En el momento que mis manos tomaron el periódico y mis ojos se posaron sobre aquel artículo que se encontraba en primera plana, una gota de sudor frio bajo por mi frente al ver los protagonistas de ella.
Era ella, Candice. La mujer que le dio luz a mi vida, para luego volverla oscuridad. La protagonista de aquella historia de amor que sólo llegó a soñarse y no ha realizarse. La que me llevó a las estrellas y me dejó caer en el vacío más infinito en que un alma como la mía puede caer.
Seguí contemplándola y escanee cada detalle de ella. Sus ojos, sus labios... Simplemente todo. Había cambiado tanto la que fue mi musa y mi Julieta.
No podía creer que era aquella muchacha que tanto amé y por la cual hubiese cambiado todo lo que tengo.
Tantos años... Candice. Mi Candy...
10 largos años para ser exacto en que me había prohibido pensarla, imaginarla y sin embargo ella, aquella rubia pecosa de verde lagunas era la dueña absoluta de mi existencia.
Ahora con su foto en mis manos y mirándola, mi mente vuela a otro lugar. Un lugar donde deseaba ser feliz junto a ella, ser yo mismo, ser quien ahora no soy.
No sé cuanto tiempo pasé viendo aquella foto, la verdad es que todo al mi alrededor desaparecido al volver a verla, mi pecosa.
No escuchaba nada más que los latidos de mi corazón, el cual volvía a latir tan rápido como nunca imaginé, como hacia años no lo hacían, como sólo ella era capaz de hacerlo.
– Terrence te estoy hablando –la voz de mi abuela me trajo de vuelta a la realidad. La miré sin entender que quería y menos aún, por qué la foto de ella se encontraba junto a la mía– Lee el titular –me exigió– ¿y dime que está pasando Terrence? –bajé mis ojos nuevamente a aquel periódico y al leer quedé aún más pasmado que antes.
– ¡Explícame en este momento Terrence! –volvió a pedir mi abuela ahora en un tono molesto, pero al ver mi cara entendió mi confusión y sin más, me tomó de la mano y comenzamos a caminar al estudio.
Con cada paso que daba, un recuerdo de mi vida junto a ella llega a mí. Con cada paso vuelvo a sentir morir mi corazón al recordar su partida. El dolor de ese día aún esta presente en mí. Quise odiarla, olvidarla y hacer que cada recuerdo fuese olvidado en el rincón más oscuro de mi alma. Y hoy con solo su foto, todo vuelve como antes.
Entramos a dicha habitación, no sé en que momento me senté en el sofa escarlata junto a la ventana. Mismo en que en aquellos años me senté a llorar su recuerdos, dónde me juré olvidarla y sacarla de mi vida. Ahora sólo sé que mi cuerpo y mi mente no estaban conectados por más que quería. Hubiese querido romper este periódico, desbaratarlo y tirarlo a la basura como ella hizo con mi amor.
Mi abuela, como siempre, caminó hacia el sillón detrás del escritorio y se sentó sin decir una palabra; colocó sus codos sobre la misma y sus dedos entrelazados a espera de que yo hablase.
Sin ninguna invitación y con alta prisa, mi madre entró y sentó frente a mí. Vi cuando abrió sus labios para hablar, pero con las manos, mi abuela le pidió, mejor dicho, le ordenó que no lo hiciera. Por alguna razón que en este momento no me importa, siempre la reina trataba a mi madre de forma ruda.
Respiré de forma profunda, todo el peso del pasado caía nuevamente sobre mí:
El adios, el dolor, la culpa y sobretodo la muerte de mi padre.
Coloqué una de mis manos entre mi cabellos buscando una respuesta lógica a esto. Mi abuela sabia que sólo hacia este gesto cuando estaba nervioso o frustrado y creo que esta vez eran ambas cosas.
Podia sentir las gotas de sudor bajar. No podía quitar la vista de aquel titular y de la foto de la joven rubia que se encontraba en él.
Levanté la vista y mire cómo mi abuela me miraba; no estaba molesta, de eso estaba seguro. Era algo más ¿Duda? ¿Pena? ¿Dolor?
– Abuela, yo... –intenté hablar, pero mis palabras simplemente no salían de mis labios
– Tienes que explicarnos esta barbaridad –gritó mi madre y mi abuela la miró con aquella mirada que nos distinguía a la familia real. Era una forma de decirle sin palabras que hiciera silencio o que se atuviera a las consecuencias.
– Terrence lee en voz alta el titular –me pidió en un tono más amable, pero firme. Creo que ella quería que yo entendiera lo que allí estaba escrito. Bajé nuevamente la mirada y comencé a leer:
– "Sale a la luz el secreto del duque de Granchester. Todo la verdad sobre la boda del duque con la doctora americana: Candice Ardley." –leí sin respirar
– Ve a la página de adentro –volvió a pedir mi abuela. Abrí el periódico en la página allí señalada y para sorpresa mía; una foto de acta de matrimonio junto a una nota en rojo. –lee esa parte Terrence –dijo la reina al ver que mis ojos se tenían en esa parte en que su firma y la mía le daban valor a dicho papel.
– Foto del documento oficial del acta de matrimonio. –por un segundo recordé aquel día, mi alegría y el dolor del mismo.
– ¿Es ese documento es verdadero Terrence?
– Abuela... Sí, lo es. – fue lo único que salió de mis labios.
Hola mis bellezas... Ya sabemos la primera parte del secreto...
¿Qué piensan que le hizo Candy a Terry y por qué?
Mis musas como que quieren seguir y terminar le próximo capítulo... ?
