Capítulo V:
Prácticamente, los Cielos quedaron despejados de fuerzas enemigas, los "Shadow Neuroi" habían sufrido muchas bajas pero al retirarse, las "Witches" no les persiguieron, sino de que aguardaron allí, un grupo de ellas, tomando posiciones de defensa, listas para cuando llegara el momento de atacar. Las Oficiales estaban allí, entre ellas la Comandante Mina y la Teniente Barkhorn, pero los chicos de Peach Creek habían recibido la orden de volver al Cuartel General y descansar, luego serían llamados al frente. Ese combate aéreo les dejó devastados, agotados, aún con la "Magia" dentro de ellos, dichos poderes tenían que ser controlados, no solo a base de entrenamientos militares y con la ayuda de Anna Ferrara, sino de que, también, era cuestión para los mismos de dominarlos al 100%.
Yoshika, Trudie, Minna y Charlotte se habían quedado en esa zona para vigilarla, montar un "Puesto de Observación" en el caso de que los "Shadow Neuroi" volvieran y, tal vez, más adelante, Sanya se uniría a ellas durante su ronda nocturna de patrullaje. Valiéndose con la ayuda de la "Sala de Operaciones" y los datos que entraban y salían, las Crueles no respondieron con una nueva oleada de naves enemigas, algo que preocupaba a la Comandante pelirroja.
- Entendido, gracias, General.- Agradeció ella y apagó su comunicador.
- ¿Qué pasó?.- Preguntó Yoshika.- ¿Alguna novedad?.
Pero Minna negó con la cabeza.
- Nada, es como si se los hubiera tragado la tierra, evaporado. No hay novedades de esos infelices, pero no piensan bajar la guardia. Puede que estén empleando algún truco de interferencias como la otra vez, tal vez no, ese es el tema.- Respondió la pelirroja, mientras que flotaba en el aire y tenía su arma lista para un posible combate.
- Ya veo, puede...- La Sargento de Fuso quedó callada un rato, su mano derecha sobre el mentón y con ello estaba debatiéndose así misma sobre la forma de hallar una respuesta concreta.-
- ¿Qué puede ser, Yoshika?.- Preguntó Charlotte, acercándose hasta ella.
- No quisiera sonar pesimista, chicas, pero temo de que esto puede ser la antesala de algo mucho más serio.- Respondió con seriedad a las presentes.
- Un momento, ¿crees que eso pueda ser cierto?.- Intervino Minna pero la otra se encogió de hombros.
- Ojala pudiera darte una respuesta más oficial, pero me temo de que esto fue solo la punta del Iceberg, no sabría decirte hasta qué punto se puede mantener esta tranquilidad.- Alegó Yoshika.- Pero, cuando termine esta paz, luego vendrán ellas: Si se están preparando para asaltar América del Sur y Oceanía, entonces ya deben tener a sus fuerzas más que listas y enviar a ese grupo pudo haber sido una distracción, mientras que ellas se están armando y así lanzarse al ataque.- Sostuvo con seriedad y eso caló hondo en las demás.- Lamento mucho haber sido muy pesimista, pero...- Se iba a disculpar pero Trudie fue hasta ella.
- No tienes por qué hacerlo, nos diste una posibilidad, no debes sentirte así ni decepcionada contigo mismo.- Le tranquilizó la Teniente de cabello castaño oscuro y de ahí miró hacia el Sur.- Si es verdad lo que nos has dicho, entonces habrá que estar preparadas para la lucha, como hicimos antes. Solo espero que los chicos tengan dominado sus poderes cuanto antes.- Fue el pedido que lanzó ella, un juramento y con ello permanecieron en ese sitio, a la espera de que se reportara alguna nueva intrusión.
La vuelta al Cuartel General fue silenciosa y alrededor del Mediodía ya estaban descendiendo sobre la pista de aterrizaje, en donde fueron dejando sus "Unidades Striker" para que los equipos especializados pudieran hacerse cargo de las inspecciones rutinarias junto a sus armas, sin embargo, en medio de ese regreso, Erica había decidido quedarse con aquel artefacto que le permitía volar y notó que Ed estaba yéndose con los demás cuando le llamó.
