Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización

Capítulo 12

Bella.

—¿Estás bien? —la pregunta de Emmett me sorprendió. Él siempre bromeaba de una u otra manera en que mi esposo era un fantasma y el hecho de que hoy Edward esté de vuelta y sea para quedarse obviamente alteraba a todos de alguna manera. Nunca hemos convivido, quizás sea esa la razón principal.

¿Estoy bien? La pregunta me sorprende un poco, no sé la respuesta siendo honesta. Estoy asustada, eso seguro ¿Qué haré? No tengo ni la más mínima idea y ese es un hecho. Hay miles de cosas para las que no tengo respuesta. Si Edward quiere el divorcio estaré perdida. Quizás en un principio, luego me haré a la idea de que él nunca estuvo. Pero no se porque hay un dolor sordo en mi pecho, como si estuviesen operándome sin anestesia, cada vez que pienso en eso. Cada vez que pienso en que posiblemente lo nuestro no tiene reparación, que quizás no podemos estar juntos. Que…

Las teorías van a volverme loca.

Miré las calles de Nueva York antes de que Emmett se detuviera a una calle antes de llegar al hospital y me mirará con atención, mientras se recostaba en su asiento y cerraba los ojos. Mi hermano podía ser un demente a veces, pero verlo así, serio, era como si fuese a pedirme algo.

—Me declararon con estrés postraumático cuando volví de la última misión que tuve con Edward.

El hecho de que Emmett me estuviera contando esa historia me dejó muda. Él no hablaba de su tiempo en el ejército. Todos respétabamos su silencio en cuanto a eso, puesto que sus misiones eran clasificadas. El único que sabía algo era Charlie, pero ambos eran herméticos respecto a eso.

—Pensé que era cobardía hablar sobre tener estúpidas pesadillas, insomnio e incluso reacciones absurdas a sonidos sencillos, como una llanta explotando o un martillo mecánico golpeando la calle. Pensé que era estúpido querer esconderme bajo una mesa cada vez que escuchaba un golpe o hasta los fuegos artificiales en el cielo.

—Emm —quise pedirle que no se fustigara o castigara de esa manera, pero parecía determinado a decírmelo, así que lo dejé continuar

—¿Sabes? Recuerdo que Edward se preocupó por mí todo el tiempo. De hecho me pidió conducir uno de nuestros vehículos blindados y mejor equipados. Él me alejó del peligro cuanto pudo, nos dejó una cuadra después de su equipo, solo vigilando y avanzando lentamente para que no nos vieran y no fuéramos un blanco. Fui un completo imbécil por querer jugar a ser invencible. Atravesé un muro de adobe* y me rompí el hombro y luego un rifle de corto alcance me atravesó casi dejándome sin brazo. Pero fue porque vi a los hombres de los que estábamos huyendo apostados en los edificios y necesitaba apoyarle. Sabía que su equipo no iba a ser contrincante para los lanzagranadas que llevaban, maté a la mayoría en el camino pero habían más, adelante de nosotros, estaban esperándonos, doblegaron a su equipo. Atraparon a la mayoría. Vi su auto volar en el aire Bella. Cuando pasaron sobre una de las trampas ellos solo estaban intentando escapar. Estaban protegiendo a un ingeniero químico que había sido secuestrado junto con su esposa. A ella no logramos salvarla, estaba muerta cuando llegamos —jadeé y Emmett respiró como si le costara decir lo que estaba diciendo. Cada palabra era dolorosa para mí porque había estado a punto de perderlos a ambos y eso había marcado mucho un antes y un después en la relación de Edward —. Fui un imbécil. Pensé en ti, en Ángela, en la vida que no iba a poder tener mientras me estaba desangrando. Y lo peor de todo es que desobedecí una orden directa de él. ¿Sabes que Edward no me delató? Él dijo que mi equipo se había adelantado al oír la explosión, dijo que yo había salvado la vida de varios civiles que habían quedado atrapados en el medio. Hubo varios heridos ese día. Amun murió, pero fui el único de mi brigada herido ¿Entiendes? Nadie contradijo a Edward. Mi equipo apoyó su versión porque yo salí sin que mi equipo notara que yo ya no estaba allí, con ellos atrás. Y me dejaron jubilarme con honores.

