Que agotado se sentía su cuerpo, que cansadas estaban sus piernas y que pesados se encontraban sus parpados, y aun así había conseguido abrirlos para que sus ojos se enfrentaran a la realidad, el horrible entorno oscuro donde había conciliado el sueño, y bajo el una mancha de sangre seca pegada al suelo, era morada por lo que era suya, verla le recordaba a los sucesos de ayer. Dib le había hecho toda clase de atrocidades a su cuerpo, torturas que ni en los calabozos irken se practicaban, mucho menos se conocían.
¿Porque Dib actuaba así? Siempre fueron enemigos, eso estaba claro, pero nunca pensó hacerle algo parecido, su último plan nunca supo si había funcionado...Entonces recordó y abrió sus ojos más de lo que creía poder en ese momento, ¿era su culpa? No podía serlo, se supone que Dib debería haber actuado de manera contraria, su plan no podía haberle fallado. Y como humano sus efectos deberían durar menos ¿entonces cómo? Todo el tiempo estuvo al tanto de su invento, y cuando debía hacer algún deber humano dejaba a cargo a Gir...Al procesar ese recuerdo por su cabeza presiono los puños con ganas de golpearse la cara con la palma de su mano ¿De verdad había sido así de estúpido?
-Hehe...ahora sé porque desaparecieron algunas pociones irkens.-Rio irónicamente.
Era seguro que Gir había agregado elementos químicos de procedencia irken a su afrodisiaco, pero eso no explicaba por qué el efecto era tan duradero.
-Maldición...no es culpa de Zim-hic
-Lloras este o no este yo ¿verdad?
Esa voz.
-Ha, que ridículo eres Zim. Como sea, vístete.
Lanzo unas prendas que traía en los brazos de la manera más brusca que pudo para golpear a Zim, cosa que no logro debido al ligero peso de la tela.
Zim las miro y quedo ligeramente confundido a la vez que sorprendido pues era su ropa, su típica túnica fucsia con sus guantes, botas negras y su peluca.
-Como buen defensor de la tierra debo vigilar a mi enemigo, lo que implica estudiar cada una de sus pertenencias.-Dijo al ver como el irken miraba la ropa.
-Ya veo...-No quiso responder algo más largo, solo dijo lo que creyó justo y necesario.-Pero... ¿Por-
-Ayer te dije que iríamos a la eskuela juntos.-Respondió antes de que Zim terminara su obvia pregunta.-Así que apresúrate.
Esperando complacer al humano, puso la peluca sobre su cabeza, se recargo sobre sus rodillas y comenzó a subir su túnica, dejando ver sus piernas y luego su torso para finalmente quitársela. Dib se encontraba frente a él, de pie y con los brazos cruzados, a pesar de que el brillo en sus lentes le impedía ver sus ojos ya sabía que lo estaba mirando. No le tomo importancia y recogió la túnica nueva y limpia para vestir su torso. Luego de que la tela cayera sobre sus piernas se quitó las medias y por consecuencia las botas, solo para darse cuenta de que entre el montón de prendas no albergaba ninguna media.
-Fufu...-Dib soltó una pequeña risita.
De sus brazos bruzados dejo ver uno convertido en puño. Zim lo miro sin ganas de saber lo que escondía, sabiendo que no le gustaría. El humano al no ver reacción de parte del irken, comenzó a doblar las rodillas hasta llegar a la estatura de Zim. Sus miradas se conectaron traspasando el vidrio de los lentes, aquellos ojos ponían nervioso a Zim.
Dib finalizo el suspenso abriendo su puño y dejando ver lo que guardaba.
-Un...un ¿ratón?-Pregunto Zim al ver el objeto que desconocía.
-Pft...¡Ahahaha! ¡Correcto...correcto Zim! Haha, esto es un ratón.-Respondió riendo y con obvia ironía.-Esto se llama vi-bra-dor.
No, definitivamente no sabía que era aquel objeto.
-Así que...-Marco una pausa para mirar el vibrador.-Si no quieres que te duela es mejor que abras las piernas.-Termino con su típica sonrisa y la vista dirigida a la entrepierna de Zim.
El chico verde se sentía intimidado por Dib, lo cual no era nada nuevo pero era el hecho de que, de alguna forma, se lo pidiera lo que lo hacía diferente. Se guardó la vergüenza y separo de a poco y levemente sus rodillas, agacho su cabeza para esconder su rostro avergonzado, trago saliva e intentaba separarlas más.
-Maldito humano.-Pensaba molesto.
-¡Ábrelas ampliamente, maldita sea!-Exclamo.- ¡Así te rompo el culo!
Sus gritos y órdenes tan duras como vergonzosas le taladraban los oídos.
Humedeció su garganta tragando saliva, desvió la mirada y entonces levanto su túnica con ambas manos, tomando la tela con la punta de sus dedos, separo tanto sus rodillas como sus pies, vaya posición mas denigrante para un invasor irken.
