Los Cullen
Bella Pov
Frunzo el ceño cuando me es imposible ponerme en pie, parpadeo sorprendida, un pálido brazo me apresa por la cintura, me giro en mi lugar con cuidado, pertenece a Edward. La noche anterior me golpean.
No es humano, soy algo parecido a su alma gemela y, él sabe todo sobre mí y no le importa.
Tomo una fuerte respiración.
— Buenos días princesa…—Una tonta sonrisa se forma en mis labios, sus palabras cosquillean en el hueco que hay entre mi cuello y hombro, me estremezco ante el contacto de sus labios con mi piel desnuda.
— Te quedaste…— Mi voz suena patosa cuando respondo.
Su ceño se frunce, me observa confundido —: Mhm…. ¿Por qué no lo haría?
Rehuyó su mirada, mi voz se rompe—: Creí…creí que me dejarías, que te apartarías al saber la verdad de quien soy….
Su mano deja ir mi cintura, elevándola hasta mi rostro, sus cálidos dedos giran mi rostro, su pulgar traza suaves círculos en mi mejilla. — Nunca me prohíbas el verte a los ojos, tienes que saber que nunca te dejaría, y si fuera por tu bien, buscaría una alternativa, siempre la hay.
Nuestras miradas se encuentran, el dulce ámbar parece caramelo líquido mientras habla, mis mejillas se sonrojan cuando besa suavemente mi frente, una sonrisa se forma en mis labios. Apenas hace unas horas mi vida había dado un gran vuelco, pero no me sentía diferente al estar juntos, era como si nos conociéramos de años.
— Dime lo que piensas.
Muerdo mis labios. — Tengo tantas preguntas…—Susurro, mi rostro se calienta.
Me recuesto mirándole a los ojos, resplandecen, ¿de emoción, quizás?
— Pregunta lo que desees pequeña, responderé a todo…será un día soleado y…tendré que hacer novillos.
Me encojo de hombros, solo Edward sabía que había vuelto, no me afectaría una falta más, no es como si realmente necesitará graduarme, de nuevo.
— Terminé el instituto hace seis años, técnicamente estoy graduada —Le restó importancia—… así que: ¿Por qué tienes que evitar el sol? ¡¿Estallarías en llamas?!
Una gran carcajada brota de sus labios, su risa suena como miles de campanillas.
— No, simplemente brillo. No hay ni una rozadura. Mi turno.
Resoplo, tenía varias preguntas para él.
Más de las que él podría tener sobre mí.
— ¿Cómo funciona la biónica?
— Cuando caí mis brazos…y piernas quedaron por completo destruidas, Rudy y Mickel me operaron y sustituyeron por partes robóticas aquel tejido imposible de salvar, ahora corro más rápido que un humano pero no tanto como tú, soy más fuerte, y escucho mejor.
"Es mi piel lo que vez, pero no corre sangre por ellas. Siguiente pregunta. ¿Los vampiros duermen?" Disparo antes de que pueda preguntar algo más.
— Somos capaces de dormir hasta que encontramos a nuestra pareja, es entonces cuando no lo necesitamos, pero somos capaces de.
— ¿Por qué? ¿No pueden dormir con nadie más?
Por un momento me molesto ante la posibilidad de él siendo capaz de dormir o estar con alguien más.
Edward ríe.
— Solo puedo dormir si tú estás presente, amor —Susurra acariciando mi mejilla—. Es el único momento en que el depredador se siente completamente seguro, capaz de bajar sus defensas.
"Ahora…me corresponden dos preguntas más, pequeña tramposa. Quiero que me expliques bien tu trabajo"
Inhalo y exhalo, sabía que tarde o temprano le tendría que dar más detalles de él.
— Trabajo de manera eventual para la OSI, solo cuando me necesitan, o son casos grandes. La OSI es una agencia especializada en información gubernamental. Soy agente en cubierto desde que tenía dieciséis, iniciaron como pequeñas misiones hasta que llegue al puesto de desarrollar con mayor complejidad.
"Soy de alguna manera agente en cubierto, en otras ocasiones todo se resume a atrapar a los malos, normalmente eran misiones pequeñas hasta que ahora me encargo de todo lo involucrado con seguridad nacional."
— ¿Por qué eventual?
Muerdo mis labios.
— Debido a que me críe en las instalaciones del gobierno —titubeo—, mi educación fue diferente. Termine el instituto cuando apenas tenía dieciséis, hice leyes en Yale y actualmente trabajo en Wall Street —me encojo de hombros—, soy una abogada corporativa, ese podría decirse que es mi trabajo veinticuatro siete.
El calor llena mis mejillas.
— ¿Cómo funciona el lazo? Lo mencionaste anoche — Pregunto antes de que añada algo, había tenido sus dos preguntas, las cuales había respondido sin rechistar.
Enarca su perfecta ceja, me encojo de hombros, en su mirada descansa la promesa de que de alguna forma no piensa dejar el tema de lado.
— Es un tirón que se desarrolla conforme la relación entre compañeros crece —Recuerdo el dolor que había sentido al partir—, así fue como te encontré en el bosque, deje que el lazo me llevará hasta a ti.
