Fue un largo periodo de espera a la inspiración por este capítulo…pero ¡aquí esta~! Creo hacia mucho no escribía un capitulo tan largo en alguno de mis fanfics –y tan dramático-.

Gracias a las chicas que han estado leyendo este fanfic, y más a las que siguen esperando que me digne a actualizarlo… Me es un poco difícil hacerlo, es un reto…Es el primer fanfic que escribo enfocado a Tomoyo y Eriol, me encantan como pareja pero nunca me había dado la tarea de profundizar sobre ellos.

No sé, me gusta cómo va quedando y espero transmitirles algo de eso hacia ustedes.

¡Disfruten el capitulo!


(대국남아) What Are You?

Tomoyo nunca esperó conocer a Sakura Kinomoto en esa clase de situaciones. En realidad no esperaba llegar a conocerla directamente, ni convivir con ella en ningún tipo de circunstancia siendo que no compartían ninguna clase juntas. Pero estaban juntas en el taller de teatro.

Desde primaria la señorita Daidouji había estado dentro de las obras escolares, ella realmente disfrutaba el pararse en un escenario, usar un bonito vestuario y cada que se podía cantar. No siempre era la protagonista, pero siempre se ganaba más de un aplauso como si fuera la heroína. Nunca se había encontrado con algo dentro del auditorio que le distrajera de su libreto y los vestuarios, hasta que Kinomoto entro corriendo con una sonrisa tan grande que parecía imposible le cupiera en la cara.

Tomoyo no sabía cómo sentirse al respecto con esa chica. Algunas chicas le preguntaron si no sentía celoso sobre ella al ser quien estaba pasando la mayor parte del tiempo de Syaoran con ella, por supuesto de esas veinte chicas que se lo preguntaron cuatro eran honestas en preocuparse por Tomoyo, las demás eran chicas que necesitaban chismes para consumir durante la semana. Algunas creían que debía estar celosa y poner límites a Kinomoto, que Tomoyo ya no fuera la novia oficial de Syaoran Li no significaba que cualquiera pudiera serlo, menos una nueva ingresada que no merecía tal honor.

Tomoyo dejó de escucharlas a todas porque la mareaban más que sus propios pensamientos. Era cierto que tenía ciertos sentimientos encontrados, era la chica que Syaoran estaba poniendo a su nivel, algo nunca antes ocurrido. Recordaba igual que le había dicho al chico que le ayudaría a encontrar novia, por eso es que no se comprendía porque su asombro de que alguien le estuviera gustando.

¿Soy tan hipócrita? Me siento como todas las de aquí…

Se sentía mal, terriblemente mal. Ella quería alegrarse por Syaoran, él merecía encontrar a alguien y ser feliz… ¿Por qué no podía hacerlo?

-¿Eres Daidouji?-Sakura Kinomoto se acercó a ella, mostrando su alegre sonrisa y sus brillantes ojos verdes que le pedían toda su atención para alejarla del libro que estaba leyendo-. La profesora me dijo que tú podías ayudarme con mis líneas, dice que eres la mejor actriz de la escuela.

-Está exagerando, pero con gusto puedo ayudarte-su sonrisa fue amable y sincera, no había nada en el tono de la chica en que pudiera contestar erróneamente.

Dos horas después de ese ensayo Tomoyo Daidouji había olvidado todo lo que estaba pensando y había quedado prendada del encanto de Sakura Kinomoto. Era como cuando en el jardín de niños llegaba alguien nuevo y al final de día juraban ser mejores amigos de toda la vida sin importar más nada, así de prendada estaba Tomoyo. No tenía por dónde empezar a decir cuál era el atractivo más fuerte que te hacía caer rendido ante esa chica, el simple hecho de hablar con ella te hacía sentir que todo era bueno, que no había mentiras en el mundo y que podías confiarle ciegamente todo porque ella jamás iba a traicionarte… Y no tenías que hablar de nada que involucrara un secreto para saberlo, solo su sonrisa y sus comentario te hacían darte cuenta de cuan honesta era.