-Así está mejor...Fufu~ Ahora, si de verdad no quieres que te duela debes hacer espacio.
-¡¿Q-que?!-No necesito una explicación para saber lo que debía hacer.
-Solo mete tus dedos y abre tu trasero haha no es tan difícil.
-¡Oye Dib, ya vámonos!-Se escuchó la voz de Gaz gritando desde el primer piso.
-Que molesta... ¡Espera un minuto!
-¡¿Estas en el sótano?! ¡Sabes que a papá no le gusta que entremos sin su permiso!
-¡El ya no lo usa, por algo se llevó la mayoría de sus máquinas!
-¡Eso no te da el derecho de usarlo, aun están sus herramientas y la silla para pruebas-horrorosas!
-¡Solo cállate, en un minuto estoy ahí!
-¡Un minuto! ¡¿Me oyes?!
-¡QUE SI!
Zim lograba que la voz de Gaz le llegara más clara gracias a sus antenas, aunque una de ellas estaba levemente atrofiada y oía más despacio. Escucho los pasos de la chica subir las escaleras al segundo piso ¿siempre se llevaron ASI de mal?
-Ya no hay tiempo, la puta de Gaz ya está presionándome...ha, no es mi problema si te duele.
Llevo el vibrador a sus labios y abrió su boca para expulsar su lengua y recorrerla un corto momento por parte del objeto que luego introdujo entre los muslos de Zim.
-¡Gh! ¡W-wa!-Esos sonidos obscenos saliendo de su boca otra vez.-F-fue...
-¡Hey Dib! ¿Sabes qué? ¡Me voy a ir con Tak!
-¡Argh, no me interesa, ya vete con tu novia, tortillera!-Ya harto.
Pero Gaz ya se había ido, y probablemente no escucho todo.
-Ahora...-Volviendo a Zim.
Empujo el vibrador con su dedo del medio, abriéndose paso por entre las entrañas de Zim, quien presionaba sus puños por la presión en su entrada trasera.
-Ya está...haha.
-Ghu...-Dio un jadeo a modo de suspiro.
-Ahora ponte de pie.
Sin hacer esperar al humano luego de recordar lo que paso la primera vez que no obedeció, se puso de pie enseguida, dentro de su trasero se sentía incómodo.
-Vamos.-Le dio una mirada despreciativa y comenzó a caminar.
Zim le seguía de cerca hasta llegar a esa escalera por la que fue lanzado. Dib, esa era la salida.
-¡Muévete!-Le dio con la palma de su mano a la espalda de Zim, empujando su débil cuerpo contra la escalera.
-Ya verás cuando este libre, humano.-Intento no sonreír en ese momento.
Puso sus pies sobre la escalera para luego treparla hasta el primer piso, ya ahí se dispuso a correr, pero al dar el primer pasó que lo impulsaría cayo de cara al suelo, Dib ya había salido y logro atrapar uno de los pies de Zim antes de que escapara.
-Vaya, vaya. Y yo que te estoy llevando a la eskuela.-Presiono su pie con fuerza.-Y yo que te saco para que tus ojos de mierda vean el sol...-Puso sus pies en el suelo para enseguida poner uno de estos en la espalda del irken.
-¡Kha!-Tosió por la presión repentina.
-Solo porque no pienso perder el tiempo, no te romperé la "columna"-Giro su pie con fuerza, volteo a Zim con este y lo tomo del cuello.-No quiero problemas hoy.-Comenzó a presionar sus dedos, estrujando su cuello.- ¡¿Me oyes?!
-A-Ha...M...Mh.-Emitió el típico sonido de respuesta positiva mientras intentaba asentir con la cabeza.
-¡¿ME OYES?!-Con su mano vuelta puño golpeo el rostro de Zim dejándolo en el suelo.
-¡Khaf, Khaf! ¡Si! ¡SI! ¡SI!-Humillado cubrió su rostro y grito su respuesta.
-Entonces párate y vámonos.
Limpiándose la sangre del mentón se puso de pie y luego miro a Dib, este se acercó, Zim tuvo un pequeño espasmo debido al temor pero no se movió. El humano recorrió su brazo por el cuello del alíen.
-Tengo una jeringa en mi mano, Zim, apuntando justo a tu cuello. Más te vale no alejarte.
¿Una jeringa? ¿Y para qué? De todos modos prefería no averiguarlo, ya pensaría en algo estando en la eskuela.
Cuando Dib movió sus pies para poder caminar, Zim comenzó a hacer lo mismo, y no tenia de otra alternativa, pues el agarre lo hacía moverse.
Luego de pasar unas cuantas calles llegaron a la eskuela. Estaba lloviendo y Dib solo observaba como Zim se quemaba y lloraba de dolor intentando no hacer mucho ruido ni moverse.
Caminaron por los pasillos aun juntos, todos los miraban por un momento y un par de chicas se rieron emocionadas, Dib las miro por encima del hombro levantando una ceja, Zim estaba demasiado centrado en la situación como para haberlo notado.
