Capítulo XV:
La caída de Londres había marcado un antes y un después para las "Witches", muchas otras ciudades estaban corriendo la misma suerte, con el correr del tiempo, desgraciadamente, tales como París, Berlín, Nueva York, Los Ángeles, Washington, Miami, Madrid, entre otras, siendo reducidas a escombros, sumado a que las personas que se habían negado a irse de allí, para proteger sus hogares y negocios, ahora formarían parte de las listas de fallecidos y heridos. La desconfianza crecía entre los civiles y los saqueos para obtener comida, medicina y combustible empeoraban junto al desabastecimiento y las órdenes que tenían la Policía y las Fuerzas Armadas para evitar que ese "virus" se extendiera entre los demás, sin embargo, aquello no podía ser controlado por mucho tiempo debido al descontento, la furia, entre otras emociones que conformaban un extenso "polvorín", uno que acababa de estallar por los aires con aquellos bombardeos enemigos.
Las interferencias continuaban y eso retrasaba los envíos de información para saber cuáles eran las siguientes operaciones que llevarían a cabo las Crueles. Era como si se estuvieran burlando de ellas, de que cayeran en la desesperación, una que muchos pueden verse vulnerables cuando sus seres queridos y demás corren peligro de desaparecer. Puedes ponerte a pensar, reflexionar: Te sientes y ves de que una invasión proveniente de unos extraños "seres espaciales" super inteligentes y liderados por tres hermanas que buscan instalar el legado de su abuelo entre las páginas de la Historia, a base de sangre y fuego. ¿Cómo puede reaccionar la sociedad moderna de estos días?.
Si Orson Wells trajo consigo una ola de histeria colectiva al leer "La Guerra de los Mundos" en los Años 30 durante una transmisión radial, una época donde la tecnología de hoy en día apenas estaba en su etapa de gestación, imagina cómo sería hoy en día. En simples palabras, terminaba por repetirse aquello que tanto se temía y cuando volvió a golpear las puertas de la sociedad moderna, todo llevó a una auténtica debacle del orden y las leyes.
Después de que se dejara esclarecido de que iban a ser entrenados por las "Witches", los chicos de Peach Creek partieron para continuar con sus actividades. Jimmy fue uno de ellos y se encontraba en la habitación de Perrine. Le encantaría ver la cara de Sarah ante la elegancia que tenía aquella chica de la Galia, en especial su educación tan sofisticada y fina. Y en aquellos momentos se hallaba sentado en la mesa y en el otro lado se hallaba la joven, quien estaba sirviendo el té y lo disfrutaban a más no poder.
La tetera aún estaba caliente, de su interior manaba una columna de vapor, por lo que Perrine aprovechó para apoyarla sobre una base de madera y así evitar que se quemara la superficie. Acto seguido, ella sirvió, en una serie de platos de porcelana, unos cuantos pastelitos y otros dulces que había preparado, mientras que Jimmy le daba una mano con acomodarlos.
- Te lo agradezco. Eres muy dulce.- Dijo la chica de Galia al peli blanco, quien se sintió un poco ruborizado.
- No es nada. Sarah me lo enseñó cuando la conocí.- Respondió Jimmy y de ahí tomaron asiento para disfrutar de ese momento de tranquilidad. Sin embargo, el rostro de Perrine mostraba lo contrario, se la veía mucho más seria, callada y miraba hacia la distancia, por la ventana, quedándose pensativa un rato, cosa que el albino notó y depositó su taza sobre un platillo que tenía consigo.- Señorita Clostermann...- Se detuvo un momento, cerró los ojos y recordó las palabras que la joven le dijo con anterioridad.- Perrine, ¿va todo bien?. Luces algo preocupada.- Señaló y ella se giró para verlo de cerca.
- Es...es difícil de comprender, Jimmy.- Sostuvo la muchacha.-
- ¿Le preocupa lo que pasó en Londres?.- Preguntó y asintió con la cabeza.
