Sonrío tan pronto salgo del avión. Me estremezco, el frío aire del aeropuerto de Port Angeles nunca antes se había sentido tan reconfortante.
Una sonrisa surca mis labios, finalmente me encontraba de regreso, estaba en casa.
Casa.
Una palabra la cual nunca creí tendría algún significado en el lugar más frío que conocía, tomo mi móvil, su nombre brilla en la pantalla, mis dedos tocan las letras sin dudarlo ni un segundo. Inhalo fuertemente, la frescura de Washington llena mis pulmones terminando con mi añoranza, inclusa en la oscuridad de la mañana me siento completamente segura.
Rio ante mi estupidez, me sentía estúpidamente feliz de estar de regreso en un lugar que era todo lo opuesto a Colorado, un lugar que en primer lugar me había negado a ir.
De: Bella S.
Para: Edward C.
Te veo en mañana en la escuela.
B.
El reloj marca seis menos veinte cuando mando un mensaje a Edward, justamente segundos después de pisar tierra firme una vez más, su respuesta no se hace espera, sonrío cuando su nombre aparece en mi identificador, sin importarme que Oscar esté a pocos metros de distancia buscando nuestro equipaje, respondo, necesitaba escuchar su voz.
— Hey…. —Escucho mi voz temblar, suspiro cuando escucho su errática respiración, mi corazón se oprime al pensar en su rostro.
¿Sonreiría al escucharme? ¿Sus manos revolverían su cabello mientras sostiene el móvil? ¿O simplemente su mano estaría en el bolsillo frontal de sus jeans mientras se balancea? ¿Se sentiría tan nervioso cómo yo? ¿Sería capaz de escuchar cuanto lo he extrañado? ¿O simplemente estaría aliviado de que no estuviera ahí?
Casi río, estaba completamente perdida. Nunca me había sentido así.
— Bella…
— Edward…
— ¿Ya has llegado?
—…esto…
—… ¿dónde estás?
—…en el…
—…puedo ir al aeropuerto a recogerte…
—…no ser…
—…solo dilo y estaré ahí.
—…Ed…
—… ¿podemos vernos hoy?
Rio sin poderme contener un momento más —: Edward, déjame terminar al menos una frase. Y respondiendo, aún no llego a Forks, apenas estoy de camino a Port Ángeles —miento—, llegaré hasta mañana por la mañana, no es necesario que me recojas. Puedo tomar un taxi —miento, una vez más—. Nos veremos a primera hora.
— Puedo conducirte, me encantaría hacerlo.
Trago, es más de lo que esperaba — No es necesario —reconozco, pellizco el puente de mi nariz, un hábito que he adquirido de él en los últimos meses, me odio por tener que mentirle. Ruego por que no sea por mucho más —. Nos veremos pronto, y pasaremos el día juntos, lo prometo.
— ¿Sólo tú y yo?
Su voz suena diferente al pronunciar las últimas palabras, de una manera casi posesiva. Contengo la respiración, mi voz suena ronca cuando respondo. —: Lo prometo, solo nosotros.
Muerdo mi labio y evito reír cuando veo a Oscar acercarse completamente cargado con nuestro equipaje, una risa abandona sus labios tan pronto siento el calor subir por mis mejillas, sus cejas se elevan.
— Bella, ¿estás bien, cariño?
— Lo siento, es solo Oscar, me está avisando que es momento de que partamos al aeropuerto —miento—. El volara conmigo a Forks, me gustaría que lo conocieras. Es lo más cercano que tengo a un padre.
— Me encantaría.
— A mí también.
Tan pronto las palabras son dichas sé que es así, quiero que lo conozca, y no solo a él, sino cada pequeña parte mi vida. No quiero secretos entre nosotros, quiero que sepa hasta el secreto más oscuro que pueda poseer, así como quiero conocerlo a él.
(;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;)
— Tenemos que bajar más.
Para ser un jefe de la OSI, y poseedor de un alto rango que se encuentra la mayor parte del tiempo en una oficina en lo alto de un rascacielos con una vista increíble a la ciudad, debía de reconocer que Oscar Goldman, se desenvolvía bastante bien en un bosque dónde lo más peligroso que podemos encontrar además de los cómplices de Connor, es a Bambi. No había titubeado en ningún momento desde que habíamos comenzado el senderismo, caminaba con una extremada seguridad que envidiaba por completo, ya que a pesar de ser biónica no me sentía completamente segura al bajar hasta lo más profundo del bosque.
La primera vez que había acudido por mi cuenta me habían disparado, y había tropezado en varias ocasiones, es verdad que antes de cambiar había sido terriblemente patosa, sin embargo cuando se trataba de misiones donde mi vida o la de alguien más estaba en juego era completamente lo opuesto. Mi pastosidad desaparecía por completo.