Ya frente a la puerta de su salón, Dib uso su posición para empujar a Zim y aprovechar para acercarse al lugar donde deberían encontrarse sus oídos y decirle...
-Te conviene no salir sin mi.-Susurrando, su respiración le causaba cosquillas.
-¡Entren ya, mocosos!-Se escuchó a la señorita Bitters gritar mientras sacudía sus manos para entrar a sus alumnos.
Dib camino hasta su asiento dejando a Zim en el suyo, ambos se encontraban muy alejados uno del otro.
-Bueno niños...
-¡Ya no somos niños, maestra!-Interrumpió Zita.
-¡Son niños hasta que yo decido que son niños!-Grito frente a la cara de Zita quien se encontraba detrás de Zim.
Fue cuando Dib decidió poner a cabo el plan por el cual había hecho a Zim ir a clases. De manera disimulada metió las manos a sus bolsillos y extrajo de una especie de control, escondió su mano bajo la mesa y presiono el único botón que había, rápidamente miro a Zim.
-¡Aaaah! ¡Nhg! Ah...ah...-De la nada Zim comenzó a gemir, pues algo en su trasero vibraba.- ¡A-ah!...Mgh.-Cubrió sus labios con ambas manos y zambullo el rostro contra la mesa, no le importaba romperse la cabeza si es que así esos humanos no lo escuchaban.
-¿Zim?-La señorita Bitters dejo de regañar a Zita y volteo a verlo.- ¿Que tienes?-No sonaba amigable pero sin duda le extrañaban y molestaban sus obscenos sonidos.
-Ah, Ah... ¡A-ah! Esta...gh-ah ¡ah! Hic...Estoy bien...n, ah... ¡Aaah!-Por más que lo intentaba, los gemidos se le escapaban.
Toda la clase guardo silencio, murmuraban entre ellos, la mayoría se encontraban sonrojados, otros reían en silencio
-¡Zim!, tienes muchos gemidos, ¡tienes gemiditis! Ve a la enfermería antes de que infectes a los demás.-Ordeno señalando la puerta.
-¡Ah!...S-si... ¡gh! Señorita...n-ngh.-Con dificultad encontró su voz, la cual salió notablemente débil.
Uso sus brazos sobre la mesa para sostener su cuerpo y no caer al pararse, ya que sus piernas flaqueaban. Al despegarse de su asiento sintió como algo líquido se deslizaba por sus ingles y de ahí, por sus piernas, y no era poco.
-¡Iuh! ¡Maestra, Zim se orino!-Dijo el compañero a la izquierda de Zim al ver liquido escurriendo por las piernas de Zim. Todos rieron ante el comentario.
-¡Bien, Zim! Antes ve al baño.
Sus rodillas chocaban entre ellas, sus gemidos seguían y su respiración era visible debido al vapor que salía de su boca.
Comenzó a caminar juntando las piernas lo más que le era posible para no derramar sus jugos. Llego los pocos pasos a la puerta para, finalmente, cerrarla tras él.
-Ah... ¿Q-que pasa?-Presionando sus manos en sus glúteos.
-No te salvaras estando afuera, Zim.-Dicho esto, giro el botón y luego guardo el control con una sonrisa.
-¡GHYAAAAA! ¡AH, AH, GH!-Antes de dar su primer paso al escape, sus glúteos vibraron lo suficiente para dejarlo recostado en el suelo.- ¡A-Ah! Ghu... ¡ngh! ¡Maldita Sea...Ah!-Golpeando el suelo con sus manos vueltas puños.
Lo más deprisa que pudo, intento pararse y, enseguida, comenzar a correr, solo para terminar en el suelo otra vez.
-Fuh... ¡Ma-maldición! ¡Nh!
Lo volvió a intentar, al suelo nuevamente, otro intento, que acabo en el suelo, una vez más, para dar con el suelo. Siguió así cada vez maldiciendo menos al momento de acabar tirado, en el corto lapso de tiempo antes de zambullir su cuerpo en el piso, se movía aproximadamente tres pasos, pero no era suficiente, así no lograría escapar, era patético, ni siquiera tenía el valor de meter sus dedos y quitar el vibrador por su cuenta, y usar el pak en la escuela llamaría la atención, de manera que todos lo verían así de vulnerable, al gran invasor Zim.
-Oye, ¿tienes tu permiso?-Escucho una amable voz acercándosele.
Giro su rostro hasta dar con el de la otra persona, se sorprendió al verlo.
-K... ¡ngh! ¡Keef!-Con el rostro pintado de alegría pronuncio su nombre.
Frente a él se encontraba quien había sido su "mejor amigo" luego del incidente, llevaba una especie de inscripción en una chapa que decía "Hall Monitor".
