¡ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por DarkLady-Iria y RutLance -CrystalFairy, Batman, DC, Monty Python y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.
¡Hola, hola! :) ¿Cómo les va? Yo me estoy preparando para una semana de lluvias, a ver cómo nos va.
Esto se me ocurrió tras publicar el último capítulo, y en parte me basé en un par de experiencias personales con visitas a dentistas. Una de ellas fue, que para sacarme la muela, me pusieron 5 inyecciones de anestesia, y eso porque el dentista dijo que era el límite que se podía poner a una persona. De igual manera pude sentir la molestia cuando me la arrancaron. El efecto de la anestesia me duró 24 horas. La segunda experiencia fue con una limpieza dental, donde al profesional se le olvidó ponerme la anestesia antes de cortarme las encías. No tuve modo de decirle algo al respecto. Dx
Pensé que podría poner algunas reacciones, pero eso lo dejaré para otra ocasión. :P
Bien, ahora pasemos al review:
~*~Shadir: xDDDDDDD ¡Y sí! ¡En toda la cara! :D Eso le pasa por estar bromeando con las cosas con las que no se debe jugar. ¡Gracias por el review! :3
._. Necesito un nuevo teclado.
No los entretengo más, así que disfruten el siguiente capítulo. ;D
Relatos épicos de una Batifamilia disfuncional.
Capítulo 28: Hada de los Dientes.
Cuando Damian golpeó de nueva cuenta la mesa a la hora de comer por el tercer día consecutivo, Alfred Pennyworth decidió que ya era suficiente.
- Amo Damian, le he concertado una cita con el dentista.-
Precisamente porque se trataba de Alfred, Damian no podía negarse, aunque sí hizo un breve berrinche, que terminó más rápido que lo acostumbrado a causa del dolor de muelas. Dick Grayson fue el valiente que decidió acompañarlo a la cita con el dentista, llevando como sacrificio a Tim Drake.
- En serio, Dick.- Tim no despegaba sus ojos de la tablet que llevaba consigo.- Contigo era suficiente, ¿porqué tengo qué venir yo?-
- Para pasar más tiempo juntos como hermanos, Timmy. Además, de que necesito de alguien que cuide de Damian cuando tengamos qué ir a la farmacia a comprar el medicamento que le recete el dentista. Recuerda que va a estar un poco "ido" con la anestesia.-
- Cómo si eso fuera a detenerlo de ser un gremlin.- Suspiró resignado.- Ah, está bien.-
.~o0o~.
- Y no vuelvan.- Dijo el dentista, tras regresarles a Damian, con una mano vendada donde lo había mordido el paciente.
- Realmente lo lamentamos.- Se disculparon Grayson y Drake por lo acontecido.- Muchas gracias.-
Por lo que lo único que faltaba, era conseguir el medicamento recetado en la farmacia. Así que para evitar problemas, Dick entró a comprarlos, dejando a Drake y Damian esperando afuera del local.
- ¿Quién soy?- Preguntó de repente Damian, quién se tambaleaba de un lado a otro, tenía la mirada perdida y sonreía como bobo.
Era una oportunidad de oro, y Red Robin no la iba a desaprovechar para nada.
- Te llamas El engendro del demonio.- Le contestó burlón.- Y eres un gremlin.-
- Oh, ok.- Aceptó gustoso, luego le habló a la siguiente persona que pasara a un lado de ellos.- ¡Hola, soy el engendro del demonio y soy un gremlin!-
La mirada que les dirigió esa persona daba a entender que el chico estaba loco de remate. Tim lo único que hizo fue mover su dedo índice en círculos señalando su cabeza.
- ¡Hola, soy el engendro del demonio y soy un gremlin!- Saludó así a alguien más.
- ¿Qué diablos...?- Drake se volteó a ver y se encontró con Jason Todd.- ¿Qué rayos le pasa al mocoso?-
- Está bien volado por la anestesia.- Le contestó.
- ¿Anestesia?-
- Una extracción molar, que nos hizo ver qué necesitaremos ir a otra clínica dental.- Aclaró, luego señaló la farmacia.- Dick está dentro surtiendo la receta del gremlin.-
- Oh. Bueno.-
De la nada, Damian se movió hasta quedar a un lado de Tim y comenzó a restregar su rostro en la ropa.
