Capítulo III:
Las gotas que Doble D había depositado sobre la superficie bajo el microscopio le permitieron ver el aumento en su brillo, algo que no se podía dejar de lado y que era la clave para que las cosas comenzaran a salir bien en esa guerra. Llevó su mirada hacia la lente y comprobó que la composición que tenía consigo estaba produciendo "Magia", sin embargo, el tema crucial era el tiempo, la duración de la misma y ver si aquello podía ser eficaz con sus amigos de Peach Creek.
- "Voy a necesitar unas 24 horas, como máximo, para que dure el brillo de la Magia. Si funciona, entonces veré sus resultados y de ahí desarrollaré el "Suero" para los chicos. Solo hay que tener paciencia, eso es todo".- Pensó Doble D, mientras que se retiraba del banco de trabajo y se iba a dormir un rato. Ese día había sido sumamente agotador y necesitaba recuperar sus fuerzas.
Por su parte, en el exterior del Cuartel General, Kevin y Nazz se hallaban en compañía de Minna y Mio, aprovechando para recorrer la campiña inglesa, sentir el aire fresco que les acariciaba el rostro y el dulce aroma de los árboles con las flores de esa región europea. Aquello no se lo podía dejar de lado, era un Mediodía ideal para un paseo después de ejercitarse hasta terminar con la rutina.
- Pararemos aquí y luego seguiremos un rato.- Dijo la Mayor de Fuso, mientras que el pelirrojo y la rubia tomaba asiento en el césped.
- Ufff, al fin, ya no me daban más las piernas.- Suspiró Kevin, agotado tras los ejercicios.
- Je, ¿y en dónde quedó el espíritu deportivo del Capitán del Equipo de Peach Creek?.- Preguntó la peli negra con aquella risa que se hacía sentir y animaba a las demás.- Vamos, no seas un debilucho, que esto es distinto al fútbol.- Le dijo ella, dándole su apoyo moral.
- Bueno, es que...una cosa es el deporte y luego están los ejercicios militares.- Señaló el chico de la bicicleta.- Oye, Nazz, ¿tú qué opinas?.- Se dirigió hacia la rubia, quien había cerrado los ojos para descansar un rato.- Oh, lo siento, perdón.
- Tranquilo, está bien, por ahora será mejor que aprovechen este momento para que recuperen fuerzas. Si todo va bien, Doble D tendrá listo el "Suero" para que lo puedan emplear y surja la "Magia" dentro de ustedes.- Dijo Minna, mientras que se recostaba contra los árboles que había allí, a la vera del camino y se estiraba.-
- ¿"Suero"?...Oh sí, sí, lo recuerdo. Espero que no sea inyectable, por favor.- Rogó el pelirrojo con temor.
- ¿Quién lo diría?. El bravucón del barrio le teme a las agujas.- Le escuchó la Comandante de las "Witches" con una mirada divertida.
- Jejejeje, siempre fue así, incluso en la escuela.- Oyeron a Nazz, quien se reía de esa anécdota.
- Nazz, por favor, ahora no.- Pidió el chico pero la rubia no se iba a quedar callada.
- Vamos, Kevin, todos tenemos miedo a algo, no seas así.- Le animó la Líder de las Porristas, dejándolo un poco ruborizado y moviendo su mano derecha contra su hombro izquierdo, por lo que respiró profundo y suspiró.
Una persona puede ser bastante privada con asuntos sumamente delicados como sus mayores miedos ante cosas que son, absolutamente, inofensivas y para evitar no ser humillados, optan por formar una "fachada" de dureza, una que termina por colapsar igual que un castillo de naipes. Para Kevin, ese pavor hacia las agujas era algo que no podía olvidar, pero si tenía que inyectarse el futuro "Suero" que Doble D iba a desarrollar, entonces debería hacer de tripas corazón y superar ese miedo.
- Además, chicos, recuerden que irán a entrenar con Anna Ferrara para cuando hayan recibido eso, es muy importante. Ya he estado hablando con ella y está dispuesta.- Les dijo Minna, llevando a que el pelirrojo y la rubia se miraran entre sí, reconociendo esas palabras de determinación.
Mientras que Mio y Minna se quedaban con Kevin y Sarah conversando en la campiña inglesa, de vuelta en el Cuartel General, Trudie permanecía con Sarah, siguiendo con esas clases para que ella fuera una mejor persona, sobre todo con su hermano.
