Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización

Capítulo 18

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Edward

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Desperté y Bella me sonrió abiertamente antes de extender una taza hacia mí. Me levanté y la tomé, era café. Ella tenía la suya y estaba sentada en un sofá que no había visto nunca y eso que estaba en la habitación.

—Tengo que ir al hospital —susurró antes de dejar la taza en el piso. Vaya, eso explicaba porque estaba vestida con ropa formal— ¿Estas…? —dejó la pregunta en el aire como si tuviese miedo de preguntar si yo estaba bien. Asentí después de darle un trago a mi café para tranquilizarla puesto que sabía que se estaba refiriendo a mis pesadillas.

—¿No te dieron incapacidad? O vas a ir a ver a Ángela —pregunté sin querer sonar desconfiado puesto que había visto los papeles que le habían dado en el hospital.

—Sí, me dieron la incapacidad, pero Garrett se ofreció a revisar mi mano. El golpe que Charlie me dio me duele un poco más de lo que realmente debería y…

—Debería acompañarte —dije levantándome Bella negó con la cabeza.

—Alice vendrá a por mi, ella es una amiga, la conociste, creó. Luego necesito ir a comprar unas cosas, comida decente. No creo que huevos y tocino sea todo lo que debas comer. No te ofendas, pero quiero ir sola.

—Bien —respondí de forma brusca y Bella me sorprendió al quitarme la taza de las manos y al sentarse a horcajadas sobre mis rodillas. Vaya.

—¿Estás enojado?

Tomé su cintura y me abracé a ella tomándola por sorpresa

—. Creo que estoy más enojado conmigo mismo que contigo. Solo olvidé que antes de mi tienes una vida, un trabajo, amigos a los que no conozco o recuerdo…

Bella me puso un dedo en mis labios y negó.

—Edward quiero que seas parte de mi vida, si tú quieres por supuesto.

—Sí quiero —la interrumpí y ella me sonrió abiertamente antes de besarme. Fue un beso muy corto, duró unos pocos segundos, pero me encantó.

—Te diré porque no quiero que vayas conmigo ¿Está bien? Solo no te molestes —asentí y ella me limpió el rostro antes de levantarse.

—Cualquiera que me vea a tu lado verá el moretón, sumarán dos más dos y no será agradable. — abrí la boca para maldecir y ella continuó sin dejarme hacerlo —. No quiero que te hagan sentir mal. Y créeme, después de todo lo que pasó en estos días, no quiero tener que llamar a tu padre para sacarte de la cárcel por algún malentendido. O llamar a los míos. Es mejor que solo vaya con Alice y ella me traiga de vuelta. Si quieres conocerla puedo traerla a casa para un almuerzo tardío.

Tenía razón y había que aceptarlo, aunque dolía demasiado. Si nos veían juntos era muy probable que la gente pensara cosas que no eran. Así que en silencio asentí y la dejé irse. Hice ejercicio hasta que el aire quemaba en mis pulmones y luego pensé en que le debía una disculpa a Charlie y una conversación, así que después de tomar una ducha, tomé mis llaves y salí, no sin dejarle una nota a Bella. Sin duda tenía que comprarme un celular pronto, el mío había sido desactivado porque no lo había usado en años.

René se sonrojó un poco al abrirme la puerta de su casa y, de hecho, estar allí me hizo recordar la primera vez que yo había llegado a esa casa. Bella y yo nos habíamos comprometido en esa entrada, había pasado tanto tiempo desde que Bella y yo nos casamos que supe que merecíamos unas buenas vacaciones. Solos.

—Lamento venir sin avisar —dije y ella asintió antes de hacerse para atrás y dejarme pasar —. Quiero disculparme con us…

—¡Oh! No te atrevas a decirme señora porque te arrancaré las orejas. Por amor a Dios, soy tu suegra.

Eso me hizo soltar un suspiro de alivio. No sabía que había estado conteniendo la respiración y Rene me sonrió abiertamente antes de tomar mi brazo y encaminarme al patio trasero.

—Charlie está arriba, bajará en un momento. Antes de que te disculpes quiero hacerlo yo primero —abrí mi boca, pero Rene me interrumpió —. Fui escandalosa y no me detuve ni un segundo a preguntar qué era lo que realmente estaba pasando. Charlie, al ver mi rostro, por supuesto supuso lo peor y te atacó, cuando lo que debía haber hecho era darte las gracias. Edward, me siento muy avergonzada de muchas maneras. No escuchamos a mi hija y a ti. Supongo que estoy viendo demasiada televisión hoy en día.

—Creo que todos tuvimos un día largo. Su nieta nació y luego pasó lo del hospital y los convictos.

—Gracias a Dios Charlie no estaba allí —susurró haciéndome sonreír —. Quiero decir ¿Te lo imaginas? Seguro que habría iniciado algún tipo de huelga o algo así. Mi marido es un hombre lleno de ideas locas.

Se rio y lo hice con ella. Charlie apareció tras nosotros de pronto diciendo:

—Nena, ¿Sabes dónde está esa camisa que tanto te gusta verme puesta?

