Disclaimer: Las Chicas Super Poderosas no me pertenecen. Son propiedad del señor Craig y sólo él puede decir como continua la historia. Yo escribo fanfics por diversión, para entretenerme un rato y entretener a otros en el proceso. Lo hago gratis, así que sólo obtengo felicidad de esto.

Advertencias: Todos los personajes en esta historia son OoC (Out of Character). La historia está trabajada con mi headcanon de los personajes. Los OC (Original Character) que aparecen en la historia son de mi total propiedad, así que no me parece agradable que los agarren sin permiso.

Nuestra canción del día de hoy es I'd rather be me, del musical Mean Girls. No hay un momento para reproducir, en realidad es para todo el capítulo.

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Capítulo 12 — I'd rather be me

—Y es por eso que, desde este instante, la seguridad y protección de esta ciudad queda a manos de personas capacitadas para eso.

Las voces se alzaron en un ruidoso barullo tan pronto la chica bajó del podio, los reporteros intentaron acorralarla antes de poder alejarse, atacándola con preguntas, pegando sus micrófonos en su nariz y golpeándole el rostro con molesta insistencia.

Era evidente lo que intentaba conseguir de ella con eso, molestarla. Querían llevarla al límite para soltar su lengua, no les importaba si sus acciones eran inapropiadas, eran reporteros, acosar a una niña de doce años era un juego de todos los días para llevar a la televisión la mejor noticia de todas. Todos quería ser el afortunado en publicar la verdad detrás de la "renuncia" de la más agresiva de las super heroínas de la ciudad.

—¿Es verdad el rumor que circulaba las calles?

—¿Tiene alguna relación con tus reuniones con la Banda Gangrena?

—¡Buttercup, Buttercup!

—¿Qué es lo que piensas de los rumores que corren sobre ti?

—¿Es verdad que abortaste?

Ella siguió caminando hasta alejarse de la multitud, manteniendo sus manos apretadas firmemente contra las piernas. Cada paso era más difícil al anterior, apretar los dientes para mantenerse callada y no responder con insultos se estaba convirtiendo en una tarea casi imposible de lograr. Alzó las manos al cielo cuando sintió un tirón en la muñeca, apresurándose a alanzar el vuelo y alejarse.

Sabía muy bien que no estaría segura en casa, seguramente el lugar ya estaba lleno de reporteros, esperando verla llegar para seguir molestándola con más preguntas.

¡Malditos reporteros, de mierda!

Se sentó en lo alto del único rascacielos de Townsville, enterrando la cabeza en sus rodillas.

Cuando lo habló con sus hermanas, el día que les planteó la posibilidad de renunciar a ser super heroínas, Bubbles se rió de ella. Su respuesta fue que era imposible, ellas nacieron con ese único propósito, debían de ser las heroínas de Townsville, porque si no estaban ellas para protegerlos, ¿quién mantendría el orden en la ciudad?

—¡Los putos policías, por supuesto! —gritó, levantándose del sillón.

—P-pero… ellos son humanos, ¿qué pueden hacer contra los monstruos? —Bubbles miró a Blossom, buscando apoyo.

—No ha habido un ataque de monstruos en años, Bubbles. La señorita Bellum puso en acción el bloqueo de la isla desde hace tiempo —Buttercup apretó los puños.

—¿Y qué me dices de los villanos? La policía no puede luchar contra Mojo Jojo, ¡o los chicos! ¿Quieres dejarles esa pesada carga a ellos? —la rubia también se levantó, frunciendo el ceño.

—¿En serio? Mojo Jojo ni siquiera ha salido del volcán ¡desde que iniciamos la secundaria! ¿Y los chicos? Creo que están tan hartos como nosotras del juego del ratón y el gato.

Bubbles buscó ayuda con desesperación en su hermana, Blossom se había quedado callada desde el inicio de su discusión, lo que fuera que tuviera en las manos era mucho más importante que Buttercup, decidiendo darles la espalda.

—¡Blossy, dile algo! —gimió, su voz se alzó hasta quebrar las ventanas.

—Yo… yo… yo creo que si eso te hace feliz debes hacerlo, Buttercup.

