Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización


Capítulo 17

Edward.

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Pensar en que Charlie creyó que había lastimado a su hija me pareció doloroso. Nunca me vi de esa manera, comportándome como un bastardo misógino, golpeando a una mujer a la que le sacó una cabeza. Tengo entrenamiento especial por amor a Dios.

Bella era pequeña y delgada a mi lado. Dios, quiero decir, mi mano derecha abarcaba la suya y el solo pensar en apretar con un poco de fuerza me daba aversión, yo quería todo menos lastimarla. Sabía que había personas que no controlaban su furia, también sabía que Charlie había dicho cosas sobre mis traumas porque los tenía, todos los teníamos, e intentábamos esconderlos muy bien bajo la fachada de ser fuertes al dolor y al miedo a la muerte. Y luego salíamos a enfrentarnos a ella, con armas grandes y granadas.

Una parte de mi estaba aterrorizado de muchas cosas y volver era una de ellas. No le había dicho a Bella, pero tenía que hacerlo. Igualmente necesitaba hablar con mi padre de eso. Últimamente las pesadillas podían más conmigo que cualquier cosa. Y cuando estaba en una misión los dolores de cabeza me dejaban ciego, sobre todo en los momentos que tenía libres, cuando estaba solo. La verdad, ni siquiera sabía cómo me habían dejado regresar después del accidente. Quizás era demasiado bueno fingiendo y guardándome el dolor para mí mismo, como todos los que habían pasado lo que yo, lo eran. Todos sabíamos esconder muy bien los sentimientos, incluidos el dolor y el miedo.

Amé a Bella defendiéndose, defendiéndome, defendiéndonos, metiéndose entre su padre y yo. Sabía que un golpe mío dejaría a Charlie viendo estrellas, pero no tenía sentido, no quería lastimarlo, no quería lastimar a Bella, por eso lo dejé golpearme. Cuando ella se interpuso entre nosotros y Charlie dejó caer un golpe sobre sus manos por accidente entonces, y solo entonces, me metí entre ellos y puse a Charlie sobre la pared tratando de convencerlo de calmarse, antes de que saliera lastimado por esta estupidez. No lo hizo, solo se alteró más.

Jamás, nunca, lo había visto molesto así, ni siquiera cuando Bella y yo habíamos estado envueltos en el escándalo del hotel en el Memorial Day, y habíamos tenido que casarnos.

—Solo quiero asegurarme de que lo que dijeron es verdad. No me llamaste cuando te enteraste y…

Rene estaba absorta en su llamada telefónica cuando entré a la cocina buscando hielo para Bella y me quedé de pie tras de ella escuchando sin poder evitarlo.

—Bella tiene un moretón enorme en el rostro, pare… —se giró y chilló al verme tirando el teléfono al piso. Me incliné y se lo fui a dar, pero dándome cuenta de lo nerviosa que estaba, lo puse en una de las repisas de la cocina y me giré al refrigerador.

Bella y Charlie entraron y Bella sugirió que se fueran, pero antes de que se fueran llegó Emmett y empezó a balbucear estupideces. Era un mentiroso, pero estaba agradecido de que viniera a comprobar que ella estuviera bien. Cuando Bella y yo nos quedamos solos, solo quería aclararle que jamás le haría daño. Ella pareció ofendida de que considerara siquiera que podía pensar eso de mí.

Después llegó el tema de la cama y verla sonrojarse al pedirme quedarme con ella me hizo querer besarla hasta dejarla sin sentido. Todo. Todo en esta hermosa y pequeña y hermosa y podía repetir hermosa mil veces. Todo en ella me llamaba a solo querer ser parte de ella, siempre.

¿La amaba?

No sabía la definición de amor, pero sabía que estaba malditamente cerca. Estaba seguro de que quería todo. Todo. Para nosotros. Pero. También sabía y no era un pendejo inconsciente, ella debía de estar cansada, su día había sido tan malditamente largo como el mío. Y no estábamos listos para tener sexo. Dios yo era un hombre y podía estar listo en segundos, pero sabía que ella tenía que sentir algo por mi antes de poder estar lista para dar ese paso conmigo.

