OCCULTA VERITAES

EDWARD POV.

Miro el reloj sobre su cómoda una vez más, son casi las doce y Bella aún no llega. Maldición debí haberme quedado hasta el final, debería estar ahí, con ella. Debí seguir oculto en las sombras, dónde de alguna forma sería capaz de protegerla de los peligros que guardaba el bosque.

Claro, hasta que te descubriera antes de tiempo, me regaño.

Habían sido los pensamientos de Alice y sus visiones los que me habían hecho apartarme.

Siendo el sol mi peor enemigo me había tenido ir con la promesa de que hablaría con ella, hoy tendría que hacerlo. No era único que guardaba un secreto, y ahora que lo sabía tenía toda la intención de hacer que ella confiara en mí. Ella temía, tenía miedo atroz. Ese miedo hacia que mis instintos salieran a flote.

Protege a tu pareja.

El primer instinto que cualquier macho apareado tendría cuando su pareja se encuentra en peligro o teme ser dañada.

Los minutos pasan cuando finalmente escucho un auto en la calzada, veo a través de su ventana, viene sola, ella y Oscar debieron de separarse en alguna parte del trayecto.

La puerta se cierra cuidadosamente, sus pasos se arrastran por las escaleras, un gemido deja sus labios conforme sube cada escalón. Reprimo el impulso de correr a ella y llevarla en brazos hasta su cama, entro a su armario tan pronto el picaporte gira, observo a través del pequeño espacio de la puerta del closet como prende la luz cae directamente en su cama, luce completamente agotada.

¿Dónde estuviste amor?

Un suspiro deja sus labios tan pronto se pone en pie, cierro los ojos cuando me percato de lo que sigue, escucho la tela rosar su piel y caer al piso, aprieto mis ojos. Recuerdo una vez más que soy un caballero, y, aunque sé que ya la he visto casi desnuda en las visiones de Alice, no puedo evitar sentir que invado su privacidad.

Aún no era el momento, ella debía de ser consiente de todo.

No soy mejor que cualquier adolescente hormonal de diecisiete años.

Y el hecho de que seamos compañeros no justificaba mis acciones.

Aún.

Me golpeo mentalmente, nada lo haría hasta que ella estuviera enterada de toda la verdad.

Estoy absolutamente seguro que si en este momento fuera humano me encontraría cerca de sufrir un ataque. Sus suaves pisadas avanzan hasta el armario, me concentro en correr en cuanto lo abra, puedo evitar la percepción del ojo humano, pero no la brisa que la dejara confundida a mi paso.

Tan pronto abre las puertas me veo paralizado dentro de él, es demasiado tarde.

De alguna forma se las ha arreglado para que quede bajo ella, sus manos me sostienen en el piso.

¿Cómo es posible que esta pequeña humana haya sido capaz de moverme?

— ¿Edward…?

— Bella…puedo explicarlo.

— Estoy esperando… ¿Qué haces aquí?

— Vine a verte dormir.

La verdad se filtra de mis labios sin dudar, es momento de poner las cartas sobre la mesa. Ella tiene que saber todo de mí, así como yo de ella.

— ¿Qué….?

Aprovecho su distracción y cuidadosamente invierto la situación, con delicadeza la tomo de la cintura y la deposito sobre la cama, ignoro la sensación de la suavidad de su cremosa piel entre mis manos.

— ¿Cómo…?

— Déjame explicarte amor —Ruego, aparto mi vista de su cuerpo.

Corro al baño y tomo su bata de satín, regreso antes de que se percate de mi marcha.

Trago cuando un sonrojo cubre sus mejillas, sin decir palabras se la pone.

Era azul.

Un precioso azul que contrarresta con la cremosidad de su piel, su clavícula queda completamente descubierta, y su rostro se encuentra enmarcado por un par de mechones mientras que el resto de su cabello es sostenido en un desordenado moño. Es mi perdición, luce completamente angelical.

