Disclaimer: Las Chicas Super Poderosas no me pertenecen. Son propiedad del señor Craig y sólo él puede decir como continua la historia. Yo escribo fanfics por diversión, para entretenerme un rato y entretener a otros en el proceso. Lo hago gratis, así que sólo obtengo felicidad de esto.
Advertencias: Todos los personajes en esta historia son OoC (Out of Character). La historia está trabajada con mi headcanon de los personajes. Los OC (Original Character) que aparecen en la historia son de mi total propiedad, así que no me parece agradable que los agarren sin permiso.
Mi historia maneja crack-ship, así que desde este punto en adelante lees bajo tu propia decisión y elección.
La canción de acompañamiento para el día de hoy es The Reckoning del grupo Within Temptation en colaboración con Jacoby Shaddix. El momento de reproducción es cuando se narra desde la perspectiva de Blossom.
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Capítulo 14 – The Reckoning
Los días pasaban sin encontrar una solución satisfactoria para la desaparición de su hermana, Kendall, el curioso programa de computadora de Blossom se puso en contacto con el profesor. De acuerdo a su protocolo en caso de emergencias debía de informar a dos personas, primero el Profesor John Utonio quién conocía a la perfección la reacción química de la sangre de sus hijas, la segunda persona era nada menos que Alice McAllister; salvo que como fue ella quién le informó a Kendall de la desaparición de Blossom, su protocolo se modificó para notificar a la siguiente persona con la capacidad de ayudar.
Princesa Morebucks.
Bubbles sintió que se le atoraba la comida en la garganta al escuchar la vocecita mecánica, aunque dulce, de Kendall cuando pronunció las palabras:
—Enviando comunicado de emergencia tipo D a contacto de emergencia; Princesa Morebucks, residente de Townsville.
Quizá hubiera escupido su bocado de haber sido la única en el piso con la misma reacción, incluso si sólo eran ella y Buttercup las que no tenían conocimiento de que hubiera una relación, del tipo que fuera, entre Blossom y la nefasta Princesa, seguiría escupiendo su bocado para reclamar. Excepto que no fue el caso. Los chicos miraron la pantalla en un movimiento de perfecta sincronización, Brick frunció el ceño, un gesto que Bubbles empezaba a identificarlo como confusión. Boomer se colocó los audífonos sobre las orejas, todavía no lograba interpretar su respuesta, hacía eso con muchas cosas. Butch señaló la pantalla, como si quisiera decir algo y al mismo tiempo guardarse sus ideas.
El Profesor llegó un día después de haber recibido el mensaje de emergencia de Kendall, pidiéndole a ellas y los chicos reunirse con él en el laboratorio que tenía su hermana a unas horas conduciendo de la universidad. La cantidad de secretos en la vida de Blossom seguían aumentando con cada segundo que ella siguiera desaparecida. Era todo un conflicto de emociones sucediendo en su cabeza.
Por un lado quería meterse bajo las cobijas y llorar, llorar hasta desgastarse la voz, hasta que tuvieran que clavarse una intravenosa para hidratarla por la deshidratación que se provocó de tanto llanto, aunque no sabía si eso era algo posible. También quería salir del lujoso departamento de Brick, volar por toda la ciudad y luego recorrer las carreteras, preguntándole a los animales que encontrara si alguno había visto a su hermana… ese pensamiento no le daba tantas esperanzas, contrario a lo que la gente creía, los animales tenían un corto retenimiento de memoria; a menos que hubieran visto a Blossom una vez al día durante seis meses no podrían reconocerla de otras pelirrojas. También quería obligar al programita de computadora a decirles dónde estaba su hermana, sabía que él tenía las respuestas, pero por alguna razón se rehusaba a compartirlas con ellos.
¡Y todo eso la frustraba!
