OUTTAKE MONTE CARLO

Steve Pov

Suspiro y ajusto mi móvil escuchando las quejas de Oscar por enésima vez— Todo irá bien —prometo—, me encargaré proteger al shadé y su hijo, seré como Jaime. —Añado con una sonrisa.

La diferencia, no usaré mis piernas como destructor y, tampoco vestiré ningún escote provocativo, dudo que apreciaran el hecho de que intentará ser como ella.

Escucho a Oscar negar pero comprende a lo que me refiero. — Ahora dime, ellos saben quién soy realmente.

— Se encuentran enterados, Alí-Benga-cín fue quien recurrió a nosotros. Esperaban que fuera Jaime quien asistiera, pero al explicarle su situación dejo el asunto en mis manos. No llevan bien los cambios, pero confío en ti Steve. Ahora necesito que te relaciones con el objetivo.

Cuadro los hombros e intento recomponerme antes de colgar; mis ojos vuelven a la pila de documentos en mi regazo, Ishmael es un adolescente de diecisiete años, mide aproximadamente un metro ochenta, y su complexión física es como la de Jasper Hale, un amigo de Bella. Práctica karate y es un genio con los computadores, y próximamente se convertiría en el nuevo patriarca. Cierro su expediente y paso a leer el siguiente, su padre.

Alí-Benga-cín tiene aproximadamente cuarenta años, es robusto…puede que iguale mi complexión física, y mide posiblemente una cabeza más que su hijo.

— Hemos llegado señor.

Asiento y escudriño en los documentos un sobre para depositarlos, más tarde me encargaría de quemarlos en la supuesta y dudosa soledad de mi temporal alcoba.

Niego y desciendo del auto, una mansión, que cubre posiblemente cinco o más manzanas a la redonda me da la bienvenida a mi infierno temporal, buscaba acción, bueno. Posiblemente debí haberme quedado en Forks con Bella, o acudir a como aeromoza en cubierto en lugar de estar aquí, estoy seguro que Bella habría sido capaz de manejar mejor que yo a un puberto enamorado.

Tan pronto mi equipaje se encuentra fuera del guarda equipaje también lo hace el taxista, quién conduce calzada abajo.

¡Maldición! ¡La gente de Monte Carlo se creía tanto o más importante que la de Hollywood!

Camino directo a la puerta, dónde el posible mayordomo me aguarda. Viste un turbante blanco es apenas un par de centímetros más bajo que mi uno ochenta y cinco, sus ojos me examinan como una lechuza, hasta que finalmente me deja libre de escrutinio y toma mi equipaje. Me enderezo y le veo mal sin comprender su problema, con su comportamiento posiblemente él era el culpable, solo espero que no sea el caso, en mis últimas misiones siempre era él a quién se encontraba culpable como una mala comedia de Hollywood.

— Buen día, soy Jack Smith. El nuevo profesor.

— El shadé le recibirá en su oficina, por el momento llevaré sus cosas al cuarto del último institutriz.

Asiento en reconocimiento al percatarme de que me ha ignorado, suspiro y entro a la puerta que me ha indicado.

— Adelante.

Abro la puerta con decisión, en el escritorio se encuentra ambos hombres vistiendo con ropas blancas.

— Jack Smith. Un honor conocerles, rey, príncipe. —culminó con una ligera inclinación.

— No es necesario que se incline señor Smith.

Asiento solamente y procedo a sentarme junto a su hijo, justo como me ha indicado.

— Tengo entendido que usted es de lo mejores en su rama.

— Así es señor, soy colega de la señorita Winters.

Le veo sonreír, Jaime había causado grandes cambios en este hombre, de eso no quedaba duda, el solo ver su rostro y el de Ishmael me hacía percatarme del cambio que había producido la primera vez que estuvo aquí a su cuidado.

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— Si no es tu novia de verdad que debes presentármela, amigo, será mi esposa y la única princesa que permitiré a mi lado.

Ruedo los ojos, un bufido deja mis labios.

Pobre niño, debería mantenerse en sus propios asuntos.

