Los principales personajes quedan a Stephanie Meyer la historia es mía totalmente prohibida la reproducción total o parcial de la historia sin mi autorización


Capítulo 25

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Bella.

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Estás callado.

Estoy un poco cansado y preocupado. Nunca pensé que mi padre se enamoraría de alguien luego de que mamá murió. No son celos o algo así. Ha pasado mucho tiempo desde que vi a mi padre tan dedicado a algo que no es trabajo.

Edward me frotó la espalda y deslizó un dedo desde mi frente hasta mi nariz antes de sonreírme.

Chelsea es increíble. Ella lo hace feliz.

Lo sé, sé que ella lo hace feliz, él la ama, más que a mi madre quizás y me alegro mucho por él. Sabes, hasta cierto punto, hoy entiendo a mi padre. —Edward nos movió en el sillón en el que estábamos hablando y me miró a los ojos mientras una de sus manos tocaba mi mejilla —. Eres lo más importante que tengo en este mundo Bella, sin ti, sin ti mi vida sería vacía y estaría solo. No podría amar a nadie más de lo que ya te amo a ti. Jamás.

También te amo ¿Lo sabes? No podría vivir sin ti Edward. No podría.

Es bueno escucharlo. Siempre estaré para ti Bella. Siempre volveré a ti. Lo juro.

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Abrí los ojos y la luz de la habitación en la que me habían metido me aturdió un segundo. El corazón me apretó en el pecho y me llevé la mano con el catéter al cuello.

"Edward"

Cerré los ojos para aclarar mi mente. Miré a los lados por toda la habitación y vi al hombre al que reconocí de las fotos de Tía. Estaba sentado en una esquina y su mano buena parecía estar temblando, parecía estar vibrando de forma extraña en la silla.

—Me declararon con estrés postraumático —me dijo en cuanto me vio despierta. Sus ojos azules se llenaron de lágrimas y se levantó apenas de la silla acercándose a la camilla —. Escuché, Edward no…

—No puedo —lo interrumpí y miré al techo de la habitación del hospital —. No quiero.

Me levanté y el mundo giró para mi en círculos, mareándome, dejándome sin aire. Mi corazón me apretó y el catéter me lastimó la mano. Me lo arranqué. El medidor cardíaco se alteró al igual que mi corazón.

—Edward no está muerto —le dije al hombre con la voz rota —¡ÉL LO PROMETIÓ! ¡ÉL ME PROMETIÓ QUE IBA A VOLVER! —le grité y él cerró los ojos como si lo hubiese golpeado. La puerta de la habitación se abrió y Garrett entró junto a Kate quien al ver mi brazo maldijo.

—Señor Withlock, entiendo que de verdad necesita hablar con Isabella, pero la está alterando y…

—Es mi culpa —El hombre me miró desesperadamente y me puso el papel blanco en las piernas —. Edward no está muerto señora Masen, Edward está perdido. Y es mi maldita culpa.

—¿Garrett? —preguntó James entrando junto a varios hombres vestidos de negro. Tenía ojeras y estaba temblando. Parecía más viejo de lo que era, su corbata estaba desatada y su saco arrugado —. Te pedí que alejaras a este hombre de mi nuera —gruñó y el hombre rubio se me acercó asustado de nuevo.

—Abra la carta por favor. Abra la carta. No puedo leerla, pero usted sí y… —unos hombres lo rodearon. El señor Withlock se revolvió entre ellos porque empezaron a sacarlo de la habitación —. De verdad lo lamento… —me dijo y no lo soporte más. Los sollozos me desgarraron la garganta y me tapé la boca para acallarlos.

—No —susurré vencida mirando el sobre blanco en mis piernas aferrándome a lo único que me quedaba de Edward. Kate se me acercó en un intento de calmarme, pero no iba a aceptarlo, no iba a aceptar que Edward estaba muerto. Él me había prometido volver él…

Todo se volvió oscuro de pronto.

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¿Dime que no volví a quedarme dormida?

Edward sonrió suavemente besando mi nariz y susurró:

No volviste a quedarte dormida.