Rene se sonrojó y me sentí un poco incómodo por la situación. Charlie iba sin camisa y con los pantalones desabrochados mirándose la barriga, enseñando unos boxers cuadriculados rojos. Rene se rio a carcajadas sin poder evitarlo y Charlie levantó la mirada sonrojándose también antes de maldecir por lo bajo.

—Cariño, te he dicho mil veces que no salgas así al patio. Edward pensará que andas por la casa desnudo todo el tiempo. Eres un desvergonzado. —Charlie se giró y corrió escaleras arriba —. Los años pasan y ese hombre me sigue pareciendo muy guapo.

Sonreí incomodo y ella suspiró suavemente. Luego de una hora Charlie bajó y refunfuño al verme aún allí. Me levanté y él solo negó y me señaló la mesa del comedor.

—Siéntate muchacho ¿Una cerveza?

—Estoy conduciendo. Creo que un jugo será mejor.

—Bien —respondió y abrió su refrigerador sacándome un jugo y una cerveza para él —. Creo que te debo una disculpa.

Empezó y luego dio un gran trago a su cerveza.

—Pero te merecías los puñetazos. Hiciste llorar a Bella y ella no llora, así que debe quererte mucho.

Me sentí miserable al saber que Bella había llorado hace tres años y luego Charlie me trajo de vuelta.

—Vi los permisos que pediste, y pedí varios favores para que los rechazaran. Después, cada día que pasaba, mi hija se veía más miserable. Antes de que volvieras ella nos visitaba una vez cada dos meses. La verdad, estoy arrepentido de haberla dejado estudiar medicina. Ella pasa en ese hospital más tiempo del que debería. Salva vidas a su manera, pero no es tan divertido. No cuando me estoy haciendo cada vez más viejo y la atención de mis hijos es lo único que me queda.

—Lamento haber hecho llorar a Bella hace tres años, pero ella quería dejar las prácticas y tomarse un año sabático. No quería interrumpir su vida. Ella tiene una y no la culpo por ello cuando he estado lejos tanto tiempo —Charlie se levantó y tomó otra cerveza antes de decirme — ¿Vas a volver?

Le di un trago al jugo de naranja e imaginé una cerveza. Quería no solo una, quería emborracharme. Luego Charlie esperó pacientemente

—No quiero hacerlo señor. Pero tampoco tengo una razón para ser dado de baja. Estoy sano y tengo una unidad táctica de reconocimiento y rescate de rehenes. No quiero buscar una razón para simplemente no irme. No quiero verme como un cobarde.

—Has servido muchos años al ejército. Querer hacer una vida con tu esposa, con mi hija, no es un pecado. Tienes derecho.

Asentí sabedor de lo que Charlie estaba diciendo era verdad, pero también sabía que por lo menos tenía que hacer una misión más antes de poder retirarme. Y eso era lo que me tenía cagado de miedo. No quería lastimar a Bella, no quería dejarla tampoco. Y sabía que de una forma u otra estar separados por seis meses u ocho, eso iba a lastimarla. Y lastimarme. Porque sentía muchas cosas por ella y esperaba que ella sintiera lo mismo por mí.

Salí de la casa de Charlie con mis pensamientos turbados y miles de preguntas en mi mente. Compré un celular y luego llamé a mi padre, quien accedió a verme en su casa. Me extraño verlo vestido sin un traje y la casa tenía un montón de cajas por todos lados.

—¿Estás mudándote?

La pregunta lo sorprendió un poco y se sonrojó asustándome. Mi padre era el hombre más duro que había conocido en mi vida. Él llevaba una vida regida por seguridad y protección. Su objetivo en la vida era proteger al presidente y había pasado de presidente en presidente haciéndolo, fuera quien fuera. Sus consejos eran bienvenidos, puesto que había declarado no estar con un partido político y servir solo a su país.

—De hecho, no —dijo llamándome la atención. Después una hermosa y despampanante pelirroja salió de una de las habitaciones con jeans y una camiseta de Led Zeppellin* y unos zapatos deportivos.

—¡Oh! Vaya. Los Cullen son todos muy guapos —me sonrió abiertamente antes de dar un paso hacia mí con su mano extendida —. Soy Chelsea, tú debes ser Edward. Soy… Umm aún no se cómo presentarme —se sonrojó mirando a mi padre quien le tomó la mano y nervioso, como nunca lo había visto antes, me sonrió.

—Ella es mi prometida, hijo, Chelsea.

Chelsea me miró un poco asustada de mi reacción, creo, y solo mirándola con atención te dabas cuenta de que no era una mujer joven como me había parecido. Quizás si era más joven que mi padre, pero no creo que lo fuera por mucho. Chelsea me sonrió esperando a que yo dijera algo y también mi padre lo hizo puesto que se aclaró la garganta.

—Yo, lo siento. Creo que dejé mis modales en casa con mi esposa —les dije y luego sonreí —. Bienvenida a la Familia Chelsea.

Antes de que pudiera continuar varias voces de niños sonaron tras nosotros. Bueno eran dos, pero estaban hablando al mismo tiempo y estaban peleando.

