Y no estaba equivocada.

Jamás podría negar la voluntad y energía que Inosuke emprendía en cada tarea que le encomendábamos. En ningún momento dijo que no a llevar las cajas con provisiones de comida y medicamentos, pese a que algunas eran muy pesadas incluso para él; ni tampoco se negó en trabajar en el jardín e invernadero aún en días de diluvio.

Todo lo que pedíamos que hiciera, lo hacía… pero no sin dejar antes un desastre a su paso.

Casi podíamos oír desde la sala de enfermería como todos los frascos que recibíamos se quebraban y rompían cuando él depositaba -con una prácticamente nula precaución y cuidado- las cajas en las habitaciones.

También había confundido los sitios donde crecían las flores, plantas y hierbas que utilizábamos para medicación de las que eran meramente decorativas u aromáticas. Ahora la pomada para cicatrizar heridas también olía a rosas, aunque a los pacientes no parecía molestarles en lo absoluto.

- Creo que sé cómo ayudarlo – Escucho a una animada Kiyo – ¡Le enseñaré a leer!

- ¿Cómo crees que eso podría ayudar? – le pregunta una incrédula Naho. Yo escucho atenta la conversación mientras preparo la cena del susodicho.

- ¿No lo ves? Él comete esos errores porque no puede leer las indicaciones. No sabe que hay algunas cajas que dicen "contenido frágil" y por eso no las lleva con cuidado… y además, en el invernadero tenemos los sectores separados por carteles, que tampoco debe entender qué es lo que dicen – explica Kiyo.

- Y es muy orgulloso para preguntar – Le agrego. Lo cierto es que lo que decía Kiyo tenía mucho sentido. Es probable que, en gran parte, Inosuke se equivocara en algunas cosas porque la mayoría de las indicaciones estaban escritas y él no podía leerlas. Kiyo me observa y se encoge de hombros.

- No sean tan duras con él – Ingresa Sumi a la cocina con una bandeja– Inosuke-kun ya aprenderá, sólo deben tener paciencia.

- Y la tenemos, Sumi, pero recuerda que ya no trabajamos solas aquí, muchas personas vienen a colaborar – Le recuerdo mientras pruebo cómo ha quedado el pescado que le preparé a justamente de quien hablábamos; le gusta que esté en punto medio de cocción. Espera ¿Por qué sé sus preferencias de comida? Oh si cierto, porque me había convertido en su cocinera personal.

- Aoi, Aoi – Comienza a responderme Sumi con un tono que me indica que se vendrá alguna impertinencia – Créeme que he hablado con todos y, por supuesto, piensan que fue lo correcto que se quitara la cabeza de jabalí… pero definitivamente nadie está de acuerdo con que le hayas obligado a usar una camisa… de hecho estoy segura de que ni siquiera tú estabas de acuerdo…

- ¡SUMI! – Grito y Kanao llega corriendo a la cocina pensando que ha pasado algo malo – Ya deja de hablar así – Kanao le pregunta a Kiyo si ha ocurrido algo, a lo que Kiyo le hace señas con la cabeza de que no, tratando de contener las risas por el cometario de Sumi, al igual que Naho.

- Bueno, bueno. Entiendo, aún no estamos preparadas para hablar sobre esto, lo comprendo – Pongo los ojos en blanco ¿Por qué insiste con eso? – Pero lo que quiero decir es que desde que ha llegado solo le hemos impuesto cosas "quítate la máscara, ponte una camisa, no comas antes de la cena, haz esto, lo otro" si ahora también le damos clases para leer y escribir terminará fastidiándose – Dice.

Las demás asienten estando de acuerdo con ella, a excepción de Kiyo que me dice que lo tuviese en cuenta antes de retirarse de la cocina junto a Naho y Kanao.

Excelente. Ahora que estaba a solas con Sumi, era el momento ideal para conversar con ella algunos asuntos pendientes.

- Sumi – comienzo diciéndole. Ella me responde un "mmm" - ¿Qué estás tratando de hacer?

- ¿De qué hablas? – Intenta hacerse la desentendida mientras toma una manzana y se la queda mirando.

- ¿De qué crees que hablo? De Inosuke y… - Cielos, nunca imaginé que me pondría nerviosa hablar del asunto – y yo. Sé lo que intentas y no entiendo el por qué. Kanao me dijo que te mencionó que Tanjiro podía ayudarnos ¿Por qué me convenciste de que viniera Inosuke?