Observo el cielo, se encontraba extrañamente soleado. Cubro mis ojos y me enfoco en seguir detrás de Oscar, aun procurando no caer y hacerle ver que nunca había dejado la torpeza de lado.
Sigo sus pasos, el terreno es lo suficientemente desigual para que podamos sufrir algún accidente, un simple tropiezo sería todo lo necesario para que rodáramos y termináramos con terribles heridas.
— ¿De dónde venía en esta ocasión?
Observo a mí alrededor, nos encontrábamos más lejos de dónde se había encontrado el área acordonada, dónde me habían disparado.
— Señor Goldman.
Observo al frente, mis ojos se topan con un desconocido vestido de militar, asiente en reconocimiento mientras sostiene firmemente un rifle de largo alcance a su costado.
— Warrior. Informe.
— Hemos acordonado el área señor, ningún civil se ha percatado de nuestra presencia, y nadie ha tocado el misil justo como usted ordeno.
— Mantengan a los civiles fuera de esto, no quiero a ninguno mezclado —Miro al frente, una maldición escapa de mis labios tan pronto veo el enorme misil siendo desenterrado—. Ella es la agente Austin, cualquier irregularidad en el área también se le informara a ella de inmediato. No es necesario que diga que esto es de carácter nacional.
El soldado asiente, y sin decir palabra se retira.
— El misil no venía de ningún destino en esta ocasión, creemos que fue abandonado con un propósito.
No tengo palabras para lo que veo.
— ¿Lo han abierto?
Oscar niega. — Esperaba que tú lo hiciera. Comprendo, menos riesgo. Ya había demasiadas personas involucradas. No necesitábamos que más personas conocieran la gravedad del problema que afrontábamos.
— ¡Tomen un descanso!
La orden de Oscar no se hace esperar, rápidamente el cráter dónde descansa el misil es abandonado, aguardo hasta que el ultimo trabajador se encuentra completamente lejos, me concentro en mi entorno, cierro los ojos y me permito escuchar, no hay nadie cerca.
Salto al cráter con Oscar pisándome los talones, me permito ver el enorme proyectil frente a nosotros.
"PROPIEDAD DE LA OSI" un suspiro abandona mis labios, no había forma de que alguna vez me encontrara preparada para esto.
— ¿Saben cuántos quedan ahí afuera? —murmuro.
— Quedan dos. El problema despende de sí se encuentra o no cargado, si no es así, ahora Connor tendrá dos cargas lo suficientemente cerca como para que tengamos que evacuar a todos.
Asiento, y me permito cerrar la distancia, me acerco con cuidado, como si en cualquier momento fuese a detonar. Limpió el exceso de fango que creó la lluvia, la tierra se pega rápidamente a mis manos, observo la enorme placa de metal que lo cubre, apoyo mi mano con cuidado y jalo el acero en mi dirección, un jadeo me hace detenerme, me concentro en los sonidos, no hay pisadas externas, observo a Oscar, en ningún momento sus ojos me han dejado.
Mi ceño se frunce, niego, ya tendría que pedir a Rudy una revisión a mi biónica.
Regreso a mi tarea y terminó de arrancar la tapa.
— ¡Vacío! — Suspiro de alivio, o en todo caso preocupación.
Esto definitivamente cambiaba todo, un proyectil vacío, al igual que el primero solo significaba más problemas. La amenaza seguía.
EDWARD POV
— No puedo esperar más —murmuro, no es necesario el leer la mente de mi familia, sé de sobra lo que piensan con ver su rostro.
"¿Estás seguro, hijo?"
— Más que nunca Carlisle —respondo en voz alta, mi familia se gira a vernos—. No puedo seguir lejos de ella, el tirón de mi pecho es cada vez más fuerte, no sé si resistiré seguir apartado. Ella mintió con su vuelo. Necesito saber por qué lo hizo.
¿Será que no siente nuestra conexión?
¿Cómo nuestros cuerpos tiran el uno al otro por estar juntos?
¿Cómo tiran por compartir aunque sea un simple roce?
— El futuro es incierto Edward —me giró a Alice, frunce el ceño mientras intenta ver algo—, pero la última visión que tuve de ustedes es más nítida… no sé como pero todo saldrá bien.
Asiento en agradecimiento mientras su mente nos muestra a ambos recostados en su cama, me veo abrazándole mientras entierro mi rostro en su cuello, casi la puedo oler.
— Edward, deberías esperar.
— Carlisle, ella miente. Necesito saber qué es lo que me esconde.
"Espero que encuentres lo que buscas, hijo".
Asiento en su dirección y me permito correr hasta su hogar. Se encuentra vacío, me acerco al bosque, su esencia se encuentra aún reciente, no está sola. Dijo que Oscar llegaría con ella mañana, pero también había mentido.
¿Por qué?
