Capítulo XVII:

[Un pequeño aviso: Si vieron que el capítulo decía "XV", el anterior, es el XVI. Mi teclado, a veces, funciona mal por unos segundos].

Aquellas señales comenzaron a aumentar su intensidad en el equipo de Sanya. La peli blanca se giró y comenzó a buscar con la mirada, a través de ese bello Cielo Nocturno, al causante de todo eso. Tomó su arma, no podía entrar con la guardia baja y fue entonces que voló unos metros hacia el Oeste, detectando un importante fluyo que aumentaba cada vez más hasta llevar a que su radio comenzara a rezumbar por el sonido que esa fuente desconocida emitía. Descendió unos metros, el viento acariciaba su rostro con suavidad pero ella no podía verlo, solo se movía por el lugar y nada más que eso.

De golpe, desde las profundidades de la Oscuridad Nocturna, como un ave rapaz que tiene en la mira a su presa, una misteriosa "sombra" emergió y se lanzó contra ella pero, a escasos metros, ésta se detuvo. Sanya no era ninguna tonta y empuñó su arma, lista para disparar, teniéndolo en la mira, preparada para cualquier acción ofensiva que esa máquina llevara a cabo. Tenía la forma de un "Dron" blanco con franjas naranjas y de que pertenecía a la clase "General Atomics MQ-1 Predator". El recién llegado se quedó flotando en el aire, la peli blanca estaba atenta, el dedo sobre el gatillo; solo hacía falta un segundo para que el polvorín estallara por los aires.

En un instante, aquel "Dron" se alejó volando desde su posición y Sanya inició persecución para saber hacia dónde iba. Tal vez podía ser un "Explorador" e indicarle dónde estaban las "Colmenas", otro asunto que era sumamente importante para las "Witches" y junto a las interferencias se había convertido en un dolor de cabeza ante la gran dificultad que tenían con ambos frentes. Cubriendo un buen tramo por los Cielos, la peli blanca notó que aquel "Predator" trazó un arco ascendente y se internó en la oscuridad del mismo, desapareciendo ante su vista pero, cuando pensaba de que eso había sido el final de su investigación, algo volvió a llamar su atención: Su radio seguía emitiendo esas señales que había captado.

Al principio tuvo la sensación de que eso era debido a su sistema pero no, lo pensó dos veces y de ahí llegó a una conclusión que, en teoría, podía terminar siendo verdadera. Fue entonces que volvió a su labor de patrullaje, ese "Shadow Neuroi", en el caso de que volviera a aparecer, lo seguiría de cerca pero volvía con algo en sus manos, para cuando terminara su turno. Su rostro tranquilo fue adquiriendo un gesto al respecto, mientras que iba analizando, paso a paso, las señales y de ahí volvió a su guardia. Sus Camaradas debían saber al respecto de ello.


Mientras tanto, en el Cuartel General de las Crueles, aquel "Predator" había vuelto y con ello se estacionó en uno de los hangares que tenía designado por aquellos Ejércitos. Dentro, otros tantos combatientes se preparaban para despegar, mientras que May los inspeccionaba a cada uno de ellos, pasaba revista y se fijaba de que no hubiera ningún inconveniente en sus sistemas de vuelo. El mencionado se acercó hasta ella y mostró una imagen de aquella "Witch" peli blanca, llevando a que ésta frunciera el ceño con asco.

- No te preocupes, continúa con tu labor. Ya nos encargaremos de ellas más tarde, por ahora, hay que continuar con la ofensiva. Tú regresa a la "Colmena".- Pidió la rubia y éste se alejó de allí, nuevamente, tras haber entregado su mensaje.

- ¿Cómo van las tropas, May?.- Oyó la voz de Marie, quien se acercó hasta ella y se volteó.

- Todo en orden y el "Predator" volvió de su misión.- Respondió a la pregunta de la peli azul.

- Mmmm, ya veo, bueno, ¿alguna novedad en su tarea?.- Deseó saber ésta, mientras que pasaba su mano izquierda contra su mentón.