Se hizo una pausa donde ambos nos quedamos pensando en todo lo que acababa de decir.

—Lo que quiero decir es que sé que Edward merece que seas dura con él Bella, sé que merece que le pateen las bolas y lo hagas sufrir, pero también se merece que lo escuches. Nacimos para ser soldados, trillado o no. Es difícil para nosotros lo que nos queda después de dejar el ejército.

—Edward no se ha retirado aún Emmett. Él podría volver a irse de nuevo en seis meses, en tres. No lo sé realmente, no hemos tenido tiempo de hablar, pero te prometo escucharlo. ¿Bien? Estaba pensando en pedir unos días en el hospital.

—Bien. No estoy abogando por él, porque sobre todo eres mi hermana, pero hablen. Y si no pueden solucionar su mierda estaré feliz de recibirte en casa —Emmett volvió a encender el auto y llegamos a mi destino.

Cuando me bajé en el hospital Garrett me informó lo que estaba pasando.

—Parece que solo hubo una pequeña fuga de gas. No hay nadie gravemente herido, solo gente con problemas respiratorios. ¿Estás bien?

—¿Por qué todos están preguntando eso hoy? —repliqué mientras abría la puerta para marcar mi llegada. Garrett me siguió.

—Estás pálida. ¿Te has sentido bien? Estuviste enferma hace años y solo no quiero que vuelva a pasar. Deberías dejarme examinarte. Por fines médicos —su sonrisa pícara me hizo sonreír también.

Garrett no era una mala persona, de hecho era un muy buen amigo. Siempre me pedía que saliéramos, pero nunca le había dicho que sí a una cita de nosotros solos. Habíamos salido con los chicos, Alice y Ángela, pero nunca solos.

—Buen intento. Estoy bien Garrett.

—Bueno, tú te lo pierdes chica lista —sonrió antes de que su busca sonara. Mi teléfono también lo hizo y cuando miré a Emmett llamando me preocupé un poco.

—Ángela está de parto —dijo asustado.

Corrí a la entrada del hospital para recibirla. Edward ayudó a ponerla en la camilla y yo me aseguré de que Thomas, nuestro ginecólogo, la recibiera. Solo entonces divisé a Edward saliendo del hospital y lo seguí.

—¿Edward? Creí que ibas a quedarte. Ángela está dando a luz —Edward parecía estar molesto cuando le dije eso.

—Tu padre me amenazó con ponerme un chaleco con explosivos y Ángela estaba a punto de asesinarme cuando su fuente se rompió. Súmale que me encontré a tu querido doctorcito Garrett, quien por alguna estúpida razón, sigue diciéndome cuñado. ¿Por qué iba a querer quedarme en un ambiente tan hostil? ¿Por qué no les has dicho quién soy? ¿Desde cuando Charlie tiene llave de nuestro departamento? Sé que no me merecía una fiesta de bienvenida, pero creí que podíamos sentarnos a hablar. Te lo pedí.

Había intentando interrumpirle, pero levantó la mano para que no le parara, por lo que cuando acabó, al fin pude hablar.

—El estacionamiento de mi trabajo no es un buen lugar para hablar contigo Edward. No creo que…

—¿No crees que? Isabella. ¿Cuánto tiempo más vas a posponer tener conmigo una conversación de adultos? Bueno, la última vez que vi, tú y yo lo éramos —me interrumpió.

—Por supuesto —¿Qué más podía decir? ¿Qué era lo que él quería oír de mí? ¿Por qué estaba tan enojado conmigo cuando la enojada debería ser yo? Me vi en el reflejo de Tanya por un solo segundo, puesto que estábamos dando show frente al mundo entero en un estacionamiento, con la diferencia que yo no estaba vestida de novia y él no llevaba su uniforme. Y hasta cierto punto, entendí la forma de comportarse de Tanya. Quiero decir, Edward podría enamorar a cualquier mujer y romperle el corazón en un segundo, pero no iba a gritarle que me había abandonado. Traté de calmarlo un poco —. Pero si vamos a hablar será cuando tú no estés gritándome y yo no esté apunto de entrar en una cirugía de emergencia. Lo siento.

