Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización


Capítulo 15

Edward.

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Ver a Bella cargando a Emma despertó algo en mí que posiblemente era hasta estúpido. Quiero decir, ella se veía natural acunando a la pequeña y después Bella me llamó cariño y el mundo, mi mundo, se vino abajo. Habría hecho lo que ella quisiera por volver a escucharla llamarme así.

Jamás me había sentido así por ninguna mujer. Entonces recordé que Bella no era cualquier mujer, no, ella era la mujer. Mia si eso era posible e iba a hacer que lo fuera. Charlie y Rene se despidieron de nosotros, Emmett me sonrió bobalicón

—Así que cuñado —susurró sonriendo abiertamente sin dejar de mirar a su hija.

—No se porque Bella es tan débil cuando se trata de ti. Yo te habría hecho sufrir un poco más —dijo Ángela mientras rodaba los ojos.

Emmett le frunció el ceño al oírla hablar.

—¿Hablas de debilidad cuando me perdonaste, aún después de todas las estupideces y las veces que me equivoqué contigo?

—Estabas herido. Y he estado enamorada de ti desde siempre Emmett. Edward está intacto y es un imbécil enorme.

—Siempre sabes como alimentar mi ego —le dijo Emmett antes de besar su mejilla.

—Mejor me voy…

Empecé a decir incómodo pero un estruendo se escuchó fuera de la habitación y varios guardias de seguridad abrieron la puerta.

—¿Todo bien por aquí?

Asentimos y ellos se fueron sin decir nada más. Esta situación no me dejó tranquilo así que salí de la habitación y varias personas arremolinadas en la entrada de emergencias me llamaron la atención.

—Trajeron a varios presos de la delegación que está a dos calles y dicen que uno tomó de rehén a una doctora.

Palidecí y mi corazón empezó a latir fuerte así que, empujando a todo el mundo, me abrí paso para ver a varios guardias deteniendo a las personas que querían pasar. Garrett me encontró a medio camino y me tomó el brazo.

—Doctor Masen, llegó temprano venga conmigo.

Los guardias me miraron extrañados, pero no dijeron nada y me dejaron pasar a la multitud antes de que viera lo que estaba pasando. Bella estaba pegada al pecho de un hombre grande y moreno. El hombre la estaba apretando y ella estaba luchando por soltarse de su agarre. Varios policías les estaban apuntando, pero eso no iba a funcionar, lo sabía. Este tipo de hombre eran seres sin conciencia y Bella podía salir herida por la ineptitud de los oficiales quienes no estaban haciendo nada.

Di un paso adelante furioso por lo que estaba pasando despacio para no ser notado, pero Bella fue más rápida, ella le golpeó las costillas al tipo y lo hizo tropezar antes de que este le lanzara un puñetazo tirándola al suelo. Me solté del agarre de Garrett de forma brusca, y él pareció sorprendido de lo que estaba pasando y cuando el imbécil dio un paso hacia Bella lo derribé y él gruñó sin aire. Cuando iba a lanzarle un golpe en el rostro me lanzaron hacia atrás y uno de los policías le lanzó una descarga con una pistola eléctrica. Garrett me levantó del piso apurado mientras los guardias rodeaban al hombre en el piso inconsciente.

—Ayúdame con Bella.

—¿Bella? —la llamé, pero ella se encogió con la mirada perdida en la nada y luego se desmayó. Garrett maldijo y le tomó el pulso antes de levantarla para ponerla en una camilla.

—Está en shock. Necesito que le lleven al piso tres y que Sioban se encargue. No es nada grave así que no voy a revisarla yo. Ve con ella.

Varios enfermeros empezaron a mover la camilla. Los seguí en silencio, pero una mujer que identifique como Sioban me detuvo dejándome fuera de la habitación pidiéndome esperar sin preguntarme mi nombre. Uno de los policías apareció en mi campo de visión y extendió su mano hacia mi diciendo:

—Soy el jefe de la estación de policía Mikov Urbeid. Señor… —Dejó la pregunta en el aire y le tomé la mano.

—Masen. Edward Masen. Soy el esposo de la doctora a la que su convicto atacó.

El hombre hizo una mueca antes de sentarse, lo seguí haciendo lo mismo sin quitarle la mirada a la puerta.

—¿Hay alguna noticia de la señora Masen? ¿Ella está bien?

Negué y cuando iba a responder Sioban salió de la habitación en la que habían encerrado a Bella y nos miró evaluándonos de pies a cabeza.

—¿Quién de ustedes es Edward?

Levanté la mano y Sioban frunció el ceño antes de extender una carpeta hacia mí.

