Capítulo VI:
Ante sus ojos se abría camino la bella y eterna Ciudad de Romagna con sus esculturas, edificios, muchos de ellos antiguos, monumentos, sus calles y fuentes de agua, la gente que iba y venía, muchos que eran turistas o locales que tenían actividades por hacer tales como ir a la escuela o al trabajo. Habían grupos de jóvenes que se encontraban reunidos en los cafés, disfrutando de una tarde amistosa, mientras que los parques y plazas se respiraba un aire de tranquilidad, sin ningún problema. Francesca aparcó el jeep en una zona cercana al Centro y de ahí procedió a bajar con su amigo, quien se sentía raro, diferente, parecía como si estuviera en otra época, una en la que las cosas y tendencias eran distintas, un tiempo en el que la vida podía resultarte fácil o difícil, dependiendo de tus acciones y en donde no habían tantos prejuicios.
Romagna se extendía hasta donde alcanzaba la vista y cuando fueron caminando hacia el Centro, el joven pudo notar ese aire del Pasado, a los lejanos tiempos de cuando fue una Superpotencia en la Edad Antigua, llevando su cultura e influencia por todas partes, desde España hasta Asia Central. Allí era la Ciudad donde gobernaron los Reyes Etruscos hasta la expulsión del último, Tarquino El Soberbio. Luego llegó la República con el Senado y su control para evitar la vuelta de la Monarquía, un temor que había aflorado en el interior de muchas generaciones venideras y en donde caminaron poderosos sujetos como Publio Cornelio Escipión El Africano, su familia, Marco Porcio Catón, Quinto Fabio Máximo, durante las "Guerras Médicas", la llegada del temible General Aníbal Barca de Cartago y cuando estuvo por tomar la Ciudad pero no pudo. Después de eso vinieron tiempos muy tumultuosos para Romagna cuando se propusieron una serie de "Leyes Agrícolas" por los Hermanos Tiberio Sempronio y Cayo Graco, llevando, como consecuencia, a la Dictadura de Sila, quien hizo correr la sangre de sus enemigos por las calles de la urbe.
Internándose por lo que fue, antiguamente, el "Foro Romano", Eddy notó que Francesca le apuntaba con la mano hacia una estatua que se encontraba emplazada en ese lugar. El chico fue caminando hasta ver el nombre escrito en latín y que decía "Cayo Julio César".
- Ah, como el que aparecía en los cómics de "Astérix y Obélix".- Dio aquella referencia, llevando a que la italiana se riera.
- Bueno, sí, lo es pero eso fue también para darle un toque cómico a la historia. Pero, en la vida real, Julio César fue uno de los hombres más importantes de Romagna e incluso es quien es el que comienza a colocar los cimientos del futuro Imperio.- Contó ella, después de lanzar una carcajada en ese momento y de ahí prosiguieron con el paseo.- Aquí hay mucha historia, Eddy y ya con lo que las Crueles hicieron en la Antártida, ver cómo destruyen todo a su paso, no toleraría, nunca en mi vida, un crimen así contra el Pasado de mi Patria. No tienen derecho en borrar nuestro legado, al igual que en las otras Naciones. Se piensan que son las Reinas, que este Mundo está en deuda con ellas pero están equivocadas y van a caer, tarde o temprano lo harán.- La voz de Francesca se había vuelto seria y más cuando le tomó de las manos a su amigo y éste se dirigió con la mirada hacia la misma.
Desde que ellos habían llegado al Cuartel General de las "Witches", Eddy siempre había pensado que Francesca era una chica tranquila y que no se enojaba pero, ahora, sus palabras estaban erróneas. Reconocía de que ella no toleraba la destrucción de la Historia a manos de ignorantes como las Crueles, quienes deseaban convertir todo a su imagen y semejanza, volviendo a la Humanidad sus esclavos para que llevaran a cabo sus labores de construcción "divinas". Notaba ese enojo y su ceño fruncido en la joven, cosa que lo llevó a que recapacitara para sus adentros.
