

¡Él la quería!

Y sin esperar más, Kouji avanzó rápidamente hacia la chica y literalmente la acorraló contra la pared, cerrando la puerta tras la chica y dispuesto a hacer solo una cosa...besar sus labios.


Hikari nuevamente caminó entre las personas buscando una forma de detener esa locura ¿dónde rayos estaba Taichi?

Iba tan concentrada en sus pensamientos que nuevamente chocó con alguien, pero, esta vez no fue Takuya.

—¡Ups! Disculpa.— Se adelantó a decir y al levantar la mirada se encontró con el baterista de los Teenages Wolves.

—Miren quién es, la hermana pequeña de Taichi.— Comentó el chico.

—Ryo ¿por casualidad no has visto a mi hermano?— Preguntó.

Ryo llevó una mano a su mentón, el sabía donde estaba, la última vez que había visto al Yagami había sido cuando la Takenouchi lo había arrastrado a la cocina— Está en la cocina.— Señaló la puerta que se encontraba tras él y avanzó hacia aquel lugar haciéndole una seña a la niña para que lo siguiera. Hikari asintió y avanzó en dirección a la puerta. Al llegar Ryo abrió la puerta e Hikari se asomó a ver si estaba su hermano, pero, lo que vio fue algo muy...shockeante para ella.


Damar abrió los ojos, el besó que Kouji le había dado había sido intenso, y no fue solo una vez, ya que, el beso se había repetido varias veces, como si ambos quisiesen comerle la boca al otro. Tan intenso se había vuelto el momento que ambos se habían despojado de sus respectivas chaquetas al entrar en calor, la chica había quedado en su ombliguera con tirantes y botones.

Kouji no había tardado en comenzar a besar su cuello y sus hombros, como la noche anterior, mientras ella acariciaba su cabello. Se sentía igual que el día anterior ¡Excelente! Pero, no se había dado cuenta en cuando el chico la había tomado por la cintura y la había llevado a su habitación, y cuando ambos habían estado sumergidos en un profundo beso, habían caído sobre la cama del chico.

—K-kouji e-esto no está bien.— La chica quiso detenerse.

Kouji simplemente beso el cuello de la chica, sabía que hacer eso no estaba bien, claro que no, estaban engañando a su hermano, pero, deseaba tanto a Damar, hace años la quería solo para él, cuando sus hormonas de adolescente habían empezado a añorar los brazos de una mujer habían sido los de ella. Quería sentirla, probarla, y ese era el momento, se sentía tan bien su piel, sus labios, sus caricias en el cabello.

—Dime, pequeña ¿quieres esto?

Damar cerró los ojos con la respiración acelerada.

¿Quería eso?

Se mordió el labio inferior ¡Ella estaba de novia! ¡Con Koichi!

¡Pero!

Se sentía tan bien

¿Quería seguir con eso?

¡Para su mala suerte si!

Si quería eso.

Luego de ayer su cuerpo gritaba a gritos que los labios del Minamoto besaran su piel, que la acariciara, que la tocará, lo quería. Siempre había estado enamorada de Kouji Minamoto y ahora tenía la oportunidad de que su primera vez fuera con él.

¡Pero!

Ella estaba de novia, Koichi y Kouji eran hermanos ¡más encima gemelos! No podía actuar tan impulsivamente, los quería a ambos, no de la misma forma, pero, a ambos los estimaba como amigos y los admiraba por esa relación de hermanos.

El chico besó sus labios, luego el chico volvió a besar su cuello de la chica.

Damar abrió los ojos.

¡No podía hacer esto!

Aunque quisiera.

¡Tenía novio!

—¡No!— Se levantó prácticamente se golpe alejándose del chico— No podemos hacer esto, Kouji, yo estoy con Koichi, tu hermano.

Kouji simplemente la miró sorprendido sin saber que hacer o decir.

Damar se mordió el labio inferior y se alejó en dirección a la puerta— Tenías razón, era muy mala idea hablar de esto. Mejor ignorarlo.— Recogió su chaqueta y sin más, salió de la habitación y luego del departamento.

Kouji miró el techo e intentó calmar su respiración.

¿Qué había hecho?

Había dejado de pensar un momento y se había dejado llevar por el momento. Se maldijo por dentro. ¿Cómo había sido tan estúpido?

Y la chica simplemente había arrancado de ahí, se sentía terrible, no solo porque había engañado a su hermano, sino, porque la chica prácticamente lo había rechazado.


Hikari observó sorprendida— ¿Ese es mi hermano?— Preguntó sorprendida al ver al castaño en esas condiciones, según sus palabras las drogas no eran buenas ¿no? Le había exigido que nunca las probara, ya que, eran malas para la salud y ¡él estaba consumiendo una!

Ryo asintió— Si, él es.

Hikari retrocedió totalmente sorprendida— Está consumiendo una...