Lucia casi igual, obviamente más alto, su polera celeste ya no traía dibujo y era notablemente suelta, sus pantalones verdes cambiaron a unos jeans sencillos y levemente gastados acompañados de los zapatos convers que todos llevaban por la moda. Sus ojos eran rojos gracias a Zim, pero parecía recordarle y reconocerle perfectamente. Nunca lo había considerado como "ALGO" importante, pero lo conocía lo necesario como para saber que lo ayudaría.
-¡Zim! ¡Oh vaya, eres tú!-Su rostro se alegró más que el de Zim.-Ha pasado mucho, ¿qué haces ahí? ¡Vamos párate!
Extendió su mano con una amigable sonrisa que convenció a Zim para tomarla e intentar volver a usar sus piernas, logrando haber desdoblado sus rodillas, volvió a caer, pero su caída fue evitada gracias a los delgados brazos de Keef.
-¡AH! ¡Ngh! Ah, ah, ah...Fuh...-Volvió a gemir.
Dejo su cuerpo a merced de Keef, pues no se sentía con las fuerzas de volver a pararse. Sujeto con fuerza la polera del chico e intento descansar en sus brazos expulsando sus marcados gemidos, eran tantos, que se agotaba, su lengua escapo de su boca y descanso en sus labios mientras seguía expulsando aire caliente.
-Z-Zim...t-t-te...¿te encuentras bien?-Keef, que no sabía lo que le pasaba a su amigo, se sonrojo hasta las orejas ante tal circunstancia, con ayuda de tres años de terapia había logrado reconocer al verdadero Zim, y con otros dos, olvidar su obsesión por él, pero ahora que lo volvía a ver, estaba en juego el funcionamiento de esta y el control que tenía sobre sí mismo, no se la estaba poniendo fácil.-Eh...¿Vienes de...de la clase de gimnasia? Hehe...-Simulo su "situación" cambiando un poco el tema esperando encontrar el verdadero motivo.
Zim sujeto y presiono con más fuerza la camisa en sus manos para levantar el rostro y toparse con los confundidos ojos de Keef. Seguía gimiendo, y si no lo hacía, jadeaba.
-Por... ¡ah!...kgh, por favor ¡AH, NGH! Te necesito...ah...Ahora.-Con dificultad pronuncio sus palabras.-Keef...-Sin querer dijo el nombre a modo de jadeo.
-Umh...-Dudo y paso saliva por su garganta para aclarar su voz.- ¿A-aquí?-No sabía bien a lo que Zim se refería, pero con la mente de un adolescente en plena pubertad no habían muchas opciones en una situación así.
-¡Ngh! No...Ah...mi-mi casa ¡Ah! Debemos, ah, debemos ir...a mi casa ¡AH! ¡Oh por...!
Ahora sus opciones se habían reducido. Dudoso tomo el cuerpo de Zim por debajo de sus brazos y lo apego a la pared más cercana.
-¡N-No te preocupes, Zim, nadie usa este pasillo, me-menos a esta hora!-Lo tomo por los hombros para aclararle lo que pasaba.
Pero no era de extrañar que el alíen no comprendiera absolutamente nada.
Keef uso una de sus rodillas para marcar la entrepierna del irken y presionarla levemente sobre esta.
-¡Hya! Mgh...Kgh...Ah, ah, ah...-Los procedimientos de Keef no ayudaban.
-Va-vaya...Hehe, nunca había hecho esto.-Rio nervioso.
Uso una de sus manos para colarse por la túnica de Zim y recorrer con delicadeza todo su torso, para suerte del alíen, no recorrió el lugar donde se encontraba el ombligo, que obviamente no tenia, y cuando estaba por llegar a sus pezones, Zim exclamo.
-¡O-oye! Ah...Ese...ese lugar... ¡No! ¡Gh!-Para evitar ser descubierto.
-Oh...está bien...entonces.-Bajo hasta su trasero y acomodo ambas manos en el.- ¿Aquí?
-¡Hiii! ¡A-Aaaah! ¡Ngh!-Cubrió su boca, aunque desearía haber usado sus manos para golpear a aquel humano atrevido.
Keef no perdió el tiempo, hundió su rostro en el delgado cuello de Zim, aspiro con timidez su aroma, para luego masajear aquel trasero, fue entonces que noto una leve vibración en sus glúteos, pero que finalmente tomo como una muestra del nerviosismo de Zim. Deposito un tímido beso en su cuello y metió ambas manos por debajo de la túnica de Zim para acariciar el mismo lugar, sorpresa, sus manos terminaron mojadas y pegajosas.
-Vaya, Zim...No-no sabía que fueras tan...ya sabes.
-¡Hya! ¡Ngh! Huma...gh...no, Ha...Quita-tu-¡WHA!-Se sorprendió al sentir como uno de los dedos se colaba entre sus posaderas, con cuidado.- ¡W-Wha! Ese...lugar... ¡ngh! No puedes...
-E-Esta bien, Zim, juro que me detendré si te duele.
Coloco su rostro frente al de Zim, tenía una mueca de confusión y estaba teñido de un brillante morado.
