Pretty smile

Nadeshiko hace mucho que dejo de estar segura sobre lo que pasaba en la vida de su hijo. Sabe que es un chico prudente, bastante amable y que los únicos problemas que ha dado fueron durante la secundaria porque no entendían su sentido del humor ni las bromas que le gustaba hacer a sus compañeros; fueron inofensivas…hasta que llegó el día en que inventó sobre un fantasma en el colegio y fue tan convincente que ningún alumno quiso volver a clases. De alguna manera no era el chico más tranquilo del mundo, pero nunca había dado verdaderos problemas…Y no es que lo estuviera dando en ese momento, solo que a Nadeshiko le gustaría comprender más en que cosas andaba metido su hijo para de un día a otro sonriera tanto.

-¿Pancakes? Sakura estará aquí en dos segundo, mamá- Eriol tomó asiento en su lugar habitual de la cocina, con su uniforme pulcramente ordenado…Y de mejor humor de lo que había estado la semana pasada.

Todos en casa se habían dado cuenta, Eriol estaba lúgubre y no era normal; no estaba pegado a su celular, se pasaba el día en la terraza leyendo libros, y la computadora apenas la prendió para sus trabajos escolares.

"-¿Sabes, Nadeshiko-san? Las otras madres se alegran que sus hijos dejen los aparatos electrónicos por su cuenta y tomen más el sol."

Eso le había dicho Touya cuando le contó su preocupación sobre su hijo. Creía que un chico que relativamente había pasado por su edad hace poco le iba a ayudar a entender ese cambio repentino. Y sí lo hizo; Touya al verla preocupada, solo le sonrió y explicó que era lo que pasaba.

"Está enamorado"

¡Por supuesto que era eso! Solo Nadeshiko que era tan despistada no pudo deducir algo tan lógico.

Sakura y Eriol estuvieron hablando sobre los eventos de la escuela durante todo el desayuno. Su hijo volvía a revisar el celular continuamente, como siempre. Nadeshiko no tenía otra preocupación sí es que Eriol volvía a ser el mismo de siempre. Él solo iría con ella cuando algo pasara, y prefería que fuera presentarle a esa chica por la cual dejaba que su buen humor se alterara.

Tenía ganas de conocer a la persona elegida de Eriol.

~o~o~

-¿Y cuándo será eso?

-Pronto.

-Pff, ni tú sabes-Eriol vio su sándwich como la cosa más entretenida del mundo-¡Eriol!

-Onee-san…

-¡No me digas así!

Por momentos, Eriol creía que su hermana mayor estaba más emocionada con su vida amorosa que el mismo. Cuando le dijo que sus tres días de silencio habían sido exitosos, que Étoile por fin se había decidido por comenzar a conocerse, Sakura dio gritos por todo el cuarto que hasta espanto a su gato Spinel que dormía en sobre su cama; después vinieron miles de preguntas sobre cosas que nunca creyó que Sakura estuviera enterada ni preocupada –la ropa perfecta para el momento perfecto y lugares de citas perfectos-.

Eriol sabía que realmente Sakura no era la más emocionada, porque antes de que Sakura entrara a su habitación, él había tirado por todo el cuarto las calcetas que estaba doblando después de leer que Étoile quería conocerlo. Todo un tiradero que no supo como explicárselo a su hermana. Sí, el más emocionado era él.

"¿Has jugado "Adivina quién?" Ya sabes, el juego de mesa~"

"Alguna vez, de niño…"

¿De niño?"

"Bien, bien… Las vacaciones pasadas. ¿Feliz?"

"Ahahaha. Feliz~. Pero está bien, que sepas jugarlo es bueno. Así sabrás como hacer esto. Un mes, cada semana usaremos algo diferente todos los días…y así iremos dándonos cuenta al final del mes quien es quien."

"Oh, me gusta su idea señorita. ¿Empezaremos mañana?"

"Por supuesto. Llevare un listón. No te diré ni color ni que tipo."

"Bien, llevare un reloj entonces"

"Mou! Eso no es muy descriptivo"

"Sí, tampoco un listón. Por eso podrías ser mi hermana"

"Yah! Listón y reloj"

-¿Eso es todo?-Sakura tenía en su mano el celular de su hermano, por fin le había dejado ver sus mensajes para saber cómo era el plan. Eriol arqueó una ceja al ver que parecía desilusionada-Es que…imaginaba al más, mágico.

-No todos podemos tener un mágico encuentro en los pasillos-Sakura se sonrojó y le hizo un puchero-Vamos, no puede haber tanta magia en algo que planeamos.

-Ya, no me meteré. Es tu relación con ella y te apoyare. También buscare chicas con listones o lo que sea que use.

Sakura volvió a ver su almuerzo, sin encajar su tenedor en sus hojas de lechuga. Algo estaba extraño en ella.

