CONVENCIONAL
Ahogo un gemido de exasperación.
Edward se había mantenido completamente fiel a su palabra. No sé había apartado de mi lado ni por un segundo. Me había costado cerca de una semana desde mi regreso ser capaz de internarme en los bosques de nuevo, cada vez que estaba cerca de hacerlo él encontraba una forma bastante creativa de persuadirme de ir contra la misión, no es que me quejará de sus métodos, sin embargo nunca me había alejado de una misión hasta que lo conocí. Él era la excepción a mis reglas en todo.
— Un penique por tus pensamientos…
Bufó.
Aunque él no fuera capaz de escuchar mi mente ambos sabíamos que en estos momentos no era realmente necesario su poder.
Reprimo un gemido de satisfacción cuando sus labios dejan suaves besos por mi espalda desnuda, me estremezco, y permito mis manos danzar por su cuerpo, mientras la suyas masajean gentilmente mi cadera.
— Juegas sucio —respondo entre jadeos—…intentas que no vaya de nuevo a los bosques, pero me opongo. Necesito terminar esta misión.
Sus caricias se detienen, y su cuerpo de granito termina por tensarse apresándome a él, giro en mi lugar, paso mis brazos por su cuello, sus rasgos completamente tensos, nunca le había visto así, una mueca se forma en mis labios al sentir su molestia mi corazón se oprime.
— ¿Qué es lo que pasa?
Sus ojos se apartan, tomo su rostro entre mis manos y busco su mirada. Sus ocres dorados lucen completamente atormentados.
— ¿Qué harás cuando terminé todo?
— No entien….
— Te irás.
Frunzo el ceño, una mueca formándose en mis labios. Así que eso era.
Suspiro pesadamente —Antes lo hubiera hecho —me escucho aceptar, su cuerpo se tensa—. Tomaría el primer vuelo a Nueva York o manejaría directamente si fuese necesario, pero ahora…mi vida se ve tan lejana, ya no es lo que era. Yo… —trago duramente— no creo que me podría alejar de ti.
Lo siento sostenerme más cerca de su cuerpo, un abrazo diferente al anterior, me acuna en su pecho, mi cabeza descansa dónde antes latía su corazón. — ¿Es tonto que no te quiera dejar? —Murmuro aceptándolo porprimera vez en voz alta —Nunca he sido una de las chicas que se aferra a un chico, pero tú eres diferente. No podría volver a una vida dónde no estarías tú. ¿Qué pasará cuando llegue el momento de salir de aquí?
— Te seguiría sin importar tu decisión. Si aún me quisieras, estaría a tu lado, incluso si no fuese así, te seguiría desde las sombras, y cuando ya no estuvieras…no sería capaz de seguir.
Un nudo se forma en mi garganta, yo nunca sería capaz de dejarle ir.
— Te quiero conmigo. No solo por días o meses… —acepto— te quiero para siempre.
Nuestras miradas se encuentran y no es necesario que digamos más, ambos sabemos el peso de mis palabras.
Deposito un suave beso sobre sus labios, obligándome a apartarme.
Paso mis brazos por su cintura y hundo mi rostro en su pecho, huele a mí él y sol, nunca creí que este tuviera un olor hasta que le conocí, una tonta sonrisa tira de mis labios, sus dedos trazan círculos en mi cadera. Suspiro, y me aparto un poco.
Mido mis palabras antes de ser capaz de hablar de nuevo — Si esto termina pronto, podríamos empezar en otro lugar —murmuro—. No te pido que de…
Su dedo se detiene en mis labios haciéndome callar, nuestras miradas se encuentran.
—Nueva York tiene un clima perfecto para nosotros, y si no quieres ir ahí siempre hay más lugares, pero a decir verdad no me molestaría conseguir un grado en derecho corporativo y trabajar a tu lado.
Muerdo mis labios, suprimo mi sonrisa mientras me pega más, de ser posible, a su cuerpo.
Niego, una sonrisa en labios y rubor subiendo por mis mejillas.
Había conseguido distraerme de nuevo.
(:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::_::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::)
— ¿Tenemos que ir? — Susurro sobre su pecho, de alguna forma de había convertido en mi lugar favorito.
Siento su sonrisa expandirse en mi cuello, sonrío en el último par de semanas lo he hecho más que nunca en mi vida. Han sido el par de semanas más emocionantes que he tenido desde que Edward y yo destapamos nuestros secretos, y desde que descubrimos que no podemos estar el uno sin el otro.
— Lo siento amor, tenemos sino queremos levantar sospechas —su aliento manda un escalofrío a través de mi piel, me acurruco contra él.
— Cinco minutos más…
Edward ríe antes de besarme, sigo su beso sin dudar ni un segundo, sus labios emanan una suavidad acompañada de calidez, pronto las sabanas de la enorme cama de dosel caen y permito que nuestro beso se vuelva más profundo, sus manos rasgan el algodón de mi blusa hasta hacerla desaparecer su propia camisa se une a ella en cuestión de segundos.
Sé que es cuestión de segundos hasta que mi sostén caiga al piso y nuestros juegos comiencen, las caricias y toques son cada vez más desesperados.
— ¡Arriba par de púber…!
— ¡Emmett!