—¿Qué? —Bubbles retrocedió, como si alguien la hubiera abofeteado.

—Bueno, todo lo que ha dicho es verdad. La isla de los monstruos está clausurada y bajo vigilancia constante, el último "villano" contra el que luchamos fue Peludito porque olvidó su banjo en la lavandería, y él no ha salido del bosque en mucho tiempo —sin levantarse del sillón, Blossom le sonrió a su hermana—. Yo digo que lo hagas, Buttercup. No es justo que nosotras siempre seamos lo que esta ciudad necesita.

Al salir corriendo su hermana de casa, azotando todas las puertas que encontró en su camino, dejó a las dos chicas preguntándose seriamente si tomaron la mejor decisión. No era un tema de conversación habitual en ellas, en realidad, desde su último cumpleaños no pasaban tanto tiempo juntas como antes. Estaban obligadas a compartir habitación, aunque eran conscientes de que cada una empezaba a crecer y tener sus ideologías propias.

Lo que el profesor temió durante tantos años.

Sus adoradas niñas estaban creciendo.

Buttercup llevaba la delantera de las tres. Una tarde en casa de la señorita Bellum le ayudó a entender que su cuerpo no debía de ser un objeto sexual de los hombres, o mujeres, ella podía aprovechar de sus poderes para obligar a otros a respetarla no sólo por ser una super heroína, pero una mujer y menor de edad. Bubbles no quiso asistir con Blossom y Buttercup a la reunión, insistiendo en que seguirían tratándolas de la misma forma.

Casi quería que su hermana estuviera en la cima del edificio con ella en ese instante, deseaba mostrarle lo MUCHO que eran respetadas en la ciudad. Lo peor de todo era que no estaba segura de porque quería llorar. Uno de esos desgraciados se atrevió a tocarle el trasero antes de marcharse, debía de haber hecho algo al respecto, responder como era necesario, romperle todos los dientes y ofrecérselos al hada de los dientes. Pero no lo hizo, sólo pudo quedarse de pie temblando.

Término por entregarse a las lágrimas.

—Te encontré —Blossom se acomodó a su lado, cubriendo sus piernas con la falda del uniforme—. ¿Cómo estás?

—Jodida… ¿es que no lo ves? —Blossom soltó una risa nerviosa.

—Lo cierto es… nunca he podido adivinar cómo se siente la otra persona —rascó su mejilla en un gesto nervioso, Buttercup adivinó que lo hacía constante, tenía la piel irritada—. Oh, debería decirte, rompí las cámaras de esos reporteros. Diciendo que habían violado la… umm… —Buttercup observó como el cerebro de su hermana trabajaba a su máxima capacidad—, la ley de protección personal de privacidad super de la sección… umm, algo. No recuerdo muy bien lo que me inventé en ese momento, pero los asustó lo suficiente para no volver a acercarse a ti.

Buttercup se limpió la nariz con el dorso de su mano.

—Gracias —murmuró.

—No —se apresuró a responder su hermana—. No, no, para nada, Butter, gracias a ti, yo también estuve preguntándome un tiempo, si quería seguir siendo la super heroína de la ciudad toda mi vida. Gracias a ti por tener valor de hacer lo que quieras —acurrucó a su hermana en su pecho, protegiéndola el resto del mundo—. En casos así sólo nos tenemos a nosotras y a nadie más.

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Bubbles fue a unirse con el resto de las chicas en el campo, el próximo partido de la escuela sería en poco tiempo y necesitaban la mejor coordinación. En momentos como este se preguntaba si no hubiera sido mejor aceptar el puesto, ser una flyer y no base la pirámide. Ella podía volar, todas las piruetas que ella hiciera serían mejores. También tenía excesiva fuerza, cuando nadie podía continuar soportando el peso de las demás chicas, Bubbles brillaba siendo la última porrista en pie.

Aunque, por alguna razón, no fue inmediatamente con ellas.

En las gradas, dónde todos los chicos populares se reunían para… bueno, hacer cosas de populares, tuvo la sensación de haber visto a su hermana, a Blossom y Brick escondidos justo debajo dónde Mitch y Buttercup bromeaban. Puede que sólo haya sido una ilusión, un extraño juego de luces (estaba mirando hacia el sol después de todo), pero creyó haberlos visto besarse.

