El delicado olor a rosas despierta mis sentidos; no sé cuánto tiempo he dormido, pero siento algo que algo nuevo ha nacido en mí. Abro mis ojos y pestañeo varias veces tratando de recordar donde me encuentro mientras el vestido de la negra noche arropa la habitación haciendo que cada espacio pareciera un lugar totalmente diferente a lo que mi mente recuerda. Y es que, aunque he estado antes aquí, hoy siento que es diferente; que cada espacio de este lugar hoy cuenta una historia, la cual deseo guardar muy dentro de mí.
La luna se hace espacio entre las oscurecidas nubes para dejar brillar aquella luz que también ha crecido en mí. Siento como mi cuerpo ha cambiado, siento que soy otra persona que ya no me pertenece el más mínimo cabello que poseo y que ahora soy suyo, eternamente suyo. Por que sólo un amor como el que siento por Candy puede hacer renacer de las cenizas el fuego de vida que hoy vive en mi y que se he dejado en ella.
Mi brazo guarda con recelo la mujer que hoy puedo llamar mía, sólo mía. Cómo tan suyo soy. Su cabeza envuelta en él, su espalda pegada a mi y su olor embriagándome nuevamente, deseando una y otra vez volver a poseerla, explorar cada poro de piel y escuchar de sus labios mi nombre una y otra vez mientras llega al infinito del placer.
Hasta hoy entiendo lo que es sentir sin piel, amar sin palabras y querer sin medidas mientras se despoja el alma del pasado y va creando un nuevo futuro. Hasta hoy florece en mi el deseo de cambiar el mundo y bajar las estrellas para que ellas se coloquen a tus pies y guarden con recelo cada pisada que das, cada movimiento que tu cuerpo haga y te guíen siempre a mí.
Despacio acaricio su espalda desnuda; su piel... mía, libre y como sirena en el agua del mar brillante y tenaz ante los rayos de la luna que te bañan y muestran una vez más a mis ojos la fuente de placer que es morir en ti para resurgir en mi. Bajo mis manos en un movimiento suave como brisa de verano en una noche tibia; voy acariciando todas tus curvas y montañas que me recuerdan que lo vivido anoche no fue un sueño. Verte volar en mis brazos, sentir tu piel húmeda ante el deseo y tus labios decirme sin palabras que me amabas mientras grababa en el alma cada gemido que de tu boca salía.
Mis ojos bajan al edredón que hoy se hace testigo con huella roja imborrable de que he sido sólo yo el único que ha conocido los lugares más secretos y privados que guarda tu cuerpo; y que ahora me pertenecen.
Recuerdo el temblar de tu labio mientras te decía al oido aquellas palabras que desvelaban mi corazón mientras mis manos recorrían tus planas llanuras para llegar a la puerta de tus más sinceros y secretos deseos; esos que hoy compartes conmigo.
Toco tu boca suave como aquellos besos que anoche abrían tu despertar a ser mujer. Mi mujer.
Bebí cada licor que de tu cuerpo salió, me hice dueño de tu placer mientras mis dedos surcaban la esfera de luz de tu cuerpo, mordí cada espacio, reclamándote como mía y despertando los sentimientos más profundos que un hombre puede despertar en una mujer.
No sé en que momento perdí la cordura, en que momento nuestras vestiduras pesaron como acero sólidos y como brisa de mar fueron despojadas para dar paso a reconocernos por primera vez, como niños curiosos ante aquel premio que tanto habían esperado y que hoy por fin lo obtuvimos.
Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. Si alguien ofreciera todas sus riquezas a cambio del amor, sólo conseguiría el desprecio
Moldeé con mis manos tus zonas, tus cuencas y valles para vestir mi alma con lo único que había anhelado por años, desde el día que te conocí. Mis besos alejaron tus complejos y timidez para que aflorara la rosa más bella de todo el jardín; rosa pasional de ardientes deseos y fuego en el andar, que convertiste a este hombre en tu fiel amo y esclavo.
Por que hasta hoy puedo decir que cada espina que cortó mis dedos y llenó de tristeza mi existencia fue borrado al sentir lo que es volver a vivir junto a ti. Hoy por fin pude ver las estrellas con los ojos cerrados al sentir tus brazos acariciar mi ser y tu boca llenar mi vida de tu vida depositando mis mas remotos deseos en tu interior.