Se acostó y miró al techo al igual que yo y suspiró antes de cerrar los ojos. Hice lo mismo. Luego la sentí removerse antes de que por accidente rozará mi mano. Se quedó estática y por alguna razón, sabía que estaba tensa, así que tomé su mano entre las mías y tiré de ella hasta que su cuerpo se pegó al mío.

—¿Estas…?

—Estoy abrazándote Bella. No te tocaría sin tu consentimiento, solo quiero que estés cómoda —le susurré antes de pasar mi mano bajo su cuello y acercarla a mi pecho. Bella suspiró como si el hecho de que yo la estuviera abrazando le gustara y deslizó su mano vendada sobre mi pecho. Mentiría si dijera que no quería que siguiera deslizándola hacia abajo y no se detuviera, pero sabía que no era el momento. O al menos estaba tratando de repetírmelo porque no quería asustarla.

—No tengo sueño —dijo Bella en voz baja y su aliento rozó mi pecho haciéndome estremecer. Aún con mi camisa puesta, podía sentir cada terminación de mi cuerpo rogando por girarla sobre su espalda y olvidarme de ir lento. Acerqué la sábana a nosotros y abrí los ojos para encontrarla mirándome fijamente.

—Tienes barba.

Me sonrió y deslizó los dedos en mi rostro, mi nariz y mis labios deteniéndose allí y deslizando sus dedos lentamente. Mierda, si ella seguía haciendo eso no iba a ser bueno.

—Bella —susurré en advertencia antes de dejar un beso en su mano.

—¿Puedo preguntar algo?

—Humm.

Ella siguió explorando, se levantó sobre mi pecho y ver el feo moretón en su rostro solo me hizo querer ir y buscar al bastardo que se lo había hecho. Quería matarlo. Pero el brillo en sus ojos me hizo querer levantar la cabeza y besarla. No lo hice, soy un poco cobarde.

—¿Tía? Ella…—bufó y murmuró algo que no pude entender antes de verla tomar una decisión. — ¿Tuviste sexo con ella?

Sonreí sin poder evitarlo y ella gruñó girándose para darme la espalda pareciendo molesta. Su espalda estaba tensa y así, como ella tomó una decisión difícil al hacerme esa pregunta porque la respuesta podría lastimarnos, yo también lo hice. Deslicé el cabello de su hombro y la hice tensar cuando me acerqué, enterré mi nariz allí y aspiré su olor antes de poner mi mano en su cintura y acercarme.

Abrí la boca sobre su cuello y succioné. Luego dejé varios besos sobre su espalda, estaba jugando con fuego, pero joder, que me quemen porque no iba a detenerme.

Bella quiso moverse, pero no la dejé hacerlo. Si ella se giraba iba a dejar de ser el caballero que quería ser con ella e iba a follarla duro y después despacio. Pegué mi pecho a su espalda y le hice sentir lo excitado que estaba por ella.

—No. No tuve sexo con Tía —susurré haciéndola temblar —. No he tenido sexo en mucho tiempo Bella. Mucho. Casi doce años. ¿Contenta?

Deslicé mi mano sobre su estómago y la subí hasta sentirme cerca de sus pechos. Bella se arqueó de una forma que me hizo querer embestir como un loco en seco, pero no quería asustarla, así que le besé desde el hombro hasta la mejilla. Ella llevaba una hermosa blusa de tirantes y un short a juego. Una inseguridad me atacó.

—Quiero ser un caballero contigo y no me importaría si tú lo hiciste antes cuando recién nos…

—No he tenido sexo con nadie. Dios, es vergonzoso. Soy una maldita virgen de veintisiete años —dijo bajito y eso sí lo escuché. Maldije y me alejé de ella inmediatamente porque seguro la había asustado siendo tan directo. Bella se giró y pude sentir su mirada. Yo tenía los ojos cerrados y estaba intentando calmarme. Estaba duro, y no era bueno que solo estuviese en bóxer y camiseta. Tenía que comprar pijamas. Y un celular. Y un nuevo saco de boxeo porque si seguía así iba a romper el viejo a golpes para sacar la tensión que sentía. Bella tocó mi pecho, llamando mi atención y recostó su rostro allí antes de suspirar.