—¡Bubby, apúrate! La práctica ya empezó.

—Lo siento, Heather, ya voy.

Recogió sus pompones de la maleta, uniéndose a las chicas. Cuando volvió a mirar ya no había nadie ahí.

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Ese día era turno de Blossom de cocinar, el día que todos siempre temían. Amaban a su hermana, claro que sí, y por eso debían de admitirlo, la chica no sería capaz de cocinar ni para salvar su vida. Por eso se aseguró de comprar varias cajas de pizza antes de volver, las necesitarían, una para cada quien… y dos para Buttercup, porque si ella iba a casa, su nueva novia Robin iba con ella y su chicle eterno Mitch.

—¿Qué es ese aroma? —preguntó olfateando la casa. Justo estaban terminando la mudanza a su nueva casa, la puerta estaba bloqueada por cajas y cajas encimas de cajas.

—Cena —respondió Blossom desde la cocina—, es una receta que me pasó un amigo —desconfiada, Bubbles entró en el lugar, dejando la pizza sobre una caja—. Un poco de pasta con una salsa de chipotle, es opcional, pero está exquisita, filete marinado en naranja con cebolla y… un simple pure de patata.

Bubbles no pudo contener la carcajada cuando la tuvo en la punta de la lengua.

Blossom, todavía quitándose el mandil, volteó a verla. Su sonrisa parecía intacta.

—¿Q-qué es tan divertido?

—Oh, vaya, lo hice en voz alta —mintió la rubia—. Perdona es que dijiste "amigo".

Las cejas pelirrojas de su hermana se alzaron en su frente.

—Dijiste amigo, pero yo sé que no tienes amigos en la escuela.

—¿Disculpa? —Blossom ni siquiera intentó ocultar la indignación en su voz.

—Vamos, Blossy, no lo tomes a mal, pero es verdad. Nadie te habla en la escuela, tú solo eres… pues la matadita de la clase, la chica a la que le pides la tarea para copiarla. Nadie quiere ser amigo de la matadita.

Bubbles abrió las ollas y sartenes, olfateando los sabores que, supuestamente, debería tener la comida. Todavía no inauguraba la cocina de forma oficial con una bandeja de brownies, así que debía asegurarse que Blossom no los intentara envenenar con su horrible sazón. Hasta ahora, todo era normal.

—Blossom, hija, ¿a dónde vas? —el profesor la detuvo a medio camino para salir.

—Yo… tengo algo que hacer, profesor, dejé algo en la biblioteca.

—¿A esta hora, Blossom? No, jovencita, es muy tarde.

Ella se soltó de su agarré sin problemas, por mucho que el gesto hubiera lastimado al profesor.

—Solo soy a la biblioteca, no me tardaré.

No me tardaré.

Aquellas fueron las famosas palabras de Blossom, la chica que eligió hacer preocupar al profesor durante los tres días que no volvió a casa.

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Cuando Blossom hizo su anuncio público, de la misma forma que su hermana hace años, de que renunciaba a sus responsabilidades como heroína de la ciudad, Buttercup terminaba de darse un lujoso y muy necesitado baño con sales, velas y todas esas cosas de un spa. Pasó media hora dentro de lagua hasta que sus músculos se relajaron, justo como Giovanni… el amo Giovanni se lo pidió.

Salió del baño dejando la toalla colgando sobre sus hombros, se sentó en el sillón observando el canal de televisión. Llevaban todo el día repitiendo la transmisión en vivo desde la alcaldía, la mera visión de su hermana, de pie ante toda la ciudad (como yo) diciéndoles con voz firme, sin titubeos ni miedo (a diferencia de mí) que no volvería a responder la línea de emergencias por ellos, dejó una extraña sensación de envidia en su pecho.

¿Por qué le daban tanta importancia? No es como si fuera la primera en darles la espalda, ¡además respondió de manera violenta! Buttercup tanto que se esforzó por no hacerle daño a nadie, evitar las habladurías y… y esa maldita estirada logró mantener la atención de la ciudad entera.

Apagó la televisión antes de que terminaran su discurso.