- No fue difícil convencerte – me responde – Si te doy mi opinión, lo cierto es que pienso que te sientes como él, fuera de lugar… - se queda pensando y yo no sé si esta niña es adivina o me lee la mente – por eso creo que ambos tienen mucho en común y podrían entenderse el uno al otro en lugar de pasársela discutiendo por tonterías.

Suspiro. Puede que tenga razón - Éste puede ser nuestro lugar, para ambos – le digo, refiriéndome a la finca, claro – o no, eso sólo lo veremos con el tiempo, pero tienes que dejar de jugar a la casamentera – Le reprocho.

- ¿Lo dices por lo del comentario de la camisa? ¡Era una broma!– Comenta burlona y ante mi mirada de pocos amigos se corrige – Bien bien, dejaré de hacer esos comentarios… al menos lo intentaré. Solo quiero que sepas que no lo hago de manera malintencionada, quisiera verte a ti y a Inosuke felices como lo están Tanjiro, Kanao, Nezuko y Zenitsu… tan solo eso… quisiera que todos sean felices, por todo lo que costó estar aquí hoy… por quienes no están…- su voz se quiebra.

Sé de qué o más bien, de quién está hablando. La abrazo – Aun no estamos preparadas para hablar sobre esto tampoco – le digo mientras siento como sus lágrimas caen sobre mi brazo al mismo tiempo que mis ojos también comienzan a humedecerse. La guerra contra los demonios nos dejó heridas en el alma que difícilmente puedan sanar – Todos encontraremos nuestro camino… pero no necesariamente tiene que ser el mismo. ¿No crees?

En gran parte, Sumi tenía razón. Es cierto que me sentí fuera de lugar por mucho tiempo y todo lo que ocurrió con Tanjiro aumentó ese sentimiento, pero el proyecto de la sala de enfermería cambió ese sentimiento. Cada vez me sentía más parte de este nuevo lugar, sentía que era mi lugar y si podía ayudar a Inosuke a que encontrara el suyo, por supuesto que lo haría, pero no tenía que ser precisamente de esa manera… Inosuke podría algún día enamorarse y casarse con una joven y hermosa mujer que le tendría que preparar el pescado a media cocción, aunque la idea me resultó desagradable, apuesto a que la -aun inexistente mujer- no le preparará platillos que le gusten más que los míos.

Sumi asiente pero sin dejar de soltar mi agarre. Ambas nos quedamos de esa manera por un rato hasta que los demás se acercaron para cenar.

Y como esperaba, Inosuke se devoró su cena en menos de un minuto. -Definitivamente, nadie le preparará platillos que le gusten más que los míos – Me dije y sonreí internamente ante la auto-confirmación.


La mañana siguiente amanecimos con el triple de pacientes que llegaban cualquier día promedio. Aparentemente, en un pueblo cercano se realizó una celebración que tuvo más infortunios que festejos. Alrededor de quince personas se habían intoxicado por la comida, hubo una pelea en la que resultaron heridos tres jóvenes y un hombre que ayudó en traer a los pacientes se lastimó la pierna en el camino.

Todas comenzamos rápidamente a atender a los pacientes y en la medida que llegaban los colaboradores también se sumaban a la ardua tarea del día. Las salas de enfermería estaban repletas y había mucho por hacer, tanto que hasta Inosuke tuvo que ayudarnos a preparar algunas camas o trasladar a algún paciente… a su alborotada manera, la cual era cargarlo en el hombro y llevarlo de aquí para allá obviando e ignorando cualquier quejido de dolor.

Afortunadamente, a los dos días siguientes la mayoría de los que estaban intoxicados pudieron regresar a sus hogares y en la finca sólo quedaban los que se habían herido peleando y el hombre que se lastimó la pierna – a quien le estaba cambiando el vendaje cuando comienza a decir…

- Tuvimos suerte de llegar aquí. Ya estamos casi todos curados – Termino de cambiar el vendaje y le respondo sonriendo: "Gracias. Trabajamos muy duro para que así sea"

- Lo noto, lo noto – responde el hombre y todo venía perfectamente bien hasta que – y todos hacen un gran trabajo… excepto ese joven de ojos grandes y verdes que entorpece su trabajo – dice refiriéndose a Inosuke, yo me quedo atónita ante sus palabras y giro a mirar Kanao que, al estar atendiendo a uno de los heridos en la cama de al lado, también lo escucha sorprendida, sin saber que lo peor aún no lo había dicho - Si me permiten dar mi opinión, creo que sería mejor para ustedes que se fuera de aquí.

Y esa última frase fue lo que despejó mi mente, como un rayo de sol que despeja un cielo nublado. Lo comprendí todo.