Cierro mis ojos y me concentro en seguir su olor, fresías. El tirón en mi pecho crece, me interno en el bosque, ¿a dónde vas Bella? Busco a mí alrededor hasta ver su rostro en la mente de un hombre, me enfoco en él.
Busco cualquier cosa que me pueda indicar dónde se encuentran, hay más mentes. Soldados. No están solos.
"Espero que llegáramos a tiempo, luce cansada, pero esto no podía esperar hasta mañana".
La veo en sus pensamientos, Bella luce completamente agotada. Puede que incluso un poco más delgada que cuando se marchó. Me interno en el bosque tan pronto reconozco el área, no se encuentra lo suficientemente profundo para que peligren por algún animal salvaje. Trepo uno de los pinos, y me concentro en Bella y el hombre a su lado, debe de ser Oscar. Me escondo entre las ramas, el sol aún no llegaba en mi dirección.
Ni siquiera un día soleado me apartaría de ella, rio ante la ironía de mis pensamientos negando, ¿en qué loco acosador me había convertido?
No era mejor que cualquier otro delincuente.
No era mejor que cualquier enfermo mental.
— ¿Qué haces aquí, amor? — Murmuro, me sostengo a la copa del árbol, a pesar de encontrarme fuera de cualquier ojo humano evito alertarles de mi presencia— ¿Qué demo….?
Jadeo, frente a ellos hay un proyectil, y ella se encuentra abriéndolo.
"PROPIEDAD DE LA OSI".
"Debemos encontrar la base antes de que pase una desgracia". Los pensamientos del hombre me asaltan de nuevo, me concentro en él, son confusos, hay varias oficinas, sus pensamientos cambian extremadamente rápido para que solo sea un humano más, un segundo después su mente vaga en un proyectil similar, pero esta vez en algún lugar soleado.
Me concentro en sus memorias, no hay nada que me diga en qué lugar se encuentra. No hay ni una pista que explique lo que él hace aquí, quién es en realidad.
Ni una simple pista de por qué Bella se encuentra con él.
¿En qué te has metido chica bonita?
¿Quién eres realmente?
¿Qué eres en realidad, amor?
Me oculto entre las ramas, y observo a Bella, en algún punto debe haber algo que me revele que está haciendo aquí.
— ¡Vacío! —Su voz rompe el silencio.
La escucho a la perfección, un extraño alivio la inunda, casi puedo sentirlo en mi pecho. Solo sería cuestión de tiempo antes de que sintiéramos nuestras emociones por completo, ya era capaz de sentirla, de saber dónde estaba. No faltaba mucho antes de que nuestra relación se viera en la necesidad de avanzar.
— No lo entiendo, Oscar.
Su voz se encuentra completamente teñida de temor, contengo un gruñido de frustración. Ella teme. ¿Qué te amenaza, amor? ¿A qué le temes?
Puedo protegerte, no importa lo que sea, puedo protegerte, ella tiene que saberlo.
— Tenemos un serio problema — Me concentro en su voz, sus pensamientos son completamente confusos, más rápidos que una mente humana promedio, observa diversos escenarios, diferentes ideas le llenan, todas inconclusas a la vez—. Quedan dos misiles completamente cargados allá afuera, y dos cargas que no han sido utilizadas, debemos encontrarlos antes de que sea demasiado tarde.
— No podemos correr riesgos, Oscar —Observo a Bella, su ceño fruncido, su rostro completamente frustrado—. La base que encontré, debo volver ahí. Necesito encontrar su nueva ubicación.
La mente del hombre se llena con pensamientos de Bella en un hospital, suprimo un gruñido que amenaza con salir de mi garganta, ella luce completamente débil, enferma, junto a ella Steve toma su mano mientras un par de médicos monitorean sus signos vitales, tardo en comprender, es un recuerdo.
— ¡No volverás ahí, Isabella! ¡Pudiste haber muerto antes! ¡Necesitas a Steve!
— ¡No tengo opción! —Bella luce completamente frustrada — Tendré cuidado, sé lo que debo esperar en esta ocasión, y prometo que regresaré sana y salva. No puedo aguardar a que el regreso de Monte Carlo, tiene su propio problema de seguridad nacional ahora mismo, Jaime sigue en cubierta, soy la única opción viable.
Me concentro en el hombre, luce molesto, pero sabe que ella dice la verdad, pero no cambia el hecho de que ella podría morir.
Un nudo se forma en mi pecho ante la posibilidad de perderla, la locura me invade. Ella no estaría en riesgo, no permitiría que pusiera una soga en su cuello.
Me encargaría de protegerla aunque ella no lo quisiera.
Los secretos estaban por terminar.
REGALO TARDÍO DE NAVIDAD, SÍ, SIGO VIVA Y CON ACTUALIZACIONES TARDÍAS, PERO QUE AÚN SIGUEN.