No sabía durante cuánto tiempo más sería capaz de contenerme.

— Sé que te has percatado de que mi familia y yo somos diferentes —Comienzo antes de que pueda hablar—. ¿Nunca te has preguntado por qué cuándo tocas a cualquier miembro de la familia que no sea yo su piel es fría?

Su ceño se frunce, nuestras miradas nunca se apartan.

— Nuestros ojos son diferentes…

— Su piel es dura…pero tú, eres diferente. Tu piel es cálida, suave pero eres igual a ellos…estoy segura.

— Bella… — contengo la respiración antes de soltar las palabras que cambiaran mi vida— No somos humanos.

Diversas emociones pasan por su rostro, no soy capaz de identificar ninguna hasta que se pone en pie respirando entrecortadamente — ¿Qué son entonces? — Reconozco la amargura y diversión en su voz.

Vampiros…—murmuro con temor.

Ella se sienta mientras su respiración se vuelve más fuerte.

En cuestión de segundos su rostro se enrojece, busco sus ojos, la furia resplandece en ellos — ¿No es más fácil admitir que una adolescente se ha colado en mi habitación? ¡No tienes que venir y mentirme a la cara por temor! Acepta la verdad Edward, no caeré, es imposible. Son un mito. No existen.

Contengo el gruñido de frustración que amenaza con dejar mi garganta, no quiero asustarla y hacerlo más difícil de lo que ya lo es — Es tan imposible como una pequeña chica de cincuenta kilos abriendo un proyectil de casi sesenta toneladas.

Su rostro se rompe, el miedo surca sus rasgos —…me…me seguiste... ¿Qué rayos eres Edward Cullen? ¿Quién te envió?

Ella no me cree, no confía en mí.

Pensando en mi último recurso la tomo en mis brazos y salto a través de la ventana. Corro con ella en brazos, su rostro oculto en mi cuello, los árboles se convierten en un borrón tan pronto nos perdemos en la oscuridad del bosque, su corazón se encuentra acelerado, la impresión de ser tomada en la mitad de la noche por un ser que acecha las pesadillas de dulces doncellas desde hace siglos, no me detengo hasta que llego al prado, con delicadeza la deposito sobre las flores, me aparto mientras ella me busca confundida.

— Soy un vampiro Bella. Esto es lo que soy. No mentí.

— ¿Cómo…?

Completo su pregunta —: ¿Cómo es posible? Es lo que soy amor, no lo puedo cambiar. Soy un depredador. Mi voz, mi rostro, e inclusive mi olor te invitan a venir a mí. No es necesario. No puedes huir de mí.

Conforme habló me acerco a ella, tan pronto nuestros rostros se rozan me aparto y situó en el lado contrario del prado, arranco un árbol y lo tiro como si de una simple basura se tratará. Ella me ve sorprendida cuando me vuelvo acercar.

Caigo de rodillas, ella no ha hablado.

Toco su mejilla, trazo suave círculos con mi pulgar sobre esta, escucho su corazón, se ha calmado.

Sus manos toman mi rostro, no son necesarias las palabras, nuestras miradas hablan, ella acorta la distancia entre nosotros hasta que nos besamos, ella toma la iniciativa y nos une por completo, sus manos acarician suavemente mi cabello mientras tira de él, una tonta sonrisa se forma en mis labios entre besos, la siento sonreír también.

Me aparto de ella permitiéndole respirar, junto nuestras frentes y cierro los ojos, y, cuando hablo, me percato de la realidad de mis palabras —No sabes cuánto he esperado por ti.

La siento estremecerse entre mis brazos, y, es entonces cuando me percato de que se encuentra casi desnuda. Inmediatamente la cubro con mi chaqueta.

¿Cómo fui tan estúpido para no darme cuenta?

Con cuidado la tomo en mis brazos y corro de regreso a su casa, con cuidado la deposito sobre su cama.