- ¡Espera, Ed, ven, ven!.- Exclamó la rubia de Karsland, moviendo las manos en el aire, consiguiendo su atención y éste puso rumbo hacia donde estaba.
- ¿Sucede algo, amiga?.- Preguntó ante ese llamado pero ella le tranquilizó.
- No, no te preocupes, solo quería saber si te gustaría quedarte aquí conmigo y darme una mano con mi "Unidad Striker". Lleva su tiempo y además podríamos charlas un poco, ¿no te parece?.- Le propuso la "Witch" y eso le gustó al joven, quien asintió con la cabeza, llevando a que la otra sonriera ante esa muestra de cariño que tenía el otro.
Una vez que en el hangar donde estaba ella y su amigo quedó despejado, ésta tomó su equipo y comenzó a inspeccionarlo sobre la mesa y con la ayuda de Ed, quien le pasaba las herramientas, teniendo a un buen compañero de trabajo.
- Pásame ese destornillador, por favor.- Pidió la rubia y él respondió dándole lo solicitado.
- Oye, tengo una duda.- Quiso saber éste con curiosidad.
- Adelante, soy toda oídos.- Respondió Erica, mientras que realizaba los ajustes necesarios y de ahí pasaba a su arma de combate.- Hmmm, parece que necesitaré un poco más de municiones por si tenemos que volver al frente.- Alegó para sí misma.
- Bueno, ya que luchaste contra los "Neuroi" en el Pasado, ¿ellos tenían alguna diferencia con éstos de ahora?.- Preguntó y eso llevó a que la joven de Karlsland dejara de trabajar. El destornillador fue apoyado, suavemente, sobre la mesa, mientras que respiraba con profundidad.
- Es una muy buena pregunta.- Dijo con un tono de voz neutral.- No es malo lo que has dicho, pero te lo diré.- Se tomó unos segundos para reorganizar sus pensamientos y de ahí procedió con lo que tenía que hacer.- Sí, hay una diferencia y parecía que lo teníamos al alcance de nuestras manos. Tomemos asiento y bebamos un buen refresco para esta charla, luego seguiré con mi trabajo.- Pidió y tras señalar unos sillones, además de ir hasta una máquina de bebidas, sacando dos de la misma.
Ed sintió el frío que recorría la cubierta de aquella lata. Llevó uno de sus dedos y quitó la chapita que protegía la misma, permitiendo que el gas saliera y un dulce aroma impregnara sus fosas nasales.
- Awww, como las que hay en casa.- Señaló y dio un primer sorbo. Acto seguido, una vez saciada su sed, pasó a depositar la lata sobre la mesa de café que tenían allí.- Ahora dime, ¿qué tanto fue esa diferencia?.- Deseó saber con curiosidad.
- Bueno, cuando combatíamos contra los "Neuroi" en el Pasado, Yoshika había entrado en contacto con una de las "Colmenas" del enemigo y allí estuvo con uno de sus integrantes; pero no la atacó.- Contó y eso dejó al amante de la Ciencia Ficción sin palabras.- Sí, suena loco, pero es verdad, ella no fue agredida por ese "Neuroi", parecía que, incluso, actuaba como un Ser Humano, la estudiaba y hasta tomaba la forma de la Sargento. Tal vez deberíamos haberlo conocido mejor, pero...hubo muchas discrepancias, ni siquiera las Oficiales estaban de acuerdo con ello y cuando Yoshika pudo volver a ver a ese "Neuroi", tuvo lugar el "Golpe Militar" del General Mallory, quien utilizó al "Warlock" para exterminar al enemigo, siendo éste traicionado por su invención.- Relató ella.
- Y de ahí viene todo el asunto con el abuelo de las hermanas Crueles. Ustedes nos habían contado, además de ellas, de que él trabajó para ese General, ¿no?.- Agregó Ed y ella asintió con la cabeza.