- No solamente en Londres, sino de que esto es apenas un comienzo.- Dijo y con ello tomó una pequeña fuente con pastelillos y otros dulces provenientes de su tierra natal, sirviéndolos.- No sabemos cuántas "Colmenas" son las que están allí fuera, así como tampoco conocemos la zona en donde se ocultan las Crueles. La caída de Londres fue solo la punta del iceberg.- Enfatizó y eso llevó a que el albino, quien estaba a punto de disfrutar de uno de esos manjares, dejara el mismo en el plato. El recordar a esas tres hermanas, su plan de conquista, le hacía revolver el estómago.- Si esto es una guerra a escala mundial, temo de que los gobiernos puedan tomar medidas desesperadas como usar armas nucleares, ¿quién sabe?.- Tomó su taza de té y la llevó hasta sus labios, dándole un primer sorbo, luego miró al chico.- Jimmy, dime una cosa.
- ¿Sí?.- Quiso saber el niño.
- Sabes muy bien de que estás bajo mi cuidado, al igual que tus amigos, quienes se encuentran con mis amigas, pero quisiera hacerte esta pregunta: En vista del contexto en el que nos hallamos, ¿qué es lo que quieres hacer? ¿Quieres ser alguien que no sea pisoteado como un tapete?.- Preguntó y eso hizo mella en el albino, quien puso sus manos sobre las piernas, tanteando sus dedos sobre la piel y quedándose pensativo por un buen rato.- Habíamos tenido esta conversación unas horas antes de que se iniciara el avistamiento del primer "Shadow Neuroi" pero ahora, estamos en otra situación, además de la actual y es sobre tu papel en lo que quieras ser.
- Bueno, yo...yo siempre quise ser fuerte, pero no para ser un presumido, sino para poder avanzar hacia adelante, ser yo mismo.- Dijo el chico y esa respuesta le gustó a Perrine.
- Exacto y lo puedes hacer, ¿por qué no? ¿quién te lo impediría?.- Sostuvo la chica y él respiró profundamente.
- Supongo que yo mismo me autosabotearía para no tener eso.- Jimmy miró hacia abajo y la rubia platinada colocó sus manos sobre los hombros del chico.
- Jimmy, para que una persona pueda avanzar y lograr sus objetivos, es que también debe confiar en sí mismo. Si dejas de lado tus temores más profundos, entonces verás de que triunfarás.- Le animó la joven, hallándose acuclillada frente a él.- Está bien tener miedo, es parte del Ser Humano, pero no hay que abusar de ello. Yo sé de que serás una gran persona en el Futuro.- Dijo y eso llevó a que el chico la abrazara con fuerza.
- Gracias, Perrine. Muchas gracias por tus palabras.- Agradeció él, con lágrimas en los ojos, por el apoyo moral que recibió y de ahí se quedaron un buen rato, ambos amigos, mientras que el tiempo iba pasando.
Por su parte, en las afueras del Cuartel General, Kevin y Nazz se hallaban apoyados contra las barras de acero que protegían los bordes de los acantilados, mirando hacia el Mar del Norte. La brisa se hacía sentir, era refrescante, movía sus cabellos, sin embargo, lo último que habían tenido, durante aquella reunión, fue una noticia sumamente importante y que los involucraba a ellos en la guerra.
- Oye, Kevin.- Le llamó la rubia al Capitán del equipo de fútbol americano escolar, quien se volteó.
- ¿Sí, Nazz?.- Preguntó éste a ella.
- Eso que dijeron las "Witches" en la "Sala de Operaciones", tú...¿tú crees que podremos hacerles frente a esa gente?.- Lanzó su interrogante, pero ni él sabía qué decir. Era una pregunta interesante y, a la vez, ponía en tela de juicio su proceder.
