¡ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por DarkLady-Iria y RutLance -CrystalFairy, Batman, DC, Monty Python y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.
¡Hola a todos! :D ¿Cómo están? Yo espero que bien. n_n
Sé que me he tardado mucho en actualizar, pero en mi defensa, la principal causa es por que mi familia no me permitía ver un capítulo del programa de donde me basé para escribir este capítulo.
La inspiración para este capítulo fue el episodio de La Dimensión Desconocida de 1959, "Señor Bevis", en el cuál James B. W. Bevis, tiene un cambio radical en su vida gracias a la acción de un antepasado suyo.
Me encanta La Dimensión Desconocida, pero no he visto todos los episodios, ni los remakes de la serie original. :/
Tuve qué partir este capítulo en dos, debido a que me estaba tardando mucho, y pues, mi laptop vieja se estaba desconectando del internet a cada rato, que se borraron todos los avances que escribía. ;-;
¡A contestar el review! :D
~*~Shadir: Y eso que ella no intentó tirarle cosas a la cabeza, ya sabremos porqué. xD ¡Muchas gracias por el review! ;3
Este es el quinto capítulo y último en el que Damian sólo aparece mencionado. ¡Por fin! :D Ya podré escribir de él de nuevo.
Sin más que decir, disfruten el siguiente capítulo. ;D
A las afueras de un complejo de departamentos varios niños juegan en las calles. Se puede ver a un vendedor de frutas y verduras platicando con una mujer. Pero nuestra historia no se desarrolla en las calles, sino más bien en uno de los departamentos del complejo que se encuentra en el tercer piso. Dentro de éste, se puede ver a un hombre joven comiendo un plato con cereal con la mayor calma del mundo, hasta que mira la hora del reloj que lleva en su muñeca.
- ¡Santo cereal!- Exclamó, echándose a correr dando vueltas por todo el departamento sin soltar el plato de cereal.- ¡Voy a llegar tarde al trabajo!-
A inicios del siglo XXI, éste es un raro personaje. Su llama Richard John "Dick" Grayson, y sus gustos se inclinan hacia los peluches, la música gitana, los villancicos, jugar fútbol, béisbol, leer las obras de Charles Dickens, carnavales, animales vivos y disecados, niños y señoritas.
Cuidando de pisar las cosas que tiene desparramadas por el suelo, llega hasta una mesita en un rincón de la sala en donde está su cartera, guardándola en el bolsillo de su pantalón, un par de pasos a su derecha, se detiene frente a un espejo dándose un par de peinadas al cabello de su frente. Se aproxima a la chimenea en donde hay un par de cabezas disecadas de venados. De una toma un saco blazer a cuadros, usando una sola mano para ponérsela, mientras de la otra cabeza toma un cepillo y se limpia los zapatos. Con el plato con cereal aún en mano, toma una jaula para pájaros que descansa en el sofá y se meve a todas partes para finalmente regresarla al lugar de donde la tomó. Recoge algunas revistas y periódicos para ponerlos debajo de un cojín del sofá, y sale del departamento. Unos segundos después vuelve a entrar al departamento, deja el plato arriba del sofá y vuelve a salir del departamento.
El señor Grayson es propenso a los accidentes, un poco vago, un poco desconcertado, con una vida que posee toda la seguridad de un juego de dados flotantes. Su vida es desordenada como la casa que habita, pero a su favor diremos que es ingente como él, como su simpatía, su sonrisa y su amor al prójimo. Sin su calidez, sin su amabilidad, el mundo sería un lugar considerablemente más pobre, desolado y triste, aunque quizás un poco más cuerdo.
Bajando por las escaleras se topa con perro, un gran danés negro para ser precisos, Grayson se pone de cuclillas y le acaricia la cabeza.
- ¡Titus!- Saca una golosina de los bolsillos de su blazer y se la dá al perro.- Buen chico.-
Sigue bajando al siguiente sin detenerse, saludando a una mujer rubia que va subiendo las escaleras.
- ¡Hola, Stephanie!-
- ¡Buenos días, Dick!-
Grayson se detiene justo en el último descanso de las escaleras, viendo con intensidad el pasamanos.
- ¡Vamos, señor Grayson!- Le dice un niño pequeño al pie de las escaleras.
- ¡Por supuesto!- Le responde con una sonrisa.
Se trepa al pasamanos y se desliza a lo largo de éste, para caer rodando al suelo hasta llegar a la calle.
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!- Dick se ríe y se alborota los cabellos, levántandose del suelo y sacudirse la ropa.
La casera, que está barriendo los escalones, se le queda viendo de una manera muy fea, poniendo incómodo a Richard, que no se fija en el letrero que cuelga en una de las ventanas.
"SE RENTA DEPARTAMENTO. TERCER PISO"
- ¡Hey, niños!- Dick se acerca a los pequeños que están jugando en la calle con un balón.- ¡Balón! ¡Balón!-
Se pone a jugar un rato con ellos, luego se aproxima al vendedor de fruta.
- ¡Buenos días, Tony!- Le saludo animado.- ¡La mañana está increíble!-
- ¡Buenos días, Grayson!- Le saluda de vuelta y le lanza una manzana que el otro atrapa.- En verdad que hace un buen día.-
Cómo se habrán dado cuenta, Grayson vive en un mundo muy especial. Un pequeño mundo optimista, esperanzador y agradable, en el cuál él se siente completamente feliz.
Richard se aproxima a su vehículo, un Volkswagen Sedan Vocho 1968 color azul, el cuál en uno de sus parabrisas están un par de multas que guarda, y se introduce al vocho, dando un chiflido.