- Una locura llevada a cabo por una persona que se creía el dueño de la situación, pero que terminó jugándole en contra.- Resaltó Erica y suspiró.- Hay veces en las que pienso en que no debería haber sido así esa traición: Teníamos las cosas bajo control, pero cuando las personas, las más ambiciosas, solo quieren beneficios en dinero y poder, a costa del sufrimiento de los otros, eso te hace perder las esperanzas en la Humanidad, pero luego las recuperas cuando estás con tus amigas y que darían todo por el Mundo. Eso es lo que me hace sentir orgullosa de ser una "Witch". Puede que sea algo despistada y desprolija con el tema de mi habitación, pero yo nunca dejaría a mis amigas y a mi Patria solas. No, eso jamás. Estoy dispuesta a dar todo por ellos, incluso combatir hasta el final.- Relató y dio ese juramento que tenía consigo, además de mostrarse así misma con respecto a su personalidad, siendo oída por Ed, quien le aplaudió y colocó sus manos alrededor de sus hombros.
- Tienes una buena causa por pelear, Erica y eso te da sentido a todo lo que te rodea. Yo haría lo mismo si estuviera en tu lugar.- Le respaldó el chico de Peach Creek.- ¿Sabes?. Hay veces en las que yo también soy alguien muy despistado, inocente y que termino arruinando muchas de las estafas que hacía junto a Eddy y Doble D. No lo puedo evitar, es parte de mi ser, mi personalidad, es como si los demás quisieran que yo dejara de ver películas de Ciencia Ficción, cosa que jamás haré. Es solo que...hay veces en las que me siento como hecho a un lado por los otros, cuando no estás dentro de ese círculo y te ven como un raro.- Relató y aquello dejó a la rubia con la boca abierta.
- ¿Quién dice eso de ti?.- Preguntó Erica, levantándose y mirándolo al chico a los ojos.
- Nadie, solo yo pienso en eso.- Respondió Ed, alzando la vista, pero terminó auto-traicionándose.- Bueno, también en Peach Creek me veían así, sobre todo Sarah.
- Pues ella no es la Reina de Inglaterra, también tiene sus defectos. Todos tenemos algo que nos identifica, nuestros gustos y formas de ser. No existe la perfección en este Mundo, además de que nadie nace sabiendo. Adquirimos nuestros conocimientos a través de nuestras familias, los libros, la escuela y la cultura, pero si hay gente que piensa que porque a ti te gusten las películas de monstruos y demás, entonces es algo de lo que te debes sentir orgulloso, al igual que yo con ser una "Witch", entre otras cosas, también estoy feliz de tener a un gran amigo como tú, Ed.- Finalizó, tras darle esa muestra de cariño y apoyo, pero que, dentro de ella, había algo más que estaba germinando poco a poco.
Pronto, Erica fue hasta donde estaba el joven y le dio un fuerte abrazo.
- Gracias. Te lo agradezco un montón. Eres de gran ayuda como Doble D.- Le dio las gracias y ésta le dio unas palmaditas en su espalda.
- No es nada y recuerda, Ed: Nunca te dejes humillar por los demás. Vales más que esos estúpidos de allí afuera, sobre todo de las Crueles, a las cuales espero patearles el trasero muy pronto.- Auguró la chica de Karsland y de ahí regresaron a su trabajo.
Eddy se encontraba caminando por el exterior del Cuartel General cuando notó que alguien lo agarraba por detrás, llevándolo hasta unas columnas y de ahí, mientras que forcejaba, notó que esa persona le doblaba en fuerza física.
- Shh, soy yo, Francesca.- Le habló la responsable de esa "bromita".
- Me asustaste, pero bueno, ¿qué pasa?.- Preguntó a la italiana.
- ¿Qué planes tienes para hoy?.- Le interrogó y él alzó una ceja.
- Bueno, nada en especial, ¿por qué?.- Quiso saber y ella sonrió, de forma cómplice, ante el chico y de ahí le tomó de las manos, saliendo de allí con rumbo a la campiña.
- Digamos que hoy quiero pasar mi día libre contigo: Vayamos a divertirnos.- Propuso y eso sorprendió al muchacho, pero cambió esa expresión por una más tranquila y serena.
