Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización


Capítulo 11

Bella.

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No sé si fue de la impresión o el hecho de que el piso del baño estaba mojado, así que resbale y baile intentando mantener el equilibrio hasta que mi pie se fue. Cerré mis ojos esperando golpearme, pero este no llegó. Edward consiguió atraparme a tiempo.

—Hueles a fresas de nuevo —susurró en mi oído antes de ponerme sobre mis pies.

Abrí mis ojos y me di cuenta de que estaba aferrada a sus brazos así que lo solté y di un paso atrás, incómoda por lo que él me hacía sentir, aun después de estar lejos tanto tiempo, aún cuando estábamos tan enojados el uno con el otro. Al menos yo estaba enojada. Por Dios, era una adolescente cuando me enamoré de él y al parecer las cosas no cambian jamás. No lo que sentía, no la forma en la que sus brazos me habían hecho hormiguear los dedos con curiosidad de seguir tocandolos, no la forma estúpida en la que latía mi corazón

—No se si olvidaste que era yo el que te traía y empezaste a tirar tu ropa en cuanto te puse en la cama, pero por eso llevas mi camiseta. Realmente espero que no sea algo que haces siempre frente a todo el mundo. No cualquiera es un caballero —sus orejas se pusieron rojas y yo sentí caliente el rostro.

—No, nadie me carga y solo Ángela pasa a dejarme a casa. Ella se mudó con Emmett hace tres años. Por un momento pensé que era un sueño, que no estabas aquí.

—Lo noté —me interrumpió —. Escucha, sé que te debo una disculpa y muchas explicaciones, pero quiero que te alimentes. No mentía cuando te dije que estás delgada. Mucho.

Me miró de arriba a abajo de una forma que debería estar prohibida, haciéndome sonrojar de nuevo, así que siendo audaz me intenté cubrir las piernas usando su camisa y él siguió mirando, aunque yo lo miraba molesta

—¿Sabes? los hombres tenemos algo con las chicas y sus camisetas. Es como solo recalcar que somos dueños de lo que hay debajo —sonrió y se giró, dejándome con la boca abierta. Con cuidado de no caerme salí del baño y me puse ropa y salí para encontrarlo en la cocina friendo más tocino.

—Eso no fue caballeroso.

—No esperaba que lo fuera, solo fui honesto contigo.

Mi estómago gruñó al olor del café y Edward dejó un plato de huevos, tocino, tostadas y un vaso con jugo de naranja frente a mí.

—Siéntate por favor —pidió.

Me senté y empecé a comer y él se sentó frente a mí en silencio.

—¿Cuánto tiempo llevabas sin dormir? —preguntó suavemente.

—Solo fue un turno de treinta y cinco horas.

—¿Cuándo será tu próximo turno?

—Estoy de guardia. Si algo pasa van a llamarme.

—¿Siempre trabajas así? —Mi celular sonó y me levanté dejándolo con la pregunta.

Miré el mensaje y gruñí molesta. "Hay una emergencia. Necesitamos a todos los doctores en guardia."

—Tengo que irme.

—No comiste mucho Bella. Siéntate, come y luego te vas. Te llevaré, necesito el auto unas horas.

—Siempre puedo usar mi auto. No es necesario que me lleves —Edward se levantó y me tomó por los hombros antes de dirigirme al sofá y sentarme.

—Bella, tenemos que hablar por favor.

No lo mire a los ojos. Miré mi celular y luego le quité las manos de mis hombros antes de que el timbre y mi teléfono sonaran a la vez. Me levanté y me fui a la habitación a cambiarme. Al parecer hubo un accidente en la fábrica. Y eso me libro.

No quería oír a Edward, estaba asustada de hacerlo. No quería escucharlo decir que iba a dejarme, no tenía un plan B todavía si él lo hacía. Cuando salí, mi madre se estaba riendo de algo que Edward estaba diciendo, Emmett estaba recostado en la puerta de la habitación viéndolos a ambos y Ángela estaba mirándome con cautela.

—Voy al hospital —dije anunciándoles a todos.

—Pero cariño, llevas trabajando días en el hospital sin descanso y…

—Tengo varios pacientes que revisar en el hospital y hubo un accidente en una fábrica. Te llamaré —tomé las llaves de mi auto y Emmett me las quitó de las manos.

—Tengo algo que hacer cerca. Dejaré tu auto en el estacionamiento y Ángela me recogerá después.

Asentí y nos despedimos de mi madre, quien también me miraba, pero ella parecía triste.

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Edward.

Ocho horas antes.

