Disclaimer: Las Chicas Superpoderosas no me pertenecen. Son propiedad del señor Craig y sólo él puede decir como continua la historia. Yo escribo fanfics por diversión, para entretenerme un rato y entretener a otros en el proceso. Lo hago gratis, así que sólo obtengo felicidad de esto.
Advertencias: Todos los personajes en esta historia son OoC (Out of Character). La historia está trabajada con mi headcanon de los personajes. Los OC (Original Character) que aparecen en la historia son de mi total propiedad, así que no me parece agradable que los agarren sin permiso.
La canción de acompañamiento del día de hoy es The Ballad Of Sara Berry, del musical 35mm A Musical Exhibition, pueden reproducir la canción para entrar en ambiente o escucharla, ponerle un poco de atención y luego volver.
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Capítulo 9 – The Ballad of Sara Berry
En casa Buttercup usaba una motocicleta para moverse por la ciudad, mucho antes de comentarles una mañana que dejaría de depender en sus superpoderes para todo. Blossom no terminaba de entender cuál era la fascinación de tener un vehículo propio, ella caminaba a la escuela y de regreso a casa, Bubbles seguía volando porque acortaba tiempos y podía ver los musicales pendientes en menos tiempo, durante la secundaria ella y Buttercup monopolizaban la televisión para ver sus series de anime.
No era una queja, como si alguien pidiera su opinión de todas formas, nunca pensaban en invitarla. Si no hubiera sido porque Buttercup se negó, Bubbles jamás la habría invitado al a presentación de Brodway de Cats. Odiaba ser un último recurso.
Por eso caminaba a dónde fuera que quisiera ir, si tanto insistía la gente en considerarla hasta el último para invitarla a algún lugar, ella haría que fuera imposible encontrarla. Prefería jamás enterarse de las fiestas organizadas por Bubbles y Damien en su casa, era mejor no enterarse de los pequeños conciertos que se montaban detrás del basurero, dónde la Banda Gangrena alguna vez tuvo su guarida, y todos los chicos de su clase asistían, menos ella. No era como si quisiera formar parte del grupo.
Ahora lo entendía. La sensación de libertad y poder que daba la motocicleta no podía comprarse con la capacidad de volar. Camino a la universidad, apretando los brazos entorno a la cintura de Brick comprendía porque elegiría usar una de esas, la forma en que el aire golpeaba en su rostro se sentía como si alguien estuviera llenándola de caricias, miles de diminutas manos dándole palmaditas y jugando con su cabello.
Fue imposible contener la risa cuando él puso la moto de caballito y aceleró.
Se estacionaron junto al lugar dónde Jason siempre lo hacía, temprano llamó a Alice para decirle que estarían ahí. Más tarde hablaría con ella, intentaría explicarle la situación lo mejor que pudiera, esperaba tenerlo fácil, ella ya conocía su identidad después de todo.
—¡Llegaron! —gritó la chica inglesa, saltando del banco hacia los brazos Blossom—. Empezaba a preocuparme, cuando no llegaste anoche tuve que inventar una gran cantidad de mentiras a Molly —lloriqueó doblando las rodillas, obligando a Blossom a cargar con todo su peso—. Creí que mamá era la única criatura aterradora en el mundo, ¡pero hay más como ella y me asusta!
—Lo lamento, Alice, no planeaba que las cosas salieran así.
Ella sorbió por la nariz, había genuinas lágrimas en su rostro.
—¿Eso significa que están juntos ahora? ¿Ya no tengo que fingir que no sé qué pasa con ustedes? —señaló a Brick con el dedo. El chico terminaba de acomodar la motocicleta y cubrirla con una manta, para evitar que se calentara mucho.
Blossom parpadeó.
Esa es una buena pregunta, pensó sonriendo. Si bien "hablaron" un poco la situación entre ellos, pasar el resto de la noche follando no entraba en la clasificación de aclarar las cosas. Tampoco ayudaba mucho haberse metido al mismo tiempo a la ducha.
—Todavía no tengo una respuesta para eso —confesó.
—¿Cuál es la necesidad de cerrar el asunto? —respondió Brick—. Tenemos sexo, nos conocemos desde hace tiempo. Fin de la discusión.
—¿Qué discusión y por qué no fuimos incluidos? —Kyle saltó del coche para reunirse con Blossom y Alice—. Exijo conocer la razón de la discusión.
Ella rodeó los hombros de su amigo con cariño, claro que podía explicarle la situación, Kyle podría tener asperger y encontrar complicado entender aspectos del comportamiento humano, no significaba que fuera imposible explicarle lo que era un mutuo acuerdo.
O eso pretendía.
