De regreso a la mansión, desde que emprendimos camino hasta que nos encontrábamos a pocos metros de llegar, hubo un pensamiento predominante en mi mente "Que viaje más peculiar".
Y lo que lo hacía peculiar no era el clima – de hecho, era una hermosa tarde soleada de otoño – ni mucho menos el camino – que se trataba de un bosque que ya había recorrido por lo menos unas veinte veces antes – lo que lo hacía peculiar… era justamente la compañía.
No puedo dejar de admitir que me sorprendió la manera en que Inosuke aceptó tan rápido la propuesta de trabajar en la finca; pensé que estaría más negado a abandonar a Tanjiro y Nezuko o que pondría más condiciones a cambio del trabajo… como un extra de comida (aunque estoy segura de que lo pedirá), lo que me hizo pensar que realmente se sentía una molestia para sus amigos, ahora que ellos iban a formar una familia.
Su pregunta sonó en mi cabeza una y otra vez: "¿Es decir que no tengo que irme?" - y podía sentir como si alguien tomara mi corazón en sus manos y lo estrujara de a poco, cada una de las veces que la recordaba.
Oh, Inosuke, si tan solo supieras cuánto te comprendo y qué tan fuera de lugar me siento aquí yo también – pensé.
Estamos casi llegando a la entrada de la finca y miro hacia atrás para buscar a mi acompañante que, como había mencionado antes, era de lo más peculiar.
Durante el trayecto, podía pasar que, en un momento él caminaba a mi par y de repente le perdía de vista en tan solo un parpadeo; lo buscaba desesperadamente en los alrededores pensando que tal vez se había perdido hasta que caía en la cuenta de que tan solo se había subido a un árbol y me seguía desde la altura. Por otros momentos se detenía a oler las flores (lo cual me parecía extraño y tierno en él) o chocaba su cabeza contra los troncos de los árboles (eso ya no me parecía tierno, sólo extraño), pero al cabo de hora y media de viaje ya me había acostumbrados a sus comportamientos y juegos; por lo que, al llegar a la finca me giro y levanto la cabeza hacia las copas de los árboles para decirle: - "Ven, ya baja Inosuke, hemos llegado".
Lo sorprendente es que cualquiera, al oír todo esto, diría que fue un viaje de los más alborotado, pero le tendría que decir que se equivoca: fue un viaje de lo más tranquilo… y peculiar, por supuesto. Si bien Inosuke se comportaba de esa manera, no habló en ningún momento, ni tampoco yo. Tal vez estaría sumergido en mil pensamientos – al fin y al cabo, había tomado una importante decisión – y no quería interrumpir su conversación consigo. Lo cierto es que también era difícil conversar si la otra persona está trepada a la rama más alta de un árbol.
Veo a Inosuke bajar de uno de los árboles y dirigirse hacia la puerta de ingreso a la finca. Durante el camino se había quitado la máscara por el calor, pero puede verse que ni eso pudo evitar que las gotas de sudor aparecieran en su frente. "Aún lleva el cabello corto" Pensé mientras lo veía acercarse.
Ambos atravesamos la entrada principal de la finca y yo me dirijo rápidamente hacia Sumi que nos saluda animosamente con las manos como un gesto de bienvenida.
- ¿Y, cómo ha ido todo? – Le pregunto cuando me acerco a ella.
- Igual que cuando te fuiste – Me responde Sumi y veo también acercarse a Naho – Tranquila, te has ido sólo unas horas ¿Qué podría pasar? – Se encoje de hombros – Por cierto y para mi poca sorpresa… tenía razón y veo que Inosuke aceptó trabajar aquí.
- ¿Habían apostado si aceptaba? – Preguntó Naho cuando se sumó a la conversación.
- ¿Quién apostó qué? Yo pensé que este era un Hospital, no un sitio de apuestas – Escuchamos decir a Inosuke a nuestro lado, que claramente se había perdido gran parte de la conversación.
Naho y Sumi se ríen tímidamente al mismo tiempo que le saludan.
- ¡Claro que es un Hospital Inosuke-san! – Le responde Sumi – Lo que sucede es que Aoi no creía que quisieras venir aquí a trabajar con ella y yo le aposté a que sí vendrías – Le explica de una manera muy tergiversada – y, pues, ya que estás aquí es evidente que gané.
Inosuke se queda pensativo unos segundos. Vaya, esa es su expresión pensativa debajo de la máscara – Pienso mientras veo como entrecierra los ojos y hace una casi imperceptible media sonrisa.
- Ya veo – termina diciendo - ¡Ganaste gracias a mí! – Bien, es una manera bastante interesante de interpretarlo, Sumi se ve confundida – Por lo que merezco la mitad del premio, pero lo cambio por una porción extra de comida.