Tomoyo siempre había adorado a sus amigas, se divertía con ellas en cualquier momento –incluso en esas fiestas tediosas en las que eran obligadas a ir y verse "lindas", ellas se hacían compañía y superaban el momento-, y sabía que siempre que la necesitaran ella estaría ahí para brindarles ayuda, eran su mundo y no las cambiara por nada, pero porque tenía años conociéndolas y sabiendo que dentro de esa escuela ellas jamás la traicionarían. Por eso es que no comprendía como Sakura llegaba y hacia que su refrescante personalidad equivaliera a más de diez años de amistad. Y la verdad es que tampoco quería pensárselo demasiado.

-Estoy segura que serás una hermosa princesa-Dijo Tomoyo, abrazándose al guión de la obra modificada que iban a interpretar en la escuela: La princesa y la plebeya.

-Hoe, nunca había estado en una obra escolar, y menos en un papel principal… No sé como lo has podido hacer todo este tiempo, Daidouji-chan.

-Cuando te pongas el vestido y te aprendas tus líneas no te darás cuenta si quiera que es una obra-Le sonrió para darle confianza.

Sakura le sonrió y se paró frente a ella.

-Me alegro que seas tú con quien trabajaré. Tenía...algo de miedo por entrar al taller. No es que las personas aquí sean malas pero…son diferentes- Hizo una mueca con sus labios-¡Pero eres exactamente como Chiharu-chan me dijo! Eres la persona más dulce que he conocido en la escuela.

Tomoyo sintió que algo en su pecho se removía con ternura. Justo cuando iba a decirle algo vio a Sakura sonrojarse y ensanchar su sonrisa, dando pequeños brinquitos en su lugar como cuando alguien emprende una carrera.

-¿Podemos vernos mañana? ¡Aun quiero aprender mucho de ti! Ne, ne, ne?

-Oh, por supuesto-Asintió un par de veces hacia la chica, con una sonrisa confundida.

-¡Gracias! ¡Hasta mañana!-Sakura acomodó su mochila blanca con listones cafés y salió corriendo en dirección contra espaldas de Tomoyo, el contrario de la salida-¡Syaoran-kun!

Tomoyo volteó cuando la escuchó gritar el nombre de su exnovio. La escena que se encontró a lo lejos fue tierna. Sakura llegó hasta tomar las manos de Syaoran, sonriéndole más encantadora de lo que había hecho durante la tarde, y por su parte el chico estaba idiotizado por ella, como nunca le había visto. La mano de Syaoran se soltó de la de ella y acomodo el cerezo natural que adornaba una de las pequeñas coletas de la castaña.

-Son perfectos.

Murmuró Tomoyo, cayendo en cuenta de que por fin estaba en paz con ella misma por todo lo que le había perturbado durante el día. No era su ego herido, era que alguien dañara a la persona que más había querido en la vida. La sonrisa y la paz de Syaoran era lo único que quería que prevaleciera aunque ella ya no pudiera brindarle nada de eso.

~o~o~o~

Mei-Ling rodó los ojos sin nada de disimulo. Era la hora del almuerzo y estaba reunida con las chicas en la mesa donde solían todas reunirse a la hora del almuerzo –o al menos cuando ninguna estaba en la compañía de sus parejas o algún otro amigo de otro grupo-; Mei-Ling fue la primera en notar que Syaoran estaba haciendo fila para el almuerzo…solo. La chica alzó la mirada y buscó por todo el comedor a esa castaña que siempre iba en su compañía, la cual resaltaba con su cabello corto y lleno de flores naturales siempre. No estaba, probablemente ella había faltado al colegio, Mei-Ling no podría saberlo porque al ser de distintos grados era natural no compartieran ninguna clase juntas.