- Hoy te has lucido en los entrenamientos, Sarah. Creo que están dando efecto mis palabras con respecto a tu cambio de persona.- Señaló la castaña oscura.
- Es apenas un comienzo, Señorita Barkhorn.- Alegó la pelirroja y eso era cierto.
- Bueno, pero, aún así, siéntete contenta contigo misma: Un comienzo es el primer paso hacia la educación.- Dijo la Oficial de las "Witches", mientras que se detenían y entraban en la Oficina de ésta.
- Disculpe, pero ¿no ha visto a Jimmy?.- Preguntó Sarah sobre su amigo.- No lo he visto desde que terminamos los ejercicios.
- No te preocupes, él salió con Perrine, creo que querían andar en bicicleta por la campiña.- Le contó Trudie, cosa que llevó a que la chica bajara la vista y eso llamara su atención.- ¿Estás bien? ¿Te sucede algo?.
- Es que...Jimmy, lo veo pasar más tiempo con su "Guardiana" que conmigo.- Dio su respuesta y eso llevó a que la castaña oscura alzara una ceja ante el asombro.- No es que sean celos ni nada por el estilo, pero...extraño divertirme con él, cuando jugábamos juntos y demás...a veces pienso que ella me lo quitó.-
Las palabras de la pelirroja sonaban cargadas de tristeza, ¿quién no se sentiría así cuando un amigo suyo se va con otro y lo deja a la deriva?. Para Sarah, ver al albino divertirse más con la chica de la Galia le destruía el corazón. En aquel momento, Trudie se acercó hasta ella, colocó su mano contra los hombros de la hermana menor de Ed y la miró de cerca.
- Oye, no deberías sentirte así: Jimmy no te dejó ni te reemplazó, todo lo contrario, él sigue siendo tu amigo, te aprecia un montón, lo que pasa es que está buscando ser una persona que pueda actuar por su cuenta, responder de sus acciones como un hombre y no depender, siempre, de los demás. No está mal que tus amigos te ayuden, porque tampoco somos islas, sin embargo, ya cuando se pasa ese límite, uno no quiere convertirse en una carga. Por eso está pasando ese tiempo con Perrine, ya que ella lo está guiando para ser una persona de bien en el Futuro.- Le explicó la Oficial a la otra, llevando a que alzara la vista y sus ojos brillantes por las lágrimas no se pudieron escapar de la atenta mirada.- Escucha, sé que me dirás de que soy dura, pero también tengo corazón, me preocupo por mis amigas y lo mismo por ti, al igual que por los demás, sin embargo, tú también tienes que ver las cosas: Jimmy es tu mejor amigo, ¿no?.
- Si.- Respondió Sarah a esa pregunta con la voz algo quebrada.
- ¿Se conocen desde hace mucho tiempo ¿Han jugado juntos todo el Verano?.- Volvió a interrogarla y ésta asintió.- ¿Crees que te dejaría?.
No tuvo tiempo para responder ya que, de golpe, alguien llamó a la puerta de la Oficina de Trudie. Ésta caminó y giró el picaporte, encontrándose con cierto albino y su "Guardiana" de la Galia.
- ¡Sarah!.- Oyó la voz de su amigo, quien corrió hasta ella, abrazándola.
- Jimmy.- Se alegró en verlo, mientras que Perrine la miraba y se quedaba al lado de Trudie.
- ¿Acaso creías que tu amigo te iba a dejar de lado?.- Preguntó la chica de lentes, lanzando una pequeña risa por lo bajo.- Tienes un amigo muy bueno, a pesar de lo que ocurrió en Peach Creek, él te quiere mucho y nunca te dejaría sola. Además, no hay ningún problema que te sumes a nuestros encuentros.- Señaló la muchacha con suma calma.
- Bueno, jeje, es que...jeje, pensé de que...- Iba a decir pero la castaña oscura la miró y le animó para que siguiera.- Pensé mal sobre ustedes. Disculpe, Señorita Clostermann.- Le ofreció disculpas pero ella alzó su mano para calmar las aguas.
- No ha habido ningún tipo de afrenta ni nada por el estilo. Todo está bien, Sarah. Tranquila, no hay problema.- Respondió la otra con tranquilidad y de ahí aprovecharon esa tarde para divertirse.
