Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización
Capítulo 3
Bella.
—¡¿Vas a casarte?! ¡¿Antes que yo? Espera ¿Estás embarazada?! ¿Tuviste Sexo?
Di gracias a Dios que la cafetería de su madre estuviera desierta. No podía decirle por teléfono y no quería que le dijera su padre puesto que mi madre estaba convenciéndolo para que oficiara la boda. Me incliné hacia Angie y le conté lo que había hecho en el hotel antes de que ella jadeara y chillara.
—¡¿Qué hiciste qué?!
Ángela me miró dos veces antes de ver su libro y quitarse los lentes. Éramos mejores amigas desde siempre y bueno, algunos decían que parecíamos hermanas. Siempre estábamos juntas y hacíamos locuras. Aunque ella no dejaba de mirarme el estómago como si este estuviera a punto de crecer de pronto.
—Sabes, yo quise ser una rebelde loca alguna vez, pero ¿casarme? Y con rebelde me refiero a montar una motocicleta o hacer puenting a mil metros de altura. O escaparme con un chico y bailarle en traje de baño. Quiero decir, acabas de conocerlo, a menos que me lo hayas ocultado —dijo, volviendo a mirarme el estómago.
—Ang, no estoy embarazada. Y te acabo de decir lo que pasó. Lo conocí en el evento por amor a Dios —repliqué y ella se levantó de su silla.
—Estoy exagerando un poquitín quizás Bella, pero bueno, esto es una locura. Dios. Hace unos días estábamos hablando de estudiar medicina en el extranjero. Ahora no podremos hacerlo en el extranjero y tendremos que quedarnos aquí —dijo mientras se sentaba de nuevo.
—Sabes que siempre puedes irte y estudiar en el extranjero como siempre quisimos.
—¿Sin ti? —bufó y se cruzó de brazos —. Vamos a empezar la universidad en unas semanas, no me iré sin ti. Lo haremos en la Universidad de Columbia, no iremos al programa extranjero, estoy segura que alguien más querrá hacerlo. Quieres ser cirujana y yo quiero serlo contigo. Irme nos alejará y somos mejores amigas. Vamos a escribir artículos de medicina, ser famosas. Queríamos visitar Irak y quizás tener una aventura con un soldado, pero casarte con uno ¿Sabes que nuestra opinión por el matrimonio es algo así como para toda la vida no? Hicimos un voto de casarnos para siempre. Con hombres que fueran amigos.
—Lo sé —susurré y Ángela tomó mi mano en apoyo. Miré a mi alrededor mientras buscaba una excusa.
—¿Quieres escapar del país? Tengo un amigo en Francia que es doctor allá y puede ayudarnos. Tengo mis ahorros de toda la vida. Puedes cogerlos y… —Ángela comenzó a hablar de nuevo.
—Edward se irá después de la boda —la interrumpí antes de que empezara a coger carrerilla con sus ideas —. Hay una misión y solo lo dejarán casarse conmigo. Luego tendrá que irse por diez meses. No será una boda normal. Vienen a traerlo en helicóptero y apenas lo dejarán darme el sí.
—¿Sin luna de miel? ¿Sin sexo? —dijo Ángela mientras me soltaba. Yo me sonroje y ella sonrió abiertamente — ¡Vaya!
—Será mi esposo Ángela, no voy a entrar en detalles. Ni siquiera habrá una gran fiesta, pero será por la iglesia. Además, sabes que esto fue un error. No nos estamos casando por amor.
—¿Qué tipo de boda tendrás? Quiero decir ¿Sin sexo? Y eso te pasa por andar de ayudante de Santa. Quiero decir ¿Quién en su sano juicio se hace pasar por la prometida de un hombre en un evento tan grande como ese frente a todo el mundo?
Miré a todos afuera correr de un lado a otro y había personas riendo y disfrutando del verano. Era difícil saber qué tipo de vida iba a tener, pero la verdad es que le había dicho que sí a este hombre y de alguna manera iba a hacerlo funcionar para ambos.
—Charlie y René están felices y…
—¿Qué hay de ti? —me interrumpió y luego la puerta de la cafetería de su madre anunció a otro cliente. Ella levantó la mirada y parpadeo varias veces mirando fijamente a quién había entrado.
—¿Cómo dijiste que se veía Edward? —preguntó inquisitivamente.