Princesa Morebuck llegó al laboratorio de Blossom dos días después que el profesor. Butter y ella sólo pudieron reconocerla por su cabello, aquella brillante y frondosa cabellera rojiza que aterrorizó su infancia durante años por un capricho. La chica había cambiado completamente desde la última vez que se enfrentaron, era casi tan alta como lo era Buttercup sin necesidad de usar tacones, de una figura estilizada y para sorpresa de ambas, llevaba un conjunto de camisa y falda que acentuaba su cadera ancha junto a la cintura sin darle una apariencia vulgar, ni siquiera con el largo corte en V de la camisa que mostraba el nacimiento de sus pechos.
Pasó frente a ellas sin reconocer su existencia o dedicarles una expresión de burla, caminó directamente hasta el profesor.
Aunque, y esto no se lo contaría a Buttercup hasta caída la noche cuando estuvieran solas, tuvo la impresión de que mientras Princesa discutía algo con el profesor, se volvió para observarlas durante largos minutos, arrugar la nariz en una clara demostración de desagrado antes de volver a concentrar su atención en la charla con su creador. ¿Quién diablos se creía esa pretenciosa niña rica que era para darles esa mirada tan despectiva? ¿Es que acaso pretendía hacerse la importante? Bueno, no porque ella fuera un contacto de emergencia le daba derecho para… un momento.
—¿Por qué tú eres un contacto de emergencia para mi hermana? —cuestionó Bubbles, interrumpiendo la conversación entre el profesor y Princesa.
Brick, que hasta el momento se había mantenido en un segundo plano, revisando todos los vídeos de vigilancia que pudo encontrar Kendall, se giró hacia la rubia. Su expresión parecía tratar de competir con la neutralidad del rostro de Boomer, una vez más los enormes cascos cubrían sus orejas y él se mantenía en una silla apartado de todos.
—¿Por qué? —repitió Princesa. La chica quitó su atención de los documentos sobre la mesa, ese día iba vestida con un mono azul y su cabello recogido—. Es muy simple, Bubbles, porque cuando Bloss necesitaba a alguien para hablar yo la escuché sin juzgarla —las mejillas de Bubbles enrojecieron, no comprendía porque detestaba tanto ver a Princesa ahí—. Además, el día que ustedes decidieron comportarse como bebitas y convencieron a todos de ignorar a Blossom, ella vino a mi pidiendo ayuda. Faltaba una semana para que su vuelo hacia Massachussets saliera, ¿y qué crees que provocaron ustedes? —golpeó la mesa, sobresaltando al profesor y a Boomer con el ruido—. ¡Lo único que consiguieron fue que quisiera marcharse antes!
—¿De qué estás hablando?
Bubbles se encogió de hombros, ya estaba imaginándose la expresión de Brick, con el ceño fruncido y los puños apretados al costado de sus piernas, brillando por la fuerza que aplicaba para contener su energía y no lanzarles un ataque directo. Suspiró, soltando la tensión sobre sus hombros, la lentitud con la que se dio la vuelta casi desató la furia de Princesa, quién apretaba los dientes con los segundos.
—Dije, ¡¿de qué mierdas estás hablando?!
No esperaba encontrarse con Butch, a un palmo de distancia de su rostro.
Soltó un grito cuando el muchacho, sujetándola por el cuello del suéter, la levantó del suelo. Los ojos del chico, en ocasiones tan parecidos a los de su hermana; brillantes y llenos de jovialidad, relucían con un color oscuro, un verde que parecía convertirse en negro con los segundos. Bubbles temió que Butch fuera a atacarla con su rayo en ese preciso instante, si así lo quisiera, ni sus hermanos ni Buttercup iban a ser capaces de detenerlo.
—Butch, detente ahora mismo —ordenó Brick, dio un paso al frente. Butch levantó a Bubbles un poco más, obligando a su hermano a quedarse dónde estaba.
—Y-yo… no es cómo dijo ella… —gimió. Su cuerpo temblaba con cada segundo sin saber cuál sería la reacción del Rowdy.
Sujetó sus manos, esperando que así él pudiera darse cuenta de lo ridícula que era su reacción. Había cosas más importantes en ese instante, cómo por ejemplo seguir buscando a Blossom, llevaban casi dos semanas mirando una incontable cantidad de vídeos tomados de cámaras de seguridad, Kendall seguía trabajando sin descanso hasta poder marcar la ruta completa de aquella camioneta que se llevó a su hermana. Entonces, ¿por qué Butch parecía tan decidido a comenzar una pelea justo ahora?