- ¿Me dan un empujón por favor, niños?-
- ¡Sí!- Los pequeños contestan contentos y corren a empujar el vehículo.- ¡Vamos a empujar!-
Gracias al empujón, el vocho arranca dejando una nube de humo detrás de él.
Grayson, a quién la suerte pronto le volverá la espalda, pero no por completo. El señor Richard John "Dick" Grayson, a sólo un párrafo de
Los Relatos épicos de una Batifamilia disfuncional.
Capítulo 45: Señor Grayson. (1 de 2)
Barbara Gordon sentía que era su deber decirle, y sólo esperaba que Grayson llegara para darle la mala noticia, quién como todos los días, llegaba nuevamente tarde.
- Dick.- Le habló ella después de que saludara a todo mundo, caminando despreocupado hasta su escritorio lleno de fotografías, juguetes, barcos a escala, una ardilla disecada y varias cosas más no relacionadas con el trabajo.- El jefe quiere hablar contigo.-
- Oh.- Y la sonrisa se le borró.
15 minutos después, tras oír los gritos del jefe de la oficina, Richard regresaba cabizbajo hasta su área de trabajo. Uno de sus compañeros le entregó una caja de cartón, a lo cuál agradeció sin palabras el gesto. Barbara, sintiendo algo de pena por él, se aproximó y le puso una mano en el hombro.
- Otra vez me quedé sin trabajo, Babs.- Suspiró hondo.- Creo que me pasaré otra temporada sin comer.-
- Oh, vamos, no puede ser tan malo.- Ella trataba de animarlo.- Pronto conseguirás otro trabajo y estarás bien, Dick.-
- No sé, nunca he podido tener algo estable.- Comienza a mover algunos objetos.- Tal vez el jefe se enojó por haber traído a los niños a cantar villancicos.-
- Bueno, pero eso es porqué no pediste permiso antes de traerlos.- Barbara comienza a ayudarle.- Deja te doy una mano, para que regreses a tu casa y descanses un poco. Ya verás que mañana será otro día.-
Siguen metiendo algunas cosas en la caja, cuando Grayson toma un barco a escala que estaba construyendo.
- No creo poder terminar esto en un tiempo.- Dijo con tristeza.- Lo estaba haciendo para Dami, está enfermito.-
- Pues estoy segura que a él no le importará.- Le dijo Barbara.- Ya que le preocupará más que no tengas un trabajo estable, Dick.-
- Sí, tienes razón.- Se ríe y guarda con cuidado el barco dentro de la caja.- Siempre me está regañando porque dice que me la paso soñando despierto.-
.~o0o~.
Dentro de un bar, Richard está sentado en la barra, en donde 5 vasos vacíos le hacen compañía. Un sexto vaso le besa los labios, saboreando el ardiente líquido que le que quema la garganta.
- ¿Se encuentra bien, amigo?- Le pregunta el cantinero.
- No, *hic*- Le responde Dick.- Se supone que hoy, *hic* sería un buen día. Pero me corrieron del trabajo, *hic*, mi vocho fue remolcado porqué estaba mal estacionado. *Hic* Y cuando regresé caminando a mi departamento, *hic*, encontré todas mis pertenencias en la calle. Ahora no tengo en dónde dormir.-
- Así es la vida, amigo.- Le consoló el cantinero.- Feliz navidad.- Y se retiró para atender a otro cliente.
Grayson sigue tomando del vaso que aún tiene en su mano, cuando de pronto mira el espejo que está en la pared. Ahí, se da cuenta de que hay un hombre mayor de edad, sentado en la mesa que está detrás de él, el cuál le sonríe y le saluda. Dick le saluda de vuelta sin dejar de ver el espejo. Entonces el hombre le hace el ademan de invitarlo a sentarse con él. Richard se da la vuelta y se asusta ya que la mesa que está detrás está vacía. Vuelve a ver al espejo, y ahí el hombre mayor le vuelve a invitar a sentarse.
- Cantinero.- Dick le habla.- *Hic* Disculpe, ¿qué me sirvió?-
- Bueno, lo ví tan deprimido, que le serví de todo un poco.- Le confesó.
- Ah. ¿Puede usted ver al hombre del espejo sentado en esa mesa?- Le preguntó ahora.
El cantinero mira tanto el espejo como la mesa, pero al no ver nada fuera de lo ordinario, le da un par de palmadas a Richard.
- Creo que ha tomado mucho, amigo. Mejor ya váyase a descansar.-
El cantinero vuelve a irse, y Grayson vuelve a ver al hombre en el reflejo del espejo.
- No soy una ilusión, joven Richard.- Le dijo.- Sin embargo, necesito hablar con usted de un asunto muy importante.-
Sin siquiera pensarlo, Dick se retira de la barra y se acerca a la mesa vacía, aún un poco sorprendido. Levanta una orilla del mantel, esperando a encontrar al hombre escondido debajo.
- Buenas tardes, joven Richard.- La voz del hombre asusta a Grayson.- Tome asiento, por favor.-
- ¿Cómo sabe mi nombre?- De todo lo que pasaba por su cabeza, esa fue la primera pregunta que salió de su boca.
- Permítame presentarme, joven Richard. Me llamo Alfred Thaddeus Crane Pennyworth. Y soy su ángel guardián.-
Ante tal admisión, Grayson se tomó el contenido del vaso de un solo trago.
Fin del capítulo 45.
Es posible que no logren encontrar mucho de éste capítulo en internet, pero si alguien encuentra algo, me avisa, ¿ok¡ ;D ¡Nos vemos! ;3