- "Ahí tengo una prueba contundente de por qué tengo que seguir luchando en esta guerra: Ella es una gran persona, muy amable y caritativa pero, si alguien toca su Patria, reaccionará para defenderla y está bien. ¿Acaso sería tan estúpido como izar el pabellón blanco y poner fin a la lucha?. No, eso no es noble de una persona, ni tampoco de un hombre el huir del campo de batalla. Ellas han dado mucho por nosotros, nos dieron techo, comida y hasta nos entrenaron. Ahora es tiempo de devolverles ese favor. Además...no sé, desde hace un tiempo que vengo sintiendo algo más por Francesca, un sentimiento que está más allá de nuestro estado actual".- Pensó y de ahí tomó a la joven de sus manos.- Tus palabas me han abierto los ojos.- Dijo.- He sido un ciego e ignorante todo el tiempo y no pude ver lo que es pelear por lo que amas. Al principio, luchaba por mí mismo, por nadie más, ahora reconozco de que esta guerra no acabará hasta que todos juntos venzamos a las Crueles con nuestros motivos y causas. Lo que dijiste es cierto, Francesca: Tu país, al igual que los otros, tienen su cultura e historia. No se puede permitir que un grupo de desgraciados como los "Shadow Neuroi" vengan y destruyan con todo a su paso. Aquí...Aquí es como si estuviera en los tiempos del Imperio de los poderosos Césares. Si ellos tuvieron que luchar contra tantos enemigos para proteger a su pueblo, entonces yo también debo hacer lo mismo.- Recalcó y eso caló hondo en la italiana, quien se irguió y mostró orgullosa por las palabras que acababa de dar.
Acto seguido, ella le dio un fuerte abrazo, llevando a que el chico se ruborizara por ese hecho.
- Sabía que hallarías ese camino, Eddy. Vas muy bien.- Dijo la joven, mientras que le sonreía al verle sus mejillas carmesí.- Ahora ven, vamos a continuar con el recorrido. Tienes que ver los antiguos Palacios y la Estatua Ecuestre del Emperador Marco Antonio de la Dinastía Antonina.- Y de ahí volvieron con el tour, sin embargo, en ese momento, el chico le había tomado de la mano a la italiana, quien se sintió complacida de poder tener a alguien a su lado.
Nazz había recibido un golpe en su brazo derecho, justo en la zona del nervio, llevando a que soltara la espada de madera y de ahí Mio se acercó hasta ella, hallándose de rodillas sobre la arena y agarrándose esa extremidad, la cual iba recuperándose tras el impacto sufrido.
- En un combate real, tu enemigo no se detendrá para que te recuperes. Todo lo contrario, atacaría con mayor fuerza y te destruirá. Por eso, tienes que mantenerte siempre en alerta, con los cinco Sentidos activos y unidos a tu mente. La Lógica mata la Ignorancia, Nazz. Recuerda eso y si la "fusionas" con tu fuerza física, entonces serás imparable.- Le animó Mio, mientras que le ayudaba a ponerse de pie y le daba aquella herramienta.- ¿Quieres continuar o te rindes?.- Preguntó pero ella hizo a un lado el dolor y la encaró.
- No...Quiero seguir, no pienso rendirme.- Pidió y con una sonrisa de satisfacción, regresaron a aquel "duelo de entrenamiento".
En las afueras del Cuartel General, sentado bajo un frondoso árbol que había allí, Doble D aprovechó su día libre para leer uno de sus libros que se había traído desde Peach Creek y del cual no había tenido tiempo para leer. Fue así que se hallaba concentrado en su lectura, el título y la ilustración en la tapa eran llamativos, ya que mostraban la imagen de un Mundo cubierto por el agua, con excepción de los rascacielos que eran usados para la supervivencia y una especie de autopista que seguía en pie en medio de ese diluvio. El chico permanecía concentrado en su lectura pero no vio que alguien estaba yendo hacia él.
Aquella figura femenina avanzó desde el Norte del Cuartel General y cuando quedó cerca de Doble D, cubriendo el Sol, éste alzó la mirada y notó quién era.
- Eila, ¿qué tal? ¿Pasó algo?.- Quiso saber el chico, mientras que ponía un marca-páginas en una zona asignada.
- No, todo está bien. Sanya sigue dormida, en unas horas partirá para su nueva ronda de patrullaje nocturno.- Le contó y su mirada fue a parar al libro.- Oye, no sabía que te gustaba J. G. Ballard, "El Mundo sumergido".- Señaló y tomó asiento, dejando sorprendido al chico de gorra negra.
- Vaya, no sabía que lo habías leído.- Dijo Doble D.
- Lo conozco, es un muy buen autor junto a Fiodor Dostoievski y su "Crimen y Castigo".- Resaltó la peli plateada.- ¿Te molesta si me siento a tu lado?.- Preguntó.
- Para nada, no hay problema.- Respondió con dulzura en su voz y ella lo hizo. Quedó cerca del joven y de ahí quedó con la vista clavada tanto en el libro como en su "Protegido".
Lo escuchaba leer con pasión, emoción, una fuerza embriagadora que la conducía hacia ese sitio de la historia: Un Futuro Distópico pero que, en vez del agua, era regido por las Crueles con mano de hierro. Un escalofrío recorrió su mente y llevó a que lo abrazara inconscientemente, llevando a que depositara el libro sobre el césped y de ahí quedaran en silencio un buen rato.