Saltó tan pronto su grito rompe en la habitación para cuando escucho el estruendoso golpe, no es necesario que cubra mis pechos. Edward se ha ingeniado de alguna forma el cómo hacerlo, un gruñido feroz rompe en la habitación, y gruesas carcajadas se alejan de la puerta.
Cubro mi rostro, siento el calor inundarlas por completo, no es necesario que vea mi reflejo para saber que me encuentro completamente roja, esto solo significa que sería su nuevo foco de bromas durante la próxima década.
Trago.
Emmett me vio desnuda.
— No vio nada, sabe que si lo hubiera hecho ahora mismo estaría dando sus restos a los osos.
Esbozo una pequeña sonrisa —: ¿Seguro que no me puedes leer la mente?
— Completamente, anhelo saber lo que hay aquí.
Suspiro, sus labios dejan un beso casto beso en mi cien derecha mientras sus manos sostienen una de las sábanas blancas cubriendo mis pechos.
— Ahora vamos, antes de que alguien más intente interrumpir y termine con ellos.
— Es viernes… —Mascullo pasando mis brazos por su cuello lo acerco a mí, sus labios forman una ligera sonrisa mientras me besa, la sabana ha sido olvidada.
¿Cuándo me había vuelto tan libre?
— Descarada —muerdo su labio—…aún que podríamos ir a tu base…
Mis ojos se abren con sorpresa, creí que tendría que ir cuando el fuera de cacería.
— No es…
— Lo es, de lo contrario irás por tu cuenta.
—…no lo harí…
— Alice lo vio— Oculto mi rostro en su hombro tan pronto sus palabras me cortan}
Vampiro psíquico, claro.
Novio lector de mentes, hermana vidente, y cuñado empático.
¡Vaya que los sé escoger!
No te quiero en peligro innecesario, tienes suficiente con el que corres al estar rodeada de vampiros.
— ¿Te he dicho que te amo?
— Nunca lo suficiente, mi amor. Nunca tendré suficiente de ti.
Me alejo de Edward a regañadientes tan pronto escucho el móvil sonar, vaya que quien quiera que fuera sabía ser inooportuno.
— Ohm…
— No contestes…
— Debo de hacerlo —Contesto contra sus labios— puede ser importante.
Frunzo el ceño, Steve no se comunicaría a menos que se tratara de una emergencia.
— Steve —Me enderezo en mi lugar, Edward sigue a mi lado contemplando mis pechos, me sonrojo y cubro, un puchero surca sus bellas facciones antes de acercarse y dejar besos en mi clavícula.
— Bella. Necesito que llames a Oscar y pidas un helicóptero para las tres menos diez de la madrugada dentro de dos días, te mandaré las coordenadas más tarde.
Los labios de Edward dejan mi piel, le veo de reojo, se encuentra atento a la conversación.
— ¿Steve qué está pasando?
— El actual consejero del shadé es el traidor —ruedo los ojos, ¿por qué no me sorprende? Si no es el consejero, es el mayordomo—, planean un ataque para el próximo martes, como te imaginas debo sacarlos antes de tiempo en caso de que decidan adelantar el ataque.
— ¿Cuál es la situación?
— Estaré incomunicado, durante los próximos días, no olvides el helicóptero.
— Cuídate, Steve.
Edward me ve en silencio mientras mano un mail a Oscar con las indicaciones de Steve, su respuesta llega en cuestión de segundos.
Me haré cargo de la situación.
SWAL.12PM.
Unknow.
— ¿Qué significa las letras y números?
Encaro a Edward, sé que no le va a gustar lo que está apunto de escuchar — Significa, Oscar quiere que me encuentre con el aleo puerto de Seattle el lunes a las doce del día.
Tal y como predije, su ceño se frunce y el desagrado aparece en su rostro.
— ¿Tienes que ir?
Mis ojos se ponen en blanco.
¿Por qué no me sorprende?
Me limito a asentir y observarle.
Los músculos de su cuello se encuentran tensos y controla su respiración, una que no necesita, está furioso. —No irás sola.
— Edward…
— No pasaré por el miedo de no saber de ti una vez más, ahora que no hay más secretos iré contigo.
— No podemos ir juntos, voy en una misión completamente diferente a la de aquí.
— Tomaré un avión diferente.
— Edward…Ni siquiera sé si viajaré, solo quiere vermeahí…
— Bella, no. No podremos soportar el estar separados por tanto tiempo, nos hará sufrir a ambos.
Sopeso mis opciones, no estaba completamente segura de poder estar sin él por tanto tiempo. Mis hombros caen y antes de que hable, él sabe que ha ganado, ¿cómo lo sé? Está sonriendo en cuanto me toma en brazos tomo su rostro entre mis manos y le beso.
— Así que dime el plan para hoy… —susurro contra sus labios—…por que el instituto acaba de pasar a otro nivel.
— Iremos a tu base y, tengo programada una cena para nosotros.
Cuadro los hombros y enarco una ceja sorprendida — Tú no comes —protesto—.
Edward ríe a carcajadas y niega — Eres sorprendente— declara antes de besarme una vez más.
Definitivamente vivir con un vampiro no era nada fácil.
NOS LEEMOS DESPUÉS DE TANTO...Y LES TRAIGO UN LINDO OUTTAKE DE STEVE, un ¡2x1!
Espero que nos leamos pronto de nuevo.