—¡Blossom Utonio! ¿Por qué no respondes nuestras llamadas? ¡Tenemos trabajo pendiente que hacer! —la líder de las plásticas, a quien el grupo de los antipáticos llamaba Karen, jaló a Blossom del brazo arrancándola del lado de Kyle.
—No vayan a pensar que se la devolveremos, bola de ególatras —añadió la morena a quién llamaban Mónica—. Así que mejor ríndanse de una vez.
Que fácil hubiera sido deshacerse del agarre, caminar con tranquilidad hasta dónde estaban sus amigos, y decirle a las plásticas que ella se reuniría con ellas cuando lo considerara necesario. No por un trabajo escolar iba a votar a sus amigos así como así.
Tan fácil que hubiera sido.
Después de todos estos años, tiempo intentando obligarse a convencerse de sus propias virtudes, parecían haber sido para nada cuando más los necesitaba.
La llegada de Samantha para llevársela por la fuerza, fue como recibir un golpe en la boca del estómago y quedarse sin aire. No las llamaban plásticas por falta de originalidad, lo hacían por su maldita semejanza con la ideología de la película, Alice fue quién propuso los nombres de las primeras dos, ya que ninguno de ellos sabía cuál era. Excepto Samantha, no había nadie en la carrera que no conociera su nombre. Rubia de largas piernas, altura de supermodelo, caderas anchas, una fina cintura que atraía la atención de cualquiera que pasara junto a ella y pechos grandes para terminar el cliché.
La chica perfecta.
Blossom se abrazó la cintura al apartar la mirada.
Parecía ser un mensaje del universo para recordarle lo que era imposible obtener. No terminaba de comprender porque de las tres hermanas, tres niñas creadas de la misma forma, niñas que supuestamente eran iguales, ella fue la única sin desarrollarse. Buttercup era quién atraía miradas ahí por dónde pasara, ya fuera por su particular vestimenta, su plataformas o simplemente su pecho y trasero eran más interesantes. Bubbles no creció tan alta como ella, aun así ella volteaba más cuello que Blossom.
Una calurosa discusión comenzó entre Samantha y Alice, ella no escucho ninguna de sus palabras, tener a la chica de pie a unos pasos de distancia estaba afectándole más que tenerla en el asiento de atrás.
Se sintió desnuda sin una explicación lógica, quería volver al dormitorio y cambiarse de ropa, ponerse unos pantalones de lana y una sudadera, pretender que se le hizo tarde y agarró lo primero que tuvo a la mano, esconderse y continuar fingiendo. Al parecer nadie le gana cuando se trataba de mentir.
—Interesante argumento, chicas —la voz de Brick la sacó de sus pensamientos—, es una lástima que no me interese escucharlo. Ciao.
Brick rodeó sus hombros con el brazo, atrayéndola hacia su pecho y obligándola a caminar cuando él lo hizo. Las plásticas quedaron en segundo plano en cuestión de segundos, los antipáticos tardaron un poco en alcanzarlos y empezar sus quejas.
—¿Estás bien? —murmuró Brick.
—Mmhmm —intentó responder ella, sintiendo un nudo en la garganta—. No tenías por qué hacer eso —su voz salió como un gemido al terminar.
—Claro que tenía —gruñó entre dientes—, si yo no hacía algo ibas a quedarte ahí parada, lamentándote sobre lo mismo una y otra vez. ¿Me equivoco?
Blossom mordió su labio inferior. Aquello parecía un dejá vù de muy mal gusto, detestaba la sensación de volver a tener quince años, en plena explosión hormonal cuando todas las chicas a su alrededor salían en minifaldas, crops y zapatillas para pasar un fin de semana con sus amigas. Que injusta que era la vida.
—¡Hey!
Kyle se quejó al chocar con la espalda de Brick.
Quisiera o no, él conocía a Blossom mejor de lo que los dos admitían. Se detuvo al verla morderse el labio, conocía su significado y no ayudaría a sus amigos verla de esa forma, sujetó su rostro con la mano que llevaba sobre sus hombros, girándola en su dirección e inclinándose hacia ella sin pensarlo dos veces. Recorrió sus labios con la lengua, deslizándola dentro de su boca cuando la abrió.
El chillido de Jason se quedó atrapado en su garganta. Sin una verdadera oportunidad para dejarlo salir en su totalidad.
Aquel beso duro lo suficiente para poder retomar la marcha sin arruinar su ritmo.