Ryo hizo una mueca— ¿Enserio creías que tu hermano no consumía esas cosas?

Hikari negó con la cabeza— No, mi hermano, siempre me había dicho que esas cosas hacían mal.

Ryo movió la cabeza— Típico.— Rodó los ojos— Intentan dar ordenes estúpidas sabiendo que ellos mismos no las cumplen.

Hikari suspiró— Takeru tenía razón.— Pensó en voz alta.

—¿Takeru?— Preguntó Ryo.

Hikari asintió— Él me había dicho que Taichi ya había consumido esas cosas, pero, no le creí.

—¿Por eso este día no andan juntos como siempre?— Preguntó el Akiyama.

Hikari asintió— Él quería probar cosas nuevas y yo le reclamé, entonces, se enfadó porque no le creí cuando dijo que Taichi igual hacia esas cosas, se sintió ofendido, y no lo culpo.— Frunció el ceño— Mi hermano verdaderamente supo como manipularme.

Ryo hizo una mueca, observando atentamente a la chica, parecía afligida al declarar esto y al instante supo que esa chica evidentemente era todavía era una niña...inocente, parecía un alma atribulada luego de saber que su hermano no era perfecto— ¿Y por qué no le devuelves con la misma moneda que te haya manipulado?

—¿Cómo?— Preguntó desconcertada.

Ryo de su chaqueta sacó un cigarro de marihuana y se lo extendió a la chica— Podrías probar y darte cuenta de que efectivamente no hacen nada de malo.

Hikari observó el cigarro sorprendida y temerosa— ¿E? Y-yo no consumo esas cosas.

—Pero, podrías consumirlas.— Contestó el Akiyama— Ya te diste cuenta que tu hermano disfruta de ellas ¿no?

—Todavía soy una niña.

—¡Oh, vamos!— Exclamó Ryo— Eso no tiene nada que ver.— Suspiró— Taichi a tu edad ya había probado estas cosas y créeme las disfruto mucho ¡Corrección! Las sigue disfrutando.

Hikari hizo una mueca, la verdad es que nunca había cuestionado los actos de su hermano, era consciente de algunas cosas en su vida, pero, nunca lo había tomado de esa perspectiva, según las palabras del Akiyama, Taichi a esa edad ya había probado esas cosas, pero, él nunca se lo había dicho, apretó los dientes al recordar que hace unos segundos lo había visto en pleno acto de ingerir drogas.

Ryo extendió el cigarro e Hikari lo tomó con su mano temblorosa— Solo debes ponerlo en tu boca, prenderlo, aspirar...—Explicó el chico— Y sentirás la magia.

La castaña asintió, aun temerosa, y con la mano temblorosa posó el cigarro en sus labios, Ryo sacó de su bolsillo un encendedor y le prendió fuego a la punta del cigarro. Hikari simplemente cerró sus ojos ante esto y obedeció el último paso de la explicación de Ryo: Aspirar.

—Disfrutalo...


Yamato besaba de una desesperada los labios de la castaña Tachikawa, como si de eso dependiera su vida, la chica correspondía a los besos del chico uno a uno. El chico la acorraló contra la pared y ella abrazó su cuello. Los labios del chico comenzaron a recorrer su cuello y la chica cerró los ojos disfrutando aquel tacto, era la mejor sensación del mundo.

Los labios de la chica besaron la mejilla del chico y esta vez fueron los labios de ella que recorrieron el cuello de él, cosa que sorprendió al rubio, pero, disfruto, los besos de la Tachikawa eran super suaves y tiernos, así como ella.

Nuevamente besó sus delicados labios y succionó su lengua. Ella comenzó acarició su cabello ¡Se sentían tan bien sus caricias!

¡Pero!

Se alejó unos centímetros de la castaña—C-creo que ya pasaron los quince minutos.— Susurró y tuvo intención de tomar la perilla de la puerta.

Mimi hizo una mueca de disgusto, no quería terminar con ese momento, se sentía tan bien. Así fue como Yamato arregló su ropa y tomó la perilla de la puerta para abrirla, pero, apenas hizo esto la puerta no se abrió, al contrario, parecía trabada. Hizo una mueca y nuevamente movió la perilla.

—¡Oh no!— Hizo una mueca— No se abre.

Mimi abrió los ojos, tomó la perilla y efectivamente no se abría— Está cerrado.

Yamato abrió los ojos— ¡Nos encerraron!— Exclamó.

Mimi llevó sus manos a su cabello buscando una pinza, pero, suspiró frustrada, luego de ducharse había dejado su cabello suelto sin ningún accesorio— ¡No tengo mis pinzas!

Yamato llevó su manos a su pantalón buscando su móvil, no estaba, no podrían llamar a nadie— ¡Oh no!


Ryo llevó sus manos a sus bolsillos y sacó el frasco donde se encontraba el líquido. Sonrió y observó el lugar, estaba lleno de humo, personas tiradas en el suelo fumando o aspirando polvos blancos, todo estaba excelente, solo faltaba algo. Se acercó a un amplificador, conecto su móvil y puso música a todo volumen.