- Nada. Tampoco. Nada. Aburrido, ¡agh, ya la vi y su final es pésimo!.- Decía Erica Hartmann, quien estaba mirando la televisión junto a Ed, cambiando los canales para encontrar algo interesante que ver pero nada, pura basura sin sentido.- Cómo se nota que, para ser el Mediodía, no hay nada nada bueno.- Se lamentó y de ahí vio que su amigo estaba sacando una caja donde había una colección de DVD´S que le llamaron su atención.- Oye, Ed, ¿qué clase de películas son las que tienes allí?.- Preguntó, curiosa, colocando sus manos sobre las solapas de la misma y viendo su interior.
- Adelante, puedes verlas y si te gusta una, dímelo. Son muchas y todavía tengo más en las otras cajas que están en la habitación que comparto contigo.- Respondió éste a la interrogante de la chica de Karlsland y ésta empezó a ojear.-
Se quedó concentrada en su "trabajo", mientras que iba recorriendo aquellos DVD´S, uno por uno, viendo sus tapas, sinopsis de las películas, actores, cuáles eran buenos o malos hasta que sacó uno que le encantó muchísimo y lo sostuvo entre sus manos.
- ¡Que me parta un rayo: Tienes "El Amanecer de los Muertos" del 2004, hace años que la estoy buscando para verla!.- Exclamó Erica con emoción en la voz, saltando de alegría.
- Espera, ¿nunca la has visto?. Es muy buena.- Quedó Ed perplejo ante esa revelación, por lo que ella se calmó y volvió a sentarse en aquel sillón.
- Je, perdón, es que me emocioné un montón.- Ofreció disculpas, cerró los ojos y tras analizar la situación, pasó a una postura más tranquila.- Sí, por desgracia, nunca la pude ver, siempre decían que era muy aterradora por los zombies pero, bah, ¿qué importa?. Ni que fuera una miedosa.- Sostuvo la chica y se giró hacia su compañero de cuarto.- ¿Podemos verla?. Por favor, Ed, por favor.- Pidió, mirándolo a los ojos.
- Mmmm, no sé, Erica.- Temió el chico de que pudieran haber consecuencias si la reproducía.- Debería preguntarle a la Comandante Minna si me deja. No, mejor a la Teniente Barkhorn.- Dijo y se puso de pie pero ella se adelantó hasta la puerta.
- Bah, Trudie es muy aguafiestas, es una muy buena amiga pero es tan amargada que no deja a nadie divertirse. Vamos, no pasará nada, te doy mi palabra: Asumo toda la responsabilidad por si pasa algo.- Prometió la rubia de Karsland, pero el chico seguía con dudas, miraba hacia la puerta y debía ir para hablar con aquella Oficial, sin embargo, Erica empleó una nueva "estrategia".- Por favor, Ed, te lo juro, no va a pasar nada malo. Puede que sea la única oportunidad que tenga para verla, ¿qué tal si me llaman para combatir a los "Shadow Neuroi", voy, luego regreso y ya te habrás ido?.- Preguntó, lanzando una mirada con ojos de perrito, por lo que el chico no pudo ante eso y cedió, igual que una ciudad ante un asedio enemigo.
- Bueno.- Respondió con sinceridad.- Está bien, no hay problema. Además, puede que estés en lo cierto y no haya que lamentar las consecuencias.- Sostuvo y de ahí fue encendiendo la televisión junto al reproductor de DVD´S.
- ¡Sí!.- Festejó Erica, mientras que tomaba asiento a su lado.- Tienes mi palabra, no va a pasar nada malo con esta película y si debo dar explicaciones, yo te cuido la espalda, asumiendo la responsabilidad.- Juró y una vez que se acomodaron, dio por comenzada la función.
No había en los exteriores, todo el personal del Cuartel General estaba ocupado en sus actividades y obligaciones, por lo que, para Eddy, era un momento ideal para aclarar su cabeza, pensar, reflexionar y ver qué camino podía tomar para el Futuro después de esa guerra. Aprovechando el buen tiempo, el joven se dirigió hacia las lindes de la base, hallándose callado y analizando todas las cosas que había hecho en Peach Creek junto a sus dos amigos, además de separarlas en cuáles fueron los logros y fracasos obtenidos.