Eres un mentiroso.

Sonreí y él lo hizo conmigo. Sus ojos brillaron con picardía y el hoyuelo en su mejilla izquierda se marcó haciéndolo lucir joven y atractivo.

Debo siempre estar de acuerdo con mi esposa.

¿Ah, sí?

Ujumm —asintió solemnemente y luego movió el cabello de mi rostro —. Está debajo de "en la salud y la enfermedad" ¿Debo sentirme herido porque no recuerdas nuestros votos?

Somos esposos desde hace diez años. Ni siquiera recuerdo el pastel que comí en nuestra boda —le mentí con una enorme sonrisa y me levanté del sofá rápidamente. Edward se rio cuando me volví a sentar, él se lanzó en el sofá y dejó caer su cabeza en mi regazo. Automáticamente mis dedos se enredaron en su cabello.

Fue un Red Velvet.

¿El qué? —pregunté aturdida y Edward se levantó de mi regazo para tomar mi mano.

El pastel de bodas. Tu madre eligió un Red Velvet y te encantó. Podría olvidar miles de cosas Bella, todas las que quieras, pero jamás olvidaré eso. Jamás. Y eso incluye el maldito pastel de bodas.

Seguro lo recuerdas porque fue malditamente caro —me burlé de Edward y él sonrió antes de empezar a hacerme cosquillas.

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El aliento se atoró en mi garganta y me acerqué una mano al rostro para limpiarme las lágrimas. Garrett se estiró en la silla del hospital y me miró con preguntas en sus ojos antes de hablar.

—¿Quieres algo de comer? ¿Te duele algo? —revisó mis constantes y las del bebé. No había oído el latido de mi bebe porque iba a hacerlo esa noche, en mi cita con la ginecóloga. ¿Cuánto podría cambiar la vida en un segundo?

—¿Crees que Edward está muerto? —pregunté bajito de vuelta apretando la manta a mi pecho. El papel de la carta sonó arrugándose entre mis dedos y la miré deseando por una vez en mi vida tener ojos de rayos X o el suficiente valor para abrirla. Estaba tan asustada.

—No lo sé Bella. Por tu bien espero que este vivo. Realmente lo espero.

—No pude decirle que estaba embarazada. Hay muchas cosas que queríamos hacer juntos, no hemos tenido tiempo suficiente —susurré —. Quiero donas. Y un chocolate caliente.

Garrett asintió y se levantó.

—Mi turno terminó hace dos horas. Iré a comprarte las donas y el chocolate y cenaré contigo. ¿Está bien eso? O ¿prefieres la comida de la cafetería? —se rio de mi cara y mi ceño fruncido y me apretó la mano tratando de reconfortarme —. Volveré en un rato.

Lo dejé irse y el silencio me trajo un poco de paz. Rogué al cielo varias veces antes de que la puerta se abriera y Garrett levantara la bolsa con donas y el vaso de chocolate caliente. La boca se me hizo agua y mi estómago gruñó recordándome que no había comido en horas.

—Tienes que comer el Sándwich de pollo que compré primero, si no, no hay postre.

—Eres un imbécil —renegué. Sin embargo, el sándwich se deshizo en mi boca y logré comerme toda la comida que Garrett me había traído

—¿Vas a leerla? —preguntó Garrett quitándome la basura de las piernas y dejando la carta en mis manos de nuevo.

—Quiero leerla, pero no sé si podré.

—Puedo leerla en voz alta para ti Bella. Por cierto, tu familia está afuera. Están acampando, pidiendo verte. Les dije que estabas dormida, pero no creo que pueda detenerlos mucho tiempo.

—¿Puedes leer la carta por mí? No quiero ver el rostro de lástima de todos todavía —extendí la carta hacia él y me recosté escuchándolo abrir el sobre. Garrett se aclaró la garganta y comenzó.

"Hola cariño.