Pronto los cinco ya se encontraban fuera del campus, en la mesa acostumbrada de la cafetería de siempre, Brick fue quién se ofreció para hacer fila y comprar las bebidas acostumbradas. Lo que dejaba a Blossom en una incómoda situación entre sus amigos. El plan era contarles las cosas que estaban pasando entre ella y Brick, ahorrarse muchos detalles pero, a grandes rasgos, ser sincera con ellos para tenerlos al tanto de su… ¿relación?
Bueno… ahora es incómodo, pensó mientras se mordía las uñas.
—Entonces —Jason rompió el silencio—, ¿vas a ponernos al día o deberíamos de empezar las apuestas?
Blossom no pudo contener la risa. Era común entre ellos hacer apuestas para casi cualquier cosa, les daba algo en lo cual ocupar su tiempo libre, ponerlos a pensar y crear discusiones amistosas que siempre eran necesarias para mantener el equilibrio. La última apuesta que tuvieron fue antes de las vacaciones, sobre si ella terminase repitiendo los mismos errores y se acostaría con alguien durante sus momentos oscuros, o sería esa la ocasión dónde la verían ponerse borracha como una cuba. Esa apuesta la ganó Jason.
—Uhm… pues no hay nada serio solam….
—Comprendemos la parte del sólo sexo, lo que queremos saber es cómo diablos pasó —cortó Kyle, inclinándose sobre la mesa. Él que siempre luchaba por no tocar más cosas de las necesarias cuando estaban fuera.
Blossom agradeció la llegada de Brick a la mesa, cada quién agarró su vaso y ella pudo distraerse con su bebida. Fingiendo que pensaba, luchando por encontrar una respuesta agradable y, más importante todavía, creíble.
Nunca hablaba sobre su vida privada, no hacía menciones del tiempo de superheroína que hizo en Townsville, mucho menos sacaba a relucir el nombre de sus hermanas. No podía, ahora, a estas alturas sólo soltar la verdad así como así, Brick era su ex de cuando estuvieron en secundaria y hasta preparatoria, porque ciertamente de manera oficial sólo fueron novios durante dos años, cinco meses y cuatro días.
—Si planeas ignorar nuestra pregunta con tu café entonces volveremos a preguntar —ella empezó a sudar.
Sentía la taladrante mirada de sus amigos, los tres concentrando su atención en ella, sin parpadear, ignorando los mensajes que llegaban a sus teléfonos (los cuales no eran muchos), ella no podía resistir mucho tiempo así. De modo que tenía exactamente tres minutos más para pensar en una excusa válida, tal vez dos minutos si Jason se impacientaba y elegía preguntarle directamente a Brick.
En su corazón esperaba que él también pensara en una mentira, sin embargo no tenía las esperanzas realmente altas para eso. Él no compartía sus motivos de conservar su vida como un secreto, los años de adolescencia y estupideces pertenecían a ella y nadie más.
—Brick, ¿cómo diablos es que ustedes terminaron juntos? —muy tarde.
Blossom se atragantó con el café, de inmediato bajó la mirada a la mesa. No se trataba de autocontrol o algo así, la cosa era que desde hace unos años, mientras más nerviosa se ponía existían mayores probabilidades de empezar a lanzar rayos asesinos por los ojos. Ignorar la realidad era su manera de controlar su respiración y disminuir los latidos de su corazón. Por el rabillo del ojo observó la reacción de Brick.
—Salíamos en preparatoria.
Dentro de su cabeza, Blossom escuchó como una parte de su cordura se quebró en millones de pedazos. Si hubiera podido mirar la madera con mayor intensidad, lo hubiera hecho. Así como descubrió la capacidad de empezar a congelar cosas sin tener que soplar sobre ellas directamente, nada más haciendo un gran esfuerzo por concentrarse en el lugar que quería convertir en bloque de hielo, hizo lo mismo para sus venas. Reduciendo la velocidad con que avanzaba.
—Que aburrido, yo estaba esperando una plática extensaaaaaa —lloriqueó Alice, recostándose en la mesa—. Ya saben, algo sobre descubrir que realmente eran doppelgänger o algo así, que después de verse obligados convivir por cinco meses algo despertó en ustedes y no sé… se lanzaron el uno al otro mutuamente.
¿Qué?
Jason asintió al cruzarse de brazos, tenía el ceño fruncido.
—Yo también estaba esperando una historia más detallada, escapadas a escondidas sin verdaderas intenciones que terminaban en una intensa tensión sexual demandando por romperse… —bufó, jalando el vaso de té para vaciar la mitad de su contenido—. Mejor hubiéramos hecho apuestas, era más divertido.
¿QUÉ?
—¿Acaso soy un puto entretenimiento para ustedes? —gruñó Brick, él no ordenó nada para beber, en su lugar tenía un enorme sándwich.