Lo sabía.
Sumi se ríe nuevamente ya salida de la confusión y le responde: - Vale, te lo has ganado.
- ¡Oye! – La intento regañar, pero Inosuke me interrumpe.
- ¿Por qué creíste que diría que no? – Me pregunta.
Y me quedo sin palabras por segunda vez en el día. La primera había sido en casa de Tanjiro.
Y antes de que intentara siquiera pronunciar una palabra, Sumi se me adelanta: - Porque tal vez piensas que es mandona y gritona – Espera, ¿Qué? Naho asiente con la cabeza como si estuviese de acuerdo con ello. De repente yo soy la malvada.
- Yo no pienso eso – Dice un serio Inosuke.
- ¿Ah no? Dinos entonces, ¿Qué piensas de Aoi? – Sigue cuestionando Sumi con la complicidad de Naho y a mi me cuesta creer que esas niñas hayan crecido lo suficiente como para ser tan indiscretas.
Era evidente lo que estaba ocurriendo allí y yo no puedo creer como no me di cuenta de que ese fue su plan desde el primer momento ¡Qué niñas!
La voz de Kanao llamándonos desde adentro de la Mansión interrumpe la charla y me salva de una situación incómoda, aunque sí me hubiese gustado saber lo que el joven de ojos verdes habría dicho, solo por curiosidad, por supuesto.
Al entrar en la mansión y acercarnos a Kanao vemos a lo que todas estábamos acostumbradas, decenas de personas yendo y viniendo de aquí para allí: niños, mujeres, hombres, ancianos y tal vez algún que otro can que acompañaba a su dueño. Una situación muy típica, para nosotras… no así para Inosuke que se quedó paralizado en la puerta como un niño que ve un fantasma. Lo curioso es que ese niño ya había visto fantasmas, decenas de ellos, e incluso peleado contra ellos.
- ¿Qué ocurre? – Me acerco a preguntarle, como si de instinto se tratase.
- Hay… demasiadas personas – Me responde mirando hacia todos lados – nunca he visto tantas personas en un mismo lugar cerrado ¿Acaso alcanza el aire para todos aquí? – Me pregunta al mismo tiempo que se abanica el rostro con una de sus manos y veo más gotas de sudor caer en su frente. Me río internamente. Claro, Inosuke conocía la finca cuando sólo tratábamos a las personas heridas por la guerra contra los demonios.
- Claro que sí – Le respondo– Ven, te iremos mostrando los cambios de la finca y te diremos cuáles serán tus tareas de ahora en más.
Mientras Naho y Kiyo llevaban a Inosuke su nueva habitación, el jardín y el invernadero; Kanao me llama para hablar con ella, lo cual era bastante raro en ella.
- Aoi – comienza – hay algo que necesito preguntarte.
Asiento para que continúe. No puedo esconder del todo mis nervios y sorpresa, Kanao no suele ser muy conversadora y mucho menos suele pedir estas "conversaciones privadas".
- Me alegra que Inosuke esté aquí, pienso que será de mucha ayuda pero… - se queda callada unos segundos para después continuar – estoy sorprendida porque iba a pedirle a Tanjiro que viniera a ayudarnos, hasta se lo había comentado a Sumi – SUMI HABLARÉ CONTIGO MÁS TARDE pensé en ese momento ESA NIÑA, POR TODOS LOS CIELOS ¿QUÉ PLAN TIENE EN MENTE? – la razón por la que le dijiste a Inosuke que viniera ¿Es porque aún sientes algo por Tanjiro? – termina por decir. Vaya, de nuevo quisiera acurrucarme contra la pared y llorar.
- ¿De qué estás hablando Kanao? – Niego, por supuesto – No entiendo qué dices ni a qué te refieres… tú eres mi hermana y pronto Tanjiro será mi hermano también – le digo y, curiosamente, escucharme oír esas palabras dolieron menos de lo que imaginé – Con Sumi creímos que esta idea sería no solo buena para la finca y nosotras, sino también para Inosuke. Tampoco hubiese queri- hubiésemos querido que se fuera luego de las bodas – me corrijo y le respondo.
¿Cómo es que Kanao se había dado cuenta? ¿Desde cuándo? ¿Alguien más lo habría notado? Pues claro, de seguro que Sumi… pero, ¿alguien más? ¿El mismo Tanjiro? Comienzo a ponerme roja de la vergüenza al imaginarlo.
- Entiendo – Se limita a responder Kanao pero continúa- Sólo quiero que sepas, que haría lo que fuera por la felicidad de alguna de mis hermanas… incluso suspender mi boda – ¿QUÉ?