- Sí, tuvo un encuentro con una de las "Witches" pero no pudo alcanzarlo. Lo he devuelto a la "Colmena".- Alegó ésta, cosa que temía alguna que otra reprimenda pero no pasó nada, solo la mano izquierda de la peli azul sobre su hombro y unas palmaditas.

- Bien, haz hecho un buen trabajo. Por ahora, no te preocupes que esta ofensiva va a comenzar dentro de poco. Nuestras fuerzas están dispuestas alrededor de toda Europa y América. Cuando hayamos eliminado todo rastro de resistencia en esos continentes, los demás caerán como fichas de "Dominó".

Asintió con la cabeza, su conquista apenas acababa de comenzar. Londres había caído y con ello seguirían las demás que, inútilmente, resistían con todos los recursos mientras que llevaban a los civiles hasta las zonas seguras, sobre todo a los campos, igual que en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Desde las pantallas que poseían en su "Sala Imperial", Lee permanecía allí, contemplando esas oleadas de refugiados que llegaban en masa y muchos entraban en histeria, incluso culpando a las "Witches" por no haber estado allí.

- ¿Qué más puedo decir?.- Alegó la pelirroja, mientras que se servía un poco de gaseosa a su copa de cristal.- El Mundo no supo apreciar el "Don" que tenía nuestro abuelo. Todo lo contrario, lo trataron como un loco, un megalómano y él quería, únicamente, cambiar las cosas, "mejorarlo" pero no fue así. Hay veces en las que tienes que pelear con uñas y dientes si quieres triunfar, porque, en esta vida, todo lo que te encuentras es miseria y los que quieren alcanzar el éxito, deben emplear todo para conseguir lo que buscan. No hay otra alternativa.- Sostuvo, mientras que llevaba aquel líquido hasta sus labios pero no escuchó que las puertas se abrieron, de par en par, deteniendo su acción y que sus palabras quedaran flotando en el aire.- Ah, chicas, ¿qué sucede?.

- Todo está listo para continuar con la próxima parte de la ofensiva, Lee. ¿Qué hacemos?.- Preguntó Marie a ella.

- Londres ya cayó, pero nuestras fuerzas permanecerán allí, ya que nos servirán para contrarrestar cualquier intento de contra-ofensiva que lleven a cabo las "Witches" y lo mismo los militares.- Miró la pelirroja el mapa y con ello apuntó hacia un buen "Muro" que habían establecido allí.

- Aún así, lo que me preocupa es la "Primer Colmena", si desviamos a parte de los "Shadow" que están allí, puede quedar desprotegida.- Advirtió May, ya que si había una sola falla, el plan de defensa colapsaría.

- Buen punto.- Le respaldó Lee.- Con calma, que los que están rondando sobre las costas de Irlanda y Escocia se dirijan para allí, reforzaremos la seguridad de la "Primer Colmena" y de ahí proseguiremos con el ataque contra el Reino Unido. También deben caer estas dos Naciones, ya que es obvio de que habrán enviado a las fuerzas militares hasta allí para continuar con la lucha.- Sostuvo con seriedad, mientras que su dedo índice se deslizaba sobre la pantalla del mapa digital.

Hubo un par de minutos de silencio, las tres hermanas se miraban la una con la otra, intentando "descifrar" lo que tenían para decirse. Era obvio que debían trabajar unidas si querían cumplir con el deseo de su abuelo, por lo que Marie se acomodó en su postura y miró a las otras dos. Ladeó la cabeza hacia May, ésta permanecía con la vista clavada en el mapa, mientras que la peli azul permanecía sumergida en los próximos planes que debían llevarse a cabo. Luego, girándose hacia la pantalla, pudo ver la devastación en Londres, mientras que continuaban las evacuaciones hacia el interior del país.

- Dentro de dos días lanzaremos una "Ofensiva Relámpago" contra Escocia e Irlanda. May, tú estarás a cargo del ataque.- Le encomendó Lee esa tarea. Ella asintió con la cabeza, aceptando esa "tarea".- Dividiremos a nuestros Ejércitos en tres: Uno permanecerá entre el Mar del Norte y el Canal de La Mancha para proteger la "Primer Colmena", el segundo continuará destruyendo cualquier rastro de resistencia en Londres y el último, que estará bajo tu mando, May, se hará cargo de Escocia e Irlanda. ¿Alguna duda?.- Preguntó tras finalizar con su plan.