—¡Hey!— Escuchó como alguien lo llamaba y al voltear se encontró con Rika— ¿Cuando vamos a probar esa cosa?— Señaló el líquido.

Ryo sonrio— Tranquila, primero debemos ver quién resiste una buena dosis de heroína y cocaína en polvo.

Rika se cruzó de brazos y rodó los ojos.

Ryo sacó de su chaqueta una bolsa con muchos gramos de polvo blanco y se lo extendió a la chica— ¡Impresioname!

Rika sonrió, aspirar esa cosa era simple, nunca había llegado a su límite, así que, no tenía miedo, podía consumirla libremente.


Yamato movió la perilla con fuerza, pero, fue inútil, quiso gritar, pero, había comenzado a sonar música a todo volumen, que retumbaba en las paredes de aquel lugar.

—Debí suponer que harían algo como esto.— Se lamentó Mimi— Si encerraron a Kouji y Damar ayer era lógico que lo harían con nosotros.— Llevó una mano a su cabeza— ¡Como fui tan tonta!

Yamato hizo una mueca y tomó del hombro a la chica—No fuiste tonta, el idiota fui yo, debí suponer que algo tramaban.— Frunció el ceño— ¿Dónde está el idiota de Taichi que no nos abre?

Mimi hizo una mueca— No sé.— Suspiró— Pusieron música a todo volumen ¿que crees que estarán haciendo?

Yamato suspiró— Nada bueno.

Ambos intercambiaron miradas y suspiraron.

—Lo mejor será esperar a que alguien nos abra.— Comentó Mimi.

—No creo que sea muy luego.— Respondió el rubio, ya que, por un lado al escuchar la música y algunos gritos suponía lo que estaba ocurriendo.

Mimi hizo una mueca y alzó la mirada, observó el lugar y algo llamó su atención— ¡Una ventila!— Exclamó. Yamato alzó la mirada y efectivamente había una pequeña ventila. La chica se apresuró a ella.

—No funcionará, está sellada— Preguntó el rubio.

Mimi hizo una mueca y observó al rubio— Nada perdemos con revisar.— Respondió.

En eso tenía razón.

Yamato se acercó a la chica, Mimi era muy pequeña como para alcanzar la ventila, así que, la tomó por la cintura y la alzó, la chica tiró de la rejilla de la ventila, pero, no funcionó, nuevamente hizo esto, pero, no se abrió, Mimi observó atentamente y se maldijo así misma al no haber visto los grandes tornillos que la afirmaban. Suspiró— Tienes razón, está sellada.—Tomó nuevamente de la rejilla e intentó tirar de ella con sus fuerzas, pero, fue inútil, no se abrió y debido al esfuerzo perdió el equilibrio y terminó cayendo sobre Yamato quedando a unos escasos centímetros el uno del otro.

Ambos intercambiaron miradas, estaban tan cerca, podían sentir la respiración del otro, la chica estaba montada levemente en el rubio y este presionaba su cintura. Yamato bajó su mirada a sus labios, estaba tan cerca que en un pequeño movimiento los tocaría.

Suspiró.

Mimi observó atentamente al chico, era como la semana pasada en la cual se habían besado por primera vez, pero, esta vez la posición era diferente, el presionaba su cintura y ella estaba muy abrazada a él. Observó sus labios, estaban tan cerca, quería besarlos nuevamente como lo había estado haciendo hace unos minutos, los quería.

Yamato hizo una mueca.

Estaban ahí encerrados ¿no? y evidentemente no saldrían en un buen tiempo, no perdía nada con probar en esos labios nuevamente y sin dudarlo más ambos se unieron en un profundo y apasionado beso que a diferencia de los otros que se habían dado de a poco se volvió en desespero, estaban tan cerca que en cada uno de ellos había nacido unas ganas locas de comerse mutuamente.

Yamato simplemente se dejó llevar por el beso, estaba preocupado por lo que sucedía afuera sin duda, per, estar ahí con ella verdaderamente un privilegio, la chica acomodó una de sus piernas sobre una pierna del chico. Suspiró...Bueno, si iban a estar ahí mucho tiempo podían divertirse ¿no?

Sonrió, al menos afuera estaban Taichi y Sora, así que, si algo horrible ocurría ellos estarían ahí para impedirlo ¿no?


Takeru caminó entró al lugar y al instante sintió el fuerte olor a alcohol, humo y marihuana que impregnaba el lugar. Hizo una mueca, ese olor era horrible. Buscó con la mirada a Henry, se suponía que sería algo pequeño, pero, ese lugar estaba igual o peor que la fiesta que había hecho Yamato en la casa de playa de sus padres.