—Bella está bien. Solo un poco aturdida. Va a necesitar descansar unos días, pero no hay nada que un par de compresas frías y un buen caldo de pollo no puedan arreglar. Su mano izquierda tiene un esguince y todas sus lesiones son superficiales. Tuvo muchísima suerte. No hay necesidad de internarla. Aunque si necesito pedir unas radiografías de su muñeca para descartar cualquier lesión grave. Eso tomará una hora cuando mucho.

—Gracias —Ella me sonrió abiertamente y señaló la habitación. —Está esperándolo. Puede pasar señor Masen, pero le agradecería me firmara los papeles que le di. Son el alta médica. Ella parece querer ir a casa y le doy la razón, Bella es una de nuestras mejores doctores de emergencias—dijo mientras se giraba para irse.

Leí el informe médico de Bella sin entender nada de los términos allí escritos y lo firme antes de entrar en la habitación. El alivio cuando me miró me hizo avanzar con rapidez hasta que la tuve envuelta en mis brazos. Bella me abrazó también y susurró.

—Gracias a Dios estas bien.

—Yo debería estar diciendo eso —le susurré de vuelta antes de besar su frente. Bella suspiró pesadamente en mi brazos y yo la solté para evaluar el golpe que el imbécil ese le había logrado dar en el rostro.

—Vas a tener un moretón muy bonito mañana —comenté suavemente en su dirección antes de dejar un beso suave allí. Bella suspiró y quiso enterrar sus dedos en mi cabello antes de estremecerse porque había usado su mano lastimada para hacerlo.

—Te llevaré a casa.

Cuando salimos de la habitación Mikov Urbeid estaba allí de pie observándonos a ambos.

—Señora Masen. Déjeme por favor disculparme por lo que pasó. ¿Puedo hacerle unas preguntas? —Bella asintió no muy segura y yo la abrace apretándola a mi costado.

—¿Podemos hablar a solas?

Bella se tensó en mis brazos y cuando yo iba a empezar a hablar ella lo hizo por mí.

—Edward es mi esposo. Quiero que esté conmigo. ¿Es un interrogatorio? ¿Necesito un abogado? —Mikov negó y se aclaró la garganta

—Por supuesto que no señora, pero debe comprender que es extraño que uno de nuestros reos custodiado por nuestros mejores agentes se haya liberado de las esposas y usted fue la única civil que estaba cerca.

—Es ilógico que crean que mi esposa podría manipular un artefacto como ese —dije en su defensa.

—Bueno Laurent dijo que usted es un soldado señor Masen. Mejor dicho, él dijo que ella era la mujer de un soldado. Y puedo decir, por lo que he visto, que uno bien entrenado si ha sido capaz de derribar a un hombre que necesita diez agentes vigilando.

—No usaría lo que se para dañar a nadie, señor Urbeid. Por el contrario fui quien alejó a ese pendejo de mi esposa cuando ustedes solo estaban mirando.

—¿Está usted insinuando que no cumplimos con la ley? Se le disparó con una pistola eléctrica para detenerlo.

—Lo que mi esposo está insinuando es que ustedes no investigan o ven lo que tienen que ver. Uno de los agentes se acercó al señor Laurent para ver si las esposas estaban bien. Ellos se sonrieron entre sí ¿Cree que esto es una broma? Soy una doctora respetada en este hospital.

—Y espero que eso no se esté poniendo en duda, Mikov.

Bella y yo nos giramos al oír a un hombre al que no reconocí para nada. Bella en cambio le sonrió suavemente.

—Bueno soy un socio potencial de este hospital y si hay algo que puedo asegurar es que tenemos a los mejores médicos. Y hermosas doctoras por su puesto —le sonrió a Bella antes de que Mikov hablara.

—Sabes qué es el protocolo Eleazar.

—Por su puesto, pero como la señora Masen dijo si ustedes estuviesen haciendo bien su trabajo en lugar de estar interrogándola, deberían estar pidiendo los vídeos de las cámaras de seguridad que por su puesto tenemos en cada esquina o pasillo.

Eleazar como el estúpido jefe de policía lo llamó extendió su mano hacia a mi y me sonrió abiertamente

—Es un placer conocer al esposo de esta hermosa mujer. Soy Eleazar Jenks, el hermano del dueño.

—Y un coqueto aplicado —Bella sonrió y susurró

Le estreché la mano sin soltar a Bella y él se río abiertamente antes de tomarle la barbilla a Bella.

—Vaya. ¿Fue una buena pelea?

—Deberías haber visto cómo quedó el otro —le respondió ella haciéndolo reírse aún más.

—Bueno, supongo que si queremos levantar cargos contra ellos debería tomarte unas fotografías para evidencia y voy a llamar a uno de nuestros abogados

—Eso no es necesario —nos detuvo Mikov —. Me encargaré personalmente de solucionar el altercado de hoy y por supuesto me disculpo de nuevo señora Masen. Si hay algo que pueda hacer por usted, llámame.