- Ahora que lo dices, también deseo ir a pasarla bien. Andando.- Aceptó y ella lanzó un grito de alegría ante ese ofrecimiento que hacía su amigo.
Se alejaron un buen tramo y de ahí se subieron a un jeep que tenía Francesca, uno para dos personas. Eddy lo examinó y parecía de esos que aparecían en las series y películas de la Segunda Guerra Mundial. La italiana entró en el lado del conductor, abrió la guantera y sacó las llaves, encendiendo el mismo, mientras que su amigo iba a su lado, en el asiento del copiloto.
- ¿Adonde iremos?.- Preguntó Eddy con emoción.
- ¿Alguna vez has estado en Roma?.- Le dirigió esa "interrogante" la peli negra y él negó con la cabeza.
- No, nunca estuve allí.- Respondió, sorprendido.- Agh, debería haberme cambiado y...- Se quejó y se ganó un golpecito en la nuca por parte de la Oficial, quien se río de eso.
- ¡Tampoco es para tanto!.- Exclamó, divertida.- Pero sí, te llevaré a Roma y la pasarás genial. Hay que descansar después de tanta batalla.- Apuntó ésta y enfiló los Puertos, en donde tomarían un barco con dirección a la Península Itálica.
Mientras que la chica conducía, Eddy pasó su mano por la nuca, aún sentía el calor por el efecto del golpe recibido, uno amistoso pero no pudo dejar de mirar a su acompañante, a esa joven de cabellos negros y aquellos ojos tan hermosos. ¿Acaso estaba sintiendo algo en su interior? ¿Algo que iba desarrollándose poco a poco?.
- Muy bien.- Dijo Erica, quitándose la máscara de protección tras haber usado el soplete.- Vamos a probarlo.- Pidió y tomó su "Unidad Striker" junto a su arma de combate, la cual estaba descargada y apuntó hacia un objetivo invisible.
Apretó el gatillo pero oyó un extraño tintineo en su interior.
- Hmmm, parece que hay algo que no cuadra.- Advirtió Ed y apuntó hacia la fuente de origen.- Es aquí, mira, en donde se unen estas piezas.- Observó y tras ello, la rubia apoyó aquel objeto sobre la mesa de trabajo.
- Vamos a ver.- Pidió y su amigo le pasó un destornillador, comenzando con el proceso de desarmarlo y de ahí encontró lo que parecía ser el inconveniente ante sus ojos.- Sí, tienes razón. Oye, ¿viste?. Te lo dije, no eres tonto, hallaste el problema en mi arma. Mira.- Le felicitó, dándole unas palmaditas y de ahí señalaba lo que estaba afectando a la misma.
Ed se sintió satisfecho, mientras que una sonrisa se dibujaba en su rostro continuaba con la ayuda para la chica de Karsland.
- De acuerdo, Nazz.- Dijo Mio, mientras que ella iba caminando con la rubia por las playas de Brittania.- ¿Sabes por qué te traje hasta aquí?.
La porrista no sabía muy bien cuál era el motivo por el cual fueron hasta ese sitio. Éste se mostraba tranquilo, el Mar del Norte estaba calmo, algunas olas y el viento fresco que venía desde el mismo eran los únicos allí "presentes" junto a ambas chicas. Cuando iba a responder, notó que la Mayor de Fuso extrajo dos katana de madera, provenientes del "Kendo", entregándole una a la chica y la otra para ella. Nazz reaccionó y la tomó justo a tiempo, en el aire, pero sin palabras ante lo que tenía frente a sus ojos.
- Un momento, ¿qué es todo esto, Mayor Sakamoto?.- Quiso saber pero la otra tomó una posición de batalla.
- Te lo diré dentro de poco.- Prometió y de ahí se distanciaron unos metros.- Escucha, he visto de que tienes un buen manejo con tu "Magia" en el campo de batalla, sabes evadir al enemigo pero hay más que debo enseñarte, personalmente y es el "Reppumaru".- Al oír eso, Nazz no sabía cómo reaccionar. No había palabra que le ayudara a describir lo que Mio quería enseñarle, así que se aferró a la katana de madera y se preparó para defenderse.- Sé que es muy pronto para esto, pero tranquila, te lo iré enseñando un paso a la vez, ¿de acuerdo?.