¿Qué había sido eso?. No lo sabía. Las respuestas estaban "congeladas" en su mente, no existía un vínculo que las uniera, igual que los lazos de sangre en las personas. En esta ocasión, solo había una única cosa que reinaba en medio de la confusión dada: Los sentimientos que expresaban algo oculto y que llegarían a dar su respuesta, tarde o temprano. Atrás quedaron sus celos hacia Doble D porque Sanya había escogido ser su "Guardiana". Las cosas estaban cambiando, a pesar de que ninguno de los dos lo sabía, solo quedaba aguardar hasta que llegara el momento de la verdad.
La peli plateada del Norte de Europa se acurrucó aún más en Doble D, llegando a hundir su cabeza cuando llegó hasta su pecho, mientras que él la rodeaba con sus brazos y la acercaba hasta quedar "apegados" el uno con el otro, en medio del silencio de un Mundo que respiraba la guerra pero que, también, veía un Futuro prometedor más adelante.
Las palabras salían de los labios del chico, una imagen tras otra, descriptiva, de lo que ocurría en aquel Universo literario daba a conocer cómo eran las consecuencias de una tormenta solar que devastaba el equilibrio gravitatorio y luego producía todo un "Efecto Dominó" en los Casquetes Polares junto a la subida del nivel de los mares, inundando los Continentes, elevando las temperaturas y convirtiendo al Globo Terráqueo en un campo de batalla por la supervivencia, en medio de una nueva fauna y flora salvaje. Le oía leer cada palabra, párrafo y se imaginaba cómo sería estar allí. ¿Qué era peor?. Esa pregunta atravesaba la mente de Eila de un lado para el otro pero, a su vez, todo eso que estaban viviendo, aquella guerra, era como estar dentro del libro de J. G. Ballard.
Un sentimiento de temor a lo desconocido le invadió, por lo que se acurrucó aún más en él, hallando una "protección" ante ese miedo.
- Cuando Sanya te eligió para que fuera tu "Guardiana", yo me mostré celosa, porque no quería perderla.- Le reveló la peli plateada al chico.- Sí, sonará tonto e infantil, pero temía de que algo le pasara. Tenía miedo...no, no era eso, sino de que lo yo conocía, lo que tenía conmigo, se viniera abajo, igual que un castillo de naipes.- Reveló esa verdad ante el joven.
- Eila...- Las palabras de Doble D quedaron flotando en el aire un buen rato hasta desaparecer, completamente, en el ambiente.
- Sé que estuvo mal de mi parte, pero...ella somos muy unidas y, además de eso, también siente algo por ti. Es pequeño pero lo reconozco.- Añadió la chica de la Europa Nórdica.
Respiró hondo, no podía enojarse con la chica. Había visto esos lazos de amistad con la albina y no podía dejarlo de lado, solo iba a ser tirar más leña al fuego, así que giró su vista y la encaró.
- No estoy enojado contigo. Estás en tu derecho, cualquier persona haría una cosa así.- Alegó con calma, mientras que iba alejando los miedos de la joven. Inmediatamente, ella lo abrazó. No era uno común y corriente, sino de que representaba algo mucho más dentro de ella, un sentimiento, uno que, poco a poco iría emergiendo desde lo más profundo de su alma.
Volviendo a Romagna, Eddy y Francesca habían pasado un gran día allí. Entre los tours dieron por la Ciudad y sus monumentos, tomando fotos, comiendo en bares y hasta en una heladería artesanal que se encontraba en el Centro de la urbe, fueron un combo perfecto para finalizar esa tarde juntos. Mientras que iban volviendo al jeep, un misterioso "Dron" se encontraba grabando sus movimientos, cada paso que daban hacia la vuelta al Puerto y con ello era algo que pasaba sus datos a cierto trío de hermanas, quienes los estaban observando, en especial Lee, quien se mantuvo seria y fría en aquel momento.
- Esa Bruja ha "hechizado" a mi novio, lo tiene bajo su control, pero no me importa: Es hora de lanzar la invasión desde el Continente Antártico. Ahora.- Ordenó la pelirroja, mientras que se iban preparando para el combate, uno del cual solo habría un triunfador.
[Tal y como dije, este capítulo iba a ser tranquilo hasta cierto punto. El que viene va a ser el cierre para esta "Parte 3" con una mayor cantidad de palabras, por lo que puede que me tarde unos días. Luego, este fic quedará en Hiatus hasta Marzo, ya que me voy de vacaciones este mes y no podré actualizar el mismo.
Pero bueno, mientras tanto, a prepararse para el capítulo final de esta "Saga", amigos. Mando saludos y agradecimientos para Matfix, Franco M. Romano y los demás seguidores.
Cuídense y buen inicio de día Jueves de mi parte.].