Cerró sus ojos y comenzó a acercar su rostro, en cambio los de Zim no podían estar más abiertos, y debido a la pared, no podía alejarse. Más fue su sorpresa cuando Keef abrió levemente la boca.
-¡V-v-v-va a comerme los labios!-Pensó asustado.
Y cuando ya había aceptado lo que ocurriría cerrando sus ojos con desagrado, Keef cayó al suelo de lado.
Luego de escuchar el sonido de su caída, abrió los ojos. Y ahí lo vio, era Dib, mostrando su puño manchado de rojo. Estaba sorprendentemente enojado, era cosa de mirar su rostro.
-¡HIJO DE RE MIL PUTA!-Grito Dib con una voz casi gutural que asusto tanto a Zim, como a Keef.
El pelirrojo yacía en el suelo con parte de los labios rotos y la mejilla morada con la palma de su mano sobre ella.
Dib comenzó a acercarse con pasos marcados hacia Keef, haciendo notar que usaba bototos. Volteo el cuerpo del chico con su pie, para luego sostenerlo del cuello contra la pared.
-¡¿QUE MIERDA CREES QUE HACES, AH?! ¡MARICON!
-¡¿Q-que?! ¡Oye, yo solo-
Antes de terminar de hablar, un puño le llego con fuerza al estómago, y por consecuencia expulso todo su aire, por lo que lanzo un, obviamente, ahogado y fino jadeo, ante esto Dib sonrió.
-¿Qué? ¡¿Qué?! ¡¿TU QUE?!
Mientras Keef intentaba recuperar el aliento, Dib hacia lo posible por que no le llegara, presionando su cuello con ambas manos, lo estrujaba.
-¡Vamos, vamos! Querías cogértelo ¡¿Verdad?! ¡Vamos, contesta!
-A-Ah...-Lo que dijo no fue ni el intento de una respuesta, si no el intento de respirar.
-Escucha, en este momento tengo la fuerza necesaria para hacerte trizas el cuello. Más te vale responder.
Ante su declaración, Keef intento asentir con la cabeza.
-Hm...-Dib levanto una ceja con el rostro nulo ante emociones.-Entonces...-Remplazo sus dedos en el cuello del pelirrojo por su brazo sobre este.-Movámonos.
Zim seguía gimiendo y jadeando, estaba de pie pero con las rodillas juntas, bajo el, un charco de considerable tamaño, obviamente hecho con sus fluidos. Había observado su discusión un tanto preocupado, pero no se le paso por la cabeza la idea de interferir si Dib estaba ahí.
-Tu también muévete, puta.-Ordeno que llegara a su lado haciendo un pequeño movimiento de cabeza.
Pero el irken en lugar de acercarse, se apegó más a la pared y observo a Dib molesto. El humano dio un suspiro rodeando los ojos, para luego dar un paso frente a Zim y dirigir su rodilla con fuerza a su estómago.
-¡GH!
-¡Zim!-Se soltó de Dib y se dirigió al chico lastimado.- ¡¿Zim estas bien?!
-Ha...-Suspiro.-Me enferman. Solo apresúrense y vámonos antes de que esos imbéciles de los maestros se den cuenta.
-No te entiendo, ¿dónde quieres llevarnos? Es más... ¿qué crees que haces llevándome a donde sea luego de golpearme? No creas que me llevaras, menos luego de golpear a Zi-
Callo al instante sus quejas cuando Dib, luego de un suspiro, mostro su arma y la posiciono en la frente de Zim.
-Eres tasan ruidoso, Hehe, bueno...te mueves ¡O JURO QUE LE VUELO LA PUTA CABEZA! Lo he hecho antes, no me costara hacerlo de nuevo, menos a esta zorra barata.
-Kgh...
Dudo un momento, pero si la vida de Zim dependía de él, entonces no tenía ese privilegio. Se levantó con cuidado mirando a Dib.
-Entonces nos vamos.-Se volteo y guardo el arma en su bolsillo pero aun sosteniéndola.-Y trae a la puta de Zim también.
-Está bien, Zim, ya hare algo, tú no te preocupes.
Le dijo mientras lo ayudaba a pararse, el rostro del irken estaba desanimado, ni pareció haberle importado lo que pasaba y sus gemidos ya eran solo jadeos. Keef intento sonreírle aun con sus nervios, acaricio sus falsos cabellos, por instinto, Zim levanto el rostro, dando a Keef la oportunidad de besar su mejilla y dejarlo con unos rápidos parpadeos por la impresión.
-Ahora vamos ¿si?-Le sonrió.-Todo estará bien.
Ese amable rostro le daba la suficiente confianza para seguirle aunque el guía fuese Dib. Levanto su cuerpo con sus piernas temblorosas y ayuda de Keef.
-¿Piensan moverse?-Dib observo la escena con ambas manos en los bolsillos y sin expresión.
-Vamos...-Dijo Keef suprimiendo el enojo.