— ¡Espera! No te vayas…Por favor…Edward, no sé qué me pasa…pero no soporto verte marchar. ¿Qué está pasando?

Suspiro y me siento junto a ella, la tiro en mi regazo, el tirón de mi pecho se regodea por la cercanía mientras me pide que la consuele, luce pérdida, ella se recuesta en mi pecho, envuelvo mis manos en su cintura y la abrazo a mi cuerpo.

Permanecemos en silencio por pocos minutos, trazo suaves patrones circulares en su cadera, un suspiro de satisfacción abandona sus labios, sonrío depositando un beso sobre su frente.

— Carlisle me convirtió cuando tenía diecisiete años, estaba muriendo por gripe española. Mi familia se había visto víctima de esta enfermedad, mi padre fue el primero en sucumbir.

Después fui yo, y finalmente mi madre.

"Ella, Elizabeth Masen, de alguna manera sabía que Carlisle, aquel médico que seguía en pie a pesar de la enfermedad que golpeaba a todos, podía salvarme. Le rogó que lo hiciera, él me mordió y convirtió en lo que ahora soy. Fue en el verano de 1918." Susurro, escucho su corazón, no ha habido ningún cambio. "Carlisle me enseñó a…alimentarme —la siento tensarse en mis brazos, sonrío ante la ironía, finalmente una reacción humana normal —. Él no quería terminar con ninguna vida… decidió dejarse morir, pero un día no soporto más la sed y ataco un ciervo. Comenzó a cazar animales, no quería ser un asesino, después siguieron Esme, después Rosalie, Emmett… y hace medio siglo Alice y Jasper llegaron a nosotros"

Su cuerpo se relaja, y el silencio regresa.

— Perdí a mis padres cuando aún era pequeña —Su voz se escucha frágil mientras las palabras salen de sus labios, son apenas un leve murmullo—. Ellos eran científicos, de los mejores —Reconozco la sonrisa en su voz—. Trabajaban para la OSI, una institución gubernamental. Fui adoptada por los padres de Steve, al igual que Jaime Summers, a quien considero lo más cercano a una hermana.

"A pesar de ello me críe en las instalaciones, todo debido al cariño que tenían a mis padres, con el tiempo me convertí en agente de la OSI, un día estábamos probando un helicóptero, era una pequeña prueba de rutina, algo que Steve hacia normalmente, no era complicado, era elevarlo un par de pies, juzgar el estado de la máquina, su alcance".

La sostengo más cerca, sus brazos me oprimen.

"Todo iba bien, pero de pronto perdí el control…in…intente contactar con la base, ellos no respondían…entonces intente todo por mantenerme en el aire pero la puerta se abrió y caí…aún recuerdo mi cuerpo golpeando cuando estaba cada vez más cerca del piso…el sonido de mis huesos cuando se rompieron…"

Ella había estado cerca de la muerte, pudo haber muerto y nunca la habría conocido. Nunca hubiera venido aquí y yo seguiría condenado a seguir sin ella, sin saber que ella había existido y no había sido capaz de salvarla.

— Cuando desperté había cambiado, ahora era diferente. Un tiempo atrás Steve y Jaime habían cambiado también, no fui la excepción, era la única manera de salvarme —Un suspiro abandona sus labios—. Un médico y científico de la OSI había desarrollado un proyecto bionico, él sustituyo mis piernas, oído derecho y ambos brazos. Soy biónica, es por eso que soy tan fuerte…

— Jaime y Steve… ¿qué pasa con ellos?

— Jaime sufrió un accidente de paracaídas, y Steve, bueno un accidente en su nave espacial, un vuelo experimental. Además de agente, también es astronauta.

Guardo silencio y dejo a mi cerebro procesar la información.

Aprieto mi agarre cuando Bella intenta apartarse, frunzo el ceño y busco su rostro, su mirada me evita— ¿A dónde vas?