- Ojala pudiera darte una respuesta concreta y certera, Nazz, pero ni yo mismo creo que sea posible. Mira, esto no es como el fútbol americano, no hay un equipo "visible", en estos momentos, Humano, sino de que estamos hablando de una raza que está avanzada en el campo tecnológico. Nosotros...nosotros solo somos hormigas contra ellos, pero...- En ese momento, el pelirrojo, a pesar de ser una persona orgullosa, tuvo que reconocer algo importante.- esas chicas, no podemos dejarlas combatir solas contra las Crueles. Además, ellas nos trajeron hasta aquí, sería de muy mala educación no devolverles el favor.- Señaló y eso llamó la atención de Nazz, quien alzó una ceja, sorprendida por ese pequeño cambio emocional en Kevin.
- Suenas muy raro hablando de esa manera, ya que no eres así, pero, igualmente, estás en lo cierto. Yo también pienso lo mismo y...- Ella se giró y miró al Mar.- no va a ser sencillo, por los entrenamientos, vamos a tener que estar preparados para cuando nos llamen. Es cierto lo que dijiste: Nos dieron un techo donde resguardarnos de las Crueles y ahora es nuestro deber ayudarlas. Yo no me pienso rendir. Pelearé.- Juró y él sonrió, asintiendo con la cabeza.
- Aún, si tengo que ver a los "Tres Idiotas" en los entrenamientos, también voy a dar lo mío. Me uno a esto.- Finalizó el pelirrojo.
Por su parte, en las playas que rodeaban a la base militar de las "Witches", Johnny se encontraba junto a la Sargento Yoshika y Tablón dando un paseo, aprovechando aquellos momentos antes de que llegara la hora de entrenar. El chico de remera blanca conversaba con la castaña sobre su vida, la amistad que tenía con Tablón y en especial de cuando se había convertido en un super-héroe que protegía a los inocentes del pueblo de las estafas que lanzaba Eddy.
- Jajajajaja, ¿en serio?. Es un nombre de héroe muy bonito: El "Capitán Sandía".- Le respaldó Yoshika, quien lanzó una risa que fue tomada por Johnny como una muestra de agradecimiento.
- Gracias, Sargento.- Agradeció éste, mientras que le hablaba a Tablón por lo bajo.
- Por favor, no seas tan cortés, soy tu amiga, además de que estás bajo mi protección.- Dijo la joven con tranquilidad y demostrando tener esa empatía por los demás.
- Lo sé, es que...como usted es militar y yo...bueno, no soy alguien como los otros. Hay veces que me han visto como un bicho raro, en especial porque ando con Tablón.- Contó Johnny aquella anécdota y Yoshika se le acercó.
- Yo no te veo como lo que dices.- Dijo y eso lo tomó por sorpresa.- Sino de que te veo como un buen chico: Amigable, bueno. No eres como Eddy, ese es todo lo contrario.- Señaló y comparó a ambos.
- Veo que no te cayó para nada bien por lo que hizo a Jimmy.- Dirigió esas palabras a la Sargento.
- No lo odio, pero esa broma de muy mal gusto contra ese niño fue horrible. ¿A ti te gustaría que te hicieran algo así?.- Le explicó la castaña de Japón, cosa que él negó con la cabeza.- Exacto, aunque, ahora, va a tener un "Mundo" completamente distinto. A mí me pasó lo mismo cuando comencé a entrenar con las "Witches" y pelear contra los "Neuroi". Esto no es un paseo por el parque ni tampoco un juego. El Mundo está en peligro y estos entrenamientos les ayudarán a ser grandes Soldados.- Sostuvo la joven y continuaron caminando cerca de la orilla del Mar.
Por su parte, Sarah y Trudie se encontraban en la habitación de la segunda, conversando sobre las diferencias que tenían su hermano y ella al respecto. La Teniente de Karlsland la escuchaba con suma atención y bajo esa mirada seria, no dejaba escapar ni un solo detalle.
- A Ed le gustan todas esas películas de monstruos, la Ciencia Ficción, yo siempre preferí algo más distinto, como jugar a ser la Reina junto a Jimmy.- Relataba la pelirroja.