—¡Takeru!— Una voz lo sacó de sus pensamientos y a sus brazos se lanzó cierta chica castaña a quién reconoció al instante, ella era Hikari, pero ¡estaba bañada en el olor de ese lugar!— ¡Al fin llegas!— Habló la chica, cosa que extraño al chico, ya que, juraría que su aliento era a marihuana y cerveza.

—Hikari ¿qué ocurrió contigo?— Preguntó el rubio sorprendido.

Hikari sonrió.

—Solamente quiso divertirse.— Una voz llamó su atención y al levantar la mirada se encontró con el chico Akiyama— Y probó un poco de esto...—Señaló un cigarro de marihuana.

Takeru abrió los ojos sorprendido— ¿Qué?— Observó a su amiga quién colgaba de su cuello— ¿Tú probaste eso?

Hikari asintió— Si.— Contestó— Y fue lo mejor del mundo.— Ladeo la cabeza.

—P-pero, si tu no aprobabas esas cosas.— Habló Takeru preocupado por el estado de su amiga— Porque Taichi.

Hikari hizo una mueca— ¡No me hables de ese infeliz!— Reclamó, con su mano derecho tocó el mentón del rubio y acercó su rostro al del chico— Tenías razón, Takeru, mi hermano no era lo que yo pensaba.— Suspiró— Lo encontré en pleno de acto con Sora, ambos estaban drogándose.

Takeru hizo una mueca ¿lo había encontrado? ¿Y como se había sentido? Evidentemente horrible como para haber tomado la iniciativa de probar esa cosa de el día anterior le había ofrecido Ryo.

—Y así fue como me di cuenta de que tenías razón.— Sonrió Hikari— Probar esta cosa no hace mal. Al contrario...— Guiñó un ojo— Es genial, nunca me había sentido tan relajada.

Takeru apretó los dientes preocupado por la chica, ella hasta ayer no era capaz de aceptar un cigarro ¡Y ahora había probado esa droga!

Ryo sonrió— Bueno, Takeru.— Habló llamando la atención del rubio— Tu amiga ya se atrevió, creo que ha llegado tu turno.— Señaló el cigarro de marihuana.

Takeru lo observó detenidamente.

—No hay nadie que te lo impida ahora.— Comentó el Akiyama— Yamato no estará aquí por un buen momento.

Observó el lugar, su hermano efectivamente no estaba.

—¿Qué sucedió con él?— Preguntó el rubio.

—Pues, él está muy feliz jugando a los quince minutos en el paraíso.— Contestó el Akiyama señalando el armario— Lleva un muy buen rato con Mimi ahí adentro.


Yamato besó a la chica, está abrió la boca dejando entrar su lengua y fue así como un baile comenzó entre las lenguas de ambos. Era agradable sentir sus labios, sin duda, era lo mejor que le había ocurrido en esos días, en esa semana, en ese mes ¡En ese año! Mimi Tachikawa se había convertido lo mejor.

El beso cada vez se hizo más apasionado, más intenso, más profundo.

En un minuto dado abrazó el frágil cuerpo de la castaña contra el suyo y sus piernas se entrelazaron quedando la chica alzada unos escasos centímetros del suelo apoyada en la pierna derecha del chico. La chica mordió su labio inferior y él sonrió.

—Estás brava hoy, princesa.— Le susurró sobre sus labios.

Mimi sonrió.

Yamato besó nuevamente el cuello de la chica, pero, esta vez sus besos comenzaron a descender hacia la clavícula de la castaña, beso esta unos cuantas veces y llegando a un punto dando su boca tuvo muchas ganas de bajar al escote de la castaña.

Mimi simplemente cerró los ojos sintiendo cada beso del chico.

Las manos del chico subieron de su cintura acariciando su espalda y el contorno de su torso, apretó los dientes al sentir como una de las manos del chico acariciaba el borde de uno de sus pechos. Yamato observó a la chica, estaba totalmente loco con su figura, era perfecta, sin duda, pero ¿ella estaría lista?

—¿Princesa?— La llamó.

—¿Si?

—¿Quieres detenerte?— Preguntó el rubio.

Mimi hizo una mueca ¿Detenerse? Se sentía muy bien como para hacer eso y la mirada azulada del chico era la de un niño ansioso, sabía que no debía detenerse, ella quería eso, de verdad, ya no podía seguir siendo esa chica tímida y anticuada, si sus amigas lo habían hecho ¿Por qué ella no? Nadie se enteraría. La respuesta de la chica fue un apasionado beso en los labios y Yamato supo lo que quería decir. Sonrió y sus mano ansiosa comenzó a acariciar de una forma posesivo uno de los pechos de la castaña. Mimi cerró los ojos se sentía tan bien esa sensación. El rubio beso nuevamente su cuello, pero, esta vez sus besos no demoraron en bajar al escote de la chica, besó el borde del escote suavemente y luego con su mano apretó con fuerza el pecho de Mimi provocando que esta dejara salir un leve gemido, el rubio repitió este acto de presionar el pecho de la chica y esta nuevamente lanzó un pequeño gemido.

