Siento como algo suave acaricia mis labios y juega con ellos. La caricia es tan placentera que no quiero despertarme.
La suavidad de las sabanas me envuelve y sin abrir los ojos me acercó más, aún más a ese calor que me atrae. Su perfume me embriaga y me siento volar. No sé donde estoy, ni la hora, día o año, sólo sé que estoy feliz. Que he dormido como nunca en mi vida y que él está aquí conmigo.
Regocijémonos y deleitémonos juntos,
celebraremos tus caricias más que el vino.
¡Sobran las razones para amarte!
Abro los ojos y ahí frente a mi está Terry tocando el puente de mi nariz. Su pelo revuelto y desordenado haciéndolo lucir más bello que nunca. Me declaro su fan #1.
– Despierta bella durmiente –me dice sonriente sin dejar de tocarme. Sonrío mientras más me acerco a él y pego mi cuerpo al suyo. ¿Y quién no se aprovecharía de este momento?
– Veo que te siguen gustando mis pecas –le digo mirándolo fijamente
– Sólo quería contarlas. –responde de forma inocente– Quiero asegurarme que ninguna haya desaparecido y que estén todas en su lugar. –continúa tocándome y me siento volar.
– ¿Y ya saben cuántas son? –pregunto mientras comienzo a moverme entre las sabanas para que mis piernas le toquen.
– Sólo las del rostro –responde pícaramente– me faltan las del cuello, la espalda y quizás algún otro lugar que me faltó explorar.
– Sabias que la curiosidad mató al gato. –digo sutilmente
– Tengo entendido que era gata. –habla mientras su dedo baja a mi cuello. Cierro los ojos y muerdo mi labio inferior y mi respiración me empieza a fallar. «Si esto es lo que me hace sentir con tan sólo usar sus dedos...», pienso y un remolino me llena en el interior.– Debemos levantarnos... Ya pasan de las 10 de la mañana.
– Es temprano aún. –protesto tomando las sabanas y me arropo hasta la frente con las ellas
– Candice debo ir a un lugar y deseo que me acompañes.
– ¿Tengo que ir? No quiero levantarme – manifiesto mi deseo de seguir en esta cama, su cama y dejándole casi sin ninguna de las sabanas y me envuelvo aún más.– Tengo sueño. ¿Acaso tú no tienes sueños?
– Digamos que es la primera vez en años que duermo pasada las 5:am. Y... Si tienes que venir. –dice mientras me desarropa y me hace cosquillas para que despierte.
– Sí lo pides de esta forma claro que deberé acompañarte... ¡Me rindo has ganado! –grito sin parar de reírme.– Te ves hermosa acabada de levantar. –acaricia mi pelo suavemente, envuelve en sus dedo un rizo rebelde y le acaricia como si se tratara de algo muy valioso. Sus dedos ahora surcan mi cara.– Vamos que quiero hacer de este viaje uno inolvidable. –se levanta y toma mi mano para ayudarme a poner de pie.
– Voy a mi recamara a prepararme.
– No es necesario. –le miro sin entender y entonces voltea la cara hacia el sofá escarlata y allí veo todas mis maletas, ropas y cosas personales– Pensé que como estamos en temporada de tormenta y para evitar que pases malas noches... Bueno que de una te quedaras ya aquí conmigo y así nos hacemos compañías ambos. –continuo mirándole tratando de asimilar lo que acababa de decirme– Recuerda que también le temo a los truenos.
– No seas tonto. Claro que sé que no le temes. –le digo poniendo mis ojos en blanco
– ¿Lo dudas? Acaso anoche cuando llegaste no me viste todo asustado y casi temblando. –me mira con cara de inocente y me acercó a él de forma sigilosa y coqueta.
– Dime la verdadera razón ¿Dime el por qué? –toco su pecho desnudo con mi dedo y ahora es él quien cierra sus ojos.
– Ven conmigo –me dice mientras me agarra por la cintura y susurra en mi oido– Tres días. Sólo te pido tres días y prometo responder cada una de tus preguntas. –sus labios surcan mi cuello.– Necesitamos hablar y que no quede ninguna pregunta sin respuesta.
– Si. –digo sin fuerzas, como hipnotizada por lo que me hace sentir.
– Entonces ve prepárate que yo haré unas llamadas para organizar todo. –se despega de mí y me brinda una de esas sonrisas de lado que tanto amo.– Ponte ropa cómoda –me dice mientras se dirige a su cell y comienza a hablar con alguien. Creo es John, pero no me importa. Abro mi equipaje y tomo un T-shirt azul cielo, unos jean azul oscuros y mis converse. Le muestro lo que he decidido vestir mientras continua hablando y con una sonrisa y un movimiento de cabeza me da el ok. Salgo corriendo al baño a tomar una ducha y prepararme.
Una hora después estamos listos y con dos pequeños bultos en sus manos bajamos las escaleras. Debo decir que todo lo que viste le queda bien. Y es que jamas había visto un par de jean tan bien puestos y que se ajustarán de esa forma a un cuerpo. Cómo es posible que una simple camisa blanca remangada hasta los hombros le haga lucir tan sexy. ¡Qué calor!
Cual manzano entre los árboles del bosque
es mi amado entre los hombres.
Me encanta sentarme a su sombra;
dulce a mi paladar es su fruto.
Me llevó a la sala del banquete,
y sobre mí enarboló su bandera de amor.
¡Fortalézcanme con pasas,
susténtenme con manzanas,
porque desfallezco de amor!
¡Ojalá pudiera mi cabeza
reposar sobre su izquierda!
¡Ojalá su derecha me abrazara!
Estoy feliz, que si me preguntaran que había antes de este momento en mi vida, les diría que nada. Que sólo recuerdo hoy y ahora.
Al bajar las escaleras escuchamos como su madre le llama. La señora cara de bruja grita el nombre de Terry como si estuviese muriendo y su vida dependiera de él. Suena molesta y trae algo en las manos que al parecer la tiene de muy mal humor.
Terry me mira y sonríe de forma pícara, coloca ambos equipajes en una mano y con la otra toma la mía para salir corriendo como dos niños que han cometido una travesura. Bajamos las pocas escaleras de la entrada super rápido.
En el frente nos espera un auto deportivo rojo ya con las puertas abiertas, subimos y él comienza la marcha sumamente rápido, mientras veo como mi querida suegra está parada en la entrada gritando su nombre. Siento la adrenalina en todo mi cuerpo y sonrío sin dejar de mirarlo.
– ¿A dónde vamos? –pregunto, aunque la verdad no me importa.
Aunque fuese al final del mundo, ahí le seguiría. Toma mi mano y la lleva a su boca para dejar un suave beso en ella.
– Al lugar donde todo comenzó. Vamos a Escocia. –y mi corazón brinca de emoción.
OoOoOoOo
Se fueron de viajes y solitos... ¿Qué creen que pase? Recuerden que son unos rebeldes...
No les prometo un fic muy largo, pero si cn mucho amor...
OoOoOoOo
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