Debes estar volviéndote loca porque no pude llamarte. Lo prometí, y siento haber roto esa promesa. Vamos a ir a un pueblo en dos días, de momento estoy en el desierto así que pensaba escaparme y enviarte esta carta, aunque si todo sale bien, llegaré a casa antes que ella.

Los días son secos y calurosos sin ti. Estoy desesperado por volver y envolver mis brazos a tu alrededor. Quiero solo recostarme contigo en el sofá y verte dormir mientras yo veo una película que tu escogiste…"

Garrett me miró preocupado cuando un sollozo se me escapó y yo le apreté el brazo.

—Por favor no te detengas —los recuerdos eran demasiado dolorosos, pero podía soportarlo. Sabía que podía hacerlo.

"Te amo Bella. Daría todo lo que tengo para verte sonreír. Mis recuerdos de ti son fuertes. A veces abro mis ojos y puedo verte aquí sonriéndome. Siempre estás conmigo dándome fuerzas. Quiero estar siempre contigo. Quiero ser quien se robe tus sonrisas y tus veranos. Ser quien cargue esa carga que no puedas llevar en tus hombros. El sueño que elimina tus miedos y pesadillas. El impulso que necesitas y las fuerzas cuando estés débil. ¿Es eso pedir mucho?

Llegaré a casa pronto y me pondré sobre una rodilla. Quiero que renovemos votos y que te cases conmigo de nuevo. Quiero que tus ojos brillen como brillan las estrellas aquí y, sobre todo, quiero amarte por siempre porque eres mi corazón y le ruego a Dios por ser el tuyo"

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James y mi familia entraron más tarde esa noche. Todos me miraron aprensivos y sabía que debía verme hecha un desastre, pero me merecía estar llorando y sentirme mal.

Ángela dejó a Emma en mis brazos un rato, pero la pequeña solo me hizo querer llorar más así que la regresé. James me pidió ver la carta y lo dejé hacerlo. Me rompió el corazón ver a mi suegro quebrarse, pues se sentó de pronto y comenzó a llorar como lo había hecho cuando Chelsea había estado enferma. Chelsea lo apretó a su estómago y lo dejó llorar. Yo había perdido al amor de mi vida, él había perdido a su hijo. Ambos estábamos desechos.

Había miles de preguntas que quería hacer.

¿Y si Edward estaba herido?

¿Y si me necesitaba?

¿Y si tenía frío?

No podíamos hacer nada. Edward había sido declarado perdido en batalla y lo único que nos quedaba hacer era esperar que apareciera en las operaciones de búsqueda que habían lanzado.

"Jasper Withlock estuvo con Edward en una misión. Debían permanecer juntos, pero Edward le dijo que él debía ir en otra dirección. Cuando Jasper regresó Edward ya no estaba. Solo encontró su chaqueta y la carta. Una bomba lo alcanzó cuando intentó seguir el rastro. Hay varias operaciones para encontrar a Edward, pero aún no ha habido resultados"

Esa información era la única información que habíamos obtenido de parte del ejército. James estaba moviendo cielo, mar y tierra buscando a su hijo, pero el presidente no le había autorizado ir a buscarlo él mismo.

Era una zona de guerra. Y no podía ir y mirar debajo de cada piedra, aunque quería hacerlo. Lo más cerca que James podía estar era en Alemania, en la base a la que se suponía que Edward iba a viajar a hacer unos "entrenamientos" antes de ser enviado a Irak.

Los días parecían hacerse más largos, las noches me servían para llorar. Me encerré en mi trabajo tanto que dejé de regresar a casa porque dormir en nuestra cama me era imposible. Cada vez que cerraba los ojos Edward estaba allí.

Vi a mi hija en una pantalla y sonreí por primera vez en dos meses al escuchar su latido. Ella estaba creciendo bien y sana a pesar de las circunstancias en las que yo estaba. El estrés de estar sola se estaba convirtiendo en una bomba de relojería para mí, pero necesitaba trabajar o iba a volverme loca.

Dos meses. Edward iba a ser declarado muerto pronto y no estaba lista para enterrar un ataúd vacío aún. Para mí él solo estaba lejos, vivo, NO muerto. Usaba como amuleto el anillo de bodas y este pesaba en mi mano hasta cuando entraba al quirófano.