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Levanté a una muy dormida e inquieta Bella en mis brazos sin dificultad. Ella se aferró a mi pecho y olisqueó mi cuello murmurando algo que no entendí, luego abrió los ojos y tocó mi cabello despacio antes de que una de sus manos se deslizara por mi pecho hasta colgarse de mis placas. Mis rodillas se doblaron un poco al sentirla explorando y mi corazón golpeó fuertemente en mi pecho, dejándome necesitado de ella, de su toque, de lo que quisiera darme. No me merecía nada. Bella tenía razón de estar furiosa conmigo, pero el hecho de que en sueños me tratara de esa forma me hacía anhelar despertarla y perderme en ella por días.

Cuando la bajé se tropezó en el sillón y empezó a quitarse la camisa.

—Bella ¿qué…?

—Esto debe ser un sueño, así que disfruta de verme en ropa interior. Tú no has vuelto Edward — susurró ella en mi dirección antes de quitarse el pantalón y quedarse en ropa interior. Y miré. Miré su cuerpo como un maldito hambriento que llevaba casi doce años solo usando sus manos porque, jamás en todo mi tiempo en el ejército, le había faltado a esta hermosa y delicada mujer.

Y no es que no hayan habido mujeres dispuestas a darme sexo, pero no era eso lo que quería. Lo único que quería era reclamar lo que era mío, pero quería que ella estuviese despierta y viéndome. Me quité mi camisa y se la puse ayudándola a quitarse el poco maquillaje que llevaba, usando unas toallitas que tenía sobre la cama. Ella gruño aferrándose a mis placas no dejándome ir mientras decía

—Deberías ser una almohada registrada a mi nombre. Solo mío. No de brujas rubias con culo de Kardashian. Deberías ser mío, Edward. Se mio.

Me reí por sus ocurrencias y la dejé dormir en mi pecho, acariciando su espalda, pero no iba a mentir. Aunque era un hombre fuerte aún podía ver a Amun muerto boca arriba y me veía atrapado en ese auto con la cabeza y las costillas rotas. Eso me quitaba el sueño. Había sueños en los que recordaba a las personas que había visto morir a lo largo de los años. No eran sueños gentiles, eran pesadillas. Aún escuchaba el sonido de las balas y las bombas. Estaba marcado por eso.

Cuando Bella despertó parecía estar asustada de verme en casa, y hablar había sido como querer desactivar una bomba con un cronómetro de treinta segundos. Luego su familia había irrumpido en la casa y ella tenía que ir al hospital.

—Te ves muy bien hijo.

—Usted luce igual de encantadora que siempre. Gracias por hablar conmigo estos años y aceptar mis disculpas —adulé a Rene, quien se rió suavemente antes de que Bella abriera la puerta de la habitación. Rene había accedido a hablar conmigo y yo me había disculpado con ella por hacer llorar a su hija. Ella nunca entraba en detalles de la vida de Bella, pero sabía que estaba bien gracias a su madre.

—Voy al hospital —anunció Bella a todos. Parecía que estaba mal de los nervios o algo había pasado puesto que estaba un poco pálida

—Pero cariño. Llevas trabajando días en el hospital sin descanso y…

—Tengo varios pacientes que revisar en el hospital y hubo un accidente en una fábrica. Te llamaré —le respondió evasiva a su madre.

—Tengo algo que hacer cerca. Dejare tu auto en el estacionamiento y Ángela me recogerá después —dijo Emmett quitándole las llaves y saliendo juntos de la casa.

—Parece que tienes un largo camino —comentó Rene palmeándome el pecho —. Eso si quieres recuperar a mi hija. Si no, sería bueno que me lo dijeras. Su habitación en mi casa está como la dejó. Y estoy dispuesta a recibirla.

—No será necesario señora. Por supuesto que quiero recuperarla. Es mi esposa.

—No creo que la merezcas —espetó Charlie llamándonos la atención mientras dejaba unas llaves en el buró. Me asombró que las tuviera, pero no pregunte y luego de besar a su esposa y su nuera quien, me miraba en silencio pareciendo querer matarme, Charlie se sentó frente a mí —. Un hombre que hace a mi hija llorar solo se merece un chaleco de explosivos con un cronómetro de diez segundos. No una bienvenida, así que espero que no estés esperando una fiesta.

—Señor Swan, si me disculpa, eso es algo que voy a solucionar con Bella. Se que no estamos bien y…

—Y no es que ella vaya a ponértelo tan fácil. Dejaría de ser Bella si lo hiciera —dijo Ángela antes de dar un paso y tocarse la panza frunciendo el ceño —. Ella no debe…

Se detuvo y luego gimió y su rostro se distorsionó en dolor.

—Mierda…—susurró antes de que sus piernas se doblaran. Conseguí llegar a ella antes de que se cayera al suelo y se lastimara, agarrándola en mis brazos. Angela chilló y me apretó los brazos.