- ¿Qué estás haciendo?- Drake intentaba, en vano, quitarse al más chico de encima.
- Timothy... lindo.- Lo rodeó con ambos brazos del torso y se repegaba sin dejar de frotar su cara.- Timothy es lindo cuando es baboso.-
- ¿¡QUÉ!?- Exclamó espantado, mientras lo empujaba con más fuerza.- ¡Suéltame!-
- ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!- Se echó a reír Jason ante la escena que veían sus ojos.- Timothy, ¡lindo! ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!-
- ¡Cierra la boca, Jason, y ayúdame a quitármelo de encima!- Reclamó exasperado.- ¡Suéltame!-
- Como digas, Lindura.-
Pero apenas dijo eso, Damian se separó de Tim para abrazarlo ahora a él.
- ¡Jaaaaasoooon!- Y así como Tim, restregó su cara en su torso.- ¡Jason es taaaaaan apuesto!-
- ¡Hey, mocoso!- Si no fuera porqué tenía aún los algodones dentro de la boca, Todd ya lo hubiera aventado de cara al suelo.- ¡Yo no bateo de ese lado!-
- Claro, como eres taaaaaan apuesto.- Y se palmeó las rodillas para reírse del infortunio del otro.- ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!-
- ¡Cierra la maldita boca, Reemplazo! ¡SUÉLTAME!-
Fue así como los encontró Grayson, Damian abrazando a cualquiera de los dos, mientras uno se reía, el otro se lo trataba de quitar de encima, hasta que se iba con el contrario.
- ¿Eh?-
.~o0o~.
Después de comprar algunos helados, y perseguirlo un par de veces ya que se les escapó a causa de la cantidad de anestesia que usara el dentista, lograron hacer un par de cosas.
1) Que pusiera la muela, a la cuál Damian le puso "Temis" por ser la muela del juicio, debajo de su almohada como acostumbran los niños que mudan de dientes,
2) Qué le escribiera una carta a la Hada de los Dientes, ya que él alegaba que no tenía qué darle nada si no la conocía, por ende le convencieron de escribir una carta para ella, y
3) Qué se durmiera temprano, a ver si de ese modo se le pasaba más rápido la anestesia, ya que se habían cansado de estarlo atrapando cada vez que saltaba del mueble más alto de casa, emulando a un pájaro.
Y era así que los cuatro estaban en el cuarto de Damian, que dormía como un bendito. Jason tronó un par de dedos, y al ver que no despertaba, sacó la carta de debajo de la almohada del niño.
- ¿Qué estás haciendo, Jason?- Dick intentó quitarle el sobre.- Eso no te pertence.-
- No le pertenece a nadie, ya que el Hada de los dientes no existe. Además.- Abrió el sobre, sacando la hoja.- Tengo muchas ganas de saber qué estupidez escribió el pequeño demonio estando bien volado.-
- Aún así no me parece correcto.-
- Yo también quisiera saber qué escribió en la carta.- Tim se cruzó de brazos, apoyándose en el librero que tenía Damian.- Aparte de que tenemos qué desaparecerla antes de que el gremlin despierte sin los efectos de la anestesia. Se enojaría mucho con nosotros si se entera que la escribió.-
- Está bien.- Muy regañadientes, aceptó.- Sólo no se rían hasta que nos hayamos salido de su cuarto.-
- Eso me gusta, Big Bird.- Todd extendió la hoja, se aclaró la garganta y comenzó a leer.- Aquí vamos.-
"Respetada Hada de los Dientes:
Sé que no te he escrito antes, y tampoco tenía idea de tu existencia. Pido disculpas por mi ignorancia. Mis hermanos mayores me han contado de ti, y de como llevas a cabo tu transacción monetaria cada vez que encuentras un diente bajo la almohada de un niño.
Sé que muchas veces he manifestado a mis mayores y demás que no soy un infante, pero en confidencia, realmente nunca llegué a ser uno por la forma en la que me crió la familia de mi madre. Era de vital importancia para ellos que yo fuera un ser perfecto, sin fallas ni defecto alguno, por lo que me volví en un adulto en vez de vivir la dulce infancia e inocencia que exudan los pequeños.