Nadie dijo nada.

- Perfecto, andando, tenemos dos días para esto.- Ordenó y se pusieron en marcha.

No había tiempo que perder.


La noche fue pasando con tranquilidad, bajo una profunda calma que cubría con su manto el Cuartel General de las "Witch", mientras que los chicos de Peach Creek yacían profundamente dormidos. El cambio de escenario tardaría un poco en acostumbrarse a ellos, no era sencillo estar de un punto al otro, sumado al problema que tenían encima con las Crueles. La ofensiva que ellas lanzaron contra Londres fue devastadora y más entre la población civil, por lo que iban a poner todo sobre la mesa y así sacar ventaja.

Minna había logrado dormirse un rato, por lo que fue Trudie junto a Charlotte las que iban a hacerse cargo de ese día, para que la Comandante pelirroja pudiera descansar tras un maratón de trabajo. Ambas se hallaban en la "Sala Principal", disfrutando de un buen café que las mantendría despiertas. Una buena bebida que humeaba y permitía darse un momento de paz. La pelirroja de Liberion le dio un sorbo y se recostó en el sillón.

- Bueno, una hora, ¿no?.- Preguntó, girándose hacia la castaña oscura, quien asintió en silencio.- Ya veo.- Comprendió el "mensaje" y de ahí suspiró.- ¿Cómo crees que será el "Primer Día" de entrenamiento?.-

- Si pudiera darte una respuesta concreta, entonces tendría que ser sincera hasta conmigo misma; pero no, no sabría decirte con exactitud como será.- Alegó ella, encogiéndose de hombros y cerrando los ojos tras analizar sus palabras.

Charlotte la miró por unos segundos, mientras que depositaba su taza de café sobre la pequeña mesa que tenían al frente.

- Ninguna de nosotras comenzó por el camino fácil, Trudie.- Señaló la pelirroja.- Hasta para nosotras fueron muy difíciles los entrenamientos pero...con esos chicos...- No pudo terminar la frase, el reloj de la Teniente de Karlsland comenzó a sonar su alarma.

- Tendremos que dejar esta charla para después, Charlotte.- Trudie se puso de pie, terminó su café y de ahí llamó a un joven cadete para que llevara las tazas hasta la cocina para que las lavaran.- Andando, ya es hora.

La pelirroja de Liberion comprendió el mensaje, miró su reloj y estaba en lo correcto. Fue entonces que ésta se levantó del sillón y ambas pusieron rumbo hacia la puerta de salida.


Caminaron por el pasillo exterior que conducía hacia las habitaciones de las otras "Witches". La primera a la que arribaron fue a la de Francesca, quien, para sorpresa de Trudie y Charlotte, ya se hallaba levantada y lista. Abrió la puerta y las vio a las dos chicas de pie. Solo asintió con la cabeza y dejó que ambas entraran, encendiendo la luz.

- A levantarse, vamos, arriba.- Le llamó Trudie al chico de baja estatura, quien gruñó y se giró para taparse del brillo de los focos.

- Cinco minutos más, mamá.- Pidió éste, entre sueños, usando las sábanas como "escudo".

Charlotte y Francesca compartieron una risa entre amigas, pero para Trudie no era de su agrado que alguien quisiera demorarse en algo tan importante y que se había discutido la noche anterior, así que tomó una decisión.

- Esto no es un campamento, Eddy, pero espero que recuerdes que el castigo por no estar en los entrenamientos es con el calabozo, ¿quieres ir allí?.- Preguntó la castaña oscura con seriedad pero él no respondió.- Muy bien, no quería hacer esto, pero me veo obligada.- Finalizó, mientras que se preparaba para sacarlo de la cama.


