Love Parade
Con el tiempo uno veía que Sakura Kinomoto era más allá de solo una chica que usaba flores naturales y sonreía cuando los días eran extremadamente soleados. Muchos creían que era una vegana moderna, que tenía un jardín y se la pasaba haciendo cosas con las plantas. Muy lejos de la realidad.
- ¡Sakura, cuidado! -Syaoran gritó alertado.
- ¡Vamos, Sakura, tú puedes!
Sakura corrió sobre las ruedas con toda velocidad, dándose impulso para ir sobre una línea de personas que se habían acostado en el piso, cada una creando pequeños retos de espacio para que la chica diera giros o lo que saliera de aquello. Syaoran y Tomoyo querían taparse los ojos, Mei-Ling estaba demasiado interesada en ver esa faceta de Kinomoto, mientras Eriol y su prima Nakuru reían de la situación.
Sakura daba giros sobre las personas, incluso se daba el lujo de ir de espaldas. Se movía con gracia y se veía tan bonita como intrépida, eso de llevar falda de tablones y andar sin rodilleras todo un caso de peligro inminente para las personas que nunca habían pisado una pista de patinaje.
-Sakura-san esa fantástica- Tomoyo sonrió. Agradecía tanto que toda la locura del mini periódico hubiera pasado en sábado para que Eriol y Sakura no tuvieran que preocuparse y pudieran descansar de ese alboroto al otro día.
-Es muy buena en toda esa clase de deportes: patinaje sobre rueda y hielo, patineta y snowboard-Explicó Eriol, viendo desde su lugar como todos vitoreaban a Sakura.
-Siempre ganaba a los niños cuando nos reuníamos a jugar, y se enojaban mucho- Nakuru comentó bastante orgullosa.
-Bueno, no me voy a quedar aquí solo viéndola, como ustedes-Mei-Ling se levantó y acomodó las rodilleras, no tan valerosa de intentar tantas acrobacias sin protección-. ¡Vamos, Syaoran-kun!
- ¿Qué? ¡No, espera! - las quejas de su primo no le importaron, se lo llevó arrastrando a la pista, apenas cogiendo su respectiva protección.
Tomoyo sentía un poco irreal la situación, sobre todo porque en verdad estaba pasando una de las tardes más divertidas. Sus días libres solían ser de ir de grandes compras con sus amigas, recitales de teatro o días completo dentro del club al que estaba inscrita su familia; jamás había pisado un lugar tan recreativo como en el que estaban. ¿Pista de patinaje con un montón de adolescentes dando vueltas en rampas, armando pequeños partidos de "hockey", mientras comían hamburguesas o hot-dogs? Era como ver parte de la adolescencia que se había perdido.
-Me alegra ver a Sakura-chan sonriendo- Nakuru tenía una sonrisa un tanto triste, sentía culpa-. Y a ti también, Eriol-chan.
- ¿Qué tal si no hablamos más de eso por hoy? Ahora quisiera divertirme-Eriol sonrió hacia su prima, levantándose y haciendo una señal hacia Nakuru para que fuera con él- ¿Qué dices, Tomoyo-san? ¿Vamos a seguirle el ritmo a Sakura-san?
-Creo es mejor me quedé cuidando la mesa. No soy buena sobre ruedas y les arruinaría el paseo.
-Cuando regresemos pediremos de comer-Nakuru casi salta en los patines para llegar a la pista.
Ver a Syaoran de la mano de Sakura era una escena que Tomoyo nunca creyó ver tan de cerca, ni con tanta naturalidad entre todos. Sakura se reía con ternura y Syaoran entre sus constantes caídas se reía divertido. Mei-Ling era quien más dominaba sus pasos sobre la pista, pero la ayuda de Nakuru le había caído muy bien. Y Eriol… hasta el porte de chico inglés se desvanecía al sonreírle con ese aire presumido después de unirse a uno de esos partidos organizados.
"Todo es mi culpa"
Eriol había dicho a todos que no quería hablar sobre eso en ese momento… pero en realidad era el que más estaba pensándolo.
Las clases del sábado decidió que debía saltárselas junto con Sakura, para ninguno de los dos era bueno que permanecieran ese día ahí; no iban a prestar atención a ningún maestro, y solo terminarían por alterarse más y no sabía como es que reaccionarían ante las burlas, Sakura casi había golpeado a Sae.
-Syaoran-kun se llevó Sakura-san a su casa.