— Te quedaste callado…creí que no querías saber más…

Siento el lazo doler, si tuviera corazón en este momento se encontraría roto, se abrazaba a sí misma mientras intentaba apartarse de mí…entierro mi nariz en el hueco de su cuello, me permito oler su dulce esencia.

— Tonta Bella —murmure suavemente contra su cuello, su cuerpo se estremece, sonrío—. No me importa, eres tú. Y te quiero a ti, a mi lado. No voy a salir corriendo, te he esperado más de un siglo. Y soy tan egoísta que no puedo concebir mi existencia sin ti.

"Siempre supe que mi existencia estaba incompleta, y cuando supe que era lo que me faltaba…salí a buscarte. Había perdido la esperanza, entonces llegaste, y me di cuenta que estaba perdido y nunca volvería a ser el mismo."

"Bella —Tomo su rostro entre mis manos—, todos los vampiros tienen un compañero, esta persona…humano, vampiro…es el complemento ideal…es tu alma gemela, lo que te mantiene cuerdo, es quién te hace sentir vivo…"

"Y, una vez que has encontrado a tu compañero un lazo los une por toda la eternidad, están destinados. Si uno muere, el otro lo hará eventualmente…tu compañero es tu mejor amigo, confidente, es la persona que te da vida, te mantiene cuerdo como vampiro…en una relación entre humano y vampiro…el vampiro es el primero en darse cuenta de quién es su compañero…"

"En esta relación, no pueden soportar el estar separados…basta con un simple contacto íntimo para que la necesidad de mantenerse juntos aparezca…"

— ¿Has encontrado a tu compañera? —su pregunta sale en un débil murmullo, su voz se escucha rota, la abrazo un poco más.

— Sí.

— ¿Quién es? — Los latidos de su corazón se incrementan.

— Tú.

Sus ojos se posan en mí tan pronto las palabras abandonan mis labios, su corazón se encuentra latiendo de una manera aterradora.

— Cuando te fuiste Bella, me asuste tanto. Aún no entendía el lazo…pero ahora lo hago, agonizaba…no soportaba la idea de saber que te ibas, que existía la posibilidad de que nunca volvería a verte.

"Amor, me asustaste. Bella, los días me consumían al no saber de ti. Te necesito, nunca podre dejar de hacerlo, te quiero Bella."

— Pensé…pensé…que era alguien más…Edward, estos días que estuve fuera estuve a punto de morir una vez más —la aprieto contra mí sin poderlo evitar, el simple pensamiento me atormenta—, fui en una misión infiltrada como azafata…el avión cayó de camino a Brasil…y…y una mujer intento matarme…mientras estuve ahí pensé que nunca te volvería ver…

Dejo a mis instintos actuar, la tomo en mis brazos y beso una vez más, dejando así que mis besos borren el dolor. Ella no tendría que estar cerca de la muerte nunca más, ahora nuestras almas estaban desnudas, no había más secretos.

— Te amo Isabella —Susurro entre besos.

El cansancio no tarda en hacerla presa, en el transcurso de la noche se recuesta sobre mi pecho, suspiro al tenerla cerca, nos cubro con las mantas mientras mis brazos la sostienen cerca de dónde antes latía mi corazón.

Miro a la mujer que descansa completamente tranquila sobre mí, sus brazos me envuelven.

Suprimo mi risa, la felicidad me invade como nunca imagine posible, le doy la bienvenida, siento mis parpados caer, cerrarse lentamente, y por primera vez desde que desperté en esta nueva vida, soy digno de que Morfeo me visite.

Y, si acaso poseía un alma, significaba que finalmente había encontrado mi propio paraíso, y que esta noche no sería la última que dormiría después de siglos sin descanso.

Me emocioné, y decidí subir este capítulo también, ya saben por eso de que tardo meses en actualizar, además de que acabo de escribir un Outtake de Steve en Monte Carlo, que veremos tentativamente en dos capítulos más, espero que nos leamos pronto, ya saben, una vez más antes de que terminé el año.