Ishmael observaba una foto en la cual aparecía con Jaime y Bella, y como era de suponer el niño se encontraba ahora interesado en volverse parte de la familia, desafortunadamente para él Bella se encontraba irrevocablemente enamorada de Edward, y a juzgar por el chico de Forks, él también se encontraba loco por ella, ambos eran como imanes, aún era incapaz de imaginar cómo se encontrarían para cuando volviera a Washington.

— ¿Cuáles son los países escandinavos?

— Suecia, Dinamarca y Noruega. Es hermosa ¿Cuántos años tiene?

Suelto un suspiro, agotado froto mi rostro y le miro a los ojos antes de responder, el ignorarle no había surtido efecto alguno en él—: Tiene novio, amigo.

Ishmael le resta importancia encogiéndose de hombros —: Las relaciones terminan.

— No la de ellos, están terriblemente enamorados — Admito—. Él quiere algo más que un simple noviazgo de instituto, lo he visto en sus ojos.

Y era así, lo había visto cada vez que ella se movía él lo hacía, la seguía con la mirada a cualquier lugar que ella fuera él no la dejaba ni un segundo, la cuidaba, y cuando la abrazaba era como si sostuviera lo más preciado en ellos, era un delicadeza casi reverencial, ambos de cierta manera me hacían pensar en mi relación con Jaime, estaba seguro que la veía con la misma reverencia que él observaba a Bella.

— ¿Cómo van las clases? — La voz de Ali rompe el silencio, sonríe burlescamente, había escuchado nuestra conversación.

— Ishmael aprende rápido —apremio—, será un buen rey algún día. Siempre y cuando aleje sus ojos de quien no debe.

Ishmael rueda los ojos y se vuelve a su padre.

— No sabe cuánto me complace escuchar eso, Jack. He venido a despedirme.

— ¿Despedirse Shadé? —Finjo confusión— ¿Viajará?

— Así es, debo volar al amanecer a Perú. He de arreglar algunos negocios, solo he venido a despedirme, ahora es menester dormir.

— ¡Buen viaje, señor!

Asiento sonriendo, todo marcha de acuerdo al plan.

(…..)

Son cerca de las tres menos veinte cuando el shadé y su hijo me encuentran en la entrada del patio trasero, ambos sostienen pequeñas maletas con ellos, es momento de que salgamos, les había ordenado tener equipaje de mano en caso de que tuviéramos que huir antes de lo planeado, apenas unas horas Abdul, el visir real, había reprogramado su vuelo, posiblemente sospechando nuestros planes.

Abdul y otros guardias habían actuado de una forma sospechosa, eso lo había comprobado tan pronto mi habitación había sido atrancada desde afuera, y que decir de la de Ishmael, la cual se encontraba en la misma situación cuando logre salir de la mía, había derribado a más de un guardia cuando había ido en búsqueda de ambos, por su parte Alí se encontraba fingiendo dormir y aguardaba tal y como habíamos venido planeado desde hace más de una semana.

Ahora era el momento de sacarlos sanos y salvos.

Estudio la zona, se encontraba completamente despejado, y como era de esperar no había nada que pudiera revelar la presencia del helicóptero a metros de nosotros, lo más cerca del palacio que les es permitido.

— Suban…— Ordeno.

Misión cumplida, había conseguido sacar a ambos antes de que el infierno se desatara, ahora solo sería cuestión de tiempo hasta que ambos pudieran volver a una patria libre de peligro.

— Mierda —asiento en dirección a Ishmael tan pronto sigo su mirada me topo con el origen de una explosión.

Ciertas alas del castillo habían explotado, ahora todas las luces antes apagadas se encontraban encendidas, la explosión se localizaba en dirección a la habitación del Shadé, pequeños puntos negros corrían por el jardín principal, y, cuando creí que todo había terminado, una segunda explosión se manifestó en dónde se ubicaba el cuarto de Ishmael, le veo tragar junto a mí. El plan era que ambos murieran.

— Justo a tiempo— murmuro bajo mi aliento. Ishmael asiente sin despegar los ojos de su hogar.

— Es bueno verte Steve y ver que los viejos hábitos no han cambiado. Justo a tiempo.

Una sonrisa presumida se forma en mis labios — Lo mismo digo, Berty. Es difícil dejar atrás viejas costumbres. Alguien debe ser el héroe. Siempre eres tú viejo amigo.