Por su parte, Doble D había sido más precavido y se despertó un rato antes de que fueran hasta allí. Se quitó los restos del sueño sobre sus ojos y vio que Eila no se encontraba allí. Lo mismo se podía decir de Sanya. Pero no había tiempo para conjeturas o teorías, ese era su primer día de entrenamiento junto a los demás chicos de Peach Creek, por lo que fue hasta un armario, en donde tenía guardada su ropa, ordenada y clasificada de acuerdo al día en el que se hallaban, tomó una y se vistió con tranquilidad. Acto seguido, miró su reloj que descansaba sobre la mesa de luz y que usaba como banco de trabajo para su investigación.

- Las 5:00 AM. Perfecto. Todo en orden, Doble D.- Se felicitó para sí mismo y esperó a que lo llamaran. Tomó asiento y miró el microscopio y tomó una birome para anotar algún nuevo avance pero, por el momento no había nada bajo la lente.- Hmmm, al parecer voy a necesitar un poco más del contenido de Rolf.- Se dijo el chico para sí mismo.-

Justo en aquel momento, Eila entró en la habitación y se sorprendió de verlo listo. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y el joven se puso de pie.

- Buenas días, Edd.- Saludó la peli plateada.- Espero que hayas dormido bien.

- Sí, por suerte. Estaba revisando las muestras pero no hay ninguna novedad. Aún.- Relató lo ocurrido hasta hace pocos segundos.

- Hmmm, entiendo, pero descuida, nadie diseña una fórmula de la noche a la mañana. Hasta Louis Pasteur y otros grandes científicos de la época tuvieron sus largas horas de investigación.- Dijo ella, mientras que se acercaba al chico.- Pero ahora a lo más importante y es el primer día de tu entrenamiento. ¿Estás listo?.- Preguntó y éste asintió con la cabeza.- Perfecto, será mejor que...

No tuvo tiempo para seguir hablando, ya que comenzaron a oírse una serie de gritos que provenían desde el pasillo.


- ¿Qué está ocurriendo?.- Quiso saber Jimmy, quien salía junto a Perrine de la habitación que compartían y que llevaba un antifaz negro para sus ojos.


- Dios, qué grito más fuerte.- Apareció Sarah y detrás de ella llegaron Rolf, Kevin, Nazz, Lynne y Mio.


- ¡No! ¡Me niego en formar parte de estos entrenamientos, no soy un Soldado, solo soy un chico! ¡No, por favor!.- Rogaba Eddy, quien no deseaba dejar la cama y Trudie lo estaba sacando de allí.

Logró conseguir su objetivo, ya que Charlotte le dio una mano y tras dejarlo fuera de ese sitio, ésta lo encaró personalmente.

- Lo juraste el día de ayer, durante la cena, ¿o acaso estoy sorda?. Juntos a los demás, dijiste que darías lo mejor para esta guerra y aquí no se tolera la falta de disciplina y la deserción. ¿Te piensas que los Espartanos se fueron corriendo, llorando? ¡No, pelearon en la Batalla de las Termópilas junto al Rey Leónidas hasta el final y tú quieres reusarte en cumplir con esta causa!.- Estalló en furia aquella castaña oscura, mientras que le reprochaba a Eddy por su falta de voluntad. El joven tenía la vista clavada en el suelo, sintiéndose abatido por oír esas palabras que eran ciertas.


- Vaya, mira que disfruto de ver cuando Eddy recibe su merecido pero, viejo, esto ya es suficiente. Hasta siento pena por él.- Dijo Kevin, lamentándose de ver esa escena.

- Tú lo has dicho, amigo Kevin, hasta Rolf siente una profunda empatía por el chico Eddy.- Añadió el extranjero.

- Trudie es así, ya la han conocido pero no lo hace por maldad. A Yoshika también le pasó lo mismo, al principio, pero, con el tiempo, las cosas fueron cambiando. Ella quiere lo mejor para todos. Ya se ha dicho, estamos en guerra, no en una fiesta.- Les hizo recordar Lynne, quien también sentía un poco de pena por el chico de baja estatura pero que no debían olvidar su misión.