Ella asintió con la cabeza.
- Muy bien, así se habla, ahora, practiquemos.- Pidió la peli negra y comenzaron con su ejercicio.
Lynne había conseguido un "Permiso" para ir unos días a los campos de su familia, ya que debía darles una mano con la cosecha y para ello se llevó a Rolf con ella, sumado de que el chico ansiaba darles una mano con respecto a la siembra. Una vez que llegaron hasta esas tierras, el extranjero le ayudó en sus labores hasta que terminaron con la misma.
- ¿Pasa algo, amiga Bishop?.- Preguntó Rolf al verla con un rostro de preocupación.
- Es...Es con respecto a las chicas, sobre todo Yoshika, ella está allí, patrullando esa zona. Me preocupa que estén allí y en medio de un lugar peligroso.- Respondió a su pregunta, por lo que el peli azul oscuro tomó asiento a su lado.
- Oye, tranquila.- Le habló con calma y colocó su mano sobre la espalda de ella.- No hay por qué pensar así. Estoy seguro de que podrán proteger ese sitio y cuando nos llamen, juntos aplastaremos a esos indeseables "Shadow Neuroi".- Prometió éste, dándole apoyo a su amiga.- No pierdas la Fe. Tú misma nos enseñaste eso: De que debemos pelear hasta el final y así lo haremos.- Dio su palabra y con ello la chica alzó la mirada.
- Tienes razón: Conozco a Yoshika desde hace un montón y sé que no se rendirá. Solo espero de que podamos detener a las Crueles. No sé tú, pero yo tengo un extraño presentimiento con respecto a sus planes. Hay que no hayamos visto todavía.- Auguró Lynne y Rolf asintió en su favor.
- Sí, pienso lo mismo. Solo espero que sean rumores y nada más que eso.- Pidió y de ahí volvieron al trabajo.
Por su parte, Eddy y Francesca se encontraban arriba del barco que los estaba llevando hacia Italia. El clima era ideal para navegar, los Cielos entre despejados y algo nublados, las gaviotas y otras marinas que revoloteaban por los alrededores. Muchas de las mencionadas se lanzaban en picada hacia el Mar Mediterráneo para agarrar a los peces que nadaban en esas aguas y así alimentarse tanto ellas como sus pichones. A su vez, el chico de baja estatura estaba apoyado en una de las barandas de hierro cuando notó que su amiga le señalaba hacia el Norte y ante él, la Península Itálica se abría ante sus ojos.
Una vez que desembarcaron con el jeep, Francesca comenzó a llevar a Eddy por los caminos que, antiguamente, innumerables hombres y mujeres de la Antigua Roma habían transitado tras las guerras y la llegada de la República y el Imperio. El fresco del campo, el viento que movía las copas de los árboles, el dulce aroma de la Primavera Boreal junto con las flores que comenzaban a abrirse, eran un espectáculo digno para la mente y los recuerdos.
- ¿Estás listo para cuando lleguemos a Romagna?.- Preguntó Francesca, girándose hacia donde estaba el joven.
- Por supuesto, ¿cuándo...?.- No tuvo tiempo para terminar con su oración, ya que, ante sus ojos, la Ciudad Capital del Ducado se abría ante sus ojos, dejándolo sin palabras al muchacho y con él venía toda su Historia, arquitectura, una rica cultura preservada a lo largo del tiempo.
[En la siguiente parte continuaremos con las interacciones entre los Eds con las chicas. Un capítulo bastante tranquilo y el que viene también pero...a no dejarse engañar. Solo eso diré.
Espero que les guste. Mando saludos y agradecimientos para Matfix, Franco M. Romano y los demás seguidores.
Cuídense, amigos, buen comienzo de día Martes y también...
¡Feliz inicio del mes de Febrero 2022!.].