Ambos chicos levemente heridos siguieron al azabache a unos pasos de distancia, con pasos livianos para no ser escuchados por los maestros. Siguieron así hasta llegar a la calle, como era de esperarse, no había nadie en la puerta de la eskuela, por lo que no tuvieron mayores problemas en salir.
Mientras continuaban pasando calle tras calle, Dib quito la mano de su bolsillo sosteniendo una caja de cigarrillos. Abrió la cajita con el pulgar y saco un cigarro con los labios para luego encenderlo con el encendedor que también estaba acompañando a sus cigarros, se detuvo y volteo a ver a los chicos.
-¿Fumas Keef?-Pregunto luego de expulsar humo por su boca.
-Eh...no...No, no fumo.-Haciendo una mueca.
-Ahora lo harás.-Luego de rodear los ojos, acerco la caja a Keef.
-Pe-pero...
-Ahora lo HARAS.-Dijo lo último presionando los dientes.
Sin más opción, saco un cigarro con la yema de los dedos, luego Dib avanzo para encenderle el cigarro. Vio que Zim estaba ahí, lo miro un momento y soltó el humo en su rostro.
-¡Ack! Khaf...Khaf.-Tosió un par de veces.
El humano de lentes sonrió ante su reacción mientras que el pelirrojo lo miraba molesto.
-Solo fuma ¿quieres?-Mientras se adelantaba con el cigarrillo entre los dedos.
Con desagrado, Keef aspiraba del cigarro, pero al momento de exhalar el humo, este salía gracias a su tos.
-Pft...Haha.-Rio levemente Dib.
Unas cuadras más de caminata y habían llegado a la propiedad de los Membrana. Al observarla, Keef aprecio la falta de mantenimiento de la casa, a pesar de ser una para gente con dinero.
-¿Vas a entrar o te quedaras mirando cómo idiota?
-¡Ah! Si, si...pero ¿puedo saber por qué debo entrar?
-Lo veras cuando entres, y recuerda que puedo disparar cuando me dé la gana.-Seguido, puso el cigarro en sus dientes y abrió la puerta sin entrar.-Ahora entra.-Ordeno señalando con un movimiento de cabeza.
-Vamos, Zim.
Pero él no quería, ¡por Dios!, no quería volver a entrar ahí, no volvería a entrar ahí.
-Zim, ¡¿quieres morir, alíen de mierda?!
-¡Si! ¡Si, mátame, mátame ahora! Porque no pienso volver a entrar ahí ¡¿me oyes?! ¡NO VOLVERE A ENTRAR AHI!-Grito con toda la fuerza que pudo y comenzó a correr.
-¡Zim!-Keef intento detenerlo hasta que escucho un fuerte sonido que lo congelo. Vio a Zim caer al suelo y lentamente giro su cabeza para toparse con Dib y el arma en sus manos.-...Tú...
-No molestes, que no lo mate, solo está dormido.-Aspiro la nicotina para luego volver a expulsarla.-Es un tranquilizante, y se cayó porque le di al tobillo. Ahora entra.
Los nervios de Keef se calmaron un poco más pero, obviamente, no por completo.
Dio una última mirada a Zim antes de entrar, vio como Dib lo tomaba del pie y comenzaba a arrastrarlo a la entrada.
Dentro de la casa, Dib indico las escaleras con su cigarro en mano, indicación que Keef siguió también con el cigarro en su mano.
-La alfombra, levántala.
No comprendió exactamente a lo que se refería, pero no le tomo importancia suficiente como para cuestionarlo, por lo que lo hizo. Se encontró con la puerta de madera, la cual, asumió que debía abrir, y al ver la escalera, supuso que debía bajar.
-Eres bastante más listo que Zim...que lastima.-Dijo para sí mismo y luego salto hacia el sótano, no sin antes haber dejado caer a Zim.
-¡No era necesario tirarlo!
-Para mí sí.
-Bueno, ya estoy aquí... ¿ahora qué?
-Keef...sabes lo que es follar ¿verdad?
El nombrado se sonrojo ante esa palabra.
-Te refieres a... ¿hacer el amor?-Sintió como si de su cara fuera a salir vapor.
-¡Ahahaha! No Keef, FO-LLAR.
-No entiendo la diferencia...ni dónde quieres llegar.
-Desnuda a Zim.
-¡¿Co-cómo?!
-Ibas a hacerlo en la eskuela ¿verdad? ¿Cuál es la diferencia?-Le dedico una extraña sonrisa.-Ahora ¡DESNUDALO!
-¡Tch! De acuerdo.
Comenzó a doblar sus rodillas para llegar a una estatura un tanto más alta que la de Zim en el suelo. Entonces paso saliva por su garganta y levanto con delicadeza la única prenda que traía, sin contar sus botas y guantes, la túnica, quedo en shock ante el cuerpo que tanto deseaba ver.
-Así es, Keef...Zim es un alíen.-Se agacho hasta la altura de Keef.- ¿Qué te parece?