Yamato sonrió, quería escucharla gemir con intensidad ¡Y sabía como hacerlo! Alzó su mirada, sus manos se dirigieron al cierre del vestido y como un niño pequeño observó a la Tachikawa esperando su aprobación. Mimi respiró agitadamente y asintió. Así fue como, Yamato bajó lentamente el cierre del vestido de la chica dejando que el vestido cayera levemente dejando ver las curvas de sus senos. Yamato besó los labios de la castaña con fuerzas y la chica alzó sus manos buscando el primer botón de la camisa del rubio, así fue como comenzó a desabrocharla y en cosa de segundos el chico estaba sin su camisa, con su torso desnudo dejando a la Tachikawa admiraba ante sus fuertes músculos, los acaricio con sus delicadas manos, estaban formados de una forma increíble.


Takeru observó el armario y luego observó el cigarro de "hierba" que le enseñaba el Akiyama.

—¡Vamos! Chico, tú ayer estabas dispuesto a probar esto ahora nadie te detiene.— Habló Ryo.

Takeru se mordió el labio inferior, él siempre había tenido curiosidad de probar esas cosas, siempre les había interesado, ya que, habían muchos en su clase ya habían ingerido sustancias y decían que era genial, pero...

—¡Hey! Takeru.— Lo llamó Henry— Tú dices que no eres un niño, ahora puedes demostrarlo.

Si, siempre decía eso, ya que, no le gustaba que lo tratasen como tal. Pero, su hermano ayer le había dicho que no ingiriera esas cosas...

—¡Vamos! Prueba.— Animó Ryo extendiendo el cigarro.

Takeru observó el lugar habían muchas personas fumando, tomando y aspirando ese polvo blanco, su mirada se posó en el cigarro que le extendía a Ryo, hizo una mueca, su hermano le había dicho que no consumiera esas cosas.

¡Su hermano!

Dirigió su mirada al armario.

¿Y si detenía esto?


El chico nuevamente la besó apasionadamente, ella le correspondió, pero, esta vez el jaló del vestido y sus pechos quedaron simplemente cubiertos por su sujetador, una mano del chico nuevamente masajeo fuertemente uno de ellos, Mimi cerró los ojos al sentir como con ese fuerte masaje Yamato retiraba el sujetador dejando a la vista sus pezones.

—Eres hermosa, princesa.— Le susurró antes de con sus ambas manos comenzar a acariciar sus pezones, luego masajear sus pechos y finalmente apretarlos provocando que la Tachikawa gimiera con intensidad, después fue la boca del chico bajó y lamió unos de sus pezones, luego lo mordio y finalmente comenzó a succionar como un niño hambriento por leche materna.

Mimi ante esto gemía cada vez más, pero, en el momento que chico clavó sus dientes en su pecho sus dientes y sus labios se clavaron en el hombro del rubio. Luego de succionar el rubio las manos del chico comenzaron a bajar, acariciando su cadera y su estomago. Quería explorar más, así que, sin esperar más bajó el resto del vestido dejándolo caer al suelo. Mimi sonrió, ella también quería ver más y sin esperar más con sus manos acaricio el muslo de la pierna del rubio y luego su mano subió al cierre de este, lo bajó y con ayuda del rubio los pantalones salieron del chico dejando al rubio solo en bóxer.

Yamato acarició su cabello y besó sus labios como una fiera, mordiendo su labio inferior y con su lengua invadiendo cada zona de su boca. Mimi acarició la espalda fuerte del rubio, pero, de repente algo llamó su atención, un movimiento extraño desde la parte baja del chico. Ella bajó su mirada sorprendida.

—Yama-san ¿e-eso es?— Preguntó sorprendida.

Yamato sonrió de lado y se acercó a su oído— ¿Ves lo que provocas en mi?

Mimi sonrió, le encantaba saber que él estaba disfrutando ese momento tanto como ella. Yamato besó nuevamente sus pechos, lamiendo a continuación sus pezones y luego la envolvió a la chica en sus fuertes brazos. Su cuerpo le estaba avisando que ya era el momento...

¡Pero antes!


—¡Vamos, Takeru! ¡Hazlo!— Hikari animó al rubio llamando su atención.

Takeru volteo hacia ella.

—Tu mismo me dijiste que querías probar cosas nuevas ¿no?— Comentó la castaña.

—Si.— Asintió el menor de los Ishida— Pero...

Henry hizo una mueca— Pero ¿qué?

—Mi hermano...

Ryo rodó los ojos y se cruzó de brazos— ¡Claro tu hermano!— Exclamó— Le tienes bastante miedo a tu hermano ¿no?

—Cobarde.— Musitó Henry.

Takeru frunció el ceño— No soy un cobarde.

—Entonces, un niño pequeño.— Habló Henry.