—Algo así, no pasan muchas cosas interesantes en clase, nos tenemos que entretener de alguna forma —respondió Kyle, tomando el teléfono de sus amigos, empezaba el momento de mejorar sus campeones.
—¿No están molestos conmigo? —murmuró Blossom, su piel se coloreaba nuevamente, luego de haberse puesto repentinamente pálida—. ¿No les molesta que nunca les haya dicho nada?
Los tres intercambiaron una mirada, antes de alzarse de hombros.
—Yo asumí que fue una época oscura en tu vida, ya sabes, chica lista, primera de la clase, lo normal para ser el eslabón más débil —comentó Jason—. Yo tampoco habló mucho de mis años adolescentes, ustedes nunca preguntan y yo respeto eso.
—Yo era la chica rica con frenos y la cara llena de granos durante esos años, tenía tanto miedo de que la gente se burlara de mí que nunca asistía a clase. Mi papá terminó por contratar tutores privados porque reprobaba cada clase —Alice se interpuso en el camino de Brick y su nueva orden de comida, llevándosela a su lado de la mesa—. Mi terapeuta dice que no es saludable no hablar de mis traumas, pero igual lo hago.
Blossom relajó los hombros.
Envolvió su café con las manos, ahora tibias y no congeladas, observando la espuma lentamente desaparecer y crear hoyos de forma irregular.
A esas alturas ya no se sentía tan afectada por haber montado una película dentro de su mente, su terapeuta insistía en lo mismo dos veces por semana, empezar a pensar en lo que otras personas podrían decir o cuál podría ser su reacción cuando finalmente se decidiera a decir las cosas que mantenía encerradas dentro de su cabeza. Al final del día, la única forma de confirmar realmente, si sus amigos la odiarían o no por jamás hablar sobre su familia y luego aparecer con un ex, era hablándolo con ellos.
—Vaya… como siempre me angustio por cosas que no han pasado.
Kyle empujó el teléfono hacia ella.
—Ya nos acostumbramos, aunque sigues ignorando nuestra recomendación de cómo mejorar eso… —Kyle frunció el ceño a la pantalla del juego—, bueno, tampoco escuchas a tu psicólogo, ¿por qué hacerle caso a tus amigos que tampoco hacen todo lo que el psicólogo les dice?
Alice soltó una carcajada al escucharlo. Brick sonrió pasando un brazo sobre los hombros de Blossom. Ahora que ellos ya conocían la verdad sobre su "relación", no se sentía tan incómoda al tenerlo a su lado.
En el exterior, y en lo que se refería a su imagen pública con el resto de sus compañeros, ellos sólo eran el grupo de personas que se sentían elitistas, listos sin necesidad de estudiar o poner atención a clase. A ella no le molestaba, la opinión de otros en ese aspecto no le molestaba, les daban razones a ellos para seguirse sintiendo superiores. Ninguno de ellos les creería si llegaban a escuchar ese tipo de conversaciones. Los cuatro tenían reuniones con sus respectivos terapeutas, por sus propios motivos.
Lo aceptaban, se respetaban y Magnus los llevaba a comer un helado cuando terminaban, aunque fuera en días diferentes.
—En resumidas cuentas, ninguno de ustedes está mentalmente sano —señaló Brick, buscando recuperar su comida de las ávidas manos de Alice.
Jason pareció pensar en su respuesta, una mesera se acercó a preguntar si querían algo más y Brick ordenó otra ración más de sándwiches.
—Mentalmente sanos; seguro que sí. Emocionalmente libres de daños y traumas; neh.
Kyle devolvió los teléfonos de Alice y Jason antes de concentrarse en el de Brick.
—Está ese asunto del humano y que no es perfecto, y bla, bla, bla —alargó el brazo hacia la orden de papas fritas de Jason—. Estupideces que dice la gente.
El resto de la conversación fue más tranquila después de eso, una guerra por ver quién era capaz de comer más y robarle más comida al otro, comenzó entre Brick y Alice. Ella hacía eso con sus amigos todo el tiempo, especialmente Blossom quién nunca se terminaba lo que pedía por andar preocupada por las clases. De modo que pensó que podría hacer lo mismo con él. Fue emocionante para los otros tres descubrir quién sería capaz de resistir.
Blossom tenía sus propias suposiciones, solamente observando el comportamiento de sus amigos, Alice podría ser una humana normal, estatura promedio, muy delgada para la absurda cantidad de comida que ingería por día, un rubio que parecía blanco y acento inglés para envidiarlo. Pero si había algo en ella digno de ser admirado, era su determinación y capacidad de manipular a otros sin que estos se dieran cuenta. No era casualidad o traumas en común lo que mantenía su grupo de amigos tan unido, era ella. La chica que los arrastró durante todo el primer semestre a reuniones para decidir cuál sería su proyecto.