—Ser virgen no es un pecado.

—Bella, yo…

—¡Oh vamos! —me interrumpió —. Estabas siendo caliente y te detuviste cuando te lo dije. No es un pecado. Somos esposos —repitió.

—Nunca he estado con una virgen ¿contenta? Además, acabo de volver. Tu vida y la mía son diferentes. Tenemos que hablar y llegar a un punto en donde ambos podamos encontrarnos. Quiero hacer las cosas bien contigo —susurré mientras abría los ojos.

—Bueno será la primera vez para mi también si eso te hace sentir mejor.

—¿Qué pasa si te arrepientes después? Bella, tú aún eres joven y hermosa, y yo…

—Y tú eres mi esposo, Edward, no eres un extraño ¿Bien? También quiero hacer las cosas bien, quiero que nuestro matrimonio funcione.

Abracé su cintura con mi brazo atrayéndola a mi pecho un poco más y ella pasó su pierna sobre las mías así que me giré y enrollé mis piernas entre las suyas. El short que llevaba era corto y podía sentir el calor de su piel.

—Eres tentadora, hermosa y una mujer muy extraña.

—Espero que eso sea un cumplido —susurró. Dejé un beso corto en sus labios antes de cerrar mis ojos.

—Creo que es mejor que durmamos, hay que ir despacio.

—Me siento como el chico pidiendo la prueba de amor —murmuró con mal humor antes de dejar su mano en mi brazo. Me reí y bajé mi rostro al suyo para besarla bien esta vez. Bella suspiró pesadamente sobre mis labios y abrió su boca dejándome saborearla.

—Te lavaste los dientes —le dije y eso la hizo reírse sobre mi boca antes de gemir cuando deslicé mi boca a su cuello. Sabía que estaba haciendo así que la giré sobre su espalda y sin dejar caer mi peso seguí besándola mientras deslizaba mi mano bajo su blusa. Su estómago tembló cuando deslice mis dedos y, joder, ella no llevaba nada debajo de la blusa. No había ropa interior cubriéndola. Bella gimió también antes de enterrar su mano derecha en mi cabello y atraerme para que pudiera besarla de nuevo.

Sin poder evitarlo tomé una de sus piernas y me abrí camino entre ellas sin quitarle la ropa. Embestí mis caderas en su centro y joder si ambos no gemimos al unísono. Volví a hacerlo y Bella enredó sus piernas en mis caderas, encontrándome. Puse mis manos una a cada lado de su rostro y ella se arqueó cuando embestí duró.

—Seré un caballero contigo. Mañana. —susurré —. Dios Bella. Desearía estar enterrado en ti. No te asustes ¿Bien? —gruñí y seguí moviéndome sobre ella. Bella gimió de nuevo.

—No te detengas —dijo mientras enterraba sus dedos en mi cuero cabelludo. Bajé mi rostro al inicio de sus pechos sin dejar de moverme y deslice mi lengua allí, eso fue todo lo que ella necesito porque abrió los ojos y gruñó maldiciendo.

—¡Oh Dios!

Me corrí en mis bóxers. Verla correrse fue tan caliente que me llevó al borde.

—¿Estás bien?

Bella asintió con los ojos cerrados. Nos quedamos juntos un rato antes de que necesitara moverme. Me levanté y caminé hacia el baño antes de tomar un par de bóxers limpios, mientras la dejaba descansando en la cama. Cuando regresé se sonrojó furiosamente viéndose hermosa antes de levantarse y esconderse en el baño. Salió al rato y se acostó a mi lado.

—¿Estarás nerviosa de nuevo a mi alrededor? —le pregunté y ella negó antes de lanzarse sobre mí y abrazarme. Acaricié su espalda y cerré los ojos. Si bien aún era muy pronto para consumar nuestra relación, eso no significaba que no podía tocarla de mil maneras. Y prepararla para mí.