En aquellos momentos en los que Trudie terminaba de reprocharle a Eddy su falta de voluntad, llegaron Johnny con Tablón y Yoshika. Francesca se encontraba al lado del muchacho, permaneciendo en silencio.

- ¿Qué pasó?. Oímos los gritos desde la habitación de la Sargento.- Quiso saber el chico de remera blanca.

- Es...es un poco complicado de explicar.- Dijo Kevin, quien se dio la vuelta y llevó su mano derecha hasta su espalda; por lo que Johnny se acercó para ver, en "Primera Fila", esa escena.


- Aquí no se viene a perder el tiempo con la holgazanería. Este es un "Cuerpo de Élite" que ha luchado desde 1939 contra los "Neuroi". ¿Crees que esto es una broma? ¿Que es un día de campo?.- Le encaró Trudie a Eddy, el cual se sentía miserable.-

- No, Teniente Barkhorn.- Respondió éste, cabizbajo.

- Exacto y ahora, en marcha. No quiero más excusas.- Ordenó ella y tras finalizar con esas palabras, el chico se dio la vuelta y fue a vestirse. Francesca estuvo allí presente, por lo que siguió con la mirada a Eddy, quien cerró la puerta de la habitación.


La italiana peli negra se quedó frente a la entrada por unos segundos, respiró hondo e ingresó a aquel sitio que le pertenecía. Allí pudo ver al chico que tenía bajo su protección desvistiéndose, colocándose su ropa de siempre, aunque de mala manera.

- ¿Quién se cree que es ella?. No es mi madre, ni mucho menos mi líder.- Decía con bronca, mientras que iba sacando la cabeza hasta colocarse su remera amarilla.- Como si fuera la gran cosa pelear contra los "Shadow Neuroi". Sí, sí, yo no soy "Rambo" ni el "Capitán América". Esto es una estupidez pero claro, hay que "devolverles el favor". Hubiera preferido quedarme en Peach Creek en vez de venir aquí.- Continuó hablando pero sin darse cuenta de que cierta persona se encontraba allí, de pie y silenciosa.

- ¿Qué has dicho de la Teniente Barkhorn, Eddy?.- Oyó una voz que lo dejó pálido como un fantasma. Su presión sanguínea le bajó de golpe y comenzó a sudar frío. Giró sus ojos y por el rabillo notó que su "Guardiana" estaba allí, detrás suyo, con la mirada seria y cruzada de brazos.

- ¡Ahhh, no, no, Francesca, no es lo que piensas, no, por favor, no se lo digas a Barkhorn, te lo ruego!.- Gritó del terror y con una mezcla de lágrimas en sus ojos, se arrodilló ante la italiana, la cual comenzó a reírse a más no poder.- ¿Eh? ¿Qué? ¿No...no vas a reportarme con ella?.- Preguntó con dudas y aún temblando.

- ¡Jajajaja, ay, Eddy, tranquilo, no pasa nada!. Y mira que yo me he ganado los peores castigos en el Pasado pero descuida, no va a pasar.- Respondió, entre risas, dándole una palmadita en su espalda y eso lo tranquilizaba.- Pero en serio, nunca vayas a desobedecer una orden de Trudie y las demás, ¿sí?. Te lo dejó pasar, por esta vez, pero no lo vuelvas a hacer, ¿sí?.

Asintió con la cabeza, no quería más problemas ese día, que apenas estaba comenzando.

- Muy bien, ¿estás listo?.- Finalizó ella y su "Protegido" terminó de vestirse.- Perfecto, andando.

- Me pregunto si Ed ya se habrá levantado.- Quiso saber el chico de baja estatura.

- Podemos averiguarlo, ven.- Dijo Francesca y tras salir de la habitación, cerrar la puerta con llave y enfilar con rumbo hacia donde dormían el amigo del joven y Erika, cuyo cuarto se hallaba a pocos metros de distancia, arribaron y ella giró el picaporte.


Pronto, la puerta de la habitación se abrió y al entrar pudieron ver a Ed y Erika conversar tranquilamente. Algo que llamó la atención de Eddy y Francesca, sobre todo ésta última, fue que la rubia de Karlsland se la veía atenta a lo que escuchaba y se reía a más no poder de lo que contaba su "Protegido".