Al final, cuando Brick tuvo que resistir la tentación de golpear su mano y alejarla de su comida, eligió empujar el plato en su dirección. Su atención volvía a concentrarse en mantener el brazo recargado sobre los hombros de Blossom, mirando la mesa con la esperanza de que algo emocionante fuera a pasar.
—Y yo que pensaba que ibas a resistir…
Los otros dos chicos movieron la cabeza, concordando con el comentario de la pelirroja. Kyle sujetó con ambas manos su vaso de malteada, concentrando toda su atención en el popote para sorber con insistencia.
—Alice tiene ese efecto en la gente, o te convence con sus ojos llorones o manipula tu voluntad sin que te des cuenta —Jason revisó su teléfono luego de haber recibido una notificación—. Brick ha convivido el tiempo suficiente con ella para no notar cuando está comportándose como una… ¿cuál es la expresión que usas, Bloss? —dejó el aparato sobre la mesa, con la pantalla hacia abajo.
—Una pequeña alimaña con voz autoritaria —respondió, robando uno de los sándwiches que eran de Brick.
La aludida sonrió, agitando su cabello en el aire con dignidad. Si alguien más la llamaba de esa forma respondía con gruñidos y coloridos insultos. A sus amigos les permitía hablarle así porque al final del día, eran sus amigos quienes buscaban cualquier excusa para recriminarle su actitud manipuladora. Sólo para terminar cumpliendo sus caprichos.
—Vaya… voy a reclamar mi revancha —Alice se recostó sobre la mesa, protegiendo su alimento—. Con algo que valga la lucha —Brick volvió a recostarse en el asiento.
Siguiendo el instinto de varios años haciendo lo mismo, Blossom imitó su movimiento recargándose en su pecho, recostando la cabeza en uno de sus hombros.
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—¿Tienen todo lo que necesitan? —preguntó el profesor Utonio por enésima vez en la última media hora, acomodándose la corbata—. ¿No necesitan que deje algo para ustedes, tienen suficiente dinero? —arrugó el ceño al descubrir que se hizo mal el nudo, deshaciéndolo para volver a iniciar.
Buttercup bajó la mirada a su plato de cereal, tratando de no hacer gestos o una señal que se consideraría grosera. Bubbles intentó contener la risa, no era común ver al profesor actuar de un modo tan nervioso.
—Estamos bien, profesor, no necesita preocuparse —intentó tranquilizarlo Bubbles.
Los fines de semana acostumbraban a sentarse los tres a la mesa, cada quien comía el platillo a su elección para empezar a charlar sobre lo que fuera que estuviera sucediendo. Buttercup normalmente comentaba lo aburrido que le parecía su trabajo de medio tiempo, podría decir algo sobre los niños, o los adolescentes que llegaban por las clases antes de concluir con un comentario sobre ella y Mitch trabajando en una canción original. Bubbles, por otro lado dedicaba el resto del desayuno a explicar a profundidad su obsesión del momento, ya fuera un musical convertido en película o en futuro estreno para convencer a su familia de viajar con ella hasta Brodway y ver el estreno.
Esa mañana en particular, no podían seguir la rutina y tomar turnos para conversar, el profesor iba con el tiempo corto para ir a convención a la que debía de ser uno de los presentadores. Los nervios y constante necesidad de recordar las palabras exactas de su monologo, ninguna de las dos quería interrumpirlo.
—¿Seguras? Puedo quedarme un poco si acaso…
—Profesor —Buttercup alzó la voz, cuidando de no gritar—, somos perfectamente capaces de sobrevivir unos días a base de brownies —bromeó cuando Bubbles hinchó el pecho con orgullo—. Quizá algunos días compensemos con pizza.
Incapaz de poder comprender que una de sus hijas bromeaba, el profesor salió de la cocina para buscar su maletín y corroborar que tenía las maletas listas.
—Estará bien —intentó liberar la tensión Bubbles—, en cuanto suba al avión se le irán las preocupaciones. La última vez que salió durante varios días fue antes de que Blossom se mudara.
—El término que estás buscando es: largarse.
Bubbles suspiró, dejando caer su rebanada de pan tostado sobre el plato.
—El término que estoy buscando no lo diré, porque quiero a mi hermana.
—¡Ya me voy! Cualquier cosa que necesiten sólo llámenme —gritó el profesor desde la puerta. Antes de escucharse el golpe de la madera azotándose.