"Eventualmente podremos sentir nuestras emociones, como vampiro ahora puedo dormir, y claro mi parte favorita. Necesitamos estar cerca el uno del otro".
Sus labios dejan un casto beso en mi cuello, me estremezco, amo el roce de sus labios contra mi piel.
— ¿Es por eso que hemos avanzado con tanta rapidez?
La pregunta se desliza antes de poderme contener, habíamos avanzado terriblemente rápido desde mi llegada a Forks, de una forma que me había hecho intentar huir.
— Mhm. Y no puedo decir que me queje. ¿Cuál es tu misión aquí?
Golpeo su pecho suavemente.
— Era mi turno.
— No lo era pequeña tramposa, ahora responde.
Suspiro y pienso en la manera más sencilla de responder, no puedo evitar la realidad de las cosas. — Hace menos de dos meses cayó un misil en Florida, provenía de Forks, no iba cargado por eso no se dio a conocer; Steve y yo fuimos enviados por Oscar a investigar y hacernos cargo de la situación.
"Antes de darnos a conocer en Forks High, hicimos un reconocimiento del bosque e instalamos sensores de movimiento en las zonas que creímos eran las más cercanas de dónde salió el primer proyectil. ¿Recuerdas mi primer día, cuándo tuve que marcharme después del almuerzo?
Edward asiente simplemente, la comprensión llenando sus rasgos.
— Los sensores detectaron movimiento, Steve no podía desaparecer el primer día sin levantar sospechas, por eso me marché. Encontré la base, tomé algunas fotos, hice un reconocimiento, y cuando me encontraba saliendo aparecieron dos hombres, una bala perdida me golpeó.
Los brazos de Edward se vuelven jarras a mí alrededor, su cuerpo se encuentra completamente tenso.
— No volverás a ese lugar. Pudiste haber muerto. Pude haberte perdido y nunca hubiera sabido que pasó contigo.
Su voz suena absolutamente diferente, contenida, casi molesto.
Enarco una ceja, él no decidía que debía o no hacer, siempre había sido capaz de cuidarme sola, y no comenzaría a necesitar quien lo hiciera solo porque él resultaba ser un vampiro indestructible, no necesitaba o quería un súper héroe a mi servicio.
No era Mary Jane.
O Loise Lane.
No necesitaba ser salvada— Es mi trabajo, es seguridad nacional.
— Lo es —Su voz destila molestia—. No voy a permitirme el arriesgarte. No te puedo perder. Compréndeme, eres mi vida. Iré contigo.
Resoplo.
— Comprometerías mi trabajo. Además, nunca he necesitado que me cuiden.
— Seré tu sombra.
— Edward…
— No hay discusión.
— Ya veremos Cullen.
(:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::….::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::)
— ¿Estás lista? —Mi sonrisa es tensa cuando asiento con un ligero encogimiento de hombros.
Miro mi reloj, son cerca de las diez cuando aseguro la casa, y sin previo aviso Edward me toma en brazos. Los árboles se convierten en borrones, la noche anterior no había sido capaz de prestar atención.
Corría demasiado rápido.
— Sujétate bien mono araña
Rio y aprieto mi agarre en su cuello.
El frio viento choca contra mi rostro, lo entierro en pecho de Edward evitando congelarme, inhalo su esencia, tan pronto mi nariz roza su camisa. Huele a rayos de sol y jazmines recienten cortados, si es que eso tiene algún sentido. Un suspiro de felicidad abandona mis labios.
No sé cuantos minutos han pasado cuando finalmente llegamos, sus brazos me depositan con cuidado sobre el piso, me tambaleo ligeramente antes de que me sujete por la cintura estabilizándome.
— Te tengo…
Caminamos juntos al interior de la casa, todo se encuentra silencio, al menos hasta que llegamos al recibidor, los Cullen se encuentran reunidos, trago pesado al percatarme de la situación.
Siete vampiros vegetarianos con un humano, es como dar alcohol a un rehabilitado.
Niego y aparto cualquier miedo, he estado aquí antes, ellos no me dañarían.
Nada había cambiado, solo que ahora sabía la verdad.
Suspiro y permito que una extraña paz me invada, posiblemente es Jasper y su don actuando, me giro a él con una pequeña sonrisa bailando en mis labios, un ligero asentimiento y guiño es todo lo que recibo en reconocimiento, se encuentra abrazando a Alice mientras ella descansa sobre su regazo en el sofá.
Edward me había hablado de todos los dones de su familia, incluyendo cómo le era imposible leer mi mente. Sonrío ante mi último pensamiento, era libre de no cuidar mis pensamientos como el resto, su teoría era porque soy su compañera.
Los Cullen me observaban atentos a cualquier reacción, los nervios que se habían ido estaban volviendo con mayor fuerza al no escuchar ninguna palabra.
— Bienvenida a la familia cariño —Suelto el aire que no sabía que contenía tan pronto Esme se acerca y me rodea con sus brazos, me aparto de Edward permitiéndole un suave apretón —No sabes cuánto he esperado para decirlo, cariño.