El hombre iba a comentar una cosa más pero lo interrumpo - Suficiente – Le digo de firme y seria – Todos hemos trabajado mucho por su bienestar y merecemos respeto – Kanao me escucha y abre los ojos al mismo tiempo que la escucho decir: Aoi, tranquilízateLo lamento pero debo decirle que el que debería retirarse es usted.

- Para opiniones desafortunadas ya estoy yo, señor – Escucho a Sumi detrás de mi y en cuanto me giro observo que está conteniendo una enorme sonrisa en el rostro. Sé que usará esto para continuar con sus juegos, pero en este momento eso realmente no me importa.

El hombre empieza rápidamente a pedir disculpas pero, sin ganas de oír nada más, me voy de la sala de enfermería hasta mi habitación; pensando en todas aquellas cosas que daba por hechas y que en un segundo cambiaron completamente.

Recordaba las palabras que le había dicho a Sumi unas noches atrás "Todos encontraremos nuestro camino… pero no necesariamente tiene que ser el mismo. ¿No crees?". Inosuke no tenía que cambiar su forma de ser, no había nada malo en él; tenía un noble corazón y eso era lo más importante. No es él quien tiene que acostumbrarse a las personas, son las personas que tienen que acostumbrarse a él. Y si Inosuke no encaja en este mundo, pues yo haré un mundo que encaje para él.

Llego a mi habitación y tomo la cabeza de jabalí que le había quitado el día que llegó a la finca. Me dirijo hacia la sala principal de la Mansión donde él estaba cargando algunas cajas con provisiones junto a uno de los colaboradores y me acercó para colocarle la máscara; en ese instante Inosuke deja las cajas que cargaba inmediatamente en el suelo.

- Pero qué…- dice al tiempo que se levanta la máscara y me observa sorprendido - ¿Qué sucedió con eso de asustar a los pacientes?

Me encojo de hombros y me giro para encaminarme hacia la cocina: - Si no les agrada, que se vayan – Le respondo - Y no te preocupes, yo seguiré preparando tu comida - No iba a dejar de hacerlo.

Estaba por llegar a la puerta de la cocina cuando siento que me toma del hombro y me hace girar hacia él.

- Kiyo me dijo que podía enseñarme a leer y escribir – me dice –quiero aprender, pero me dijo que tenía que pedirle permiso a Aoi.

Vaya, ese día estaba lleno de sorpresas. Insistente Kiyo, habló directamente con Inosuke pero no entiendo por qué necesitaban mi permiso, si Inosuke quería estudiar pues era libre de hacerlo.

- No necesitan mi permiso – Le aclaro – Si quieres que Kiyo te enseñe a leer y escribir tan solo organicen sus horarios, creo que sería bueno antes de la cena ¿Tú que piensas?

- ¡SI! – Me responde alegremente - ¿Entonces puedo quedármela? – Me pregunta mientras toma con sus dos manos la cabeza de jabalí. El colaborador que, inútilmente, había intentado cargar las cajas que estaba llevando Inosuke se acerca hacia nosotros para pedirle su ayuda.

- – Le respondo antes de que continúen con su trabajo – Pero tienes que lavarla de vez en cuando.

Inosuke bufa por lo bajo y, junto al colaborador toma las cajas para llevarlas a la habitación-depósito.

- ¿Puedes creerlo? – le dice al joven al tiempo que éste lo observa como levanta sin chistar seis cajas que él ni en tres viajes podría trasladar – Siempre me regaña y ordena… - Lo escucho decir que se refiere a mí – hasta cuando estoy dormido la veo y oigo regañarme.

El joven no le contesta porque sigue sin poder creer que Inosuke tenga esa fuerza aunque lo esté viendo con sus ojos. Ambos se retiran de la sala principal en donde sólo quedo yo procesando mentalmente lo que acababa de oír.

¿Acaso dijo que me ve en sus sueños?


¡Hola! ¿Cómo están? Bueno, debo decir que actualizo esta historia más seguido que las demás, y cada vez que me siento a escribir cambio totalmente lo que tenía planeado. Como verán, es muy sutil la manera en que se van desarrollando los sentimientos de los personajes... hasta ahora.

A partir del capítulo siguiente va a ser un poco más evidente para ellos y los demás.

En fin, no hago spoiler y les agradezco como siempre los follows, reviews y favs -sí, me pongo super feliz cuando los leo- también hago la aclaración de que Kimetsu no Yaiba no me pertenece sino que pertenece a Koyoharu Gotouge.

Y... los invito a pasar por mi IG ashuzuri, por supuesto.

Ahora sí, espero que les haya gustado este cap y los veo en la próxima!

¡Besos!