- Entiendo, pero, ¿no crees que ese maltrato que le das a tu hermano lo puede afectar?.- Le interrogó Trudie.
- ¿Perdón?.- Se giró Sarah al oír esa pregunta.
- Tu temperamento, esa ira que tienes. Hay veces que me pregunto si no estarás diciéndole palabras que sean muy fuertes y que le lastimen por dentro.- Respondió la castaña oscura, cosa que dejó a la otra sin habla. Acto seguido, ésta se puso de pie.- Mira, sé que los hermanos tienen sus diferencias y hasta hay peleas entre ellos. Yo tengo una hermana, Christiane, ella quedó en coma cuando estaban evacuando la ciudad en donde nacimos. Estuve preocupada por ella hasta que despertó. Imagínate lo que es para una familia estar con el corazón en la boca, con alguien cercano a ti herido en un conflicto armado. Si yo fuera tú, iría cambiando mi forma de hablar con tu hermano, porque él va a ser la única persona que estará a tu lado si algo les pasara a tus padres.- Señaló Barkhorn, mientras que las manos de Sarah temblaban contra sus piernas.- No lo digo como algo negativo o malvado, sino para que lo pienses a fondo, ¿sí?.
Al principio, ella estaba por reaccionar y le contestaría a la castaña oscura. ¿Cómo se atrevía a decir algo así? ¿Acaso era una amenaza?. Podía tomarlo desde esa perspectiva, pero cuando fue a responderle, Trudie la miró seria pero tranquila. En ese momento, lo que pudo hacer fue, simplemente, analizar, por primera vez, ese mensaje y no utilizar su furia contra ella. Se recostó en su asiento y miró hacia arriba. Los recuerdos aparecían frente a sus ojos, desfilando cual Ejército vencedor sobre el tirano que ha logrado despojar del poder. Suspiró profundamente y de ahí supo que, todas esas veces en las que sus padres no estaban, Ed se hallaba a su lado, a pesar de que tenían diferencias con respecto a sus gustos. Incluso había participado en aquel juego de té cuando Jimmy no podía venir. En el fondo de su alma, ella sentía una extraña "presión", como si se le hubiera caído un piano desde lo alto de un edificio.
- No...No sé qué me pasa, me siento...rara.- Alegó la pelirroja y eso cautivó la atención de Barkhorn.
- Tus recuerdos te traen ante ti lo que es tu hermano: Puede ser despistado, algo torpe pero él te quiere y no quiere que te pase nada. Dime una cosa, ¿alguna vez quedaste atrapada o tuviste un problema en el que él fue en tu ayuda?.- Le respondió y de ahí lanzó una pregunta.
- Buena, recuerdo que Jimmy y yo estábamos disfrutando de una tarde de Verano afuera, en el césped, en donde organizamos una fiesta de té. De golpe, surgieron unos enormes pastizales y quedamos encerrados en ellos. No recuerdo muy bien por qué fue la causa, creo que fue por Eddy pero Ed vino a rescatarnos, aunque, bueno, digamos que pudimos salir por nuestra cuenta.- Contó esa anécdota del Pasado.
- Ya veo. Aún así, él cumplió con su papel de hermano mayor y fue para ayudarte.- Dijo Trudie y caminó hasta Sarah, colocando sus manos en los hombros de ella.- Mira, esto no va a ser una "Fiesta de Té" ni nada por el estilo: Estamos en guerra, recibirán un entrenamiento muy estricto y cuando estemos en el frente de batalla, cualquier cosa puede ocurrir allí.- Le explicó la Teniente.