Giovanni rodeó su rostro con las manos, enviando una descarga eléctrica por todo su cuerpo, suavemente levantó su cabeza hacia él, su sonrisa y la mirada cargada de deseo pusieron sus pezones erectos, dejando una extraña sensación en su entrepierna.

—¿Has terminado con tu baño?

Buttercup carraspeó.

Se intentó recordar que en ese momento, en el lujoso departamento de ese hombre millonario, no era una chica de dieciocho años, precoz, fingiendo ser una mujer de veinticuatro. Tampoco pensó en que la única razón por la que Giovanni aceptó tenerla fue porque él creía en que tenía la edad que fingía.

—S-sí, señor —arrastró las palabras, humedeciéndose los labios.

—En ese caso, ven aquí.

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Bubbles vio la conferencia de prensa de Blossom desde el teléfono, cubriendo sus piernas con las frías colchas de la habitación del hotel. Damien dormía en la cama de al lado, luego de haberse picoteado el brazo hasta encontrar la vena, cayó dormido sin más, y aunque esperaba haberse dormido también, ella se sentía con más energía en cada ocasión luego de drogarse. Así que eligió ver algo en su teléfono. No esperaba encontrarse la retransmisión del gran discurso de su hermana.

Conectó sus audífonos y escuchó todo tapándose la boca con una mano.

Nadie le había comentado eso, no era consciente del hecho que ahora estaba sola, sus hermanas la abandonaron, abandonaron la ciudad que tanto decían amar. Al menos Buttercup fue una buena hermana y les contó sus planes de abandonarlas, Blossom solamente hizo lo que le pareció mejor, no lo habló con ellas. Como si quisiera empezar a formar una vida para ella sola, alejarse de su familia.

Leyó los comentarios en el vídeo, por supuesto la gran mayoría no sabían quién era, ni porque una chica de su edad podía convocar ruedas de prensa así, los pocos comentarios que reconoció compartían su forma de pensar, esas pocas personas estaban de acuerdo con el hecho de que su hermana no consideraba el bienestar de las personas. Era egoísta.

Apagó el teléfono e intentó dormir. Tenían que levantarse temprano, nadie se formaría en la hora exacta para la entrada a «Mean Girls» excepto ella. Damien no iba a acompañarla, su novio volvería a Townsville por la mañana, sólo tomo un avión para ir a verla… bueno, verla, tener sexo y drogarse juntos antes de dormir. Ella tenía otros planes para su visita, una que incluía una romántica cita por Brodway antes del sexo, pero no podía imponer sus planes con Damien.

No fue su intensión quedarse dormida mientras lloraba.

La idea de cargar con el peso de toda una ciudad, la necesidad y protección de miles de personas estaba abrumándola cuando todavía no sucedía nada.

Mientras lloraba, evitando que sus gemidos despertaran a Damien, sintió una desesperante necesidad de hurgar en la mochila de su novio en busca de la cocaína. Un poco, sólo un poquito le ayudaría para calmarse. No necesitaba más que eso.

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Butch frotó sus sienes. Las voces de Bubbles y Alice sólo iban en aumento, la Puff insistía en que si su hermana "desapareció", tan sólo debían de buscar un sitio donde nadie necesitara una heroína, eso iba justo del estilo de Blossom. Abandonar las cosas cuando eran más importantes. Alice dejó de responder a sus comentarios luego de media hora, en su lugar estaba enfocada en hacerla callar a cualquier costo.

Uno esperaría que después de insultarse en todas las formas conocidas por el humano, una de las dos se rendiría (Buttercup lo hizo). Le daba la impresión de que Bubbles estaba determinada a tener la última palabra, objetivo que hubiera alcanzado en un instante en contra de alguien más, no conocía a Alice de la misma forma que Brick o Boomer, pero esa diminuta chica demostraba estar al mismo nivel social que Princesa Morebucks, nadie le podría negar tener superpoderes si así lo deseaba.

—Nena, esto no lleva a ningún lado, sólo diles lo que piensas.

El tipo pelirrojo, Cayden, creía era su nombre, empujó a Bubbles por los hombros, apartándola del camino de Alice.