La casa permaneció callada los siguientes minutos, lo único capaz de escucharse era el crujido de Buttercup al masticar el cereal, y el raspado como una lija del cuchillo de mantequilla una y otra vez sobre el pan tostado. Ninguna las dos quería romper el silencio, hacerlo significaría pedir disculpas, aquello era terreno peligroso, no porque Butter a base de gritos y agujerar una pared con el puño hubiera dejado en claro que, para ella, Blossom no era más que una egoísta buena para nada. Y Bubbles, a punto de destruir todos los cristales de la casa, le recriminó el referirse a su hermana de esa forma.
No eran las formas.
Ya llevaban unos días sin recibir más correspondencia siniestra, la última caja que abrieron con Butch junto a ellas fue (esperaban) la última. El contenido era el mismo, viejas guías amarillas con un mensaje oculto y al final una fotografía. Buttercup les dio la espalda al reconocer el rostro de Blossom, marchándose para irse a practicar su música con Mitch, el Rowdy se quedó a su lado hasta descubrir el mensaje oculto. Quizá fue unir los tres papeles que tenía guardados con ese, puede que haya sido la fotografía de esa ocasión, no lo sabría, pero fuera lo que fuere obligó a Butch dar media vuelta y decirle que debía reunirse con sus hermanos.
Bubbles todavía quería saber lo que ocurría, ¿por qué los Rowdy debían de reunirse en el lugar dónde Blossom vivía? ¿Qué había allá tan interesante para tenerlos alejados de... casa? Lo peor de todo era pensar que su hermana tenía razón, Blossom sí era egoísta.
Ella ni siquiera se llevaba bien con los chicos, durante toda la secundaria e incluso los últimos años de preparatoria fueron ellas quienes convivían constantemente con ellos, Buttercup y Bubbles, nunca Blossom. Siempre estaba ocupada con sus estudios, estaba tan obsesionada con ser la mejor en todo que no tenía tiempo para sus amigos o su familia. Lo peor de todo era cuando las trataba como estúpidas. Igual al segundo año de preparatoria, cuando todos reprobaron un importante examen de química, excepto ella, y todos se vieron obligados a sufrir escuela de verano, excepto ella. Mientras todos vivían el peor verano de todos la señorita perfecta podía quedarse en casa, ¿por qué los chicos se interesarían en ella ahora?
—Sé que esperas que un día llame y pregunte si estamos bien —rompió el silencio Buttercup—, pero no lo hará. Es evidente que no desea volver a saber de nosotros.
La respuesta automática de Bubbles era «claro que sí, sólo está ocupada», pero ya no estaba segura de eso. Recordaba la última fotografía muy bien, el texto en la parte de atrás decía "catorce meses", en esa ocasión su hermana salía de frente a la cámara, cubriéndose el rostro con una mano como si quisiera evitar salir en la toma. Junto a ella estaba la misma chica de las otras, la rubia de enormes ojos azules y piel casi tan blanca como la suya, un bloque de hielo en un cuerpo de muñeca. Blossom se consiguió un reemplazo.
—Tal vez —admitió finalmente, empujando el plato de comida a otro lado—. De todas formas no puedo evitar preguntarme, ¿por qué Butch se comportó así?
Buttercup se detuvo a medio camino al lavabo, con los trastes balanceándose en sus manos.
—¿A qué te refieres?
—Oh, claro, te fuiste —murmuró Bubbles—. Con la última caja misteriosa que recibimos Butch se comportó algo extraño, casi como si supiera lo que sucedía y luego de la nada, se levantó del sillón diciendo que debía hablar con sus hermanos de inmediato. Se marchó volando y no he escuchado de él desde entonces.
El nuevo silencio resultó incómodo.
Buttercup seguía de pie, sin moverse o querer dar señales de ser abordada con preguntas, lo que obligó a su hermana a quedarse sentada, apretando las manos entre sus piernas para resistir la tentación de picarle las mejillas.
—¿Vio la foto y dijo que debía hablar con sus hermanos?
Bubbles agitó la cabeza tan rápido que su cuello tronó.
—Eso no tiene ningún sentido, yo me acostaba con ese tipo cuando teníamos quince años, yo sabría si la estirada de Blossom alguna vez habló con ellos —soltó una carcajada, destruyendo los trastes al arrojarlos al lavabo—. Pasaba las noches en su departamento, es imposible que no supiera si se relacionaban con ella.
La rubia alzó los hombros hasta tocar sus orejas.
—Solo comparto los hechos como sucedieron, como los recuerdo.
La nariz arrugada y los ojos brillando con deseo de hacerle un agujero en la frente fue suficiente para callarse.
—¿Para que supones que sean las fotografías?