El profesor dio un paso al frente, cubriendo a Princesa de recibir algún tipo de ataque. Boomer y Brick parecían dispuestos a atacar a Butch si la situación escalaba en cuestión de segundos, las manos del Rowdy rubio chispeaban con la energía de su electricidad, Brick permanecía quieto sin amenazar con algún ataque, su propia postura era suficientemente amenazante. Y Buttercup, su querida hermana no sabía a dónde mirar.
—Tienen una oportunidad más —amenazó el muchacho, ahora desviando su atención hacia Buttercup—. ¿Qué puta mierda fue eso de que ignoraron a Blossom?
—¡Sólo fue una broma! ¿Okey? —soltó Buttercup, dando un paso hacia su hermana—. ¿Qué esperabas que hiciera? Eras mi novio, se supone que estábamos saliendo, y de pronto te encuentro metido en la cama de mi hermana, ¿qué esperabas tú que hiciera yo? ¿Abrazarla y ya? —otro paso más.
Butch lanzó a Bubbles contra su hermana, obligándola a atraparla antes ser capaz de hacer algo al respecto. Al caer las dos, tanto Princesa como el Profesor retrocedieron, alejándose del rango de alcance que pudiera tener la reacción del Rowdy, puede que hubieran pasado años desde la última vez que los seis se enfrentaron en una pelea, años desde el último ataque por alguno de los chicos de manera individual. Aunque el tiempo no borraba la furia destructiva durmiente en el interior de Butch, bastaba con verlo a los ojos para saber que un paso en falso lo haría destruir el lugar.
—No lo saben, ¿cierto? —su voz pasó de un gruñido a un inaudible susurro.
—Butch —advirtió Brick.
—¿Por qué? —el cambio de tonalidad en su voz hizo que escalofríos subieran por la espalda de Bubbles, aferrándose a Buttercup. Pasó de un murmuro a un ronroneó en segundos—, ¿qué acaso no eras tú quién quería respuestas? Pues cómo esperabas una explicación cuando ellas ni siquiera eran conscientes de la ansiedad de su propia hermana, no tenían la más mínima idea de las pesadillas que la mantenían despierta por las noches, ustedes nunca estuvieron cerca cuando tenía un ataque de pánico.
Alzó el brazo, apuntando hacia las dos chicas un ataque directo. Buttercup reaccionó, levantándose para contrarrestar el golpe, intimidada o no por aquella faceta desconocida del Rowdy, no le permitiría herir a su hermana o a su padre.
—Butch, ya basta —Boomer sujetó la muñeca de su hermano, apartándola del camino de las chicas. La fuerza que aplicó en su cuerpo amenazaba con romperle la muñeca—. No estamos aquí para querer impartir justicia, ¿de acuerdo? Lo hecho, hecho está. Nada podemos hacer ahora para evitarlo —volteó hacia Bubbles, luego elevó la mirada hacia Buttercup. Parecía terriblemente decepcionado de ambas—. Concentra tu energía en encontrar a Blossom por ahora.
—No creo que sea necesario —interrumpió Princesa—. Kendall encontró la ruta exacta que siguió la camioneta, ustedes pueden llegar en unas horas, o pueden tomarse un día más para planear una estrategia —la pantalla central del laboratorio mostró un mapa del país, una línea roja atravesaba la mitad de los estados y cruzaba la frontera—. Bueno, eso si quieren. Si vas a decirme que prefieres pelear con ellas… tampoco voy a detenerte.
—Ch-chicos, hay momentos para resolver sus problemas, comprendo que estes molesto por la ignorancia de Bubbles y Buttercup con el delicado balance mental de Blossom —intentó justificar el profesor, interponiéndose entre Butch y sus hijas—, también debes comprender que fue decisión de ella no mencionarles nada. Ustedes sabían de su problema porque confiaba en ustedes, no traiciones esa confianza ahora.