—¿Cuál es tu teoría, Alice? —preguntó Brick. Desde que arrojó esas fotografías se mantenía alejado de todos.

—Blossom jamás hablaba de su vida en Townsville… pero si como dices tú fue una pesadilla lo que la alteró de esa forma, lo más seguro es que haya venido al edificio a verte —Brick volteó a la ventana—. Blossom… ella odiaba depender de otros, si caminó hasta aquí nunca tocó el timbre.

Boomer, quien seguía pasando las fotografías tratando de encontrar una respuesta en ellas, levantó una mano. Interrumpiendo.

—Pregunta, ¿cómo paga su colegiatura Blossom?

Buttercup, incorporándose a la conversación, fue a sentarse junto a él en la barra.

—¿Por qué eso sería importante?

—Dudo que el profesor tenga la capacidad económica de soportar tres colegiaturas anuales —dejó caer una de las fotografías, luego otra y otra—. Así que, mi querida amiga debió de estar pagando su educación de otra forma. ¿Cuál?

—Kendall —respondió Alice, como si todos supieran lo que era—. Kendall es la inteligencia artificial que ayudó a programar Blossom. Es básicamente el mejor programa de hackeo que existe en el país, él se encarga de sacar una pequeña suma de dinero a cinco empresarios distintos a lo largo del año —Boomer levantó los ojos del papel laminado, como si no estuviera esperando esa respuesta—. Bueno, una parte viene de ahí, la otra mitad es de la herencia de su "matrimonio" con aquel anciano.

—¿Matrimonio? —Brick comenzó a zapatear. Una manía que no parecía ser capaz de soltar.

—Ajá, fue idea mía. Conocimos a este agradable hombrecito que estaba muriendo, y como último deseo le pidió a Blossom que fuera su esposa, ella aceptó porque realmente necesitaba graduarse sin deudas escolares, y en el contrato de matrimonio firmó como «Regina Phalange» —Alice se rió de su propio chiste.

Nadie más la acompañó.

—Oh, mierda…

—¿Ahora qué? —gritó Butch, al borde una migraña explosiva.

—¡Kendall! Por supuesto.

Bubbles se inclinó hacia Buttercup, esperando que su hermana supiera de lo que estaba hablando. Las dos estaban en las mismas.

Los cinco, parecía ser el caso. Brick se inclinó hacia Alice con curiosidad, la chica estaba tecleando algo con desesperación en la computadora. Intercambió unas rápidas frases con su novio antes de que en la televisión, sin que nadie la encendiera, el rostro de un chico no mayor de unos quince o dieciséis, apareciera en el centro. Su rostro cargado de pecas les recordaba a Blossom en cierta forma, excepto que este muchacho era castaño.

—Buenas tardes, señorita McAllister, ¿cómo puedo asistirle?

Alice abrió la boca para responder, emocionada. Toda su felicidad desapareció al recibir un mensaje en su teléfono.

—Maldita sea… tenemos que irnos Cayden —volteó hacia Brick y Boomer—. Debo llegar a Cambridge en cuestión de horas o mi madre se volverá loca y mis guardaespaldas derrumbarán esa puerta —por primera vez en el día, su voz pareció temblar—. Kendall les ayudará con todo lo que necesiten, incluso rastreo satelital, um… encuéntrala, Brick, por favor. Intentaré cubrir su ausencia con el profesor, iba a venir a casa a cenar para las festividades y… eso. Suerte.

La puerta se cerró detrás de ella.

En el departamento solo quedaron los chicos, Bubbles y Buttercup. Tan confundidas como ellos lo estaban.

—Bueno —murmuró Boomer, tirando otra fotografía—, Kendall, revisa las cámaras de seguridad del lugar, si Blossom pasó por aquí lo sabremos.

El chico en la pantalla no respondió, solo empezaron a aparecer distintas grabaciones del edificio completo, cuadros pequeños, grandes, medianos, unos encima de otros, recientes, grabaciones en ese preciso momento. Hasta que tres recuadros permanecieron. Las grabaciones no tenían audio, y menos mal que no era así.

Bubbles pegó un grito y se refugió en el brazo de su hermana al ver la secuencia.

