Vueltas del destino 2

Por segundos, mientras caminaba rápidamente tratando de seguir el paso de su hijo, quien an su pesar no le prestaba la más minima atención a lo que le exigía. La rubia mujer fijó sus ojos azules en que joven que amaba más que a su propia vida, a pesar de no ser hijo del hombre a quien amaba.

El fugaz pensamiento la hizo volar al pasado y recordar.

Desde el momento que conoció a Richard se sintió cautivada por su presencia, sin embargo y por más que quizo, no podia amarlo. Él, quien luego a fuerza de chantajes se convirtió en su esposo, había llegado tarde, muy tarde a su vida.

Meses antes de que su familia llegase a vivir a Londres, ella había conocido a un joven que con su sonrisa logró que su mundo cambiara. Eleonor era la hija perfecta de una de las familias más ricas de América, pero se había enamorado locamente de un hombre de clase social muy por debajo de ella.

Como decirle al corazón que eligiese a quién amar, cómo decirle que dejara de latir cuando los besos robados hacían que desapareciera cualquier duda de su cabeza. Pero como toda historia de amor, está tuvo un final triste. Sus padres se enteraron y la sacaron del país llevándola a vivir lejos y dándola en compromiso con aquel hombre frío que le ofreció no sólo un status económico mucho mayor al que ya tenia, sino que también le dio un titulo, obligaciones reales y un hijo.

Durante los primeros 2 años su tristeza era palpable, nada la hacia sonreír y a su esposo poco le importaba su estado anímico, ella tenia que cumplir como duquesa con sus obligaciones sin reclamos, incluyendo ser su mujer, pues él necesitaba un heredero y ella tenia que proveérselo.

En el momento que supo que estaba embarazada sus días comenzaron a brillar. Tendría alguien que realmente la amara y que ella podría amar, aunque no hubiese sido concebido con amor.

Dos años después del nacimiento de Terrence, él volvió a su vida, no como el joven enamorado, sino como el hombre que jamás había dejado de amarla y que prefería estar junto a ella aunque tuviese que servirle al hombre que le había quitado su mujer.

John McBride había vuelto a su vida, aunque ahora fuese la mano derecha de su esposo. Volver a verlo hizo que todo su mundo cambiara. Al principio intentó alejarse de él y no aceptar ningún tipo de acercamiento que le demostrará al hombre, que aún luego de tanto tiempo, su corazón latía por él.

El amor que aún vivía en ambos resurgió con mas fuerza y más ardiente dando frutos. Elbia, su pequeña rubia de ojos grises era producto de aquel amor imposible.

Richard nunca prestó atención a la niña, pues para él, ya tenia el heredero que tanto necesitaba. De principio John no estuvo de acuerdo que su hija fuese reconocida por otro hombre, pero Eleonor le convenció que era lo mejor para la niña: un titulo, un buen estado y la seguridad que no seria repudiada.

Lamentablemente para John, Eleonor estaba llena de prejuicios sociales, miedos y sobre todo temía que Richard al enterarse de la verdad le quitase a Terrence y le prohibiera volver a verlo. Sabia que este tenia el poder y que no dudaría en hacerlo.

El hombre entendió y aceptó seguir al lado de la mujer que amaba y su hija sólo como el asistente y mano derecha de Richard.

Pero no hay verdad que duré por siempre oculta y aquel día que Richard había salido en busca de Terrence, pues el joven había hecho algo que sin dar explicaciones había hecho que el entonces duque saliese sin dar tras él.

Al volver pasó lo que tanto ella había temido. Por un simple descuido, él los había encontrado besándose en el estudio; Richard le exigió a John que saliera de aquel lugar, luego hablaría con él, pero ella, ella era quien debía darle explicaciones. Eleonor debió mantenerse en su lugar de duquesa y no comportarse como una cualquiera.

La discusión fue mayor de los esperaba, no sólo aquella triste historia de amor salió a la luz, sino que también la paternidad de Elbia, haciendo que un fuerte dolor en el pecho terminará casi inmediatamente con la vida del duque frente a los ojos de su esposa mientras esta gritaba desesperada por ayuda. Ante aquellos gritos, Terrence llegó al auxilio, para darse cuenta que había llegado tarde y su padre estaba muerto.

Todos asumieron que la muerte de duque fue a causa de lo que había pasado con su hijo. Eleonor prefirió callar y dejar las cosas así, y aunque nunca supo que había pasado con Terrence y su esposo, entendía que traer a la luz la verdad sólo haría que la repudiaran tanto a ella como a su hija.

Pero ahora ella quería por fin darle riendas a su amor y para ello necesitaba que Terrence se casara, para así, ella poder retirarse de aquella vida que la asfixiaba y vivir su historia junto al hombre que amaba. Sabía que la mejor candidata para su hijo era Margaret, pues la joven hacia todo lo que ella le pedía y eso era justamente lo que necesitaba una aliada junto a su hijo para el momento en que se supiese la verdad y rehiciera su vida, esta tranquilizara las aguas y le ayudara en caso de que Terrence no quisiera volver a verla.

Por ello era su insistencia, por eso hacia lo necesario para que se cumpliera esa boda, pero esta noticia, de ser verdad, cambiaba todos sus planes.

La voz de su suegra la trajo a la realidad y vio cómo su hijo palidecía mientras leía aquel periódico.

Más de un secreto hay guardado en esta historia...

¿Qué piensan de Eleonor? ¿Creen que Terry la perdone al enterarse?