-...Yo.-Se puso de pie lo más rápido que pudo.- ¡Yo me voy!-Comenzó a caminar.
-Vaya...tú si eres una mierda de persona, Keef. Era tu mejor amigo ¿no? Y ahora que descubres lo que realmente es, lo abandonas.
-Pero...pero ¡¿cómo se supone que reaccione?!-Se volteo para ver la figura de Dib ahora de pie.
-¿Te causa asco?
-¿Que dices...?
-¿Curiosidad?
-Yo no...
-¿Frustración? ¿Enojo? ¿Decepción?
-Oye, eso no puede...
-O tal vez... ¿excitación?
El pelirrojo no pudo responder ante lo último, porque podía tener algo de razón, en lugar de hacerlo, solo desvió la mirada.
-Entonces...-Comenzó a acercarse.- ¿Cuál es el problema? FO-LLA-TE-LO.
Su rostro había cambiado, así como la idea de irse. Presiono los puños y camino hasta el alíen desmayado, quito la túnica de su cuerpo para poder admirar su desnudez, era tan delgado y pequeño, pequeño como un niño de primaria.
-Si le quitas el "pelo" encontraras otra sorpresa.-Dibujo comillas con sus dedos y una sonrisa en sus labios.
Sin pensarlo dos veces, levanto su cabello desde donde, se supone, están las raíces, y encontró un par de delgadas y negras...
-Antenas...bastante cliché ¿no?
-Supongo...
-Bueno, tú sigue.
Antes de que Keef separara las piernas del alíen, Dib se interrumpió presionando su cigarro en la mitad del delgado abdomen de Zim y, de esta manera, despertándolo.
-¡Ay! ¡AYAYAY! ¡GHYAA! ¡¿QUE PASA, QUE PASA?!-Abrió los ojos abruptamente debido al dolor.
-No querrás fallártelo sin que gima ¿verdad? ¡AHAHAHA!-Rio como descontrolado luego de volver a quemarlo en un área distinta.
-Eres extraño...-Sin tomarle importancia a lo gritos que Zim daba.
-Tú también puedes hacerlo.-Calmando sus carcajadas.
-¿Yo?
-Ya está acostumbrado, y créeme. Te volverás adicto a sus gritos.
-Keef... ¡KEEF, DIJISTE QUE ME AYUDARIAS!-Con su voz temblorosa.
Ignoro sus objeciones y uso el cigarro que tanto le había costado fumar, para rostizarle la lengua.
-¡GHAAAAAA! ¡¿PODQUE?! ¡WAAA!
-¡AHAHAHAHA! ¡Eres increíble, así se hace! ¡AHAHAHA!-Dib reía a más no poder.
-He...Hehe... ¡Hahaha! ¡Vaya, esto es divertido!-Su risa comenzó a crecer.
Separo las verdes y delgadas piernas de Zim, para luego meter unos dedos y toparse con el vibrador, sonrió, y bajo sus pantalones.
-Espera... ¡Espera Keef! ¡No toques a Zim! ¡No toques a Zim! ¡NO TOQUES A...! ¡GH! ¡AH!
Entre sus órdenes al estilo de suplicas, Keef metió su pene erecto entre las húmedas paredes de Zim, chocando con el vibrador aun encendido y metiéndolo mas adentro.
-¡AH! ¡NNH! ¡NGH! ¡HA! ¡KEEF...! ¡YA DETENTE! ¡AH...! Tu no...-Entre gemido y gemido, intentaba detener a su acompañante pelirrojo.
-¿Qué pasa, Zim? Ha...¿Tan malo es que sea yo...?
-¡Haa! ¡Ya detén...gh...te! ¡HUMANO!-Estaba preparado para dar un golpe cuando sus brazos fueron sujetados con fuerza desde atrás.
-No te pongas agresivo, Zim.-Dib había sujetado ambas muñecas y las apreso contra el suelo.
-Dib... ¡GH! ¡DIB!
-Zim...Ha...No digas su nombre ¡haa! ¡Di el mío!
Cuando Zim estaba a punto de contestar con una respuesta negativa, los labios le fueron sellados por otro par, Keef lo estaba besando, y no parecía querer parar, usaba su lengua para recorrer cada parte de su pequeña boca, lo sentía mas asqueroso que chupar el miembro de Dib, quien por cierto ya no estaba sosteniendo sus manos ni se encontraba cerca. Apretó sus parpados mientras Keef seguía violando su boca, enviaba saliva a la de Zim y esta le quemaba, su boca no podía estar más caliente, no podía respirar, no podía quitárselo de encima, de pronto algo le corto levemente el cuello, sentía el asqueroso sabor de la saliva ajena mezclado con... ¡¿sangre?!
-Te has pasado, hijo de puta.-La voz de Dib se hizo escuchar.