Las manos del profesor temblaban intentando transmitirle una sensación de calma a Butch, su voz mantenía el mismo tono neutro que usó al criar a sus hijas, la de un maestro dispuesto a repetir la explicación las veces necesarias para ayudar al alumno. Aunque no pudiera evitar sentirse en peligro, el cuerpo del chico despedía un aura asesina tan natural que necesitó un gran esfuerzo para no quitarse de enfrente.
Boomer apretó el agarre en la muñeca de su hermano, asegurándose de no darle una oportunidad para descargarse contra las dos chicas. Brick los observaba sin moverse, Bubbles comprendió que si quisiera, podría someterlos en un solo movimiento, pero elegía ver como controlaba la situación Boomer antes de que el control de Butch flanqueara. Poco a poco los hombros de la contraparte de Buttercup se aflojaron, suspiró repetidas ocasiones hasta que el brillo en sus ojos desapareció.
—¿Crees mantenerte bajo control, Butch? ¿O tendré que mantenerte fuera de esto?
Bubbles se refugió detrás de Buttercup cuando Brick apareció por detrás de Butch, Boomer ya le había soltado la mano, pero escuchar como tronaba el hombro del pelinegro, cuando su hermano le apretó, la regresó al instinto básico de buscar protección.
Porque ellas ganan las batallas, siempre encontraban la forma de voltear la situación a su favor, salir victoriosas mediante ingenio y planeación. Pero no olvidaba las palizas, nunca sacaría de su memoria las pesadillas de cuando se convirtieron en gigantes, el día que volvieron de entre los muertos sólo para atormentarlas… usarlas como juguetes. A ellos los hicieron con el objetivo de ser mejores, superiores a ellas en fuerza.
—Estaré bien —Butch se zafó de su agarre agitando el brazo—. Deja de tratarme como un maldito adicto.
Princesa comenzó a golpear la mesa con las uñas, los miraba a los cinco de igual manera, con ganas de sacar su jetpack y atacarlos con las armas que su papi había pedido para su niña. Ya no se sentía tan mal de seguir odiándola.
—¿En qué parte exactamente esta ella? —preguntó Brick, dirigiéndose a Kendall. Los rasgos finos y aniñados del programa aparecieron encima del mapa.
—No puedo acceder a la red del lugar, está protegida por un virus. Pero la ubicación es dentro de esta área —su rostro se movió a una esquina de la pantalla, marcando con un círculo una cruz de edificios en un área residencial de Montreal—. Los cuatro edificios del centro forman parte de la misma organización, aunque los marcan como lugar de vivienda, su interior es muy distinto a los planos. Mi margen de error es del 0.00001%.
Kendall volvió a ocupar la mayor parte de la pantalla, sonriente.
Boomer, apretando los audífonos contra su cabeza, observó la pantalla.
—Entonces… ¿vamos a ir solamente sin un plan o hay un plan? —preguntó Buttercup, abrazando a Bubbles por los hombros—. Chicos, ¿tienen un plan?
Brick y Boomer intercambiaron miradas. Para Bubbles, aquello significaba que no, no tenían un plan e intentaban idear algo en los siguientes minutos. Princesa no daba señales de unirse a su conversación y el profesor, sosteniéndose la cabeza, se había sentado en una silla. La situación era muy distinta a todo lo que habían estado experimentado en los últimos años. No se trataba de un villano, ni un ladrón o un monstruo al cuál podían derrotar sólo usando la fuerza bruta. Esta era una verdadera organización criminal.
—Yo tengo un plan —Butch rompió el silencio—, vamos allá, ustedes se quedan esperando a una distancia dónde no levanten sospechas. Irrumpo en el lugar, una casa a la vez y ustedes van entrando después de mi para investigar —se cruzó de brazos, en algún momento había retrocedido hasta la puerta, recargándose en el muro mientras hablaba.
—Eso no es un plan —se quejó Buttercup—, sólo quieres ir a crear un alboroto.
—Así es, eso quiero. Voy a incendiar el lugar hasta los cimientos y darme el gusto, porque yo hago lo que se me da mejor, destrucción.