—Mamá, Caius robó mi playera de Thanos de nuevo.

—No es cierto. No has buscado en la ropa sucia. No me gusta Marvel. Devuelve mi camiseta de Batman.

Ambos estaban gritándose el uno al otro. Me giré impresionado encontrándome con dos chicos de no más de trece años mirándose molestos el uno al otro.

—Marcus tu camiseta está en la lavadora —dijo mi padre soñando impaciente, pero no pesado ni brusco. Los chicos levantaron la mirada y me miraron asombrados y curiosos antes de rodearme.

—¿Eres Edwin?

Abrí la boca para hablar, pero el otro habló sin dejarme decir nada.

—Es Edward. ¿Qué tan difícil puede ser que recuerdes eso Marc?

Marcus sonrió abiertamente antes de encogerse de hombros ligeramente. Eran gemelos. Joder, se veían como copias exactas. ¿Podía ser eso posible?

—¿Es cierto que eres soldado?

—¿Matas personas?

—¿Usas armas de verdad?

Un silbido como el que un árbitro usaría los hizo callarse, y todos miramos a Chelsea, quien tenía los dedos en la boca.

—Están aturdiendo a Edward. Déjenlo, él vino a visitar a James.

—¿Vas a ser nuestro hermano mayor?

—¿Conoces chicas sexys?

Me reí a carcajadas sin poder evitarlo y Chelsea se sonrojó furiosamente al igual que James. Cuando pude dejar de hacerlo pasé mis brazos por los hombros de los chicos y los apreté.

—Soy mayor. O el jefe. Si queréis verlo de esa forma, un soldado que manda. A su segunda pregunta eso es clasificado, un secreto

—Eso es un sí —replicó Caius y luego Marcus agregó "Geenial" extendiendo la e.

—Sí, uso armas de verdad. De hecho, soy muy bueno con ellas.

Los chicos se sonrieron y luego me miraron como si yo fuese un superhéroe. Mi padre me sonrió también, así que le devolví la sonrisa. Nunca lo había visto feliz y si esta mujer y estos niños ruidosos lo hacían, yo no era quien para impedirle serlo. Después de mi madre, él no había vuelto a querer casarse. Sabía que no había sido un santo. Había tenido novias, pero nunca una mujer que pareciera importante. Chelsea se veía importante, para él, ya que la estaba mirando con atención.

—Y bueno, nunca he sido un hermano mayor, pero no creo que sea tan difícil. Y acerca de chicas sexys. Estoy casado, así que la única chica sexy que he visto es mi esposa, pero estoy seguro de que podemos hacer una excepción e ir a un bar si su mamá les da permiso.

Los chicos chillaron como si les estuviera dando un premio antes de soltarse y correr en dirección a su madre quien me frunció el ceño.

—Tienen que cumplir dieciocho años y mucho servicio comunitario antes de que les dé permiso.

—¡Pero mamá! ¡Faltan cinco años para eso! —exclamaron ambos al unísono antes de correr fuera de nuestra vista para empezar a mover cajas. Sonreí al verlos hacer el servicio comunitario.

—Así que ¿Cuándo es la boda? —le dije a mi padre. Y él se sonrojo furiosamente antes de sonreírme. Jamás lo había visto sonrojarse tanto y por nada.

—En unas semanas. Iba a decirte, de hecho, se lo dije a Bella esta mañana.

—¿La llamaste?

Chelsea desocupo un sofá y nos hizo sentarnos antes de irse y dejarnos solos. James pareció un poco nervioso.

—Ella me llamó. Me invitó a cenar con ustedes. Ella conoce a Chelsea, son compañeras en el hospital.

—¿Cómo…? —bufé sin saber que decir y mi padre dijo sorprendiéndome totalmente.

—Escucha hijo, Bella me abrió los ojos de muchas maneras. Fui al hospital a verla seis meses después de que volvió de Alemania. Ella fue muy formal conmigo y evitó responder unas preguntas, pero luego Chelsea apareció preguntándole por unos expedientes y bueno, Chelsea es pelirroja —sonreímos y James continuó —. La verdad es que me vi buscando excusas para ver a Bella por dos meses antes de que ella me obligara a invitar a Chelsea a un café y luego, un día, tu esposa me dijo "Chelsea es perfecta. No lo arruine señor Masen".

—Esa es Bella —le dije y él me sonrió abiertamente.

—Le pedí a tu esposa que me llamara James —se rió a carcajadas y yo me enamoré más de Bella. Si es que eso era posible.

Led Zeppelin fue un grupo británico de hard rock fundado en 1968 por el guitarrista Jimmy Page, quien había pertenecido a The Yardbirds. La banda estuvo integrada por John Paul Jones como bajista y teclista, el vocalista Robert Plant y John Bonham a la batería.

Al fin Charlie y Edward pudieron tener su conversación y vaya sorpresa que se llevó Edward al ver a su padre. JPV gracias por tu ayuda nena, ella es increíble. ¿Reviews? ¿Tomatazos?

Karenc2406 bienvenida a la historia. Espero que la disfrutes muchísimo.

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Ann