SENTIMIENTOS ABORDO PT. II
BELLA POV.
— Los asientos no se encuentran numerados—Sonrío cortésmente—, pueden tomar el que deseen.
Observo desde mi puesto como los pasajeros toman su lugar, me concentro en Rudy, ha escogido uno de los primeros lugares, junto a un hombre de no más de treinta posiblemente, viste un traje hecho a su medida, en otras circunstancias podría bien, pasar por uno de mis tantos clientes en Nueva York.
— Permítame decirle que nunca había visto a un ser tan hermoso como usted pisar la tierra —Reprimo la risa que amenaza con brotar desde mi garganta—
Mi vista se dirige al hombre, piscinas azules que brillan con coquetería, y una sonrisa que no enmascara sus intenciones, niego, una sonrisa cortes en labios; este hombre podría ser bien, Chace Crawford. Suspiro, en otro momento hubiera sido capaz de coquetear con él, sin embargo ahora mis pensamientos no tenían cavidad para alguien más que no fuera Edward Cullen.
Edward, mi corazón se oprime al pensar en él.
En definitiva me encontraba perdida. Desde que le había conocido y permitido una ligera entrada en mi corazón todo había sido una torrencial carga de sentimientos, me sentía como una tonta enamorada en más de un aspecto, sin omitir que realmente me encontraba atraída a él, así como al misterio que le envolvía a la familia Cullen.
Una familia extremadamente atractiva, pálida, fría con características similares sin encontrarse realmente relacionados. Una familia que raramente consumía alimentos, y que aparentemente eran como cualquier otra.
— Buen viaje
Ruedo los ojos, un casanova de primera — Contigo es un hecho que lo tendré. Un gusto conocerte, soy Vincet Montgomery.
Me encojo de hombros y sigo mi camino. Rudy sonríe de manera cómplice — Cuídate de él o yo terminaré siendo tu niñero…— Susurra, niego, una risilla abandona mis labios.
Asegurándome que todos se encuentran ya en sus lugares me dirijo a la cabina de pilotos.
— Todo listo, Sam.
— Perfecto Izzy, da las instrucciones, despegaremos en cuestión de minutos.
Me limito asentir, suspiro y tomo el comunicador —Buen día, señores pasajeros. Soy Isobel Winters, su sobrecargo durante este vuelo, les informo que despegaremos en cuestión de minutos, por favor ajusten sus cinturones y apaguen sus celulares, de lo contrario el modo avión funciona bastante bien, gracias. De igual manera TWILIGHT AEROLINES les desea un buen viaje.
Imitando mis propias órdenes me dirijo a la zona de sobrecargos tomando mi lugar, ajusto mi cinturón de seguridad, y antes de establecer mi móvil en modo avión envío un último mensaje a Edward.
De: Bella S.
Para: Edward Cullen.
Estaré fuera el resto del día, te llamaré en cuanto tenga oportunidad; Una vez más, lo siento Edward. Te explicaré todo cuando vuelva.
Te quiero, B.
Mi dedo pulsa enviar antes de que pueda arrepentirme, y, justo antes de que ponga mi móvil en modo avión, llega su respuesta.
De: Edward Cullen
Para: Bella A.
Vuelve pronto, niña bonita.
Te quiero, Edward.
Una sonrisa se forma en mis labios al leer sus palabras.
Observo mi móvil una vez más, saboreo las palabras —Me tienes en tus manos Edward Cullen…—susurro.
Sin poderme contener mi mente vuela a dónde él se encuentra.
Cada palabra es verdad, me tiene en sus manos, puede hacer lo que desee conmigo y estoy segura que no me importaría por nada del mundo, sería capaz de dejar todo lo que soy y tengo por él, mi pecho se contrae con cada minuto que paso lejos de él.
¿Qué estaría haciendo ahora?
¿Estaría jugando algún video juego con Emmett?