Buttercup gruñó, golpeándose la frente.
—Yo creo que es una buena idea —Bubbles se escondió, cuando todos voltearon a verla. Todavía se sentía nerviosa por lo ocurrido—. Lo es, no creo que podamos darnos el lujo de planear y hacer estrategias, ya nos hemos tardado mucho tratando de encontrarla. Yo… yo no quiero esperar más. Si Butch se encarga de ser la distracción, podemos dividirnos para investigar una casa cada uno.
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Las voces aumentaron sin poder explicarlo.
Seguía dormida, en un punto entre la conciencia y seminconsciencia, en ningún momento desde el día en que llegó a ese sitio le soltaron las manos, las esposas tenían un aro de púas en el interior, no importaba todo el esfuerzo que pusiera en soportar el dolor, aguantar y sacarse de ese sitio, nada funcionaba.
A lo largo de los años, desde al día en que la determinación de asistir a una universidad, y sólo una para poder unirse a su padre en sus investigaciones científicas, comenzó a determinarse con un objetivo, creció en su pecho la certeza de que sólo existía una forma para lograr el puntaje que requería para el examen, con estudio constante, irse acostumbrando a las lecturas, aprendiendo el lenguaje que un día debería de aplicar. Con ello, aunque esto no era un requerimiento de la escuela, venía incluido el comportamiento humano.
No depender de sus poderes para cualquier mínima acción. Dejar de flotar al piso de abajo y empezar a usar las escaleras. No recurrir a la superfuerza para abrir el frasco donde estaba la mantequilla de maní para su bocadillo de medianoche. Usar un ventilador para quitarse el calor durante los veranos, en lugar de estar usando su aliento de hielo.
Lo que sucedió fue algo que no se atrevía a contárselo ni siquiera al profesor, lentamente había comenzado a perder sus poderes.
En principio no era algo tan grave para considerar la posibilidad de alertar a su familia, la capacidad de escuchar hasta el más mínimo ruido desapareció. Se encontró a si misma buscando el crujido que hacían las patas de arañas al caminar por la pared, durante el verano salían de sus nidos para buscar un nuevo lugar, el día que ese familiar ruido desapareció tuvo un pequeño ataque de pánico. Se inclinó hacia la pared pegando la oreja al frío muro, esa noche fue necesario concentrarse, usar todo el esfuerzo de su cuerpo para escucharlas. Y ni así las escuchó con la claridad de antes.
Meses después del primer incidente, recostada en el pecho de Boomer cubiertos hasta las orejas con un cobertor gris, en el sillón de la sala viendo un maratón de malas películas de terror, notó la siguiente falta. El chico se inclinó hacia el frente, señalando algo que sucedía en el edificio de enfrente, él solamente mencionó el piso dónde la pareja de recién casados estaban lanzándose cojines, y ella, por mucho que forzara la vista, sin importar el empeño que pusiera fue imposible ver con la claridad de antes.
La señal tampoco fue alarmante, hubo un tiempo dónde Bubbles utilizó gafas, su visión también podía fallarle en alguna que otra ocasión.
Fue a la tercera ocasión, cuando por ir con prisas a la escuela intentó saltar los escalones del edificio, volando el resto del camino hasta la planta baja, y al no poder sostener su cuerpo en el aire el tiempo suficiente tropezó con los escalones finales, aterrizando mal sobre sus pies y torciéndose un tobillo en el proceso. Una señora que vivía en ese piso se apresuró a auxiliarla, preguntando si se había hecho daño, ella respondió que no con una sonrisa, cojeando el resto del camino hasta la escuela. Esa fue su última duda.
Algo malo estaba sucediendo con ella.
Y no tenía idea de qué.
Empezó a reforzar algunos poderes luego de que una enfermera le hiciera radiografías para ver que no se hubiera roto algún hueso en su caída, le vendaron el pie mandándole indicaciones de cómo cuidarse. Aunque su fuerza menguara en ocasiones, siguió levantando coches, golpeando muros para destruirlos, no pudo elevarse más de unos metros por varios segundos ni aunque se esforzara, pero seguía levitando, lo cual, pensó con miedo, era algo bueno. El día en que su aliento de hielo empezara a fallarle sería cuando no podría seguir ocultándolo.