-¿No estás bien con Li-san?

-Sí…O sea, sé que le gustó, me lo dijo, también dice que soy bonita…-sonrió fugazmente- Pero hay algo en Syaoran-kun, parece…asustado-Eriol se quedo callado, sin intenciones de interrumpirla-Él sonríe mucho, y siempre hablamos de cosas que nos importante, es fantástico todo pero… Cuando pasa el tiempo, Syaoran-kun deja de verme a los ojos, como si temiera llegar a más conmigo.

-Está herido.

-Exacto. Me tardare, y si no me quiere decir porque teme tanto a querer no lo obligare, pero me encargare que se vaya esa herida-la sonrisa de su rostro fue brillante, tanto que sus ojos resplandecieron en confianza. Eriol se sintió orgulloso de ver como su hermana había encontrado alguien a quien quería tanto que estaba dispuesta a salirse de su mundo, de su corriente de paz y amor para emerger en un plan donde podía salir herida.

~o~o~

Toda la escuela se daba cuenta, Tomoyo Daidouji no era ella misma.

Sí, seguía caminando derecha, con su largo cabello perfecto contoneándose en sus pasos. El uniforme le quedaba hecho a la medida y todas sus tareas estaban siendo entregadas a la hora que debía ser.

Pero estaba huraña, de mal humor y no quería nada que ver con la obra que estaban montando. Cuando le pidieron por un diseño nuevo para el traje del príncipe, que fuera más fácil de hacer, dijo que el actual era perfecto y no había forma en alguien pudiera hacer algo mal usando el traje. Tampoco quiso corregir unos diálogos, alegando que ella aun no se aprendía los suyos y estaba presionada.

La amable, perfecta y señorita se iba alejando y extrañaba al mundo. Y eso hacía que Tomoyo se sintiera peor. ¿Por qué no podía estar de mal humor? Todos estaban hablando de ella y no la dejaban ser por una vez egoísta. También tenía derecho, era la primera que se negaba a ser la más activa en el club de teatro y todos querían darle la espalda. Menos sus amigas, las verdaderas, ellas le habían dicho que era mejor tomarse el resto de la tarde lejos de la obra y buscara calmarse. Terminó caminando por la plaza sin sentido alguno.

Había pasado una semana y Tomoyo aun no podía comunicarse con Knight. Debía estar odiándola y no podía culparlo. Sus cuentas bloqueadas sin poder acceder, su teléfono en manos de alguien que debía odiarla en verdad para haberle robado toda su identidad.

Syaoran y ella tenían sospechas de quien podría haber hecho algo así…pero la lista era larga en un colegio lleno de personas que conoces de toda la vida. Sería más fácil pasar a un plan B: buscar a Knight. Sabía de los ojos azules, de sus gustos, su color favorito…Que tenia hermanos; sí bien era una lista no tan extensa y poco profunda podrían trabajar con ella.

-¡Tomoyo-san!

La chica alzo sus ojos y se encontró con Sakura, corriendo desde el otro extremo del pasillo para alcanzarla en la tienda de discos. Tomoyo alzó su mano para saludarle, esperándola quieta en su lugar. Era increíble que su sonrisa fuera tan contagiosa.

-Saliste temprano del ensayo, creí estarías ocupada-dijo Sakura, con su cabello castaño alborotado y adornado con flores de durazno.

-Me dejaron salir temprano, y vine a buscar unos discos. ¿Estás sola?

-No, vine a acompañar a mi hermano de compras. ¡Oh, lo dejé atrás! –Sakura volteó apenada de lo que había hecho, y para su suerte su hermano iba a alcanzarla-¡Eriol-kun, aquí, aquí!

Tomoyo ladeó un poco su cabeza y vio al hermano de su recién amiga acercarse. Alto, de cabello oscuro, con una sonrisa radiante que no podía dejar de ver, y sus ojos verdes enmarcados por ese par de lentes hacia que su figura pareciera sacada de un libro de novelas románticas. "Perfecto", el solo pensamiento sobre la descripción del chico le daba a Tomoyo calosfríos de lo que estaba pensando.

-Te lo presento, es mi hermano menor, Tomoyo-chan. Eriol Hiragizawa. Ella es Tomoyo Daidouji, ya te hable de ella ¡Es un ángel!

-Por fin la conozco, Daidouji-san-Eriol le mostro una sonrisa antes de inclinar su cabeza en un saludo que a Tomoyo le pareció el más respetuoso-. Estoy algo asombrado de verla en persona.

-¿Ah? No entiendo porque, no soy tan asombrosa.

-Por las palabras de Sakura-san sí lo es. Pero, ya me habían contado sobre Daidouji-sempai, y admito, perdón si soy rudo, tenía curiosidad por usted.

Tomoyo soltó una pequeña risa.