Me giré para irme. Mi busca había sonado varias veces al igual que mi celular. Quería evitar decirle que me estaba lastimando, quería evitar que viera que yo estaba estúpidamente llorando y que estaba aterrorizada, que nos íbamos a hacer daño. Ambos estábamos alterados pero sus palabras fueron lo que menos esperé.

—¿Es tan difícil para ti decirme que quieres el divorcio? ¿Por qué no solo lo dices y acabas con todo esto que tenemos?

Me giré y lo que vio en mis ojos lo hizo retroceder así que derrame todo lo que tenía que decirle sin medir las consecuencias.

—¿Esto qué Edward? ¿Qué tenemos? Dímelo tú. Porque no te estoy entendiendo. Charlie tiene mis llaves porque estuve enferma de neumonía hace un año. Él venía a mi departamento a recogerme para las terapias de respiración cuando estaba demasiado enferma para moverme de la cama, así que le di las llaves. Tienes razón, no merecías la fiesta de bienvenida, pero tampoco sabía que ibas a venir, así que no es como si hubiese podido evitar que todos se portaran mal contigo. Escucha, realmente tengo que irme. ¿Quieres el divorcio? Dímelo y firmaré los papeles. Ahora, si me permites, tengo que salvar vidas. Me mudaré por la mañana, si es lo que quieres.

Cuando quise irme Edward tomó mi brazo y me detuvo.

—Bella yo…

—¿Está todo bien chicos? —preguntó Garrett saliendo de su auto. No lo habíamos visto, pero él había estado encerrado allí todo el tiempo, y por su mirada supuse que había escuchado todo. Edward me soltó y yo solo me limpié el rostro antes de forzar una sonrisa.

—Estamos bien Garrett. Ve a casa.

Se nos quedó mirando fijamente a los dos durante unos segundos, pero después pareció que se lo pensó y se fue, dejándolos solos.

Ambos nos quedamos mirándonos unos segundos, pero no tenía tiempo para esta guerra de miradas. Ya hablaríamos después.

.

.

Garrett llegó varías horas después y ambos estuvimos ocupados, pero eso no evitó que estuviese mirándome de forma extraña a cada segundo que nos encontrábamos en el pasillo.

—Succión —pedí y Sioban metió la sonda en el estómago del paciente. Garrett suspiró pesadamente.

—¿Puedes mover la sonda a la izquierda? —Sioban obedeció rápidamente —¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó mirándome antes de volver su mirada al paciente. Estábamos haciendo una apendicectomía* de emergencia.

—¿Decirte que? —repliqué empezando a cerrar la herida, luego me hice a un lado para que Sioban la terminara. Garrett pareció frustrado antes de dejar los instrumentos de la operación sobre las bandejas.

—Quiero decir, no me lo imaginé. Te vi rechazar a varios chicos, pero no creí que…

—No es algo que digas cuando recién conoces a alguien. O mientras estás en cirugía —le repliqué mientras terminábamos la cirugía.

Una vez salimos del quirófano nos fuimos a la sala de descanso, después de asearnos, y Garret continuó como si no hubiéramos tenido ninguna interrupción.

—No sabía que estabas casada, deberías haberlo mencionado. Cualquiera que vea a ese hombre se haría a un lado, pero no lo mencionaste y me sorprendió. Bueno, la verdad, no hablas de tu vida personal y…

—Cumpliremos diez años en junio del próximo año —cuando dije eso Garret casi escupió su jugo y le tuve que dar palmaditas en la espalda antes de que pudiese hablar de nuevo.

—¿Llevas…Llevas… Diez años casada? —se aclaró la garganta y yo me encogí de hombros restándole importancia. Garret me miró de nuevo con atención antes de decir —. Diez jodidos años. Bella, pero tú tienes veintisiete ¿No? —asentí y Garret puso sus dedos frente a su rostro contando para atrás.

—Me casé cuando tenía diecisiete —le dije para confirmarle las cuentas que él estaba haciendo.

—¿Estabas embarazada? Él se ve mayor que tú. Quiero decir… —farfulló aturdido. Negué y me recosté en el sofá sintiéndome repentinamente mareada. Mierda quizás si iba a enfermarme. La garganta me dolía un poco esta mañana.