Frente al Mar, junto a unos acantilados que se hallaban allí, el chico de baja estatura aprovechó el momento para sentarse, acomodarse contra el tronco y de ahí llevar sus manos hasta la nuca, contemplando el espectáculo del Mar del Norte y que, hacía pocas horas, había sido el escenario de una dura batalla contra aquellas fuerzas enemigas.
- Bueno, tengo que admitirlo, esto es como hallarse de vacaciones, a pesar de que es una guerra, sin embargo, fue una buena idea conocer a esa chica, Francesca. Agh, unos segundos más y éramos los novios de las Crueles.- Comenzó a hablar, para sí mismo y, bajo un cierto modo, le estaba agradeciendo a la italiana de cabello negro por haberlos salvado del peligro que representaban las hermanas más temidas de Peach Creek. A pesar de todo ello, Eddy tenía esa "mancha", aún, por lo ocurrido con Jimmy y se expresaba en el repudio que Yoshika, Lynne y Perrine tenían hacia él. No en un modo despreciativo, de querer golpearlo, sino de aplicarle la "Ley del Hielo" pero en un sentido moderado.- Ahora que lo pienso, creo que me excedí y mucho con lo del "Calzón Chino" a Jimmy. Dios, ese niño sí que lo ideó todo para vengarse de nosotros, aunque, en el fondo, hubiera preferido que lo hiciera solo conmigo y que perdonara a Doble D y Ed de eso.- Sostuvo y, en cierto sentido, de que era su culpa el daño que hizo.-
El recuerdo de aquella venganza y la alianza que el albino tuvo con las tres hermanas le causaba asombro, repugnancia, entre otros aspectos. Nadie se esperó algo así y ahora que las Crueles estaban con una guerra de conquista mundial, solo les quedaba poder progresar en los entrenamientos. Aprovechando esos momentos de calma, el joven se quedó recostado contra el tronco del árbol, cerró los ojos y se dejó llevar por el silencio que fluía por ese sitio hasta que, de golpe, desde arriba del árbol, sintió que las copas se movían, de las ramas caía una lluvia de hojas que lo cubrieron hasta notó que alguien lo estaba espiando, mirándolo de frente.
- ¡AHHH!.- Gritó Eddy al ver que aquella italiana de cabello negro había aparecido, repentinamente y con ello llevó a que pegara un susto.
- ¡Jajajaja!. Ups, lo siento muchísimo. ¿Estás bien?. Ven, no te vi, estaba durmiendo una siesta en ese árbol cuando te escuché hablar contigo mismo.- Se disculpó Francesca con tranquilidad en su voz y le tendía su mano para que se levantara del suelo.
- Francesca.- Fue lo primero que dijo el joven y ella le rodeó con su brazo por el cuello.- Bueno, me asustaste y todo pero...tengo que admitir de que eres muy buena con el sigilo.-
- Gracias por ello.- Agradeció ella por esa felicitación.- Un día te lo debo enseñar. Bueno, dejemos de lado todo eso, disfrutemos de esta tarde, ¿no te parece?.- Le propuso la joven y de ahí se pusieron a caminar por los alrededores de la zona.
- No me vendría mal.- Respondió Eddy.- Oye, por cierto, ¿cómo es que una chica como tú se convirtió en una "Witch" tan poderosa?.- Lanzó esa interrogante y el rostro de la italiana mostró una pícara sonrisa.
- Ahhh, ¿te interesa?. Jejeje, bueno, para empezar, digamos que sí una "Witch" con un gran poder pero...no me gusta estar pendiente de las obligaciones todo el tiempo, de divertirme, pasarla bien, aunque no puedo dejarlo de lado, tengo un deber con el Mundo y es el de protegerlo.- Le contó esa historia y él la escuchó atentamente.- Como te había dicho, varias veces me metí en problemas, más que nada por no cumplir con las órdenes dadas por Trudie y Minna; como esa vez que me fui a Roma con mis amigas para ir a buscar provisiones para el Cuartel General y yo vi a una chica que estaba teniendo problemas, sin saber de que era la Princesa de la familia dinástica que gobernaba sobre Italia y en el que luché contra un "Neuroi" que iba hacia la Capital para destruirla. Obviamente ganamos, pero me castigaron por eso y tuve que sostener unos baldes cargados con agua, eso duele, te lo advierto.- Relataba con ese aire tranquilo, sincero, a pesar de haberse metido en dicho inconveniente.- Aunque, al final, la Princesa reconoció mis acciones y hasta me felicitó por haber salvado a Roma de su destrucción.