Edward no estaba muerto. Él estaba allá afuera peleando por su país.

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Jasper Withlock me miró preocupado cuando entré en su habitación con un expediente en la mano. Miré el nombre en el expediente dándome cuenta de que era falso.

—Quiero disculparme de nuevo.

—No deberías Jasper —lo tutee quitando la hoja de la tabla para hacerla una bola de papel que iba a tirar en la basura. El tipo era inteligente, no iba a quitarle eso, puesto que había logrado entrar al hospital a pesar de todos los guardias. James se había empeñado en alejarlo de mí, pero yo quería escuchar lo que tenía para decir, aunque supiera que iba a romperme el corazón aún más, pero necesitaba oírlo.

—Hay cosas que no pueden evitarse. Edward volverá. Lo sé —le dije sin moverme de mi lugar, asustada de que fuera a decir lo contrario, después de todo era el último que había visto a Edward con vida. Jasper se levantó de la camilla con dificultad antes de bajar los pies al suelo.

—Hay soldados que han desaparecido y no han sido encontrados nunca yo… no debí haberlo dejado solo.

—Estaban haciendo su trabajo. Realmente no tengo fuerzas para esto —Mi barbilla tembló y mi corazón dolió.

—él dijo que…— Jasper se levantó de la camilla y se sacó las placas del pecho —. él dijo que debíamos separarnos, qué juntos llamaríamos la atención. Yo ya estaba herido del brazo, pero no se notaba bajo el uniforme y me pidió regresar al pueblo. Lo habíamos hecho antes. Él tenía que haber venido tras de mí. Estaba herido también. Más que yo.

Garrett entró en la habitación moviendo la cortina junto con un guardia de seguridad, pero levanté una mano negando en su dirección para que lo dejaran hablar.

—Fue mi culpa.

—Jasper, no podría culparte. Jamás. Edward tomó una decisión. No es tu culpa.

Jasper asintió no muy convencido y se quitó las placas de su cuello extendiéndolas hacia mi.

—Daría mi vida por la suya si pudiera señora Masen. Gracias por escucharme y no culparme. Declararán muerto a su esposo mañana.

Jasper se dejó guiar por el guardia de seguridad a la salida y yo apreté las placas a mi pecho mientras las lágrimas inundaban mis ojos.

Que Edward no esté muerto. Rogué, esperando que alguien escuchara mis ruegos. Pero el día se fue sin noticias y un hombre me llamó anunciándolo muerto al día siguiente.


Pastel Red Velvet

Conocido también por ser el pastel de terciopelo rojo, resalta por sus colores osados con diferentes variaciones del rojo con capas blancas, su sabor es un contraste entre la crema de queso ácido y el dulce, porque no todas las tortas nupciales tienen que ser en un solo tono, este estilo es innovador y alegre.


Hola otra vez. La verdad es que Ann dijo que esta historia seria cero dramas, pero esta mujer no sabe lo que es eso y con este capítulo se confirma mi idea. Su siguiente historia me ha dicho que es puro drama, así que estoy aterrada.

Me han encantado los reviews del tipo "NO ME J*ODAS!". ¿Qué vais a dejar hoy? jajjajajjajajajja Por favor, pensad que yo solo corrijo la historia (hago lo que puedo :P ) la historia la escribe Ann y yo le digo "¿en serio? ¿esto es lo que tu crees que significa 0 dramas?" pero si no la dejáramos hacer las historia como le salen del corazón, no serían sus historias y no serían tan buenas

twilight-love1694, jenni317, LadyRedScarlet, cecilia . monzon . 5, viridianaconticruz, hanna1441 muy bienvenidas a la historia. Esperamos que la disfrutéis muchísimo.

Agradecemos a todas las personas que leen y siguen la historia, ya sean lectores fantasmas o dejan un comentario. Para estas últimas os nombramos en agradecimiento:

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Nos leemos la semana que viene!

Jpv