—¡Claro que no!— Exclamó el rubio.

—Entonces ¿por qué no la pruebas?— Preguntó Henry— Si es lo que siempre has querido.

—¿Por qué detenerte por tu hermano si él a tu edad probó esto?— Preguntó esta vez Ryo mientras prendía la punta del cigarro— Y para variar, hay fiestas en donde él las sigue consumiendo.

Takeru hizo una mueca.

—¡Vamos, Takeru!— Lo volvió a animar Hikari acariciando su rostro— Es lo que siempre has querido y ahora lo puedes probar, yo lo probé y mira, es la mejor sensación del mundo, hace que te olvides de todo.

¿De todo?

— Sobre todo de tus preocupaciones, problemas y tristezas.— Esta vez comentó Henry.

Olvidar preocupaciones, olvidar problemas, olvidar tristezas.

Olvidar tristezas.

Esa última frase resonó en su cabeza, luego de saber que sus padres los habían decepcionado de nuevo la verdad es que se había sentido terriblemente decepcionado...y triste. Pero, Yamato...

—¡Vamos! Prueba, quizás no se presente otra oportunidad...

Takeru observó el cigarro.


Yamato alzó a la chica en sus brazos y Mimi abrazó con sus piernas la cintura del chico. Yamato sonrió, eso era exactamente lo que necesitaba, así que, con la espalda pegada a la pared se dejó caer hasta el suelo dejando a la chica sobre él. Todavía no era la posición, pero, quería llegar al suelo. En un rápido movimiento giró sobre la chica y esta quedó recostada en el suelo, aquel lugar era pequeño, pero, sus cuerpos caían perfectamente, sobre todo el pequeño cuerpo de la castaña.

—¡Vamos, Takeru!— Animó Hikari— ¡Hazlo!

Takeru apretó puño.

¿Qué debía hacer?


Yamato nuevamente beso a la chica y esta vez sus manos se posaron en la última prenda de la chica. La observó detenidamente, deseaba eso con todo su ser, quería entrar en ella, quería sentir su interior, quería sin duda unir sus almas a través de ese acto, pero, ella debía estar segura. Mimi abrió los ojos al sentir como las manos del chico se posaban sobre su última prenda. Ambos se miraron a los ojos, sus respiraciones estaban agitadas, sus piernas estaban entrelazadas y los pezones de la chica hacían contacto con el torso desnudo del rubio.

Ya no había vuelta atrás.


Takeru cerró los ojos y suspiró, había tomado una decisión.

Ya no había vuelta atrás.

Extendió su mano hacia el Akiyama, tomó el cigarro, lo posó en sus labios y...aspiró.


Mimi besó los labios del chico en respuesta a lo que preguntaba su brillante mirada azul y el chico con cuidado bajó la última prenda, Mimi se tapó los ojos ante la vergüenza, pero, Yamato la besó apasionadamente para que tomase confianza. Las manos del rubio subieron nuevamente a los pechos de la chica y los volvió a masajear provocando que la chica gimiera y se olvidara de que estaba totalmente desnuda para el chico...su chico en ese minuto.

Mimi observó al chico, ahora le tocaba a él quedar desnudo, así que, sus manos bajaron al bóxer del rubio y con ayuda del mismo Yamato lo sacó dejando ver su tan excitado y erecto miembro. La castaña estiró su mano y lo acarició en la punta, luego lo apretó levemente, el rubio gimió ante esto, se sentía tan bien, las manos de la castaña eran encantadoras, la chica repitió esto provocando que el rubio dejara escapar otro gemido ronco.

¡Ahora sí!

Ambos ya estaban en confianza. Era el momento y sin esperar más, las manos de Yamato bajaron a las piernas de la chica separándolas, el rubio se levantó levemente y se preparó— Confía en mi.— Le susurró antes de efectuar el acto.

Mimi sonrió—Siempre.— Respondió.

Y sin más, el chico acomodo su miembro y entró en ella lentamente provocando que la chica lanzara un grito ante esto. Yamato respiró profundo, era la primera vez de la chica, tenía que ser sigiloso, así que, comenzó a entrar más en ella lentamente, mientras Mimi clavaba sus uñas en la espalda del chico cada vez que sentía el miembro del chico más adentro de ella.

—Tranquila princesa.— Le susurró el rubio— Estoy aquí.

El miembro del chico entró más a fondo y la chica arqueo levemente la espalda abrazando al rubio mientras una de sus uñas de clavaban en su espalda y otras en la alfombra del suelo— Yamato.— Gimió— Yamato.— Nuevamente gimió y ese nombre se repitió varias veces hasta que el miembro del chico entró completamente en ella y ambos llegaran al climax— Yamato.— Unas lágrimas cayeron de los ojos de la castaña al sentir como dentro de ella se derrumbaba, supo lo que era y no dudó en abrazar desesperada al rubio. Estaba perdiendo su pureza.