Eddy estaba sorprendido ante esos relatos que tenía la peli negra y no podía formular una sola palabra sin perderse en esa "laguna" mental que tenía. No podía negarlo, a pesar de que él también contaba con buenas historias por contar, en el fondo, no sabía si decirlo o no, además de que esperaba de que Francesca le dijera que añadiera algo para que el paseo fuera más entretenido.
- Oye, ¿y tú qué tal? ¿Cómo te ha ido en tus aventuras?.- Preguntó la italiana, viéndose frente a frente, aquel chico, con un "desafío" sumamente importante.
- Bueno, ¿cómo decirlo?. Digamos que en Peach Creek, incluso antes de conocernos, mis amigos y yo hacíamos estafas para comprar los "Jawbreakers", unos caramelos sumamente grandes pero que siempre terminábamos en problemas.- Comenzó con su parte y ella le escuchó.- Hemos tenido muchos de esos intentos por cumplir nuestro objetivo, una vez intentamos ganarnos la confianza de Kevin, ya que él estaba repartiéndolos entre los chicos del vecindario porque su padre trabajaba en la fábrica de dulces.-
- Ya veo.- Francesca llevó su mano hasta el mentón y se quedó pensativa.- Y dime, ¿cómo les fue con eso?.- Lanzó su interrogante pero el chico se encogió de hombros.
- Ni los pudimos conseguir, hicimos todo lo necesario por hacernos sus amigos pero fracasó. Yo sugerí tomarlos por la fuerza pero Doble D dijo que eso estaba mal y bueno, así terminamos.- Apuntó y eso llevó a que la peli negra lanzara una risa y le diera una palmada en la espalda.
- ¡Jajajaja, ay, Eddy, eso fue la mejor anécdota que he oído en toda mi vida!. Pero ya, en serio, por supuesto que está mal robarse algo que no es tuyo y principalmente, si lo quieres, entonces debes ganártelo como toda persona de bien: Recorrer un largo camino, atravesar los obstáculos. Sé que es difícil, lo sé, pero verás que, al final, conseguirás triunfar.- Le dio ese apoyo moral al joven, quien alzó la mirada para verla de cerca.
- Es verdad.- Reconoció el chico de baja estatura y continuaron con el paseo.
- Oye, Yoshika.- Se dirigió Johnny hacia la Sargento de Fuso, quien se giró para verlo.-
- ¿Sí? ¿Necesitas algo?.- Preguntó la muchacha pero éste negó con la cabeza.
- No, no es eso, sino de que...¿tú sabes cómo el manejo de la "Magia" que tanto hablan tus amigas?.- Lanzó esa interrogante a la castaña, quien cerró los ojos para hallar las palabras adecuadas.- Es que...cuando funcione en nosotros, temo mucho sobre qué clase de consecuencias nos pueda traer. Yo nunca creí que vaya a usar algo así.- Aportó y de ahí sintió que una mano se colocaba sobre los hombros de éste y vio que era Yoshika, la cual le estaba dando ánimos.
- No hay nada de qué temer, no te va a suceder ni a ti o tu cuerpo. Eso sí, para ustedes, quienes están recibiendo un duro entrenamiento físico, deberán poner todo lo aprendido cuando tengan ese poder con ustedes. Para eso irán con Anna Ferraro, quien les será de gran ayuda para esto.- Respondió con calma, bajando los miedos del chico calvo.
- ¿Tú crees?. No es por inseguro, sino de que...es...- Iba a decir Johnny.
- ¿Desconocido?.- Preguntó la castaña y él asintió con la cabeza.- Sí, lo es. Es desconocido para muchos, incluso yo también pasé por lo mismo y créeme, al principio me costaba hasta mantener el vuelo para el combate contra los "Neuroi" pero luego fui progresando. Esto no es como en una película donde el héroe se vuelve fuerte en un día y listo, vence a los villanos y se va a casa con la chica que ama. No, todo lo contrario, una vez que reciban el "Suero" que esta desarrollando Doble D, vendrá una nueva parte y serán sus entrenamientos con la Señorita Ferrara Anna, luego de eso...ya sabes, estarán listos para ir al frente de combate.- Relató Yoshika con calma, apaciguando las tensiones y miedos que el calvo sentía en ese momento.