Por eso, mientras los hombres a su alrededor murmuraban y discutían lo que harían con ella cuando el jefe se marchara, reunió toda la energía que le quedaba. Se tragó su dolor, las lágrimas y destruyó la mordaza de hierro entre los dientes para no gritar. Impulsó su cuerpo al frente arrancando las esposas del marco de la cama dónde la mantenían, las espinas se clavaron en su piel, atravesando la carne y haciéndola sangrar. Contuvo el llanto en la garganta, arrancándose el metal rodeando su piel, sabía que no sanaría como antes y necesitaría de un especialista para curarse.
Manoteó su rostro para quitarse los restos de la mordaza, se rasgó el labio inferior con un trozo de metal atorado en su boca.
—Oye, ¿escuchaste esto?
Maldición.
—¿Crees acaso que ella…?
—No seas idiota, no debería de poder despertarse.
No debería.
Revisó el daño en su cuerpo antes de hacer algo, la mano izquierda quedó inservible, no sentía los dedos y cuando intentó moverlos ninguno reaccionó, rasgó la manga de su camisa para amarrar su brazo con el pecho, asegurándose de mantenerlo firme, si acaso lo movía más de lo que podía se quebraría. El dolor sería demasiado para soportarlo. Contuvo la respiración mientras apretaba.
—¡Mierda!
—¡Despertó, llamen por refuerzos!
—No lo creo, hijo de puta.
Gruñó entre dientes. Sus palabras sabían a sangre y la cabeza le punzaba como advertencia de una migraña, no había visto la luz en días, repentinamente exponerse a ella no estaba ayudando a su intento de escape.
La temperatura de la habitación bajó en cuestión de segundos, los hombres en la puerta, vigilándola, cayeron sobre sus rodillas tan pronto entraron. Temblaban y sus dientes castañeaban, el vaho de su respiración se convirtió en cristal cuando menos lo esperaban. Aquello no era un frío normal, ni siquiera para temperaturas glaciares, el aire simplemente no se congelaba así. Uno de ellos levantó la mirada, Blossom se estaba a unos pasos de distancia, el brazo sangrante cubría uno de sus pechos expuesto por la manga faltante, el otro parecía intacto, todavía usando la esposa que debía de mantenerla sujeta la camilla de metal.
—Nadie vendrá a ayudarte ahora.
Nieve cubrió las piernas de aquellos hombres, quemando y congelando la sangre dentro de sus venas hasta convertirse en hielo. Blossom se detuvo frente a ellos, no había rastro del suave color rosado en sus mejillas, los cuatro murieron congelados en cuestión de segundos con escarcha sobre el cabello y la ropa. Escuchó los pasos de más gente acercándose, quitó los cuerpos de su camino para no tropezarse, empujándolos con la pierna hacia el otro extremo. Cuando el hielo de sus cuerpos se quebró en pedacitos, regreso el hielo al interior de su cuerpo. Liberándolo con un largo suspiró que se condensó en la habitación. La escarcha se derritió hasta volverse sangre.
Intentó hacer lo mismo que había hecho con su mano antes, mantener frío la zona dónde se clavaron las espinas para minimizar el dolor y evitar que algo se infectara, sin embargo, igual que sucedió con la falange que cortaron del meñique, no sería capaz de mantener su mano protegida y defenderse.
Antes de que la siguiente oleada de guardias pudiera alzar sus armas contra ella, el hielo congeló el metal quemándoles las manos, sin falta, todos arrojaron las pistolas al suelo viéndose las palmas. El fuego hacía daño, quemaba y dejaba ampollas detrás de sí. Mientras que el hielo y el frío quemaban de otra forma, la piel no ardía después, sentías el dolor durante horas , la sensación de tener la sangre helada te perseguía de la misma forma que el humo de un incendio. Las piernas fueron la siguiente parte de aquellos hombres en congelarse, Blossom no reaccionó a los alaridos de dolor cuando los empujó, escuchando el crujido de las rodillas al separarse de sus cuerpos.