Tomoyo había estado esperando a Eriol en su casillero. La chica seguía llevando su mochila tras la espalda y no se veía con intenciones de entrar a la clase que ya había empezado hacia cinco minutos.
-Se adelantó a mi plan-Eriol solo hizo un cambio de libretas-. Iré a casa también, cuando este allá le diré a Li-san que regrese a clases.
-Él no regresara-le aviso Tomoyo, siguiendo los pasos de Eriol. No le conocía mucho, pero admitía que no esperaba ver esa expresión tan indiferente. La fachada perfecta para fingir que no le importaba nada.
-Y supongo tú tampoco- Eriol no volteó a verla, así que no pudo verla morderse el labio, nerviosa de aquellas duras palabras. Suspiró, negando un par de veces-. Gracias…por quedarte.
-Sakura-san y tú son mis amigos.
Eriol sonrió ligeramente, de todo el caos era tan bueno escuchar esas palabras.
Para su suerte el autobús no tardó en llegar a la parada, no tuvieron que esperar mucho tiempo para poder irse de una vez. El problema era que el silencio era muy incómodo. Tomoyo no sabía cómo abordar el tema sin parecer una metiche, una chismosa más como todos los que especulaban sobre su familia. Quería ser el apoyo de sus amigos, no otro incordio.
-Jamás había estado tan confundido de que hacer-Eriol dio un golpe al posa manos enfrente de él, asustando a Tomoyo de paso-. Estuve a punto de golpear a dos chicos antes de ver a Sakura; esos estúpidos…
-Eriol, quiero ayudar, pero…
El chico soltó una risa nasal, apoyando su cabeza contra el asiento de en frente.
-Nada de ese periódico era mentira-declaró, sorprendido a Tomoyo-. Pero no está contado con la verdad. Bueno, solo lo de mi padre, él si fue un maldito que abandonó a mi mamá al no poder contar con su dinero. Él creía que con un bebé en camino ella iría con los Amamiya y ellos le dejarían entrar y él estaría disfrutando.
Tomoyo no detectaba rencor en su voz pese a las palabras que estaba utilizando. Más bien era aceptar los hechos y decisiones que había tomado su padre y aceptar que era una persona que no merecía que él sintiera algo porque era gastar energía.
-Pero mi mamá… Ella que durante todo el año lleva flores a la tumba de Nadeshiko-san, que hace pasteles para celebrar con Touya y Sakura el cumpleaños de su madre. Todos han ensuciado la memoria de mi tía pese a todo el amor que mamá le guarda a ella. Y mi tío Fujitaka... ¡Dios! -se golpeó contra el asiento- Es un verdadero hombre, leal…y lo difaman tanto. ¿Con que derecho? Si lo conocieran estarían arrepentidos de lo que piensan de él.
- Los quieres mucho, ¿verdad?
Tomoyo posó su mano sobre una de las de Eriol.
- ¿Cómo no hacerlo? Ellos me dieron la familia que siempre desee de niño. ¡Joder, es que podría golpear a Kashiwagi y no me sentiría culpable!
Tomoyo detuvo a Eriol de golpear el asiento nuevamente, el conductor les estaba observando por el retrovisor después de haber escuchado los gritos de Eriol. A ella no le molestaba, al contrario, quería que Eriol se desahogara, pero que se peleara con el conductor no era idóneo.
O quizá si…
-Aquí bajamos.
Por culpa del periódico Tomoyo imagino que la casa de los Kinomoto-Hiragizawa sería una gran mansión, pero en realidad solo era una casa grande de dos pisos, bastante moderna y con un jardín frontal hermoso. Pegaba más con la imagen de Eriol en realidad.
- ¿Decepcionada? – Eriol sonrió como no lo había hecho en todo el día.
-Para nada, es una hermosa casa.
- A mamá nunca le gusto vivir en mansiones, y Fujitaka-san estaba de acuerdo con ella.
Eriol condujo a Tomoyo hasta la sala, encontrándose solamente con Syaoran sentado, leyendo el libro que Eriol había dejado ahí en la mañana.
- ¿El Señor de las moscas? -Tomoyo inquirió al sentarse al lado de su amigo.
-Lo leí hace años, pero sigue siendo interesante-contestó Syaoran, cerrando el libro.
-Es de mis favoritos, siempre lo leo cada vez que puedo-volteó la mirada hacia los lados- ¿Y Sakura-san?