Mas no son mis primeros años de vida los que quisiera argüir en esta misiva, no. De acuerdo a mis queridos hermanos mayores, de los que estoy seguro ha visitado en infinidad de veces, (Y mire que me da un poco de celos tener conocimiento de que usted los percibiera en tan tierna edad) yo debería perpetuar el ritual por el cuál se basa su existencia.
Pero no quiero, no quiero hacerlo, y es por eso que le he escrito esta carta para hacerle entender mi razón.
Debido a mi posición, y estilo de vida, no requiero de un estímulo o compensación monetaria, ya tengo demasiado de eso. Así que le pido que se lo dé a otro pequeño que esté en una situación precaria.
Mas, si usted puede condescender un deseo, le pido con gran fervor y conmiseración para mi persona, que me asista a influir un cambio en las demás personas sobre la percepción que tienen de mí. He realizado tantas cosas y acciones que me perpetúan un lugar en el Infierno, lo sé, he estado ahí; que necesito su ayuda, no para librarme de mi destino hasta el final de los tiempos, sino para que en el tiempo que me quede para caminar entre los vivos mis semejantes puedan expresarme un poco de amor, un poco de empatía, un poco de orgullo hacia mi persona. Y que esto sea para soportar mi estancia en el Tártaro.
Por favor, por favor. Ayúdeme, ayúdeme para que las personas que amo abran sus ojos y vean que estoy aquí, que no me abandonen. Mi alma ya estaba perdida desde que nací.
Sé que he impetrado algo díficil, tal vez imposible, pero tengo un poco de fé, un poco de fé de que alguien me mire sin temor u odio a los ojos y me sonría.
Lamento pues, haberle quitado algo de su valioso tiempo que usted se ha tomado para leer esta carta, la cuál espero que reciba y me concediera una respuesta en caso de ser factible.
Me despido esperando volver a saber de usted, viable a causa de que aún tengo una dentadura infantil.
Con sincero decoro, Ibn al Xu'ffasch Damian Wayne Al Ghul.
P. D. Debido a mi reciente conocimiento sobre su labor en el mundo, me he tomado la libertad de elegir una caja de té de jengibre y ponerla a su disposición, para contrarrestar los efectos de la fatiga.
Jason terminó de leer la carta y se quedó viendo a sus otros dos hermanos, quiénes desviaban la mirada y la clavaban al piso, teniendo pensamientos y sentimientos encontrados. Volvió a meter la hoja al sobre y con cuidado, volvió a meterla bajo la almohada de Damian, que aún seguía dormido bajo los efectos residuales de la anestesia.
- Buenas noches, pequeño demonio.- Le acarició con delicadeza los cabellos y se salió de la pieza del más chico.
Tim se aproximó a la cama e inclinándose, le dio un beso en la frente a su hermano menor.
- Dulces sueños, gremlin.- Le dijo en voz baja, yéndose tras Todd.
Al quedarse solo, Grayson se sentó en la orilla de la cama, sacó el sobre y la muela para meterlos dentro de su pantalón, miró por un momento al chiquillo durmiente, y con el corazón pesado, se recostó a un lado suyo, abrazándolo contra sí.
- Te queremos, Pequeño D, y estoy muy orgulloso de tenerte como mi hermanito menor.- Acarició sus cabellos y le besó la frente.- Pase lo que pase, siempre estaremos contigo, pajarito. Y te prometo que, sin importar cómo, yo mismo iré al infierno y te sacaré de lo más profundo del abismo. No te rindas, Damian. No te rindas.-
Se alzó de la cama, le acomodó la sábana y salió de su habitación, dirigiéndole una última mirada antes de cerrar la puerta.
A la mañana siguiente, sin que nadie se lo explicara, la muela, la carta y la caja de té de jengibre se habían desaparecido.
Fin del capítulo 28.
En sí, la carta no se me había ocurrido hasta hoy, y en parte porqué me acordé de que en "Robin #1" de este año, Damian le entrega el dinero que ganó a una familia que la necesitaba, dinero que se ganó peleando de forma clandestina. Igual no lo necesitaba a donde iba, o siemplemente lo hizo por qué sí, ¿qué dice usted? ¡Nos vemos! ;3