- Y entonces, quisimos hacer un "Rancho Acuático", la idea fue de Eddy, por lo que fuimos a buscar a Doble D a su casa pero no nos dimos cuenta de que había estado toda la noche trabajando en una maqueta del "Puente de Brooklyn y se quedó dormido. Lo llevamos igual hasta el arroyo y empezamos a construir la entrada y...jajajaja, necesitábamos esponjas para la vida marina pero no nos dimos cuenta de que...¡jajajaja, de que el "arco de bienvenida" que construimos se desplomó y tapó el arroyo, provocando que toda el agua fuera hacia el vecindario!.- Le relataba el joven esa anécdota, mientras que el rostro de Erika se había vuelto rojo por no poder aguantar la risa y terminó por estallar junto a su amigo.

- ¡Jajajajajajaja, no te lo puedo creer, Ed, eso fue lo más loco que hicieron, jajaajajaja!.- Reía la rubia sin parar y de ahí se tomó un respiro.

- Y encima de todo, cuando todo el vecindario quedó bajo las aguas, Rolf junto a Johnny, Tablón y sus animales de granja nos recogieron en un colchón a Eddy y Doble D, mientras que yo decía que era "El Sirenito", saltando por el agua.- Agregó esa última parte y eso fue el punto final, por lo que Erika estalló en unas sonaras carcajadas y las lágrimas comenzaron a salir por sus ojos.

Tanto Francesca como el chico de baja estatura se miraron mutuamente. Éste se encogió de hombros, mientras que la italiana peli negra no podía dar crédito a lo que era testigo.

- Oye, ¿tu amiga suele ser así?.- Le susurró Eddy en voz baja.

- Bueno, Hartmann es...es muy seria en el campo de batalla pero en tierra...emmm, digamos que es algo holgazana y más cuando viste que Trudie le pidió que limpiara su habitación y ahora...bueno, no hay nada desordenado.- Respondió ella con franqueza y una vez que terminaron ambos amigos de relatarse anécdotas, se fijaron en esos dos "invitados".

- ¡Eddy!.- Lo recibió Ed con un fuerte abrazo.- ¡¿Qué tal estás?!.

- Muy...bien...pero...Ed...Ed...¡Ed!.- Respondió el joven con la voz entrecortada por la falta de aire.

- Oh, jeje, lo siento.- Se disculpó.- Buenos días, Señorita Lucchini.- Se dirigió ella con respeto.

- Por favor, solo llámame Francesca, estamos entre amigos.- Dijo la italiana con amabilidad en su voz.- Bueno, veo que ya estaban levantados desde hacía rato. Ahora es tiempo de que vengan afuera: Ha llegado la hora de entrenar.- Le comunicó ésta al chico amante de la Ciencia Ficción y de los cómics.

- De acuerdo, vamos para allá.- Acató Erika esa llamada y tras unos pocos minutos para terminar de vestirse, el grupo dejó la habitación que compartían con rumbo hacia el exterior del Cuartel General.


Aún no salía el Sol, la Oscuridad se recortaba en los alrededores, sin embargo, allí estaban la Comandante Minna junto a Trudie y Mio. El viento soplaba con un poco de intensidad y movía el polvo que se hallaba depositado en el suelo, así como también sus cabellos. Desde los Cielos, la Mayor Sakamoto notó un "punto" en la lontananza, algo que se iba acercando más y más hasta ellas. Acto seguido, inició el descenso, lentamente, pudiendo distinguirse mejor su figura. Las tres se acercaron hasta aquella chica de cabello blanco, la cual sostenía su arma de combate y el equipo de comunicaciones.

- Me alegra saber de que estás bien, Sanya.- Se dirigió Minna a la joven, quien asintió con la cabeza.- ¿Pudiste hallar algo durante tu guardia?.

La peli blanca volvió a mover la cabeza.