—Tranquila princesa.— Le susurró el rubio y besó con ternura sus labios.

De a poco el dolor fue cediendo, su cuerpo comenzó a aceptar al intruso, el rubio comenzó a moverse rítmicamente y en verdad Mimi comenzó a sentirse como en el cielo, era genial.

Ahora sí podía decir que era completamente suya y que él era completamente suyo...


Damar se tapó con las mantas de su cama, no se sentía bien, en lo absoluto, quizás, estaba enamorada de Kouji, pero, estaba de novia de Koichi. Ella no era tan mala como para hacerle eso a Koichi.

¡Claro que no!

Mucho menos con su hermano, primero debía hablar con Koichi.

Suspiró.

Luego de salir arrancando había estado más de media hora dando vueltas en su cama intentando dormir, pero, no podía se sentía muy mal y además, desde un lugar no sabía exactamente donde se escuchaba una música a todos volumen, así que, no podía dormir.

Se mordió el labio inferior, se levantó de su cama y abrió el cajón de un mueble, en donde se encontraba un frasco con pastillas.

Sedantes.

Hizo una mueca y los tomó, esas pastillas se las había recetado su sicóloga, ya que, era una chica muy ansiosa en general y se estresaba fácilmente por las cosas, debido a eso tomaba de vez en cuando sedantes para relajarse ¡Claro! Esto era la última opción, las tomaba cuando ya no encontraba otro método para relajarse. No abusaba de ellos solamente los tomaba cuando no daba más del estrés o ansias.

Suspiró.

Lo único que quería era dormir y olvidarse de lo que había ocurrido, verdaderamente se sentía mal, tomar esas pastillas no era bueno para la salud, en lo absoluto, pero, una pastilla en un momento como ese no le haría mal.

Hizo una mueca.

Y sin más, tomó una.


Taichi observó el techo, sentía una oleada de una placentera sensación de euforia, por sus nariz quedaba un leve dolor por lo que había aspirado el polvo, también sentía un enrojecimiento cálido de la piel y una leve sequedad bucal, pero, esas cosas ultimas dos sensaciones no importaban, ya que, la euforia y energías eran mayores. Volteo a su lado, Sora estaba con la respiración agitada, con una sonrisa, evidentemente también estaba agradada por lo que sentía.

—¿Lo ves?— Preguntó la chica volteando hacia él— No estuvo tan mal.

Taichi sonrió— Tienes razón.— Y se acercó a la chica para besar sus labios tomando de su cintura—Pero ¿sabes? Estoy muchas ganas de hacer algo.— Sin duda, necesitaba gastar toda esa energía que sentía— Digo, para utilizar todas estas energías.

Sora sonrió— ¿En qué?— Preguntó curiosa.

Y el chico besó sus labios apasionadamente, ella posó sus manos en su cuello, de a poco el beso de fue asiendo más intenso y la chica no se dio cuenta cuando Taichi pasó sus manos bajo su blusa comenzando a acariciar sus pechos— Te quiero.

Sora se mordió el labio inferior y con sus piernas rodeo la cintura del chico— Yo igual a ti.— Y sin esperar más ambos se unieron en otro pasional beso.


Takeru observó el techo, se sentía tan bien esa cosa que había probado. Hikari se recostó sobre su pecho y este acarició su cabello, sin duda, haber probado esa cosa había sido lo mejor en su vida, se sentía como si estuviera flotando en las nubes.

—Y decías que era malo probar estas cosas.— Comentó el rubio.

Hikari sonrió— Bueno, me equivoqué.— Suspiró— Tenías razón, probar cosas nuevas es bueno.— Miró el techo— Y esta cosa es lo mejor del mundo.

Ya no existía nadie, ni sus padres, ni sus hermanos, ni sus amigos, ni sus problemas ¡Mucho menos aquello que lo había hecho sentir tan mal! Su madre lo había llamado para simplemente informarle que su terapia sicológica había sido cancelada ¡Sin siquiera preguntarle como o como se sentía! Según ella tenía cosas más importantes que hacer y un llamado era lo más rápido que podía hacer para deshacerse de su responsabilidad.

Suspiró.

Esa cosa lo hacía sentirse en las nubes sin duda nunca se sentiría tan feliz como en ese momento, ya que, no estaba solo...Hikari estaba con él.

A unos escasos metros de ellos estaban Henry, Rika y Ryo, junto a otros.

Rika llevó una mano a su cabeza, estaba un poco mareada, le dolía la cabeza, tenía la boca seca, levantó la mirada, todo le daba vuelta, llevó una mano a su nariz— ¡Ay!

Ryo hizo una mueca— ¡Hey! ¿Qué te sucede Nonaka?— Sonrió— ¿Te sientes debil?

Rika hizo una mueca— ¿Débil?— Preguntó.

—Si no resistes esto ¿cómo resistirás la droga inyectable?— Preguntó el oji-azul de una forma burlona.