¿Posiblemente una partida de ajedrez con Jasper?
¿Y si estaba tocando el piano? ¿Tocaría palitos chinos? ¿Interpretaría a Debussy? ¿O acaso compondría algo nuevo?
¿Se encontraría recostado sobre el sofá de cuero en el centro de su habitación leyendo algún libro? De ser así, ¿qué leería?
Había visto su biblioteca en más de una ocasión, y leído varios de sus títulos, recuerdo pasar mis dedos sobre cada uno de sus ejemplares, tocar las paginas, incluso aún recuerdo el olor que desprendían. No olían como lo haría cualquier libro, no, claro que no. Cada uno de ellos olía a él, a su esencia; un aroma difícil de expresar con palabras, difícil de dar un nombre, pero sabía que era solamente suyo.
Recordaba haberme enamorado de su colección con tan solo un vistazo robado, sin embargo esa no era la parte interesante de ella, y a pesar de que habían llamado mi atención, eran los diarios grácilmente apilados por años los que me habían cautivado. Eran cerca de sesenta forrados de piel, todos ellos escritos por él y sus antepasados había dicho, recordaba sostenerlos entre mis manos mientras mis dedos daban vuelta a las hojas con suma delicadeza, con temor a romper alguna hoja. Todos ellos se encontraban escritos con la misma caligrafía perfecta, la misma que puedo apostar pertenece a Edward solamente, cada uno desprendía solo su olor. Había deseado leerlos en ese momento, todos ellos, sin embargo era la silenciosa promesa de Edward la que me había detenido al decir que algún día no muy lejano todos los compartiría conmigo, y, que cuando lo hiciera, los leeríamos juntos mientras nos acurrucábamos bajo la luz de la luna escuchando a Debussy posiblemente tocar claro de luna, o algún otro de su inmensa colección de CDs.
Ah, Edward, es en todos los sentidos un hombre de lo que se podría llamar de la antigua era, un completo caballero en más de todos los sentidos.
Brinco en mi lugar tan pronto escucho el relámpago.
Mis ojos se posan en la negrura de la noche, iluminada ocasionalmente por rayos.
Una ligera llovizna se había convertido rápidamente en una tormenta, toco mi pecho cuando una extraña ansiedad me invade, no sé qué es lo que pasa, puede que solo sea el miedo a volar bajo una tormenta eléctrica lo que me ha puesto así, sin embargo no puedo estar segura, suspiro, no deberíamos de encontrarnos volando bajo tal tormenta, desgraciadamente ya era muy tarde para ello.
Aún restaban seis horas para llegar.
Suspiro y dejo mi lugar, son cerca de las ocho, momento de servir la cena a los pasajeros, lleno rápidamente el carrito y reparto las cajas a cada uno, contengo mi respiración al acercarme a Rudy y su compañero.
Entrego la comida sin decir palabra alguna.
— Gracias, sabe, es un gusto para mis ojos tenerle a bordo.
Asiento cortésmente y sigo mi camino a la cabina de los pilotos.
Sus ceños se encuentran fruncidos, y pilotean desesperados— Dejaré su cena sobre la cabina.
— Gracias, Izzy —Responde Sam, apretando los dientes, su voz tensa—. Antes de que te vayas necesito que tranquilices a los pasajeros y los prepares en caso de que tengamos que forzar un aterrizaje.
Contengo la respiración y asiento lentamente, a pesar de que no me ven hacerlo.
Regreso a la zona de los pasajeros y tomo el comunicador meditando mis palabras antes de informar de los posibles problemas—: Buenas noches, señores pasajeros —Comienzo, mi voz plana al hablar— Estamos teniendo unos cuantos problemas técnicos, debido a la tormenta y las turbulencias, es probable que tengamos que forzar un aterrizaje, necesito que ajusten sus cinturones y se pongan el chaleco salvavidas que se encuentra bajo su asiento.