Mientras seguía observando a su primo se dio cuenta que estaba parado, con su charola del almuerzo recargada en la barra mientras él veía hacia todo el salón…sin saber qué hacer. Mei-Ling se dio cuenta de inmediato que el chico que tenía ahí estaba siendo ajeno a lo que podía conocer de él… no era para nada como cuando salía con Tomoyo. Cuando ella no estaba por algún viaje o compromiso, Syaoran se movía hacia donde quisiera, no se detenía ni parecía dudar de sus decisiones… ¿Y por qué entonces con alguien que él mismo consideraba solo una amiga se le cerraba el mundo? Sin saber que otra cosa hacer fue que Mei-Ling envió un mensaje hacia Yamazaki, pidiéndole que llamara a su mesa porque parecía que no veía que sus amigos seguían ahí.

-Creo que Syaoran está mal…

-¿Hm?

-Se ve…raro.

-Ah…

-Tomoyo ¿Puedes quitar la vista del celular y ponerme atención?

Mei-Ling se molestó cuando su amiga no prestó atención a nada de lo que decía por estar enviando mensajes durante todo el almuerzo. ¿Qué rayos le pasaba? Desde hacía un par de semanas se internó en ese aparato, solo estaba atenta a clases y asuntos escolares, de ahí en fuera ya ni hablaba con nadie en el almuerzo…Ya no le importaba cuando Syaoran estaba a su alrededor.

-Lo siento, Mei-Ling, era importante.

-¿Importante?-citó, alzando una ceja y poniendo sus manos sobre la mesa-¡Te estoy hablando de Syaoran! ¿No es importante para ti? ¡Estaba ahí, completamente solo y sin saber que hacer!

-Mei-Ling, Syaoran y yo ya no somos novios. ¿Por qué debo poner atención si esta solo?

-¡Hace dos semanas estabas la mar de preocupada de que estuviera viendo a Sakura Kinomoto!-chilló, porque no podía gritar y causar un alboroto.

-Y ella es adorable-Mei-Ling pudo notar un brillo en sus está bien con ella. Es otra persona cuando está a su lado… Ya no es mío, es de ella. Hace mucho dejo de estar a mi alcance.

-¡Me estas..! ¡UGH! ¡Como quieras!-Esa vez si gritó, sorprendiendo a todas las chicas de la mesa que se habían mantenido al margen, intentando hablar de otra cosa. Mei-Ling se levantó y dejó la mitad de su almuerzo.

Tomoyo se sintió mal por responder de aquel modo, de intentar ignorar cada hecho que le estaba recalcando Mei-Ling, porque sí, ella también le había visto a su exnovio parado en la borra sin ir hacia nadie. Pero no le hacía bien a ninguno de los dos seguir tratándose con tanta gentileza. Ambos se habían dado cuenta una ocasión atrás… Ya no compartían tanto como antes, ni se sentaban durante el almuerzo a compartirlo, también se habían acabado las citas y los regalos…Pero cada vez que se topaban se atraían como magnetos.

Sakura se había dado cuenta.

Tomoyo pasó por el pasillo, justo cuando Syaoran estaba en su casillo sacando libros. Con esa fuerza de atracción ambos terminaron hablando entre risas, con sus cabezas casi metidas en el casillero de lo cerca que estaban. Ellos no se dieron cuenta, porque con más de diez años de conocerse era una cosa tan natural mantener esa cercanía tan íntima. Pero para alguien como Sakura era de asustar que pudiera estarse metiendo entre una pareja de novios…o de personas que aun se querían. Fue ahí donde ambos tomaron la decisión de mantenerse en distancia un tiempo, porque debían romper ese lazo…porque ambos ya estaban en otros asuntos con otras personas y no era justo para ninguno de os dos que tuvieran que soportar esa relación. Ni ellos podían seguir considerándola "lo natural".

"¿Sigues ahí? ¿O estas evadiendo contestar a mi idea?"

Ella tenía otro problema en ese momento.

Estaba en su último año de preparatoria, el más importante y ocupado…Justo el año en el que la vida se estaba encargándole de dar todo ese drama adolescente del cual nunca fue participe.