Blossom llegaba al edificio, justo como dijo Alice, usando ese desgastado pantalón de lana y la sudadera gris que conservaba desde la graduación. Permaneció quieta durante varios minutos sin moverse, no hizo ninguna seña de querer avanzar o retroceder. Lo que hizo gritar a la chica, fue el último vídeo. Un hombre, un tipo tres veces del tamaño de Blossom ser acercó a ella en silencio, su hermana ni siquiera tuvo oportunidad de notar su presencia, ese cuadro terminaba ahí y la última grabación dónde estaba ella, estaba siendo arrastrada por aquel sujeto a una camioneta negra.

—¿Qué mierda fue eso?

—Prueba de que Alice tenía razón —Butch se pasó la mano por la boca, limpiándose los labios—. Pe-pero ¿qué fue todo eso? ¿Esa luz blanca que la rodeó durante un momento?

Brick le pidió a Kendall volver a reproducir los últimos tramos de grabación. Desde que aparecía el tipo hasta que inmovilizaba a Blossom.

—Debe ser el poder que ella me contó estaba desarrollando, al parecer encontró la forma de congelar las cosas a su alrededor sin soplar sobre ellas. Tenía que concentrar su energía o una mierda así. Ni siquiera tuvo oportunidad de defenderse.

Buttercup pateó la mesa de centro en la sala, una sarta de maldiciones salieron de su boca, todas dirigidas a sí misma. No era justo para su hermana convertirla en una villana de esa forma, especialmente sin darle la oportunidad de explicarse cuando ella ofreció una explicación. Y ahora tenía que soportar la idea de que algo horrible podría sucederle a su hermana, podría estar metida en serios problemas y lo último que escuchó de ella fue… fue… ¡maldita sea!

—¡MIERDA! —gritó dejándose caer sobre sus rodillas. Enterró el rostro entre sus manos, jalando su cabello para justificar las lágrimas que caían en sus mejillas.

Bubbles no tuvo miedo de mostrar su llanto. Su mirada saltó entre los tres chicos, reunidos en la mesa, hablando entre sí. Tuvo un pinchazo de dolor en el pecho, si ellas no se hubieran comportado así, si tan sólo hubieran sabido escuchar cuando Blossom estuvo dispuesta a explicar la situación… nada de esto estaría pasando. Pudieron haber sido ellas tres, reunidas en un mismo lugar, charlando con la confianza de siempre.

Ahora mismo todo sería distinto, así es, porque fueron buenas hermanas, las tres. Se reunían todas las noches en la habitación de Buttercup, dónde grababa sus canciones con Mitch para charlar, reír y beber chocolate caliente sin alertar al profesor, le concedían sus noches de descanso, como se quedaban hasta tarde hablando, se dormían en la alfombra y a la mañana siguiente corrían por la casa preparándose para la escuela.

Ella haría el desayuno y pondría brownies en los almuerzos de sus hermanas, en caso de que tuvieran una crisis o un dolor de estómago, la respuesta la encontrarían en el pan de chocolate relleno de salsa de zarzamora. Blossom se aseguraría de que las tres llevaran sus tareas y reportes necesarios en las mochilas para evitar corretearse todo el día preguntando quién guardó qué. Mientras que Buttercup, bueno, ella fingiría demencia cuando las dos preguntaran quién metió los condones en su mochila. Se preocupaba a su propia forma, ¿verdad? Sólo era una muestra de amor.

—Kendall, ¿cierto? —Boomer rompió el silencio—. Busca la ruta que siguió la camioneta, tal vez nos ayude para agilizar todo el proceso, ¿tú qué opinas, Brick?

El aniñado y gentil rostro de Kendall desapareció de la pantalla, está se puso en negro antes de mostrar un mapa del país, partiéndolo en secciones dónde tenía alcance satelital.

—En mi experiencia hay un motivo detrás de todo esto, nadie se tomaría la molestia de seguir a Blossom cada día, durante dos años para nada —observó a Buttercup durante unos segundos, luego volvió a poner su atención en la mesa—. ¿El tipo para el que trabajaste un tiempo no conoce alguien que haya hecho algo similar?