— Gracias, Esme.
Los siguientes en hablar fueron Carlisle y los chicos, agradecí infinitamente el que Edward se ofreciera a explicar toda nuestra situación, incluyendo mi secreto, ahora sabía que podía confiar en ellos.
Los Cullen protegían a los Cullen y por lo que Rosalie me había dicho, ahora era una de ellos con el conocimiento por completo.
— Es sorpréndete —Susurra Carlisle tan pronto explico las ventajas de la bionica— ¿Crees que en un futuro pudiera…?
Asiento sin más, no es necesario que complete su pregunta, le gustaría conocer más a fondo el uso de la biónica para la recuperación en pacientes que han perdido miembros de su cuerpo.
Edward terminó por explicar el por qué me encontraba en Forks, agregando lo que hasta ahora había descubierto, mientras hablaba me permití recargarme en su pecho, aún me encontraba un poco cansada por las emociones de los últimos días, a decir verdad me estaban pasando factura, mis parpados comenzaban a caer por voluntad propia.
— ¡No! — Un terrible gruñido resonó en el pecho de Edward, mis ojos se abrieron inmediatamente, sus brazos antes relajados se vuelven una cárcel a mi alrededor, su mirada antes ámbar se había tornado completamente ónix. — ¡Mía!
— ¿Ed…?
Las palabras nunca salen de mis labios.
Mi cuerpo se eleva en cuestión de segundos, el sofá sobre el que me encontraba desaparece por completo. Ha sido remplazado por una enorme cama de dosel, ya no nos encontramos en el recibidor con el resto de la familia, estamos en su cuarto. Sus brazos siguen siendo garras a mi alrededor, su rostro se entierra en mi cuello, automáticamente paso mis brazos por su cuello disfrutando de la calidez, juego con unos cuantos mechones, se resbalan lentamente entre mis dedos, como hebras de seda.
Cuando su agarre finalmente se afloja un poco, me permito respirar tranquila.
— ¿Qué fue eso?
Inhala antes de responder en un suave susurro, su aliento hace cosquillas en mi cuello, aún no entendía porque siempre escondía su rostro en él, o en mi pecho, más tarde tendría que preguntarle. No estaba cerca de haber terminado con todas mis preguntas.
— Emmett quería competir contigo, creyó que sería divertido hacer una competencia de lanzamiento de enormes rocas. Puede que sea algo estúpido, pero no soporto ver a otro hombre cerca de ti o compartir tiempo con alguien más
Le observo atónita.
— Es parte del lazo, son mis instintos protectores—Añade tan pronto una mueca se forma en mis labios y busco su rostro.
¿Eso era todo?
De verdad que era estúpido.
— Desearás decir, instintos cavernícolas —Replico. Un bufido abandona mis labios.
¿En qué me había metido?
Su risa de campanillas llena la habitación, ¿por qué no podía reír así? — Siempre seré un cavernícola cuando se trate de ti, amor.
Niego, aún perturbada.
— Un penique por tus pensamientos, niña bonita.
Su respiración se ha calmado y sus ojos han vuelto al líquido ámbar que amo.
— Solo pensaba…el venir a Forks, el conocerte… ¿será causa del destino o casualidad?
— Tonta Bella —Un nuevo beso es dejado sobre la piel de mi cuello, me estremezco—. Estábamos destinados, si nunca hubieras llegado a Forks existe la posibilidad de que tardáramos en encontrarnos, solo puedo agradecer a quién sea que haya hecho posible que fuese ahora, y no cuando fuese demasiado tarde.
Frunzo el ceño — ¿Demasiado tarde?
El suave tono de su voz es sustituido por gruñidos contenidos, su rostro se endurece, y sus ojos cambian de nuevo — No sé se hubiera soportado verte con alguien más. Casada, besando a tu esposo en el porche cuando se marcha a trabajar, sabiendo que nunca estarías conmigo porque ya tienes a alguien.
Un escalofrío me recorre.
No me puedo imaginar estar con alguien que no sea Edward.
Ya no era capaz de proyectarme con alguien más.
— ¿Estás bien? — Le observo, acaricio su rostro, trazo con mi índice su ceño fruncido. Cualquier signo de preocupación que pueda tener.
— Siempre que estés junto a mí lo estaré.
— Entonces, eso significa que será por siempre —Murmuro antes de besarle.
Siempre.
El significado era diferente para ambos.
¿Qué era "siempre" realmente?
Hello people, les dejo un nuevo capítulo de ambos, es uno antes de que todo comience a moverse, creí que era mejor que hubiese más de ellos aún juntos, ya que realmente creí que ya se merecían una escena dónde compartieran más tiempo, antes ya saben de volvernos a Steve, y la misión y el desarrollo de esta con la yuda no requerida d eEdward. Nos leemos!
¡Un gusto leerlas de nuevo alejandra1987, Isis Janet y siananaisgracias por su paciencia bellas personitas, espero que nos veamos pronto. Me gustaría subir dos capitulos más antes del lunes, espero que así sea :)
