ACOPLADOS.
BELLA POV
— ¡Lo lamento! No vi a los humanos hasta que ya era demasiado tarde —La preocupación y desesperación en la voz de Alice rompe en mis oídos—.
Asiento, no era su culpa no haberles visto, sonrío tranquilizadoramente, había conseguido más de lo que esperaba, tener a Edward conmigo me había comprado tiempo suficiente, busco a Jasper tan pronto entramos a la casa Cullen, sin decir palabra alguna le entrego el drive.
Un guiño es toda la respuesta que recibo antes de que se retirara al estudio, había prometido ayudarme con la investigación, y nunca podría estar más agradecida por sus conocimientos en tecnología, giro a Edward y me encojo de hombros antes de acercarme y besarle en los labios, no ha dicho nada más allá de que escucho claramente como ordenaban llevarme con vida a Connor, su cuerpo sigue tenso, parece una estatua, una estatua griega bellamente tallada para deleite de mis ojos, tomo su mano y hago que me siga escaleras arriba, a su piso.
No hay necesidad de palabras, sé que el hablara cuando se encuentre listo.
Tan pronto entramos cierro la puerta, Edward no tarda en tomarme entre sus brazos y lanzarnos a la cama, me pierdo en sus orbes ámbar, trazo con mi índice su mandíbula, es tan perfecto de alguna forma, y no lo es por lo que es, sino por quién es cuando está conmigo, cuando lo necesito. Deposito un suave beso en sus labios, lo que parece una triste sonrisa se posa en sus labios, enarco una ceja confundida, sus ojos nunca dejan los míos.
— Un penique por tus pensamientos… —Acerco mis labios a su oído, susurrado sus ya conocidas palabras, una sonrisa juega en sus labios remplazando un poco el tormento de sus orbes ámbar.
Sus manos juguetean con mis dedos rápidamente. — Me preguntaba qué hubiera pasado si nunca te hubiera encontrado.
Me tenso, no es la primera vez que me confesaba sus miedos y a pesar de que me gustaría ser capaz de alejarlos sé que no puedo, sin embargo puedo mostrarle que estoy con él, sin necesidad de palabras me acerco y le beso borrando cualquier resto de temor de su rostro, me permito jugar con su cabello entre mis manos, sus suaves hebras se deslizan sin problema alguno mientras su rostro se hunde en mi cuello besándole suavemente, un escalofrío me recorre.
— Deberíamos prepararnos...tenemos una cena pendiente
Ruedo los ojos, no tenía caso ir a cenar si soy la única que come.
— Edward…
Un frío dedo sobre mis labios detiene mis replicas.
— Compláceme, no será una cena por completo… lo prometo. Es solo una pequeña sorpresa.
Resoplo, sin embargo él sabe que ha ganado cuando me pongo en pie y camino al closet que Alice se ha encargado de acondicionar con mi ropa, me gustaría reconocerme molesta, sin embargo resulta imposible hacerlo cuando ha sido su hermana quien lo ha equiparado incluso con nuevos atuendos.
— ¿Qué debería vestir?
Frunzo el ceño viendo a través de la inmensa cantidad de ropa que se arregló para conseguir en tan poco tiempo, muerdo mi labio indecisa.
— Yo me encargare, ahora sal de aquí Edward.
Rio sin poderlo evitar, Alice ha entrado a la habitación sin hacer el menor ruido, giro encontrándome con Rosalie a sus espaldas, una sonrisa rompiendo en sus labios.
Trago. Las dos juntas no es buena idea.
— Tranquila Bella, es mejor de lo que crees. Te encantará, lo he visto.
Por alguna extraña razón las palabras de Alice no me tranquilizan en absoluto, y menos al ver el vestido que Rose sostiene entre sus manos.
Sin decir palabra tomo la ropa que ambas me ofrecen y marcho directo a tomar un baño, el agua relaja mis sentidos y de alguna forma me tranquiliza para una cena en la cual seré la única que coma, paso mis dedos por el suave encaje, el calor inunda mis mejillas, nunca me había sentido avergonzada por usar lencería hasta Edward de cierta forma, no es como si fuéramos a…
Mi corazón se acelera, Alice dijo que había visto que me encantaría la sorpresa, ¿acaso ella vio…?
Mi rostro arde nuevamente, niego, espero que no viera nada. Ignorando mis instintos me visto con el conjunto azul rey, que a simple vista lucía menos revelador, trago mientras me pongo el vestido, espero que no haga demasiado frío o moriría congelada antes de que terminará la noche, es un lindo vestido azul rey…coordina extrañamente con la lencería, parte del frente se encuentra descubierto de la espalda mientras que el frente es completamente recto de manga larga, la falda se suelta a la altura de mi cintura quedando libre, giro frente al espejo sin poderme contener, luzco como una niña pequeña de coletas con un vestido ampón que se expande, niego, cuando me recuerdo haciéndolo mismo cuando aún era pequeña y acompañaba a mis padres a reuniones importantes.
Al salir Rose sonríe tan pronto me ve.
— Luces espectacular.