- ¿Qué es lo quiere decir, Señorita Gertrud?. Me está asustando.- Preguntó la hermana menor de Ed, quien, por primera vez, sentía miedo.-
- Lo sé, pero es para que estés preparada: Allí tienes que tener, al igual que en los entrenamientos, los ojos bien abiertos. El enemigo puede atacar por cualquier lado, incluso nos pueden superar. Aquí se trabaja en forma grupal, nadie va por su cuenta, ni tampoco hay que hacerse el valiente, sino ser listo, eso es lo más importante.- Le dejó Trudie aquellos consejos, mientras que la joven permanecía callada y mirándola a sus ojos.- Recuerda estas reglas cuando estemos peleando contra los "Shadow".- Finalizó aquel mensaje para la pelirroja, tomándole de las manos.- Mírame a los ojos. Aunque no sea una promesa lo que harás, solo te pido que haz el intento con llevarte bien con tu hermano mayor. Él es parte de tu familia, no es un desconocido que lo ves por la calle, sino de que comparten la misma sangre y siempre te apoyará en momentos duros.
Lo pensó un rato, era complicado de decir, no podía tomar una decisión tan rápida, ya que podía fallarle a la Teniente, así quedó en silencio. Aunque fuera eso, Trudie confiaba en que Sarah comprendiera el mensaje y contralara su ira.
Las horas fueron pasando y cuando llegó el Atardecer, llegó la hora de la cena. Doble D había oído que Charlotte les estaba llamando para que fueran hasta el comedor, sin embargo, el chico de gorro se sorprendió de que Sanya no se hubiera despertado, aún, de su siesta. Él seguía concentrado en su investigación sobre el líquido en los barriles de Rolf. Apenas tenía un pequeño porcentaje como avanzada pero eso le iba a llevar su tiempo. Un experimento así y sus resultados no se obtenían de la noche a la mañana, eso requería mucho trabajo, sacrificio y horas ante el microscopio, pruebas que se debían realizar, entre otras labores.
La puerta se abrió y allí entró la chica americana.
- Edd, Sanya, vamos, a cenar.- Dijo ella, hablando con un tono moderado en su voz para no despertar de golpe a la peli blanca.
El chico dio, como "respuesta", un movimiento de cabeza y gesticuló con las manos de que necesitaba unos minutos para guardar sus instrumentos de investigador. Charlotte asintió y justo cuando empezó con su labor, Doble D notó que Sanya se levantaba de su cama, estirando su cuerpo y, para sorpresa suya, ella se la veía preparada.
- Buenas noches, Señorita Litvyak.- Le saludó el joven, mientras que guardaba su microscopio pero su cuaderno se resbaló de la mesa, por lo que se agachó para recuperarlo, siendo ella la que se lo devolvió.
La chica lo miró con aquellos ojos, llamando su atención y más por la personalidad que ella tenía, ya que no pronunciaba ni una sola palabra. Una vez devuelto aquel objeto, ella salió por la puerta, saludando a Charlotte y con ello se internó en el pasillo, yendo hacia abajo. Doble D la siguió hasta que desapareció en ese instante.
- ¿Adónde va?.- Preguntó el intelectual de gorra negra a la americana.
- De día, el Sol la vuelve débil, por eso tiene su misión de patrullaje durante la noche.- Le explicó ella y justo vio que llegaban Eddy y Ed, siendo agrupados con los demás chicos de Peach Creek y con ello las "Witches" que cada uno tenía asignado.
Fue entonces que puso rumbo hacia el pasillo, cerró la puerta y de ahí se reunión con los suyos para ir a cenar.
[Hola, amigos, espero que hayan tenido un excelente Halloween y un buen comienzo del mes de Noviembre. Bueno, les aviso de que esta historia contará con siete arcos. Este es el "Primero" y solo le quedan cuatro capítulos. Sumado a ello, Matfix me da dado una serie de ideas con respecto a las armas que usarán los Eds y los chicos de Peach Creek, entre otros puntos (todos los derechos reservados para Matfix y sus ideas).
Espero que les guste este capítulo. Nos estamos viendo, Camaradas. Mando saludos y agradecimientos para todos ustedes.
Cuídense y buen comienzo de día Miércoles de mi parte
Nos vemos en el próximo capítulo.].