- Eso no será necesario – Se escucha a una entrometida Sumi sumarse a la conversación – Los sentimientos de Aoi por Tanjiro son historia. De hecho, nunca existieron, fue un malentendido - ¿Acaso estoy oyendo bien? ¿Desde cuándo esta niña había leído psicoanálisis? – Y si no me crees Kanao, en poco tiempo lo verás tu misma con tus propios ojos.
Kanao la observa sorprendida y confundida a la vez. – Cállate Sumi, hablaré seriamente contigo más tarde – le digo a la menor y me vuelvo a dirigir a Kanao – Y tú Kanao, no digas esas cosas disparatadas. Tanjiro es como un hermano para mí y pronto lo será, todos esperamos ansiosamente su boda.
Y no mentí. Desde el anuncio del compromiso el asunto había dado tantas vueltas por mi cabeza que terminé por aceptar que no había forma más noble de amar que desearle a la persona que amas su felicidad: Y si Tanjiro iba a ser feliz con Kanao y viceversa; no había nada que pudiese hacer más que desearle el mejor de los futuros a ambos.
Antes de que Kanao pudiese siquiera responder algo, escuchamos los gritos desesperantes de unos niños en el jardín "UN MONSTRUO" y salimos corriendo a su auxilio ¿Qué? ¿Monstruo? ¿Acaso los demonios habían vuelto? Imposible.
Al llegar al jardín vemos a tres niños escondidos detrás de unas sábanas que estaban secándose en una cuerda y apenas unos metros más alejado a Kiyo preparando la tierra para plantar junto a Inosuke… con la máscara de jabalí puesta.
- ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO? – Grito casi sin pensar al acercarme y la pobre Kiyo asume la responsabilidad – Lo siento, no lo digo por ti, Kiyo – Me disculpo – Inosuke, quítate la máscara, asustas a los niños.
- No – Me responde secamente y continúa con la vista fija en lo que está haciendo Kiyo.
Ya comenzamos. Me acerco hacia él e intento quitarle la máscara pero él jala en sentido contrario para que no logre hacerlo.
- Inosuke – Trato de entrar en razón con él – Debes quitarte la máscara cuando haya personas aquí, pueden sentirse intimidadas.
-Puede que no sean los únicos – Me responde. Vale, lo entiendo. Está asustado y no quiere que le veamos así. Qué orgulloso.
Suspiro. – Entiendo, ¿Cuándo te acostumbres a ellos, entonces sí te quitarás la máscara?
- Cuando él se haya acostumbrado a ellos, ellos también se habrán acostumbrado a ver un hombre jabalí – Escucho decir desde la distancia a Sumi. Esa niña no estaba colaborando para nada con la causa.
- Kiyo me ha dicho que se suelen turnar para preparar la cena… – comienza a decir Inosuke.
- No te preocupes, no será una de tus tareas – Le interrumpo para aclarar.
- No es eso, no quiero la comida de otros – Ahora se dirige hacia mi – quiero la comida de Aoi, me quitaré la máscara si Aoi prepara mi comida.
En ese momento escucho las risitas de Kiyo, Sumi y hasta Kanao. Este no estaba siendo un buen día. ¿Preparar la comida de Inosuke todos los días? Pero qué -… giro a mirar los rostros de los tres niños que nos observan con los ojos bien abiertos desde lejos.
- Vale, pero sólo por un tiempo – le digo. Y al instante en que termino de decir esas palabras el joven de cabello negro se levanta la máscara y se escucha a los niños a lo lejos suspirar de tranquilidad.
- En tal caso, me quitaré la máscara sólo por un tiempo – Me dice al mismo tiempo que me sonríe maliciosamente. Escucho otra vez la risa de mis hermanas.
Esto no será nada fácil- Pensé.
¡Hola! ¿Cómo están? Aquí les dejo otro capítulo que termino siendo muy diferente a cómo lo tenía planeado cuando lo empecé. Le agregué una Sumi psicoanalista y un poco entrometida que ocupó muchas palabras y espacio en el cap, pero creo que será de ayuda para nuestros queridos personajes en el desarrollo de la historia.
Por otro lado, también tenía que incluir lo de Kanao. No quisiera como que quedara que no le importaba lo que sintiera Aoi.
En fin, muchas gracias por los reviews, follows y favs - De verdad que me hace realmente muy feliz verlos y leerlos ! También me alegra que seamos muchos los que adoramos esta pareja - ¡es que son adorables ambos! -
Aclaración: Kimetsu no Yaiba no me pertenece, pertenece a Koyoharu Gotouge.
Ahora sí, me despido y los invito a pasar por mi IG ashuzuri en el que subo algunos memes y dibujos.
Besos!