El gruñido que surgió de la garganta de Buttercup hizo retumbar la cocina, era un gesto animal y casi primitivo que la chica desarrolló a lo largo de los años, cuando todavía era superheroína, lo usaba como advertencia para los criminales. Les asustaba al punto de orinar sus pantalones y ponerse a llorar. Aunque ella no se orinó, tuvo miedo atravesar las paredes hasta la casa de Robín catorce calles abajo.
—No puedes sólo dejar morir el asunto, ¿verdad?
—Es que todo esto me parece muy raro —saltó del banquillo, plantándose frente a Butter—. ¿Por qué ahora? No es sólo desde que se fue a Harvard, han sido ya muchos años desde la última vez que las tres convivimos, que estuvimos realmente juntas, así que ¿cuál es la diferencia ahora? ¿Qué vuelve este tiempo tan especial?
Esta vez, cuando su hermana suspiró, dejó caer los hombros y se cubrió el rostro con las manos.
—No lo sé, Bubbs, y de verdad no quiero saber.
Buttercup ya había salido de la cocina cuando tocaron la puerta, estaba en su habitación seguramente tomando una ducha, escuchaba el eco distante de las bocinas. Con el historial del mes anterior, Bubbles se debatió durante varios minutos la decisión de abrir, podía ser una nueva y aterradora caja, una con un contenido mas amenazador que guías amarillas y fotografías. O una visita de verdad que quería hablar con ellas.
La segunda vez que tocaron, se armó de valor.
—¿Diga?
—Bubbs, soy yo, ¿puedo pasar?
Una extraña sensación de paz rodeó su cuerpo como una ola del mar, era Robín. Nada más su amiga desde años.
—Pasa, perdona por dejarte esperando estoy… bastante paranoica.
—Es por Damien, ¿cierto?
¿Qué?
Bubbs agradeció estar de espaldas a Robín, colocando el seguro en la puerta.
—No tienes que angustiarte por ese… tipo, Mitch y yo tenemos todo bajo control. Cualquier estupidez que quiera decir, o cualquier rumor que quiera esparcir desaparecerá antes de llegar muy lejos.
¿Damien había estado diciendo cosas?
—Además Butch me hizo un favorcillo antes de marcharse, aún si Damien intenta algo, no llegará muy lejos.
Robín fue a recostarse en el sillón como acostumbraba, encendió la televisión buscando una película ridícula y romántica para ver, después de todo era tradición.
Down on your knees before the Queen
Los viernes por la noche, mientras Blossom se concentraba en (ugh) estudiar para los exámenes, Bubbles, Buttercup y Robín arrimaban los sillones hacia el centro de la sala, creando así una cama para cinco personas, acomodaban los cojines en los extremos, la parte de arriba dónde pondrían sus cabezas y luego Bubbles subiría a su habitación para bajar todas sus cobijas, la planta baja era muy fría, aunque encendieran la chimenea.
Buttercup se encargaba de las bebidas y la botana, insistía en conocer el mejor lugar de la ciudad para conseguir autenticas botanas japonesas, su intercambio sería dentro de unas semanas, quería preparar a sus amigas para todos los obsequios que les enviaría. Así que sólo tomó una hora ir al lugar, comprar provisiones y volver a casa. Acomodó las bolsas en el centro del sillón, estuvieran sentadas o recostadas las tres tendrían acceso a la comida y podían escoger su bebida. Para que no se les atorara nada en la garganta.
Our Sara's Senior Year, and Queen was her claim
Ella estaba terminando de tender la enorme cama, atorando la sábana de cajón en las orillas cuando escuchó el rechinido de la madera, las escaleras siempre hacían ese ruido cuando alguien bajaba, resultaba horriblemente molesto. Levantó la cabeza esperando ver al profesor, disculpándose por interrumpir su noche de chicas, no estaba preparada para la expresión en blanco de Blossom, mirando el lugar como si no comprendiera lo que sucedía. Su cabello iba sujeto en una trenza que le colgaba en la espalda, nada parecido a la apretada cola de caballo usual en ella.
—¿Qué es esto? —preguntó, de pie en el centro de las escaleras.
Bubbs suspiró.
—Una pijamada —obvió señalando la televisión y la comida.
—Oh —Blossom hizo un gesto de bajar el resto del camino.
—Por favor no lo arruines, sé que es noche escolar y mañana hay un examen, ¡danos un respiro! —chilló la rubia, jalando los cordones de su sudadera—. No todos vivimos por el estudio, hermanita.
You taste the silver, Sara! You taste the crown!
You thirst for blood from the roses in hand.
—Por supuesto, no las obligaría a seguir mis ritmos de trabajo —Blossom sonrió, terminando de bajar la escalera.