Le extendió a Bella una tarjeta que ella tomó y luego se fue.

—Escuchan demanda y te ofrecen hacerte una mamada —dijo Eleazar sonriéndole a Bella.

—Eres un hombre muy explícito. Hay niños presentes.

Eleazar me dirigió una mirada antes de guiñarle un ojo a Bella.

—Si hablas de él, no le veo la inocencia. No tras esos pantalones.

Bella se rió y se sonrojó mientras lo veía alejarse. Yo me quedé sin habla. Luego de descartar cualquier lesión intente llevar a Bella al auto. Nos costó mucho salir del hospital y llegar al coche porque todos querían saber el estado de Bella, hasta que me puse firme y les dije que ella tenía que descansar y que ya les llamaría.

Bella se recostó en el asiento de mi coche y la llevé a casa. Hice lo que Sioban pidió y le preparé el caldo de pollo.

—¿Parezco el cadáver de la novia? Estás mirándome fijamente de forma extraña.

Me reí y negué hacia ella antes de quitarle un mechón del rostro.

—En serio no se como es que te enfrentas a un ex convicto así de repente. Y te miro porque quizás tengas espinaca entre los dientes.

Bella se levantó rápidamente del asiento de la cocina donde estaba comiendo y se fue a ver al espejo y yo le di otro bocado a mi sopa.

—Fue solo algo leve, créeme, he pasado cosas peores en ese hospital. Eres un mentiroso capitán.

—Puedes apostar tu trasero a que eso no fue leve. Y es Mayor, subí de rango a Mayor hace tres años. Ya no soy un capitán —repliqué levantando un vaso de agua para beber. Bella sonrió como si le hubiese dicho algo bueno y sus ojos brillaron pícaros antes de que se me acercara.

—¿Cómo es que tú y yo siempre terminamos apostando sobre cosas indecentes? ¿Mi trasero, eh?¿En serio? ¿Crees que te lo daría? ¿Cómo es que no me dijiste que te ascendieron? ¿Cuánto ganas ahora?

El trago de agua se me atravesó en la garganta y lo escupí por su comentario de su trasero. Joder. Era un hombre y ella tenía un buen culo, uno de esos que son perfectos Haría poemas sobre su culo si pudiera.

—¿Estas mejor no es cierto? Mi esposa es una mujer interesada en mi sueldo. Eso debería hacerme sentir herido. Súmale que es pervertida —gruñí y me reí, ambos lo hicimos. Era tan fácil ser nosotros alrededor del otro que eso hizo que mi corazón palpitara descontrolado. Bromeé con ella sobre mi sueldo porque sabía que Bella no tocaba nuestra cuenta de ahorros a menos que la obligara a hacerlo. Y ahora que trabajaba mucho menos. Ella era muy independiente de mí.

—Te extrañé. Muchísimo —susurré sin dejar de mirarla. Bella era la mujer más hermosa e increíble que pudiese existir.

—En serio creo que si tengo espinaca entre los dientes —llamó mi atención sonrojada y Dios quería besarla.

—¿Puedo revisar? Si quieres, ya sabes con fines científicos.

—¿Estás pidiéndome permiso para darme un beso? —¡Ah! Esta mujer va a volverme loco. Me levanté y caminé hacia ella —. No me he cepillado los dientes desde ayer. ¿Cuánto ganas ahora?

Eso hizo que me detuviera y ella sonrió hacia mí moviendo las cejas.

—En serio, eres una interesada. Y sucia. ¿Quién puede andar por allí sin lavarse los dientes? —la regañé y di otro paso al frente.

—¿Una mujer que ha estado trabajando cuidando enfermos? Además, tú te ofreciste a revisarme, no te lo pedí. Y me enfrente a un gigante ayer. Soy una mujer fuerte. Hasta podría patearte o morderte.

Podría haber dicho mil cosas más. Nuestro día había empezado siendo una mierda y ella y yo aún teníamos que hablar muchas cosas. Había cosas aún por aclarar y estaba esperando, añorando, que ella me pidiera quedarme, que me dijera que quiere que esté aquí. Pero también no iba a negar que un beso suyo, uno, era algo que ambos merecíamos después de un día de mierda.


Estos dos juntos son la cosa más dulce de todo el mundo, ¿a qué si? Está historia fue fácil de escribir, se vienen cosas buenas, (sonrisa pícara conocedora mientras mueve las cejas) ¿Reviews? Nos leemos el domingo que viene.

Twilight all my love 4 ever: Bella ya es doctora, pero recién.

claribel cabrera, Lu40 bienvenidas a la historia.

Agradecemos a todas las personas que leen y siguen la historia, ya sean lectores fantasmas o dejan un comentario. Para estas últimas os nombramos en agradecimiento:

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Nos leemos la semana que viene.

Ann