-Ya me puedo imaginar porque. Pero descuida, estoy acostumbrada. Ojala pueda quitar alguna mala impresión que te hayan dado de mi.

Tomoyo era una señorita perfecta, una muñeca viviente. Pero así como había personas que decían era amable, bonita y servicial, había otros que perjuraban era una faceta para agradar y simpatizar a todo el mundo; una hipócrita queda bien, creída y consentida niña rica. Tomoyo se sabía todo eso y no le importaba, tampoco iba a poder impedir que personas como Eriol Hiragizawa escucharan esa clase de comentarios…Pero, sí eran como él y dejaban al beneficio de la duda, conocerla antes de opinar, entonces no valía la pena enojarse por habladurías.

-Puedes quitarla ahora-intervino Sakura-Íbamos a ir a comer ¿Quieres venir? ¡Dale, di que si, Tomoyo-chan~!-Se le colgó de las manos, agitándolas suavemente.

Tomoyo alzó su vista hacia los ojos verdes de Eriol, los cuales sonrieron amables.

-Encantada.

Por toda la tarde Tomoyo se había reído como no lo había hecho en semanas. Sakura y Eriol eran un par de hermanos perfectos. Tuvo envidia de ellos, de lo bien que se llevaban y todas las anécdotas que tenían juntos. Ella, que siempre había sido hija única, no tenía una persona con quien compartir esa complicidad y alegría en casa. Nunca pensó que fuera tan divertido tener hermanos.

-Lo divertido fue cuando onii-san se aventó a la piscina porque creyó que Sakura-san no sabía nadar; sacó a una niña que tenía un traje de baño igualito a Sakura-san. La niña comenzó a llorar asustada hasta que la mamá de la niña la escuchó…y comenzó a golpear a Touya diciendo que era un pervertido.

Tomoyo no pudo ni ocultar la carcajada que le había causado.

-¿Y dónde estabas?-volteó hacia Sakura, la cual se encogió de hombros mientras bebía de su té con burbujas de tapioca.

-Yo estaba nadando en la parte honda. Touya onii-chan no sabía que tan buena nadadora soy.

Tomoyo se imaginaba la escena, divertida. Aleteó su mano para darse aire al sentirse acalorada por tanto reír. Alzó la vista hacia el reloj de la cafetería y se sorprendió al ver qué pasaba poco de las nueve de la noche.

-Dios, la hora, debo volver a casa.

-Creo que nosotros también-dijo Eriol hacia su hermana, la cual asintió un par de veces mientras terminaba de beber su té-Te acompañamos a tu parada, Daidouji-sempai.

-Gracias, sería muy lindo de su parte.

~o~o~

-Sakura-san, por favor, deja de verme así.

-No puedo, es tan raro todo…

Eriol suspiró, dejo a su hermana que estaba intentando hacer una bufanda con agujas y estambre y se metió al baño para poder cambiarse los lentes de contacto.

Era la segunda semana de "Adivina quien" y Eriol había dicho que cambiaría el color de sus ojos por ese tiempo. Le pareció entretenido siendo que era portar detalles pequeños diferentes a los de siempre. Ojos verdes para ocultar sus azules de siempre. Por alguna razón Étoile se había emocionado demasiado con ese cambio…

"¡Usaré una mariposa!"

Eriol sentía algo extraño desde hacía unos días. Los mensajes de Étoile se veían extraños…A veces eran tan cortos, y otras veces tan largos; parecían forzados, como sí quisiera darle gusto a todo ese asunto de conocerse. Quizá, ella ya solo quería conocerlo y ser amigos, nada romántico… Pero con mensajes así, con su actitud tan persistente, no podía planear dejar todo lo que alguna vez dijeron que harían cuando se conocieran.

Eriol se vio al espejo y tenía los ojos irritados al haberse quitado las lentillas. Cerró los ojos y por ese brevemente empezó a imaginar, otra vez, como sería Étoile. Debía ser bonita, radiante… Recordó la vez en que le había dicho que era una "señorita", y a su mente la figura de Tomoyo Daidouji vino de pronto.

¿Cómo es que nunca se había topado con ella en la escuela durante todo ese tiempo? Había escuchado que era una chica hermosa, creía era solo lo normal de algunos chicos que habían intentado conquistarla… Pero, en palabras de los chicos que le dijeron que como era posible no verla, era una grosería no haberla notado caminando en los pasillos. Eriol no era esa clase de chicos que solo hablaban de chicas y cuantas podían ligar, ni las medidas de su cuerpo ni todas esas cosas de "machos". Le gustaban las mujeres, por supuesto. Pero valoraba más la chica que le llegaba a gustar.

"Eres algo así como demisexual…"

Eso es lo que había dicho Sakura una tarde en que le explicaba que solo podía pensar en Étoile… Sólo quería estar con ella, fuera como fuera, en persona. Quería tenerla cerca, escuchar su voz por fin…quería quererla más que nadie.