—¿Y ahora qué? —se quejó Buttercup, saliendo de la cocina.
—Nada, disfruten su pijamada. Si me necesitan estaré en la biblioteca.
As they Crown you Queen of High School Land
Las chicas se apilaron en el sillón, quejándose de la falta de espacio para recostarse como querían, boca abajo, boca arriba, con las piernas pegadas a la pared. Su risa pronto llenó todo el salón, tan solo opacándose cuando la película inició, la cortinilla de la productora y el comienzo de los créditos.
Su preocupación por olvidarse del examen era tan grande que ninguna cuestionó a Blossom, no había nada extraño en que su hermana fuera a la biblioteca, ella seguía quejándose que en casa había mucho ruido para concentrarse. Ni aunque fueran casi las nueve de la noche pensaron en que tal vez, sólo tal vez, estuviera mintiendo.
She shoved her squad, her clique and boyfriend behind—
Still one-leg Julie held to the lead. (Poor, poor, Julie)
Al romance favorito de Robín, "Tienes un e-mail" le siguió la comedia de todos los tiempo de Buttercup, "50 primeras citas" para terminar con una elección aleatoria de Bubbles. El ciclo se repetía hasta que no quedara ninguna superviviente, la última en quedarse dormida podría reclamar la victoria y al día siguiente conseguir un helado gratis. Sus competencias duraban horas, una ocasión se quedaron despiertas hasta el día siguiente.
No fue así esa noche.
Vagamente Bubbles recordaba mirar el reloj, eran ya las dos con quince de la mañana, Robín se quedó dormida a la mitad de "Socios y sabuesos" y Buttercup luchaba por seguir despierta. Ella se rindió al acomodarse junto a Robín, preguntándose cuánto tiempo planeaba seguir en la biblioteca Blossom.
You taste the silver, Sara! You taste the Crown.
—¿Tienes ganas de ver una de nuestras clásicas? —preguntó Robín, apretando un cojín contra su pecho. Buttercup saltaba del segundo piso para aterrizar con suavidad junto a ella, todavía tenía el cabello mojado.
You thirst for blood from the roses in hand.
—Mejor deberías poner algo con… violencia, las clásicas son para la noche —Buttercup le quitó el control de la mano, buscando algo de su gusto.
You spoil for sash and scepter, music to dance,
—¡Butter! Sabes que no digiero muy bien el exceso de violencia que a ti te gusta —advirtió Robín, golpeándola en el rostro con el cojín.
—Bien, pondré algo de acción normal, ¿tienes alguna elección, Bubbs?
As they Crown you Queen of High School Land.
Bubbles tuvo nauseas en el instante que lo comprendió. Se aferró al marco de la puerta cubriéndose la boca para controlar las arcadas.
No era una cuestión de tiempo. No se trataba de si se llevaban bien o se llevaban mal.
Down on your knees before the Queen
Ellas provocaron su distanciamiento. Fue culpa de su desesperado deseo de ser normales, aceptadas y formar parte de un grupo lo que destruyó su relación.
Down on your knees before the Queen
Y alguien se estaba burlando de ellas.
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Henlo, hens!
Ahm… bueno, this is akward, no sé qué quiero decir. Supongo que este ha sido uno de mis capítulos favoritos, me gusta el ritmo y vaya, ese salto de tiempo me salió precioso.
Ah, claro, weviews, antes de olvidarlo.
Miss Purpule24: bienvenida~ me alegra que te agrada mi narrativa, han sido… muchos años de escribir y no publicar y algunas publicar para llegar a un punto dónde me agrade. ¡Y que siga creciendo el suspenso! En parte es mi objetivo principal, ¿de que otra forma puedo tenerlos aquí esperando por más? Ojala esta parte haya aclarado tus dudas, y creado más.
Aidil: :') gracias, creo que me hace más feliz ver mi mejora como escritora que otra cosa.
Bienvenida de nuevo (?) nunca pude responder a tu comentario en la versión original de Criminal, pero me alegra que la versión 2.0 también te guste mucho. No te preocupes por que haya un malentendido, yo también le tengo un gran cariño a ese fic, por eso mismo decidí conservarlo y no borrar la historia, o sustituir todos los capítulos por los nuevos. Fue mi primer fanfic en forma en el fandom y no lo quiero borrar. También ayuda a mantener separados los dos proyectos. Espero que el capítulo haya sido de tu agrado.
Espero que les haya gustado el capítulo, si fue así ¡yupi! Se que se está perdiendo la cultura del review, pero al menos digan que les parece, quiero escuchar sus palabras o quejas uwu.
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A gremlin with librarian glasses