- Se sintió un poco mal y le dije que fuera a dormir un rato-suspiró, terminando por recargarse sobre el sofá-. Creí sería bueno hacer algo para comer, pero no quería usar la cocina sin permiso.
-No hubiera habido inconvenientes-Le sonrió ligeramente-. Gracias por cuidar de mi hermana.
Llevados por la idea de Syaoran es que los tres terminaron en la cocina, preparando el desayuno favorito de Sakura: pan-cakes con todo frutas y crema batida. Ya era casi la hora del almuerzo así que tampoco estaba mal que todos comieran de una vez, algo dulce, para pasar el mal trago.
- ¡Quedaron deliciosos!
Eriol había despertado a su hermana para que bajara a desayunar, pese a verla decaída se notaba contenta de que Syaoran siguiera en casa y la hubiera esperado mientras dormía.
-Sakura-san, hay que hablar sobre lo que haremos-la chica mordisqueó del bocado que seguía en su tenedor, asintiendo-. No podemos hacer mucho, y nada de lo que digamos servirá. Aunque lo crean, les será más divertido lo que leyeron.
-Lo malo es que no lo olvidaran pronto- Tomoyo cortó un trozo de fresa.
- ¿En verdad solo harán eso?
-Por ahora sí. Kashiwagi se ha lavado las manos de todo esto y no se le puede acusar por nada.
- ¿Pero por qué hizo todo eso Sae? Sé que no es buena persona, pero esto sobrepaso sus caprichos.
Sakura y Syaoran voltearon a verse, ambos sabían que si Sae Kashiwagi había llegado hasta ese extremo había sido por su culpa. Sin darse cuenta ella se había vengado hasta de Sakura por haberla descubierto frente a su hermano… ¿o era que ella ya sabía quién le había mandado el mensaje con la amenaza y el vídeo?
-Fue mi culpa.
Hasta ese momento en que Eriol se culpó del incidente es que Syaoran se daba cuenta de la situación que habían olvidado por completo. Kashiwagi se había vengado de Hiragizawa porque en realidad estaba enviándose mensajes con Tomoyo. Y Tomoyo sabía que fue Sae la que se robó su celular. Tomoyo últimamente estaba despistada y no prestaba atención a todas las señales a su alrededor, pero con algo tan frente a ella sería imposible que no se diera cuenta.
-Yo…
El timbre de la casa sonó con demasiada insistencia, sin que la persona que estuviera llamando despegara el dedo del botón. A Sakura y Eriol se les hizo extraño, a esa hora no había nadie en casa y era normal a esa, aunque parecía que quien estaba a fuera sabía que había personas dentro.
- ¡Eriol-kun!
Al abrir la puerta una chica de largo cabello castaño se lanzó a los brazos del joven inglés, apretándolo con fuerza mientras todos los veían atrás con expresiones de sorpresa. Sobre todo Tomoyo, que se sentía algo incomoda con tanta cercanía.
-Nakuru-chan-Sakura llamó la atención de la chica.
- ¡Sakura-chan! ¡Dios, tu carita triste no! -Ahora era Sakura la que estaba en un abrazo asfixiante- ¡Lo siento mucho!
Nakuru Akizuki, prima segunda de Eriol y Tomoyo, era una chica preciosa de piernas largas y un color de ojos que resultaba un poco exótico, algunos creían que eran amatistas, pero a veces eran un hermoso café rojizo. Nakuru era de la misma edad que su primo, pero había sido muchísimo más cercana a Touya, o más bien, ella desde pequeña se había prendado de él desde que pudo empezar a hablar y caminar.
-Lo siento por ponerme así frente a sus amigos-Nakuru ahora estaba bebiendo té juntó con el plato de pan-cakes con crema batida. O crema batida con pan-cakes, como según sea vea.
- ¿Cómo sabías estábamos aquí?
-Saeko Mizuhara me habló para decirme todo-Todos exclamaron un "¡¿Qué?!" de sorpresa. Saeko era de las mejores amigas de Sae-. Ugh, todo es mi culpa. Yo creía que Saeko era mi amiga; la conozco desde el jardín de niños…pero no, no era mi amiga, o lo era, pero decidió vengarse de mi...utilizándolos.
- ¿A nosotros? -musitaron Eriol y Sakura, confundidos.