De tus labios, subo mis dedos a los rizos. ¿Cómo no desear volver a vivir lo que vivimos? Con tan sólo tocarte mi ser arde y mi alma se regocija ante lo que tú me haces sentir.
De odiarte por tu ausencia, hoy me declaro enamorado de tu presencia.
– Hola. –dices mientras pesadamente abres tus ojos mientras sonríes tímidamente y beso tu frente.
– Hola. –respondo sonriente. Soy feliz. Como nunca imaginé serlo.
– Es de noche aún.
– Tus ronquidos me han despertado. –voltea sus ojos en blanco y en movimiento rápido se coloca sobre mí y sostiene mis manos. Nada delicada mi mujer. –jajaja. No creo sea buena idea que hagas esto.
– ¿Temes que pueda darte una paliza tu delicada esposa? –si supiera a que me refiero hace rato estaría sonrojada.
– No, no temo. –y en otro movimiento la dejo debajo mío y al igual que ella, ahora yo agarro sus manos sobre su cabeza, beso su cuello y en sus susurro le hablo.– Mi delicada esposa puede que obtenga un merecido a su insolencia al tratar a su frágil, elegante, sexy y varonil esposo de forma tan salvaje.
– Engreído. –me dije mientras gime nuevamente al toque de mis labios en la suave piel de su cuello.
– Te deseo tanto, pero no quiero hacerte daño. –debo cuidarla, aunque esto represente un martirio para mí.
– ¿Entonces que tiene en mente mi señor esposo, ya que no puede castigarme como ambos deseamos? –dice mientras su toque hace que hasta el más pequeño cabello de mi piel se levante y sienta na necesidad de estar en ella.
– ¿Baño, comida y volvemos a la cama?
– ¿A la cama? –dice de forma pícara y mordiendo mi labio inferior.
– Señora Granchester está poniendo a prueba mi paciencia y fuerza de voluntad en estos momentos. –miro sus ojos y sonríe
– Siento que sueño cuando me dice así. Aunque creo podría ser algo más romántico. –comenta sonriente y ya sé por donde viene.
– ¿Deseas que te llame de forma cursi? –pregunto y veo su sonrisa juguetona– Quizás un amorcito, o muñeca o... –digo haciendo una leve pausa mientras ella me mira curiosa.– Señora Pecas.
– Ya sabia yo que ibas a dañar el momento. –grita mientras intenta salir de mi agarre, pero soy más fuerte y dejo caer mi cuerpo sobre el suyo para paralizar cualquier movimiento que quiera hacer.
– Sabes que cualquier cosa que salga de mi boca es con amor y que cualquier nombre que elija decirte es por que representa algo tuyo que amo y yo... –digo mientras me acerco al lóbulo de su oido y lo muerdo suavemente.– Amo cada una de ellas.
– También te amo. –me susurra con voz cortada y save. Me alejo; la deseo con toda el alma, pero debo cuidarla. Ella es mi más grande tesoro.– Terence, nosotros no nos cuidamos anoche... Deberíamos ir a una farmacia.
– No. –la interrumpo mientras coloco una de mis manos en su plano abdomen.– Quiero llenar de vida tu vida y que el fruto de nuestro amor se haga realidad. No sabes cuánto he soñado con tener un hijo tuyo, un hijo del amor.
– Yo también lo deseo. –y con ello nos embarcamos en un nuevo viaje de besos y caricias.
El sonido de su celular hizo que la pelirroja saliera de sus pensamientos. Estaba de muy mal humor, la visita con su madrina no logró nada más que agobiarla aún más de lo que ya estaba. Miro la pantalla y el nombre de su madrina brillaba, esperaba que Eleonor tuviese algo bueno entre manos, pues haría realidad su amenaza.
– Madrina. –contestó de forma seca.
– Margot, creo hemos encontrado algo que pondrá fin al matrimonio de mi hijo y la muchachita esa.
– Espero que sea algo bueno y que valga la pena. –respondió de forma altiva.
– Muy bueno y en estos momentos se encuentra de camino a Londres.
Recuerda seguirme en mis redes sociales.
OoOoOoO
Oh Oh... ¿Quién llegará y vendrá a meter la cuchara?
Chicas... Se que esperaban algo más explícito, pero saben que soy fresa y esto es lo que me salió... Pueden usar su imaginación... lol...
Besos...
Sí, Leo todos sus comentarios...