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¿Crees que debamos movernos al sur? Hay que rodear de alguna forma esta grieta para llegar a la tribu en donde nos espera O'kelly suspiré y miré un poco borroso antes de escuchar.

¿Mayor?

La verdad, creo que deberías dejar de ser un dolor en el culo Sargento. Estoy cansado. ¿Podemos descansar unos veinte minutos?

Jasper se rio y se sentó sobre una roca antes de sacar un cigarrillo y encenderlo.

Te estás haciendo viejo. Quiero llamar a mi hija, Dios, la extraño. Mi madre debe estar consintiéndola demasiado. Desde que Cassidi se fue mi hija es la niña más consentida del mundo dijo antes de empezar a fumar.

Estaremos en la base en dos semanas si todo sale bien. Siempre puedes escribirles unas cuantas cartas. Tu hija se merece todo el amor del mundo que tu madre le pueda dar.

Joder, lo que quiero es que me envíen calcetines. Ellas saben cómo comprarlos para mí. Además, mi madre ha estado enferma y quiero saber qué le dijo el doctor. ¿Qué hay de tu familia?

Detuve lo que estaba haciendo y me senté antes de sacar la foto del bolsillo de mi uniforme. Jasper silbó al ver a Bella sonriéndome.

¿Es tu novia?

Esposa —le aclaré y me saqué las placas del pecho mostrándole la argolla de matrimonio.

Vaya, no lo sabía. Hombre debes estar feliz. Ella es hermosa.

Amún me reclamó por no saberlo también.

Jasper se sentó a mi lado y encendió otro cigarrillo. Habíamos sido amigos por muchísimo tiempo, toda mi unidad era increíble. Todos eran buenos chicos.

Bueno. Es un poco decepcionante saber que estás casado. Quiero decir, parecía que había futuro entre nosotros —sonrió abiertamente antes de que una explosión sonara a lo lejos.

¡Emboscada! —gritó uno de mis hombres antes de caer frente a mí con un disparo en el cuello. Levanté mi arma y Jasper lo hizo conmigo antes de que ambos fuéramos lanzados por el aire por una explosión.

¡Corran! ¡Corran!

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—¿Edward?

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¡Corran!

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—¿Edward?

La voz de Bella se mezcló en mis pesadillas y solo entonces abrí los ojos encontrándome con los suyos. Bella limpió mi rostro y susurró:

—Fue solo una pesadilla.

El dolor de cabeza que me daba después de esas pesadillas me atacó y por inercia cerré los ojos sintiendo como esta pulsaba y me dejaba ciego de nuevo.

—Estoy bien. Yo…—le susurré, pero Bella no me dejó decir más. Ella deslizó sus dedos en mi cuero cabelludo y nada nunca se había sentido tan bien.

—Te tengo chico listo.

Volvió a deslizar sus dedos mientras tarareaba. Sabía que tenía que explicarle lo que me estaba pasando, pero en ese momento sus manos, su toque, me dio tanto sueño que dejé que la oscuridad me arrastrara. Necesitaba hablar con mi padre.


Se sonroja jajajaja espero que hayan disfrutado de este capítulo tanto como yo disfruté escribirlo. (Mueve las cejas sugestivamente) Gracias a todas por leer y por cada comentario. Quiero especialmente agradecer a nuestra JPV quien es quien sube los capítulos cada domingo, nena sin ti, esto sería un desastre desorganizado de ideas locas. ¿Reviews? ¿Tomatazos?

Crysty . katy, Narraly, Patricia Luguera Diaz bienvenidas a la historia. Espero que la disfrutéis muchísimo de la historia.

Pao - SasuUchiha René estaba hablando con Emmet para que vinera a la casa.

Agradecemos a todas las personas que leen y siguen la historia, ya sean lectores fantasmas o dejan un comentario. Para estas últimas os nombramos en agradecimiento:

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Nos leemos en el próximo capítulo. Que disfruten su semana, tanto como Edward dejando de ser un caballero.

Ann