- Sí, así es. Mi equipo detectó estas señales y puede ser, en teoría, una respuesta a la búsqueda de las interferencias.- La muchacha les entregó aquello y habló con ese tono tranquilo pero, en el fondo, podía apreciarse de que estaba segura de lo que había hallado durante su misión de patrullaje.

- Haz hecho un excelente trabajo, Sanya. ¿Te quedarás a ver a los chicos en su primer día de entrenamiento?.- Le felicitó Minna y ella asintió con la cabeza.

- Y ahí vienen.- Señaló Charlotte al grupo de Peach Creek, los cuales estaban escoltados por sus "Protectoras".

Pronto, el Sol fue saliendo, dejando atrás la oscuridad de la noche, su manto que cubría esa parte del Mundo y sus rayos iban asomándose, tímidamente y cambiando el color del Firmamento. Los chicos estaban agrupados en una fila y cada quien tenía a su "Witch" que lo protegía. Kevin lanzó un profundo bostezo, mientras que Nazz se refregaba los ojos para quitarse los restos del sueño que tenía encima. En un momento dado, un fuerte pisotón contra el suelo llamó su atención, alzando la vista y encontrándose con las chicas, quienes los miraban a cada uno de ellos y en posición de firmes.

- Buenos días, chicos.- Saludó Minna con su tono militar en la voz.

- ¡Buenas días, Mi Comandante!.- Respondieron éstos al unísono. La pelirroja asintió con la cabeza y con ello se dirigió a los presentes.

- Espero que hayan descansado muy bien anoche, porque, desde este mismo momento, comenzarán sus entrenamientos físicos. Todos los días desde las 6:00 AM hasta las 12:00 PM.- Les comunicó y eso fue como un balde de agua fría, ya que iban a quedar agotados. Minna caminaba de un lado para el otro de la pista y se enfocaba en los presentes con suma atención.- Como sabrán muy bien, los "Shadow Neuroi" atacaron Londres y la redujeron a escombros. Aún no tenemos información exacta sobre las posiciones de las "Colmenas" que poseen las Crueles.- Se detuvo, miró a Sanya unos segundos y luego regresó a los presentes.- Sé que muchos de ustedes les costará hacer frente a este tipo de entrenamientos pero, vuelvo a decirlo, es por su bien y con ello podrán ser grandes Soldados en el campo de batalla junto a nosotras. Bien, ¿alguna pregunta?.-

Nadie se atrevió a decir algo.

- De acuerdo, lo tomaré como un "Ok".- Golpeó las palmas de sus manos y el sonido se hizo sentir por todo el lugar.- Comenzaremos con el calentamiento. Quiero que corran alrededor de la pista por 30 minutos.- Impuso Minna aquel primer ejercicio y sin que nadie dijera algo, empezaron con el mencionado objetivo.

Mientras que se iniciaban los entrenamientos, la pelirroja le dejó a Trudie y Charlotte la vigilancia. Aún quedaba un asunto muy importante por el que atender y se dirigió hacia Sanya y las demás.

- Será mejor que me cuentes todo lo que has visto esta noche y en especial con estas señales que ha captado tu equipo.- Le pidió a la peli blanca, la cual asintió con la cabeza una vez más.

Y mientras que la Comandante se dirigía hacia su oficina, los chicos de Peach Creek comenzaron con su primer ejercicio, siendo supervisados por las otras dos "Witches" castaña oscura y pelirroja.

Aquel día era apenas el comienzo.


[Lamento muchísimo si tardé en actualizar este fic, pero estuve, la semana pasada, con las manos atadas con diversos asuntos que debí ir cerrando. Y con este capítulo doy por comenzado los ejercicios que harán los Eds y sus amigos, pero también hay que sumar lo que halló Sanya durante su turno de patrullaje.

Ahora, ¿qué harán a continuación? ¿Las Crueles darán su siguiente golpe?. Todo esto y mucho más lo verán en el capítulo que viene, el último de este "Primer Arco" y que será más largo (no sé cuántas palabras tendrá en total, depende).

Mando saludos y agradecimientos para todos ustedes, amigos. Cuídense y les deseo un excelente comienzo de fin de semana de mi parte.].