Su "amigo" secreto llevaba días diciéndole que era momento de empezar a buscarse, que debían idear una forma, la cual ella no estaba siendo participe que terminó inventándola él para continuar con el juego. Pero ella había terminado envuelta en un ataque de pánico. Los chicos de ojos azules seguían desfilando frente a ella y aun lograba encontrar ese flechazo y retumbar del corazón que todos describían tan poéticamente.

Y ya no podía contárselo a Syaoran, porque temía hablar de más con él y confundirlo con sus propias confusiones… Lastimarlo como ella podría lastimar al chico del chat. Tomoyo seguía temiendo que la química solo existiera tras una pantalla.

"No estoy evadiéndote. Solo…estoy nerviosa. ¿No lo estás tú?"

"Un poco…

Mira, te daré tiempo para pensarlo ¿de acuerdo? Tres días, esperare por tu respuesta"

"¿Por qué me das límite de tiempo?"

"Porque sí en ese tiempo no te decides…entonces no quieres hacerlo. Y tienes que darte cuenta sola, así que… no habrá mensajes en este tiempo, a partir de ahora"

"¡No hablas en serio!"

Eriol bajó el celular y suspiró hondo, decaído.

"¡Knight!"

Terminó apagando el celular para no tener la tentación de responder a sus mensajes. Jamás se lo diría, tampoco se lo reprocharía, pero él había dado demasiado para estar al lado de ella. Dejo a sus amigos, dejó el confort de su vida escolar y entre sus pies se llevó la de su hermana. Él asumía su responsabilidad y sus decisiones eran suyas, nunca iba a culpar a Étoile de nada de lo que había hecho… pero tampoco iba a dejar que fuera el único interesado en ese cambio de vida. Si la chica por la que había tomado ese riesgo no lo extrañaba durante tres días, entonces él debía cambiar los planes de su vida en ese colegio.

Sin ella.

~o~o~o~

-Es todo, perdimos a Akihiko.

-¿¡Qué!?

-¡Lo voy a matar!

Había un griterío en el auditorio. El chico que sería el príncipe era también era el capitán del equipo de basquetbol, y el día en que era la obra había un partido fuera de la ciudad, la decisión de cual evento es al que iba a faltar era evidente y más que clara para él chico. Tomoyo estaba intentando calmar a todos, pero no era un trabajo fácil cuando todos estaban tan enojados, pocos chicos querían involucrarse en las obras de la escuela.

Por su parte Sae Kashigawi, que se había apartado de la tarima para irse tras vestidores para fingir que seguía cosiendo las mangas de un vestido de la obra, estaba en otro asunto que le concernía más: cómo hacer que la vida perfecta de la princesa Tomoyo Daidouji se fuera boca abajo.

¿Qué se podía decir sobre Kashigawi? Quizá que solo era increíblemente leal y honesta con sus amigos…Pero solo con ellas, con los demás no le importaba parecer hipócrita o falsa moral sobre cualquier cosa que le conviniera. Su padre mantenía negocios con más de la mitad de los padres de sus compañeros, no podía hacer un escándalo ni una gran pelea con nadie.

Pero podía arriesgarse siempre con Tomoyo, la señorita perfección que desde que recordaba había sido una molestia en todo lo que ella quería. Mejores notas, papeles protagónicos, premios donde ella quedaba en segundo lugar… Iba a buscar donde pudiera quebrarla y solo le quedaba el último año.

Tenía a dos de sus amigas cubriéndole la espalda para avisarle cuando Tomoyo estuviera acercándose, mientras tanto ella buscaría en su mochila un punto débil. Lo primero y más obvio fue buscar en su celular a falta de alguna laptop, ahí tendría que encontrar alguna foto comprometedora, un mensaje que tuviera que revelar al mundo, quizás el verdadero motivo por el cual la pareja perfecta de todo Clamp había terminado…

Pero no se imaginó encontrarse con todos celulares, menos que uno solo tuviera un número en su agenda y un nombre en todas sus aplicaciones de redes sociales.

-¿Knight?