Pero pensar en Tomoyo Daidouji, en el sonido de su risa y en su largo cabello… Nunca le había pasado que dos chicas pudieran estar en su mente. La única explicación es que había encontrado a la persona más hermosa del mundo. Había escuchado de artistas que encontraban a su musa, el ideal de la belleza y no estaban enamorados de esa persona.

Sí él fuera escultor, o un dibujante, Tomoyo sería su musa y su rostro estaría en todas sus obras, mientras sus sentimientos iban dirigidos a que a Étoile le gustara lo que estaba haciendo.

Tan complicado como sencillo.

Y por supuesto, Sakura nunca se enteraría de eso.

~o~o~

En toda su vida, Syaoran solo había fijado en lo que Tomoyo usara o dejara de usar. Corte de cabello, pasadores nuevos, vestidos y esas cosas que usaba para verse más linda cuando tenían cita. Algunas veces, se fijaba en Mei-ling, pero solo cuando salía de casa con faldas tan cortas que insultaban a las verdaderas faldas. Era, en las mismas palabras de Mei-ling, un chico, que podía coquetearle en la cara, bajarse las medias y él no se inmutaría. Ciego.

Pero desde hacía un par de semanas atrás había notado, sin querer, a Sae Kashigawi.

Por supuesto que Sae estaba en la lista de las personas que odiaban a Tomoyo, así que había estado observando si en algún momento veía que estuviera en el celular o algo sospecho. Pero en realidad se estaba portando igual de siempre: arrogante e insoportable. Iba a descartarla de su lista hasta que la misma Mei-ling le hizo notar algo en un típico comentario de chica.

-Nunca había visto a Kashigawi usar por más de una semana un mismo accesorio-frunció los labios- ¿Estará bien? He escuchado que sus padres tenían problemas…

Durante una semana había usado un listón en su muñeca. Para la siguiente semana había cambiado y usaba un pasador de mariposa. Ahora tenía dos días usando un suéter rosa.

Había algo más extraño que había empezado a notar. Sakura durante el almuerzo anotaba cosas en una pequeña libreta y no le quería decir de que se trataba, solo deducía que apuntaba cosas sobre las chicas que veía porque cuando veía algo murmuraba un "¡Ella!". Durante ese almuerzo hizo una mueca de disgusto al ver a Kashigawi y dijo "Dios, ella no".

-¿Su suéter rosa?

-Ella debería tener prohibido usar el color rasado-declaró, apuntando de mala gana en su libreta.

-También lo uso ayer-Sakura sacó la lengua, asqueada. Syaoran aventuró un poco más-Hace una semana tenía un pasador de mariposa-Sakura dejo de escribir, notándose sorprendida-Y también llevo un listón antes…

-¡No!-Sakura alzó sus grandes ojos verdes, aterrorizada-¡No, no! Syaoran-kun ¿tú estás con ella? ¿La ayudas? ¡Por Dios, no puede ser ella!

-Sakura, no sé de qué estás hablando.

-¿Cómo no vas a saber sí me estás diciendo todo lo que ella debía estar usando?-Syaoran arqueó una ceja. Sakura se asustó de estar hablando de más-¡Olvida lo que dije!

Sakura dejó su libreta y empezó a comer del tazón de fresas de su almuerzo. Syaoran ató un poco las palabras de la chica y los "sucesos" extraños sobre lo que ocurría y ella se había alterado. Tenía que aventurarse a una teoría loca…

-Sakura ¿conoces a Knight?

Soltó su fresa en su tazón y le vio sorprendida. Ahí estaba, Sakura conocía al chico misterioso de Tomoyo.

-No te puedo decir nada. Mis labios están sellados.

-¿Qué?-se sorprendió de lo directa que había sido, muy solemne- Sakura, necesito saber quién es y que está pasando.

-No puedo…-Rehuyó a la mirada del chico.

-Por favor, es importante.

Sakura suspiró y quedo en silencio por un par de minutos. Asintió para ella misma un par de veces y volvió a ver a Syaoran a los ojos.

-Te diré lo que sé, pero no dirás nada…Pero, tengo una condición.

-Dímela-Haría lo que fuera para ayudar a Tomoyo.

-Dime porque no quieres quererme… ¿Quién es la chica que aun quieres?

Syaoran se quedo en silencio, era algo que no aun no estaba preparado para hablar con Sakura.


Me acabo de sorprender a mí misma, estoy actualizando en tiempo record.

¿Qué les pareció? Ahora todo depende de Syaoran, quien ha sido el único que se ha dado cuenta de lo que está pasando…O algo así. Ya tengo ganas de ir desenredando lo que hizo Sae~

Espero poder actualizar pronto nuevamente~