Observo a los pasajeros buscar sus chalecos hasta que finalmente lo hacen, reviso cuidadosamente, todos visten sus chalecos y han abrochado sus cinturones.
Me sostengo de los respaldos de cada asiento y regreso a la cabina de los pilotos, un gemido abandona mis labios cuando me golpeo contra los muros, puedo sentir el avión tambalearse más de lo normal.
— Ya he alerta….Sam… ¡Despierta! — Golpeó a Sam y su compañero.
Ambos se encuentran inconscientes mientras el avión está casi por caer.
— Maldición… —murmuró bajo mi aliento, aparto su cuerpo del control— Espero no encontrarme tan oxidada.
Mojo mis labios, mi cuerpo tiembla, y sudor frío cubre mi frente. Tomo el lugar principal y comienzo a descender el avión, jalo la palanca de control contra mí, el avión se mueve violentamente, me sostengo a esta evitando caer. Dejo salir un ligero suspiro de alivio, finalmente consiguiendo estabilizar el avión.
Observo cielo, no hay nada que me pueda decir que tan abajo nos encontramos, observo la grúa de navegación, mar abierto.
— ¿Qué ha pasado Bella? —Giro apenas un poco reconociendo a Rudy.
— Revisa a los pilotos…—mascullo—.
Le escucho moverse, sus pasos y movimientos son demasiado rápidos y toscos.
— Tenemos un muerto… ¿qué está pasando Bella?
— Tenemos que preparar a los pasajero —aprieto mis dientes, es casi imposible mantenernos en el aire por más tiempo—. Estoy forzando un aterrizaje…será en mar abierto.
Escucho a Rudy regresar, me concentro en sostener la palanca de aterrizaje.
El avión se sacude violentamente, cubro mi rostro con mis manos evitando golpearme contra el centro de control, el vidrio de la cabina rompe en microscópicos pedazos tan pronto golpeamos el agua.
Mis piernas tiemblan tan pronto me pongo en pie, el miedo y la adrenalina me consumen, me sostengo de las paredes lo mejor que puedo evitando caer, el avión se mueve demasiado.
Mi vista se posa en la parte trasera del avión, todos intentando abrir la puerta con golpes.
Abro los compartimientos de emergencia, los botes salvavidas se encuentran afortunadamente intactos. Golpeó la puerta de embarque, una salida. Eso es todo lo que necesito.
Lanzo el bote al océano, atándolo de la puerta del avión.
— ¡He encontrado la salida! — Gritó, el avión se mueve de nuevo — ¡Rápido, salgan! Ayúdalos, Rudy. Iré por Sam.
— Ten cuidado.
Asiento y regreso por Sam, lo cuelgo de mi brazo con cuidado y lo arrastro hasta la salida.
— ¡Tómenlo, por favor!
Rudy lo jala con ayuda de los otros pasajeros, corro de regreso a la cabina y tomo el botiquín de primeros auxilios — ¡Ah! —Muerdo mis labios cuando caigo, uno de mis tacos se había roto. Me deshago de ellos, gimo cuando un pequeño tirón en mi hombro me detiene, las puntadas de la herida de bala habían sido retiradas hace ya bastante, sin embargo el dolor aún persistía en algunas ocasiones.
Me pongo en pie con cuidado, y corro a la salida.
Me lanzo al bote agua, y nado hasta el bote.
— ¡Tu mano, rápido!
Me sujeto a Rudy mientras algunos de los pasajeros me ayudan a subir, suspiro aliviada.
Ahora todo dependía de Oscar.
¡Hola!
Sé que han pasado siglos desde que actualice, pero, aquí está el nuevo capítulo.
Ya se había subido antes, pero ha decir verdad, no me gustó, y creo que varios tampoco, así que por eso lo re-edite, añadí más detalles y quite unas cuantas cosas. ¡Espere que les guste! Nos leemos pronto.
(Puede que en un par de días)