Boomer frunció el ceño y negó con la cabeza. Cubriéndose las orejas con los cascos que tenía descansando en los hombros. Apretó los ojos y sacó su teléfono, posiblemente para poner música y alejarse de las voces de todos. Bubbles notó que ni Brick ni Butch hacían un gesto para golpearlo, quitarle los audífonos ni obligarlo a responder o unirse a su discusión. De la misma forma que tampoco intentaban incluirlas a ellas.

—¿Con quién trabajo Boomer? —preguntó ella, obligando a sus piernas a acercarla a la mesa—, ¿era alguien importante?

Butch soltó una carcajada, no se estaba burlando de ella, pero parecía recordar algo divertido. O eso es lo que interpretó Bubbles.

—Trabajó con un mafioso en Italia durante un tiempo, era el barban que escuchaba los chismes de todos. Luego se unió a una Yakusa y por varios años estuvo al cuidado de la hija del jefe. Tiene contactos.

—No ocultamos nada —murmuró Bubbles, tomando asiento junto a Brick—. Las… las fotos, no ocultamos ninguna, te mostramos las que nos llegaron.

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La última mañana que vieron a Blossom convencieron a la escuela completa de ignorar su presencia, por supuesto, en su momento no sabían que después de ese día no volverían a verla. Eso no las detuvo de convertirla en una puta barata, sin necesidad de contarle a otros en la escuela que eso era.

Bubbles escuchó a Buttercup gritar temprano en la mañana, supo en ese instante que algo malo sucedía, su hermana no alzaba la voz de esa forma sin razón alguna, especialmente cuando decía que eso lastimaba su garganta y no le permitía cantar bien. Bajó corriendo las escaleras del tercer piso al segundo, dónde se encontraba la habitación de Blossom y el profesor, atravesando la puerta de su hermana. Esperaba verlas luchando, dispuestas a romperse los huesos con los puños y luego abrazarse a modo de disculpa, en lugar de ver una guerra, observó la habitación de Blossom hecha un caos.

En el suelo había trozos de papel quemados, al igual que en las paredes, agujeros y humo ascendiendo al techo, producto de haber usado sus rayos láser. Como si eso fuera poco, el techo no era más que una imitación de tierra de sembrado, cubierto con líneas paralelas de un lado a otro. Lo que fuera que hubiera ahí, ya no existía más. Dio un paso al frente, quemándose la planta del pie con otro papel quemándose.

—¿Qué diablos pasó aquí? —por más que buscó, no encontró a Buttercup por ningún lado. Sólo estaba Blossom en medio del cuarto—. ¡Blossom! ¿Qué ocurrió?

—Nada… —respondió con voz cascada, Bubbles ni siquiera percibió que llevaba horas llorando—, no tienes que preocuparte. Yo lo arreglo.

—¿Qué no pasó nada? Destruiste tu habitación —ignoró el dolor de los pies, pisando la alfombra que empezaba a chamuscarse—. Y escuché a Buttercup gritando, ¿sucedió algo entre ustedes?

—¡Ya te dije que no pasó nada! —gritó en respuesta—. Porque mejor no… haces lo que hacen todo el tiempo, y me ignoran.

Bubbles puso los ojos en blanco al salir de la habitación, no se molestó en cerrar la puerta, de todas formas Blossom nunca lo hacía, era como si no le importara su privacidad en lo más mínimo. Fue a buscar a su hermana en su cuarto de grabación, un lugar exclusivo para ella que pidió cuando construyeron la casa. No existían muchos sitios para esconderse, excepto ese. Fue una verdadera fortuna encontrarla ahí cuando subió la escalera.

—¿Vas a decirme que ocurrió o tú también te pondrás de dramática?

Buttercup estuvo a punto de ponerle el ojo morado. Se lo pensó dos veces antes de hacerlo y volvió a recostarse en si diván, acariciando distraídamente las cuerdas de su guitarra. Tenía la mandíbula tan tensa que le rechinaban los dientes.

—Será mejor que pongas un ojo extra en tu novio —Bubbles frunció el ceño sin entender—, tan sólo estoy diciendo… Blossom tiene un gusto por novios ajenos.