—Como un mueble gigante guapo con mirada glacial.
—¿Mueble gigante? —preguntaron detrás de mí. Salté del susto y me levanté junto con Ángela.
—Así que tú eres quien metió a Bella en esto —dijo Ángela mirando fijamente a Edward, que estaba justo detrás de mí.
—Depende de cómo lo veas. Creo que sería como que ambos nos metimos en esto. ¿Tu voz siempre suena como un ganso con gripe?
—Seguro que tú sabes que es un ganso ¿No? —movió su mano como si estuviera masturbando a un hombre.
—Ángela —dije en advertencia y ella fue tras el mostrador sin dejar de mirarme. Me giré y Edward, quien sonreía suavemente.
—Me han dicho muchas cosas en muchos idiomas pero ¿mueble gigante? —dijo socarronamente.
—Espero que suene original —contesté y Edward sonrió sentándose mientras miraba el menú que estaba en la mesa.
—Tu eres original de muchas maneras ¿Sabes? —sonreí sin poder evitarlo y Edward dejó de ver el menú antes de mirarme a los ojos —. Estuve pensando que podríamos elegir los anillos hoy, si quieres. Hablé con Charlie y él me dijo que estarías aquí.
Ángela se acercó a nosotros con una libreta.
—¿Ordenará algo?
—¿Envenenaras mi comida.? —replicó Edward girándose hacia ella.
Ángela se sonrojó profundamente y me miró.
—No atentaría contra su vida. Aunque sería lindo que fueras viuda antes de casarte Bella.
—La verdad ya comí, solo vine porque quería ver a Bella e invitarla a salir conmigo un rato. Sus padres me dijeron que la podía encontrar contigo.
Edward se levantó y Ángela tuvo que inclinarse para poder mirarlo a los ojos.
—Puedes medir mil metros, pero si lastimas a mi mejor amiga de alguna manera irresponsable, patearé tus bolas. Y te las dejaré de llavero.
—Estoy seguro de que lo harás. Parece ser .que Bella sabe como escoger sus amigas. ¿Serás la madrina? Así me aseguraré de no dejarte brindar en la boda y dar un discurso. ¿Vamos? —Edward extendió su mano hacia mí.
Ángela le frunció el ceño y luego me miró esperando mi elección. Puse mi mano sobre la de él y tiró de mí para llevarme a su auto sin soltarme. Solo pude despedirme de Ángela de lejos aunque ella aún me miraba con la preocupación pintada en el rostro.
—¿Sabes conducir? —preguntó arrancando el auto.
—Sí ¿A dónde vamos? —pregunté mientras miro hacia la calle.
—Te dejaré el auto. Lo saco poco así que sé que va a servirte mucho en las clases. Te vendrá bien para la universidad. Es muy seguro —lo miré sin saber qué decir.
—Edward tú no me conoces. Puedo. Puedo. Puedo ser una conductora temeraria o no lo sé. Una adolescente alcohólica y… —Edward se rió abiertamente a carcajadas antes de recostarse en su asiento mientras parábamos en un semáforo. Me di el tiempo de verlo de reojo. Era un hombre demasiado atractivo.
—Creo que es un poco tarde para asustarme. Bella, tenemos una semana antes de que yo tenga que irme. Tu madre está como loca encargándose de la boda y…
—Estamos atrapados en este juego sin sentido —susurré.
—No será para siempre. Me iré por diez meses y podrás empezar a estudiar medicina. Luego seguirán más misiones. Regresaré a la base en exactamente ese tiempo y si me piden irme lo haré. Estaré en el ejército mucho más de lo que podré estar contigo. Si un día conoces a alguien y te enamoras no me opondré y firmaré los papeles de divorcio —dijo Edward mientras estacionaba el auto en el aparcamiento de centro comercial.
—Ni siquiera sé por qué estamos haciendo esto. ¿Tienes idea del significado del matrimonio?
Edward tomó mi mano suavemente.
—Puedo hablar con tu padre si quieres que cancelemos y…
—¿No leíste los periódicos? —preguntó y Edward me los puso en las piernas. Parecía que había comprado todos los periódicos que había encontrado de la ciudad —. El presidente confirmó su invitación al igual que mi padre. Solo estarán en la ceremonia de la iglesia. Es bueno que tu madre haya conseguido que el reverendo Matthews nos casé con tan poco tiempo de planeación.