Al abrir sus ojos se encontró con la mirada perdida y vacía de Keef, que ya no se movía...ni respiraba. Movió su cabeza para quitar el rostro de Keef de encima, y al hacerlo, la cabeza de este rodo por el suelo.
-¡HIII!-Grito horrorizado.
No podía apartar la mirada de la cabeza, mientras giraba dejaba rastros de sangre, mucha sangre, no desvió su vista hasta que una mano la levanto del suelo.
-Así es mejor ¿no? Puta.
Pateo el cuerpo muerto Keef, quitándolo de encima de Zim y dejando una mancha de sangre que escurría por su torso.
Dib sostenía, en una mano, la cabeza de Keef, y en la otra, una especie de katana bañada de rojo.
-A papá le gusta coleccionar estas cosas.-Refiriéndose a la espada.
Zim no lograba escuchar lo que Dib decía por estar demasiado centrado en lo sucedido. Su respiración agitada debido al miedo.
-Ha...-Suspiro mirando la cabeza que sujetaba en su mano.-Estaba poniéndose tan excitante...no tenía por qué haber hecho eso, me quede duro por su culpa...-Sonrió.-Pero es solo un detalle, Huhu...
Dejo caer la katana junto con su pantalón y bóxer, exponiendo su erección. Tomo la cabeza por las mejillas con ambas manos.
-Asegúrate de mirar, Zim.
Y metió su pene por la carne muerta de la garganta. Comenzó a mover la cabeza de Keef y sus caderas.
-Oh vaya...se siente...gh... ¡Wow! Ahaha.
Penetro la garganta del chico tan rápido como pudo. La sangre hacía de lubricante y no le era difícil moverse. La carne muerta era blanda, lo que facilitaba su avance.
Zim miraba la escena con desagrado y horror.
-Ya...voy a... ¡Ah! Ha...
Eyaculo, y su esperma salió por la boca del muerto.
-¡Hahahaha! ¡Está vomitando semen! ¡Ahahaha!
Luego de acabar estiro sus dedos, y por consecuencia la cabeza cayó al suelo, el pateo con el tobillo mientras caminaba hasta el chico verde.
-¿Por qué...? Keef nunca...-Sin despegar la mirada del suelo.
-Pero lo hizo, Zim.-Se interpuso entre la cabeza y la mirada de Zim.-Lo hizo y lo hubiera seguido haciendo.
-¡Mientes! Ese no...Ese no era...-Por fin podía sacar su voz.- ¡Fuiste tú! ¡¿Que le hiciste?!
-¡Hahahaha! Que atrevido te pones de repente...Ha, ¿qué cigarros crees que fumo, Zim?
-Así que si fuiste tú-
Mientras le hablaba con una voz confiada y atrevida, Dib agarro y presiono sus mejillas con su mano entera y hundió sus dedos en ella.
-¡SI YO FUI!-La voz gutural de Dib lo asustaba más que la mirada que le dedicaba.- ¡¿ALGUN PROBLEMA?! ¡CREO HABERTE DICHO QUE ERAS MI PUTA!-Comenzó a hundir las uñas.- ¡MIO, MIO, MIO, MIO!
En verdad Zim no entendía a los humanos, pero por sobre todo, no entendía a Dib, y no entendía como unas simples miradas acompañadas con el "todo" de Dib, podía aterrarlo tanto, y sabía perfectamente que ese temor lo demostraba con su mirada...cuanto odiaba eso de él.
-¡Ah, esa mirada! ¡Solo quiero ver esa expresión tuya por siempre, Zim!
Luego de esto, Zim vio el brillo de la afilada navaja de Dib sobre él, luego no vio nada, pero sintió un ardor increíble en su ojo, Dib la había clavado en su ojo.
-Si, si...esa mirada, amo tanto esa mirada...Ahaha.
-¡UWAAA-A...ACK! ¡GHH!-Apretó los dientes para intentar soportar el dolor.
Dib hundió la navaja y luego la giro, para finalmente retirarla con esa gran pupila fucsia incrustada en la punta.
-¡GHH!
Guardo el ojo en su bolsillo con la mirada centrada en el rostro adolorido del alíen. Ahora sin un ojo su rostro se veía más...más a su gusto. Le parecía gracioso ver como aquellas constelaciones de lágrimas solo escapaban de uno de sus ojos, mientras que del otro solo escurría esa purpura sustancia liquida.
-Ahora...quiero intentar algo...Hahaha.
Apego una de las manos de Zim al suelo, y acto seguido clavo su navaja en la palma hasta atravesar el suelo junto con su carne, un hermoso sonido se hizo escuchar, un agudo y callado "squysh".
-¡UWAAA! ¡AH! ¡DIB, ESTO...! ¡Maldi...! ¡Gh!... ¡Quítale esto a Zim!
Dib no tuvo interés en escucharlo, ya que estaba centrado en buscar algo dentro de su bolso. Su brazo se movía por la búsqueda, y en el momento que su brazo se detuvo, Zim sabia que lo había encontrado.