Berty, el piloto con mayor antigüedad en la OSI niega riendo tan pronto despega el helicóptero. Ishmael y su padre nos observan confundidos, sus miradas se han apartado del palacio que ha sido su hogar en los últimos años.

— Yo enseñe a este pequeño cretino cuando su padre aún se negaba a que fuera un piloto —Sonrió ante el recuerdo, él había sido el primero con quien me había montado en un helicóptero, cuando Jimmy Austin seguía molesto conmigo después de haber golpeado a un ex novio de Jaime, justo después de que él le rompiera el corazón, con apenas dieciséis había desafiado su autoridad cuando había rogado a Berty que me enseñara todo lo que había que saber de aviones—, Además, le enseñe a impresionar a las chicas, en especial a una.

— Jaime nunca lo ha visto así, Berty — me burlo—.

— Es verdad, ella siempre ha creído que fanfarroneabas sobre volar un pequeño como este.

Ruedo los ojos, los años no pasaban para este viejo, aun recordaba todo.

— ¿Aún recuerdas cuando Bella te rogo por que le enseñaras a pilotear?

Bufo.

Como olvidarlo, como buen hermano sobreprotector me había negado. Demasiado peligroso, pero Jimmy Austin me había llevado la contraria y lo había hecho sin dudarlo un segundo, quería que su hija adoptiva tuviera la oportunidad que yo me había negado durante años creyendo que era aburrido.

— ¿Bella? —La voz de Ishmael rompe el silencio— ¿Quién es ella?

— Es la hermana pequeña de este granuja —Responde Berty antes de que pueda detenerle—. Una pequeña castaña, una pilla que aprendió a pilotear con apenas quince años, mucho antes que él.

Observo a Berty, una sonrisa presumida surca sus labios, la misma que lo hace cada que habla de alguno de sus hijos, después de que Charlie y Renée Swan grandes científicos de la OSI hubieran muerto Bella había pasado a ser adoptada por mis padres, sin más familia, ella se había criado en la OSI y aún había viejos miembros que la recordaban como un pequeño torbellino de dos coletas que andaba por toda la base cuestionando, experimentando, aprendiendo.

Ella había sido la hermana que siempre había deseado tener.

Resoplo. — Sabes que solo fue por un año.

— Un año mi querido Steve. ¿Cómo esta esa pequeña pilla, eh? Ha pasado un tiempo desde que compartimos alguna misión.

— Se encuentra en cubierto ahora mismo —admito—. Nos encontrábamos juntos en ella, pero por seguridad nacional nos hemos separado, ella tuvo que viajar a Brasil.

Una mueca se forma en mis labios, ella había estado desaparecida por horas.

— Escuche que el avión cayó.

Asiento.

— Ahora está de regreso en nuestra principal misión. Tan pronto termine no sé qué decida hacer —Admito—. Se ha enamorado, puede que regrese a Nueva York y continúe con sus casos multimillonarios o simplemente decida seguir su corazón.

Bufo, nunca lo hubiera imaginado. Ella enamorada de un chiquillo de secundaria.

— ¿Sigue siendo el temor de Wall Street? — Las carcajadas brotan sin poderme contener, así era como era conocida. Y tal parecida que seguiría siéndolo— Siempre creí que sería una mujer de ciencia como sus padres.

Reconozco el orgullo en su voz, es el mismo que aparecía cuando hablaba de ella después de saber por todo lo que había pasado.

— Bella es inteligente, bastante inteligente —Ofrezco—. Más que cualquier persona que conozco fue una sorpresa cuando decidió estudiar leyes, pero le hace feliz, y no te negaré que en más de una ocasión la he visto trabajar con Rudy y Mickel. Es capaz de hacer cualquier cosa.

— Suena como una mujer increíble —Pronuncia Alí.

— Lo es, créame que lo es señor. Háblame del joven afortunado.

Mi periferia se concentra en Ishmael, luce realmente interesado. Me contengo de reír, todo por una fotografía.

— Se encuentra completamente limpio, y es perfecto para ella. Lo más importante es que he visto como la ama. Y si realmente conozco a Isabella, sé que es el definitivo.