—Es el padre de Ángela. Mi madre logra lo que se propone cuando quiere. Mierda. Estamos atrapados en esto —susurré y Edward apretó mi mano tratando de ser un apoyó.
—Bella, podemos ser amigos. No te estoy pidiendo nada más que te cases conmigo por un tiempo considerable y luego podemos si quieres dejarlo por la paz.
Asentí y lo solté saliendo del auto. Él me siguió y juntos caminamos hacia la joyería de la ciudad en donde los padres de Jessica, una ex compañera de escuela, trabajaba.
—Entonces si vas a casarte. ¿De cuántos meses estás?
—Hola Jess. ¿Es cierto que Landon se fue a estudiar a Londres y te dejó? —repliqué mordazmente y Jessica me sonrió.
—Si, pero bueno, seguro puedo conseguir algo mejor. ¿Es un soldado? —miró Edward como un pedazo de carne de pies a cabeza y Edward asintió antes de señalar la sección de anillos.
—Sí señorita. ¿Puedo ver esos anillos por favor?
Jessica rodó los ojos y tomó las muestras que Edward estaba señalando. En un arrebato estúpido cuando la vi tocar la mano de Edward a propósito me colgué de su brazo izquierdo. Este me miró y luego su brazo antes de decir
—Estos me gustan. Si quieres podemos ir a otro lugar a conseguir otros anillos. Estás incómoda —señaló y luego pasó su brazo por mis hombros sorprendiéndome cuando me atrajo a su pecho en un abrazo. Miré las sencillas argollas de plata y sonreí.
—Son muy lindas. Estoy bien. No tienes de qué preocuparte, conozco a Jessica de la escuela. Solo no te acerques a ella.
—¿Celosa? —sonrió sobre mi cabello y yo sonreí también sin dejar de verlo a los ojos. Sus hermosos ojos grises. Luego tomó la argolla y mi mano y deslizó el anillo en ella.
—Quiero ser quien se robe tus sonrisas y tus veranos. Ser quien cargue esa carga que no puedas llevar en tus hombros. El sueño que elimina tus miedos y pesadillas. El impulso que necesitas y las fuerzas cuando estés débil. ¿Es eso pedir mucho?
Jamás pensé que iba a querer llorar por sentir mi corazón derretirse delante de un hombre que me dijera cosas tan bellas como esas. Edward parecía ser todo menos un hombre dulce y de poesía. No respondí, pero el beso el anillo en mi dedo y susurró:
—Creo que me siento demasiado feliz ahora. Es como si estuviera soñando y eres real. Me gustas Bella.
Miles de descargas eléctricas me golpearon, erizándome la piel cuando Edward besó mi mano. Jessica se aclaró la garganta.
—¿Desea hacer un ajuste?
¿Han querido ser de esas villanas que matan con la mirada alguna vez? Yo sí. Quería matarla. Edward miró la argolla restante en la caja y se la puso. Ambas encajaban perfectamente en nuestras manos. Luego de eso sacó las argollas de mi dedo y del suyo.
—Son perfectas. Nos llevaremos estas. Sin ajustes —dijo dándole una tarjeta de débito a Jessica.
Caminamos por el centro comercial en silencio hacia la salida mientras varias personas que conocían a mis padres nos miraban con atención y sin disimulo.
—Pasé por el banco antes de ir a verte y me darán una tarjeta para ti en unos días. Tendrás que ir a recogerla. Estará a tu nombre.
—¿Se puede hacer eso? Soy menor de edad además ¿Estás dejándome tu auto y dinero? Puedo ser una adicta a las apuestas y…
—Se puede, serás mi esposa. Además, espero que no nos dejes en la calle aunque tendrías que comprarte un jet privado y un yate para lograrlo. Bella, serás mi responsabilidad ahora. Pagaré tus estudios si es necesario porque serás mi esposa.
Solté a Edward pues sin saber cómo ambos íbamos de la mano.
—Medicina no es una carrera barata. Tuve que quebrarme el culo para poder conseguir una beca y tú quieres pagar mis estudios así como así.
—Si necesitas algo no quiero que tengas que ir y pedírselo a tu padre. Es lo menos que puedo hacer por todo lo que tú estás haciendo conmigo.