De la misma forma a cómo hizo en la habitación previa, la temperatura subió, ella suspiró para sacar el hielo de su cuerpo sin hacerse daño. Los tipos no tardaron en desangrarse frente a ella, suplicándole por piedad.
—¿Por qué debería? —preguntó con suavidad, rescatando una pistola de mano del suelo—. Ustedes no hubieran dudado en dispararme con estas, ¿verdad?
Uno de ellos intentó responder, levantó la cabeza para gritar algo y Blossom tiró del gatillo. El chasquido resonó en el resto del sótano, sabiendo que alertaría a más personas, apuntó a los demás hombres, los que parecían seguir suficientemente vivos para sufrir, y se dijo que sólo les ahorraba el sufrimiento.
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—¡Brick, espera! —Bubbles jaló la mano del chico, casi derribándolo en pleno vuelo—. ¿Escuchaste eso? Me pareció… fue como si alguien hubiera disparado.
—¿Aquí? —siguiendo el estúpido plan de Butch, ellos fueron los primeros en meterse a la casa de la cual salieron un grupo de matones—. ¿Lo escuchaste aquí? —miró a su alrededor, esperando escuchar un siguiente disparo. Bubbles también agudizó el oído, esperaron un poco más y escucharon el siguiente, y otro más y otro y otro—. Suenan cerca, puede ser en cualquier lugar, ¿en dónde están Buttercup y Boomer ahora?
La chica revisó su teléfono, su hermana acaba decirle que entraban a la segunda casa, no había nada salvo una casa normal, sillones, chimenea, comedor, baños y cocina. Ni siquiera tenían sótano. Se trataba de un señuelo. Mandó otro mensaje preguntando por Butch, si el lugar dónde entraron no tenía nada debían de ir a la siguiente casa.
Buttercup tardó un poco en responder.
—La segunda era un señuelo, se están moviendo a la tercera locación, cruzando la calle frente a nosotros.
Otro disparo más se escuchó a la distancia. Bubbles se tapó la boca, intentando localizar el punto exacto de dónde venían. Brick mantenía el ceño fruncido, el sitio dónde ellos fueron a investigar parecía desierto, las personas metidas no estaban haciendo nada excepto drogarse, fue como si les tuvieran pagando para hacer eso justamente. Distraerlos.
—¡Bubbles, Brick, tienen que subir rápido! —gritó Buttercup desde el piso superior al sótano. Los dos se miraron y atravesaron el suelo para ir a reunirse con la chica.
—¿Qué sucede, Butter?
—Butch cree haberla encontrado, ahí, de dónde se han estado escuchando los disparos —Boomer señaló la última fachada cruzando la calle. Tenía los pesados audífonos cubriéndole las orejas, Bubbles no comprendía cómo podía escuchar tan bien.
—¿Allá?
Buttercup siguió el recorrido de la mano del chico rubio. El sitio estaba tranquilo, salía humo de la chimenea y las luces del interior estaban encendidas, no parecía ser el tipo de lugar dónde, bueno, cosas turbias estuvieran sucediendo a la espalda del resto del mundo.
Los cuatro aguardaron, mantuvieron silencio a la espera de otro disparo. En caso de que fuera necesario entrar para hacer algo al respecto.
Pasaron varios minutos sin que nada realmente sucediera, Bubbles avanzó un poco, dispuesta a meterse al lugar si era necesario. No hubiera sido la única, los demás se movieron con lentitud detrás de ella, dispuestos a hacer lo que comentó Butch el día anterior, incendiar el lugar hasta las cenizas si era necesario. Ninguno tuvo que preocuparse de crear un incendio, porque tan pronto se decidieron a entrar y destruirlo todo, la casa entera pareció congelarse desde el interior.