Entre las dos no hubo otro intercambio de palabras, parecía ser suficiente explicación de porque Buttercup tuvo ese tipo de actitud. No explicaba la habitación de Blossom, aunque no es que hubiera necesidad de hacer muchas preguntas al respecto. Bubbles podía hacer sus propias suposiciones al asunto, dudaba tener una respuesta equivocada. Lo que hizo, antes de ir a su cuarto para prepararse al último día de clase, fue apretar el hombro de Buttercup en un gesto de apoyo.

Bubbles llegó a la escuela antes que sus hermanas, usó su influencia como porrista para hacer correr la voz, no pensó en las consecuencias de sus actos en el momento, ni siquiera llegó a considerarlo un problema, tan sólo les pidió a todos fingir que Blossom no existía. Y si la veían acercarse al novio de alguien, advertirle… que ella no era buenas noticias. Estaba apoyando a su hermana, eso es de lo que intentó convencerse al principio, una de las dos necesitaba más ayuda que la otra.

—Bubbs… lamento haberte gritado en la mañana, no fue justo para ti —Bubbles cerró la puerta del casillero—, te explicaré lo que pasó, mereces escu…

—¡Heather! ¿Vamos juntas a la práctica?

Bubbles la interrumpió sin pensarlo dos veces.

—¿Bubbles? Intento decirte algo, ¿puedes darte la vuelta?

—Escuché que te dieron una beca deportiva, ¿es cierto, Heather? —su hermana siguió hablando, como si ella no estuviera ahí.

—¡Bubbles! —intentó una vez más, sin éxito.

—Así es, mientras mantenga mis calificaciones, no tengo que preocuparme por los gatos escolares durante un tiempo.

—Bubbles si te enojaste conmigo, lo entiendo, pero de verdad necesito hablar contigo —Blossom la agarró por la muñeca, deteniendo su avance.

—¿Quieres hacer el favor de soltarme? —exigió, jalando su brazo para alejarse de ella.

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—Tal… tal vez deberíamos pensar esto de otra forma —Buttercup se levantó del suelo, limpiándose las lágrimas y el maquillaje derramado—. Tal vez el problema inmediato no debería ser «por qué» sino más bien «cómo» —observó la televisión, Kendall seguía buscando la ruta exacta de la camioneta.

—¿A qué te refieres, Cup? —preguntó Butch, al levantar la vista del desorden de papeles que había hecho Brick.

—¿Cómo lograron inmovilizarla? Es una súper como Bubbles y yo, la morfina no nos hace cosquillas, la anestesia es como agua en nuestras venas —Boomer se bajó los audífonos de la cabeza, poniéndole atención—. Hay que pensar en eso, ¿por qué no pudo simplemente luchar de vuelta y defenderse?

El silencio volvió a cubrir el departamento.

—¿Por qué no se defendió?

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Para mí ya es jalogüin

Otro capítulo más que se termina y más cerca de llegar a la parte emocionante de la historia. Esto avanza bien, estoy suuuuuper emocionada por lo que está por venir en el capítulo 13 *fangirlea sola*

Miss Purple 24: ¡Las mejores sorpresas son las actualizaciones! Al menos, eso es lo que me digo yo cuando tengo correo de actualizaciones.

Eyup, algo pasó entre Blossom y Butch, aunque lo correcto sería decir que algo pasa. Todavía no voy a responder al 100 si fue alcohol o no, porque esto es una historia de espera y verás (?). Bueno más que ser BC y Bubbles las culpables, el asunto está en que nació el bichito de la ansiedad y… de ahí todo va para abajo si no lo tratas. Also, creo que te confundiste un poquito aquí, Brick no se acostó con nadie, el comentario de Alice es referente a Blossom, cuando dice que la noche que se acostó con Butch engañó a Brick.

En este punto, la menor de las preocupaciones de Alice era que le rompieran los dientes, estaba más angustiada por su amiga. Espero que las siguientes ocasiones que haya canciones de Gaga no se roben tu atención. ¡Sí! Escuchar (o leer) sus comentarios me pone feliz, me encanta ver la opinión de otros con respecto a mis escritos.

TsukihimePrincess: Te recuerdo de la primera versión de Criminal :')

Sí, podría decirse que aquí es dónde se pone interesante el asunto y comienzan los problemas.

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An excited gremlin.