Rika frunció el ceño— ¡N-no estoy débil!— Reclamó— Solo tengo un poco de sed.

Henry sonrió a su lado y le extendió un vaso con licor— Toma.

Rika observó el vaso con desconfianza ¿alcohol y droga juntos? Eso era una bomba— N-no creo que sea b-buena idea.

Henry sacó la lengua— No seas cobarde, Rika.— Alzó un vaso con cerveza— Esto es lo mejor.— Y sin más, tomó un gran cantidad de cerveza.

Rika hizo una mueca, se sentía mareada, sin duda, observó a su al rededor, había un poco de humo, personas tiradas en suelo -durmiendo debido a no haber soportado tantos gramos de polvo blanco- otras tomando, era verdaderamente un chiquero. Suspiró y dirigió su mirada al vaso.

¡Ya no podían hacer nada!

Y sin más, le dio un sorbo al vaso con licor. Luego volvió su mirada a la bolsa con polvos blancos que tenía frente a ella.

—¡Vamos! Consume unos gramos más.— Animó Ryo—¡Más! ¡más!

La chica hizo una mueca y aspiró por la nariz, no se sentía bien, pero, aún no llegaba a su límite.


Y llegamos al tan esperado día.

mariacredenza02: Jajaj si Taichi encontró el día super largo. Si, pobre de mi bebé Takuya está sufriendo de verdad, tristemente estos errores les costaron su relación con Takuya, ya que, más que otra cosa Takuya se sintió decepcionado que no le haya dicho que había tenido algo con Ryo y también se decepcionó al saber el por qué estuvo con él, aún sabiendo que no era un buen chico. Ya veremos que ocurre con ellos, aunque, creo que cuando inicie la historia di unas pista de que ocurrirá entre ellos Jsjsjsjjj Ya hemos visto que ocurrió con Takeru, no quise detallar la llamada, solamente quise sacar a Takeru de la escena para que cuando volviera se encontrara con Hikari en ese estado. Yamato quería protegerlo, pero, Ryo lo logró. Rika y Ryo lo lograron, verdaderamente supieron ejecutar el plan perfectamente y tristemente, Sora se dejó influenciar. Bueno, creo que la conversación a pesar de empezar tensa se volvió muy agradable JIJIJIJI Ya veremos como sigue su relación. Me alegra saber que sigues leyendo, ojalá sigas comentando y te mando un gran abrazo a la distancia.

Guest (No me salió tu nombre, pero, creo que eres SAMY): Iba como avión para llegar a este capítulo jejej me alegra que la encuentres interesante, he mostrado un poco de Takari ya veremos como siguen ambos. Entiendo que solo hayas visto digimon adventure, sus ovas y sus películas, pero, te recomiendo ver Frontier es genial esa temporada, yo conocí Digimon por Frontier y es muy divertida, ojalá la veas jejej Y ojalá sigas leyendo y comentando esta historia. Saluditos.

dearthirlwally: Que bueno que te hayan gustado los momentos entre Yamato y Mimi, al igual que te guste la pareja entre Taichi y Sora. No importa que te tardaras, me alegra que hayas comentado al fin y al cabo.
También vi los comentarios y yo no quería que sucediera, pero, tristemente así se dieron las cosas, entiendo que piensas eso con respecto a Damar, pero, tampoco quería hacer pensar eso, solo quise plantear la situación y pues, en este capítulo creo que quedó claro en que no buscaba verdaderamente tener algo con Kouji, sino, aclarar las cosas, ya veremos que sucede con los gemelos. Si es que quería darles protagonismo pero en capítulos dedicados solo a ellos jiji Bueno, también quise plantear la situación en que Izumi se dejara llevar y ver como reaccionaban Yamato y Takuya, así como Izumi es joven Takuya también lo es, entonces, todavía no comprende mucho o no razona lo suficiente, algún día lo hará. Yo también amo el Takumi y pues, ya en el inició di pistas de lo que ocurrirá entre ellos. Acepto tus ideas, así que, te mandé un mensaje por privado, ojalá podamos hablar y ojalá sigas leyendo esta historia, un abrazo.

Adrit126: Entiendo lo que piensas de Izumi, tristemente en la adolescencia todos cometemos errores y por eso muchas veces las cosas salen mal, ya veremos como se arreglan Takuya e Izumi en el presente, ahora solo está el drama porque son jovenes, pero, ya veremos que ocurre. Me gustó que te gustara la idea de que Damar quede con Kouji, pero, ya veremos también que sucederá con ellos...¿Izumi no te agrada en esta historia o en también en Digimon Frontier? Bueno, espero, que todo vaya mejorando con respecto a su apreciación y pues, espero que sigas leyendo, comentando y te mando un abrazo a la distancia.


También quería decirles que acepto ideas, así que, me las dejan en los comentarios si tienen alguna.