Alice asiente y sin decir palabra alguna se dedica a rizar mi cabello mientras Rosalie hace mi maquillaje. Cierro mis ojos y les dejo ser, sé que es solo cuestión de minutos antes de que me observe al espejo y vea el resultado. Siento el color inundar mis mejillas, la única que alguna vez había hecho esto por mí era Jaime, y había sido para un baile de instituto cualquiera, nada de gran importancia.
— Abre los ojos.
Obedezco, parpadeo ante mi reflejo.
Nunca imagine que podría verme así, sonrío y me permito abrazar a ambas.
Venir a Forks por una simple misión había cambiado mi vida dándome una nueva familia, algo que no sabía que necesitaba, algo que nunca busque.
Ni creí necesitar hasta Edward.
— Luces encantadora.
Edward besa tiernamente mis labios antes de apartarse y elevar un pañuelo negro lo suficientemente largo para cubrir mis ojos.
Golpeo el piso como una niña pequeña y hago un puchero.
No puedo creer lo bajo que he caído.
— Podré caer…y me podría lastimar.
Edward niega y sin decir palabra cubre mis ojos, me sostengo a él tan pronto me toma en sus brazos.
— Yo te sostendré, ahora respira.
No sé cuánto tiempo ha pasado, pero sé que me encuentro en el auto con el conduciendo, no he sido capaz de abrir la boca debido al temor de romper el momento, evito morder mi labio por temor a arruinar mi maquillaje.
— Hemos llegado, te llevaré en brazos.
Asiento mientras sus brazos me rodean, no me quejo, no ganaría nada. Solo que levante el auto con ambas manos de nuevo para probar su punto de "soy inhumanamente fuerte".
El aire golpea mi rostro, mi corazón se agita como lo hace cada vez que corre conmigo en brazos.
Cuando mis pies tocan el suelo me enfoco en mi entorno, escucho las aves nocturnas cantar, y lo que parece ser el sonido de agua caer, inhalo, huele a plantas…fresno, pino…todo huele demasiado…verde.
Sus manos suben por mi nuca hasta apartar la venda de mis ojos, parpadeo y le veo, luce un traje a juego con mi vestido, no me había permitido analizarle antes. Observo a nuestro alrededor nos encontramos en su prado.
Nuestro prado.
Aquel que me trajo la primera vez que desnudamos nuestras almas por completo.
El prado se encuentra completamente decorado con cientos de luces amarillas, pétalos de rosas, una manta descansa en centro con una canasta de comida, justo afuera de lo que parece ser una tienda de campaña blanca.
Comienzo a ver vidrioso, no sabía en qué momento las lágrimas no derramadas habían inundamos mis ojos, me lanzo a sus brazos y lo beso.
— Supongo que te ha gustado.
Asiento sin ser capaz de hablar, mi respiración se encuentra completamente agitada, no creo ser capaz de hilar palabras.
Sigo a Edward al centro del prado, tomo una de las fresas que me ofrece y como mientras observamos el cielo, nunca me había permitido ver el cielo estrellado de Forks, nunca me había permitido sentir, no hasta él.
—….esas siete estrellas son la Osa Mayor…—sonrío. Y me concentro en ellas, luce completamente hermoso—…siempre ha sido utilizada para encontrar la estrella po…
Me lanzo contra sus labios deteniéndole, nunca nadie había hecho algo así por mí, nunca nadie había sido Edward me recuerdo.
— Bella…estoy aquí intentando decirte las constelaciones y decides lanzarte a mí.
Su risa rompe en el silencio de la noche, mientras habla entre besos.
— Eres más de lo que piensas… —confieso—…no sabes lo que me haces.
— Y tú no sabes lo que haces conmigo pequeña descarada —susurra contra mis labios antes de besarlos de nuevo.
Me dejo llevar por primera vez, dejo que sea él quien decide, sus manos vagan por mi vestido mientras las mías hacen su propio trabajo hundiéndose bajo su camisa, muerdo su labio cuando de alguna forma ha encontrado la manera de desatar mi vestido.
— ¿Estas segura?
— Completamente —Suelto entre jadeos. Nunca antes había estado más segura de algo.
Sus ojos se tornan negros por completo, y sus labios rápidamente vuelven a mi piel, nuestras ropas desaparecen en cuestión de segundos, me arqueo sin poderme contener cuando sus besos comienzan a descender por mis pechos, escucho mi respiración errática, pero ya no importa nada tan pronto sus labios hacen contacto, sin poderme contener grito sosteniendo su cabeza en mi zona, un lugar en el cual nunca antes había permitido a nadie llegar por ser demasiado íntimo, demasiado mío, significaría entregarme por completo a alguien como lo hago ahora.
Edward se detiene, bajo mis ojos, nuestras miradas se encuentran, sin necesidad de palabras jalo su rostro al mío y aprisiono sus labios, y antes de que él se pueda arrepentir tomo su miembro entre mis manos y nos uno, nos convierto en uno solo.
Me pego a su cuerpo, completamente lista para el nuevo mar de éxtasis que nos inundan.
Y bueno, ¿a qué no tarde tanto?