—Esto debería ser una broma. Me siento como si tu y yo fuéramos los protagonistas de una estúpida obra de teatro del siglo quince y estuvieras comprándome.
Edward sonrió y sus ojos se iluminaron
—Bueno, apuesto dos dólares a que serías una chica que lucha en contra de los machistas si estuviéramos en el siglo quince. No de esas que usaban vestidos gigantes con los que seguramente no pueden ni ir al baño. ¿Te imaginas usar un vestido con esas cosas de metal que les hacían ver el trasero gigante?
Sonreí con él sin poder evitarlo y ambos nos quedamos así, atrapados en los ojos del otro. Quizás esto no fuera tan malo después de todo. No cuando él siempre le veía el lado bueno a todo y bromeaba de esa forma.
Edward quitó unos mechones de mis mejillas y susurró
—Seré un esposo ausente, pero quiero que estés bien, protegida. No estoy comprándote, estoy cuidando de mi esposa. Mi departamento es bonito y grande. Así que Ángela podrá venir a vivir contigo. Puedes tomar mi habitación y ella la del piso de arriba. Solo… —se detuvo y yo le fruncí el ceño antes de que él tomara valor de continuar —. Sé que no eres esa clase de chica. Quiero creer que no lo eres. No quiero que sea un departamento con puerta giratoria. Tú sabes que chicos de tu edad vayan y vengan. O la ocupes como una casa para fiestas de facultades. Eres joven y entiendo si necesitas…
—Jamás te haría eso —susurré y Edward suspiró antes de girarse. Tomé su mano para llamar su atención y Edward se tensó antes de mirarme —. Edward. No lo haría.
Edward asintió agradecido por eso y me abrió la puerta del coche, ya que ya habíamos llegado. Cuando estuve frente a él. Hice algo estúpido, pues nos estábamos conociendo, pero quería demostrarle que hasta cierto punto estaba en esto con él, así que me puse de puntillas para abrazarlo. Edward se tensó un momento antes de atraerme a sus brazos y apretarme contra él. Creyó que yo no lo notaría, pero olió mi cabello y después de eso enterró su rostro en mi cuello.
—Esto es cálido —dijo pareciendo agradecido mientras acariciaba mi espalda. Cálido era una muy pequeña descripción de lo que yo estaba sintiendo en ese momento. Luego besó mi mejilla. Entré al auto demasiado confundida para responderle y él nos dirigió a casa de mis padres.
Él me gustaba mucho. Demasiado para ser bueno.
Buenas gente! Aquí tenemos un nuevo capítulo. Parece ser que el tema de las apuestas siguen adelante, ¿por qué locura será lo siguiente que quieran apostar?
Poco a poco van estableciendo las pautas de este matrimonio tan raro que van a tener, pero se sigue sin saber como van a estar las cosas. Habrá que esperar a los siguientes capítulos para ver como se desarrolla todos.
alejandra1987 la historia está ambientada en la actualidad, a pesar del matrimonio tan raro que van a tener estos dos, jejejeje.
Agradecemos a todas las personas que leen y siguen la historia, ya sean lectores fantasmas o dejan un comentario. Para estas últimas os nombramos en agradecimiento:
Adriu; Ady; alejandra1987; Car Cullen Stewart Pattinson; Cary; Diana2GT; Ely Cullen M; Emma; Estefania Rivera; Geminis1206; Jade HSos; JANETH A SANDOVAL; joahanna . maribel14; kasslpz; Lilia; LIly cullen madero; Lizdayanna; Lore562; Mamuelita144; Maryluna; Maya Masen; miop; Nancy; NarMaVeg; nataliastewart; Noriitha; nydiac10; Pao pao; Peerla Salvatore Swan; piligm; RakelLuvre; rociopaucasilvestre; Rosana; sandy56; Santa Ramirez; saraipineda44; seiriscarvajal; shuanime; Solange Cerezo; Tata XOXO; tocayaloquis; Twilight all my love 4 ever; Vero Grey Cullen; Wenday14; Yaly Quero; Yoliki; Zafirocullen22; phoenix1993; Tecupi; Lidia Hernandez; KRISS95; Lothrine; Adriana Molina; tulgarita; blossommarie; Mapi13; ConiLizzy; Elizabeth Marie Cullen; Maribel 1925; Pao-SasuUchicha: alimago; Adriu
Nos leemos la semana que viene gente!.
Jpv