Las ventanas se llenaron de escarcha, el humo de la chimenea se extinguió y lo que antes era un techo limpio y brillante para soportar las primeras nevadas del invierno, se convirtió en un bloque de hielo cubierto por nieve. Boomer intentó derribar la puerta, aquello le daba una sensación de peligro, el hielo no cedió por mucha fuerza que pusiera en ella. Fue como enfrentarse a un muro invencible.
—Creen… —Bubbles se atoró con las palabras. ¿Qué pretendía decir, exactamente?
—¡Mierda! —Boomer pateó la puerta una vez más—. Esto tiene que ser Blossom, no creo que las cosas se congelen por si solas.
—En ese caso tendremos qu… —un temblor obligó a Buttercup a guardar silencio. Si no fuera porque tenían los pies lejos del suelo, los cuatro habrían caído uno sobre otro, en lugar de tambalearse un poco—. ¿Eso también fue Blossom?
—¡Cuidado! —Brick jaló a Boomer por el cuello del suéter, y a Buttercup y Bubbles las jaló por las muñecas, apartándolas de la puerta.
Apenas lograron retroceder al otro extremo de la calle, el hielo que cubría la zona explotó en grandes trozos, algunos atravesaron las demás casas y otras desaparecieron. Ellos lograron esquivar el golpe refugiándose detrás de un roble, justo a tiempo para poder asomarse y descubrir a Butch, encorvado sobre algo, en el centro de dónde se mantenía alzada la estructura de la casa.
Buttercup se sostuvo del brazo de Bubbles al lograr enfocar la mirada, el hielo parecía irse derritiendo poco a poco mostrando el brillante color rojo que realmente tenía. Butch parecía estar cubierto de ella, levantó la mirada hacia ellos cuando se acercaron lo suficiente, sostenía a Blossom entre sus brazos. Su hermana tenía una mano atada al torso y parecía estar sangrando, no parecía llevar mucha ropa encima excepto por el abrigo que Butch le había puesto.
—¡Blossom! —Bubbles se arrodilló frente a ellos, tratando de revisar sus heridas.
—No lo toques… —murmuró la pelirroja—, te quemarás la mano si lo tocas.
Butch logró ponerse de pie, sosteniendo a Blossom firmemente contra su pecho. Ella se quejó en cada movimiento. Le sangraban los labios, parecía haberse arrancado algo de la cabeza, sin mencionar su mano, estaba azul, como si alguien se la hubiera congelado.
—¿Qué te hicieron? —Buttercup estiró una mano hacia ella, mientras los chicos revisaban que no hubiera nadie más para poder marcharse.
—No importa ahora… —sus dientes empezaron a castañear—. Necesito volver al laboratorio… debo… levar temp… —se aferró a los hombros de Butch cuando sus rodillas se doblaron—… estoy congelándome…
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Ya vine otra vez, ahora sin frases
Miss Purple 24: Está bien que no sepas que decir, es la idea (?) Debo reconocer que fue muuuuuuuy difícil para mí trabajar lo que sería la redención de Princesa. Ha pasado mucho tiempo desde que leí un fic dónde dejara de ser la mala sólo porque sí, e incluso fue más difícil darle el desarrollo que le negué en la primera versión de la historia. Pero adoro el resultado.
Uff, aún queda un poco para ver la reacción de Brick, (a todo, lit), así que le pido un poco más de paciencia.
Aidil: Jajaja, gracias, me da tanta paz mental que cuando escribo se entiendan mis ideas y no se enrede (?).
En efecto, Boomer sería el único que utiliza sus dos neuronas para no meterse con la novia de su hermano, ya que se mantiene un poco alejado de las cosas y observa desde lejos, tiene por costumbre pensar tres veces las cosas. Quiero darles más explicación a todos, no sólo a Blossom, así que tal vez me tarde un poco más en actualizar por eso, pero todo será para que valga la pena la espera.
TsukihimePrincess: No, en la primera versión Blossom no se acostó con Butch, porque esa historia era puro Blossick, en está versión quise descargar mi nueva obsesión: Blossutch.
No sé que decir... gracias por esperar tanto tiempo, me dio un bloqueo de todo por culpa de unos libros feos, pero espero volver a escribir normal.
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A gremlin shipping crack ship.