- Está bien, te creo, amiga.- Le dijo Johnny.
- No hay nada de qué temer; pero solo una cosa.- Pidió la Sargento de Fuso.
- ¿Qué?.- Deseó saber el joven.
- Nunca, pero nunca se vayan a separar de la "Línea Central", o sea de nosotras, debemos luchar juntos contra el enemigo. Si se separan, ataquen a los "Shadow Neuroi" para abrirse camino y volver a nuestro lado.- Le dejó esa "condición", por así decirlo, por lo que éste tomó nota de ello.
- Awwww, qué refrescante, no había vuelto a sentir algo así desde hace un tiempo.- Dijo Rolf, quien se hallaba junto a Lynne en un arroyo que corría puro y cristalino en la zona de la campiña y tenía sus metidos dentro de aquellas aguas.
- Pensé que te vendría bien venir aquí. Hoy fue un poco más intenso que la otra vez.- Le explicó la chica de Brittania, hallándose recostada contra el suelo y mirando hacia el Cielo, cuando, de repente, una figura femenina la cubrió de sombras.- ¿Eh?. Se preguntó al ver a cierta pelirroja de Liberio de pie frente a ella y su amigo extranjero.
- Veo que se están tomando un descanso. Está bien, después de que hayan practicado mucho este día.- Dijo Charlotte.- ¿No les molesta si me uno?. Tengo los pies como una caldera.- Pidió para sentarse a su lado y refrescarse.
- Adelante, no hay problema.- Respondió Lynne con sinceridad y una sonrisa en su rostro. Acto seguido, la americana se sacó sus botas, dejándolas cerca suyo y metió los pies en el agua.
- Awwww, esto es vida, sí.- Dijo la peli naranja, quien se recostó contra el suelo y cerró los ojos.- Por cierto, Rolf.
- ¿Sí, amiga Charlotte?.- Se giró el Nórdico para ver a la muchacha.
- Dime una cosa: ¿Estás listo para pasar al siguiente "Nivel"?.- Preguntó sobre aquel punto en cuestión.
- ¿Por la "Magia"?. Claro que sí: Rolf está listo para ello, si mis antepasados lo hicieron con aquel brebaje, ¿por qué yo no?.- Respondió con determinación en su voz.
- Mira que éstos son ejercicios sumamente importantes y también de los más complicados debido a la metodología que usa la Señorita Ferrara.- Le explicó Lynne.- No es para cualquieras, además, ella es bastante fría y seria. Se toma su trabajo muy en serio.- Añadió la inglesa.
- Lo sé y eso es un poco preocupante, pero no puedo dejarlo de lado. Ya estamos metidos en este asunto, ahora hay que continuar.- Aportó el extranjero, quien llevaba la calma a las presentes reunidas en el arroyo.
Trabajo sin fin, eso era lo que Doble D tenía consigo mientras que iba tomando nota en su cuaderno, incluso los detalles más minúsculos terminaban escritos en esas páginas. Las últimas horas habían aportado un verdadero avance y llevó a que el chico decidiera poner manos a la obra, por lo que fue desarrollando el "Suero" que se aplicarían él y sus amigos para los futuros combates. Sin embargo, también representaba una prueba, ya que podían haber fallos, algo que era muy común y que necesitaría de mejoras, por lo que esperaba que esos futuros inconvenientes no fueran graves. No quería que nadie terminara en un hospital o peor, siendo aquello eliminado de su cabeza.
Tenía ante sí, sobre aquel vidrio, todo un brillo dorado y que luego de eso vertió dentro de unas jeringas, manteniendo aquel color. Respiró hondo, miró su trabajo y lanzó una plegaria para que todo saliera bien.
Una vez terminado su deber, el joven de gorra negra salió de la habitación y puso rumbo hacia donde se hallaban los demás.
[Tal y como he dicho, quería desarrollar, en este arco el primer paso, la amistad, entre los Eds con Francesca, Erica, Eila, Sanya (luego evolucionará pero mucho más adelante) y lo mismo con los chicos de Peach Creek junto a las demás "Witches". Por otro lado, en el próximo capítulo comenzará una nueva "fase" para ellos en sus entrenamientos y muchas cosas más.
Espero que les guste, amigos.
Mando saludos y agradecimientos para todos ustedes y nos estamos viendo.
Buen inicio de día Martes, Camaradas.].