—Llévame al hospital por favor…

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Manejar un auto en medio del tráfico de Nueva York mientras una mujer te grita en el oído, la otra pidiendo "calma y respira" haciendo ejercicios de respiración y mi suegro, que quería ponerme un chaleco explosivo, sentado a mi lado, diciendome que calles tomar, no fue fácil y menos lo fue el hecho de que al llegar Emmett estaba allí junto a Bella esperándonos. Ángela chilló en cuanto la ayudé a salir de la forma más suave que pude y ella solo me apretó el cuello asustada.

—Duele. Mierda. Voy a ser una mala madre —gritó apretándome los brazos de nuevo. La puse en la camilla y ella buscó a Emmett quien, le sonrió asustado, y le tomó la mano. Toda la familia la siguió y yo me quedé de pie viéndolos avanzar ¿Qué iba a hacer yo con ellos? Charlie me odiaba, Rene parecía neutral en su opinión y Emmett no me había dicho nada. Aún.

—¡Cuñado!

Garrett apareció en mi camino sonriendo bobaliconamente mientras me palmeaba el hombro. Quería desaparecer esa maldita sonrisa de su rostro a golpes. Mi día no podía empeorar o ¿Si?

—¿Viste a Bella? —preguntó, pero yo me giré dejándolo allí, sin contestarle, mientras me dirigía al estacionamiento.

—¿Edward? —Bella llegó hasta mí sin aliento y yo me giré hacia ella cuando levantaba la mano pareciendo estar sin aire para que la esperara mientras buscaba respirar —. Creí que ibas a quedarte. Ángela está dando a luz.

—Tu padre me amenazó con ponerme un chaleco con explosivos y Ángela estaba a punto de asesinarme cuando su fuente se rompió. Súmale que me encontré a tu querido doctorcito Garrett, quien por alguna estúpida razón sigue diciéndome cuñado. ¿Por qué iba a querer quedarme en un ambiente tan hostil? ¿Por qué no les has dicho quién soy?

Bella abrió la boca para hablar y yo levanté mi mano para interrumpirle.

—¿Desde cuándo Charlie tiene llave de nuestro departamento? Sé que no me merecía una fiesta de bienvenida, pero creí que podíamos sentarnos a hablar. Te lo pedí.

—El estacionamiento de mi trabajo no es un buen lugar para hablar contigo Edward. No creo que…

—¿No crees qué Isabella?. ¿Cuánto tiempo más vas a posponer tener conmigo una conversación de adultos? Bueno, la última vez que vi tú y yo lo éramos.

—Por supuesto — murmuró Bella y abrió la boca para continuar pero su teléfono y su busca sonaron y ella suspiró frustrada por la interrupción—. Pero si vamos a hablar será cuando tú no me estés gritando y yo no esté apunto de entrar en una cirugía de emergencia. Lo siento —dijo antes de girarse para irse.

—¿Es tan difícil para ti decirme que quieres el divorcio? —escupí las palabras demasiado enojado como para pensar en lo que estaba diciendo. Bella se detuvo, pero no me miró y yo continué —¿Por qué no solo lo dices y acabas con todo esto que tenemos?

Bella se giró con los ojos llenos de lágrimas y retrocedí dándome cuenta de lo estúpido que estaba siendo en ese momento.

—¿Esto qué Edward? ¿Qué tenemos? Dímelo tú. Porque no te estoy entendiendo. Charlie tiene mis llaves porque estuve enferma de neumonía hace un año. Él venía a mi departamento a recogerme para las terapias de respiración cuando estaba demasiado enferma para moverme de la cama, así que le di las llaves. Tienes razón, no merecías la fiesta de bienvenida, pero tampoco sabía que ibas a venir, así que no es como si hubiese podido evitar que todos se portaran mal contigo. Escucha, realmente tengo que irme. ¿Quieres el divorcio? Dímelo y firmaré los papeles. Ahora, si me permites, tengo que salvar vidas. Me mudaré por la mañana, si es lo que quieres.


Nenas amo leer sus comentarios. Me encanta saber que aman la historia. Todas quisiéramos matar a Edward ¿no creen? Jajajaja pero pensemos, ellos estuvieron separados un buen tiempo y hay inseguridad en todo. No hablan porque Bella está aterrada. Yo lo estaría ¿Creen que puedan lograrlo? ¿Review?

Josi, May Cullen M, Angelus285, Ninacara bienvenidas a las historia. Esperamos

May Cullen M esta historia no es una traducción, es un original :D

Agradecemos a todas las personas que leen y siguen la historia, ya sean lectores fantasmas o dejan un comentario. Para estas últimas os nombramos en agradecimiento:

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Nos leemos la semana que viene.

Ann