O una interesante conversación sobre un desconocido chico para Tomoyo que se había transferido al colegio para conocerla. Ahí estaba, la señorita Daidouji había dejado a Syaoran por un romance cibernético con el que llevaba tonteando todo el transcurso del semestre para no conocerse... Sae tenía en su poder revelar la identidad y todo el juego, ¿pero qué sentido tendría? ¿Tomoyo sufriría?

"¿Tus ojos son azules naturales o usas lentes? ¡Y no me mientas!"

"Puedo decir…que ambas cosas. A veces."

"Ugh… Malditos lentes de contactos de color"

Tomoyo había entendido mal porque sólo preguntaba por sus pupilas…Pero Sae había sido más rápida al saber quién era nuevo en la escuela por razones que nunca supo explicar bien cuando se le preguntaba. El par de ojos azules naturales, enmarcados con anteojos, que Sae quería para ella.

-Tu caballero es Eriol Hiragizawa… Diablos, Daidouji ¿cómo consigues todo lo que yo quiero?

Estaba furiosa. Ella iba a tenerlo, se lo quedaría frente a sus narices y serían felices y perfectos… No, no lo haría. No en esa ocasión. Iba a separarlos, no iba a dejar que se lo llevara

-Hasta aquí llegaron tus juegos, Étoile.

~o~o~o~

-¡No esta mi celular!

Tomoyo estaba histérica, gritaba y zarandeaba al pobre Syaoran que había salido corriendo a casa de su amiga tan pronto le dijo que debía ir ayudarla.

-¿El celular de donde me mandaste un mensaje?

-¡No! Yo tenía dos celulares… Knight y yo teníamos cuentas y números personales cuando llegó a la escuela ¿Entiendes? Era solo para nosotros, así nunca nos encontraríamos en la agenda de nadie más.

-Ustedes son tan complicados para todo…-Syaoran puso los ojos en blanco.

-¡Syaoran!

-Ya sé, perdón. ¿Perdiste el celular entonces?

-¡No pude haberlo perdido! Estaba en mi mochila, en el fondo de mis libros para ahorrarme la tentación de enviarle un mensaje a Knight en los dos días que nos quedaban… ¡Me lo robaron!

-Tomoyo, te estas desesperando demasiado-Le puso las manos en los hombros-.Sé que no deben hacerlo, pero envíale un mensaje a su mail diciéndole que perdiste tu numero, él comprenderá.

Tomoyo abrió sus ojos tanto que a Syaoran le dio miedo. Estaba tan alterada por una pequeña con solución que no había llegado a nada razonable.

-Syaoran…yo no pudo perderlo. No lo he visto ¿vale? Ninguno de esos chicos de ojos azules que he visto ha sido él… Ahora lo sé.

Su amigo le sonrió, sabía a qué se refería aunque le estuviera diciendo cosas sueltas.

-Gracias por venir a hacerme entrar en razón.

-Ya, apúrate a decírselo.

Tomoyo corrió a su portátil y abrió rápido la pagina del navegador para ingresar al sitió de su correo; tecleó su mail, después la contraseña…y la contraseña estaba incorrecta. Arqueó una ceja, extrañada de que pudiera escribirla mal, Syaoran le dijo que debía estar nerviosa y por eso se había equivocado, era lo más obvio… Pero después de cinco intentos y de que Syaoran escribiera cuando Tomoyo le dicto la clave era obvio que ahí había algo raro.

Sin demorarse más intento entrar a su Skype privado…y fue lo mismo, la contraseña no coincidía. Ninguna red social coincidía. Nada, nada de lo que tuviera contacto con Knight estaba dándole acceso a él…

-Tomoyo, es obvio que quien tomó tu celular leyó tus conversaciones con Knight…y te ha borrado todo contacto con él.

El mundo quería venírsele abajo, en ese momento no tenía como volver a recuperarlo y nada parecía que pudiera hacerlo…

~o~o~o~

"Es el tercer día… ¿Estás lista para darme tu respuesta, Étoile?"

"Sí. Quiero conocerte, Knight… Comencemos a hacerlo"