—Es una larga historia. Una muy divertida y loca historia la verdad. Y Edward solo es mayor por once años. Te vi coquetear con la nueva enfermera Kate y ella solo tiene veinte.

—¿Involucra a una imitación de Elvis y Las Vegas? Digo también tendría que involucrar a tus padres pero… —me reí por su conclusión antes de negar.

—Involucra dos vestidos blancos, un ramo de flores rosa horrible, una loca maniática ex llena de mucho bótox, un hombre boina verde y un batallón de fusilamiento —le contesté y se río con el ceño fruncido.

—Bueno suena divertido, pero aún así no lo entiendo.

—Es difícil de explicar. La verdad, no se como explicarlo. No planeé esto. Edward y yo terminamos casados por accidente y de pronto estuvimos separados tanto tiempo que hoy por hoy parece que no nos conocemos

—¿Lo amas? ¿A tu esposo?

Cerré los ojos y quise tener una respuesta para eso, pero no la tenía. Sabía que tenía sentimientos por Edward, él se los ganó cuando yo me casé con él, pero amarlo… A estás etapas de la vida quizás si lo quería mucho, pero ¿Cómo podría saber que lo hacía si nunca habíamos estado juntos? Siempre estuvimos rodeados de gente. En Alemania de médicos. En nuestra boda, había gente importante de la sociedad militar. Dios ¿Qué chica puede decir que el presidente fue a su boda? Aunque solo hayan sido como veinte minutos.

—No lo sé —fui honesta y Garrett se encogió de hombros antes de tomar un cigarrillo de su bata.

—Si te sirve de consuelo, estaba devastado cuando te fuiste. Él parecía tan herido como tú cuando mencionó la palabra divorcio. Sé que no me pides mi opinión, pero escúchalo. Quizás ambos están confundiendo las cosas.

Bufé por lo irónico de la situación. Garrett había estado pidiéndome salir por meses y ahora estaba dándome consejos matrimoniales. Salió de la sala de descanso y mientras me tomaba un café viendo una estúpida serie en televisión sin ponerle atención. Al final decidí ir a recepción para ver si me había llevado los papeles para pedir mis vacaciones.

Elizabeth me miró dos veces antes de extender el formulario hacia mí.

—¿Vacaciones?

Asentí no muy segura de que responder. Quizás unos días en casa podrían ser el comienzo de algo o darme el tiempo suficiente para arreglar algunas cosas con Edward.

Antes de rellenar el formulario me tomé el tiempo de pensarlo bien y Elizabeth solo suspiró pesadamente y tomó mi mano alentándome.

—Bueno, es grandioso que las pidas por fin, en serio. Creo que tener que pagarte cada vez que te tocan las vacaciones se me estaba haciendo costumbre.

Sonreí ante su honestidad y firmé entregándoselo. Cuando me giré Edward estaba parado allí con un sobre que reconocí muy bien.

—¿Podemos hablar? —preguntó suavemente. Asentí insegura y lo seguí al estacionamiento. Me recosté sobre su auto y él se recostó en el mío.

—¿Por qué no me dijiste que Tía había escrito?

*Ladrillos de adobe: Ladrillos de lodo. Fabricados por personas de escasos recursos. De hecho un ladrillo de lodo es si esta bien fabricado es hasta un 75% más seguro que uno de concreto delgado (Porque los ladrillos llevan medidas de grosor). En su preparación estos llevan césped seco y otros materiales. Se ven muchísimo en países extranjeros de bajos recursos.

Y el misterio de la rubia se liberará en el siguiente capítulo, ¿Teorías? La verdad es que no podemos seguir posponiendo la conversación entre esos dos. Ellos tienen que hablar y aclarar las cosas ¿Lo harán? ¿Habrá divorcio? ¿Por qué Edward le pregunta directamente por la rubia? Jajajaja nenas sus comentarios son una medicina para esta alma rota. Agradezco mucho que les guste esta hermosa historia tanto como me gustó escribirla. ¿Reviews? ¿Tomatazos? Las leo.

Milacaceres11039 bienvenida a la historia. Espero que disfrutes mucho de la historia.

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