-Saeko tenía semanas preguntándome sobre ustedes-jugó con la taza entre sus manos-. Ella decía que quería acercarse a ustedes, ser su amiga, pero que eran muy reservados y serios. Yo decía "¿Cómo? Sí mis primos son tan adorables", pero ella se empeñaba en decir que cada día eran más cerrados. Incluso mencionó que lo eran con una tal Sae Kashiwagi después de que le mencionó a la tía Nadeshiko-san…
- ¿Tú le contaste todo a Mizuhara? -Eriol se sorprendió. Claro, alguien de la familia era la fuente más confiable para tener tantos datos exactos de la historia de sus padres.
- ¡Es que yo le conté confiando en ella! -Nakuru llevó sus puños a golpear la mesa-. Me asustó que alguien estuviera molestándolos y creí que si ella supiera por lo que habían pasado los comprendería. Fui tan estúpida en caer en sus mentiras.
Nakuru de coraje se llevó todos los pan-cakes a la boca, casi tragándoselos. Era muy difícil sentir la tensión del momento a su lado, y sobre todo de culparla.
-Disculpa…-Tomoyo había cortado el silenció incómodo en el que solo se escuchaba la crema batida siendo vertida en una cuchara- ¿Por qué Saeko quería vengarse?
Nakuru refunfuñó con la crema batida en la boca.
-Ella quería ser novia de Touya, y como él siempre estaba conmigo no podía quedarse a solas con él. Me acabo de enterar, en realidad, fue lo primero antes de decirme lo que había hecho.
- ¿Pero por qué todas esas quieren con mi familia? -Ahora Sakura fue la que refunfuñó.
El celular de Syaoran sonó y pidió disculpas para contestar a Mei-Ling que debía estar preocupada por la desaparición de todos.
El murmullo de la voz de Mei-Ling se escuchaba en el lugar de Sakura, y aunque Syaoran daba muchas monosílabas para no ser tener que hablar sobre eso nuevamente frente a Sakura, la cual estalló de pronto.
- ¡Basta, necesito salir de acá! Vamos a patinar.
- ¿Patinar? -Syaoran fue el más sorprendido de lo que él creía la sugerencia más extraña de su…de Sakura.
- ¡Yo también voy! -gritó Mei-Ling desde el otro lado del teléfono.
Es así como habían terminado todos reunidos patinando, olvidándose por un momento de todo aquel desastre de chicas celosas y envidiosas que se divertían de formas crueles.
Sakura quería divertirse como a ella le gustaba y como muchas personas sanas y normales lo hacían. Con risas, con amigos y el único daño que podía ocurrir era el rasparse las rodillas si es que caían.
-Increíble, mejoraron en poco tiempo-Eriol se sorprendió al verlo seguir el ritmo de Sakura por toda la pista.
-Ya sabíamos patinar, pero nunca lo habíamos hecho de esta forma- Mei-Ling dio piruetas sobre un pie y se deslizó con el mismo alrededor de sus amigos.
- ¿Qué dices, Li-san? ¿Crees poder seguir el ritmo en un partido de hockey?
-Creo que podría-Syaoran contestó divertido.
- ¡Genial! Le pediré a unos chicos de allá que se unan y estaremos completos-Sakura salió corriendo.
-Tomare algo antes de empezar-Eriol patinó hasta la borda que dividía la pista y la zona de comida, saludando a Tomoyo al volver y ella amablemente alcanzarle su refresco- ¿Aun no te animas? Es divertido.
-Me divierto viéndolos desde aquí-Contestó Tomoyo, en verdad estaba riéndose demasiado de sus caídas y payasadas-. Voy a grabar su gran partido.
Eriol se quitó por un momento los lentes para poder limpiarlos y descansar un poco de llevarlos puestos. En estar bromeando con Tomoyo y agitar los brazos para intentar alcanzarla, terminó picándose un ojo con el popote del vaso, haciendo estallar en risas a la chica.
-Hey, mi ojo está en peligro-se sobaba el ojo izquierdo, reclamando que Tomoyo no dejaba de reírse.
-Pero un parche se verá genial en ti.
-Uh…espera. Uh, arde.
Tomoyo se quedó sorprendida al momento en que Eriol dejo de fregarse el ojo que ahora mostraba un color azulado.
-Eriol…tú ojo…
- ¿Eh? Ah, se cayó el lente ¿verdad? Tengo que ir al baño.
¿Todo este tiempo Eriol había estado lentes de contactos verdes? ¿Por qué ocultar ese intenso azul?
